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JURISPRUDENCIA

Roj: STSJ M 10192/2016 - ECLI: ES:TSJM:2016:10192


Id Cendoj: 28079340012016100789
Órgano: Tribunal Superior de Justicia. Sala de lo Social
Sede: Madrid
Sección: 1
Fecha: 23/09/2016
Nº de Recurso: 548/2016
Nº de Resolución: 787/2016
Procedimiento: SOCIAL
Ponente: IGNACIO MORENO GONZALEZ-ALLER
Tipo de Resolución: Sentencia

Tribunal Superior de Justicia de Madrid - Sección nº 01 de lo Social


Domicilio: C/ General Martínez Campos, 27 , Planta Baja - 28010
Teléfono: 914931977
Fax: 914931956
34016050
251658240
NIG : 28.079.00.4-2015/0013420
Procedimiento Recurso de Suplicación 548/2016
ORIGEN: Juzgado de lo Social nº 36 de Madrid Despidos / Ceses en general 314/2015
Materia : Despido
L.A
Sentencia número: 787/2016
Ilmos. Sres
D. JUAN MIGUEL TORRES ANDRES
D. JAVIER JOSE PARIS MARIN
D. IGNACIO MORENO GONZALEZ ALLER
En Madrid a veintitrés de septiembre de dos mil dieciséis, habiendo visto en recurso de suplicación los
presentes autos la Sección 1 de la Sala de lo Social de este Tribunal Superior de Justicia, compuesta por los
Ilmos. Sres. citados, de acuerdo con lo prevenido en el artículo 117.1 de la Constitución Española ,
EN NOMBRE DE S.M. EL REY
Y POR LA AUTORIDAD QUE LE CONFIERE
EL PUEBLO ESPAÑOL
ha dictado la siguiente
SENTENCIA
En el Recurso de Suplicación 548/2016, formalizado por la letrado Dña. Begoña De La Fuente Fernández en
nombre y representación de GAGE DATA SL y, contra la sentencia de fecha 16 de octubre de 2016 dictada por
el Juzgado de lo Social nº 36 de Madrid en sus autos número Despidos / Ceses en general 314/2015, seguidos
a instancia de D. Alfredo frente a GAGE DATA SL , GAGE SL y BUFEDIAR

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JURISPRUDENCIA

SL, FORODIAR SL, CONTADIAR SL, DATADIAR SL, CENTRO DE FORMACION DATADIAR SL, GACETA FISCAL
SL y BUDIAR SL, en reclamación por Despido, siendo Magistrado-Ponente el Ilmo. Sr. D. IGNACIO MORENO
GONZALEZ ALLER, y deduciéndose de las actuaciones habidas los siguientes

ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO: Según consta en los autos, se presentó demanda por la citada parte actora contra la mencionada
parte demandada, siendo turnada para su conocimiento y enjuiciamiento al señalado Juzgado de lo Social,
el cual, tras los pertinentes actos procesales de tramitación y previa celebración de los oportunos actos de
juicio oral, en el que quedaron definitivamente configuradas las respectivas posiciones de las partes, dictó la
sentencia referenciada anteriormente.
SEGUNDO: En dicha sentencia recurrida en suplicación se consignaron los siguientes hechos en calidad de
expresamente declarados probados:
PRIMERO.- El actor viene prestando servicios por cuenta y orden de las empresas demandadas, a excepción de
Datadiar, S.L., desde el 05.10.1999, con la categoría profesional de operador de periféricos y un salario mensual
bruto con inclusión de la parte proporcional de pagas extraordinarias de 1.900 euros; El actor figura de alta en
Seguridad por cuenta de diferentes demandadas en los siguientes periodos:
De 05.10.1999 a 31.01.2000 alta en Gage, S.L.
De 01.02.2000 a 08.10.2002 alta en Gage Data, S.L.
De 09.10.2002 a 31.01.2007 alta en Bufediar, S.L.
De 01.02.2007 a 28.02.2007 alta en Gage Data, S.L.
De 01.03.2007 a la actualidad nueva alta en Gage Data, S.L.
SEGUNDO.- Con efectos de 30.01.2015 el actor ha sido despedido por causas objetivas mediante carta de la
misma fecha entregada por Gage Data, S.L. que, al obrar a los folios 15 a 20 de autos, se da por reproducida; En
la misma fecha dicha empresa abonó al actor una indemnización de 20 días por año de servicio de 19.622,19
euros y una cantidad de 972,89 euros por incumplimiento del plazo de preaviso de 15 días.
TERCERO.- La empresa Gage Data, S.L se constituyó en el año 2.000, tiene su domicilio social en la Calle Manises,
3 en Pozuelo de Alarcón y su objeto social es el desarrollo, organización, distribución o intermediación de
cualquier clase en el comercio de material de juego, especialmente en el ámbito tecnológico e informático de
plataformas de control sobre juego on line. Su administrador es D. Faustino .
La entidad Gage, S.L. tiene como administrador a D. Faustino .
La empresa Gaceta Fiscal, S.L. tiene su domicilio social en la Calle Manises, 3 en Pozuelo de Alarcón y el
Presidente y Consejero Delegado es D. Faustino .
La entidad Centro de Formación Datadiar, S.L. tiene su domicilio social en la Calle Manises, 3 en Pozuelo de
Alarcón y se dedica a la actividad de enseñanza de organización de cursos.
La empresa Bufediar fue constituida en virtud de escritura pública de 26 de Abril de 1996, siendo sus socios
fundadores D. Faustino , que suscribió 960 participaciones, Don Hilario y Don Julián , quienes suscribieron
veinte participaciones cada uno.
Las empresas comparten oficinas en la C/ Manises en Pozuelo de Alarcón.
CUARTO.- Datadiar es la marca comercial de Gage Data, S.L.
QUINTO.- Las empresas Budiar, S.L., Forodiar, S.L. y Centro de Formación Datadiar, S.L. carecen de actividad.
SEXTO.- Se da por reproducido en contrato de mantenimiento informatico suscrito el 02.01.2007 por Gage Data,
S.L. y Bufediar, S.L., al obrar al ramo de prueba de la parte demandada con el nº 2 de los documentos aportados.
SEPTIMO.- Las pérdidas y ganancias de la empresa Gage Data, S.L. han sido las siguientes:
Ingresos Saldo
Año 2.012 4.141.366,24 + 360.661,52
Año 2.013 949.309,36 + 46.833,54
Año 2.014 622.956,66 - 166.300,08
OCTAVO.- El actor no ostenta ni ha ostentado la condición de representante legal ni sindical de los trabajadores.

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NOVENO.- Con fecha de 12.02.2015 el actor presentó papeleta de conciliación ante el SMAC de Madrid,
celebrándose el acto el 03.03.2015 que resultó sin aveniencia e intentado sin efecto, formulándose demanda
ante el Juzgado de lo Social Decano de Madrid a fecha 13.03.2015.
TERCERO: En dicha sentencia recurrida en suplicación se emitió el siguiente fallo o parte dispositiva:
Que estimando la demanda formulada por D. Alfredo en materia de despido contra las empresas Gage Data,
S.L., Gage, S.L., Bufediar, S.L., Datadiar, S.L., Contadiar, S.L., Budiar, S.L., Forodiar, S.L., Gaceta Fiscal, S.L. y Centro
de Formación Datadiar, S.L. DEBO DECLARAR Y DECLARO improcedente el despido de D. Alfredo condenando
solidariamente a las empresas Gage Data, S.L., Gage, S.L., Bufediar, S.L., Contadiar, S.L., Budiar, S.L., Forodiar, S.L.,
Gaceta Fiscal, S.L. y Centro de Formación Datadiar, S.L. a que en el plazo de cico días opten ante este Juzgado
de lo Social entre la readmisión de D. Alfredo con abono de los salarios dejados de percibir desde la fecha del
despido, 30.01.2015, a razón de 63,63 euros diarios, o el abono de una indemnización de 41.395,65 euros, de la
que podrán descontar la cantidad de 19.622,19 euros ya percibida, y que determinará la extinción de la relación
laboral con efectos de 30.01.2015.
CUARTO: Frente a dicha sentencia se anunció recurso de suplicación por la parte GAGE DATA SL,
formalizándolo posteriormente; tal recurso fue objeto de impugnación por la contraparte.
QUINTO: Elevados por el Juzgado de lo Social de referencia los autos principales, en unión de la pieza separada
de recurso de suplicación, a esta Sala de lo Social, tuvieron los mismos entrada en esta Sección en fecha
17/06/2016, dictándose la correspondiente y subsiguiente providencia para su tramitación en forma.
SEXTO: Nombrado Magistrado-Ponente, se dispuso el pase de los autos al mismo para su conocimiento y
estudio, señalándose el día 21 /09/2016 para los actos de votación y fallo.
A la vista de los anteriores antecedentes de hecho, se formulan por esta Sección de Sala los siguientes

FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO.- Interpone recurso de suplicación GAGE DATA SL contra sentencia que estimó la demanda de
despido objetivo promovida por el trabajador calificándolo de improcedente, condenando solidariamente de
sus consecuencias económicas y legales a las empresas GAGE DATA SL, GAGE SL, BUFEDIAR SL, CONTADIAR
SL, BUDIAR SL, FORODIAR SL, GACETA FISCAL SL y CENTRO DE FORMACIÓN DATADIAR SL, destinando el
motivo inicial, con correcto amparo procesal en el apartado c) del art. 193 LRJS , a solicitar la nulidad de
la resolución judicial de instancia, con reposición de las actuaciones por vulnerarse normas o garantías del
procedimiento que producen indefensión, y en concreto de los artículos 97 LRJS , 209 y 218 LEC , 248.3 LOPJ ,
9.3 , 24.1 y 120 CE , así como doctrina jurisprudencial asociada, ya que, a su juicio, y en resumen, carece de
la necesaria motivación, conteniendo simples " manifestacione s" genéricas y erróneas, que ha conducido a
la arbitrariedad.
SEGUNDO .- Ciertamente la motivación de las resoluciones judiciales no sólo viene impuesta por el art. 120.3
CE , sino que es una exigencia derivada del art. 24.1 CE que tiene el fin de que se puedan conocer las razones
de la decisión que aquéllas contienen, posibilitando su control mediante el sistema de los recursos, a la par
que está directamente relacionada con los principios de un Estado de Derecho [ art. 1.1 CE ] y con el carácter
vinculante que para Jueces y Magistrados tiene la Ley, y que en todo caso es garantía de que la decisión no sea
consecuencia de una aplicación arbitraria de la legalidad, no resulte manifiestamente irrazonada o irrazonable
o incurra en un error patente, ya que en tal caso la aplicación de la legalidad sería tan sólo una mera apariencia
(sobre tales extremos, SSTC 24/1990, de 15/Febrero , FJ 4 ; ... 3/2011, de 14/Febrero, FJ 3 ; y 183/2011, de 21/
Noviembre , FJ 5. SSTS 18/11/10 -rco 48/10 -; 23/11/12 -rco 104/11 -; y 21/10/13 -rco 104/10 -).
Pero la exigencia se cumple cuando, como en autos, se expresan los elementos y razones de juicio que
permitan conocer cuáles han sido los criterios jurídicos que fundamentan la decisión, poniendo así de
manifiesto la ratio decidendi del fallo judicial y permitiendo conocer cuáles han sido los criterios jurídicos
esenciales determinantes de la decisión jurisdiccional ( SSTC 196/1988, de 24/Octubre , F. 2 ; 172/2004, de
18/Octubre, FJ 3 ; y 247/2006, de 24/Julio ) . En igual sentido, SSTS 11/07/07 -rco 94/06 -; 18/11/10 -rco 48/10
-; y 23/11/12 -rco 104/11 -). En todo caso, es consolidada doctrina -constitucional y ordinaria- que resulta
indiferente la extensión de la motivación, pues el deber de motivación « no autoriza a exigir un razonamiento
judicial exhaustivo y pormenorizado de todos los aspectos y perspectivas que las partes puedan tener de la
cuestión que se decide, sino que deben considerarse suficientemente motivadas aquellas resoluciones judiciales
que vengan apoyadas en razones que permitan conocer cuáles han sido los criterios jurídicos esenciales
fundamentadores de la decisión » ( SSTC 14/1991, de 28/Enero ; 66/1996, de 16/Abril , FJ 5 ; 115/1996, de 25/
Junio , FJ 2 ; 184/1998, de 28/Septiembre , FJ 2. Y STS 21/10/13 -rco 104/12 ), de manera que la motivación
no está necesariamente reñida con el laconismo y la economía de los razonamientos, sin que sea necesaria la

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exhaustiva descripción del proceso intelectual ni la pormenorizada respuesta a las alegaciones de las partes,
porque no obliga al « paralelismo servil del razonamiento que sirve de fundamento a la resolución judicial con el
esquema discursivo de los escritos forenses donde se contienen las alegaciones de los litigantes» (sobre todo
ello, SSTC 36/1989, de 14/Febrero , FJ 4 ; ... 160/2009, de 29/Junio, FJ 6 ; y 3/2011, de 14/Febrero , FJ 3. SSTS
30/09/03 -rco 88/02 -, 16/12/09 - rco 7209-; 15/07/10 -rco 219/09 ; y 21/10/13, -rco 104/12 -).
Si bien el artículo 97.2 de la LRJS determina que la sentencia, dentro de los fundamentos de derecho, ha de
hacer referencia a los razonamientos que han llevado al Juez a declarar los hechos que estime probados,
la omisión de ese razonamiento no supone inercial o mecánicamente indefensión para las partes, al punto
de que se deban anular las actuaciones, ya que, para revisar los hechos que se declaren probados, han de
apoyarse, conforme a lo prevenido por el apartado b) del artículo 193 LRJS , en las pruebas documentales
o periciales practicadas, las cuales han de figurar en los autos; y si están en ellos no resulta imprescindible
se mencionen o no en los hechos o fundamentos de derecho. Consecuentemente, si bien lo más correcto y
ajustado a Derecho será que los Jueces de lo Social (y los órganos colegiados cuando conozcan en instancia)
hagan referencia explícita en los fundamentos de sus sentencias a las pruebas de que se han servido para
redactar los hechos probados, su omisión no ha de llevar inevitablemente a la nulidad de la sentencia en
suplicación o casación, pues la nulidad es un remedio último y excepcional por la conmoción procedimental
que representa. En definitiva, lo determinante es si, omitida toda explicación sobre la obtención de los hechos
que se declaran probados, el examen de los autos permite advertir con facilidad cuál es el medio de convicción
en que se ha basado el Juez para declarar probado un determinado extremo recogido en su relato de hechos
probados, o si la omisión atañe a un hecho que no se revela capital para dirimir la suerte del litigio, en lectura
coherente con el principio de celeridad que informa el proceso laboral ( art. 74-1 LRJS ).
Pues bien, en el caso enjuiciado, a criterio de la Sala, aun sin ser prolija la sentencia de instancia, contiene
los elementos y razones de juicio suficientes y determinantes que permiten conocer cuáles han sido los
criterios jurídicos que fundamentan la decisión, poniendo así de manifiesto la ratio decidendi del fallo
judicial y permitiendo conocer cuáles han sido los criterios jurídicos esenciales determinantes de la decisión
jurisdiccional, partiendo para ello de unas premisas fácticas concluyentes que, puestas en conexión con la
doctrina del grupo de empresas, permiten deducir a la iudex a quo que el trabajador ha prestado servicios
indistintamente a todas y cada una de las codemandadas, a excepción de una, por lo que mal cabe inferir
indefensión a la parte recurrente ni arbitrariedad en la actuación del órgano judicial de instancia, aparte de
que la nulidad de la sentencia en la jurisdicción social es un remedio último y excepcional dada la conmoción
procedimental que produce.
En coherencia con lo razonado el motivo inicial declina.
TERCERO .- Los motivos segundo, tercero y cuarto, con correcto amparo en el apartado b) del art. 193 LRJS ,
se destinan a la revisión fáctica, y en concreto:
1.- Del hecho probado primero, a fin de sustituir en su párrafo primero donde pone "por cuenta y orden de las
empresas demandadas, a excepción de Datadiar SL " por la siguiente redacción " por cuenta y orden de alguna
de las empresas demandadas "; sustituir en su segundo párrafo en cuanto a las altas en la Seguridad Social
el periodo referido a Gage Data SL, proponiendo lo fue " De 01.02.2007 a 31.05.2015" , adicionando, además,
" El alta del trabajador en las empresas y por los periodos que figuran en la relación anterior, se llevó a cabo de
forma sucesiva, habiendo formalizado las partes los correspondientes contratos de trabajo ".
2.- Del hecho probado primero, para adicionarle dos nuevos párrafos conforme a la redacción que ofrece, a
fin, en definitiva, de consignar, además del actor, han sido objeto de contratación sucesiva por parte de alguna
de las codemandadas los trabajadores que refiere a continuación, y que si bien otros trabajadores han sido
contratados por varias de las demandadas lo han sido en distintos momentos, mediando prolongados periodos
de tiempo entre la extinción contractual en la primera empresa y la posterior contratación en la siguiente.
3.- Del hecho probado tercero, para su redactado en la forma que ofrece, a fin, en definitiva, de precisar el
domicilio social y objeto social de Gage SL, el objeto social de Gaceta Fiscal SL, actividad de Bufediar, domicilio
y objeto social de Contadoar SL, domicilio, edificio en el que tienen sus oficinas en régimen de alquiler Gage
Data SL y Bufediar SL, propiedad de Gage SL, y en que tiene también sus oficinas DESARROLLO ON LINE DE
JUEGO REGULADOS SLU y GEFCO ESPAÑA, empresas estas dos última que no han sido demandadas.
CUARTO .- El recurso de suplicación, como segundo motivo, puede tener como objeto el revisar los hechos
declarados probados, a la vista de las pruebas documentales y periciales practicadas [art. 193.b) LJS]. A esto
quiere aludirse cuando se afirma que la Ley contempla el recurso como remedio del error de hecho albergado
en la resolución que se ataca.

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La impugnación de los hechos declarados como probados (que pueden estar indebidamente recogidos en
la parte de fundamentación jurídica) por el Juez de lo Social no puede llevarse a cabo genéricamente, en
función de la discrepancia con ellos, sino que ha de tomar necesario apoyo en una de las dos modalidades
probatorias referidas (documental o pericial) si se hubieren practicado en el juicio. Desde luego, el carácter
extraordinario del recurso lleva a descartar toda práctica de prueba y elaboración del relato fáctico por parte del
Tribunal Superior, así como a proscribir (salvo supuestos excepcionales) la valoración conjunta de la prueba,
competencia del juzgador de instancia. Lo único que existe es la posibilidad de que los afectados interesen la
reconsideración del factum fijado en instancia, si es que pueden fundar su deseo del modo aludido.
Como excepciones, la doctrina judicial suele admitir la competencia del Tribunal Superior para modificar ex
- officio los hechos declarados probados en al menos tres supuestos: cuando está en juego la competencia
por razón de la materia, (caso arquetípico es el de calificación del vínculo profesional existente), cuando la
sentencia recurrida aparecen calificaciones o valoraciones que predeterminan el fallo. También es usual que
admita completar el relato fáctico atendiendo a los hechos sobre los que las partes estuvieron conformes
(art. 87.1 LJS).
La revisión fáctica interesada ha de ser transcendente respecto del fallo, pues en caso contrario la suplicación
carecería de sentido y el principio de economía procesal llevaría, como tantas veces sucede en este tipo
de recurso extraordinario, a que, una vez determinada la intrascendencia de la rectificación interesada, ni
siquiera entrase el Tribunal a determinar si se estima o no. A través de este motivo, es doctrina reiterada
puede combatirse tanto el error aditivo (dar como probado lo que no sucedió) cuanto el omisivo (silenciar lo
verdaderamente acaecido), si bien presuponiéndose la ya advertida necesidad de que posean incidencia sobre
el fallo; lo que no resulta posible es interesar que se den como probados hechos negativos.
La inviabilidad del recurso que sólo se dirigiera a modificar la crónica histórica de la sentencia de instancia se
afirma en numerosas sentencias de suplicación, pues estaría vacío de contenido.
Aunque existe un cúmulo de pronunciamientos de suplicación acerca del valor de diversas modalidades de
documentos o pericias, hay que ser muy prudente al invocarlos, pues con frecuencia esa valoración está en
función del conjunto del material probatorio existente en el caso y las contradicciones sobre la virtualidad
revisoria de un documento pueden ser más aparentes que reales. En todo caso hay que exigir la fehaciencia o
literosuficiencia del documento, sin necesidad de deducciones o conjeturas, en orden a la evidencia del error
padecido por el juzgador.
Múltiples sentencias de suplicación exigen que el recurrente indique con exactitud cómo habrán de redactarse
los hechos declarados probados (un texto alternativo) y advierten que la rectificación sólo cabe cuando el error
del Juez de instancia se manifieste de manera clara, evidente y directa, sin necesidad de acudir a silogismos
deductivos, conjeturas, operaciones aritméticas, suposiciones o interpretaciones.
Como viene poniendo de relieve la doctrina de esta Sección de Sala en relación con la modificación de hechos
probados (así, y por todas, su sentencia de 3 de octubre de 2014, rec. 61/2014 ):
" (...) el recurso de suplicación se configura como de naturaleza extraordinaria, casi casacional, de objeto limitado,
[base trigésimo tercera de la Ley 7/1989] en el que el tribunal "ad quem" no puede valorar "ex novo" toda la prueba
practicada ni revisar el Derecho aplicable, sino que debe limitarse a las concretas cuestiones planteadas por las
partes, [ SSTC 18/1993 y 294 /1993 ], lo que no obsta a reconocer se haya evolucionado hacia la consideración
de oficio de determinados temas como son la insuficiencia de hechos probados y los defectos procesales,
procedente contra las resoluciones y por las causas o motivos limitativamente tasados o seleccionados por el
legislador. De donde se sigue que, a diferencia de lo que ocurre en la apelación civil, recurso este de carácter
ordinario, no existe en el proceso laboral una doble instancia que permita traer la cuestión objeto de la resolución
impugnada al pleno conocimiento de un órgano superior, sino que el sistema de recursos viene inspirado, según
el legislador, por el principio de doble grado jurisdiccional, [base trigésimo primera de la Ley 7/1989].
Los Juzgados de lo Social vienen diseñados como órganos de acceso a la prestación jurisdiccional en primera
y única instancia, no habiéndose incorporado al orden jurisdiccional laboral la figura de la apelación. Las
sentencias de esos órganos unipersonales podrán ser recurribles en suplicación ante los Tribunales Superiores
de Justicia y sólo ante ellos, con lo que se cumple, y en términos rigurosos, la previsión constitucional de culminar
la organización judicial en el ámbito territorial de la Comunidad Autónoma. [ Artículo 152.1, párrafo 3.º, CE y
punto III exposición de motivos Ley 7/198].
Solamente se puede pedir la revisión de los hechos probados a la vista de las pruebas documentales y periciales
practicadas, conforme determina el art. 193 b) LRJS .
Es necesario, atendiendo a reiterada doctrina judicial para que pueda operar la revisión de los hechos declarados
probados propuesta por las partes que concurran los siguientes requisitos STSJ Madrid 17 ene.02 ]:

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A) Ha de devenir trascendente a efectos de la solución del litigio, con propuesta de texto alternativo o nueva
redacción que al hecho probado tildado de erróneo pudiera corresponder y basada en documento auténtico
o prueba pericial que, debidamente identificado y obrante en autos, patentice, de manera clara, evidente y
directa, de forma contundente e incuestionable, sin necesidad de acudir a hipótesis, conjeturas, suposiciones o
argumentaciones más o menos lógicas, naturales o razonables, el error en que hubiera podido incurrir el juzgador,
cuya facultad de apreciación conjunta y según las reglas de la sana critica, ( artículo 97.2 LPL ) no puede verse
afectada por valoraciones o conclusiones distintas efectuadas por parte interesada. Es al Juez de instancia, cuyo
conocimiento directo del asunto garantiza el principio de inmediación del proceso laboral, a quien corresponde
apreciar los elementos de convicción -concepto más amplio que el de medios de prueba- para establecer la
verdad procesal intentando su máxima aproximación a la verdad real, valorando, en conciencia y según las reglas
de la sana crítica, la prueba practica.
B) La revisión pretendida sólo puede basarse en las pruebas documentales o periciales sin que sea admisible su
invocación genérica, y sin que las declaraciones de las partes o de testigos sea hábiles para alcanzar la revisión
fáctica en el extraordinario recurso de suplicación.
C) El Juzgador ha de abstenerse de consignar en la relación de hechos probados cualquier anticipación de
conceptos de derecho, que tienen su lugar reservado en la fundamentación jurídica.
D) La alegación de carencia de elementos probatorios eficaces, denominada por la doctrina "obstrucción
negativa", resulta completamente inoperante para la revisión de los hechos probados en suplicación ante la
facultad otorgada al Magistrado de apreciar los elementos de convicción.
E) La revisión pretendida debe ser trascendente para el sentido del fallo, esto es, influir en la variación de la
parte dispositiva de la sentencia, y no puede fundarse en hechos nuevos no tratados ante el Juzgado de lo
Social. Excepcionalmente debe tenerse en cuenta la posibilidad de aportar documentos nuevos, después de la
celebración del juicio en la instancia, en el caso del artículo 231 LPL en relación al 270 LEC .
(...) De los términos de la redacción fáctica solicitada ha de quedar excluido:
a) Todo lo que no sea un dato en sí, como los preceptos de normas reglamentarias de carácter interno o del
convenio colectivo aplicable, y, en definitiva cualquier concepto jurídico.
b) Los hechos notorios y los conformes.
c) Los juicios de valor predeterminantes del fallo, cuya sede ha de corresponderse con la motivación o
fundamentación jurídica del recurso.
d) Las hipótesis, conjeturas o elucubraciones, pues lo no acontecido, por posible, probable o incluso seguro que
pudiera resultar llegar a ser, de darse las condiciones correspondientes, no ha llegado a ser, y debe quedar fuera
de esa relación.
e) Los hechos negativos cuando equivalen a no acaecidos".
No puede pretender el recurrente la supresión de un hecho probado por entenderlo huérfano de prueba -pues
eso presupone la facultad de examinarla toda, lo que incluye los elementos de convicción formados en la
propia inmediatividad del juicio oral, lo que no es posible- debe indicar el sentido de la corrección de modo
individualizado -pues no es el Tribunal sino la parte la que recurre- y ésta debe tener transcendencia jurídica,
aunque sea extraprocesal, pues de lo contrario no se tutelaría ningún "interés" con el recurso.
La Ley encomienda la fijación de los hechos probados al Juez "a quo" ( art. 97.2 L.R.J.S .) en coherencia con
la circunstancia de que ante él se practican las pruebas y que en él se residencian competencias heurísticas
para indagar la verdad material sin sujeción o con sujeción relativa a la actividad de las partes ( art. 88 , 92.1 ,
93.2 , 95, etc. LRJS ).
QUINTO .- Dicho esto, las revisiones fácticas interesadas vienen abocadas, todas y cada una de ellas, al fracaso.
Nos explicaremos.
En cuanto a la primera revisión no se evidencia de manera contundente e incuestionable el error padecido por
la iudex a quo, la cual ha valorado la prueba con las amplias facultades que le reconoce el art. 97 LRJS , no
cabiendo en buena técnica de suplicación acudir a la obstrucción negativa en el sentido de que un hecho dado
por probado carezca de sustento probatorio suficiente. Además, no es tampoco dable confundir la realidad
material de prestación de los servicios con la apariencia documental meramente formal de quien figuraba
como empleador del trabajador en cada momento. Una cosa es donde el actor presta servicios y otra donde
figura que los presta. Que alguna de las empresas demandadas consten formalmente como " sin actividad
", que es lo que está queriendo poner de relieve la juzgadora de instancia, no quiere decir que realmente no

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la tengan. Por último, por lo que se refiere a que " El alta del trabajador en las empresas y por los periodos
que figuran en la relación anterior, se llevó a cabo de forma sucesiva, habiendo formalizado las partes los
correspondientes contratos de trabajo ", aun siendo un hecho conforme, es intrascendente puesto que no es el
hecho formal de quién ha otorgado los contratos lo relevante (lo cual no es controvertido) sino la prestación
efectiva de servicios para empresas que no figuraban formalmente como empleadoras.
En cuanto a la segunda revisión la Sala no la considera trascendente por afectar a trabajadores que no se
encuentran en las misma situación de facto que el actor, no siendo posible sustituir el criterio objetivo e
imparcial del Juez de instancia por el subjetivo y parcial de parte, habiéndose obtenido la convicción judicial
de la valoración conjunta de la prueba.
En cuanto a la tercera revisión tampoco prospera, al no desvanecerse el dato esencial de que las empresas
comparten oficinas en la calles Manises de Pozuelo utilizando unas mismas instalaciones, constituyendo las
codemandadas un grupo dedicado a prestar los más variados servicios de asistencia e información jurídica y
económica, con fines diferentes pero complementarios. Por otra parte, no se ha aportado a los autos, pese a
que se solicitó y accedió por el Juzgado a ello, que se presentara por las codemandadas los justificantes de
abono de las rentas, sin que la documental fiscal adjuntada sea suficiente en la convicción judicial finalmente
alcanzada para neutralizar el dato de que se comparten esas instalaciones.
SEXTO .- El quinto motivo denuncia infracción de la doctrina jurisprudencial que cita en la consideración
que aquí resumimos de que atendiendo a los hechos declarados probados no hay datos que demuestren la
unidad real del grupo de empresas que requiere de una unidad de actividades, trasvase de fondos y cesiones
inmobiliarias, movilidad de trabajadores dentro del grupo, o una estrategia unificadora y prestaciones laborales
indiferenciadas.
La empresa en el ámbito económico o mercantil ha sido definida como "organización de capital y trabajo"
destinada a la producción e intermediación de bienes y servicios para el mercado, y también como organización
de los factores de producción (capital y trabajo) con el fin de obtener ganancias ( SSTS de 17 julio 1993 y 18
de marzo 1994 ).
Dispone el artículo 1.2 del ET que, a los efectos de esta Ley, serán empresarios todas las personas, físicas
o jurídicas, o comunidades de bienes que reciban la prestación de servicios de las personas referidas en el
apartado anterior, así como de las personas contratadas para ser cedidas a empresas usuarias por empresas
de trabajo temporal legalmente constituidas. Consecuentemente, y de la combinación de los apartados 1 y
2 del ET, se puede afirmar es empresario la persona física o jurídica o comunidades de bienes que reciben
la prestación de servicios de quien es trabajador por reunir las notas de voluntariedad, ajeneidad, retribución
y dependencia, entendida esta última como sometimiento al ámbito de organización y dirección patronal.
El concepto de empresario es así traslativo o reflejo del concepto de trabajador, como afirma la doctrina
laboralista. El ET se refiere al empresario con este nombre únicamente en el artículo 1.2 , y puntualmente en el
artículo 42, sustituyéndolo por el más habitual de empresa (Del Rey Guanter). Así como el empresario, como
sujeto del contrato de trabajo, puede ser tanto una persona física o jurídica, el trabajador únicamente puede
ser una persona física, rompiendo el ET con esa doble posibilidad de personalidad respecto a este último que
sí contemplaba nuestra legislación histórica desde la Ley de Tribunales Industriales de 1908 hasta la Ley de
Contrato de Trabajo de 1944.
El empresario es el sujeto receptor de la prestación laboral, siendo independiente de su naturaleza y de su
personalidad, por lo que puede serlo tanto una persona jurídica de Derecho privado como de Derecho público,
de manera que las Administraciones Públicas es posible actúen como empresarios bien directamente o
indirectamente a través de entidades públicas empresariales, e incluso un ente desprovisto de personalidad
jurídica, como lo es una comunidad de bienes, o una sociedad irregular, son susceptibles de ser empresario.
Ejemplo paradigmático de comunidad de bienes es el de las comunidades de vecinos que actúan en el
mercado de trabajo como empleadoras contratando personal de limpieza, portería, seguridad, mantenimiento
o en tareas afines para el edificio. En fin, y siguiendo la clasificación que sobre las personas jurídicas
establece el artículo 35 del Código Civil pueden actuar como empresario las corporaciones, asociaciones y
fundaciones de interés público reconocidas por la ley, y las asociaciones de interés particular, sean civiles,
mercantiles o industriales. Los notarios pueden considerarse, a efectos del art. 1.2 del ET , si bien con ciertas
particularidades, en razón de la función pública que tiene encomendada y de las condiciones y circunstancias
en que la ejercitan ( STS de 6 de marzo 2000 ), como empresarios, de tal manera que la relación laboral
no se extingue cuando el Notario que contrata al trabajador cesa por traslado ( STS de 22 noviembre de
2004 ). Respecto a los profesores de religión y moral católica de los centros públicos de enseñanza primaria la
condición de empresario la ostenta la Administración Pública, o en los supuestos de trasferencias educativas
la Administración Autonómica ( SSTS de 27 de abril 2000 y 4 de febrero 2002 ).

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JURISPRUDENCIA

No tiene por qué ser necesariamente coincidente el concepto de empresario en sentido laboral y en sentido
económico, aunque en la mayor parte de las ocasiones coincidirán. Puede una persona ser empresario en
sentido económico y no en sentido laboral, por ejemplo, el titular de un pequeño negocio que trabaja solo o
con sus familiares. En cambio se puede ser empresario en sentido laboral sin serlo en sentido económico, por
ejemplo un abogado que utiliza los servicios de una secretaria. (Martín Valverde, Rodríguez-Sañudo y García
Murcia).
El Derecho Mercantil configura el concepto de manera estricta en el art. 42 del Código de Comercio ,
caracterizándolo por el control de una empresa por otra: "Existe un grupo cuando una sociedad ostente o pueda
ostentar, directa o indirectamente, el control de otra u otras. En particular, se presumirá que existe control
cuando una sociedad, que se calificará como dominante, se encuentre en relación con otra sociedad, que se
calificará como dependiente, en alguna de las siguientes situaciones:
a) Posea la mayoría de los derechos de voto.
b) Tenga la facultad de nombrar o destituir a la mayoría de los miembros del órgano de administración.
c) Pueda disponer, en virtud de acuerdos celebrados con terceros, de la mayoría de los derechos de voto.
d) Haya designado con sus votos a la mayoría de los miembros del órgano de administración, que desempeñen
su cargo en el momento en que deban formularse las cuentas consolidadas y durante los dos ejercicios
inmediatamente anteriores. En particular, se presumirá esta circunstancia cuando la mayoría de los miembros
del órgano de administración de la sociedad dominada sean miembros del órgano de administración o altos
directivos de la sociedad dominante o de otra dominada por ésta".
Por su parte el art. 18 del Real Decreto Legislativo 1/2010, de 2 de julio , por el que se aprueba el texto refundido
de la Ley de Sociedades de Capital, afirma que, los efectos de esta ley, "se considerará que existe grupo de
sociedades cuando concurra alguno de los casos establecidos en el art. 42 del Código de Comercio , y será
sociedad dominante la que ostente o pueda ostentar, directa o indirectamente, el control de otra".
Tampoco en el Derecho del Trabajo existe una definición general del «grupo de empresas ». La estableció
la Disposición Adicional Cuarta de la Ley 22/1992, de 30 de Julio , pero su descripción estaba orientada al
ámbito del fomento de la contratación indefinida y en todo caso fue derogada por el RD- Ley 9/1997; y en la
actualidad únicamente persiste la ofrecida por el art. 3 de la Ley 10/1997, de 24 de Abril , sobre derechos de
información y consulta de los trabajadores en las empresas y grupos de empresas de dimensión comunitaria,
conforme al cual «a los efectos de esta Ley» se entiende por grupo «el formado por una empresa que ejerce
el control y las empresas controladas», y en la Ley 45/1999, de 29 de noviembre, sobre desplazamiento de
trabajadores en el marco de una prestación de servicios transnacional. Y es precisamente en atención a que no
existe en la legislación española un concepto general del grupo de empresas, por lo que, en la mejor doctrina,
se propone su caracterización a partir de una noción amplia de grupo, basada en la dirección unitaria, aunque,
por razones de orden práctico, sería necesario presumir esa unidad de decisión en los supuestos en que exista
una relación de dominio o control. Definición coincidente con la efectuada por el art. 2 de la Directiva 94/45/
CE, de 22/Septiembre/1994 [traspuesta a nuestro Derecho por referida Ley 10/1997, de 24/Abril] y para el que
«1. A efectos de la presente Directiva, se entenderá por: ... b) " grupo de empresas ": un grupo que comprenda
una empresa que ejerce el control y las empresas controladas».
El mero hecho de que una empresa aparezca integrada en un grupo o parte de sus acciones pertenezcan a otra,
o coincidan sus elementos directivos, o decidan realizar una política de colaboración, no conlleva la pérdida
de su independencia a efectos jurídico laborales, por lo que no debe considerarse ilícito a efectos jurídico
laborales, al estar ello perfectamente amparado por el art. 38 CE ( STS de 20 enero 2003 ). No existe grupo de
empresas cuando un mismo empresario individual es titular de varias empresas independientes que actúan
separadamente en sus relaciones y transacciones comerciales ( STS de 16 de julio 1986 ). La figura del grupo
de empresas no se presume sino que debe aplicarse siempre que existan fundados indicios de su existencia
( STS Madrid de 1 febrero 2005 ).
Ahora bien, para llevar a cabo el análisis del concepto, extensión y alcance de los grupos de empresas dentro
del Derecho del Trabajo, es forzoso partir de la reiterada doctrina jurisprudencial asentada a este respecto
por la Sala de lo Social del Tribunal Supremo, que desde 1990 ha venido manteniendo una línea uniforme
y clara en orden a la exigencia de los elementos y requisitos que se han de cumplir para que la existencia
de un grupo de empresas produzca consecuencias relevantes en relación con los contratos de trabajo y
las responsabilidades laborales de las diferentes empresas que lo componen; siendo la consecuencia más
destacable a este respecto la que supone la extensión de la responsabilidad solidaria a todas esas empresas
que integran el grupo. Las sentencias que han consolidado esta doctrina son fundamentalmente las de 30 de
enero , y 9 de mayo de 1990 , 30 de junio de 1993 , 26 de enero de 1998 , 21 de diciembre del 2000 , 26 de

8
JURISPRUDENCIA

septiembre el 2001 y 23 de enero del 2002 , entre otras. El contenido de la doctrina que se mantiene en estas
sentencias queda perfectamente reflejado en lo que expresa la citada sentencia de 26 de Enero de 1998 , en
la que se manifiesta:
" El grupo de empresas, a efectos laborales, ha sido una creación jurisprudencial en una doctrina que no siempre
siguió una línea uniforme, pero que hoy se encuentra sistematizada en la Jurisprudencia de esta Sala. Así
ya se afirmó que "no es suficiente que concurra el mero hecho de que dos o más empresas pertenezcan al
mismo grupo empresarial para derivar de ello, sin más, una responsabilidad solidaria respecto de obligaciones
contraídas por una de ellas con sus propios trabajadores, sino que es necesaria, además, la presencia de
elementos adicionales" ( Sentencias de 30 de enero , 9 de mayo de 1.990 y 30 de junio de 1.993 ). No puede
olvidarse que, como señala la sentencia de 30 de junio de 1.993 , "los componentes del grupo tienen en principio
un ámbito de responsabilidad propio como persona jurídicas independientes que son ". La dirección unitaria
de varias entidades empresariales no es suficiente para extender a todas ellas la responsabilidad. Ese dato
será determinante de la existencia del Grupo empresarial. No de la responsabilidad común por obligaciones
de una de ellas. Como dicho queda, para lograr tal efecto, hace falta un plus, un elemento adicional, que
la Jurisprudencia de esta Sala ha residenciado en la conjunción de alguno de los siguientes elementos: 1.-
Funcionamiento unitario de las organizaciones de trabajo de las empresas del grupo SS de 6 de mayo de 1.981
y 8 de octubre de 1.987 ). 2.- Prestación de trabajo común, simultánea o sucesiva, en favor de varias de las
empresas del grupo SS. 4 de marzo de 1.985 y 7 de diciembre de 1.987 ). 3.- Creación de empresas aparentes
sin sustento real, determinantes de una exclusión de responsabilidades laborales ( SS. 11 de diciembre de
1.985 , 3 de marzo de 1987 , 8 de junio de 1.988 , 12 de julio de 1.988 y 1 de julio de 1.989 ). 4. Confusión
de plantillas, confusión de patrimonios, apariencia externa de unidad empresarial y unidad de dirección ( SS.
de 19 de noviembre de 1.990 y 30 de junio de 1.993 ). Y todo ello teniendo en cuenta que "salvo supuestos
especiales, los fenómenos de circulación del trabajador dentro de las empresas del mismo grupo no persiguen
una interposición ilícita en el contrato para ocultar al empresario real, sino que obedecen a razones técnicas y
organizativas derivadas de la división del trabajo dentro del grupo de empresas ; práctica de lícita apariencia,
siempre que se establezcan las garantías necesarias para el trabajador, con aplicación analógica del artículo
43 del Estatuto de los Trabajadores " ( SS. de 26 de noviembre de 1.990 y 30 de junio de 1.993 )
El concepto de grupo laboral de empresas y, especialmente, la determinación de la extensión de la
responsabilidad de las empresas del grupo depende, como señala la STS de 20 de marzo de 2013 , de
cada una de las situaciones concretas que se deriven de la prueba que en cada caso se haya puesto de
manifiesto y valorado, sin que se pueda llevar a cabo una relación numérica de requisitos cerrados para que
pueda entenderse que existe esa extensión de responsabilidad. Entre otras cosas, porque en un entramado
de múltiples empresas la intensidad o la posición en relación de aquéllas con los trabajadores o con el grupo
no es la misma.
El grupo de empresas se considera patológico para el Derecho del Trabajo si una vez levantado el velo de
las empresas que lo integran, se encuentran fenómenos de constitución abusiva de sociedades en perjuicio
de los trabajadores afectados, de manera que el Juez o Tribunal después de penetrar en la realidad material
y no en la adscripción formal del trabajador a una de ellas declara que existe un verdadero grupo ilícito a
cuyas empresas extiende la responsabilidad solidaria sobre los derechos del trabajador, correspondiendo a
este último, en principio, y con todos los matices del art. 217 de la Ley de Enjuiciamiento Civil , la carga de la
prueba de que dicho grupo existe, o al menos dar indicios sobre su existencia
SEPTIMO .- En el concreto caso aquí examinado, y con la base fáctica declarada firme, la Sala coincide
con el criterio de la iudex a quo de que estamos ante un grupo de empresas laborales, y no meramente
ante un grupo mercantil de empresas, porque, con independencia del vínculo formal, se han prestado
servicios indistintamente para las empresas referidas en el hecho probado primero, y en los periodos
que en el mismo se detallan, a excepción de Datadiar, utilizando para ello dichas empresas las mismas
instalaciones y oficinas en la calle Manises de Pozuelo de Alarcón, constituyendo las codemandadas un grupo
dedicado a prestar los más variados servicios de asistencia e información jurídica y económica, con fines
diferentes pero complementarios, con evidente confusión de plantillas, con lo que se da, al menos, uno de
los supuestos caracterizadores del grupo de empresas a efectos laborales, lo que es suficiente, naciendo
así la responsabilidad solidaria. El dato de que algunos Juzgados de lo Social de Madrid (en las sentencias
referenciadas por la recurrente) hayan dado una respuesta negativa al grupo de empresas laboral, no es
decisivo, para lo cual debe tenerse en cuenta es perfectamente válido, sin que se conculque la tutela judicial
efectiva, los diferentes órganos judiciales alcancen conclusiones diferentes en función de los medios de
prueba practicados en cada uno de ellos. Y en el caso presente ha existido una prueba contundente y copiosa,
propuesta y practicada por la parte actora, que ha llevado a la iudex a quo a apreciar la confusión de plantillas.
Aunque, en general, nuestra jurisprudencia adopta una actitud crítica a la hora de aceptar la relevancia
constitucional de la contradicción, tan solo la reconoce cuando no es consecuencia inevitable del ejercicio de

9
JURISPRUDENCIA

la independencia de los órganos jurisdiccionales ( art. 117.1 y 3 CE ) en el marco legal vigente de distribución
de la jurisdicción única entre los distintos órdenes, como ocurre, en especial, cuando la contradicción deriva
de la diversa apreciación de unos mismos hechos desde distintas perspectivas jurídicas ( STC 25-10-1999,
recurso de amparo núm. 3.526/1995 ).
En suma, si las empresas demandadas constituyen un grupo de empresas a los efectos laborales, no
bastaba para acreditar la situación económica negativa en el despido objetivo operado con ofrecer los datos
económicos de una sola de ellas, sino que debió probarse la situación negativa de todas y cada una de las
empresas del grupo, sin que se hayan acreditado las causas expresadas en la carta de despido, con lo que la
censura jurídica decae, al no infringirse la doctrina unificada contenida en STS de 27-5-2013 .
OCTAVO .- El último motivo censura infracción de los artículos 53.1.b ) y 56.1. b) ET por considerar la
indemnización resultante de calificarse el despido de improcedente ascendería a 41.089,64 euros y no a
41.395,65 euros que fija el fallo de la sentencia.
Los cálculos ofrecidos por la recurrente son correctos, salario diario de 62,47 X (558,75 +99), distinguiendo
dos tramos, hasta el 11-2-12 y a partir del 12-2-12, = 41.089,64, sin que se hubiera atendido por el Juzgado
a subsanar el error en el escrito de aclaración presentado por la empresa, por lo que procede su estimación,
al no ser ni tan siquiera contradichos por la parte actora en su escrito de impugnación a los meros efectos
aritméticos.
Lo razonado conduce a la estimación del recurso en parte, a los únicos efectos de cuantificar la indemnización
en 41.089,64 euros, confirmando el resto de pronunciamientos de la resolución judicial de instancia.
Sin costas ( art. 235 LRJS ), procediendo la devolución a la recurrente de la totalidad del depósito ( art. 203.3
LRJS ).

FALLAMOS
Estimamos en parte el recurso de suplicación interpuesto por GAGE DATA SL contra sentencia del Juzgado
de lo Social nº36 de los de Madrid dictada en 16 de octubre de 2015 , en sus autos nº 314/2015, en virtud de
demanda deducida por D. Alfredo frente a GAGE DATA SL, GAGE SL y BUFEDIAR SL, FORODIAR SL, CONTADIAR
SL, DATADIAR SL, CENTRO DE FORMACION DATADIAR SL, GACETA FISCAL SL y BUDIAR SL, y con revocación
parcial de la resolución judicial de instancia, fijamos la cuantía de la indemnización del despido declarado
improcedente en 41.089,64 euros, confirmando el resto de sus pronunciamientos.
Sin costas, procediendo la devolución a la recurrente de la totalidad del depósito para recurrir.
Incorpórese el original de esta sentencia, por su orden, al Libro de Sentencias de esta Sección de Sala.
Expídanse certificaciones de esta sentencia para su unión a la pieza separada o rollo de suplicación, que se
archivará en este Tribunal, y a los autos principales.
Notifíquese la presente sentencia a las partes y a la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Madrid.
Hágaseles saber a los antedichos, sirviendo para ello esta misma orden, que contra la presente sentencia
pueden, si a su derecho conviene, interponer recurso de casación para la unificación de la doctrina, que ha de
prepararse mediante escrito presentado ante esta Sala de lo Social de Madrid dentro del improrrogable plazo
de los diez días laborales inmediatos siguientes a la fecha de notificación de esta sentencia de acuerdo con
los establecido, más en concreto, en los artículos 220 , 221 y 230 de la LRJS .
Asimismo se hace expresa advertencia a todo posible recurrente en casación para unificación de esta
sentencia que no goce de la condición de trabajador o de causahabiente suyo o de beneficiario del Régimen
Público de la Seguridad Social o del beneficio reconocido de justicia gratuita, deberá acreditarse ante esta Sala
al tiempo de preparar el recurso el ingreso en metálico del depósito de 600 euros conforme al art. 229.1 b) de
la LRJS y la consignación del importe de la condena cuando proceda, presentando resguardos acreditativos de
haber efectuado ambos ingresos, separadamente, en la cuenta corriente número 2826000000 nº recurso que
esta Sección Primera tiene abierta en el Banco de Santander, sita en el Paseo del General Martínez Campos
nº 35, 28010 de Madrid.
Se puede realizar el ingreso por transferencia bancaria desde una cuenta corriente abierta en cualquier entidad
bancaria distinta de Banco de Santander. Para ello ha de seguir todos los pasos siguientes:
Emitir la transferencia a la cuenta bancaria siguiente: IBAN ES55 0049 3569 9200 0500 1274. En el campo
ordenante, se indicará como mínimo el nombre o razón social de la persona física o jurídica obligada a hacer
el ingreso y si es posible, el NIF / CIF de la misma. En el campo beneficiario, se identificará al juzgado o tribunal

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JURISPRUDENCIA

que ordena el ingreso. En el campo "observaciones o concepto de la transferencia", se consignarán los 16


dígitos que corresponden al procedimiento: 2826000000 (nº recurso).
Pudiéndose, en su caso, sustituir dicha consignación en metálico por el aseguramiento de dicha condena
mediante el correspondiente aval solidario de duración indefinida y pagadero a primer requerimiento emitido
por la entidad de crédito.
Una vez adquiera firmeza la presente sentencia, devuélvanse los autos originales, para su debida ejecución, al
Juzgado de lo Social de su procedencia, dejando de ello debida nota en los Libros de esta Sección de Sala.
Así, por esta nuestra sentencia, lo pronunciamos, mandamos y firmamos.
PUBLICACION .- Leída y publicada fue la anterior sentencia el , por el Ilmo. Sr. Magistrado Ponente que la
suscribe, en la Sala de Audiencias de este Tribunal, doy fe.

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