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más impuesto a las ganancias que en 2018, aunque menos que en 2015
INFORME ECONÓMICO
Autores:
Andrés Mir
Nadin Argañaraz
Junio de 2019
El año 2015 marcó el récord de carga tributaria del impuesto a las ganancias para los
trabajadores dependientes e independientes de Argentina. Nunca antes en la historia
tributaria de nuestro país los contribuyentes que quedaban alcanzados por el impuesto se
vieron sometidos a alícuotas efectivas promedio (entendiendo por tales al porcentaje
efectivo del ingreso neto anual pagado en concepto del impuesto) de la magnitud de las
verificadas ese año.
III) Más grave que lo anterior fue el hecho que los tramos de escala
permanecieron congelados desde el año 2001 hasta el año 2015, a pesar de toda la
inflación acumulada en ese período, principalmente a partir del año 2007. Esta situación
provocó que un mismo nivel de salario real, representado año a año por montos
nominales superiores, quedase sucesivamente alcanzado por tramos superiores de la
escala y, en consecuencia, pasara a tributar una alícuota legal promedio superior. Para el
impuesto a las ganancias se era cada vez más rico, a pesar que el salario real se mantenía
constante.
IV) Finalmente, en un intento por corregir estos atrasos, pero que a la vez no se
pierda un monto significativo de recaudación, se dispuso en el año 2013, luego de un mal
resultado electoral para el oficialismo de turno, una modificación inédita en la historia
del impuesto a las ganancias de Argentina (y podría decirse del mundo) que lejos de
solucionar el problema generó una mayor inequidad y distorsión. La medida en cuestión
dispuso que para determinar las deducciones del impuesto a las ganancias computables
por los trabajadores en relación de dependencia no se debía computar su ingreso actual
sino el que tenían en un mes de un periodo previo (en este caso agosto del año 2013). De
esta manera quienes a esa fecha percibían un ingreso bruto de hasta $15.000 quedaban
fuera del impuesto en el futuro, independientemente de cuál fuera su nuevo salario (si
pasaban a ganar por ejemplo $1 millón mensuales seguían sin tributar) y para quienes en
ese momento tenían remuneraciones superiores a $15.000 prevalecían deducciones
decrecientes.
b) dos personas con el mismo sueldo bruto podían estar tributando un impuesto
totalmente diferente.
En tal sentido el nuevo gobierno nacional y el nuevo Congreso nacional fueron avanzando
hacia una solución de las distorsiones heredadas. Entre las decisiones tomadas se
destacan:
1) Ajuste para el año 2016 de los valores de las deducciones personales
computables, y eliminación de la absurda segmentación dispuesta en el año 2013.
3) Se actualizaron a partir del año 2017 los tramos de la escala del impuesto,
aunque en un porcentaje muy inferior a la inflación soportada desde el año 2001. La
actualización fue mayor en los tramos bajos de la escala que en los intermedios, razón por
la cual se mantuvo en buena parte el "achatamiento" de la progresividad del tributo
generado por el congelamiento de los años previos.
c) Para la obtención de los ingresos equivalentes de los años 2015, 2016 y 2017 se
utilizó la variación anual promedio del índice de salarios del sector privado registrado del
INDEC. Es decir que se considera que la evolución salarial de cada caso ejemplificado ha
sido idéntica a la del promedio de la economía. El mismo procedimiento se realizó para
obtener el ingreso equivalente para el año 2019, suponiendo un incremento salarial para
todo el año del 34,5%. Los niveles de ingresos en pesos de este año quedarían
conformados de la siguiente manera: Caso 1) $47.075, Caso 2) $53.800, Caso 3) $67.249,
Caso 4) $100.875, Caso 5) $134.500 y Caso 6) $201.751.
e) En cada caso y para cada año se procedió a calcular el impuesto a las ganancias
en base a los parámetros vigentes en cada momento y, para poder efectuar una
comparación correcta, se procedió a determinar la alícuota efectiva promedio,
entendiendo por tal al cociente entre el impuesto pagado y el ingreso neto anual de
cada trabajador.
Los resultados obtenidos para el caso de trabajadores dependientes con y sin posibilidad
de deducir cargas de familia se resumen a continuación:
La primera conclusión que se obtiene del análisis comparado es que en todos los casos
los trabajadores dependientes tienen en la actualidad una menor carga tributaria que
en al año 2015.
De manera particular:
b) Los únicos trabajadores (solteros sin hijos) perjudicados fueron quienes habían
quedado incluidos en la virtual exención que se dispuso para aquellos con
remuneraciones brutas en agosto de 2013 de hasta $15.000 (casos 1 y 2). En estos casos
la tasa efectiva pasó a ser de entre el 1% y el 3% para los solteros sin hijos, que gozaban
de una suerte de situación privilegiada ya que en el esquema anterior se los había
igualado a quienes sí tenían cargas de familia.
c) A pesar de los cambios mencionados, los niveles de carga tributaria del año
2016 fueron notoriamente elevados para sectores de ingresos medios y medios altos
(casos 4 a 6) con alícuotas efectivas de entre el 14% y el 24% entre los dependientes con
cargas de familia, y de entre el 17% y el 25% entre quienes no pueden realizar dichas
deducciones.
Lamentablemente, en el año 2018 y en la estimación para este año 2019 esta tendencia
decreciente se ha revertido, a pesar de la actualización automática que se aplica a los
parámetros de cálculo. En los ejemplos desarrollados se observa que en 2018 se produjo
un aumento en la alícuota efectiva de entre 0,5 y 1 punto porcentual, y esa situación se
estima que se repetirá en 2019.
La causa de esta suba de la carga tributaria hay que buscarla en el índice de ajuste de los
parámetros que dispuso el Congreso de la Nación cuando se reformó la Ley del Impuesto
a las Ganancias. En lugar de utilizar un índice que mida directamente la inflación (IPC o
IPM), la desconfianza después de tantos años de manipulación en las cifras de inflación,
llevó a utilizar el índice RIPTE (que mide la remuneración imponible promedio de los
trabajadores estables), el cual tiene dos problemas en períodos inflacionarios como los
que se vivieron en 2018 y 2019:
a) La mejora fue para todos los niveles de ingreso, toda vez que estos trabajadores
no contaban con el beneficio de la "exención de hecho" dispuesta en 2013 para quienes
tuvieran ingresos en ese momento de hasta $15.000.
b) Han eliminado las distorsiones generadas por las disposiciones del año 2013,
oportunamente detalladas.
En el corto plazo, concretamente para el año que viene, los parámetros del impuesto se
indexarán según la variación salarial octubre 2019-octubre 2018. De confirmarse la baja
de la tasa de inflación, eso abre la posibilidad que los salarios nominales se ajusten en esa
línea, y consecuentemente que las alícuotas efectivas del impuesto disminuyan en 2020
respecto a este año.