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Introducción:

Es un tumor uterino benigno, originado en las células musculares del miometrio, con un estroma
provisto de pocos vasos.
Por su componente muscular liso es un leiomioma, y si la proporción de tejido conectivo aumenta
es un fibroleiomioma.
Es uno de los tumores más frecuentes del aparato genital. Generalmente las edades de mayor
incidencia son entre los 35 y los 50 años.

Clasificación:

De acuerdo con su situación, los miomas son corporales o cervicales. Esta distinción no solo tiene
un significado topográfico, sino también marca una diferencia en su sintomatologia y su evolución;
en efecto, los miomas corporales son hormonodependientes, su desarrollo está vinculado a la
increción de estrógenos y como tales, disminuyen por lo general de volumen en la posmenopausia,
mientras que los cervicales no suelen involucionar en estas circunstancias.

Miomas Corporales :

Casi la totalidad de miomas asientan en esta zona. Pueden ser únicos o múltiples, lo que es mas
frecuente. Los tamaños son variables, desde milímetros hasta llegar a pesar varios kilos.
Según la ubicación en el espesor del miometrio, su expansión y dirección de crecimiento, se
pueden subdividir de la siguiente manera:

• Intramurales: Desarrollados en pleno miometrio, con más frecuencia en la cara posterior, y


relativamente alejados de la mucosa endometrial y de la superficie externa serosa del
órgano, se hallan rodeados de tejido muscular sano de espesor variable. En sus comienzos
no modifican prácticamente ni el volumen ni la forma del útero, pero si con su crecimiento
expansivo prosigue, ocasionando entonces el aumento del volumen uterino y modificando
asimismo su configuración, según en número y el tamaño de los nódulos blastomatosos.
Como la cavidad uterina también se agranda, su repercusión sobre el endometrio es
practicamente nula.

• Subserosos: Primitivamente todos los miomas son intramurales, pero los que se originan en
las capas más externas del miometrio, a medida que progresa su crecimiento, desplazan,
comprimen y adelgazan las fibras musculares (pseudo cápsula) que rodean a los nódulos, los
cuales hacen procedencia en la superficie externa uterina, deformándola; sobre esta
superficie puede verse gruesos vasos venosos.
Se considera que un nódulo es subseroso cuando más del 50 % sobresale de la superficie
del órgano.
Si su crecimiento excéntrico o centrifugo continúa y las contracciones uterinas lo ayudan en
su desplazamiento hacia fuera, como para librarse de él, de sésiles pueden hacerse
pediculados, eventualidad por otra parte parte poco frecuente. En estas circunstancias el
pediculo, constituido por fibras musculares, vasos sanguineos y linfáticos, como
consecuencia de los desplazamientos del tumor, se alarga y adelgaza con el tiempo, mientras
que sus elementos se van atrofiando. Por esto o por la torsión del pedículo, su nutrición se
ve comprometida, y eso da lugar a la formación de adherencias.
Una variedad de mioma subseroso es el intraligamentario, que se desarrolla entre las hojas
del ligamento ancho, dado que tuvo su ubicación inicial en las proximidades de los bordes
del utero. Por lo general, son unilaterales, mientras crecen desplazan lateralmente al útero y
a veces al ureter, al que a veces puede llegar a comprimir.

• Submucoso: son miomas de crecimiento centrípeto (hacia la cavidad uterina). Pueden


asentar ampliamente en la pared uterina o estar unido a ella por un pedículo. Estos últimos
permanecen en la cavidad uterina o son expulsados hacia la vagina por las contracciones
uterinas (mioma nascens).

Miomas Cervicales:

Estos asientan en el cuello uterino. Generalmente son únicos y se los divide en intramurales,
subserosos y submucosos. Los más frecuentes son los intramurales; se desarrollan en el espesor de
uno de los labios con preferencia en el posterior. No adquieren gran desarrollo, puesto que su
diagnóstico, a causa de la sintomatología que presentan, es relativamente precoz. El conducto
cervical se alarga y el orificio externo suele adoptar una forma semilunar por la compresión y
deformación que sufre el labio opuesto al tumor.
Los que se desarrollan en forma centrfuga (subserosos) en la porción supravaginal del cuello,cara
anterior y laterales, dan lugar a compresiones preferentemente del aparato urinario; los de la cara
posterior van ocupando el Douglas, comprimen el recto y desplazan al cuello contra la sinfisis
pubiana.
Los ubicados en el hocico de tenca se desarrollan dentro de la vagina y, según su volumen, la
pueden ocupar en gran parte y hasta eteriorizarse a través de la vulva.
Los submucosos son mucho más raros que los anteriores y generalmente de volumen pequeño.
Se debe recordar que los miomas cervicales, a pesar de tener una estructura histológica similar a
los corporales, no dependen como estos últimos de la influencia hormonal del ovario, por lo que no
involucionan después de la menopausia.

Complicaciones del Mioma

• Torsión del pedículo: en subserosos y submucosos.


• Degeneración hialina: es la alteración más común. Las fibras musculares se encuentra
aprisionadas por trabéculas hialinas.
• Degeneración mixoide: se produce una licuefacción del tejido tumoral, produciendose areas
de reblandecimiento que forman cavidades con contenido mucoide.
• Calcificación: pueden producirse depósitos en la capa externa del tumor, en forma de
“cascara” o dentro del mismo como “piedras o cálculos”.
• Necrosis: se debe fundamentalmente a una mala irrigación, por lo que es mas común en
miomas pediculados. Esta alteración predispone a la infección.
• Infección: es bastante infrecuente; se da generalemente en miomas cercanos a la cavidad
uterina, que sufrieron traumatismos o procesos de necrosis.
• Degeneración grasa: muy raro
• Degenaración sarcomatosa: de extrema gravedad aunque de rara presentación.
• Atrofia: se produce después de la menopausia, debido a una menor irrigación sanguínea y a
la falta de estimulación hormonal. Es importante tener en cuenta la posibilidad de existencia
de focos de anormalidades citológicas en la periferia de las áreas de necrosis, sobre todo
durante el embarazo y en mujeres sometidas a tratamiento hormonal, que no deben
confundirse con focos de malignización.

Clínica

Los síntomas dependen del número de nódulos existentes, de su tamaño y de su ubicación. Muchas
veces, estos pasan inadvertidos ya que no presentan sintomas, como es el caso de los subserosos. Es
así como muchas veces son descubiertos de manera ocasional en algún exámen. Otros casos, se
presentan con diversa sintomatología, entre la que se menciona: hipermenorrea, metrorragias, dolor,
síntomas de compresión, esterilidad – infertilidad.

• Miomas subserosos: inicialmente son asintomáticos, pero al alcanzar gran tamaño, pueden
causar dolor, compresión de órganos vecinos como vejiga y recto con cuadros de disuria y
retención urinaria.
• Miomas intramurales: al aumentar de tamaño deforman la cavidad. Producen hipermenorrea
(menstruaciones abundantes, con coágulos, que se prolongan por 10 dias o mas) por
alteración de la contractilidad del miometrio, por aumento del tamaño de la cavidad o por
congestión venosa. En su crecimiento puede hacerse subseroso y provocar dolor por
necrosis (complicación). Puede causar cuadros de infertilidad, ya que altera la anidación,
nutrición y desarrollo ovular. También se lo puede relacionar a esterilidad cuando hay
obstrucción tubaria bilateral, aunque es muy raro.
• Miomas submucosos: frecuentemente al iniciarse son asintomáticos. Luego, pueden
producir metrorragias, debido a ulceración del endometrio, ruptura de plexos venosos o
necrosis.
En el caso de los miomas nascens, además de la metrorragia, existe dolor de tipo expulsivo,
que cesa una vez que el mioma pasa a través del orificio cervical externo.
• Miomas cervicales: al expandirse, ocasionan síntomas de compresión de órganos vecinos
(ureter, vejiga, recto) con dolor y retención urinaria.
Diagnóstico

Es predominantemente clínico, tomando en cuenta la sintomatología y a través de un buen exámen


ginecológico que permite comprobar: aumento del tamaño uterino, deformación de su superficie,
aumento de la consistencia y en la histerometría se muestra agrandamiento de la cavidad uterina, la
palpación y la movilización del utero no provocan dolor.
Se debe hacer diagnóstico diferencial con adenomiosis, utero bicorne, leiomiosarcomas, tumores de
ovario, globo vesical, tumores intestinales, embarazo.
Para diferenciar un embarazo de un mioma, se deber recordar que este último tiene una consistencia
dura característica, pero cuando sufre reblandecimiento, puede surgir la duda. Para descartar
embarazo se realiza la determinación de la subunidad beta de hCG y con la ayuda de la ecografía.
En el caso de diagnóstico diferencial con tumor de ovario, se debe comprobar si el tumor hace
cuerpo con el utero o no. También se tiene en cuenta la ecografía y la comprobación del
agrandamiento de la cavidad uterina.
Además de la clínica, existen métodos complementarios de gran utilidad como la histerografía, que
permite el diagnóstico por: aumento, deformación y falta de relleno de la cavidad uterina.
Otro método es la ecografía que muestra una masa hipoecoica, sólida, de contornos regulares y
tamaños muy diferentes. La ecografía transvaginal nos ayuda a diferenciar e identificar pequeños
miomas intramurales; los submucosos suelen ser más fácilmente diagnosticados por esta vía
vaginal. Además, ofrece la ventaja de visualizar la relación del mioma con la cavidad endometrial,
por lo que justifica su utilización.

Pronóstico

Al ser un tumor de naturaleza benigna, su pronóstico es bueno. Se debe tener en cuenta que puede
sufrir degeneraciones, siendo la más temible el sarcoma, pero al mismo tiempo la menos frecuente.
Si existen complicaciones más comunes como las hemorrágicas e infecciosas que deben estar
presentes en el pensamiento del médico para evitar poner en riesgo la vida de la paciente.

Tratamiento

Depende de diferentes factores como la edad, fecundidad, síntomas presentes y estado general,
número de miomas, ubicación, tamaño, etc.
También se debe tener en cuenta que no todos los miomas deben ser tratados. Aquellos que el
volumen tumoral no supera el de un embarazo de tres meses (el útero no supera la mitad de la linea
umbilicopubiana) y que sea asintomático, es un claro ejemplo de esto. Además, aquellos de tamaño
pequeño y que se reconocen en la menopausia, tampoco necesitan tratamiento ya que comenzaran a
disminuir su volúmen.

• Médico: tiene dos objetivos, que son, el alivio de los síntomas y reducción del tamaño del
tumor.
Se usan Esteroides Andrógenos (como gestrinona) para:
– Reducir o abolir la pérdida menstrual en paciente con menorragia, en virtud del efecto
directo sobre el endometrio e inhibición del feed-back negativo de la secreción de
gonadotrofina hipofisaria.
– Relativa disminución del 20% del volumen del mioma uterino.
Antagonistas de la Progesterona:
El crecimiento de los miomas depende de los esteroides y tienen un contenido acumulado de
Receptores de Estrógenos (ER) y Receptores de Progesterona (PR), en comparación con el
miometrio circundante, es admisible, que los miomas puedan ser modificados por la
Antiprogesterona.
Análogos de LH-RH:
Permiten un reducción importante del tamaño de los miomas entre un 30 y 70%, facilitando
la conservación hasta completar la función reproductiva o mejorando las condiciones para la
cirugía laparoscópica.

• Quirúrgico: es indicado en los tumores que superen el volumen de un utero grávido de tres
meses, si los síntomas no ceden con el tratamiento médico, si hay síntomas de compresión,
si se sosprecha que el tumor ha sufrido complicaciones, en el caso de un mioma cervical (ya
que no responde a los cambios hormonales), etc.
Así, encontramos dos criterios, el conservador y el radical o ablativo.

Criterio conservador: se realiza en mujeres jóvenes (menores de 35 años), que aún desean tener
hijos. Se realiza la miomectomía, que consiste en extirpar el nódulo único o múltiple, pero
conservando el cuerpo del utero, a través de laparatomía o laparoscopía.

Criterio Ablativo: se practica en mujeres de 40 años o mayores, en las que se realiza la


histerectomía, que consiste en extirpar cuello y cuerpo del utero. Generalmente se asocia con
anexectomía bilateral, para evitar un posible degeneración maligna (después de los 50 años).
Imágenes:

Se observan en la pared fibromuscular del organo dos formaciones nodulares, solidas, firmes, bien
circunscriptas con limites netos, representadas por un tejido blanquecino, fibrilar, que en algunos
sectores dibujan “apretados remolinos”. El principal mide 2,5 cm de diametro. Ambos nodulos
muestran un crecimiento intramural predominante.
Organo sagitalmente abierto que muestra una tumoración solida con crecimiento subseroso,
pediculada en la superficie externa del utero

Fibroleiomioma con crecimiento submucoso, pediculado, inserto en la cavidad uterina que en su


crecimiento dilata el canal endocervical y asoma por el orificio externo de la portio, generando una
imagen especuloscopica de mioma nascens.
Fibroleiomioma cervical que dilata y altera el canal de endocuello, lobulado, firme, poco elástico,
que muestra cambios parciales de infartamiento hemorragico por torsión del pedículo con
obstrucción de los vasos que lo nutren.
Bibliografía:

1. FIGUEROA LA TORRE DIANA “GINECOLOGIA, SEMIOLOGIA, DISGNOSTICO


CLINICO Y TRATAMIENTO” / PRIMERA EDICION – ENERO 1997 LIMA, PERU.
2. GORI JORGE – LARUSSO ANTONIO “GINECOLOGIA DE GORI” / SEGUNDA
EDICION – 2003 BUENOS AIRES, ARGENTINA
3. DEL CASTILLO RENE ATILIO “ GINECOLOGIA BASICA” / PRIMERA EDICION –
2004 CORDOBA, ARGENTINA.
4. COMPARATO MARIO “GINECOLOGIA EN ESQUEMAS” / TERCERA EDICION –
2000 BUENOS AIRES, ARGENTINA.
Monografía Final

Tema: Miomas Uterinos

Cátedra: Clínica Ginecológica

Profesor Titular: Dr. Del Castillo René

Alumna: Bedini Mariana E.

Año: 2012

Universidad Nacional de La Rioja

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