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Marcio Veloz nos pone una disyuntiva de un enfoque holístico del mundo por la diversidad,
termitica de su producción intelectual. Posiblemente sea el Dr. Veloz Maggiolo el dificultoso
pensador dominicano para ser bordado en una evaluación de su producción intelectual,
debido a que el análisis de su obra, obliga tener un dominio de diversos temas y
géneros literarios, y por tanto, a ponderaciones intelectuales centrifugas y por supuesto
nada literal y mucho menos monotemática.
La isla de Santo Domingo antes de colón, el auto nos desliza en una densa deliberación de
enfoques, opiniones de expertos y argumentos que expresas un refinamientos y dominios
exquisito de la temática. Con erudición nos explica los procesos de ocupación del Caribe, la
isla de Santo Domingo y sus distintos grupos étnicos, contada la historia, con un estilo
cómodo fundamentando en concepto y categoría convencionales de la disciplina, que
hacen, más compresible su lectura.
Concebida en un esquema simple de clasificación en cuatro categorías de análisis: La
ocupación del Caribe, Los primeros grupos venidos a Santo Domingo, Los primeros grupos
agrícolas y los tainos, además de otras consideraciones teóricos que finalizan la
estructuración del libro.
La historia es narrada para no dejar dudas de como el Caribe fue el escenario inicial de la
región, primeramente, el arco Antillano para serlo luego; El Caribe mayor y en el éste. Santo
Domingo el destino donde se logra la mayor complejidad cultural de todo el Caribe.
Turismo, cultura y desarrollo
El turismo como tal es el mas que divertimento y descanso, es también una empresa
comercial, que desde finales del singlo XX cuando esta actividad se convierte en un nuevo
sujeto socio-económico, mueve el capital para inversión, la actividad económica de los
pueblos, impactan en el mundo empresarial, en la empleomanía, el medio ambiente, la
cultura y la diversa internacional.
La intensidad que normo al capitalismo monopólico que a mediados del singlo XIX su perfil
deshumanizante, desgarrador y aliente, forzaron una recomposición del tiempo libre y
convirtieron el ocio en una actividad humana necesaria, planificada y presupuestada en la
sociedades, individuos y familias europeas.
Nuestro país en este nuevo escenario, desarrollo el modelo de la economía de servicio que
incluye además de zonas francas y las remesas, al turismo en la década de los años 70 del
siglo XIX. Privilegiando playas como don de la naturaleza, al turismo dominicano se inicia
primeramente en la península de Samaná, para hacerlo luego la costa del norte, en especial
Puerto Plata y trasladarse por múltiples razones, a las costas éste del país quedando en el
sur y sus paisajes aun relegados.
Con éxito, aunque relativos, este modelo no solo va sustituyendo el tradicional, sino que se
hace dominante en la vida económica del país. Los incentivos al sector turístico y de zona
franca no se hicieron esperar y se tomaron algunos puntos iniciales en el caso del turismo
para impulsar proyectos modelos del desarrollo, como fueron los casos de Samaná y Puerto
Plata, al que mas tarde se le suma Higüey y La Romana.
Un modelo de desarrollo turístico excluyente como parece ha sucedido con el “el todo
incluido”, no se puede ser considerado en los momentos actuales un medio idóneo para
alcanzar metas y propósitos de desarrollo que involucre a todos los sectores, comprometa a
sus acciones fuerzas vivas y ser estar a sus vez garantizar de desarrollo articulados turístico
un puntual para alcanzar el desarrollo, organización del suelo, organicen el sistema vial y de
circulación urbano, protejan sectorialmente las áreas de inversión, especialice áreas
turísticas.
Con el tiempo los pueblos deben prever hacia donde crece a ciudad, como ordenar ese
crecimiento, como intervenir en el ornato urbano, como hacer acogedoras la ciudad para los
visitantes, qué ofrécele para que sientan placenteros y acogidos y eso requiere un esfuerzo
de educación multisectorial.
Arte y antropología.
Un dialogo necesario
A pesar de que una parte importante del arte primitivo también tenia un uso utilitario, lo
cual se ha convertido a su vez, en una frontera entre el concepto clásico de arte venido
como resultado de la libertad del arte y el artista como resultado del movimiento
Renacentista, y más luego postulado de la Modernidad y La Revolución industrial como nos
confirma Pierre-yves Jacopin en su articulo: aux fondements de l´anthopologic de l´art. Y
tomando el texto El artes indígenas y antropología. Mas que un hecho de contemplación
puro, en las sociedades tradicionales, el arte acompañaba por el igual al objecto que tenia a
la vez un uso utilitario mas contemplativo, produciendo, además, un placer estético.
Obvio que en el fondo se trata de la presencia de lo estético, de la creatividad y la
inclinación por la belleza como parte de la naturaleza humana y que ha llevado a algunos
autores a pensar el arte como componente particularmente esencial del ser humano.
La especialización del objecto cultural o artístico distanciando a veces de su decidida
convicción estética, dificultaba estos encuentros, sin embargo, la presencia de decorados,
trazos, incisos, dibujos, diseños y pinturas, lo convierte en mas que un objecto pese y es ahí
donde el arte y antropología están obligas a transitar un camino de diálogos para encontrar,
sino una explicación a eso que se ha dado en llamar erróneamente, el “arte primitivo”, que
yo le llamaría primario, tradicional o como lo sitúa Herskvits, de sociedades ágrafas. Al
menos que permita valorar, el ausculta miento de la sociedad de la necesidad que sentían
estos grupos por transformar un objeto, cuyo destino estaba socialmente definido, en algo
mas que amasijo material, o simple utensilio u objeto cultural.
La sublimación de la belleza que representa el arte, olvida razones sociales enmarcadas en
los estilos, con los cuales se define la estética particular de un grupo o de una cultura, Lo
bello pues es mas que una generalidad, es una forma concreta de representar la realidad,
sea esta abstracta o figurativa, a través de un lenguaje semióticamente codificada. El trozo o
jugueteo en la obra de arte (en las sociedades ágrafas), es decir la casualidad, que no era la
norma, debido a que, “seguía patrones culturales reiterados y validos socialmente”. (Alcina
Franch, Jose. Arte y antropología:18.
La admiración por los dioses se expreso muy temprano entre los objetos fabricados, si bien
es cierto que la idea primaria del artista necesariamente no era elaborar una obra de arte
pese, es decir arte por el arte, sino que mas que todo, agrada visualmente a sus deidades, a
partir del uso de rasgo o trazos estético (noción, de la última, que por demás que aun no le
era familiar). No obstante, la presencia de estos incisos en muchas de sus producciones
culturales, supone una intencionalidad velada.
El arte taino
La interpretación de ciertos animales y los personajes mitológicos que intervinieron en la
creencia mágica-religiosa sustentadas por estos aborígenes Antillanos, condiciona una
afiliación a noción mítica que se expresa ampliamente a través del arte taino ya que, entre
los pueblos primitivos, la religiosidad y el arte ofrecen, en ciertas maneras, gran identidad de
contenido y forma.
El lenguaje plástico utilizado debió de corresponder a la cosmovisión, a la literatura oral
taina (mitos y creencias), con el elemento que garantizaran los preceptos tradicionales de
belleza y con símbolos que lograran transmitir el mensaje esotérico de la obra. Así veremos
que las formas geométricas estaban presentes regularmente en la cerámica y esculturas,
este estilo mezclado producía a su vez formar laberínticas. Pero este estilo recurrente, se le
añade el uso de líneas paralelas y otras con puntos en sus extremidades esquinas curvas
frecuentes.
La forma zooantropomorfas, comunes a muchas de sus representaciones artísticas, se
dominaban a la perfección y pautaban el diseño de determinadas piezas como los amuletos,
que casi siempre se acompañaba de la posición fetal o cuclillas (símbolo del ciclo no cerrado
de la vida y de la muerte, a cuya convicción se aferraban los tainos). Asimismo, las asas que
acompañaba la vasijas, ollas y otro recipiente tainos, también era motivo de uso de este
diseño zooantomorfos, sobre todo de referentes animales.
Es precisamente en el hecho de que lo artístico era parte intrínseco de lo cotidiano, que la
cultura material taína se manifiesta con una fuerza espiritual, formal y estética asombrosa.
Sus ajuares, instrumentales de labranza, objeto cotidiano, representaciones religiosa, el arte
rupestres y mitología, se conjugan en un indisoluble formula en el que objeto posee,
además de una dimensión utilitaria, también artística, simbólica y ritual.
Arte y la religión se conjugaron en sus inicios para venerar dioses y divinidades naturales o
imaginarias. Hoy el esfuerzo de desacralizar el arte expresa la lucha por el dominio de una
sociedad laica que se separa de los principios de Verdad divina y Teocracia que dominaron
durante una parte importante de la edad media, pero sigue siendo para expertos, artistas,
portadores y creyente un territorio incierto.
La religiosidad popular dominicana, expresa en distintas ceremonias, una estética particular
que a la vez la diferencia en términos de estructuras simbólicas, esta simbología expresa
también una estética diferenciada de una estructura que remite a una liturgia distintas a
otras.
Estas se distinguen estéticamente entre tipos de altares, adornos, vestimenta, organología,
danza, ritmos, descorados, colores, diseños interiores del espacios sagrados, usos de
materiales diversos como papel chichigua, papel crepe, madera, vela, velones, flores, tela,
pañuelos y otros recursos teniendo como espacio de un culto algunas iglesias, altares y
enramadas, sus entornos son bellamente engalanados los días de festividades religiosas, en
el que lo lúdico y lo sagrado se entremezclan con un solo propósito, satisfacer el ego
incomodo a veces de los dioses.
El arte y religión en una fase ontogénica, no tenía fronteras delimitadas y surgieron para
expresar una necesidad y un temor interior. Con el tiempo la desterritorialidad de uno con
respecto al otro, genera dimensiones humanas que, aunque distanciadas y
terapéuticamente diferenciadas, en el camino se entre cruzan.
El merito de Juan Pablo Duartes radica en haber defendido hasta el final de su concepción
de la patria, su lucha y persistencia por la consecución de ese ideal e involucrar diferentes
sectores sociales en su objetivo. El mas sacrificado y desprendido, Duartes encarno el
sentimiento mas noble de la patria y llevo el ideario nacionalista a los estamentos mas alto,
sublimizando la nación.
El esfuerzo patriótico de los trinitarios alrededor de las sociedades la filantrópicas y la
Dramática ejemplariza como se fue creando un sentimiento de diferencia en lo cultural que
junto al trabajo político de la trinitaria culminan con la gesta libertaria de 1844.
Su grandeza radica, precisamente en esa vocación de entregar visto como sacrificio pues el
esfuerzo por la creación de la patria np se puede ver como un sacrificio, sino como una
envolvente pasión.
Cocina y cultura
Cada país posee su forma particular de comer, la cocina es el escenario en que el producto
del trasiego, el préstamo cultural, el intercambio, mestizaje y las creaciones populares,
sintetizando la comida o como le llamara el antropólogo francés, Claude Levy Strauss, Las
formas de mesa de su libro: lo crudo y lo cocido, donde se explaya en la simbología de la
comida y su valor ritual entre los grupos amazónicos del Brasil.
La comida se ha convertido por igual en un arte que distingue con prestigio a un país, grupo
o región. La internacionalización de la comida, por otra parte, su universalización,
versatilidad, estéticamente en su presentación sabor, capacidad, nutritiva, diversidad
culinaria y riqueza de oferta, son las razones que convierten una comida en gastronómicas,
que es cuando se cocina local, nacional se hace parte del menú internacional en cuanto a
gustos, demanda y reconocimientos o validación del otro, el extranjero.
La metodología que ha normado estas convocatorias de grupos de especialista y disimiles a
la vez, pero también convergentes en ciertos tópicos, llamados grupos focales, se hicieron a
partir de un tema de reflexión, alrededor del cual circularía el debate motivo de la reunión y
cuyos temas son a la vez el eje articuladores de la investigación guardando entre si cierta
formalidad temática secuencial y propositiva, contribuyendo al ser focalizado el mismo
como parte de una unidad dentro de la totalidad y guardando los tertuliantes una
familiaridad con el tema abordado, por tanto, el aprovechamiento de la información es
potencialmente rico y siendo este mecanismo consultivo e informativo al mismo tiempo.
Estos criterios se seleccionaron tomando en consideración aspectos culinarios propiamente,
antropológico, sociológico, gastronómicos, afectivos o de sentimientos y apego hacia
muchos de estos platos, frecuencia o marco cuántico nos proporcionaban la selección
numérica y la jerarquía en el orden de prioridad. Para ellos contamos con los siguientes
iconos:
Carácter nacional (ámbito geográfico, grado de exclusividad, etc.)
El valor se establece sin cuestionamiento dado el consenso que produce solo su mención.
Nos referimos en este caso aquellos platos que poseen una fuerza vital en la culinaria
dominicana y no se le mendiga protagonismo y valoración social por encima de las
características regionales de la comida dominicana
Componentes de origen
En la valoración de la criollización, los componentes de origen se hacen indispensables a
saber si determinados platos de la dieta nacional tiene ingredientes de procedencia que
dificultad su uso e su defectos cuales ingredientes del entorno le son familiares como el
coco de Samaná, producto agrícola super abundante en esa zona.
Significado cultura
(valor sentimental, atribución de dominicanidad)
El locrio posee una singular manera de preparación que lo distancia del arroz amarillo con
pollo de los chinos o del cubano, y es diferencia radica en los ingredientes pues no debemos
olvida. EL locrio es la paella dominicana.
El moro se hace a base a la habichuela roja, mientras que para los haitianos y cubanos lo es
la habichuela negra, por decir, por decir una forma particular que o distinguen y cuya
preparación implica un proceso algo complicado al mezclarse la habichuela y el arroz, en el
sur se ha integrado una modalidad muy regional del moro, con maíz.