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Todo lo que el hombre realiza lo hace guiado por una idea concebida por la inteligencia y
por acciones que son guiadas por la voluntad libre. En este sentido, se puede afirmar que la
primera acción proviene de la inteligencia y, luego sigue la acción de la voluntad. O sea, toda
acción es efecto de una determinada idea.
Inteligencia Voluntad
Idea Acción
Por lo tanto, inteligencia y voluntad son dos facultades humanas que intervienen de
manera permanente en nuestro accionar.
Sin embargo, podemos distinguir que el hombre realiza una gran cantidad de acciones, en
las cuales en algunas están claramente presentes la inteligencia y voluntad. Pero en otras no. Ello
nos permite realizar esta distinción
En el primer caso, los actos del hombre, éstos son aquellas acciones en las cuales no
interviene ni la inteligencia ni la voluntad. Se realizan pero respondiendo más bien al aspecto
orgánico / fisiológico / natural. Tienen que ver con la realización de acciones naturales, biológicas;
por ejemplo, el respirar, el crecer, etc. Como en ellas no intervienen ninguna de las facultades,
éstas no serán objeto de estudio.
Además, debido a que todo acto humano se realiza en un medio social, éste tiene un
impacto o consecuencia social. Depende el tipo de acción que se cometa, será la mayor o menor
celeridad en cuanto a la generación de consecuencias a partir de esta acción. Es decir, todo acto
humano genera una consecuencia. La persona que realiza esta acción es “dueña de sus actos”,
por lo que implica sostener que también es dueña de las consecuencias.
Inteligencia
Actos Consecuencia
Voluntad
Responsabilidad
Entenderemos por responsabilidad cuando una persona asume para sí todas las
consecuencias que surgen a partir de la acción, es decir que ha sido pensada y deseada (por lo
tanto intervino la inteligencia y la voluntad libre).
La persona siempre decide qué es lo que va a hacer (acto por comisión) o, también, que es
lo que no hará (acto por omisión). En ambos casos intervienen la inteligencia y la voluntad, porque
hemos pensado y decidido libremente hacer o dejar de hacer determinadas cosas. Por lo tanto, la
consecuencia generada debe ser asumida por la persona en cuestión, en ambas situaciones
Inteligencia Ignorancia
Voluntad Coacción
Este breve esquema del acto humano, debe pensarse en primer lugar en función de los
propios actos humanos, a los cuales les cabe un juicio de índole moral. Pero, como se dijo líneas
arriba, los actos tienen una incidencia social, por lo tanto hay que hacer un traslado de estos actos
en los distintos ámbitos de realización de la existencia humana: social, deportivo, religioso, laboral,
etc. En el caso del ámbito laboral, se debe pensar este mismo esquema teniendo en cuenta la
profesión o tareas específicas.
¿Cómo es “mi” acto humano profesional? ¿Cuáles son sus consecuencias? Analizar la
variedad y diversidad de las acciones laborales / profesionales a la luz de estas ideas nos permitirá
tener una mirada diferente para la realización de los mismos.