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A B C. JUEVES 13 DE AGOSTO DE 193T. .LITERATURA Y ARTE. PAG.

describe cómo-ha visto la Virgen: "Es


LAS APARICIONES DE —dice—una señora vestida de negro,- con CRÓNICA DE- PARÍS
un. pechero blanco y.las manos juntas." Le
EZQUIOGA preguntamos si lleva, conio dicen, ángeles,
Ir á Ezquiogá es este año deber ineludi- corona^ de estrellas, ^resplandor, y contesta: Una comida original
ble para todo veraneante, como lo era ir a "No sé; tiene una cara tan hermosa, que-no'
Limpias en 10.10.» Hace próximamente un .he; mirado más..." Por todo ,el. bosque una La ánStriona es una. duquesa española
mes, un niño y una niña, hijos de unos ca- corriente de emoción.-Hay temblores, des- muy estimada en el milieu intelectual; vive
seros, dijeron haber visto una misteriosa mayos; muchos corazones laten acelerados. sola en un piso bajo del barrio del- Tro-
aparición. Al encaminarse, a prima noche, Mis ojos horadan insistentes el bosque,-obs- cadero, alhajado con la simplicidad que
hacia un caserío cercano, de un bosque-sa- curo y mudo. Nada veo. Los robles, -a los exigen los severos cánones decorativos del
lióles al encuentro una dama enlutada,' de que apenas llega desde la carretera el cho- estilo modernista; blancos muros, totalmen-
suprema belleza, coronada de estrellas, acom- rro luminoso de los faros, esbozan figuras te desnudos, que la luz eléctrica, oculta en
pañada de ándeles, nimbada de resplandor. indecisas. Parpadean las linternas que han potentes reflectores, hace más blancos to-
En días sucesivos se repitió la aparición, y traído los peregrinos previsores. Ün cántico davía, como esos aparatos Jáccopozi con
desde entonces al paraje que los niños_ se- de despedida. La multitud desfila. Minutos que el célebre ingeniero ha logrado ocultar
ñalaron como fondo del supuesto prodigio después el campo queda solitario, en sombras: el polvo negro de todos los monumentos de
afluye todas las tardes una multitud, que in- y silencio. París; amplios divanes, muelles como le-
vade el monte esperando el milagro. He aquí el relato de un hombre creyente, chos-, tapizados de una jerga verdosa;'gran
pero nada impresionable. ¿ Es ? ¿ No es ? Lo mesa de caoba barnizada; sobre la chime-
Acompañado de unos amigos excelentes nea, libros, muchos libros, ediciones muy
voy a Ezquioga. Es sábado, día mariano, más probable es que no sea. Mas, ¿por qué modernas de Jean Cocteau, de Eugenio
y fiesta de Santiago. En Deva, la casa del no ha de poder ser? Negar por obstinación d'Ors, de un poeta español que escribe poe-
Concejo ha izado la bandera republicana; en es tan, absurdo como afirmar con. ligereza. mas sobre el Amor, editados por él mis-
la iglesia marinera, con su bergantín votivo Niegue y fía el incrédulo. Es su derecho y
que enfila a América su proa, se han loado su rescate. El lastrado de escepticismo cae- mo; en un ángulo de la estancia, un enor-
en vascuence las glorias del Apóstol, Patrón ría demasiado bajo si no le fuera permitido me cacharro de cristal, conteniendo rosas,
de España, y hay ofrenda de luces y de poner en el otro platillo, para contrapesar, muchas rosas de variados matices, cuyo
flores ante la españolísima Virgen del Pilar. ,un saquito de burlas.. El creyente puede -no perfume inunda el ambiente...
La tarde, preñada de tormenta, arropa en afirmar, y hará bien en no. afirmar hasta Eso es todo; pero la anfitriona no nos
nubarrones negros las montañas que for- que la Iglesia diga su palabra. Pero con recibe_ en este salón; hay que atravesar un
man la hoz del Urola. En Zumárraga se ad- creer en Dios le basta para que en esa mí- pequeño vestíbulo, despojarse del abrigo en
vierte ya la afluencia de peregrinos y curio- nima creencia esté ya contenida íntegramen- estrecho pasillo y seguir... hasta la cocina.
sos. Hay doble fila de automóviles y se en- te toda la, posibilidad. Ni pueden reír tam-
hebra entre ellos una muchedumbre aldeana, poco esos espíritus contradictorios, fuertes El blanco de sus muros, como en el resto
que se dirige a pie hacia el lugar de las apa- para resistir a la creencia, dóciles para ce- de la casa, desaparece en parte tras deslum-
riciones. der a la superstición, a los que no se puede brante brillo de cacerolas, sartenes y_ otros
llamar volterianos sin grave ofensa del claro Utensilios propios del arte culinario, de
El paraje entre Zumárraga y Ormáizte- talento de Voltaire; que tiemblan si se de- cuya nomenclatura no estoy al corriente.
gui es un trozo vulgar de tierra guipuzcoa- rrama un salero, no se sienten a una mesa Como he llegado de los últimos, encuentro
«a. Nada teatral ni efectista en este fondo en que hay trece personas, interrogan a un vanas damas y caballeros con albos man-
blando y suave, de acuarela pasada de moda velador y eslabonan sus nombres en esa diles y servilleta en mano, frente al ho-'
y sin valor en el mercado. Un bosque de "cadena de la felicidad" que empezó un ma- g-ar, en que arde el fuego en luengas lla-
robles; un prado; a.1 otro lado del. prado, rino americano. maradas; para que todo sea blanco, lo pri-
un manzanal. A la izquierda de la carrete-
ra, monte arriba, el caserío donde viven los Para el creyente verdadero, ¿qué necesi- mero que abarca la mirada es una enorme
niños que en este incipiente Lourdes. espa- dad hay del milagro ? Milagro es todo. Mi- fuente de arroz, blanco cual la nieve, sobre
ñol llenan el papel de Bernardita Soubirón. lagro es esta noche, formada por el rodar la que destaca la nota rosada de los hue-
Está cerrado y silencioso el caserío; hay de un astro y el girar de un planeta en mis- vos y el oro pálido de los plátanos. Un
luces dentro.; en sus palos inician su repo- terioso concierto sideral; y milagro es la plato exquisito.
so las gallinas. Entramos en el bosque. De cigarra que con su canto va apostillando el Un ligero chisporroteo atrae a otro lado
aquí, de este robledo, sale la aparición, que, rezo. Milagro este fluido extraño, este jugo •la atención del cronista;- es la sartén, don-
según la. relación de. los. videntes, atravesan- vital (JUe hace a.mi mano trazar unos sig-
do el prado, se dirige al. pomar. Hay en la nos con los que expreso ideas y sentimien- de flotan doradas, cual globos de talco, unas
tos, que han de comunicarse a otros seres clásicas albondiguillas,.que por sí solas des-
• carretera más de doscientos automóviles, y piertan el apetito; en fin, en una gran
• cinco mil personas se distribuyen por el mon- tan inexplicables y tan milagrosos conio
te. No es el día de mayor concurrencia. El yo... Milagro este tambor, este sombrero de bandeja, una enorme tarta de fresas com-
sábado 18 de julio han llegado hasta aquí cipáyo que tengo a mi lado, y en el que re- pleta la nota de color dominante en toda
tres mil coches y se han congregado más de cojo, como se recogen en millares de casas la casa: blanco y rosa. Dada la última
veinticinco mil almas. Atardece. Van espe- -—en la ciudad, en el monte, sobre continen- mano por estos Vatel de nuevo cuño, to-
sándose las sombras. El bosque adquiere el tes y sobre mares—las óperas de Milán y dos se trasladan al salón antes descrito;
misterioso poder de intimidación que de no- las campanadas de Londres. Y si al hom- la duquesa ha tenido en cuenta la má-
.che le hace pavoroso. Las ocho y media. Co- bre, que es la criatura, le ha sido posible xima de Brillar.-Savarin: Somos más que
mienza, a rezarse el rosario. Todos se pos- llegar hasta el milagro, ¿cómo no podrán las Gracias y menos que las Musas. El
tran de rodillas y es durante un cuarto de llegar hasta él el Soplo creador, la Mano ágape comienza; preside ,una Alteza Real,
hora un murmullo solemne. Los que llevan providente ? .
' Me dicen qué desde el_ día en que yo es- que trajo, como dijo un poeta contempo-
el rezo lo hacen en vascuence, y en vascuen- ráneo, a la Casa de Francia la luz de unos
ce contestan casi todos. De pronto, hacia la tuve allí la peregrinación a Ezquioga ha
letanía, cuando la lengua estrecha y comar- degenerado bastante, perdiendo su ingenui- ojos españoles; hay otras dos damas bellas
cal se cambia por ol latín, amplio y católi- dad y su pureza, contaminándose de chaba- y elegantes; hay un diplomático español
co, esto es, universal, un lamento, unos gri- . cañería,. convirtiéndose en una "romería" y el hijo de un aristocrático cosechero, que
tos. Es una voz que podría decirse deslum- vulgar. Cuándo yo subí a Ezquioga no había ha puesto el oro de los vinos españoles
brada, con un acento extraño, entre llamada eso, como tampoco nada que acusara lucro nj junto al rojo Burdeos; hay también un
y queja, hecha, por mitades, de deseo y te- industrialismo. Unos vendedores de carame- artista español, que rinde culto al moder-
rror. La que habla con voz de éxtasis es una los y. un carrito de helados era todo el co- nismo en pintura y tiene aquí- brillantes
muchacha lugareña, una criada de aldea. En mercio. Muy lejos, como se ve, de los baza- éxitos...
su idioma natal y familiar se dirige a la res dé Lourdes; Seria lástima que Sucediera
Virgen, a'la que cree ver. Estrujada por la así. Porque* el verdadero milagro de Ez- La comida es para chuparse los dedos de
Rente, que se apiña a su alrededor, perma- quioga está, no en la dudosa aparición, sino gusto; la conversación diría—si no fuese
nece indiferente a todo, como si estuviera •en que" esos millares de personas, hoy como la frase muy manida—un torneo de in-
en soledad. Y lo está. Tendidos los brazos; ayer, como siempre, en pleno siglo xx como genia
desencajado el rostro, con la mirada en alto, en la Edad Media, al eco del rpmance de la Y preguntarán los lectores: '¿Por qué
habla, habla durante diez minutos. Pregunta Virgencita y el pastor, quemándose en la ese capricho de hacerse ellos mismos el
a la Virgen qué desea de ella; la suplica misma llama de deseo, vayan de noche a un condumio? Acaso no haya sido un mero
que se haga ver de todos.. Y en su monólogo bosque para ver si ven unos minutos una
se repite la palabra, llena de. amor: "¡Ma- sombra. capricho; no una imitación de María. An-
dre! ¡Madre...! ¡Ama! -¡Ama...!" A fin- de que -esto se encauce, hacia el sí tonieta en el petit-Trianon; tal vez una
o hacia el no, incorporándose a la historia visión de tiempos futuros..-.
Más gritos; más sollozos: otra vidente. de lo probado o perdiéndose en el limbo de • Mas, si fue así, justo es confesar que
Esta dice dialogar con la celestial aparición. tantas leyendas fallidas, convendría que la ^os comensales no parecieron influencia-
La Virgen la promete volver todas las no- Iglesia, discretamente apartada del asunto dos por tristes presentimientos. El ágape
ches, hasta que vaya a Ezqufoga la persona hasta ahora, dejase ya, sentir la intervención fue alegre y animado.
con la que obrará el mayor milagro. Abajo, de su suprema autoridad.
cerca, de la carretera, una voz ^infantil pide
la vista para un ciego que está junto a él. FEDERICA SANTAN-DJEJB , • MQNT&iCRISTO
Hablo con este niño. Con gran .ingenuidad va» §go§í9j 193ís.' • París, agosto3 1931,."

ABC (Madrid) - 13/08/1931, Página 16


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