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Teorías de la opinión pública

y de construcción de agenda
Natalia Aruguete

Tecnicatura universitaria
en gestión de medios comunitarios

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Aruguete, Natalia
Teorías de la opinión pública y de construcción de agenda. - 1a
ed. - Bernal : Universidad Virtual de Quilmes, 2012.
164 p. ; 29x21 cm.

ISBN 978-987-1856-21-3

1. Ciencias de la Comunicación. 2. Medios. 3. Enseñanza


Universitaria. I. Título.
CDD 302.2

Procesamiento didáctico: Bruno De Angelis, Ana Elbert


Diseño original de maqueta: Hernán Morfese, Marcelo
Aceituno y Juan I. Siwak
Diagramación: Juan I. Siwak

Primera edición: agosto de 2012

ISBN: 978-987-1856-21-3

© Universidad Nacional de Quilmes, 2012


Roque Sáenz Peña 352, (B1876BXD) Bernal, Buenos Aires
Teléfono: (5411) 4365 7100 | http://www.virtual.unq.edu.ar

La Universidad Virtual de Quilmes de la Universidad Nacional de


Quilmes se reserva la facultad de disponer de esta obra, publicarla,
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escrito del editor.

Queda hecho el depósito que establece la ley 11.723

Impreso en Argentina

Esta edición de 500 ejemplares se terminó de imprimir en el mes de agosto


de 2012 en el Centro de impresiones de la Universidad Nacional de Quilmes,
Roque Sáenz Peña 352, Bernal, Argentina.
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Abordaje metodológico para la


investigación de la agenda de los medios

Objetivos
•• Conocer los rasgos centrales de la metodología de análisis de contenido,
sus componentes y procedimientos para:
-- vislumbrar las diferencias que guarda con otras herramientas metodoló-
gicas utilizadas para realizar estudios de los mensajes mediáticos;
-- aprender a conjugar la diversidad de posibles aplicaciones de esta herra-
mienta a partir de la lectura de trabajos empíricos previos y transpolarlas
a sus propios ejercicios de aplicación empírica;
-- alcanzar habilidades suficientes para realizar análisis de contenido de
mensajes mediáticos a partir de determinadas pautas dadas por el
docente.
•• Poner en relación, desde una mirada crítica, las perspectivas de diversos
autores sobre esta metodología –presentadas en esta unidad– con el obje-
to de adquirir un criterio propio en la comprensión de los fundamentos epis-
temológicos del análisis de contenido para la investigación de la agenda
de los medios.

Introducción
¿Cómo y dónde nace el análisis de contenido como instrumento de estudio de
la comunicación? ¿En qué reside la importancia de conocer esta metodología?
El autor Laurence Bardin expresa sintéticamente la relevancia de entender
su génesis, así como las obsesiones y acaloradas discusiones que giraron
alrededor de esta técnica hasta nuestros días.

CC
Trazar la historia del análisis de contenido […] es seguir paso a paso el incre-
mento cuantitativo, la diversificación cualitativa de estudios empíricos basados
en la utilización de una de las técnicas clasificadas dentro del término genéri-
co de análisis de contenido. Es observar a posteriori las mejoras materiales y
las aplicaciones abusivas de una práctica que funciona hace más de medio si-
glo. Pero es también interrogarse sobre sus condiciones de emergencia y de
extensión en diferentes sectores de las ciencias humanas, y tratar de poner en
claro las relaciones que el análisis mantiene (o no) con otras disciplinas próxi-
mas, bien por su objeto, bien por su método. (Bardin, 2002: 9)

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La metodología de análisis de contenido comenzó a utilizarse en las primeras


décadas del siglo XX, con más fuerza en los años 20 y 30, a partir del interés
Krippendorff (1990) documenta puesto en la relación entre opinión pública, propaganda política y estructura
que en el siglo XVIII se realizó, en política, y de la necesidad de alcanzar rigor científico mediante la medida.
Suecia, el primer caso de análisis Con este instrumento se analizaron inicialmente diferentes dimensiones
cuantitativo de un material impre-
so. Se trataba de una colección
del material periodístico: se inventariaron los epígrafes, se sistematizó la evo-
de noventa himnos, llamada “Los lución de un periódico, se midió el nivel de sensacionalismo que pudieran mos-
cantos de Sion”, a los que se res- trar los artículos de un órgano de prensa y se aplicaron análisis comparativos
ponsabilizaba de portar ideas per- entre los distintos tipos de medios gráficos (Bardin, 2002).
niciosas, socavando la moral del
clero ortodoxo de la iglesia oficial Veamos qué ha cambiado y qué se ha mantenido a lo largo de la historia
de ese país. de esta metodología.
Con el paraguas teórico de la aguja hipodérmica, Harold Lasswell empe-
zó –a mediados de la década de 1910– a realizar los primeros ensayos en el
Los primeros estudios, denomi- terreno de la comunicación política, la cultura mediática y el comportamiento
nados “análisis cuantitativo de electoral mediante el análisis de contenido de los mensajes mediáticos, desde
periódicos”, fueron impulsados la Universidad de Chicago. Bardin relata que, por aquellos años, un cuarto de
por la Escuela de Periodismo de
Columbia. los estudios con base en esa técnica eran producidos en el marco de la inves-
tigación política. Desde allí, se procuraba “desenmascarar a los diarios y revis-
tas sospechosos de propaganda subversiva” (Bardin, 2002: 12).

La descripción que realiza Bardin (2002) de los primeros usos de esta técnica es un ejem-
plo elocuente.
Por aquel entonces, este tipo de investigaciones tenía por objeto descubrir los rasgos
de los contenidos favorables a la propaganda nazi, de profunda enemistad con los
Estados Unidos. Concretamente, los estudios realizados buscaban:
• ubicar y sistematizar la frecuencia de aparición de temas “favorables al enemigo”;
• comparar los contenidos de los periódicos que estaban en la mira de los investigadores
y las emisiones nazis;
• analizar el nivel de aceptación/rechazo de libros y periódicos respecto de dos cuestio-
nes: “La Unión Soviética prospera” y “Las doctrinas comunistas son verdad”;
• analizar la aparición de palabras consideradas clave para la propaganda nazi.

Con el avance de estas técnicas de análisis se llegó a un giro metodológico


de la mano del “análisis de contingencia” (Baldwin, 1942). Se trata de un aná-
lisis de asociaciones o exclusiones entre dos o más palabras o temas en un
mismo texto. Este instrumento es muy frecuente en los análisis de contenido
actuales, donde lo que se busca saber es en qué medida la aparición de una
variable está asociada a la aparición de otra variable.
Veamos un ejemplo que nos ayudará a entender de qué se trata el análi-
sis de contingencia.
Imaginemos que nos proponemos conocer el grado de importancia que los
diarios dan a una noticia. Para ello elegimos dos recursos utilizados por dicho
periódico: 1) que esa noticia aparezca en tapa y 2) que esa noticia tenga una
extensa cobertura en el interior del diario. En ese caso podemos aplicar un
análisis de contingencia, que nos permitirá conocer si existen asociaciones
entre ambos recursos. En otras palabras, el análisis de contingencia se utili-
za para medir el nivel de relación que existe entre distintas variables, sean
palabras, temas, u otro tipo de recursos.

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Otro ejemplo de análisis de asociaciones es el estudio de Dixon y Linz, sobre la cobertura


noticiosa del delito hecha por los noticieros de TV. En dicho trabajo, los autores hallaron
una fuerte asociación entre la gravedad del delito descripto en dichos informativos y el ori-
gen racial o étnico de la persona a la que se responsabilizaba por el delito cometido.

La segunda etapa que encontramos en la evolución del análisis de conte-


nido se ubica a mediados de siglo, entre los años 40 y 50, con Berelson y
Lazarsfeld como sus principales exponentes. La definición de esta metodolo-
gía aportada por Berelson ha sido una de las más utilizadas desde su creación
como instrumento de análisis en el campo de la comunicación.

CC
El Análisis de contenido es una técnica de investigación para la descripción ob-
jetiva, sistemática y cuantitativa del contenido manifiesto de la comunicación.
(Berelson et ál., 1984: 18)

La definición de Berelson, una de las primeras en surgir con tanta claridad,


si bien fue ampliada por otros investigadores a lo largo de los años, pone
en evidencia la inquietud de investigadores behavioristas como Lasswell o
Lazarsfeld de trabajar con muestras de unidades creadas de manera siste- El behaviorismo es una escuela
mática, cuyos resultados pudieran ser luego generalizables a una población y, psicológica dedicada al estudio
de las reacciones de los organis-
sobre todo, permitieran verificar la validez del procedimiento y sus hallazgos mos, en términos de estímulos
(Berelson, 1984). “Esta época es significativa de una práctica […] en que las y respuestas. En el terreno de
exigencias de rigor y objetividad toman un carácter obsesionante, susceptible la comunicación, los behavio-
de encubrir las otras necesidades o posibilidades”, observa Bardin (2002: 14). ristas –también conocidos como
conductistas– se han dedicado
Hacia mediados del siglo pasado comenzaron a surgir nuevas preguntas al estudio de los efectos de los
que llevaron a algunos investigadores a desilusionarse con este instrumento mensajes mediáticos en la con-
de análisis. El propio Berelson asumía que esta técnica no tiene cualidades ducta humana.
mágicas. “Es muy raro obtener más de lo que se pone, y algunas veces se
consigue menos, a fin de cuentas, no hay sustituto para las buenas ideas”
(Berelson et ál., 1984, citado en Bardin, 2002).

LEER CON ATENCIÓN

En 1955, en Illinois, Estados Unidos, se celebró un Congreso cono-

LL cido como Allerton House Conference. Allí se debatieron distintas pos-


turas –en algunos casos, enfrentadas– sobre esta metodología, tanto
en su plano epistemológico como metodológico.
En el terreno epistemológico, las concepciones se dividieron entre el
modelo instrumental y el modelo representacional. Según el pri-
mero, la importancia no reside en lo que el mensaje dice a prime-
ra vista, sino en lo que este vehicula en el marco de un contexto y
circunstancias determinadas. En el segundo, la esencia de la comu-
nicación está en lo que el contenido revela. Esto significa que, de la
lectura de los mensajes es posible deducir indicadores válidos sin con-
siderar las circunstancias (Pool, 1959).

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Lo interesante de la discusión entre los investigadores del momento


pasaba por admitir en qué medida las circunstancias y el contexto de
los mensajes tenían sentido, más allá de la lectura del texto disponible.
En el plano metodológico, la discusión pasaba por definir si este instru-
mento de análisis se definía como una aproximación cuantitativa o
cualitativa. En el primer caso, lo que interesa es la frecuencia de apa-
En los próximos apartados desa- rición de determinados rasgos del contenido, dependiendo de qué se
rrollaremos la diferencia entre quiera analizar específicamente. En el segundo, el motor es analizar la
estos dos tipos de abordaje en presencia o ausencia de una característica de contenido determinada,
aplicaciones empíricas de análi- en un cierto fragmento del mensaje, y no en una muestra conformada
sis de contenido.
con una cierta cantidad de unidades.

En la última etapa, la aparición de la computadora influyó fuertemente en el reco-


rrido que hizo el análisis de contenido. Este nuevo instrumento “ofrece nuevas
posibilidades, pero la realización de un programa de análisis exige un rigor mayor
en todas las fases del procedimiento” (Bardin, 2002: 17). Tan importante fue la
introducción de la computadora, que sus aportes fueron puestos en discusión en
un congreso celebrado en Filadelfia en 1967, en el que participaron importantes
investigadores, tales como George Gerbner, Ole Holsti, Klaus Krippendorff, William
Paisley, entre otros. Pero afortunadamente, ese Congreso no estuvo dedicado
solamente al uso de la computadora, ya que resurgieron algunas viejas discusio-
nes que se habían revelado en la década de 1950 y no habían sido saldadas.

CC
En el plano metodológico y teórico, ciertos sujetos de reflexión sugeridos en
1955 en la Allerton House Conference continúan provocando estudios, la cues-
tión de la inferencia, gracias a las características del contenido, de las causas
o de los efectos del mensaje; la puesta a punto de sistemas de categorías
standards. La necesidad de normas o de criterios de comparación externos al
corpus es un nuevo centro de interés en 1967. (Bardin, 2002: 18)

Con espíritu esquemático,


Neuendorf (2002) asimila el aná- 6.1. El análisis de contenido de los mensajes
lisis de contenido a la encuesta. mediáticos. Definición
La diferencia es que la encuesta
utiliza como unidad de análisis El análisis de contenido suele ser utilizado como método hipotético deductivo,
al individuo. En cambio, la uni-
dentro del paradigma positivista. Según esta concepción, los estudios van de
dad del análisis de contenido es
el mensaje, los elementos que la teoría a las hipótesis y de allí a la contrastación empírica, cuyos hallazgos
se han de codificar son: pala- permitirán arribar a conclusiones desde las cuales sea posible reformular o
bras, documentos, acontecimien- ajustar las premisas teóricas de las que se parte. Para Bardin, es un “método
tos, notas periodísticas, titulares,
entre otros.
muy empírico, dependiente del tipo de discurso en que se centre y del tipo de
interpretación que se persiga” (2002: 23).
Veamos la definición de análisis de contenido que dan diversos autores:

CC
Es un conjunto de técnicas de análisis de las comunicaciones utilizando proce-
dimientos sistemáticos y objetivos de descripción del contenido de los mensa-
jes. [Su propósito] es la inferencia de conocimientos relativos a las condicio-
nes de producción (o eventualmente de recepción), con ayuda de indicadores
(cuantitativos o no). (Bardin, 2002: 29)

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Es una técnica de investigación que permite descubrir el ADN de los mensajes


mediáticos, dado que dicho análisis permite reconstruir su arquitectura, cono-
cer su estructura, sus componentes básicos y el funcionamiento de los mismos.
[…] Se puede utilizar para diseccionar cualquier producto de la comunicación
mediática, para conocerlo por dentro, para saber cómo está hecho, para inferir
y predecir su mecanismo de influencia. (Igartua, 2006: 181)

Es una técnica de investigación destinada a formular, a partir de ciertos


datos, inferencias reproducibles y válidas que pueden aplicarse a su contexto.
(Krippendorff, 1990: 28)

Es un procedimiento que permite asignar de manera sistemática los contenidos


de la comunicación a categorías siguiendo reglas explicitadas e implica, tam-
bién, el análisis de la relación entre dichas categorías utilizando para ello méto-
dos estadísticos. (Riffe, Lacy y Fico, 1998, citado en Igartua, 2006: 181)

Es un método de estudio y análisis de comunicación de forma sistemática, obje-


tiva y cuantitativa, con la finalidad de medir determinadas variables. (Wimmer y
Dominick, 1996: 170)

LEER CON ATENCIÓN

Estas definiciones permiten saldar las dudas respecto de la dimensión

LL de la inferencia que fuera discutida en la década de 1950. El debate


entre modelo instrumental y modelo representacional planteado
en la Allerton House Conference queda cancelado con la conceptuali-
zación presentada aquí. Pues estos investigadores coinciden en que el
interés central del análisis de contenido no reside en describir mera-
mente los contenidos manifiestos en un texto comunicativo, sino en
lo que estos “podrían enseñarnos relativo a otras cosas. Estos cono-
cimientos deducidos de los contenidos pueden ser de naturaleza psi-
cológica, sociológica, histórica, económica…” (Bardin, 2002: 29).
En palabras de otros autores, esta técnica permite realizar inferencias
reproducibles y válidas sobre fenómenos distintos a los directa-
mente observados. Mediante mecanismos lógicos, el analista saca
deducciones sobre la porción de realidad a la que alude la informa-
ción disponible y, más aún, sobre el contexto en que la misma es pro-
ducida (Krippendorff, 1990).

Los rasgos del análisis de contenido


¿Qué rasgos podemos sistematizar a partir de las definiciones reseñadas?
Comencemos por los tres más destacados.
Es sistemático porque el análisis se realiza con base en reglas explícitas.
Es decir que su procedimiento nos permitirá asignar de manera sistemática
determinados contenidos a variables y categorías encontradas en los textos,
y establecer relaciones entre estas mediante reglas explicitadas. El término
sistemático supone que todas las unidades deben ser tratadas de igual forma.

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¿Qué pretendemos decir con esto? Que la codificación que hagamos, es decir,
que el tratamiento que le demos a los indicadores que hallemos en los textos
debe ser siempre el mismo, a lo largo de todo el estudio. En otras palabras,
las variables que encontramos y describimos en un mensaje no deben ser cla-
sificadas primero bajo un criterio y luego bajo otro.

Veámoslo en un ejemplo que continúe nuestro análisis para conocer

XX la importancia de una noticia en un periódico. Anteriormente dijimos


que uno de nuestros recursos (variables) para medir la importancia de la
información era el tamaño de un artículo dentro de una página. Según
nuestro criterio, las medidas serán: pequeña si mide hasta un cuarto de
la página, mediana si ocupa entre un cuarto y media página, grande si
está ubicada entre media y tres cuartas de página y muy grande si el artí-
culo ocupa más de tres cuartos de página.

Entonces, si decimos que realizaremos un estudio sistemático eso significa


que a todos y cada uno de los artículos que conforman nuestro corpus debe-
mos aplicarles el mismo criterio para medir su tamaño. Es decir, en ningún
caso podemos codificar un artículo como mediano si ocupa más de media
página, dado que en la variable que establecimos antes de comenzar nuestro
análisis definimos que los artículos son medianos cuando ocupan entre un
cuarto y media página.
En cuanto a la objetividad, se procura que los sesgos propios del investi-
gador no afecten los resultados. Sin embargo, Bardin (2002: 27) discute esta
exigencia de “dar a la práctica psico-sociológica seguridad de objetividad”. La
objetividad es una meta difícil de alcanzar dado que cualquier intervención
humana está cargada de subjetividad. Por ello, la mejor forma de acercarse a
un conocimiento objetivo es a través de la intersubjetividad. ¿En qué se dife-
rencian la objetividad de la intersubjetividad? En que, a la hora de hacer un
análisis de contenido, no debemos guiarnos por la pregunta “¿esto es cier-
to?”, dado que al estar atravesados por una mirada subjetiva no podremos
saber cuánto de “verdad objetiva” tiene la codificación que hagamos de una
Este requerimiento lo desarrolla- variable. Lo que sí nos permite preguntarnos la intersubjetividad es “¿esta-
remos en el apartado relativo a la
Elaboración del libro de códigos. mos de acuerdo en que esto es cierto?” (Neuendorf, 2002).
Por otra parte, para tender a ciertos niveles de objetividad es preciso que
se expliciten suficientemente y de manera inequívoca las definiciones ope-
rativas y las reglas de clasificación de las variables y categorías de análisis.
Por último, el análisis de contenido es cuantitativo porque permite obtener
descripciones resumidas de mensajes de naturaleza muy variada. Es decir, no
se trata de realizar indagaciones de casos particulares (por ejemplo, un frag-
mento de un artículo o una fotografía), sino que estas mediciones las aplica-
remos a muchas unidades de análisis, con la pretensión de generalizar nues-
En los próximos apartados desa- tros hallazgos a una población o universo. En definitiva, es posible identificar
rrollaremos lo que es la unidad toda clase de variables en los mensajes, que, finalmente, se convierten en
de análisis para esta metodología. una serie de datos numéricos o códigos, con los que es posible establecer
relaciones, alcanzar resultados y realizar inferencias, utilizando como instru-
mento –por lo general– el análisis estadístico.

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LEER CON ATENCIÓN

Así, el análisis de contenido tiene como objetivos:

LL 1. superar la incertidumbre a los efectos de contrastar lo que apa-


rentemente subyace a los mensajes y que, si dicha idea aparece
repetidamente, ello permita generalizar tal presunción;
2. el enriquecimiento de la lectura a partir del descubrimiento de
contenidos y estructuras que permitan confirmar o invalidar lo
que se procura demostrar.

LECTURA RECOMENDADA

RR
Bardin, L. (2002), “Historia y Teoría” en: Análisis de contenido, Akal, Madrid, pp.
9-35.

6.2. Campos de aplicación


Para analizar los campos de aplicación de esta metodología recuperemos la
definición de análisis de contenido que nos brinda Neuendorf (2002). Esta
autora observa que se trata de un procedimiento de investigación cuantitativo
que descansa en el método científico y permite alcanzar dos metas: primero,
la obtención de descripciones sumarias (es decir, resumidas) de mensajes
de naturaleza diversa. Segundo, la identificación de toda clase de variables e
indicadores: por un lado, formales o de contenido y, por otro lado, manifiestos
o latentes.

LEER CON ATENCIÓN

Resumamos entonces, las propiedades del análisis de contenido que

LL surgen de la definición de Neuendorf (2002, citado en Igartua, 2006:


183-184):
• descansa en el método científico;
• ofrece descripciones sumarias de mensajes variados, es decir que
alcanza un resumen de las características de un conjunto de mensajes;
• permite analizar rasgos formales y de contenido de los mensajes;
• se enfoca en contenidos manifiestos o latentes.

En el próximo apartado desarrollaremos y ejemplificaremos las últimas dos


propiedades, referidas al campo de aplicación de esta metodología.
Neuendorf (2002) menciona que, mediante esta técnica, es posible ana-
lizar aspectos de contenido y aspectos formales. Veamos en qué consiste
cada uno.

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6.2.1. Los aspectos de contenido vs. los aspectos formales


En el primer caso –los aspectos de contenido– nuestro interés estará puesto
en la sustancia de los textos. Para visualizarla, la indagación se guiará por
el “qué se dice”. Respondiendo a esta pregunta buscaremos en los textos
la presencia o ausencia de determinados objetos: grupos étnicos, inmigran-
tes, trabajadores, mujeres, personas con discapacidad, países, entre otros.
También es posible hallar los temas o cuestiones predominantes en la cober-
tura noticiosa de un caso durante un período determinado.
Cuando analizamos aspectos de contenido –también denominados análi-
sis temáticos–, podemos aplicar el mismo análisis a cualquier medio, ya que
pueden existir en todo tipo de mensajes, independientemente del soporte
mediático que los contenga.
Si el soporte mediático fuera la
prensa gráfica, la unidad de codi-
ficación o unidad de análisis del
LEER CON ATENCIÓN
análisis temático será la frase,
limitada por signos de puntua-
El estudio de McCombs y Shaw (1972) desarrollado en 1968 en la ciu-
LL
ción (Bardin, 2002).
dad de Chapel Hill, Carolina del Norte, Estados Unidos, es un ejem-
plo elocuente porque nos permite observar cómo el análisis temático
se puede aplicar a distintos soportes mediáticos.
Para corroborar su hipótesis inicial –es decir que los medios ejercen una
influencia cognitiva sobre sus audiencias– McCombs y Shaw pusieron
el foco en dos instancias: 1) las respuestas de las personas entrevista-
das y 2) los hallazgos del análisis de contenido de las noticias de los
medios más consumidos por dichos individuos. Para nuestro ejemplo,
nos detendremos en esta segunda instancia: el análisis de contenido.
Retomemos, ¿qué nos proponíamos ejemplificar con este trabajo?
Que es posible aplicar el análisis temático a distintos tipos de medios.
Estos autores analizaron los temas que mayor cobertura alcanzaron
en cinco diarios, dos cadenas de TV y dos revistas semanales. Y
codificaron los mismos temas en estos tres soportes informativos:
“Política internacional”, “Ley y orden”, “Política fiscal”, “Estado de
bienestar” y “Derechos humanos”.
Estos hallazgos nos permiten confirmar que, cuando se trata de un
análisis de contenido tendiente a encontrar temas u objetos, es posible
aplicar el mismo criterio en distinto tipo de medios de comunicación.

Otro ejemplo de análisis temático del contenido mediático lo aportan Zunino y


Aruguete (2010), quienes estudiaron el tipo de cobertura que el diario argentino
Clarín realizó del conflicto entre el sector agrario y el Gobierno de Cristina Fernández
Clarín es el diario más leído del de Kirchner, ocurrido a partir del anuncio de la Resolución N° 125, en marzo de
país y el de mayor circulación 2008. Específicamente, dicho trabajo se propuso conocer la relevancia noticiosa
en el mundo de habla hispana que cobró este caso a lo largo del tiempo y los temas predominantes en la infor-
(Albornoz, 2006).
mación publicada. Veamos, en pocas palabras, en qué consistió este fenómeno.

CC
La implementación de la Resolución Nº 125, anunciada el 11 de marzo de 2008
por el entonces ministro de Economía, Martín Lousteau, fijaba un nuevo esquema
de retenciones a las exportaciones de algunos productos primarios. Por un lado,

Teorías de la opinión pública y de construcción de agenda Natalia Aruguete


143

dicho impuesto aumentaría del 35% al 44% sobre el monto total de lo exportado.
Por otro, se aplicaría un esquema de retenciones móviles que variarían porcentual-
mente de acuerdo con la cotización de los granos en el mercado internacional. Esta
norma impositiva fue aplicada en un contexto de presión inflacionaria mundial, lo
que elevó sustancialmente los precios de las materias primas en general y de la so-
ja en particular […]. Además, el anuncio de esta iniciativa por parte del titular de la
cartera de Hacienda días antes del comienzo de la época de cosecha, desató un
conflicto de características singulares entre las entidades más poderosas del sec-
tor agrario y el Gobierno de Cristina Fernández. (Zunino y Aruguete, 2010: 3)

Para analizar la importancia dada a los temas en la cobertura informativa del


llamado “conflicto campo-gobierno”, se realizaron dos pasos fundamentales.
Primero, se definió qué se entendería como “tema” en el marco de este
análisis puntual. Tal conceptualización es fundamental dado que es una guía
–una receta– para saber qué será codificado como tema y qué no, al abordar
el corpus de notas. Para ello, la indagación empírica realizada en el trabajo de
Zunino y Aruguete (2010) se basó en la definición de tema de Shaw (1977).
Un tema es “la acumulación de (una) serie de acontecimientos relacionados
que se involucran en el tratamiento periodístico y que se agrupan unidos en
una categoría más amplia” (citado en Dader, 1992: 302).
Segundo, se estableció que, para su hallazgo en los textos, los temas esta-
rían conformados por los acontecimientos noticiosos principales que apare-
cían en las notas. Luego, tales acontecimientos fueron agrupados en una cate-
goría más amplia, en función de la similitud semántica que hubiera entre ellos.

Pongamos un ejemplo. El tema “Manifestaciones y medidas de fuerza

XX del campo o sectores afines” se definió como las referencias a manifesta-


ciones de sectores vinculados con el campo. Esto supuso que cuando una
nota publicada por el diario Clarín se refería a cualquier tipo de convocato-
ria realizada por sectores agrarios, la “Mesa de Enlace”, los “autoconvoca-
dos” y la ciudadanía –aunque no perteneciera a algún agrupamiento políti-
co o social–, se computaba dicho ítem como el tema principal de la nota.

Si bien el análisis de contenido se aplicó al contenido interno de las notas,

II aquí presentamos algunos títulos de tapa, ya que son claros ejemplos de


los acontecimientos que fueron incluidos en el tema “Manifestaciones
y medidas de fuerza del campo o sectores afines”.

Teorías de la opinión pública y de construcción de agenda Natalia Aruguete


144

Para concluir con nuestro ejemplo de análisis de aspectos de contenido, es


interesante mostrar qué temas predominaron en la cobertura que este matu-
tino hizo del conflicto campo-gobierno durante el período marzo-julio de 2008.
Primero, señalemos que los temas definidos para este análisis fueron:
•• Características de la implementación de la Resolución 125;
•• Manifestaciones y medidas de fuerza del campo o sectores afines;
•• Manifestaciones o medidas de fuerza de sectores afines al gobierno;
•• Impacto social y económico de las medidas del campo;
•• Impacto social y económico de las medidas propiciadas por el Gobierno o
sectores afines;
•• Repercusión mediática.

En este gráfico se observan cuáles fueron los temas priorizados por la

II cobertura del periódico más importante de la Argentina.

Fuente: Zuninoy Aruguete (2010: 17).

LECTURA RECOMENDADA

RR
Zunino, E.; Aruguete, N.; (2010), “La cobertura mediática del conflicto campo-
gobierno. Un estudio de caso” en: Global Media Journal México, 7(14), 1-23.
http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=68715085001

Para Neuendorf, la mayor parte de las investigaciones se han enfocado en


el análisis de los contenidos temáticos y manifiestos. Sin embargo, Igartua
(2006) sostiene que, de un tiempo a esta parte, se ha indagado más en
aspectos formales de los mensajes mediáticos y en su contenido latente.
Veamos a qué se refiere el autor con el primero de estos términos: los aspec-
tos formales.

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145

Los aspectos formales aluden al “cómo se dice”. Y son propios de cada


medio, ya que se refieren a las convenciones que utiliza cada soporte mediá-
tico para confeccionar sus mensajes (Igartua, 2006). Un claro ejemplo de aná-
lisis de aspectos formales es el de la importancia noticiosa de la información.
Como ya mencionamos en apartados anteriores, varios son los recursos que Para este ejemplo utilizaremos
se utilizan para medir la importancia de la información en la prensa gráfica, los términos “importancia”, “rele-
vancia” y “prioridad” de manera
pero hay tres que son fundamentales (Aruguete, 2011). indistinta.

LEER CON ATENCIÓN

El primero es que la noticia sea publicada en la tapa del diario. El

LL segundo es que tenga un gran tamaño. El tercero es que esté acom-


pañado por una imagen (puede ser una fotografía, un gráfico, un
dibujo, entre otros).
Recordemos el criterio que hemos
establecido para definir el tama-
ño de una nota en prensa gráfica:
pequeña si mide hasta un cuarto
de la página, mediana si ocupa
entre un cuarto y media pági-
En cambio, si se evalúa la prioridad dada a una noticia en un informativo na, grande si está ubicada entre
radial, los indicadores para evaluar su relevancia serán otros. Por ejemplo, el media y 3/4 de página y muy
grande si el artículo ocupa más
orden de aparición de dicha noticia o su duración temporal. Por último, si se
de tres cuartos de página (esto
trata de una nota publicada en el portal de un medio, las variables podrían incluye las notas que midan más
ser: extensión de la nota (medida en cantidad de palabras), si la nota está de una página).
acompañada con imagen, si se le adjunta un video, etc. También se pueden
analizar otros aspectos formales: la sección en que aparece una nota, si está
firmada o no, el género periodístico al que pertenece (noticia, entrevista, nota
de opinión, columna, editorial o panorama).
Las columnas, los panoramas o
los editoriales tienen una gran
relevancia en términos de noti-
ciabilidad, y suelen ser escritos
por profesionales con altos cargos
PARA REFLEXIONAR jerárquicos dentro de un medio de
comunicación, sobre todo en el
caso de la prensa gráfica.
Cuando me encontraba escribiendo esta unidad se produjo un acon-

PP tecimiento sobresaliente en la Argentina, que alcanzó repercusión


política, mediática y pública a nivel mundial: la expropiación del
51% de las acciones de Repsol (una compañía controlada mayorita-
riamente por capitales españoles) en la empresa argentina Yacimien-
tos Petrolíferos Fiscales (YPF). Como era de esperar, esta decisión
tomada por el Gobierno argentino de Cristina Fernández de Kir-
chner alcanzó los mayores niveles de relevancia informativa durante
varias semanas, tanto en los diarios argentinos como españoles.

Teorías de la opinión pública y de construcción de agenda Natalia Aruguete


146

I
Presentamos la tapa de dos diarios argentinos y dos españoles publicados al día
siguiente del anuncio de dicha expropiación, el 17 de abril de 2012.

www.elpais.com EL PERIÓDICO GLOBAL EN ESPAÑOL


MARTES 17 DE ABRIL DE 2012 | Año XXXVII | Número 12.714 | EDICIÓN NACIONAL | Precio: 1,30 euros

Premios Ortega al periodismo a pie de calle


 Periodismo impreso. H. Padgett retrata la violencia juvenil en México
 Periodismo digital. Carmela Ríos narró el Movimiento 15-M tuit a tuit
 Trayectoria. Harold Evans, referente de la denuncia social
 Fotografía. Jacobo Méndez, el espíritu de los indignados Páginas 38 y 39

FERNÁNDEZ DE KIRCHNER DECRETA LA TOMA DEL 51% DE LA COMPAÑÍA PETROLERA

Argentina expropia YPF a Repsol


El Gobierno considera que la medida rompe el clima de amistad entre los dos países por
ser “arbitraria y hostil”  Expulsados directivos españoles de la sede de Buenos Aires
FRANCISCO PEREGIL
Buenos Aires
Wert propone
La presidenta de Argentina, Cris-
tina Fernández de Kirchner,
menos profesores
anunció ayer en Buenos Aires la
expropiación a la petrolera espa-
y más alumnos
ñola Repsol de su filial Yacimien-
tos Petrolíferos Fiscales (YPF).
por clase
El 51% de las acciones de YPF para ahorrar
pasará a estar bajo control del
Gobierno argentino y de las pro- Menos profesores para más alum-
vincias petrolíferas. Las accio- nos. Es la receta del Ministerio de
nes de YPF llegaron a caer hasta Educación para recortar otros
un 19% en Nueva York. 3.000 millones en el sistema de
Fernández de Kirchner justi- enseñanza. El titular del departa-
ficó la expropiación por la falta mento, José Ignacio Wert, expli-
de inversiones de la filial de Rep- có a los consejeros autonómicos
sol y aseguró que en 2010 Argen- las dos medidas clave para lograr
tina se vio obligada a importar ese ahorro: aumentar el número
combustibles por casi 10.000 mi- de alumnos por clase (de 27 a 30
llones de dólares. “Somos el úni- en primaria y de 30 a 36 en secun-
co país de América y casi del daria) y suprimir el tope máximo
mundo que no maneja sus recur- de horas de clase por profesor pa-
sos naturales”, declaró ante un ra convertirlo en el mínimo (25
auditorio multitudinario que re- horas lectivas por semana). Los
cibió la noticia entre vítores. El sindicatos estiman que unos
presidente Mariano Rajoy man- 80.000 empleos docentes pueden
tuvo anoche una reunión de ur- ser eliminados. Páginas 36 y 37
gencia con los titulares de Indus-
tria y Exteriores. A su término,
José Manuel García-Margallo,
responsable de Exteriores, con-
La prima de
denó la expropiación, que cali-
ficó de “arbitraria”. Y añadió:
riesgo llega
“Esta medida rompe el clima de al nivel máximo
cordialidad y amistad entre los
dos países”. También anunció desde que
medidas contundentes, que no
precisó. Páginas 20 a 25 BAJO LA SONRISA DE EVITA. La presidenta Fernández anunció la expropiación de YPF bajo un retrato de gobierna Rajoy
Editorial en la página 30 Evita Perón y ante un gran auditorio, en el que no faltaron las Madres de la Plaza de Mayo. / leo la valle (efe) Página 26 / Editorial en la página 30

Cargos de casi todos los partidos


reclaman al Rey que se disculpe
FERNANDO GAREA, Madrid bado en Madrid. El aluvión de La cúpula del PP mantuvo en
críticas de dirigentes políticos público el criterio de que se tra-
Cargos de casi todos los partidos —entre ellas las de los presiden- ta de un viaje privado y que, por
con representación en el Congre- tes socialistas de Euskadi, Patxi tanto, no harían valoraciones
so censuraron en público ayer el López, y Andalucía, José Anto- sobre él. En privado, el mensaje
viaje del rey Juan Carlos para nio Griñán, y las del líder del del PP es que la participación de
cazar elefantes a Botsuana, don- PNV— incluyen la petición al don Juan Carlos en esas activi-
de sufrió el accidente que le cau- Monarca para que haga un ges- dades daña a la Casa del Rey y
só la fractura en la cadera por la to público de disculpa ante los desgastan la imagen de esa insti-
que fue intervenido el pasado sá- ciudadanos. tución. Páginas 11 a 13

El exsocio de Iñaki Urdangarin implica al Monarca ante el juez


por gestiones a favor de su yerno hechas con Camps Página 14

La expropiación de YPF es, sin lugar a dudas, un buen ejemplo para


graficar los recursos utilizados para dar relevancia noticiosa a un aconte-
cimiento: ser anunciado en la primera plana, desarrollarse en notas con
un gran tamaño y estar acompañado por alguna imagen.
¡No olvidemos otro aspecto clave para medir la importancia de una
información! Su frecuencia de aparición. ¿Por qué? Lisa y llanamen-
te, porque el 17 de abril de 2012, Clarín no solo anunció esta decisión
política en su tapa sino que dedicó las primeras trece páginas del dia-
rio a narrar diversos aspectos de esta temática recurriendo a distintos
formatos periodísticos.

Teorías de la opinión pública y de construcción de agenda Natalia Aruguete


147

1.

KK Tome un tema que haya tenido mucha relevancia informativa en dis-


tintos diarios de su ciudad o país. Haga un seguimiento de dicho tema
durante una semana en dos o tres periódicos de alcance nacional, en su
versión digital.
Una vez recogido el material y conformado el corpus, establezca cuán
importante ha sido su cobertura en función de los siguientes recursos,
hallados en los portales de dichos diarios:
• el tamaño del título;
• el tamaño de la nota (establezca criterios en función de la cantidad
de palabras que compongan las notas);
• si está acompañado por imagen;
• si está acompañado por video.

6.2.2. Los contenidos manifiestos vs. los contenidos latentes


Las variables o indicadores manifiestos son elementos que están físicamente
presentes en los mensajes y, por ello, pueden identificarse y cuantificarse con
facilidad. Para su análisis solo se requiere que el analista o el codificador indague
si están presentes o ausentes, o que evalúe la intensidad de dicha presencia.
En cambio, los contenidos latentes no son directamente observables. Por
ello deben ser inferidos a partir de la observación de una o más variables mani-
fiestas. En este sentido, Igartua observa que

Teorías de la opinión pública y de construcción de agenda Natalia Aruguete


148

CC
La finalidad del análisis de contenido es determinar, de forma no obstrusiva, lo
que connotan los mensajes, su contenido habitualmente no explícito o latente,
las intenciones, deseos y actitudes (representaciones) que se manifiesta en el
documento, tomando como base única y exclusivamente el contenido manifies-
to del mismo. (Igartua, 2006: 185)

Tal como indica este autor, los encuadres noticiosos (que hemos trabajado
en la Unidad 3 de esta carpeta) son un buen ejemplo de cómo se construyen
las variables latentes. Las investigadoras Semetko y Valkenburg (2000) anali-
zaron las representaciones mediáticas de los líderes políticos europeos y sus
actuaciones durante la reunión entre Jefes de Estado de la Unión Europea,
celebrada en Ámsterdam (Holanda), en junio de 1997. Estas autoras crearon
cinco encuadres noticiosos para realizar dicho análisis. Como mencionamos
anteriormente, una variable debe ser definida conceptualmente, ya que ello
servirá de parámetro para poder hallarla en el texto.
Pues bien, veamos los encuadres de Semetko y Valkenburg:
•• Atribución de responsabilidad: se refiere a la responsabilidad de un gobier-
no, individuo o grupo en algún hecho o asunto.
•• Conflicto: alude a las controversias existentes entre individuos, grupos o
instituciones.
•• Interés humano: ofrece una cara humana o ángulo emocional en la presen-
tación de los eventos, asuntos o problemas.
•• Consecuencias económicas: abordan las consecuencias que un evento o
tema pueda tener económicamente para un individuo, grupo, institución,
región o país.
•• Moralidad: pone el asunto en el marco de una aceptación religiosa o pres-
cripción moral.

Detengámonos un momento y hagamos un breve ejercicio. Tomemos una nota


periodística y veamos si dichos encuadres son fácilmente identificables, es
decir, si aparecen físicamente en el texto. La respuesta es que ello no será
posible, porque estas son variables latentes. Ya lo indica Igartua (2006: 187),
quien se refiere a los encuadres noticiosos como “constructos (construccio-
nes), no observables ni medibles directamente, sino que emergen a partir de
una serie de indicadores manifiestos”.
¿Cómo resolvieron Semetko y Valkenburg esta encrucijada? ¿Cómo hicie-
ron para conocer si los news frames aquí señalados aparecían efectiva-
mente en los textos? Crearon una serie de indicadores manifiestos que los
referenciaban.

Listado de Encuadres Noticiosos elaborados por Semetko y

II Valkenburg
ATRIBUCIÓN DE RESPONSABILIDAD
¿La información sugiere que algún nivel de gobierno tiene responsabilidad en el asunto/
problema?
¿La información sugiere que algún nivel de gobierno tiene la habilidad de resolver el problema?
¿La información sugiere soluciones al tema o problema abordado?
¿La información sugiere que un individuo o grupo social tiene responsabilidad en el asunto?
¿La información sugiere que el problema requiere una acción urgente?

Teorías de la opinión pública y de construcción de agenda Natalia Aruguete


149

INTERÉS HUMANO
¿La información muestra la cara humana de un tema o problema; con un ejemplo concreto del
problema se presenta su lado más emocional?
¿La información emplea adjetivos o descripciones personales que generan sentimientos de
agravio, empatía, simpatía o compasión?
¿La información enfatiza que los individuos o grupos se ven afectados por el asunto o problema?
¿La información se introduce en la vida privada o personal de los actores?
¿La información contiene información visual que podría generar sentimientos de agravio, empa-
tía, simpatía o compasión?

CONFLICTO
¿La información refleja desacuerdo entre partidos políticos, individuos, grupos, instituciones
o países?
¿Algún partido político, individuo, grupo, institución o país realiza algún tipo de crítica o reclamo
a otro partido político, individuo, grupo, institución o país?
¿La información se refiere a dos o más posturas alrededor de un asunto o problema? ¿La
información alude a ganadores o perdedores?

CONSECUENCIAS ECONÓMICAS
¿Se mencionan ganancias o pérdidas financieras que puedan producirse en el momento del
relato o en el futuro?
¿Se alude a costes asociados al asunto o problema narrado?
¿Se hace referencia a las consecuencias económicas que puedan emerger si se sigue o no una
determinada acción?

MORALIDAD
¿La información contiene algún tipo de mensaje moral?
¿La información hace referencia a la moralidad, a Dios o a otros principios religiosos?
¿La información ofrece prescripciones sociales específicas que indican cómo se debería actuar?

Fuente: Escala desarrollada por Semetko y Valkenburg (2000) y adaptada al español por
Igartua y Muñiz (2004).

LECTURA OBLIGATORIA

Aruguete, N, (2010), “Los encuadres noticiosos en los medios

OO argentinos. Un análisis de la privatización de ENTel” en: América


Latina Hoy, 54, pp. 113-137.

6.3. Pasos del análisis de contenido


Para realizar el análisis de contenido debemos establecer una serie de pasos,
es decir, diseñar un método. En este punto cabe hacer una digresión antes de
continuar con la explicación de los componentes del análisis de contenido. La
investigadora argentina Ruth Sautú establece una diferencia entre metodología
y método.

CC
En el uso cotidiano la noción de metodología aparece vinculada a la de métodos,
pero ambos no son lo mismo. Mientras, como dijimos, la metodología trata de la
lógica interna de la investigación, los métodos constituyen “una serie de pasos
que el investigador sigue en el proceso de producir una contribución al conoci-
miento” (Diesing, 1972: 1). El mismo autor utiliza también el concepto de “pau-
tas de descubrimiento” en la medida en que los métodos tienen como meta la
creación o el desarrollo de conocimiento y no solamente su verificación. […] La

Teorías de la opinión pública y de construcción de agenda Natalia Aruguete


150

metodología, por último, está conformada por procedimientos o métodos para la


construcción de la evidencia empírica. Ésta se apoya en los paradigmas, y su
función en la investigación es discutir los fundamentos epistemológicos del co-
nocimiento. Los métodos se sustentan sobre principios epistemológicos y meto-
dológicos. Es por ello que no es posible utilizar cualquier método en el marco de
una metodología determinada. En la práctica, en la elección de un método se
respetan los presupuestos de la metodología en la que se encuadra, aunque
con ciertos grados de libertad (Sautú et ál., 2005: 38).

Una vez aclarada esta diferencia entre metodología y método, definamos los
pasos del análisis de contenido.

6.3.1. Formulación del objeto de investigación


Es importante no caer en la trampa de contar por contar (Igartua, 2006). Ello
requiere tener claro qué quiero investigar, es decir, cuál es mi objetivo de
investigación al implementar el análisis de contenido. Una vez que ello esté
claro, podré delimitar mi objeto de estudio de manera que quede explicitado
el recorte de lo que quiero estudiar y por qué tengo dicho interés.
Un objetivo es un enunciado que expresa los resultados que se pretende
alcanzar al finalizar la investigación. Para indicarnos la dirección de la inves-
tigación que realizaremos, nuestro objetivo debe ser factible y mensurable.
Bardin (2002: 74) define el objetivo de la investigación como “la intención
general que se le da (o lo que le es dada por una instancia exterior), el cuadro
teórico y/o pragmático en el que serán utilizados los resultados obtenidos”.

El objetivo de la investigación tiene seis cualidades

1) Es orientador, ya que es el punto de referencia a partir del cual se desarrolla la investi-


gación. Por ello, todos los esfuerzos estarán dirigidos a alcanzar dicho logro.
2) Al formularlo, deben quedar expresadas, de forma sintética y generalizadora, las pro-
piedades y cualidades del objeto de la investigación.
3) Debe ser expresado en tono afirmativo, ya que busca alcanzar como resultado la solu-
ción del problema.
4) Debe ser expuesto de manera clara y precisa, para que no queden dudas sobre el resul-
tado al que se procura arribar como conclusión de la investigación.
5) Debe quedar limitado a los recursos humanos y materiales con los que se cuenta para
realizar la investigación.
6) Debe ser evaluable, ya que la evaluación de toda investigación tiene que estar encaminada
a la solución o no del problema formulado, por ello, dicho resultado debe ser mensurable.

¿Qué es el objeto de estudio y que lo diferencia del objetivo de la investigación?


Según la Real Academia Española, varias son las acepciones que tiene el
www.rae.es término “objeto”, pero nos centraremos en dos de ellas dada su pertinencia
con nuestra materia:
1. “Todo lo que puede ser materia de conocimiento o sensibilidad de parte
del sujeto, incluso este mismo”.
2. “Materia o asunto de que se ocupa una ciencia o estudio”.

Teorías de la opinión pública y de construcción de agenda Natalia Aruguete


151

LEER CON ATENCIÓN

Los investigadores Guillermo Henriquez y Omar Barriga (2003) nos

LL ofrecen una aproximación interesante a lo que es un objeto de estudio.

C El Objeto de Estudio, entonces, es lo que quiero saber; es el recorte de la


“realidad” que quiero aprehender de una forma científica. Como tal, vale res-
catar que el objeto de estudio es el resultado final del proceso investigativo.
Pero para lograr esa construcción, el objeto debe ser elaborado. Debe, en pri-
mera instancia, delimitarse; en segunda instancia, debe elaborarse de forma
conceptual; en tercera instancia, debe elaborarse de forma empírica; y, en
última instancia, debe construirse la interpretación de ese objeto que vamos
a plasmar sobre el papel. (Henriquez y Barriga, 2003: 5)

Según estos autores, los objetos de estudio contienen: una noción del
caso o casos que abordaremos con nuestra investigación, una imagen
de las características que atenderemos de dicho caso/casos, una idea
de qué pretendemos hacer con aquello que observaremos, una impre-
sión del contexto en el que haremos nuestras indagaciones.
Para entender el ejercicio cognitivo que debemos hacer para delimi-
tar nuestro objeto de investigación, Henriquez y Barriga recurren a
un ejemplo elocuente:

C
En la práctica, se le presenta al alumno que la mejor primera aproximación
a un objeto de estudio es en forma de una pregunta:
“¿Cómo afecta el consumo de proteína el rendimiento académico de niños
de educación básica en los colegios municipales de Concepción?”
Esto es lo que quiero saber, incorporando las nociones de casos (niños de
educación básica), de característica a observar (consumo de proteína y ren-
dimiento académico), de lo que queremos hacer con las observaciones (esta-
blecer una relación de causa y efecto) y del contexto (colegios municipales
de Concepción). Esta pregunta, reformulada como afirmación, es el objeto
de estudio a construir:
“El efecto del consumo de proteína sobre el rendimiento académico de niños
de educación básica en los colegios municipales de Concepción”.
Y, mejor aún, es un excelente título para una publicación. (Henriquez y Barriga,
2003: 5)

W
http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=10101702

Teorías de la opinión pública y de construcción de agenda Natalia Aruguete


152

Veamos ahora algunos ejemplos de objetivos de investigación, encontrados en el ámbi-


to del análisis de los mensajes mediáticos, que nos permitirán hacernos una idea de la
intención que persigue un estudio en coherencia con la metodología que aquí estamos
analizando.

1. El objetivo es conocer los rasgos predominantes de la campaña electoral presidencial de


2011 de Cristina Fernández de Kirchner, mediante el análisis de sus spots de campaña
televisiva con base en la Teoría Funcional del Discurso.

2. El objetivo es analizar el tipo de tratamiento que recibió el llamado “Caso Píparo” a


través de un análisis de contenido exploratorio e inductivo de la cobertura que los dia-
rios Clarín y La Nación dieron al tema.

3. El objetivo es evaluar la percepción pública dominante respecto de la inseguridad y la


potencial influencia de los medios en su construcción, así como las repercusiones de dicha
percepción sobre la vida cotidiana de las personas.
“Los estudios exploratorios se
efectúan, normalmente, cuando
el objetivo es examinar un tema
o problema de investigación poco
estudiado o que no ha sido explo-
rado antes” (Hernández Sampieri et Si bien, como se dijo, este instrumento es utilizado como método hipotético-
ál., 1996: 69). deductivo, es decir que parte de hipótesis que luego serán contrastadas, es
posible establecer preguntas de investigación que guiarán nuestro trabajo
empírico, sobre todo si se trata de un estudio de tipo exploratorio, tal como
se menciona en el segundo ejemplo de objetivo de investigación.
Como afirma Bardin (2002: 74), una hipótesis supone preguntarse “¿es
cierto que, como sugieren los análisis a priori del problema y el conocimiento
que tengo del mismo o como me permiten considerar mis primeras
Como verán a partir de su lectura, lecturas…?”. Sin embargo, existen trabajos donde no están planteadas las
este artículo tiene como objetivo
analizar el tratamiento mediático, hipótesis. Continúa el autor: “No es obligatorio tener un corpus de hipótesis
hecho por la prensa gráfica argen- para proceder al análisis. Algunos análisis se hacen ‘a ciegas’, sin ideas
tina, del proceso de privatización preconcebidas”. En este sentido, Henry y Moscovici (1968) privilegian los
de ENTel durante los meses pre-
vios a su traspaso a los consor- procedimientos exploratorios, porque tienen la ventaja de servir de introducción
cios privados, concretado el 9 de a procedimientos experimentales.
noviembre de 1990. Para alcan- No obstante, es aconsejable partir, al menos, de algunas ideas preconce-
zar dicho objetivo, la segunda
pregunta de investigación que se bidas de lo que queremos analizar, aunque luego puedan modificarse –y es
propone el artículo es: ¿Es posi- muy probable que así ocurra– a lo largo de nuestro trabajo de campo. Para ello
ble identificar los ‘encuadres noti- es de gran importancia realizar una revisión de la bibliografía existente sobre
ciosos genéricos’ propuestos por
Semetko y Valkenburg (2000) en trabajos hechos con anterioridad en nuestro mismo ámbito. En estos casos,
la cobertura mediática de ENTel y las preguntas de investigación o las hipótesis suelen surgir de la teorización
su privatización? (Aruguete, 2010: hecha en el área en cuestión y/o de los hallazgos arribados en los estudios
114-115).
previos a los que hacíamos referencia.
Por ejemplo, el artículo de Aruguete (2010), que aparece en la bibliogra-
fía obligatoria, es un intento de aplicación de los encuadres noticiosos pro-
puestos y definidos por Semetko y Valkenburg (2000). Para poder hacerlo, fue
imprescindible la lectura de este y otros trabajos previos, dado que solo así
fue posible saber que existía tal propuesta teórico-metodológica para corrobo-
rar su aplicabilidad a otros objetos de estudio.
El diseño de investigación comprende otros dos aspectos: por un lado, deli-
mitar el marco temporal del estudio, es decir, definir el período que entrará
dentro del análisis. Por otro lado, si fuera la intención del investigador, esta-
blecer el tipo de comparación que se realizará en el trabajo de campo, si se

Teorías de la opinión pública y de construcción de agenda Natalia Aruguete


153

trata de diferencias entre medios (diarios vs. TV vs. radio), entre diarios o
entre canales de TV. También es posible diferenciar entre distintos períodos
de tiempo. Pero en cualquiera de estos casos debe estar justificada la deci-
sión metodológica que se tome.

Retomemos el ejemplo del artículo de Zunino y Aruguete (2010), que proponemos como
bibliografía complementaria. Allí, ambos aspectos fueron debidamente justificados.
1)La elección del período de análisis responde a la dinámica del conflicto (entre el campo
y el gobierno de CFK): el anuncio de la Resolución Nº 125 el 11 de marzo de 2008
“fue el detonante que aglutinó a las entidades rurales en la autodenominada ‘Mesa de
Enlace’, que actuó de manera orgánica llevando a cabo acciones comunes” (Zunino y
Aruguete, 2010: 2).
2)La elección de Clarín –para explorar las características de la construcción de agenda que
este matutino hizo sobre este fenómeno– se justifica en que es uno de los periódicos de
mayor tirada de la Argentina y en que, debido a ello, diversos estudios han comprobado su
capacidad de establecer la agenda pública de temas (Casermeiro, 2004; Rey Lennon, 1998).

Esto nos lleva a delimitar el corpus de nuestra investigación. La Real Academia


Española define este término como el “conjunto lo más extenso y ordenado
posible de datos o textos científicos, literarios, etc., que pueden servir de
base a una investigación”. En el caso de un estudio empírico, el corpus esta-
rá conformado por aquellas unidades o casos que someteremos a análisis.
Particularmente en los análisis de contenido, por tratarse de una metodología
que suele usarse para realizar estudios cuantitativos, el corpus suele estar
conformado por una importante cantidad de unidades de análisis. ¿Cómo
conformamos un corpus para realizar un análisis de contenido?
Primero debemos identificar la población de unidades que son suscepti-
bles de ser analizadas. Esta población, también llamada universo de análi-
sis, estará en parte delimitada por nuestro objeto de estudio. Según Igartua,

CC
Definir el universo supone delimitar las fronteras del corpus que será tenido en
cuenta, lo que requiere una adecuada definición operativa de la población rele-
vante. (Igartua, 2006: 212)

Veamos un ejemplo de universo de análisis. El maestrando Saulo Ceccatto (de


la Maestría en Periodismo de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA) rea-
lizó un proyecto de Tesis cuyo objeto de estudio es: “El tratamiento noticioso
de la llamada ‘guerra del narcotráfico’ (ocurrida en la ciudad de Río de Janeiro
en octubre de 2009), que hicieron los diarios brasileños O Globo y Folha de
São Paulo, durante el período de agosto a diciembre de 2009, con base en
la teoría del Framing”.
Aquí, el universo de análisis estará conformado por todas las notas perio-
dísticas publicadas sobre dicho caso por estos dos matutinos brasileros en
el período agosto-diciembre de 2009.
Pero puede ocurrir que el universo se vuelva inconmensurable e imposible
de ser codificado en su totalidad, dada la cantidad de unidades de recogida

Teorías de la opinión pública y de construcción de agenda Natalia Aruguete


154

de datos que lo integran. En esos casos, se sugiere realizar un muestreo de


la población.
La muestra es un subconjunto de mensajes que pertenecen al universo.
Tal selección se puede realizar siguiendo distintos criterios de inclusión/exclu-
sión: muestreo aleatorio simple, muestreo aleatorio sistemático, muestreo
En el capítulo de Igartua (2006), aleatorio estratificado, etc. (Igartua, 2006). Pero dado que todas las unidades
que se incluye en la bibliografía deben tener la misma posibilidad de ser incluidas (a esto se le llama principio
obligatoria, verán un desarrollo de representatividad), en aquellos casos en los que es posible capturar pre-
del proceso de muestreo (p. 211
viamente la totalidad del universo se sugiere realizar una muestra aleatoria.
y ss). No obstante se recomien-
da la lectura complementaria del
capítulo sobre “Muestreo” del libro
de Krippendorff (1990).
LECTURA RECOMENDADA

RR
Krippendorff, K. (1990), “Muestreo” en: Metodología de análisis de contenido, Paidós,
Barcelona, pp. 93-101.

6.3.2. Conceptualización
Ya hemos analizado cómo debemos delimitar nuestro objeto de estudio y for-
mular nuestras hipótesis o preguntas de investigación. Ahora debemos definir
conceptualmente las variables que someteremos a análisis.
El apartado “Aspectos de contenido vs. aspectos latentes” mencionamos
la necesidad de contar con una definición del término “tema” (que es, en rea-
lidad, una variable), dado que dicha conceptualización sería nuestra receta
para saber qué computar como un tema y qué no. ¿Qué es una variable?, ¿a
qué nos referimos cuando hablamos de conceptualizarla?
Las variables son los aspectos que varían de uno a otro, y que pueden
adoptar distintos valores. Según Krippendorff (1990)

CC
Una variable es un símbolo que representa un valor cualquiera dentro de una
serie de dos o más valores mutuamente excluyente, como objetos, estados,
categorías, cualidades o elementos. Webster (1967) define una variable dicien-
do es que “algo capaz de variar y está en condiciones de hacerlo, algo modifi-
cable”. La variación es lo que permite que los datos sean informativos. En rea-
lidad, si no existieran hombres y mujeres, la variable sexo carecería de todo
significado descriptivo; si los periodistas no tuvieran la opción de inclinarse a
favor de uno u otro bando en una polémica, la medida de la “desviación” tam-
poco tendría sentido. (Krippendorff, 1990: 129)

Analicemos la cita de Krippendorff, sobre todo cuando habla de las variables


sexo y desviación. Este autor observa que la variable “sexo” está dividida
en dos valores: ‘hombre’ y ‘mujer’. Mientras que la variable “desviación”
podría estar compuesta, por ejemplo, por ‘pro’, ‘contra’, ‘neutro’ (aunque
Krippendorff define este sistema categorial en su libro).
De esta explicación se deriva otro rasgo de las variables: pueden ser abier-
tas o cerradas.

Teorías de la opinión pública y de construcción de agenda Natalia Aruguete


155

La edad es una variable abierta, pues no existe un límite superior lógico


a su valor (Krippendorff, 1990). Más allá de que no conozcamos ningún ser
humano que haya vivido 200 años, no podríamos decir que hemos cubierto
todos los valores lógicos posibles de la variable “edad” si le damos un rango
de 0 a 108 años.
¿Por qué? Razonémoslo de esta forma. Hacia 1900, nadie hubiera pen-
sado que una persona podría vivir más de 100 años. En ese entonces, ten-
dríamos que haber elaborado una variable “edad” que se detuviera en el año
80 o 100, por poner un número arbitrariamente generoso. Pero esa variable
“edad” elaborada en el 1900 no nos serviría ahora. Lo mismo podríamos pen-
sar a futuro, ya que nadie negaría que los avances en la Ciencia puedan, en el
largo plazo, extender la edad de vida de una persona. Pues entonces, desde
esta perspectiva, coincidimos con Krippendorff en que no podemos poner un
límite lógico a los valores de la variable “edad”.
El sexo (hombre/mujer) o el estado civil (casado/solero/divorciado), en
cambio, son variables cerradas, ya que sus valores tienen un número limita-
do y son conocidos.

Hay tres formas básicas de codifi-


Retomemos lo que expresábamos en apartados anteriores: las variables pueden ser mani-
cación en el análisis de contenido:
fiestas o latentes, y referirse a aspectos formales o de contenido. 1) Inductiva: una manera de codi-
Por ejemplo, en un anuncio de TV, el producto que se anuncia sería una variable de ficar inductivamente es la de “zam-
análisis (de contenido y manifiesta). bullirse” en un documento para
En cambio, si el estudio se centra en el análisis de personajes de una película, las identificar las dimensiones que
características sociodemográficas (sexo, edad, ocupación) serían variables de análisis. nos resulten destacables;
2) Deductiva: el investigador parte
También se pueden incluir variables no relacionadas directamente con el mensaje sino, de una teoría e intenta aplicar sus
por ejemplo, con la fuente productora. En el caso de una noticia, la fuente productora dimensiones o variables, que esta-
podría ser el diario donde fue publicada (Igartua, 2006). rán definidas previamente;
A veces, la definición de las variables requiere de un abordaje inductivo y cualitativo 3) Mixta: con frecuencia, sin
de la información que se desea analizar. Tal como afirman Henry y Moscovici (1968), en embargo, pueden realizarse las
dos estrategias de manera com-
ocasiones no se tienen ideas preconcebidas de lo que surgirá del análisis. En tales casos, el
plementaria en el estudio de un
análisis previo de un número menor de casos permitirá determinar las variables que luego mismo caso.
se aplicarán al análisis del corpus.
Un buen ejemplo de este tipo de aproximación, primero inductiva y cualitativa y
luego deductiva y cuantitativa, nos lo da la propuesta de Miller y Riechert (2001) cuando
describen los pasos a seguir para la construcción de encuadres noticiosos específicos. Estos
autores proponen cuatro pasos:
1. identificar una serie de conceptos o palabras clave que aparezcan en las noticias y estén Los encuadres noticiosos fueron
relacionados con el objeto que nos interesa analizar; desarrollados en la unidad 3 de
2. cuantificar la cantidad de apariciones de tales conceptos o palabras en los mensajes que esta carpeta.
conforman nuestro corpus;
3. realizar un análisis estadístico (este aspecto excede el alcance de nuestra materia) que
permite establecer los agrupamientos entre dichas palabras a partir de la relación semán-
tica que existe entre ellas. Esta etapa es denominada por los autores como “mapa
semántico”;
4. las dimensiones obtenidas de este ejercicio estadístico serán los encuadres noticiosos, que
hemos creado en nuestra etapa inductiva y que luego cuantificaremos en una instancia
deductiva.

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156

6.3.3. Operacionalización
La operacionalización consiste en un procedimiento operativo que permita
asignar valores a las variables. Incluye además el proceso de selección de
las unidad de recogida de datos (es decir, qué mensajes se deben recoger) y
de la unidad de análisis (es decir, cuál o cuáles de los mensajes recogidos o,
más aún, qué partes de esos mensajes serán sometidas a análisis). Igartua
propone distinguir entre ambos términos:

CC
La unidad de recogida de datos se refiere al mensaje que se selecciona para
analizar; mientras que la unidad de análisis es cada uno de los elementos que
se someten a proceso de cuantificación y puede remitir a distintos aspectos
de un mensaje. […] En ocasiones, en las investigaciones de análisis de conte-
nido también existe coincidencia entre la unidad de recogida de datos (por
ejemplo, noticias en prensa sobre el tema de la inmigración) y la unidad de
análisis (la noticia en su conjunto, para analizar la presencia de distintos tipos
de encuadres noticiosos). Pero en muchas otras ocasiones se puede dar el ca-
so en que la unidad de recogida de datos (por ejemplo, un largometraje) sea di-
ferente de la unidad de análisis (dentro del largometraje se pueden analizar di-
ferentes elementos como las secuencias, los planos, los actos de violencia o
los personajes principales). (Igartua, 2006: 201)

Una vez que hemos definido nuestras variables, debemos diseñar nuestro
sistema categorial. Ya hemos dicho que las variables están compuestas por
una serie de valores. Pues bien, esos valores son las categorías que integran
las variables. Los sistemas categoriales deben cumplir dos requisitos: ser
recíprocamente excluyentes y exhaustivos.
Un sistema categorial es recíprocamente excluyente cuando cada unidad
de análisis puede encasillarse en una –y solo una– categoría (o valor), es decir
que al codificar un objeto no podemos computar dos categorías de una misma
variable. La exhaustividad significa que toda unidad de análisis debe poder
Holsti (1969: 116) define a la ser computada con, al menos, una categoría de nuestro sistema. No puede
unidad de registro como “el seg-
mento específico de contenido
ocurrir que un objeto que queremos analizar tenga determinados rasgos que
que se caracteriza al situarlo en no puedan ser encasillados en ninguno de los valores que preestablecimos.
una categoría determinada”. Es Una opción es incluir la categoría “otros” para aquellos casos que no quedan
decir que son estas unidades de incluidos en las categorías previamente determinadas.
registro las que tomarán uno u
otro valor de la variable. En este sentido, cabe retomar la idea de variable de Krippendorff, ya que
grafica ambos requerimientos. El autor observa que, en el caso del análisis
de contenido, cada unidad de registro debe poder caracterizarse mediante
uno de varios valores alternativos contenidos en cada variable. Pero solo uno
–y no más que uno–, es decir que la elección de uno de los valores excluye a
todos los demás. Esto le permite definir el término variable como aquello que
“divide en clases mutuamente excluyentes el conjunto de todas las unidades
de registro” (Krippendorff, 1990: 129).

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157

LEER CON ATENCIÓN

Tomemos dos ejemplos –propuestos por Igartua– cuyos sistemas

LL categoriales son erróneos: no son recíprocamente excluyentes (primer


ejemplo) ni exhaustivos (segundo ejemplo).
Primer ejemplo: si se analiza una publicidad y se establecen los
siguientes ítems como categorías de una misma variable: a) un anun-
cio emocional; b) un anuncio informativo; c) se muestra el produc-
to; d) no se muestra el producto. En este caso, la unidad de análisis
podría adoptar más de un valor, por ende, el sistema categorial no
sería recíprocamente excluyente.
Segundo ejemplo: se analiza la edad de un personaje y las categorías
son: a) menor a cinco años; b) entre 5 y 15; c) entre 16 y 25; d) entre
26 y 40. En ese caso, los personajes mayores a 40 años no podrían
ser computados en ninguna categoría, por tanto, el sistema catego-
rial es incompleto.

LECTURA OBLIGATORIA

López-Escobar, E., McCombs, M. y Rey Lennon, F. (1996), “La

OO imagen de los candidatos: el segundo nivel de la agenda setting” en:


Comunicación y Sociedad, 9 (1 y 2), 39-65.

W http://www.unav.es/fcom/comunicacionysociedad/es/articulo.php?art_id=287

6.4. Elaboración del libro de códigos


Una vez que estén claros los objetivos de nuestra investigación, nuestro objeto
de estudio y las variables que nos proponemos encontrar en nuestro corpus de
mensajes, debemos elaborar el libro de códigos que utilizaremos al momento
de hacer el análisis.
El libro de códigos es como una receta de cocina, que incluye los ingredien-
tes y procedimientos necesarios para elaborar un plato, observan Riffe, Lacy
y Fico (1998). Haciendo esta comparación, Igartua aclara:

CC
El libro de códigos describe con claridad y precisión los conceptos y procedi-
mientos necesarios, cualquier persona que disponga del mismo podrá efectuar
la codificación de los mensajes sin tener que ser experto en Comunicación.
(Igartua, 2006: 205)

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158

¿Qué tipo de información debe contener el libro de códigos?


Primero, debemos incluir todas aquellas variables que queremos codificar
y, por supuesto, definirlas. Las variables pueden estar agrupadas según la
mayor o menor relación que guarden entre ellas. Krippendorff (1990: 134-135)
explica que “los agrupamientos dentro de las variables indican que los valo-
res de un grupo tienen más cosas en común que los de grupos diferentes”.
Veamos algunos ejemplos de agrupamientos de variables. Se trata de
un mecanismo muy recomendable porque permite ordenar el proceso de
codificación.

White (1951) creó una serie de agrupamientos para el análisis de los

II valores personales.

Valores personales (White, 1951)

Factores fisiológicos
1.Alimentación
2.Relaciones sexuales
3.Descanso
4.Salud
5.Seguridad
6.Comodidad

Factores sociales
1.Amor erótico
2.Amor familiar
3.Amistad

Factores relacionados con el temor


1.Seguridad emocional

Fuente: Krippendorff, 1990: 135

Igartua ofrece otro ejemplo interesante, tomado de un libro de códigos dise-


ñado para evaluar la violencia en la ficción televisiva. Aquí exponemos un
fragmento de dicho libro que podrán encontrar en su versión completa en el
capítulo de Igartua sobre “Análisis de contenido”, que se incluye en la biblio-
grafía obligatoria.

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159

LEER CON ATENCIÓN

Violencia en la ficción televisiva

LL
I Libro de códigos para evaluar la violencia en la ficción televisiva
I. Datos de identificación básicos del programa
1.Número de unidad de análisis (acto o escenario de violencia): Cada acto de violencia
analizado deberállevar un número de identificación. Se trata de enumerar todos los actos
de violencia identificados en los programas grabados; un mismo programa puede con-
tener varios actos de violencia, cada uno de ellos se identificarácon un número diferente.
2.Género del programa1= Serie o comedia2= Largometraje
3.Nacionalidad de la producción. Se codificaráutilizando el siguiente código1= Espa-
ñola2= No española
4.Duración del programa (en minutos). Se anota la duración en minutos de cada
programa.
II. Caracterización básica del acto de violencia
1. Modo de violencia: Se codifica el tipo o categoría a la que pertenece el acto de violencia
analizado (una única opción).
1= Ataque físico mayor: Actos de violencia física que provocan la muerte o un gran daño
físico en un mismo o en otra persona. Ejemplos: intento de suicidio, asesinatos, mutila-
mientos, grandes lesiones físicas, ataques severos sobre la gente.
2= Ataque físico menor: Actos de violencia física que producen un daño menor o míni-
mo en uno mismo o en otra persona. Ejemplo: bofetada, puñetazo, patadas.
3= Daños a la propiedad: Actos de violencia física que se dirigen contra las propias pos-
esiones o algún tipo de propiedad de otra persona. Ejemplos: desde romper un jarrón
con clara intención de dañarlo hasta poner bombas en algún lugar, incendiar, actos de
vandalismo en viviendas, etc.
4= Intimidación: Actos de agresión verbal que se ejecutan para presionar o persuadir a
alguien demanera nociva. Ejemplos: extorsión, coerción, amenaza, hostigar.
5= Comentarios hostiles: Actos de agresión verbal que buscan dañar o herir el auto-
concepto de otra persona o de uno mismo. Ejemplos: muestras de rechazo, insultos
crueles, comentarios maliciosos, etc.

Fuente: Igartua, 2006: 205 y ss.

¿Qué podemos reflexionar a partir de este ejemplo de libro de códi-


gos? Además del agrupamiento de variables que mencionamos ante-
riormente, este investigador español aporta un ejemplo muy preciso
de otros aspectos del libro de códigos que son condición sine qua non
para realizar una correcta codificación.
En primer lugar, define con claridad cada una de las variables. Esto
nos permite saber qué criterio utilizar al codificar las unidades de
análisis.
En segundo lugar, se asegura que el sistema categorial sea excluyente
(a cada unidad de análisis se le asignará solo un valor de cada varia-
ble) y exhaustivo (no deja fuera ninguna de las opciones que podría
presentar dicha variable).
Finalmente, además de definir/describir las variables, se ocupa de
definir las categorías de dicha variable. Este es un aspecto esencial,
dado que cuando una persona realiza la codificación de las unidades
de análisis debe saber con claridad y exactitud qué categoría asignarle
a una unidad de análisis y cuál dejar afuera.

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160

Como podrán ver en el capítulo de Igartua, hay una diferencia entre el libro de
códigos y la ficha de análisis o plantilla de codificación. En el primero aparecen
las variables (con sus respectivos sistemas categoriales) definidos detallada-
mente como en una receta de cocina.
La ficha de análisis, en cambio, replica la estructura compuesta por varia-
En inglés, este término se deno- bles y categorías (ya elaboradas en el libro de códigos) pero sus casilleros
mina coding form (formulario aparecen vacíos. En los hechos, el codificador deberá computar cada unidad
de código). en una ficha de análisis y, para ello, se basará en el libro de códigos que le
servirá de guía.

LECTURA OBLIGATORIA

García Beaudoux, V. y D’Adamo, O. (2007), “Tratamiento del

OO delito y la violencia en la prensa. Sus posibles efectos sobre la opi-


nión pública” en: Luchessi, L. y Rodríguez, M. (Coord.) Fronteras
Globales. Cultura, Política y Medios de Comunicación, La Crujía,
Buenos Aires, 169-185.

2.

KK Una vez leído el capítulo de Igartua y comprendida la diferencia entre el


libro de códigos y la ficha de análisis, lea el artículo de García Beaudoux
y D’Adamo (incluido en la bibliografía obligatoria).
Esta actividad tendrá dos partes.

a) En el apartado “Método. Instrumento y Procedimiento” (pp. 171-


173) de dicho artículo se menciona que los datos utilizados para el tra-
bajo empírico provienen de un instrumento denominado Índice de
Violencia Social Percibida (IVSP) con el que se mide mensualmente la
cobertura de la violencia y la inseguridad en los principales medios grá-
ficos de la Argentina. Tome los indicadores del IVSP que se mencionan
en la página 172 y elabore un libro de códigos, al que puede agregarle
una serie de variables agrupadas en “Datos de identificación básicos”.
b) Confeccione un corpus de noticias sobre violencia e inseguridad publi-
cadas durante una semana en dos de los periódicos de mayor tirada de su
ciudad. Codifique cada una de las noticias en una ficha de análisis. Para
ello, tome como guía el libro de códigos elaborado en esta actividad.

LEER CON ATENCIÓN

El capítulo de Bardin (2002), titulado “Método” (que proponemos

LL como lectura complementaria) desarrolla la fase del “preanálisis”,


consistente en la etapa de organización del análisis. Si bien la deno-
minación de los pasos que integran esta fase no es exactamente igual
a las que observamos en el capítulo de Igartua, vale la pena ver un
cuadro sinóptico que resume claramente la organización de esta ins-
tancia del diseño metodológico, elaborada por Bardin.

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161

II

LECTURA RECOMENDADA

RR
Bardin, L. (2002), “Método” en: Análisis de contenido, Akal, Madrid, 71-88.

Conclusión
En esta unidad hemos hecho un recorrido por la definición de la Metodología
de Análisis de contenido, sus principales características y los procedimientos
que se deben seguir para su aplicación empírica. En este sentido, procuramos
poner en comparación las perspectivas que tienen diversos autores de este
instrumento, y discutir con ellas desde una mirada crítica. A modo de sínte-
sis, veremos este video, realizado por Lorena Chacon Guerrero, Diana Cruz
González y Monserrat Marin Ramos, en el que explican de manera sencilla y
creativa los componentes de esta metodología, con base en el libro de Bernard
Berelson et ál. (1984), que figura en las Referencias Bibliográficas.

WW
http://www.youtube.com/watch?v=csJZOKmu3Xg

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162

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163

Referencias bilbiográficas

Albornoz, L. (2006) Periodismo Digital. Los grandes diarios en la red, La Crujía,


Buenos Aires.
Aruguete, N. (2010), “Los encuadres noticiosos en los medios argentinos. Un
análisis de la privatización de ENTel” en: América Latina Hoy, 54, 113-
137.
–––––––––––– (2011), Los medios y la privatización de ENTel. El tratamiento
noticioso del servicio telefónico argentino en el contexto de su privatización,
Editorial Académica Española, Saarbücken.
Baldwin, A. (1942), “Personality structure analysis: a statistical method for
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Bardin, L. (2002), Análisis de contenido, Akal, Madrid.
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Dader, J. (1992), “La evolución de las investigaciones sobre la influencia de
los medios y su primera etapa: teorías del impacto directo” en: Muñoz
Alonso, A. et ál, La Opinión Pública, Eudeba Universidad, Madrid.
García Beaudoux, V. y D’Adamo, O. (2007), “Tratamiento del delito y la violencia en
la prensa. Sus posibles efectos sobre la opinión pública” en: Luchessi, L.
y Rodríguez, M. (Coord.) Fronteras Globales. Cultura, Política y Medios de
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Krippendorff, K. (1990), Metodología de análisis de contenido, Paidós,
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