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Semana 8 – Lectura 2 - Joel por John MacArthur

JOEL
El día del Señor
TÍTULO
Las versiones de la Septuaginta griega (LXX) y la Vulgata latina (Vg.) siguen el texto masorético hebreo (MT),
titulando este libro de acuerdo con el nombre de Joel el profeta, el destinatario del mensaje de Dios (1.1). El nombre
quiere decir «Jehová es Dios» y se refiere por lo menos a una docena de hombres en el AT. En el NT se hace
referencia a Joel únicamente una vez (Hch 2.16–21).
AUTOR Y FECHA
El autor se identificó a sí mismo solo como «Joel, hijo de Petuel» (1.1). La profecía provee poco acerca del hombre.
Aun el nombre de su padre no es mencionado en algún otro lugar en el AT. Aunque él desplegó un profundo celo por
los sacrificios del templo (1.9; 2.13–16), su familiaridad con la vida pastoral y agrícola y su separación de los
sacerdotes (1.13, 14; 2.17) sugieren que no era un levita. La tradición extrabíblica registra que él era de la tribu
de Rubén, de la aldea Bet-om o Bet-haram, situada al noreste del Mar Muerto entre la frontera de Rubén y Gad. No
obstante, el contexto de la profecía da lugar a pensar que era un oriundo de Judea cerca de Jerusalén, debido a
que falta el tono propio de un extraño.
La fecha del libro se apoya únicamente en la posición canónica, referencias históricas y elementos lingüísticos.
Debido a: (1) la falta de alguna mención de los poderes mundiales que vinieron a la escena más tarde en la historia
(Asiria, Babilonia o Persia); (2) el hecho de que el estilo de Joel es como el de Oseas y Amós en lugar del de los
profetas postexílicos; y (3) los paralelos verbales con otros profetas antiguos (Jl 3.16 con Am 1.2; Jl 3.18 con Am 9.13),
una fecha de la última parte del siglo noveno A.C., durante el reinado de Joás (ca. 835–796 A.C.), parece ser la más
convincente. No obstante, mientras que la fecha del libro no se puede conocer con exactitud, el efecto en su
interpretación es mínimo. El mensaje de Joel no está confinado por el tiempo, formando una doctrina que puede ser
repetida y aplicada en cualquier época.
CONTEXTO HISTÓRICO
Tiro, Sidón y Filistea habían llevado a cabo incursiones militares frecuentes a Israel (3.2 en adelante). Una sequía de
envergadura y una invasión masiva de langostas habían destruido toda cosa verde de la tierra y traído una
severa devastación económica (1.7–20), dejando al reino del sur débil. Este desastre físico le da a Joel la ilustración
para el juicio de Dios. Tal como las langostas fueron un juicio sobre el pecado, los juicios futuros de Dios durante el
día del Señor las excederán por mucho. En ese día, Dios juzgará a sus enemigos y bendecirá a los fieles. Ninguna
mención es hecha de pecados específicos, ni Judá es reprendida por la idolatría. Sin embargo, posiblemente debido a
una indiferencia cauterizada, el profeta los llama a un arrepentimiento genuino, amonestándolos: «Rasgad vuestro
corazón, y no vuestros vestidos» (2.13).
PERSONAS DESTACADAS EN JOEL
Joel: profeta que le habló al pueblo de Judá durante el reinado de Joás (1.1—3.21).
El pueblo de Judá: el reino del sur, castigado por sus pecados con una plaga de langostas (1.2; 2.1; 3.1–2,
19–21).
TEMAS HISTÓRICOS Y TEOLÓGICOS
El tema de Joel es el día del Señor. Este tema aparece por todas partes en el mensaje de Joel, haciéndolo el tratado
más concentrado de todo el AT (1.15; 2.1; 2.11; 2.31; 3.14). La frase es empleada diecinueve veces por ocho diferentes
autores del AT (Is 2.12; 13.6, 9; Ez 13.5; 30.3; Joel 1.15; 2.1, 11, 31; 3.14; Am 5.18 [2 veces], 20; Abd 15; Sof 1.7, 14 [2
veces]; Zac 14.1; Mal 4.5). La frase no tiene referencia a un período de tiempo cronológico, sino a un período general
de ira y juicio que pertenece de manera única al Señor. Es exclusivamente el día que revela su persona, poderoso,
fuerte y santo, de esta manera aterra a sus enemigos. El día del Señor no siempre se refiere a un acontecimiento
escatológico; en algunas ocasiones tiene un cumplimiento histórico cercano, como se ve en Ezequiel 13.5, donde habla
de la conquista babilónica y la destrucción de Jerusalén. Así como es común en la profecía, el cumplimiento cercano
es un acontecimiento histórico sobre el cual se incluye el cumplimiento más distante, escatológico.
CRISTO EN … JOEL
LA PROFECÍA DE JOEL describía a Dios derramando su Espíritu sobre el pueblo de manera que un día
«profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán
visiones» (2.28–32). Pedro cita este pasaje de Joel como una profecía prefigurada y una muestra del Día de
Pentecostés (Hch 2.16–21). El cumplimiento definitivo de la profecía de Joel llegará en el reino milenial de
Cristo, cuando Dios derrame su Espíritu sobre toda la creación.
El día del Señor frecuentemente es asociado con turbaciones sísmicas (p. ej. 2.1–11; 2.31; 3.16), problemas
climatológicos (Ez 13.5 en adelante), nubes y oscuridad espesa (p. ej. 2.2; Sof 1.7 en adelante), turbulencia
cósmica (2.3, 30), y un día grande «y muy terrible» (2.11) que «vendrá como destrucción por el Todopoderoso» (1.15).
La última mitad de Joel muestra el tiempo después del día del Señor en términos de promesa y esperanza. Habrá un
derramamiento del Espíritu sobre toda carne, acompañado por palabras proféticas, sueños, visiones (2.28, 29), como
también la venida de Elías, una epifanía trayendo restauración y esperanza (Mal 4.5, 6). Como resultado del día del
Señor habrá bendiciones físicas, tiempos fructíferos y prosperidad (2.21 en adelante; 3.16–21). Es un día en el que el
juicio es derramado sobre los pecadores, que más tarde lleva a bendiciones sobre el penitente y la reafirmación del
pacto de Dios con su pueblo.
PRINCIPALES DOCTRINAS EN JOEL
El día de Jehová: período general de la ira y el juicio del Señor; el día en que Dios revela su carácter (1.15;
2.1–11, 31; 3.16; Is 2.12; 13.6; Ez 13.5; Sof 1.14; Mal 4.5, 6; Hch 2.20; 1 Co 5.5; 2 Co 1.14; 2 P 3.10).
EL CARÁCTER DE DIOS EN JOEL
Dios es accesible: 2.12
Dios es paciente: 2.13
Dios es misericordioso: 2.13
Dios se aíra: 2.12–14
RETOS DE INTERPRETACIÓN
Es preferible ver el cap. 1 como si estuviera describiendo una invasión real de langostas que destrozó la tierra. En el
cap. 2, un nuevo nivel de descripción enfrenta al intérprete. Aquí el profeta está proyectando algo que está más allá de
la plaga de langostas del cap. 1, elevando el nivel de descripción a nuevas altitudes, con intensidad incrementada que
está enfocada en la plaga y la necesidad inmediata de arrepentimiento genuino. El uso por parte del profeta de
símiles, por ejemplo «como aspecto de caballos» (2.4) y «como hombres de guerra» (2.7), sugiere que él aún está
usando las langostas reales para ilustrar una invasión que solo puede ser el ataque masivo del día final del Señor.
PALABRAS CLAVE EN JOEL
Espíritu: En hebreo ruach —2.28— relacionado con el verbo que significa «respirar» o «soplar». Puede
referirse al aliento (Job 9.18; 19.17), al viento (Gn 8.1; Éx 10.13), al aire (Ec 1.14; Is 26.18), al aliento de vida
(animal o humano, ver Gn 6.17; 7.14), a la disposición o ánimo (Gn 41.8; Ez 21.7), a un espíritu malo o
angustiante (1 S 16.14–16) o al Espíritu de Dios (Gn 1.2; Sal 51.11). El espíritu de vida es el don de Dios para
todas las criaturas (Job 12.10; 33.4; Ec 12.7). El otorgamiento del Espíritu Santo de Dios es un don especial
para los creyentes, uno que da vida espiritual (Sal 51.10, 11; 143.10), poder (Jue 6.34), sabiduría
y entendimiento (Is 11.2) y revelación divina, la que lleva a un mayor entendimiento de la Palabra de Dios y sus
perfectos caminos (2.28; Is 61.1, 2).
Un segundo asunto que confronta al intérprete es la cita de Pedro de Joel 2.28–32 en Hechos 2.16–21. Ver
«Respuestas a preguntas difíciles» con relación a este asunto.
BOSQUEJO
Siguiendo el 1.1, el contenido del libro se ordena bajo tres categorías fundamentales. En la primera sección (1.2–20) el
profeta describe el día del Señor contemporáneo. La tierra está sufriendo una destrucción masiva causada por una
plaga de langostas y sequía. Los detalles de la calamidad (1.2–12) son seguidos por llamados al arrepentimiento y la
reforma comunal (1.13–20).
La segunda sección (2.1–17) provee una transición de la plaga histórica de langostas descrita en el cap. 1 al día del
Señor escatológico en el 2.18— 3.21. Empleando la plaga contemporánea de langostas como contexto, el profeta, con
un nivel incrementado de intensidad, pinta un retrato vívido y fuerte de la visitación inminente del Señor (2.1–11), y
usando una terminología poderosa y explícita, con tenacidad renueva la apelación al arrepentimiento (2.12–17).
En la tercera sección (2.18—3.21) el Señor habla directamente, asegurándole a su pueblo su presencia entre ellos
(2.27; 3.17, 21). Esta porción del libro da por sentado que el arrepentimiento solicitado (2.12–17) había ocurrido y
describe la respuesta celosa del Señor (2.18, 19a) a la oración colectiva. Joel 2.18–21 forma la transición del mensaje
de lamentación y ay, así como las afirmaciones divinas de la presencia de Dios y el cambio de las calamidades, con el
2.19b, 20 que presenta la esencia y naturaleza de ese cambio. El Señor entonces da tres promesas para asegurarle a
los penitentes de su presencia: restauración material a través de la sanidad divina de su tierra (2.21–27), restauración
espiritual por medio del derramamiento divino de su Espíritu (2.28–32) y restauración nacional mediante el juicio
divino sobre los injustos (3.1–21).
I. El día del Señor experimentado: Histórico (1.1–20)
A. Fuente del mensaje (1.1)
B. Mandato a contemplar la devastación (1.2–4)
C. Término de la devastación (1.5–12)
D. Llamado a arrepentirse a la luz de la devastación (1.13–20)
II. El día del Señor ilustrado: Transición (2.1–17)
A. La alarma suena (2.1)
B. El ejército invade (2.2–11)
C. La amonestación a arrepentirse (2.12–17)
III. El día del Señor descrito: Escatológico (2.18—3.21)
A. Introducción (2.18–20)
B. Restauración material (2.21–27)
C. Restauración espiritual (2.28–32)
D. Restauración nacional (3.1–21)
John MacArthur, El Manual Bíblico MacArthur: Un Estudio Introductorio a la Palabra de Dios, Libro por
Libro (Nashville, TN: Grupo Nelson, 2016).

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