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El Fin Del Apretón de Manos El Virus Visto Desde La Antropología
El Fin Del Apretón de Manos El Virus Visto Desde La Antropología
antropología
elpais.com/cultura/2020/03/25/babelia/1585148542_239017.html
March 25,
2020
Joe Biden y Bernie Sanders sustituyeron el habitual apretón de manos por un saludo con el codo en el
debate demócrata del 16 de marzo en Washington. Kevin Lamarque/Reuters
TRIBUNA i
Los humanos hemos evolucionado como seres profundamente sociales, cuya necesidad
de tocar y ser tocados, de conversar, debatir y reír juntos, de sonreír y coquetear unos
con otros, y de interactuar en grupos es fundamental para una vida saludable. El
funcionamiento mismo de nuestro sistema biológico, de las hormonas y las encimas que
circulan por nuestras arterias, nuestros intestinos y otros órganos, está ligado a nuestras
conexiones y relaciones sociales con los demás. Innumerables experimentos y
experiencias reales demuestran que eliminar estas inmersiones diarias en la actividad
social debilita las infraestructuras corporales de la salud física y mental. Cuando los seres
humanos están aislados, ocurren cosas malas; aparecen depresiones fisiológicas y
psicológicas, disminuye la función inmune, se producen dolores intestinales y
dificultades cognitivas, entre otros efectos.
Lo que estamos poniendo en peligro no es solo esta tendencia a estar y trabajar juntos
fruto de la evolución, sino también milenios de cultura. Ahora todo esto tiene que
cambiar, al menos durante un tiempo. Esta perturbación de los aspectos cotidianos más
sociales y constantes de nuestra vida está afectando a todas las culturas del planeta. Este
estremecedor desplazamiento de lo que significa ser español, italiano, coreano, chino o
de cualquier otra nacionalidad también causa estrés a nuestra mente y, por lo tanto, a
nuestra salud.
Sin embargo, los seres humanos tenemos la capacidad de enfrentarnos a los desafíos
mentales, físicos y culturales que se nos presentan. A lo largo de los últimos dos millones
de años hemos evolucionado, pasando de ser pequeñas criaturas simiescas desnudas
sin colmillos, cuernos ni garras, que disponían solamente de unos cuantos palos y
piedras para protegerse, a convertirnos en creadores de ciudades y naciones, economías
globales, aviones, ordenadores, procesadores de alimentos, grandes obras de arte y
miles de delicias culinarias. Estas hazañas las hemos llevado a cabo apoyándonos los
unos en los otros. Compartimos una historia evolutiva de densa cooperación y ayuda
mutua, de sortear juntos las dificultades de la vida e imaginar y crear nuevas
posibilidades. Llevamos escritas la vida social y la innovación en nuestra neurobiología y
nuestra fisiología. Ellas nos brindan la herramienta para resolver los retos que la era del
coronavirus plantea a nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestra cultura.
Por ejemplo, en el mundo actual la vida social no se limita a las personas que tenemos
cerca. Hemos creado la capacidad de llegar al otro lado de la calle y al otro extremo del
planeta sin abandonar nuestro aislamiento físico. En estos momentos tenemos que
desarrollar usos nuevos e imaginativos de las redes sociales, los teléfonos móviles y otros
dispositivos que se puedan conectar a Internet para remodelar y rehacer nuestra vida
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social. Si bien mucha gente desaprueba la entrada invasiva de la Red en nuestra vida
diaria como un factor que altera el contacto social y fomenta el aislamiento, podemos
darle la vuelta y utilizarlo a nuestro favor. Tenemos la posibilidad de emplear estas
tecnologías, aplicaciones y formas de comunicación para conectarnos, socializar y
compartir la empatía, la alegría y el conocimiento necesario. Podemos utilizar estos
espacios para celebrar nuestras tradiciones culturales, incluso cuando es imposible
hacerlo cara a cara. En compañía de nuestros amigos más queridos podemos disfrutar
de una copa, hablar de política y debatir sobre la película que acabamos de ver cada uno
en su portátil, a pesar de encontrarnos en habitaciones de diferentes continentes
separadas por miles de kilómetros.
"La vida social electrónica no es como estar juntos en persona, pero alimenta nuestros
sistemas neurobiológicos y emocionales"
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nuevas frases y movimientos del cuerpo, y que se difundan por las poblaciones y las
sociedades. Los seres humanos somos creativos e imaginativos, y desarrollar nuevas
formas de sociabilidad ha sido y seguirá siendo algo que se nos da muy bien.
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