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Grispigni y El Derecho Penal Fascista RDPyC PDF
Grispigni y El Derecho Penal Fascista RDPyC PDF
DERECHO PENAL
Y CRIMINOLOGIA
DELITOS ECONOMICOS • CONTRAVENCIONAL •
GARANTIAS CONSTITUCIONALES • PROCESal PENAL •
EJECUCION DE LA PENA
Director
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AREA PROCESAL
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sumario
Derecho Penal
Doctrina
NOTA A FALLO
JURISPRUDENCIA
NULIDAD DE LA SENTENCIA / Traslado de un detenido que era alumno regular del centro
donde estaba alojado. Afectación del derecho a la educación. Rechazo de la acción de habeas
corpus sin haberse realizado la audiencia del Art. 14 de la Ley 23.098. LEGITIMACION. Pro-
curación Penitenciaria de la Nación (CNCasación Penal). Con nota de David G. Mangiafico 60
CRIMINOLOGÍA
Doctrina
Derecho PROCESAL
Doctrina
NOTA A FALLO
JURISPRUDENCIA
ELEVACIÓN A JUICIO / Validez. Legitimación del Ministerio Público Fiscal para solicitarlo.
Irrelevancia de que no haya apelado un sobreseimiento previo (CNCrim. y Correc.). Con nota
de Sebastián Ghersi 122
Las escalas penales reducidas del fuero penal juvenil y el instituto de la prescripción de la
acción penal
Por Raúl F. Elhart 139
DeLITOS INFORMATICOS
Doctrina
PENAL JUVENIL
Doctrina
El delito de contacto telemático con menores de edad con fines sexuales (child grooming)
en el Código Penal argentino
Por Gustavo E. Aboso 151
NOTA A FALLO
JURISPRUDENCIA
POLITICA CRIMINAL
Doctrina
biografia
Castigo y determinación de la pena en los Estados Unidos, por Diego Zysman Quiros, comen-
tado por José Angel Brandariz García 223
Criminología I, por Vincenzo María Mastronardi, comentado por José Luis Puricelli 227
Afortunadamente y por lo que al artículo de judío: el caso de Marcello Finzi, Nueva Doctrina
Grispigni sobre las ideas penales de Mussolini se Penal n. 1, 2005; también en Rivera Beiras, co-
refiere, uno de los penalistas más destacados y de ord., Contornos y pliegues del Derecho: homena-
mayor nivel científico de Italia, el catedrático de je a Roberto Bergalli, Barcelona 2006; publicado
la Universidad de Módena Massimo Donini me también en italiano: Il diritto penale fascista e na-
informó en una reunión que tuvimos en Hagen, cionalsocialista e la persecuzione di un penalista
con motivo del Homenaje que se le ofreció al ebreo: Il caso di Marcello Finzi, in Marcello Finzi
más importante especialista en la Historia con- Giurista a Módena, Università e discriminazione
temporánea del Derecho (Juristische Zeitgeschi- razziale tra storia e diritto, Tai del Convengo di
chte), Thomas Vormbaum, que había encontra- Studi Modena, a cura di Elio Altavilla, 2006, y en
do ese artículo del que me dio la referencia y me alemán: Der Fall Marcello Finzi, Jahrbuch der Ju-
envió el texto. Además de reconocer el mérito de ristischen Zeitgeschichte 2005). Desde luego ese
ese descubrimiento y agradecerle su envío, me conocimiento no se le puede negar a Edmund
parece también interesante para que se pueda Mezger, quien, como he demostrado de forma
ver de un modo objetivo y desapasionado quién fehaciente en mi monografía sobre él, fue autori-
fue Grispigni y el papel destacado que tuvo en zado por las SS expresamente en marzo de 1944,
la Ciencia italiana del Derecho penal, tanto an- después de que la Akademie für deutsches Recht
tes como después del régimen fascista, añadir a le había dado el visto bueno a su Proyecto para
la publicación del artículo de Grispigni, la breve el tratamiento de los extraños a la comunidad, a
biografía que del mismo escribió Donini. visitar los Campos de Concentración y observar
directamente “los tipos de sujetos que allí se en-
Para Donini tanto este artículo como la mo- contraban”.
nografía que escribió Grispigni juntamente con
Mezger: Lo que, en todo caso, queda claro es que am-
bos penalistas tenían grandes afinidades con
“Reflejan con crudeza el clima de la época y los respectivos regímenes que gobernaban en
el escaso conocimiento de los horrores del Holo- sus países en aquel momento, que eran los más
causto que subyacían a los temas (pensados como destacados penalistas de aquel momento y que
más «técnicos») de las esterilizaciones, las castra- ya en plena madurez pusieron su prestigio y sus
ciones, las llamadas degeneraciones raciales, etc., conocimientos al servicio de regímenes autori-
con picos de dureza sancionatoria «neutralizado- tarios y de sus leyes penales. El que en 1942, en
ra» que son expresión de la cultura del Positivis- plena crisis del régimen fascista con un Musso-
mo criminológico y no sólo de un clima ideológico lini a punto de ser destituido y poco tiempo des-
autoritario. Grispigni ve en las reformas penales pués posteriormente asesinado de forma brutal,
nacionalsocialistas («una doctrina esencialmen- un profesor como Grispigni tuviera acceso a él
te biológica») la realización de aquellos ideales para pedirle su opinión, en forma de entrevista,
«científicos» positivistas de lucha contra la peli- sobre el Derecho penal, con un estilo laudatorio
grosidad que no habían sido totalmente imple- adulador que hoy causa bochorno, añadiendo
mentados por el Código Rocco”. además comentarios de su propia cosecha en
No puedo saber hasta qué punto Grispigni des- los que pretenden compaginar las ideas penales
conocía en 1942 los horrores del Holocausto y las del llamado Duce con las de las Escuelas Clásica
propias barbaridades que estaba cometiendo el y Positivista, demuestra el alto grado de vincula-
régimen fascista a partir de 1938 con las leyes ción que tenía con los más altos niveles del ré-
antisemitas, el envío de grupos enteros de judíos gimen fascista y sus afinidades ideológicas con
italianos a los Campos de Concentración en el el mismo.
Sur de Italia, y la expulsión de la función públi- Víctima de su propia retórica llega al punto de
ca y de la Universidad de grandes científicos e decir para terminar su artículo-entrevista: “Él es
intelectuales judíos, uno de ellos el catedrático en verdad Aquel sobre el que el poeta dijo que le
de Derecho penal de la Universidad de Módena fonti dell’universa vita ebbe in suo cuore”.
Marcello Finzi, que se vio obligado a exiliarse en
Argentina (véase al respecto también mi trabajo ¿Quién sería Aquel con el que compara a su
sobre el mismo El Derecho penal fascista y na- amado y nunca bien ponderado Duce? ¿Dios,
cionalsocialista y la persecución de un penalista Cristo, el Profeta Mahoma?
El traductor de este artículo, Víctor M. Macías todos a quienes, por una u otra razón, se oponían
Caro, buen conocedor de la Historia y del Dere- a sus altos designios.
cho penal de Italia en aquella época, me indica
que: Los redactores de la breve biografía de Gris-
pigni que se contiene en “Moderne Italienische
“Se trata de una estrofa extraída de una oda del Strafrechtsdenker” anteriormente citada se con-
poeta Gabriele D’Annunzio compuesta en 1903 tentan sólo con calificarlo como un partidario del
en memoria de Giuseppe Verdi (titulada “Per la régimen fascista (p. 329 anteriormente citada).
morte di Giuseppe Verdi”). La frase está extraída Lo que a la vista del artículo que se incluye en el
en concreto de un verso que habla sobre Dante, ANEXO 2 no parece en absoluto exagerado.
que el poeta describe, junto con Leonardo y Mi-
guel Ángel, como los tres antecesores de Verdi El traductor del artículo de Grispigni al espa-
que velaron metafóricamente su cadáver. ñol, Víctor Manuel Macías Caro, Doctor en De-
recho por la Universidad de Módena y Profesor
El verso reza: “Dante Alighieri che sorresse il
de Derecho penal en la Universidad Pablo de
mondo | in suo pugno e ed i fonti | dell’universa
Olavide, me dice en una comunicación personal
vita ebbe in suo cuore” (cuya traducción es:
que leyendo el artículo de Grispigni “cuesta deci-
“Dante Alighieri que sostuvo el mundo | en su
dirse sobre si Grispigni era un fascista convenci-
puño y las fuentes | de la vida toda tuvo en su co-
do, un oportunista que quiso acercarse al poder
razón”).
o un científico devoto, pero ingenuo. Quizá fue
El artículo (de Grispigni) termina, pues, así: “Él una mezcla de las tres cosas”. Posteriormente me
es en verdad Aquel sobre el que el poeta dijo que ha explicado que sus “dudas se fundamentan en
«las fuentes de la vida toda tuvo en su corazón»“. que Grispigni parece más interesado (e incluso
Ciertamente grotesco. obsesionado) en acudir al Poder para ganar en la
lucha entre escuelas (de ahí lo de “oportunista”),
Desde luego cualquiera que sea el referente de en que en un pasaje llega a decir “el pensamiento
esa comparación: “Aquel”, Dios, Dante, Miguel del Duce es de lo más moderno y humano que se
Ángel o Verdi, ciertamente la comparación re- pueda imaginar: defenderse, pero intentando re-
sulta, como dice Macías Caro, “grotesca”, a todas ducir el sufrimiento al mínimo y teniendo como
luces excesiva y demuestra el carácter casi míti- posibilidad la recuperación social de los reos” (de
co o divino con el que los más fervorosos fascis- ahí lo de ingenuo) y en que alaba al Duce como
tas adulaban, todavía en 1942, al llamado Duce, guía de la Nación, a su pensamiento lo considera
Después de todo, sin ir más lejos, en España al fuente del Derecho y que considera positivos al-
llamado Caudillo (traducción literal de la expre- gunos logros como “la plena responsabilidad de
sión alemana “Führer”, con la que se denomina- los reos en estado de embriaguez total, incluso
ba a Hitler, y de la italiana “Duce” con la que se sólo culposa; la figura del delincuente por ten-
denominaba a Mussolini), el dictador Francisco dencia; la responsabilidad meramente objetiva
Franco, era recibido por los obispos españoles sancionada en algunos casos” (de ahí lo de fas-
(durante los primeros años del régimen, y mien- cista convencido).
tras el nacionalsocialismo y el fascismo todavía
estaban en pleno auge), con el brazo en alto ha- Es obvio que Macías Caro con ello no está in-
ciendo el saludo nazi-fascista y se le introducía tentado justificar los regímenes nazifascistas,
en las Catedrales bajo el Palio reservado a la re- sino mostrar sus dudas sobre la actitud de Gris-
presentación de Cristo en la tierra, el Santísimo pigni. Evidentemente puedan darse todas estas
Sacramento del Altar. Esta pantomima, en el fon- interpretaciones a la actitud que refleja Grispigni
do blasfema e irreverente, duró hasta noviembre en este artículo, y que Macías Caro presenta con
de 1975, cuando murió el dictador, después de gran objetividad. Para mí no hay ninguna duda
haber confirmado, con todo el poder indiscutible de que además de fascista era simplemente un
que tuvo durante casi cuarenta años, la ejecución ingenuo adulador que ni siquiera se daba cuenta
de varias personas condenadas a muerte por un en aquel momento de que los días de su amado
Tribunal militar). Así estaban las cosas por estas Duce, quien entre otras aberraciones había vin-
latitudes, mientras los esbirros de esas “divini- culado su país a la suerte del poderoso gigante
dades” se encargaban de masacrar a la vista de alemán, estaban ya contados, y que pronto iba a
ser destituido, desterrado y finalmente ejecuta- contra él como perros rabiosos de una misma
do de forma innoble, junto con su amante Clara jauría, es decir, la jauría nazi/fascista, quienes al
Petacci, por un grupo de partisanos que lo detu- parecer, por razones poco claras, no querían que
vieron cuando intentaba escapar. Algo de lo que ese pasado fuera conocido, quizás porque ya lo
Grispigni seguramente en el momento de la en- conocían y sabían que no era un pasado dema-
trevista no era consciente y no pudo siquiera vis- siado brillante como para ser recordado en los
lumbrar. Pero de lo que sí era conocedor era de momentos actuales. Algún resabio debe quedar
las abominables leyes raciales, de los campos de por ahí todavía oculto en las mentes de quienes
concentración y de la eliminación de la demo- tanto se enfadaron cuando en su momento acusé
cracia y la represión de los disidentes políticos, a Grispigni de “veleidades fascistas” y a Mezger
etc. Probablemente otra cosa hubiera hecho y de su estrecha vinculación y colaboracionismo
dicho, cuando años más tarde y a toro pasado con la parte más brutal del derecho penal del ré-
se le hubiera preguntado por sus relaciones y su gimen nacionalsocialista.
opinión sobre el régimen fascista. Seguramente
hubiera abjurado del mismo y hubiera negado De un modo u otro, lo que aquí queda claro es
haber tenido cualquier relación con él. Una es- que Filipo Grispigni tuvo algo más que “veleida-
pecie de consigna que siguieron al pie de la letra des” con el régimen fascista. A lo mejor si no hu-
otros de la misma calaña cuando los regímenes biera sido por las estúpidas agresiones que recibí
totalitarios nazi y fascista fueron derrotados de quien dudaba de esas veleidades no hubiera
y llegó la hora de la rendición de cuentas. Por llegado a descubrirlas. Pero una vez que lo hice,
una u otra causa, por lo que respecta a Mezger constato una vez más que sumergirse en la His-
y a Grispigni, ésta no tuvo lugar, y con más di- toria del Derecho, materia de la que lo más que
ficultades el primero, tras pasar un proceso de aprendí en la carrera fueron los Fueros Medieva-
desnazificación, y sin ninguna el segundo, con- les, las Leyes de Toro y quizás en Derecho penal
tinuaron en sus cátedras enseñando el Derecho alguna referencia a la Carolina (no al pueblo de
penal del nuevo sistema democrático, aunque la provincia de Jaén, sino a la Constitutio Crimi-
seguramente sin desterrar totalmente de sus nalis Carolina dada por el Emperador Carlos V),
corazones las ideas que con tanto fervor y en- puede ayudarnos a comprender mejor el presen-
tusiasmo habían defendido en el régimen ante- te y a desenmascarar a quienes con sus insultos
rior. y bravatas pretendieron callar y, en todo caso,
desacreditar la labor investigadora, que gracias
No deja de ser, de todos modos, preocupante a esos mismos insultos, inicié cuando en 1999 la
que ese pasado haya permanecido oculto du- Fundación Alemana Alexander von Humboldt
rante tantos años y que cuando alguien lo ha me concedió el Premio Humboldt de Investiga-
descubierto y sacado a la luz se hayan dirigido ción en Ciencias jurídicas. u
Tras estudiar Derecho en la Universidad de ridica dei cosiddetti non imputabili, 1920), obras
Roma, periodo en el cual comienza a colaborar en las cuales tiene origen una particular concep-
con la Revista La Scuola Positiva de Enrico Fe- ción “sintomática” del delito que le acompañará
rri y habiéndose licenciando en 1908, Grispigni en su enseñanza como penalista hasta la última
amplía estudios en el extranjero en las Univer- lección (La personalità e il valore sintomatico del
sidades de Berlín, Munich y Bruselas. Particular reato, 1955). De acuerdo con esta concepción, el
importancia tiene la estancia en Berlín, durante delito doloso tiene origen en una alteración de la
la cual asiste durante seis meses al Kriminalistis- afectividad y el hecho cometido “no es separable
ches Seminar de Franz von Liszt, cuya influencia de la persona” del delincuente, dado que “éste [el
se extiende durante toda la vida del estudioso. hecho cometido] no es sino la propia persona en
Fue profesor de Derecho penal desde 1912 en la movimiento”.
Universidad de Camerino y, desde 1920, profesor
habilitado (libero docente) de Derecho penal en Por otra parte, Grispigni muestra al mismo
la Universidad de Roma, en la cual enseña, entre tiempo interés por la Criminología y por la Téc-
otras materias, Derecho penal comparado en la nica jurídica: es sociólogo y dogmático del Dere-
Escuela Técnica Jurídico-Criminal. Forma parte cho positivo. Recibió la enseñanza de Von Liszt,
en ese momento, como secretario general, de la pero también de Beling, sobre el hecho típico y
Comisión Real que prepara el Proyecto Ferri de la cuatripartición (conducta, conformidad de
nuevo Código penal (1921). Tras un breve perio- ésta con el tipo, antijuridicidad, culpabilidad),
do en la Universidad de Cagliari (1923-1924), se declinándolos no obstante en otra clave, ya que
transfiere en 1925 a la Universidad de Milán para no podía acoger (como criminólogo positivis-
impartir en un primer momento Sociología cri- ta) una idea de la culpabilidad como reproche,
minal y luego también Derecho penal sustancial sino como mero carácter psíquico-defectuoso
y procesal (desde 1929). del hecho referible al sujeto, dado que también
los incapaces pueden cometer un delito con un
Pertenecen a este primer periodo algunos es- elemento subjetivo suficiente como para ser to-
tudios sobre temas comparados y metodológicos mado en consideración y dado que en el «hecho»
(Il nuovo diritto criminale negli avamprogetti se manifiesta la peligrosidad del autor. Grispigni
della Svizzera, Germania ed Austria: tentativo di reivindica, sin embargo, la plena autonomía del
una interpretazione sistematica del diritto in for- estudio jurídico del delito, del deber ser, respecto
mazione, con una appendice sul controprogetto al de las causas individuales y sociales de la cri-
tedesco di Kahl, Liszt, Lilienthal e Goldschmidt, minalidad, colocando de este modo, junto a las
1911; La odierna scienza criminale in Italia, 1909), disciplinas vinculadas con el ser o saber causal,
además de sobre las tendencias criminológicas tales como las criminológicas y sociológicas, las
del Positivismo y sobre el hecho del inimputable disciplinas estrictamente normativas, como la
(Il delitto del non imputabile nel concorso di più Dogmática jurídica, que es por lo tanto totalmen-
persone nello stesso reato: appunti di critica giu- te autónoma con respecto a la Criminología (La
ridica, 1911; La pericolosità criminale e il valore dommatica giuridica ed il moderno indirizzo de-
sintomatico del reato, 1920; La responsabilità giu- lla scienza criminale, 1920). Además, el Derecho
penal se sitúa en el ordenamiento jurídico como
(*) Traducción de Víctor M. Macías Caro. El texto de
un todo: la norma penal es sancionadora de pre-
Donini se encuentra en Dizionario biografico dei giuristi ceptos extrapenales y por lo tanto no nace fuera
italiani, editorial Il Mulino 2013. del sistema de Derecho público y privado, sino
(**) Catedrático de Derecho Penal de la Universidad de que dialoga con el mismo (Il carattere sanziona-
Modena y Reggio Emilia. torio del diritto criminale, 1920).
Es de 1928 el volumen Introduzione alla so- rattere sanzionatorio del diritto criminale (1920)
ciologia criminale, en el cual se circunscribe con y La dommatica giuridica ed il moderno indirizzo
gran claridad el objeto de la Sociología criminal della scienza criminale (1920), debemos hacer
al fenómeno colectivo de la criminalidad (ni de mención también a L’omissione nel diritto penale
las normas ni de las penas), mientras que a la (1934), L’evento come elemento costitutivo del rea-
Psicología criminal y a la Antropología criminal to (1934), Il nesso causale nel diritto penale (1935),
se reserva el estudio de las causas individuales Il reato plurisoggettivo (1941), Dall’esegesi alla
y endógenas del delito. Los estudiosos positivis- dommatica della parte speciale del diritto penale
tas de su tiempo (ver Studi in memoria, 1956) se (1947), La nuova sistematica del reato nella più
centraron mayormente en su compromiso con recente dottrina germanica (1950), la colección
las ciencias criminológicas, en su dedicación en de lecciones I delitti contro la Pubblica amminis-
dicho sentido en múltiples conferencias, leccio- trazione (1952) y sobre todo los dos volúmenes
nes, congresos (incluso internacionales), ade- del Diritto penale italiano (vol. I y II, 2ª ed., 1945;
más de en la dirección de la revista La Scuola vol. I y II, 3ª ed., 1950; inicialmente Corso, vol. I,
positiva, y también en su convicción profunda Introduzione, 1ª ed., 1933 y vol. II, Il reato, 1ª ed.,
de la parcialidad e insuficiente esterilidad del 1935), en los que se compendia o al que fueron
estudio sólo jurídico del delito también en pers- destinados sus escritos precedentes.
pectiva de reforma. No obstante, hoy vemos en el
Grispigni criminólogo sobre todo una contribu- En 1942 se le llama a Roma, primero a la cáte-
ción relevante en el plano del método (piénsese, dra de Derecho procesal penal y luego, a partir de
para un discípulo de Ferri, en la separación de la 1945, a la Derecho penal. También en 1942 pu-
dogmática penal de las espirales omnívoras de blica el artículo La funzione della pena nel pen-
la Sociología, y también en la exclusión del tema siero di Benito Mussolini: dichiarazioni del duce
del libre albedrío de las premisas de la ciencia d’importanza storica per il diritto penale italia-
criminológica, que prescinde de dicha cuestión no y recoge, junto al penalista alemán Edmund
«filosófica»), pero también una especie de ob- Mezger, algunos escritos comparados (ítalo-
sesión positivista contraria a la idea retributiva, alemanes), polémicos y de política de reformas,
en favor de un modelo de pena neutralizadora, en el volumen sobre La riforma penale nazional-
mera defensa social, cuya medida es la peligro- socialista. La recopilación refleja con crudeza el
sidad criminal. clima de la época y el escaso conocimiento de
los horrores del Holocausto que subyacían a los
Viceversa, es su producción dogmática sobre temas (pensados como más «técnicos») de las es-
al teoría del delito la que ofrece a la ciencia pe- terilizaciones, las castraciones, las llamadas de-
nal productos actuales y duraderos no sólo en el generaciones raciales, etc., con picos de dureza
plano del método, sino también desde el punto sancionatoria «neutralizadora» que son expre-
de vista de los contenidos de los análisis jurídicos sión de la cultura del Positivismo criminológico y
presentes en las obras publicadas. Pertenece a no sólo de un clima ideológico autoritario. Gris-
este segundo filón de su producción el ensayo La pigni ve en las reformas penales nacionalsocia-
responsabilità penale per il trattamento medico- listas («una doctrina esencialmente biológica»)
chirurgico arbitrario (1914) y el poderoso volu- la realización de aquellos ideales «científicos»
men Il consenso dell’offeso (1924), que junto a un positivistas de lucha contra la peligrosidad que
análisis muy detallado contiene ideas modernas no habían sido totalmente implementados por
del consenso del titular de derechos como «con- el Código Rocco. A partir de 1944 se convierte en
dición resolutiva de la tutela jurídica de un bien», Director de La Scuola Positiva, sucediendo como
la distinción entre el consenso que convierte en tercer director a Enrico Ferri y a Eugenio Florian.
lícita una ofensa y el que excluye incluso de he- Tanto a la revista como a la docencia dedicará el
cho la propia lesión, el análisis del consentimien- tiempo hasta su muerte (Roma, 20/8/1955), por-
to en los delitos culposos y en los de peligro, etc., que «la universidad oxigenaba su alma y le daba
que anticipan concepciones liberales sobre la una razón de vida» (E. ALTAVILLA, 1956, 6).
autopuesta en peligro como causa de atipicidad
del hecho y sobre el consentimiento como ele- Si nos alejamos del tema de la «lucha contra el
mento negativo del hecho y por lo tanto de la crimen» en la declinación propia de la cultura del
propia ofensa. Además de las obras citadas Il ca- Positivismo y de las fuertes adhesiones a los pro-
gramas penales nazifascistas, todo el que haya te jurídico) como «ciencia». Su Diritto penale
leído aunque sólo sean los estudios mencionados italiano, en el que confluyeron orgánicamente
sobre el carácter sancionatorio del Derecho pe- las contribuciones técnicas citadas, pese a ser in-
nal, sobre la omisión, sobre la causalidad, sobre completo, representa una de las obras generales
el resultado o sobre la nueva sistemática alemana más meditadas y rigurosas de la primera mitad
tras el Finalismo, sabe que Grispigni se encuen- del siglo XX en el plano del método y de las más
tra entre los juristas más cultos, refinados y me- instructivas en términos de reconstrucción his-
todológicamente avanzados de la primera mitad tórica, de las fuentes, del análisis del delito, de su
del siglo XX y entre los que más han reflexionado elemento objetivo y de la introducción a la Parte
sobre el Derecho penal (en sentido estrictamen- especial. u
Los estudiosos de Derecho penal en Italia se ciplina, está la naturaleza del régimen político
encuentran actualmente frente a dos problemas vigente en Italia. De hecho, algunos de quienes
de fundamental importancia que deben ser re- consideran que las doctrinas del régimen fascis-
sueltos. El primero consiste en esto: ¿cuáles son ta influyen en el contenido de las disposiciones
los principios fundamentales que inspiran nues- penales de carácter político, excluyen que dichas
tra legislación penal y sobre la base de cuáles doctrinas sean un obstáculo para la renovación
debe reconstruirse su sistema? Algunos se sor- del Derecho penal de acuerdo con los resultados
prenderán de que aún existan discusiones sobre de las ciencias psicológicas y sociológicas. Otros,
esta cuestión, pero por desgracia la realidad es por el contrario, infieren de la naturaleza del ré-
que tras el Código Rocco (del que se esperaba gimen fascista la necesidad de un retorno a las
que significase la superación de las tendencias más ortodoxas doctrinas de la Escuela clásica.
en conflicto) las divergencias han reaparecido de
forma más graves y profundas que antes. El se- Para tener un elemento de decisiva importan-
gundo problema (estrechamente vinculado con cia para la solución de los dos problemas indica-
el primero) es el siguiente: la legislación penal de dos, me ha parecido que se debería determinar
los Estados del mundo se está transformando de cuál es el pensamiento del Duce sobre la función
acuerdo con un tenencia que en un reciente tra- de la pena. Ciertamente, y siendo ya interesante
bajo he intentado describir. Ahora bien, ¿cuál es (desde el punto de vista histórico y cultural) in-
la posición de Italia con respecto a dicha tenden- vestigar cuál es el modo de concebir la función
cia? ¿Se mueve en la misma dirección o bien en punitiva por parte de una alta personalidad po-
sentido distinto e incluso opuesto? lítica, una investigación de este tipo se hace im-
prescindible cuando se trata del Jefe de Gobierno
En la base de las diferencias sobre estos dos en un régimen totalitario. Es evidente que el fun-
puntos, de capital importancia para nuestra dis- cionamiento de una expresión tan alta de la so-
(*) (1884 -1955) Jurista italiano que ejerció la titularidad opuesta Escuela positiva encuentran una feliz síntesis que
de las cátedras de Derecho Penal de las Universidades de constituye, en sus resultados legislativos y en sus manifes-
Camerino, Roma, Cagliari, y Milán. taciones prácticas, un ejemplar progreso desde el punto
de vista jurídico y humano en la vida italiana y también
(**)Traducción de Víctor M. Macías Caro. El artículo de un modelo para otros países. El Estado es una entidad tan
Grispigni fue publicado en Rivista Penale 1942. Nota de potente y solemne que repudia el concepto de la venganza
Grispigni: Este escrito reproduce la comunicación hecha con respecto al individuo. Sin embargo, tiene el deber de
al Congreso de la Sociedad Italiana para el Progreso de defender a la sociedad. La pena responde precisamente y
las Ciencias el 29 de septiembre de 1942-XX. La reunión está determinada por el concepto de defensa social, con-
fue presidida por el Duce y estaban presentes el Ministro cepto que no se ve contradicho de ningún modo por el de
de Justicia, conde Dino Grandi, el Ministro de Educación la corrección y la recuperación de los culpables, siempre y
Nacional Bottati, el Ministro de la Cultura Popular Pavolini, cuando esto sea posible, respondiendo también ello a un
el Ministro de las Corporaciones, etc. y además todos los fin netamente social.En la sesión posterior se presentó en
subsecretarios y representantes de la Dirección Nacional la Sección de Ciencias Jurídicas la siguiente moción, que
del Partido Fascista. El Duce, sintetizando las cuestiones resultó aprobada por unanimidad:”Se hace voto de que,
tratadas, pronunció un discurso que fue resumido en un tras las discusiones que tuvieron lugar en la sesión del 29
comunicado dirigido a los periódicos por el Gabinete de de septiembre del año XX y las declaraciones del Duce, se
prensa del Jefe del Gobierno:Él señaló que en la concien- les dé valor, con una actividad específica, a los estudios
cia fascista, que pudo definir con mayor precisión en esta dirigidos a precisar los medios con los que hacer realidad,
ocasión, la parte vital de los principios de la Escuela clásica en el campo científico y práctico, el concepto de la defensa
en materia penal y la parte vital de los principios de la social en la lucha contra la criminalidad”.
beranía del Estado, tal y como la potestad puniti- comprenderá fácilmente el significado de dicha
va, no puede ser determinado con precisión si no declaración. Como es bien sabido, las teorías so-
es encuadrándolo en la concepción política de bre la función de la pena se reducen a dos fun-
Aquel que en un régimen totalitario es la mente damentales: por un lado, las llamadas absolutas,
y el corazón de la Nación, el espíritu animador y que asignan a la pena la función de retribución
propulsor de todo aspecto de la vida de la comu- moral (punitur quia peccatum est) y las relativas,
nidad popular. La interpretación misma del De- que consideran la pena como medio para un
recho positivo, también restringida al ámbito de objetivo, en concreto un medio de defensa con-
las necesidades históricas y prácticas inmediatas tra el peligro de que se cometan delitos (punitur
de la aplicación de la Ley, exige el conocimiento ne peccetur). Estas últimas se subdividen según
de los criterios que inspiran en su acción de go- si identifican dicha defensa en la prevención ge-
bierno a la voluntad suprema que el destino ha neral (intimidación de la población general) o
puesto al timón del Estado. en la prevención especial (corrección, reeduca-
ción, eliminación, etc.), o bien si acogen ambas
A partir de estas consideraciones, de carácter funciones preventivas, coordinadas la una con la
no ya político, sino estrictamente técnico-cien- otra.
tífico, me proponía desde hace tiempo estudiar
cuál es exactamente la concepción que el Duce Así las cosas, ¿cómo se puede dudar de que la
de la nueva Italia tiene de la función punitiva. concepción del Duce coincide sustancialmente
Pues bien, en el momento de publicar el resul- con la teoría mencionada en último lugar? No
tado de mis investigaciones, siempre me he de- se alude, ni siquiera lejanamente, a la venganza
tenido debido a que era consciente de no tener retributiva, sino únicamente a la defensa im-
ningún derecho a hacerme intérprete de su pen- plementada por medio de la intimidación y la
samiento. Es cierto que mi reconstrucción se ba- corrección. La certeza sobre este pensamiento
saba en algunas manifestaciones expresas de su es aun mayor al recordar lo que se dice expre-
pensamiento, las cuales indicaré más adelante, samente en el Informe al Rey que acompaña el
pero no obstante, ¿cómo alejar el temor de un nuevo Código penal:
eventual error en la comprensión de las mismas?
Sin embargo, recientemente —habiéndome con- “Según la concepción fascista (que en ello está
cedido la benevolencia del Duce una entrevis- vinculada con la tradición propia de Romagnosi
ta— he aprovechado la ocasión para dirigirle al- y de Carmignani, recuperada —aunque con exa-
gunas preguntas que sirvieran para disipar toda geraciones evidentes— por la Escuela criminal
incertidumbre. De manera que todo lo que será antropológica), el derecho a castigar no es sino un
aquí expuesto tiene mayores probabilidades de derecho de conservación y de defensa propio del
no estar lejos de la verdad. Estado, que nace con el propio Estado, análogo
pero sustancialmente distinto del derecho de de-
Como ya he dicho, ya existían manifestaciones
de su pensamiento que no dejaban dudas al res- fensa del individuo y que tiene como objetivo ase-
pecto. Y de hecho, al dictar el Programa del Parti- gurar y garantizar las condiciones fundamentales
do Fascista, Él había escrito: e indispensables de la vida en común”.
“Se promueven los medios preventivos y te- Quien quisiera negar el valor decisivo de es-
rapéuticos de la delincuencia [nótese: medios tas afirmaciones sobre el criterio fundamental
terapéuticos, sólo esta frase es ya un programa que fundamenta la legislación penal fascista
audaz]. La pena, medio de defensa de la sociedad demuestra sólo que los prejuicios impiden la vi-
nacional lesionada en el Derecho, debe cumplir sión de lo que resulta evidente. No se olvide que
normalmente la función de intimidación y correc- el Informe al Rey que acompaña al Código no es
ción; los sistemas penitenciarios, en virtud de la la expresión del pensamiento individual de uno
segunda función, deben ser mejorados y social- de tantos que colaboraron en la preparación de
mente perfeccionados”. la obra legislativa, sino que es la síntesis defini-
tiva, tal y como resulta de la ponderación de los
Pues bien, todo el que conozca el desarrollo distintos y a veces opuestos puntos de vista, es
histórico de las doctrinas penales y recuerde las la consagración solemne de la decisión tomada
luchas entre las distintas tendencias científicas, por el legislador sobre el criterio que inspira la
voluntad de la Ley. Pues bien —no siendo ni si entrada Estado de la Enciclopedia Treccani, en la
quiera lejanamente imaginable que un Ministro que su filosofía se acerca a la del Idealismo abso-
de Justicia escribiera dichas palabras sin asegu- luto, e integrándolo también con lo que dijo en
rarse de que corresponden con el pensamiento el gran discurso sobre el Tratado de Letrán sobre
profundo de Aquel que es el más alto guía del las respectivas competencias de Iglesia y Estado,
Régimen— el hecho es que las mismas cuentan sería posible reconstruir su concepción penal sin
con la firma del propio Duce, el cual, dado que excesiva dificultad. Pero, queriendo cumplir con
marca las directrices de toda actividad nacional, entera responsabilidad mi deber, he creído nece-
con mayor razón no puede haber descuidado el sario recurrir a la fuente directa y es por ello por
control sobre el modo de realización de la gran lo que he tenido el valor de consultar al Duce.
reforma penal fascista.
Pues bien, las declaraciones que he recibido
Si se tienen además en consideración algunos son de tal naturaleza que asumen un valor his-
institutos introducidos en la nueva legislación, tórico para nuestra disciplina. Y de hecho las
se deberá estar de acuerdo en que sólo un es- mismas excluyen cualquier posibilidad ulterior
píritu fanático puede inducir a no reconocer la de equívoco y terminan de manera definitiva
significación que los mismos tienen: la plena toda discusión sobre los criterios informado-
responsabilidad de los reos en estado de em- res de la legislación penal fascista. El intérpre-
briaguez total, incluso sólo culposa; la figura del te podrá conocerlos por fin y quien tenga una
delincuente por tendencia; la responsabilidad visión distinta podrá muy bien asumir una ac-
meramente objetiva sancionada en algunos ca- titud crítica con respecto a los mismos, pero no
sos, etc., pese a los esfuerzos a veces infantiles se le permitirá presentar las propias opiniones
realizados por interpretarlos de manera defor- personales como principios de la legislación
mada, son pruebas más que elocuentes de la vigente.
concepción relativista acogida por el Código. Y
como si ello no fuese suficiente —sólo tres años He aquí, por lo tanto, el informe fiel de la entre-
después de la entrada en vigor del mismo— ha vista que he mantenido con el Duce.
tenido lugar la valiente y oportuna reforma, Yo le hacía llegar como obsequio algunas de
promovida por el Ministro De Francisci, sobre mis recientes publicaciones. Él las ha examinado
la delincuencia de menores, que ha demostra- rápidamente una a una y me había pedido expli-
do de nuevo cuál es la concepción fascista de la caciones sobre las teorías que sostengo. Le dije
represión penal. Desde hace varios decenios la particularmente que, como partidario de las mo-
Escuela clásica inspiraba la legislación italiana y dernas tendencias en las ciencias criminales, ha-
nunca se le había ocurrido realizar una reforma bía intentado liberar a las mismas de la filosofía
así, mientras que la tendencia moderna la había del materialismo y del positivismo, convencido
invocado desde su surgimiento. Y mientras que de la necesidad de dar al problema un carácter
algunos, escondiendo mal su desaire, llegaron técnico, que pueda ser acogido por los seguidores
incluso a poner en duda su constitucionalidad, de cualquier sistema filosófico y religioso.
nosotros la saludamos con júbilo y afirmamos
su carácter casi revolucionario. Pero el Ministro —Me gustaría poder leer todos estos escritos
De Francisci fue incluso más explícito al respec- —dice— sin embargo, por desgracia, no tengo
to, al declarar en la Cámara: “Esta ley tiene un tiempo. Pero este sobre la concepción penal de
carácter revolucionario”. Y ciertamente ello no Antonio Rosmini me interesa de modo particular
tuvo lugar sin el conocimiento del Duce. y ciertamente lo leeré. ¿Tratáis del Roveretano?
Pero la fuente más explícita del verdadero pen- —Exactamente, y demuestro que el gran fi-
samiento de Éste sobre la función de la pena se lósofo, pese a ser un sacerdote, sostuvo que la
encuentra en algunas declaraciones que Él mis- pena no puede tener función de retribución mo-
mo tuvo la ocasión de hacer hablando con un pe- ral, sino sólo la de defensa. Es decir, el tiene las
riodista extranjero y a las que se hará referencia mismas ideas que Usted. Es más, a este respecto,
más adelante. Por ahora bastará poner de relie- me gustaría pedirle autorización para escribir un
ve que, sobre la base de lo que se ha dicho hasta estudio sobre la función de la pena tal y como Us-
ahora, e integrándolo con lo que escribió en la ted la concibe.
—¿Cree de verdad que lo que he dicho sobre —El gobernante —declara el Duce— debe
este tema pueda constituir objeto de un estudio proceder a asegurar la existencia de la polis, una
científico? polis que en este caso extiende su ámbito a 45
millones de hombres. Esta es su tarea y la fun-
—No sólo lo creo, sino que lo considero nece- ción de la pena debe ser determinada en virtud
sario. En nuestro campo se desencadenan toda- de dicha tarea.
vía las luchas entre escuelas. Para poner fin a las
mismas —al menos en lo que concierne al Dere- —Usted ha dicho que el objetivo de la defensa
cho italiano— es necesario dar a conocer de una se verifica de dos modos: con la intimidación y
vez, de forma definitiva, cuál es su pensamiento con la corrección.
al respecto. En el Programa del Partido Fascista
Usted ha escrito que la función de la pena es la —El modo cuenta poco.
de defensa, la cual se implementa mediante la in-
timidación y la corrección. En estas palabras está En verdad, no comprendí en seguida qué que-
la síntesis de la más moderna concepción penal ría decir con las palabras “El modo cuenta poco”.
y es también lo que yo sostengo. El Duce advierte que no he entendido y repite:
—Me parece que no puede haber dudas sobre —El modo no cuenta. Lo esencial es que quien
este punto —dice. ha cometido un delito no pueda cometer otros.
Si este objetivo se puede obtener con el menor
—Pero Usted sabe que algunos opinan, por el sufrimiento, tanto mejor. En Cerdeña están los
contrario, que la pena debe tener la función de reclusos “excarcelados”, como dicen allí. Es decir,
retribución moral... son prisioneros a los que se les permite ir libre-
mente por el pueblo y cumplen así con su traba-
—Eso es metafísica —declara Él inmediata- jo.
mente. Y su juicio es expresado con voz clara,
categórica y cortante. —Lo sé porque he sido profesor en Cagliari y
he visto a los prisioneros salir del establecimien-
—Nuestros adversarios quieren que el juez in-
to penitenciario por sí solos, sin ser acompaña-
vestigue si y en qué medida la conducta del reo
dos por agentes de custodia.
debe ser adscrita a su libre culpa...
—Los razonamientos filosóficos no tienen —Es posible además—continúa—que el Es-
nada que ver. No se soluciona con ellos los pro- tado mire por obtener la recuperación social de
blemas penales —comenta. los reos para convertirles de nuevo en elementos
útiles para la sociedad.
—Y sin embargo quienes opinamos que la fun-
ción de la pena debe consistir en la defensa y que Entonces entendí ciertamente a qué aludía el
se debe prescindir del libre albedrío, aunque no Duce con aquella expresión. Yo había puesto el
lo neguemos, somos tildados de subversivos y acento en la intimidación como medio de defen-
enemigos de la religión. sa. Y por el contrario Él quería decir que también
la intimidación es secundaria. Pero ¿cómo podía
—Cuando el Estado se inmiscuye en cuestio- entenderlo en un principio? ¿No nos han dicho
nes que conciernen a la religión se está desvian- que, por ser autoritario el Estado fascista, es nece-
do de sus competencias específicas. saria la severidad de las penas? Y por el contrario
el pensamiento del Duce es de lo más moderno y
—Es eso precisamente lo que afirma Antonio humano que se pueda imaginar: defenderse, pero
Rosmini. El juez humano no es capaz de dis- intentando reducir el sufrimiento al mínimo y te-
tinguir, en medio de la maraña inmensa de las niendo como posibilidad la recuperación social
causas que influyen en la génesis del delito, si y de los reos. Quien conoce las teorías penales que
en qué medida dicho origen puede deberse a la sostengo, imaginará fácilmente lo que pasaba por
libertad moral. Sólo Aquel que escruta los cora- mi ánimo al oír estas declaraciones.
zones y las mentes de los hombres puede realizar
dicho juicio. Pero el Estado debe únicamente de- Pero la paciencia del Duce es tan grande y su
fenderse. El Estado no es la Iglesia y tiene compe- benevolencia con la que me habla es tan alenta-
tencias distintas, que son de naturaleza terrenal. dora que oso plantear otra pregunta:
—Con ocasión de una conversación que Usted necesario cortar un brazo gangrenoso con tal de
mantuvo hace algunos años con un periodista que no muera todo el cuerpo?
extranjero trató también de problemas penales
e hizo unas afirmaciones tan explicitas que eli- Ciertamente, no necesito comentar punto por
minan cualquier posibilidad de duda sobre su punto estas declaraciones del Duce. Todo el que
verdadero pensamiento sobre la función puniti- conoce las controversias que dividen las distintas
va. ¿Podría autorizarme a reproducir esas decla- tendencias en el campo de la ciencia penal, y no
raciones? He aquí una copia que he realizado de sólo en Italia, comprenderá fácilmente el signi-
las mismas. ficado decisivo de las mismas. No son motivos
éticos o religiosos los que ha hecho restablecer
El Duce coge el folio y lo lee. Cuando ha ter- la pena de muerte en Italia, sino sólo los mismos
minado me lo vuelve a dar, diciendo con tono motivos que informan la legislación penal del
categórico: Estado fascista, es decir, la defensa contra la cri-
minalidad. Y si Masaryk ha seguido, por el con-
—No sólo no reniego de estas afirmaciones, trario, otros criterios, que son precisamente los
sino que las confirmo y os autorizo a reproducir- de la retribución moral, Mussolini declara, con
las. una precisión que no puede dejar lugar a dudas,
que él ha actuado “por motivos distintos”. Por lo
Y yo me acojo precisamente a esta autoriza- tanto, el rechazo de la lúgubre doctrina de la ven-
ción para reproducir aquí, sin modificación ni ganza retributiva, camuflada en pretextos éticos,
añadidura alguna, el diálogo, tal y como se de- es neto y categórico. “Yo me dejo guiar en dicha
sarrolló. cuestión sólo por reflexiones sociales”. Y es este
verdaderamente el criterio que debe inspirar a
El periodista comenta la pena de muerte y pre- un gobernante que no confunda la propia misión
gunta: con la del confesor.
—¿Por qué Usted la ha reintroducido? El Duce me dijo otras cosas para ilustrar su
pensamiento sobre la función penal, las cuales
—En los últimos tiempos en Italia había au- no podría repetir aquí fácilmente con la debida
mentado de forma terrible el número de delitos precisión; pero lo que he reflejado me parece
graves: por cada cien que tenían lugar en Inglate- más que suficiente para resolver los dos proble-
rra, aquí había quinientos. mas que he mencionado en un principio. Y la
solución es la siguiente: el sistema del Derecho
—Entonces a Usted no le han movido motiva- penal vigente debe reconstruirse asignando a la
ciones éticas ni religiosas. pena la función de la defensa, dejando que los
filósofos continúen discutiendo sobre el libre al-
—¿Religiosas? —preguntó él sorprendido— La bedrío. Por lo que respecta a la tendencia según
religión no puede reconocer este castigo. la cual se está transformando el Derecho penal
de todos los Estados, no sólo sigue Italia, en lo
—¿Según qué Testamento? —dije yo— El Viejo fundamental, la misma dirección, sino que pre-
dice: “ojo por ojo, diente por diente”. E. Masaryk, tende dar ejemplo, continuando en la función
cuya estatura moral Usted me confirmó, está a fa- que ha cumplido hasta ahora de maestra del De-
vor de la pena de muerte por razones puramente recho penal. Dicha voluntad ha sido demostrada
morales. Incluso me ha explicado que los delitos también recientemente al delinear el Ministro de
capitales no han disminuido con esta medida y Justicia las mejoras que debían ser introducidas
que por lo tanto no quiere proponer con ello nin- en el Código Rocco para que la legislación italia-
guna defensa social, sino que quiere únicamente na sea, también en el futuro, luz de civilización
vengar el delito de sangre. para el mundo.
—Entonces nosotros hacemos lo mismo, pero De esta manera, el pensamiento y la obra de
por motivos distintos —dijo Mussolini— Yo me gobierno de Benito Mussolini se presentan como
dejo guiar en dicha cuestión sólo por reflexiones la directa continuación de la más gloriosa tradi-
sociales. ¿No fue Santo Tomás el que dijo que es ción penal italiana, es decir, la continuación del
pensamiento de Beccaria, de los hermanos Verri, ciales en la profunda complejidad de sus causas,
de Romagnosi, de Filangeri, de Carmignani, de con sentido de realismo y, al mismo tiempo, de
Antonio Rosmini, de Cattaneo, de Garofalo y de sana humanidad.
Enrico Ferri. Y además el problema de la preven-
ción y de la represión penal no podía tener una Él es en verdad Aquel sobre el que el poeta
solución distinta por parte de un estadista como dijo que “le fonti dell’universa vita ebbe in suo
el Duce, acostumbrado a analizar los hechos so- cuore”. u