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net/publication/26473254
Article in Investigaciones Geograficas : Boletin - Instituto de Geografia, Universidad Nacional, Autonoma de Mexico · January 2003
DOI: 10.14350/rig.30346 · Source: DOAJ
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Resumen. La Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística (SMGEJ fue la primera entidad que organizó la inves-
tigación científica en México y también el primer cuerpo institucional para el desarrollo y la práctica de la geografía. Al
cumplirse 170 años de su fundación como Instituto Nacional de Geografía y Estadística, este ensayo reflexiona sobre
el papel que desempeñó la SMGE en la organización de la ciencia y la edificación del país en el siglo XIX.
Palabras clave: Historia de la ciencia, historia de la geografía, sociedades científicas, Sociedad Mexicana de
Geografía y Estadística.
Key words: History of Science, History of Geography, Scientific Associations, Sociedad Mexicana de Geografía y
Estadistica.
* Instituto de Geografía, UNAM, Cd. Universitaria, Coyoacán, 04510, México, D. F. E-mail: lazuela@igiris.igeograf.
unam.mx
Luz Fernanda Azuela Bernal
vención de los hombres de ciencia. Y como En primer término habría que reiterar que el
en aquellos años la comunidad científica de surgimiento de la ciencia como una insti-
México aún no estaba organizada institu- tución dentro de la estructura social es uno
cionalmente, el nuevo organismo funcionó de los acontecimientos que marcan el de-
también como un medio de integrarla en tor- venir del pensamiento y la práctica cien-
no a objetivos comunes. tíficos en el siglo XIX. Fue entonces cuando
los gobiernos y las grandes empresas
Por otra parte, la complejidad de los objeti- advirtieron el papel que desempeñaba la
vos que le dieron vida permitió que la Socie- ciencia en el desarrollo tecnológico y el pro-
dad abrigara la amplia gama de intereses de greso económico y se vieron impelidos a
sus socios, y en poco tiempo los alcances diseñar políticas de fomento al desarrollo
de la corporación, en términos de las disci- científico. Por su parte, los hombres de cien-
plinas que se estudiaban en su seno, habían cia que participaban en estos desarrollos -o
rebasado las fronteras establecidas por sus que aspiraban a hacerlo-, aprovecharon la
forjadores. Con ello, la SMGE se constituyó coyuntura para promover individual y colec-
en la primera entidad que organizó la inves- tivamente la creación de espacios ade-
tigación científica en México, mientras opera- cuados para la práctica de su quehacer.
ba como el único cuerpo institucional para el Como fruto de la concertación de ambas
desarrollo y la práctica de la geografía en intenciones, a lo largo del siglo XIX se
el país. multiplicaron las asociaciones científicas y
empezaron a formarse novedosas institu-
Ahora bien, para entender la importancia de ciones de investigación en donde se fun-
la Sociedad en relación con el movimiento daron las bases para la profesionalización de
de institucionalización de las ciencias que las ciencias.
mencioné, se puede adelantar que este mo-
vimiento ha sido equiparado con las revo- Se trataba de la culminación de un arduo
luciones científicas de los siglos XVI y XVII, proceso, ya que como es sabido, el de-
por su impacto en el devenir de la práctica sarrollo de las ciencias en el pasado se
científica y su influencia sobre la vida social debió en gran medida a los esfuerzos de in-
(Kuhn, 1971:179). Entretanto, baste señalar dividuos cuyo único incentivo para dedicarse
que el estudio de la Sociedad Mexicana de a la investigación era la vocación personal.
Geografía y Estadística no sólo tiene un in- Pues para obtener el eventual reconoci-
terés local, pues al haber trascendido las miento de sus pares, los científicos depen-
fronteras de México para relacionarse con dían de unos intercambios que adolecían de
las corporaciones que transformaban el de- los retrasos propios del estado de las
venir científico de Occidente, la Sociedad comunicaciones y las eventualidades de la
está enlazada firmemente con la historia de circunstancia política. La situación no mejo-
la ciencia occidental del siglo XIX. raba cuando los científicos residían en la
misma localidad, pues por lo general care-
LA ORGANIZACIÓN DE LA CIENCIA EN cían de espacios destinados al ejercicio de la
EL SIGLO XIX ciencia. E incluso cuando éstos existían, se
trataba de recintos acondicionados para
Para abordar la inserción de la Sociedad otras actividades -escuelas, iglesias y salo-
Mexicana de Geografía y Estadística en el nes sociales- en donde se congregaban los
movimiento occidental de institucionalización "aficionados" a la ciencia con los literatos y
de las ciencias, vale la pena hacer un breve los artistas.
preámbulo para delinear los rasgos princi-
pales del proceso: Hasta el siglo XIX era rara la disposición de
En efecto, las sociedades científicas se Sin embargo, con el paso de los años, el
constituyeron en ámbitos donde se validaban desarrollo mismo de las ciencias condujo a
los resultados de la investigación y acredi- la especialización de las nuevas comu-
taban la pertenencia de los hombres de cien- nidades. Así, en el siglo XIX comenzaron a
cia a la comunidad. De esta manera se abrió surgir las primeras asociaciones monodis-
paso a la "socialización formal" de la práctica ciplinarias: primero nacieron las sociedades
científica, misma que se afirmaría a lo largo geográficas y naturalistas, y más adelante
del siglo XIX mediante la creación y/o con- las botánicas, geológicas, matemáticas y
solidación de los sistemas institucionales físicas. En este movimiento se inserta la
-organismos de investigación, planes de es- creación de la Sociedad Mexicana de
tudio e instalaciones educativas ad hoc-; el Geografía y Estadística, cuya fundación en
establecimiento de medios de intercambio y el año de 1833 la coloca como la primera
comunicación -congresos, publicaciones-; y asociación geográfica en el continente ame-
la integración con las redes científicas inter- ricano y la cuarta en el mundo (antes que
nacionales -canje de publicaciones, becas, ella, sólo existían las sociedades de geogra-
congresos y proyectos colectivos (Barnes y fía de París, Berlín y Londres).
Dolby, 1995:42).
El impacto de las sociedades científicas
sobre la cultura occidental fue de diverso or- de reuniones períodicas, de conformidad con
den e importancia, pero sin lugar a dudas fue su propósito esencial de fomentar y difundir
de gran trascendencia la diferenciación so- el conocimiento. De modo que su extensión
cial de los científicos que se verificó a partir hacia la modalidad más compleja de los con-
del proceso de consolidación de sus propias gresos internacionales, fue en cierta medida,
comunidades. En su transcurso, los hombres un paso natural.
de ciencia empezaron a reconocerse como
miembros de un cuerpo colectivo y organi- En los primeros años los congresos fueron
zado, cuyas actividades primordiales diferían multidisciplinarios y hacia la segunda mitad
de otras prácticas sociales. Las sociedades del siglo XIX se iniciaron las reuniones de
científicas también promovieron el surgimien- ramas científicas especializadas. En este úl-
to de un nuevo género en 'os espacios arqui- timo caso destacaron los congresos que se
tectónicos, al establecer modelos institucio- dedicaron a la solución conjunta de proble-
nales para el desarrollo de la investigación. mas concretos en alguna disciplinas, cuya
clave residía en la colecta de datos o en la
En efecto, una vez que las corporaciones práctica de observaciones en diferentes re-
contaron con locales propios, procuraron ha- giones del globo. Aquí destacaron las iniciati-
bilitar por lo menos una sala de juntas y una vas de las sociedades geográficas, astronó-
biblioteca especializada. Frecuentemente te- micas y geológicas, por ejemplo, para orga-
nían un pequeño museo formado con las nizar reuniones dedicadas específicamente a
colecciones y especímenes reunidos por los coordinar la distribución de las tareas de los
socios; algunos instrumentos para efectuar proyectos de colaboración internacional.
observaciones y realizar experimentos, y en
algunos casos excepcionales, un laboratorio. Por último, las sociedades científicas desem-
En este sentido, y aunque las instituciones peñaron papeles de diverso peso e im-
de educación superior contaban con labora- portancia en su relación con el poder. Los
torios de enseñanza, las asociaciones de sa- gobiernos y las empresas, como señalé,
bios representaron un primer modelo de encontraron en las asociaciones a los peritos
establecimiento con instalaciones especiales y estudiosos que podían asesorarlos en la
para la investigación científica. solución de problemas específicos. Y tam-
bién, el vehículo para efectuar acciones de
La dinámica entre los miembros de estas promoción política y partidista. Los hombres
corporaciones, por otra parte, contribuyó a la de ciencia, por su parte, utilizaron las
generalización de la idea de la ciencia como sociedades como medios para establecer
una tarea eminentemente colectiva, con lo alianzas individuales y corporativas que faci-
que se acentuó el imperativo de promover la litarían la obtención de empleos o el
difusión y el intercambio de trabajos. Aquí desarrollo de proyectos de interés científico.
las asociaciones científicas hicieron una con- Aquí obviamente destacaron las relaciones
tribución crucial a la dinámica de las rela- de las sociedades de geografía con los
ciones intelectuales mediante la creación de gobiernos, pues como es bien sabido, la
publicaciones especializadas y la instaura- disciplina suele emplearse como indispen-
ción de reuniones de estudiosos de diversas sable herramienta política, por sus objetivos
disciplinas, cuya expresión más elaborada de amplio espectro y por sus alcances
fueron los congresos internacionales. metodológicos. Aspectos ambos, que reco-
nocieron los ideólogos mexicanos del siglo
El origen de las reuniones de estudiosos se XIX.
remite justamente a los estatutos de las aso-
ciaciones, donde se preveía la celebración
LA SMGE, LA CONSTRUCCIÓN DEL PAÍS legalidad formal sobre las múltiples organi-
Y LA ORGANIZACIÓN DE LA CIENCIA zaciones regionales y corporativas, que sub-
sistían desde el derrumbe del régimen
México no fue ajeno al proceso de sociali- colonial (Escalante, 1992:102-118). Y tampo-
zación formal de la práctica científica al que co, agregaría yo, el Estado en ciernes, tenía
me he referido, pues desde los primeros la capacidad de integrar en sus incipientes
años de su independencia los sucesivos go- proyectos a los grupos capacitados para
biernos incorporaron a los sabios a las ta- llevarlos a efecto, porque carecía de la es-
reas de organización del país. tructura institucional que los pudiera encau-
zar.
Leonel Rodríguez Benítez ha escrito abun-
dantemente sobre los esfuerzos en este sen- Lo que sí tenían los gobernantes, era un
tido, ponderando las primeras modalidades ideario filosófico que imprimía una orien-
de organización de las ciencias que se die- tación a la búsqueda de soluciones para
ron en nuestro país en el siglo XIX. En sus éstos y otros problemas. Me refiero a los
trabajos se ha referido al Instituto de Cien- principios del pensamiento ilustrado que
cias, Literatura y Artes de 1823-1829, a las compartían los fundadores de la nación, en
comisiones de exploración territorial -como donde se prescribía "el buen uso y ejercicio
las del Istmo de Tehuantepec (1823-1826)-, de la razón" para alcanzar la felicidad y el
y también a los trabajos geográficos previos bienestar públicos. En pocas palabras, la
y a la misma etapa fundacional del Instituto aplicación de la razón y la ciencia como me-
Nacional de Geografía y Estadística en 1833 dicamento milagroso para curar las dolen-
(Rodríguez; 1992, 1993). No obstante, el cias de la moral individual y remediar los pa-
estudio específico más completo sobre los decimientos de la moral pública.
primeros años de la SMGE, corresponde a
María Lozano (1991). Tales ideas estaban presentes en el pensa-
miento de José María Luis Mora (1794-
Los trabajos de estos dos autores examinan 1850),2 cuando subrayaba el valor de la en-
las acciones gubernamentales en las que señanza para el adelanto del país. A su
participó la comunidad científica y los esfuer- juicio "nada era más importante para un
zos de algunos políticos para fomentar el Estado que la instrucción de la juventud",
desarrollo científico con el objeto de impulsar pues sólo la educación de todos sus habi-
el progreso del país. Señalan, que ambas di- tantes podía consumar la prosperidad de un
rectrices estuvieron presentes desde los pri- pueblo. Por eso impulsó una reforma a la
meros años de la independencia y sobrevi- instrucción pública, que instrumentó Valentín
vieron a la inestabilidad política; y coinciden Gómez Farías (1781-1858),3 en donde se
en que el sentido de las instituciones que se puso de manifiesto la relevancia del cono-
fundaron en esos años, fue justamente dirigir cimiento científico y la educación de los
la estrategia pública para sentar las bases ciudadanos para la orientación "del buen
del dominio sobre la nación. gobierno y el progreso material del país".
cimiento racional y preciso del territorio na- cuya creación tendría un profundo signifi-
cional, sus recursos y sus pobladores. Cono- cado en términos del proceso de socializa-
cimiento del que se carecía, ya que desde la ción formal de la ciencia mexicana, al que
caída del monopolio que ejercía la Corona me referí.
sobre la información generada en el territorio
novohispano, los estudios que se iban pro- En efecto, cuando el Boletín vio la luz en
duciendo permanecían dispersos e ignora- marzo de 1839, la corporación dispuso de un
dos en oficinas gubernamentales de la ca- vehículo para la difusión de sus investi-
pital y del interior del país, en compañía de gaciones y de un medio para establecer
las investigaciones de los científicos aficio- intercambios con otras sociedades cientí-
nados que se desperdigaban en publica- ficas. Intercambios, que no se limitaron a las
ciones de distribución limitada y en manus- sociedades geográficas, ya que el Boletín
critos inéditos. tenía un carácter enciclopédico, muy en con-
sonancia con el amplio ideario de sus funda-
La necesidad de integrar estos trabajos para dores.
el conocimiento del país era, a todas luces,
una tarea política de carácter estratégico Para Don Justo Gómez de la Cortina (1799-
para la centralización del poder, la organi- 1860), Presidente fundador de la asociación
zación de la República y la planeación a y primer editor del Boletín, éstos eran los
largo plazo. De modo que fue el propio es- objetivos de la revista,:
tado quien dio respuesta al problema me-
diante la fundación de un organismo para- ... Resuelto este establecimiento a
gubernamental, de carácter operativo, que publicar las indicadas noticias en for-
dirigiría la colecta de los datos y su inter- ma de boletines separados, ha creído
pretación estadística y cartográfica. deber la preferencia de investigacio-
nes sobre nuestra población, y sobre
Así, el 18 de abril de 1833, se fundó el el estado de la moralidad y cultura
Instituto Nacional de Geografía y Estadística, sociales entre nosotros, sin desaten-
dependiente del Ministerio de Relaciones der las indicaciones históricas, geo-
Exteriores e Interiores, con los objetivos de gráficas, que considere como perfec-
construir la Carta de la República y levantar tas o cercanas a la perfección. De
la Estadística Nacional. este modo en el transcurso de pocos
años [...] la nación mexicana empeza-
Evidentemente, la monumental tarea reque- rá necesariamente a conocer [...] sus
ría la inclusión de los más distinguidos cien- propias fuerzas, sus verdaderos re-
tíficos y letrados de ese tiempo y también es cursos y los medios ciertos de au-
claro que la índole de los objetivos propues- mentarlos y de remediar sus necesi-
tos abría múltiples líneas de investigación dades. (Gómez de la Cortina, 1839:1)
y fecundas oportunidades de conocimiento.
De ahí que alrededor de las tareas rectoras En otras palabras, sería una revista que
se desarrollaran numerosos proyectos de in- abarcaría todo lo humano en sus relaciones
vestigación, no necesariamente de carácter con la naturaleza; una publicación que trata-
geográfico, cuyos resultados requerían de un ría sobre la vida social y el territorio. Era,
órgano de difusión. desde otra perspectiva, una revista que al
abrir el abanico de sus intereses, aludía
Por eso, no pasó mucho tiempo antes de a una definición amplia del objeto de estudio
que el Instituto Nacional de Geografía y de la geografía.
Estadística contara con su propio Boletín,
Lo anterior puede constatarse en los conte- sociedad de geografía poseía otros rasgos
nidos del Boletín, cuyo análisis ha sido abor- propios del proceso de socialización de las
dado en dos trabajos de orden bibliométrico ciencias del siglo XIX: tenía un reglamento
en donde se muestra la diversidad de las interno para normar sus actividades y regular
temáticas abordadas en la revista. El pri- los mecanismos de admisión; tenía un proto-
mero, corresponde a María Lozano (1991) y colo para el ingreso de sus miembros y una
abarca de 1839 hasta 1867 y el segundo, es serie de normas para la organización de sus
mío y se refiere al Boletín de 1880 a 1912 trabajos; realizaba reuniones regulares con
(Azuela; 1996). Ambas investigaciones coin- sus agremiados y contaba con una mesa
ciden en afirmar el carácter multidisciplinario directiva, cuyos titulares actuaban en repre-
de la Sociedad, destacando en volumen sentación de la Sociedad. De esta manera,
relativo los estudios de cartografía, geogra- la SMGE comenzó a hacer públicos los ca-
fía, botánica, geología, matemáticas, física, racteres específicos de la práctica científica,
agrimensura, geodesia, literatura, historia y cuya asimilación contribuiría a su diferencia-
filología, en la etapa estudiada por Lozano. ción social, como indiqué.
Y en mi estudio de la segunda etapa, tra-
bajos de las mismas disciplinas, a los que se LA SMGE, LA CIENCIA Y LA CONSTRUCCIÓN
sumarían biología, meteorología, sismología, DE LA NACIÓN MEXICANA
radiación solar, arqueología, antropología y
sicología, principalmente. Esto en cuanto a Cuando se piensa en México en la primera
la diversidad de temas que estudiaban sus mitad del siglo XIX, las consecuencias de la
asociados. confrontación política sobre la vida social
suelen nublar la supervivencia del aliento
Como puede verse, los alcances de la cor- cultural y de la actividad científica que se
poración se habían remontado más allá del desarrollaba en el maltrecho país. Uno de
doble objetivo que le diera vida, en términos los testimonios más vivos fue el desempeño
de las disciplinas que se estudiaban en su de la Sociedad de Geografía.
seno. Con ello, el Instituto de Geografía y
Estadística se erigió en la primera entidad En efecto, la corporación dejó evidencia en
que organizó la investigación científica en su Boletín de una voluntad indeclinable para
México, mientras operaba como el único el desarrollo científico y cultural de México
cuerpo institucional para el desarrollo y la aún en los momentos más difíciles de su
práctica de la geografía en el país. vida política. En la revista se abre un aba-
nico disciplinario que puede servir como
El Boletín del Instituto Nacional de Geografía indicador de las inclinaciones de los inte-
y Estadística, por su parte, era la primera lectuales mexicanos y también como una
revista de geografía del país y si no el primer nota de las necesidades del país que re-
órgano de difusión de las ciencias, sí fue el querían del consejo de expertos. En este
único de circulación internacional, durante último aspecto, hay que considerar que en el
muchos años. Baste decir, que hasta 1869 siglo XIX la ciencia no se consideraba
fue el único instrumento con que contaban desligada de sus aplicaciones prácticas, y
los estudiosos de México para que esta- los científicos, especialmente en México,
blecer intercambios con las agrupaciones e mantenían un compromiso expreso en la
individuos dedicados al cultivo de las cien- construcción del país. Por eso, la SMGE
cias en las principales capitales del mundo.4 estuvo a cargo de numerosas encomiendas
gubernamentales, aunque algunas de ellas
Además de los intercambios científicos que no fueron agradables, como mostraré en las
manifestaba la distribución de su revista, la siguientes páginas.
3
Presidente de México en varias ocasiones, es los intelectuales mexicanos después de la
considerado como uno de los precursores del Restauración de la República.
liberalismo.
REFERENCIAS
4
En 1869 comenzó a circular La Naturaleza,
periódico de la Sociedad Mexicana de Historia Altamirano, I. M. (1880-1887), "Brevísima
Natural, que también se distribuiría mundial- historia de la Sociedad Mexicana de Geografía
mente. y Estadística", en Memoria presentada a la
SMGE por el primer secretario... en enero de
5
Juan Nepomuceno Almonte, Memoria del Se- 1880, Imprenta de Francisco Díaz de León,
cretario de Estado y del Despacho de Guerra y México.
Marina, leída en la Cámara de Diputados el día
9, y en la de Senadores el 11 de enero de 1849. Almaraz, R. (1865), Memoria de los trabajos
ejecutados por la Comisión científica de Pachuca
6
Manuel Orozco y Berra (1816-1881), geógrafo en el año de 1864. Mandada publicar de orden
e historiador, fue oficial mayor de Fomento de S. M. I. Por el Ministerio de Fomento. (Esta
durante el Imperio de Maximiliano. me-moria es continuación de la del Valle de
México.), Imp. Andrade y Escandón, México.
7
La Comisión del Valle de México (1856) fue un
proyecto juarista, cuyos únicos frutos se reu- Aragón, A. (1933), "Influjo de la Sociedad
nieron en la Memoria para la Carta hidrográfica... Mexicana de Geografía y Estadística en la cul-
que se publicó en el Boletín de la SMGE. La tura del país", Primer Centenario de la Sociedad
Comisión Científica de Pachuca fue un proyecto Mexicana de Geografía y Estadística, 1833-1933,
de Maximiliano que sus ejecutores asociaron con Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística,
los objetivos de Comisión del Valle de México México.
(v. Memoria de los trabajos ejecutados por la
Comisión cientifica de Pachuca..., México, 1865). Azuela, L. F. (1996), Tres sociedades cientí-
ficas en el Porfiriato. Las disciplinas, las institu-
8
También hay que considerar a los colabo- ciones y las relaciones entre la ciencia y el
radores de los expedicionarios de la Commission poder, SMHCT-UNAM, México.
Scientifique du Mexique (1864-1867) que
organizara el Instituto de Francia. Azuela, L. F. (2002), "Médicos y farma-
céuticos en las sociedades científicas mexicanas
9
Habría que precisar, no obstante, que la del siglo XIX", Boletín Mexicano de Historia y
difusión de estos trabajos no se dio en el Boletín Filosofía de la Medicina, vol. V, núm. 2,
de la SMGE en los años inmediatos a la septiembre, pp. 15-20.
Restauración de la República.
Barnes, B. y R. G. A. Dolby (1995), "El ethos
10
Benito Juárez, presidente de México en el científico: un punto de vista divergente", en
momento de la invasión francesa, sostuvo una Iranzo, J. M., J. R. Blanco, T. González de la Fé,
guerra sin cuartel contra el Imperio hasta su C. Torres y A. Cotillo, Sociología de la ciencia y
caída en 1867. la tecnología, CSIC, Madrid, pp. 33-51.
11
Antonio García Cubas se destacó por su Escalante Gonzalbo, F. (1992) Ciudadanos
trabajo cartográfico en la segunda mitad del siglo imaginarios. Memorial de los afanes y desventu-
XIX. Díaz Covarrubias, astrónomo y cartógrafo, ras de la virtud y apología del vicio triunfante
fue el fundador del primer observatorio astro- en la República Mexicana -Tratado de moral
nómico de México. pública-, El Colegio de México, México.
12
La Sociedad Mexicana de Historia Natural García Cubas, A. (1869), "Reseña de los
(SMHN) se fundó el 29 de agosto de 1868. trabajos ejecutados por la Sociedad Mexicana de
13
Geografía y Estadística durante el año de 1869",
Literato, crítico e historiador, fue uno de los Boletín de la Sociedad Mexicana de Geografía y
liberales que pugnaron por la reconciliación de Estadística, 2a época, tomo 1, México, pp. 932-943.