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Trabajo Colaborativo No.2 1 Antropologia
Trabajo Colaborativo No.2 1 Antropologia
JHON VALDERRAMA
CODIGO: 74377293
INGENIERIA ELECTRONICA
JAG
HIKIKOMORI
Mientras que algunas personas sienten presión por parte del mundo exterior, y
padecen agorafobia, un hikikomori reacciona con un completo aislamiento social
para evitar toda la presión exterior. Pueden encerrarse en sus dormitorios o alguna
otra habitación de la casa de sus padres durante periodos de tiempo prolongados,
a menudo años. Normalmente no tienen ningún amigo, y en su mayoría duermen
a lo largo del día, y ven la televisión o juegan al ordenador durante la noche. Todo
esto hace de ellos un caso extremo de solteros parásitos (expresión japonesa para
nombrar a aquellos que viven de las sopas instantáneas, viviendo en casa de sus
padres para disfrutar de mayor comodidad).
Efectos en el hikikomori
La falta de contacto social de estas personas y el aislamiento prolongado tienen
un gran efecto en la mentalidad, con pérdida de habilidades sociales y los
referentes morales necesarios. A menudo, el mundo de la televisión o los
videojuegos se convierten en su marco de referencia.
Es difícil conseguir cifras exactas sobre los distintos casos, ya que muchas
familias deciden no hablar de este problema.
Tratamiento
Hay diferentes opiniones sobre el tratamiento que debe seguir un hikikomori, y las
opiniones a menudo se dividen en un punto de vista japonés y otro occidental. Los
expertos japoneses normalmente sugieren mantener un contacto permanente sin
invadir su espacio e intentar reincorporarlo a la sociedad de manera muy
progresiva, mientras que los médicos occidentales piensan que hay que mantener
una postura de firmeza e incluso actuar de manera directa forzando al hikikomori a
abandonar su enclaustramiento. En cualquier caso, es necesaria una ayuda
psicológica, ya que muchos padres se ven abrumados por los problemas de un
hikikomori. Aunque hay algunos médicos y clínicas especializados en ayudar a
jóvenes hikikomori, muchos de ellos y sus padres aún sienten falta de apoyo a sus
problemas.
En una sociedad en la que tener un hijo con este trastorno es una vergüenza,
donde si un menor deja de ir a la escuela nadie hace nada por él, donde este
trastorno (que es descaradamente afectivo y psicológico) se atribuye toda la culpa
a la familia y no se interviene de modo oficial para que el adolescente lleve una
vida digna, lo más lógico parece que si un adolescente se encierra durante 5 años
en su habitación nadie haga nada.
Para un adolescente es normal que no haya lugar mas seguro que sus 4 paredes,
es como esconderte debajo de la manta o poner la cabeza bajo tierra como las
avestruces, buscar el lugar donde nadie puede atacarte, nadie puede suspenderte
ni dejarte, nada puede salir mal si nada arriesgas y en una situación de gran
tensión social y emocional lo mas fácil es encerrarse y dejar pasar los años.
Dentro del trastorno hay diferentes perfiles: algunos salen por la noche pero
rehuyen la compañía y la conversación, otros al sentir presión por sus padres
para hablar o salir del cuarto se ponen violentos o amenazan con el suicidio, otros
hablan un poco con la familia. El 41 % de los afectados están entre 1 y 5 años en
sus habitaciones. Existen casos de comorbilidad con otros trastornos como
depresión, ansiedad, agorafobia pero también hay casos en que no se da.