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PREHISTORIA

1. ARTE PALEOLÍTICO.

En el momento más frío de la última glaciación hace unos 20.000 años, las
temperaturas generales eran de 15ºC más bajas que hoy en día. Había tanta
agua encerrada en las placas de hielo que los niveles del mar estaban 100m
por debajo de los actuales, por lo que dejaban al descubierto estrechos y unían
continentes, previamente separados por los océanos. Al haber menos agua
disponible en la atmósfera para descender en forma de lluvia, extensas zonas
de los trópicos se convirtieron en desiertos áridos. En la parte septentrional de
Eurasia y América del Norte, inmensas capas de hielo avanzaron por el
terreno, generando fuertes vientos árticos. Plantas, animales y humanos
tuvieron que adaptarse a estas condiciones ambientales extremas.

Durante esta época, el homo sapiens era la única especie humana


superviviente. Físicamente menos robustos que los Neandertales, que antes
habían habitado las latitudes septentrionales, estos humanos modernos se
vieron obligados a utilizar sus habilidades e ingenio para combatir el frío.
Llenos de inventiva explotaron los recursos naturales que encontraban y
utilizaron de maneras diferentes no solo la piedra sino también el hueso, las
pieles y las cornamentas de animales. Las innovaciones incluían armas que
podían apuntar y arrojarse a largas distancias –lanzas, arcos y flechas–;
tecnología para vestir perfeccionada –correas de cuero, pasadores y agujas de
coser– y refugios más resistentes.

En este momento se construyeron refugios más grandes y duraderos: se han


encontrado restos en emplazamientos de Centroeuropa y Oriente próximo. La
forma más común era una superestructura de estacas de madera cubiertas con
pieles de animales. Algunos refugios tenían suelos rebajados y hogares.
Especialmente espectaculares eran los de huesos de mamut en Europa
Oriental, los cuales ponen de relieve la habilidad de estos hombres para usar
materiales poco corrientes debido a las circunstancias. Entretanto, en muchas
regiones del mundo, las cuevas naturales seguían siendo refugios prácticos y
listos para vivir.

Las duras condiciones climáticas de la glaciación pusieron a prueba toda la


resistencia de los humanos modernos. Grupos diseminados de cazadores-
recolectores consiguieron sobrevivir. La gran habilidad para cazar, las armas
perfeccionadas y el dominio del lenguaje, junto a un detallado conocimiento de
las costumbres, la alimentación y los movimientos de los animales dieron paso
a la búsqueda de nuevos territorios de caza.

La expresión cultural
Con el paso a América, en todos los continentes del mundo se establecieron
grupos bien organizados, apoyados por una eficaz tecnología de caza y
recolección. Pero este periodo no fue solo un momento de emigración sino
también una nueva expresión cultural, lo que se percibe de forma más intensa
en las pinturas rupestres de África, Europa y Australia.
Los ejemplos de Europa y África ya se producían desde hace al menos 25.000
años.

A partir del Paleolítico Superior (35000-8000 a.C.) comienza a rastrearse la


aparición de objetos artísticos expresamente concebidos como tales. Con
frecuencia en ellos es difícil deslindar la mera funcionalidad del valor estético.
Sin duda, la representación, es decir, el sustituir una realidad por otra de
distinta naturaleza que sólo visualmente guarda alguna relación con la primera,
fue la primera gran aportación del hombre de este periodo al campo artístico.

El factor material

Desde el Paleolítico, el hombre utiliza como soportes artísticos lo que la


Naturaleza le ofrece. Así, se distingue el arte parietal que se ejecuta sobre las
paredes rocosas de las cuevas o abrigos montañosos, y el arte mobiliar son
objetos exentos, realizados por lo general en hueso o asta, así como en piedra
y en algún caso en barro. Emplearon medios como la pintura, el grabado y la
escultura.

Pintura los pigmentos o material colorante provenían de minerales


pulverizados, ligados con un aglutinante que podía ser resina, grasa, tuétano,
agua y sangre.

Las muestras europeas de arte rupestre policromado más famosas se hallan en


las cuervas de Lascaux y Pech-Merle en Francia, y la de Altamira en España.
Sin embargo, lo más corriente eran los dibujos de contornos de animales. La
rica tradición del arte rupestre africano también empezó a tomar forma durante
este periodo; algunos de los ejemplos más antiguos se pueden contemplar en
la cueva de Apolo II en Namibia.

El grabado requería de algún objeto punzante con el que realizar incisiones en


la piedra aunque en ocasiones ésta se cubría de una delgada capa de arcilla
sobre la que impresionar sus propios dedos.

Por último, el escultor paleolítico empleó raederas y punzones de materiales


más duros que las piedras que labra, denotando un notable interés por la
expresión de los volúmenes, hasta el punto de aprovechar en ocasiones las
propias protuberancias de las rocas para generar sensación de bulto.
Ritual y tradición.
En muchas partes del mundo, las comunidades humanas estaban produciendo
formas esculpidas y objetos grabados en hueso, piedra y marfil, así como
figurillas de barro cocido. Los pocos ejemplos que han sobrevivido nos dan una
idea de la gran riqueza de expresión artística y simbólica. Se piensa que otras
formas artísticas podrían haber incluido la decoración sobre materiales
perecederos como la madera, las pieles e incluso el cuerpo humano.

Los temas y su función. Arte y magia

El protagonista indiscutible del arte paleolítico es el animal. En una


época de extrema precariedad material en la que el ser humano conoce un
horizonte de vida de mera subsistencia, la representación de los animales
revela la fascinación e incluso el complejo de inferioridad que el hombre siente
ante las fuerzas de la Naturaleza. Ésta es la explicación que se da al hecho de
que porcentualmente las representaciones del ser humano en el arte paleolítico
sean mínimas frente a la abrumadora mayoría de representaciones
animalísticas. No todos los animales eran representados ni con la misma
frecuencia. En el conjunto del arte paleolítico el caballo es el animal figurado
con más frecuencia, seguido por bisontes, uros y ciervos. Ello obedece a
razones de tipo ideológico y ritual difíciles de concretar.

Con mucha menor frecuencia de representación, la figura humana puede


aparecer completa, singularmente las representaciones femeninas que
conocemos como venus paleolíticas, o sólo parte, fundamentalmente las
manos y los órganos sexuales.
A caballo entre la temática animal y humana se encuentran los llamados seres
antropomorfos que mezclan ambas naturalezas en una misma representación,
probablemente al querer figurar a hechiceros o brujos disfrazados con
máscaras durante la realización de rituales. Estas fascinantes representaciones
han hecho reflexionar al historiador del arte Sigfried Giedion que:

“a lo largo de toda la prehistoria, el hombre se nos presenta como


oprimido por un eterno complejo de inferioridad en presencia del
animal. Parece avergonzarse de la forma que le ha dado la
naturaleza. Oculta su rostro, desprecia su cuerpo” mientras que
“veía en el animal un ser superior al propio hombre (…), el ídolo
indiscutible”.

Quizás aún más sorprendente sea un tercer género temático, el de los signos,
figuras geométricas abstractas sin referencia concreta a una realidad de la
Naturaleza que avalan la capacidad intelectual del hombre que supera en ellas
la mera reproducción, con mayor o menor fidelidad de la Naturaleza.
- Punteados.
- Tectiformes.

Ya en un periodo posterior, entrados en el epipaleolítico (6000 a.C.), en el


levante aparece una pintura de tipo esquemático y con la aparición de escenas
bélicas, de caza, de carácter ritual e incluso de la vida cotidiana), en las que la
figura humana es protagonista indiscutible y orgullosa de las actividades que
realiza.
Estas novedades temáticas vienen a reflejar la creciente confianza del ser
humano en la relación con su medio, a la par de la sedentarización que
conllevan los nuevos modos productivos de la agricultura y la ganadería. En
estos periodos, la temática animal (cápridos, cérvidos, bóvidos, équidos y
otros) sigue presente, aunque dependiente de la figuración humana y, a
diferencia de ella, su representación es más naturalista frente a la más
esquemática del ser humano. En la pintura esquemática, además, tienen
especial relevancia los símbolos abstractos (puntos, rayas, espirales…).

Intrepretaciones

Desde el primer momento la cueva aparece como generadora de creencias y


ritos al ser considerada como santuario o lugar sagrado. Probablemente, el
hombre prehistórico vio en ella el umbral de la Madre Tierra, considerada como
símbolo máximo de la procreación. Durante el Paleolítico, la zona franco-
cantábrica es la región donde se conservan mayor número de testimonios
artísticos.

Todos estos temas, representados con esfuerzo en las paredes de las cuevas,
debieron obedecer a una motivación suficientemente importante. Sobre todo se
han enunciado teorías sobre el valor simbólico de estas representaciones.

- Magia Simpática, por Salomón Reinach (1915). quien ve en el arte paleolítico


una intención de propiciar el éxito en la caza y en la reproducción, lo que
aseguraba la supervivencia. Para ello se trasladaba a la imagen artística
aquellas acciones que querían que sucediesen en realidad (reproducción y
abundancia de los animales, mujeres gestantes, animales heridos en la caza),
imágenes que surtirían efecto por “simpatía” a través de rituales mágicos y que
aparecerían en espacios considerados como santuarios.

- Complementariedad sexual. André Leroi-Gourhan (1965). Cada tipo de animal


o signo era adscribible a uno de los dos principios básicos, femenino o
masculino, de modo que los dos animales más representados se asimilarían a
ellos: el caballo al masculino y el bisonte al femenino, y del mismo modo los
signos alargados o angulosos serían masculinos y los circulares u ovales
femeninos. Y se ubicarían dentro de unos espacios, las cuevas, perfectamente
estructurados y organizados, que representaban su concepción del mundo y
que globalmente son interpretados como santuarios.

- Función jerárquica. Annette Laming-Emperaire aceptando esta idea de


santuarios, hace alusión a que las pinturas constituirían una especie de retablo
jerárquico respondiendo a la ordenación social de la tribu o del clan.

Estas interpretaciones de las pinturas más primitivas, las paleolíticas,


comúnmente se han hecho extensibles a las pinturas levantinas esquemáticas
posteriores. En unos periodos en los que el ser humano ya construye sus
propios espacios de habitación, las cuevas siguen teniendo un carácter
sagrado y reutilizadas con ese sentido durante generaciones, como demuestra
el hecho de que muchas de estas manifestaciones pictóricas fueran repintadas
en periodos distintos.

La conquista de los medios expresivos: naturalismo y abstracción.

Entre la variedad del arte prehistórico sorprende el de los medios expresivos


utilizados. En el caso del arte paleolítico, el carácter abstracto o naturalista de
las representaciones ha sido objeto permanente de debate. En las
profundidades de las cuevas, el artista paleolítico pintaba de memoria,
reconstruyendo el contorno del animal representado. Esa capacidad de
evocación ha sido entendida como una capacidad de conceptualización o
abstracción que prueba la capacidad intelectual del artista.

André Leroi-Gourhan admite tanto el naturalismo como la abstracción a través


de cuatro principios figurativos en los que pueden agruparse las
representaciones de la época:

Geométrico puro Manifestaciones lineales prefigurativas


Figurativo Representaciones geométricas que
geométrico aseguran cierta identificación del tema
Figurativo sintético Las líneas expresan lo esencial del objeto
representado
Figurativo analítico Pretende la exactitud óptica y la
identificación morfológica de lo representado

Estas representaciones forman parte de un universo simbólico en el que el


artista paleolítico se ve inmerso y que afectan a otros modos de expresión
como la representación del espacio. En el arte paleolítico (con el techo del
Salón de los Polícromos de Altamira como posible excepción) no existe
narración, es decir, relación de figuras entre sí conformando escenas, lo que
hace innecesaria la construcción de un espacio donde situar esta narración.

Para Giedion esta libertad absoluta en la representación espacial es la


manifestación de una concepción unitaria del mundo, “un mundo de
interrelación ininterrumpida, donde todo está asociado, donde lo sagrado es
inseparable de lo profano”.

Métodos de relación espacial entre las figuras:

Yuxtaposición Se unen figuras sin ninguna relación, adoptando posiciones


forzadas para no solaparse
Superposició Realizadas contemporáneamente, las figuras se solapan, a veces
n amontonándose en un espacio condensado por el valor simbólico
que se le otorga y por la ausencia de categorías temporales,
sustituidas por la simultaneidad que hace coexistir al mismo
tiempo y en el mismo lugar esas figuras
Transparenci Al tiempo que se define el exterior de la figura mediante el
a contorno, se muestra el interior (vísceras, fetos) al modo de una
radiografía
Perspectiva Concepto acuñado por Henri Bréuil para designar la
torcida representación simultánea de partes de la figura de frente y otras
de perfil

El movimiento.

relación al mismo concepto simbólico y ritual de estas manifestaciones, debe


destacarse el movimiento como medio de expresión característico del arte
paleolítico, conseguido de diferentes formas: moviendo la cabeza atrás,
avanzando las patas, recogiéndolas en actitud de galope, etc. Sin duda,
obedece a un deseo de captar el animal con vida, vinculado a la función
mágica de estas representaciones.

- La cueva de Altamira, Cantabria. Fue ocupada durante miles de años en el


paleolítico superior, y sus salas son de diferentes épocas.

El yacimiento arqueológico que se conserva en el vestíbulo de la cueva se


estructura en 8 niveles arqueológicos (fechas Carbono 14 cal BP):

 Los niveles más recientes (1-5) de la secuencia se corresponden con el


periodo Magdaleniense; el análisis por Carbono 14 muestra aquí una
antigüedad de entre 19.000 y 16.800 años.
 Los dos niveles solutrenses (6-7) se encuentran comprendidos entre
24.000 y 20.500 antes del presente.
 El nivel más antiguo encontrado (8) corresponde al final del Gravetiense
y tiene una antigüedad de entre 26.400 y 26.000 años.

El Salón de los Polícromos, en el que aparecen representados más de 60


ciervos (el animal más comúnmente representado en la zona cántabra),
además de bisontes, caballos y otras figuras. Trabajando sobre un soporte
oscilante o irregular, el hacedor aprovecha las formas de la roca para definir el
contorno de las figuras y generar sensación de volumen, como el famoso
bisonte recostado de patas encogidas. De este modo, el resultado final
obedece a un diálogo complejo entre la voluntad del artista, los requerimientos
mágico-religiosos y la disposición azarosa de la cueva.

- La cueva de Lascaux en la Dordoña (Francia) fue descubierta en 1940 y


sus pinturas datan aproximadamente del 15.000 a.C. De su intrincado recorrido
destaca la Rotonda o Sala de los Toros, donde en una repisa natural se
representan cinco colosales uros o toros, junto a caballos, ciervos y otros
animales. Están limpiamente definidos por su contorno y son de grandes
dimensiones. A continuación, se halla la galería axial o divertículo, una especie
de túnel abovedado, en cuyo techo aparecen animales que cruzan de un lado a
otro como la vaca roja o el caballito chino. El siguiente espacio es conocido
como la nave, con figuras agrupadas como los dos bisontes negros.
Al margen queda el llamado pozo, donde se figura un bisonte junto a un
hombre itifálico con un bastón cercano, que puede representar bien una escena
de caza o bien un acto ritual.

- La cueva de Gargas, (27000 a.C.) también en Francia (Hautes Pirenées),


posee la particularidad de conservar representadas centenar y medio de
manos, la mayoría en negativo, es decir, son siluetas resultantes de apoyar la
mano sobre la pared y aplicar pigmento por su contorno. Tiene la particularidad
de que en su mayoría están mutiladas, faltándole alguna falange de los dedos,
por lo que esta cueva ha sido recientemente interpretada como un santuario
donde se trataría de sanar de algún tipo de artrosis deformante.

Diferencias entre las pinturas rupestres tempranas y las tardías.

La pintura levantina es igualmente rupestre pero no en las profundidades de las


cuevas sino en la entrada de abrigos rocosos no habitados por el hombre y
localizados en las zonas montañosas del sur de Aragón y de Cataluña y en la
Comunidad Valenciana.
Sobre los medios expresivos conquistados en el Paleolítico, la pintura levantina
opera con una extraordinaria austeridad, pero al mismo tiempo gran eficacia en
la representación, basada en el esquematismo. La figura humana es
representada ahora más abundantemente pero de modo somero y
esquemático: el hombre aparece filiforme, con gran desarrollo de las
extremidades inferiores y sexo evidente, mientras que la representación de la
mujer se caracteriza por mostrar el torso desnudo y vestir largas faldas
acampanadas. En todo caso, destaca el perfil lineal en la construcción de la
figura. La representación animal, aunque comparte este horizonte estético, es
siempre más naturalista, especificando más algunos detalles (cornamentas,
pezuñas).

Pero la mayor novedad de la pintura levantina estriba en la narración de


escenas y la sugestión espacial. Mediante la agrupación de las figuras en el
soporte dentro de un mismo plano visual, de forma vertical, horizontal u oblicua
respecto a un centro, se sugiere una escena o narración unitaria en la que la
figura individual pasa a un segundo plano. Al mismo tiempo, la captación del
movimiento se hace mediante una serie de convencionalismos formales: figura
estática (piernas verticales agrupadas), en marcha (abiertas en ángulo) o en
carrera (un trazo perpendicular al tronco, más en salto que en carrera). Esta
captación del movimiento se hace extensiva al conjunto de figuras agrupadas
en escenas, disponiéndolas en diagonal descendente, con la que se obtiene
una sensación de aceleración visual.

El proceso de esquematización de las figuras, sobre todo humanas, que


presenta la pintura levantina culmina en la pintura esquemática, de fines del
Neolítico y extendida a la Edad de los metales, donde éstas se reducen a la
mínima expresión. Un simple trazo vertical con otros trazos para piernas y
brazos en ángulo o en arco bastan para definir una figura que, por supuesto, no
posee rasgos faciales. En el Barranco de Aldeaquemada (Jaén) se llega al
extremo al componer las figuras con un simple círculo atravesado por un trazo
vertical. Estos signos ideográficos, todavía formando parte de santuarios
ancestrales, se han interpretado a menudo como una forma de señalar las
rutas de pastoreo nómada e incluso como un incipiente vocabulario.

- La danza fálica representada en la Covacha dels Moros en Cogull (Lérida)


es ejemplo de escena ritual en la que figuras femeninas ataviadas con largas
faldas y pechos descubiertos rodean a una figura masculina desnuda.

- La caza del jabalí representada en la Cueva Remigia del Barranco de la


Gasulla (Ares del Maestre, Castellón). muestra el contraste entre la
representación esquemática del ser humano a la más naturalista de los
animales, conformando una composición en diagonal que acentúa la sensación
de movimiento.

- Escena de la recolección de la miel de la Cueva de la Araña (Bicorp,


Valencia) donde una figura humana asexuada (lo que indica que la recolección
era una tarea realizada indistintamente por el hombre y la mujer) con una cesta
en la mano asciende por una cuerda una pared de roca hasta un panal,
representado aprovechando un hueco de la pared. Documenta las incipientes
tareas de recolección, así como el uso de la cestería.

Las venus esteatopigias o paleolíticas.

Símbolos de fertilidad

En toda Europa, desde España hasta Rusia, se fabricaban figurillas femeninas


embarazadas desde el 28000 a.C. Este tipo de figuras sería utilizado en
probables ritos propiciatorios de la fecundidad. Por tanto, fueron enseres
rituales dotados de un contenido trascendente y un valor mágico.

La mayoría corresponden al Magdaleniense, último periodo del Paleolítico. Son


figurillas femeninas de pequeño tamaño (inferior a 15 cms. por lo general) que
se caracterizan por tener resaltados los rasgos sexuales (pechos, vientre,
caderas, nalgas). Son esculturas exentas o de bulto redondo y carecen de base
o peana, de modo que no estuvieron expuestas a la contemplación, sino que
funcionarían como objeto sagrado sostenido en la mano durante la celebración
de rituales. Los materiales más utilizados en su fabricación son el hueso de
distintos animales, la asta de reno, los colmillos de mamut y piedras blandas
como la caliza. Son miniaturas escultóricas con una extraordinaria variedad de
soluciones formales, pero con dos aspectos en común: el énfasis en los rasgos
sexuales y la ausencia de definición de rasgos fisonómicos. Sus generosos
volúmenes revelan a un escultor paleolítico que se nota ya dueño de recursos
técnicos y plásticos.

Como ha estudiado Henri Delporte, este tipo de figuras sería utilizado en


probables ritos propiciatorios de la fecundidad. Por tanto, fueron enseres
rituales dotados de un contenido trascendente y un valor mágico.

Venus de Lespugue. 26000-24000 a.C. Marfil, 14.7 cms. París, Museo del
Hombre

Se trata de una mujer gestante, estilizada, cuya figura se inscribe en un


rombo perfecto con total simetría de volúmenes. La cabeza pequeña y
ovoide aparece, como es habitual, sin definir el rostro, continuándose por un
tórax plano de brazos pegados al cuerpo y someramente indicados hasta
llegar al remarcado volumen globular de la zona pélvica, con vientre corto y
abombado y glúteos separados por una línea incisa, finalizando en piernas
cortas y afiladas Sus limpios perfiles se ajustan en todo a las líneas del
rombo que la definen.
Venus de Willendorf. 28000-25000 a.C. Caliza, 11 cms. Viena, Museo de
Historia Natural

Representa una opción naturalista en contraste con la anterior, de rotundos valores


plásticos. El escultor paleolítico logró con notable pericia el modelado redondeado
de la caliza, lo que le presta una acusada sensación de volúmenes, especialmente
intensa en la zona pélvica, donde se advierte la esteatopigia o adiposis exagerada
de las nalgas. Posee restos de coloración rojiza (escultura policromada). El interés
por el volumen obvia otras zonas del cuerpo más estilizadas como el cuello. Sin
rasgos faciales, toda la cabeza aparece cubierta de un granulado que parece
semejar el trenzado del cabello.

- Venus de Balzi Rossi (Grimaldi, Italia).

- Venus de Moravany, Eslovaquia. Esculpida en hueso de mamut. Las


proporciones son bastante exactas, con el sexo y senos acentuados y caderas
y muslos realistas.

- Venus de Kostenki.

2. LOS PRIMEROS ASENTAMIENTOS URBANOS.


ARQUITECTURA MEGALÍTICA DEL NEOLÍTICO.

13000-8000 a.C.: El paso del paleolítico al neolítico

Hacia el año 13000 a.C. las placas de hielo empiezan a fundirse. Las
temperaturas globales habían subido, se liberaron aguas retenidas y se
inundaron tierras y aumentó el agua de precipitación que redujeron los
desiertos formados en los trópicos.
Cambios climáticos que mejoraron la colonización de plantas y animales en
numerosas partes de la tierra que hicieron crecer los recursos. Disponer de
suministros abundantes de alimentos fue uno de los factores que ocasionó el
crecimiento constante de las poblaciones humanas. Los primeros agricultores
cultivan cosechas en Oriente Próximo hacia el 9000 a.C. Podían mantenerse
comunidades enteras con las cosechas y el almacenamiento del grano
facilitaba la vida sedentaria.

* Tipos de vivienda hacia el 10000 en oriente próximo (semisedentarios) y en


Europa central (pueblos aun nómadas).
Protoneolítico: Los primeros asentamientos humanos (9000 a.C. /8000-
7000 a.C).

Los primeros asentamientos neolíticos se hallan en la península de Anatolia


(Turquía) rodeados de pequeños terrenos agrícolas. Sociedades que conocían
la siembra, la recolección y el almacenaje de cereales.
Los poblados se construyen en adobe y rectangulares, también cabañas
circulares, semi-subterráneas de una sola cámara, con los muros y el suelo
cubiertos con barro.

* Poblado de Khirokitia, Chipre (7000-6000).

* Hacilar Huyuk.

* Aldea de Eridú.

• Estas primeras aglomeraciones del neolítico pronto propiciaron la aparición de


núcleos urbanos dueños de un determinado territorio en torno al cuál se
encontraban tierras de cultivo
• Las aldeas neolíticas se ubicaron en lugares altos, naturalmente defendibles o
fáciles de defender, contíguas a ríos o cerca de un manantial, a veces con
empalizada y foso.
• Las viviendas quedaban en las partes más abrigadas del cerro, donde se
abrían surcos para que el agua de lluvia siguiera su curso natural hacia abajo.
Se cree que estos cercos determinaron el trazado posterior de las calles.
• En zonas más llanas se encontraban las tierras de cultivo y pasto.

* Göbekli Tepe (9000-7500) Sur de Turquía.

• Santuario religioso de una sociedad preagrícola de cazadores y recolectores


• 4000 años anterior a cualquier construcción megalítica
• Interpretación del arqueólogo que la descubrió: Frente a la tesis convencional
de que la invención de la agricultura propició el paso a un modo de vida
sedentario, Schmidt considera que en el caso de Göbekli Tepe el motor del
cambio fue la religión. Fueron grupos de cazadores-recolectores
seminómadas los que comenzaron a asentarse en la zona para almacenar y
defender sus fuentes de comida con el objetivo de proveer al templo.
• No existen viviendas ni restos alrededor

* Jericó.

* Çatal Huyuk.
Arquitectura megalítica europea (5400-1400 a.C.).

· No tenía uso doméstico


· Necesidades espirituales
· Simbolismo ritual y religioso
· Cohesión social
· Delimitación del territorio
· Refugio de los difuntos: informa de una sociedad que cree en el más allá
· Por tanto, satisface necesidades: sociales, simbólicas y religiosas

Europa encontramos una corriente monumental que no se hizo para uso


práctico, sino para necesidades emocionales, rituales y simbólicas y que
además imita la naturaleza. Esta primera corriente es la que conocemos como
megalitismo. Se extiende por el N. de África, Península Ibérica, Francia, Gran
Bretaña, Córcega, Cerdeña, Dinamarca y parte de Italia.

La llamamos así porque está hecha con grandes bloques de piedra unidos
sin mortero, La técnica constructiva se basa en el poste y el dintel. Con los
bloques construían tumbas y templos, pero siempre clavando en el suelo un
gran ortostato, otro enfrente y otro formando un dintel. Muchos siglos después
encontramos esta técnica en Egipto y en Grecia.

En esta primera corriente encontramos que no se soluciona el problema


práctico del cobijo de una familia, sino que se usa para ceremonias funerarias y
religiosas. Se emplean grandes bloques macizos a veces cubiertos con tierra
(túmulos) para una mayor protección. En ocasiones se utiliza la técnica de la
mampostería de bloques submegalíticos con hiladas que forman la cubierta de
algunas tumbas megalíticas.

Las sociedades neolíticas atribuyen a esta tipología mucha importancia, lo que


compensa el esfuerzo social y económico. Hay una parte de la mano de obra
que se dedica a la construcción. Extraen la piedra de la cantera y la transportan
en barcazas y trineos. Aprovechan corrientes fluviales si las hay. Abundaba la
mano de obra. Usan rodillos para mover los bloques, que luego levantan con
palancas y planos inclinados.

Aún no sabemos cómo consiguieron levantar exactamente estas estructuras,


ya que solo contaban con herramientas muy básicas.

1. Las tumbas (dólmenes) Todos los tipos de tumbas solían estar cubiertos
con túmulos. Podían ser colectivos o individuales.
- Tumba de cámara. Dos ortostatos sosteniendo un dintel. Es el dolmen
sencillo. Estructura sencilla que se fue haciendo más compleja.

- Tumba de pasillo. Cámara rectangular o poligonal a la que se llega por una


vía de entrada. Se le añade a la tumba de cámara una entrada formada por
dólmenes.

- Tumba de corredor. Cámara dividida en unidades subsidiarias, sin pasillo de


entrada.

Las tumbas son importantes porque son una manifestación de la arquitectura


megalítica que conforman necrópolis, no están aisladas, son el único testimonio
de que allí ha existido un asentamiento humano en el Neolítico. No nos queda
constancia de la ciudad de los vivos, ya que esta se hace con materiales
perecederos.

Querían garantizar la vida de los muertos proporcionándoles un refugio.


Muchos enterramientos colectivos han dejado evidencias de vasijas o
elementos que conforman un ajuar doméstico y todo aquello que pudiera
garantizar su vida más allá de la muerte, como alimentos. Funcionan además
como focos de cohesión social y delimitación del terreno. (Área de cultivo
circundante)

2. Formas no sepulcrales (menhires, túmulos y cromlech).

carece de uso funerario, son templos. Hay restos en Sicilia, Cerdeña, Malta y
las Islas Británicas. Son incluso más notables que las tumbas y están
relacionados con alguna forma de adoración.

- Hal Tarxien. En Malta, encontramos importantes restos de templo megalítico


construido con enormes bloques de piedra, puertas adinteladas, techos en
voladizo, altares… Construido sobre poste y dintel. Ortostatos (bloques o
losas verticales) cubriendo el acceso y las distintas dependencias de los
templos.

Los cromlech son característicos de las Islas Británicas. Parece que no


tuvieron uso funerario, sino que están destinados a funciones de carácter
religioso. Probablemente tengan alguna relación con el estudio astronómico,
repercutiendo en la vida de agricultores, porque construían mientras crecían las
plantas.

- Avebury. Franja circulas de 396m de diámetro que encerraba varios anillos de


piedra (ortostatos clavados verticalmente). Algunos dispuestos como menhires
y otros sosteniendo un dintel
- Túmulo de Silbury. El mejor conservado de todos, pudo tener uso como
templo. 152m de diámetro y 40 de alto. También relacionado con el ciclo de la
vida, culto de gran importancia entonces.

- Stonehenge. Situado en Salisbury. Construcción en forma de anillos


concéntricos. El eje central es un altar que hay en el centro, alrededor del cual
se disponen en planta de herradura, cinco trilitos formados cada uno por dos
pies derechos sosteniendo un dintel. Tras los trilitos había un círculo de pies
derechos más pequeños realizados con piedra azul, transportados desde las
montañas de Prescelly, a 225km de distancia.

El circulo exterior (32m) es la parte más monumental, formada por monolitos


de piedra de 4m de altura que sostenían un dintel continuo. Tras este anillo
había un círculo de pequeñas piedras marcadoras movibles dispuestas en 56
hoyos separados por la misma distancia. Sería el límite interrumpido por una
línea de acceso marcada por menhires. El monumento quedaría aislado del
espacio circundante mediante una zanja.

Se ha intentado conocer todo lo posible sobre Stonehenge, la primera


explicación es que sirve como reloj astronómico, porque hay una piedra
puntiaguda llamada Heel Stone que marcaba el día exacto del solsticio de
verano, ese día el sol subía exactamente por el ápice de esta piedra. Es un
hecho importante porque el hombre necesita conocer el tiempo, de alguna
manera quiere controlarlo y así incrementar su posibilidad de supervivencia.

Es posible que también haya alguna relación con la adoración al sol y en


general a los astros, lo que explicaría la disposición de los monolitos. Le han
intentado aplicar a cada piedra un signo astrológico, como si fuera un
observatorio. El mismo sentido tendrían las piedras móviles en relación con el
movimiento de la bóveda celeste. Por tanto, podemos decir que sus
significados pueden ser, culto al sol, reloj de sol gigante, observatorio
astronómico o como lugar para ceremonias elaboradas.

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