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EL PRINCIPIO ACUSATORIO COMO GARANTÍA DEL JUEZ IMPARCIAL EN

LOS PROCESOS PENALES; LA DEL JUEZ; LA DEFENSA, CON DERECHOS Y


FACULTADES IGUALES AL ACUSADOR.

(S.C.P. 0220/2019-S2 Sucre, 10 de mayo de 2019; en virtud a los entendimientos


jurisprudenciales y los argumentos desarrollados en el Fundamento Jurídico III. 1 del
presente fallo)

El principio acusatorio forma parte de las garantías sustanciales del proceso


penal, que integra el contenido del derecho al juez natural en su elemento imparcialidad, en
el marco de lo previsto en el art. 120.I de la CPE, que a su vez es un componente de la
garantía del proceso previsto en el art. 117 de la CPE. En esencia, el sistema acusatorio
impone una contienda procesal entre dos partes contrapuestas -acusador y acusado-
resuelta por un órgano que se coloca por encima de ambas, con una clara distinción de
las tres funciones procesales fundamentales; la acusación, propuesta y sostenida por
persona distinta a la del Juez; la defensa, con derechos y facultades iguales al
acusador; y la decisión, por un Órgano Judicial independiente e imparcial, que no actúa
como parte frente al acusado en el proceso contradictorio.
El principio acusatorio, admite y presupone el derecho de defensa del imputado; y,
consecuentemente, la posibilidad de contestar o rechazar la acusación; asimismo, provoca
en el proceso penal, la aplicación del contradictorio; o dicho de otro modo, el
enfrentamiento dialéctico entre las partes, haciendo posible conocer los argumentos de
ambas partes; expresar, los elementos fácticos y jurídicos que constituyen su base y
ejercitar una actividad plena en el proceso. La acusación, contradicción y defensa se
garantizan en todo el proceso y no sólo en la audiencia de medidas cautelares, el juicio oral
y la fase de recurso.
Nuestra norma procesal penal, delimita las funciones de los intervinientes en el
proceso penal, en cada etapa procesal, siendo la acusación es el acto más representativo del
ejercicio de la acción penal; por el cual, el órgano público concreta, objetiva y
subjetivamente, la pretensión punitiva, atribuyendo al acusado una específica
responsabilidad con respecto a una conducta calificada como delito, acusación que se nutre
de elementos de convicción que surgen de las pruebas reunidas en la etapa investigativa
cuyo destinatario es el Ministerio Público; y aquí, radica otra de las manifestaciones del
principio acusatorio: la división de roles, que se observan en el proceso penal. Así, la etapa
investigativa está a cargo del Ministerio Público, y el juez instructor, controla la
investigación vigilando el cumplimiento de plazos y decide sobre las medidas cautelares,
entre otras atribuciones.
Entre las notas esenciales en la decisión de medidas cautelares, debe tenerse en
cuenta, que corresponde al juez determinarlas o no; y, al Ministerio Público pedir su
aplicación. Ahora bien, las medidas cautelares tienen una finalidad estrictamente procesal,
para asegurar la presencia del imputado en la sustanciación del proceso penal, por ende, no
constituyen una sanción punitiva; y su aplicación, dependerá de que existan motivos
razonables y proporcionados que la justifiquen.

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