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EL USO DE MODELOS EXPERIMENTALES EN LA ENSEÑANZA

DE GEOLOGÍA ESTRUCTURAL (II)


APLICACIÓN A LA DEFORMACIÓN DISCONTINUA
Experimental modelling in theaching Structural Geology (II)
Application to discontinuous deformation
C. L. Liesa (1), T. Román (2), L. E. Arlegui (1), A. L. Cortés (1) y A. Gil (1)

RESUMEN:

La modelización experimental tiene actualmente gran auge como herramienta para la comprensión
de la mecánica de la litosfera y de las estructuras discontinuas que aparecen en ella. En la enseñanza de
la geología estructural se muestra como un instrumento eficaz para motivar al alumnado y facilitarle la
observación directa de los principales procesos tectónicos. En este trabajo se usan dispositivos experi-
mentales simples que permiten reconstruir, analizar y comprender las principales estructuras tectonicas
(fallas direccionales, normales e inversas, cabalgamientos y pliegues) y algunos regímenes tectónicos
(extensión y compresión uniaxial y extensión multidireccional). Los resultados y observaciones se adap-
tan a los niveles de enseñanza de educación secundaria y universitaria.

ABSTRACT:

At present, experimental modelling is a powerful tool both to understand the mechanics of the lithosp-
here and in the teaching of Structural Geology. It enhances serendipity in students because of the facili-
ties given to the direct observation of the main tectonic processes. In this work we use simple experimen-
tal dispositives to reconstruct, analyze and understand the main tectonic structures (strike-slip, normal
and reverse faults, thrusts and folds) and some tectonic regimes (uniaxial extension, uniaxial compres-
sion, and multidirectional extension). The results and observations are adapted to secundary school and
university levels.
Palabras clave: Modelización experimental, deformación discontinua, falla direccional, falla normal, falla in-
versa.
Keywords: Experimental modelling, discontinuous deformation, strike-slip fault, normal fault, reverse
fault.

INTRODUCCIÓN de vista de la repartición de fuerzas, de la reología y


de las condiciones de desplazamiento en los límites
Ya en el siglo pasado se empezaron a reproducir del modelo (Vendeville, 1987). La tectónica experi-
en el laboratorio algunos fenómenos tectónicos, ta- mental cuantitativa está actualmente en pleno auge
les como la formación de pliegues, fallas, diaclasas en el campo de la investigación.
y esquistosidad (Daubrée, 1871). En una primera
etapa, estas experiencias fueron puramente cualita- La modelización cualitativa de procesos tectóni-
tivas. Paulatinamente, se han intentado realizar mo- cos mediante maquetas posee una dimensión adi-
delos respetando las reglas de similitud y de esta cional en su faceta como herramienta docente. Es
forma se ha llegado a aplicar a los modelos paráme- bien conocida por el profesorado la necesidad de re-
tros precisos que permiten el estudio matemático ri- alizar actividades prácticas que acerquen al alumno
guroso de los fenómenos (Mattauer, 1976). La fina- a la realidad de los conceptos impartidos. La reali-
lidad de estos modelos analógicos en geología es zación de maquetas de sencilla elaboración en el la-
precisar mejor la evolución, las causas y los meca- boratorio es un útil de primer orden en el proceso
nismos de los procesos geológicos causantes de las de aprendizaje de la geología estructural, puesto
estructuras observadas en la naturaleza. La modeli- que permite la observación directa de las condicio-
zación analógica permite además la adquisición de nes necesarias para la formación de las principales
parámetros asociados a los procesos tectónicos (ge- estructuras, su nucleación y desarrollo e incluso de
ometría tridimensional, mecanismos, velocidades y cómo se suceden unas a otras. Este tipo de expe-
tiempos), parámetros a menudo de difícil deducción riencias sigue las indicaciones del MEC en cuanto
a partir del análisis de los datos reales (campo o sís- que para el alumno de Enseñanza Secundaría la Ge-
mica). El principio de la modelización analógica es ología ha de aparecer en su caracter empírico y pre-
construir modelos dimensionados, lo más próximos dominantemente experimental, a la vez que en su
posibles a sus equivalentes naturales, desde el punto construcción teórica y de modelos.

(1) Dpto. de Geología, Fac. de Ciencias, Universidad de Zaragoza. 50009 Zaragoza


(2) Dpto. de Geodinámica, Fac. de Ciencias, Universidad del Pais Vasco. Apartado 644. 48080 Bilbao

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I.S.S.N.: 1132-9157
En este trabajo se describen y se dan las pautas
necesarias para la realización de una serie de ma-
quetas que reproducen la formación de las principa-
les estructuras tectónicas de carácter discontínuo.
Se describen los experimentos de simulación de zo-
nas de desgarre, fallas normales e inversas y cabal-
gamientos. Para ello será necesario hacer varias ex-
periencias con diferentes regímenes tectónicos
(extensión y compresión uniaxial y extensión multi-
direccional). Las maquetas permitirán estudiar la
disposición y la geometría de las estructuras resul-
tantes y los parámetros que las condicionan. 1
DEFORMACIÓN SUPERFICIAL ASOCIADA
A UNA FALLA DE DESGARRE EN PRO-
FUNDIDAD: EL EXPERIMENTO DE
RIEDEL

En la naturaleza, la deformación de las rocas no


se produce siempre de una forma continua (como
los pliegues) sino que frecuentemente se realiza
2
mediante fracturación de una forma discontinua, a
través de superficies discretas en las que se pierde
la cohesión original de la roca. Las estructuras re-
sultantes de este comportamiento frágil (frecuente
en la corteza superior) por el cual unos bloques de
roca se diferencian de otros, son las diaclasas y las
fallas (Hobbs et al., 1981). Estas últimas son dis- 3
continuidades planas entre bloques de roca que se
han desplazado uno respecto del otro en una direc-
ción paralela a la discontinuidad. Atendiendo al tipo
de movimiento relativo de los bloques respecto al Figura 1. Tipos de fallas atendiendo al movimiento
plano de falla, se clasifican en fallas normales, in- relativo de los bloques. 1) falla normal; 2) falla in-
versas y direccionales o de desgarre (Fig. 1). versa y 3) falla direccional sinestral. Modificada
de Mattauer (1976, p. 81).
El objetivo de esta reconstrucción es analizar el
efecto de la cizalla producida en el movimiento de
una falla direccional en el zócalo de comportamien- var las estructuras menores que aparecen en super-
to frágil sobre una cobertera de comportamiento ficie y los efectos que producen sobre los marcado-
más dúctil que la recubre. A pequeña escala, puede res así como las variaciones que sufren las estructu-
representar las bandas en las que se resuelve la pe- ras ya formadas al progresar la deformación.
queña deformación plástica que antecede a la rotura Resultados
de la roca y a la formación de una falla visible.
La cizalla inducida por el desplazamiento de las
Procedimiento experimental tablas (basamento) se puede manifestar en la torta
El experimento de Riedel (Cloos, 1928; Riedel, de arcilla (cobertera) por la aparición de los si-
1929) reconstruye la deformación esperable en tales guientes tipos de estructuras menores (Fig. 2B y C):
condiciones con dos tablas (zócalo frágil), que se (1) una familia de pequeñas fracturas, con igual
hacen deslizar una respecto de la otra, sobre las sentido que el accidente de “zócalo”, que se forman
cuales se coloca una torta de arcilla (cobertera de a un ángulo de 15° respecto a ésta (fracturas R de
comportamiento más ductil) de unos pocos centí- Riedel, 1929); (2) otra familia de sentido contrario,
metros de espesor. El dispositivo experimental es a unos 75° del mismo (fracturas R’); (3) grietas de
mostrado en la figura 2A y el procedimiento experi- extensión (fracturas T) a 45° de la banda de cizalla;
mental se basa en realizar sucesivos desplazamien- (4) una familia de microfallas (P), con igual sentido
tos entre las tablas. El diseño de un dispositivo si- de desplazamiento que la cizalla principal y con
milar se detalla en el trabajo de Bonito (1997). disposición simétrica respecto a las R; (5) pliegues
(p) a -45° de la fractura principal; (6) planos de es-
Para ver como progresa la deformación en la quistosidad (S) con la misma orientación que los
torta de arcilla es recomendable usar una serie de pliegues (Cloos, 1928; Ramsay, 1977; Wilcox et
marcadores débilmente impresos de forma que no al., 1973; Dresen, 1991). No obstante en la mayoría
controlen posteriormente la localización de las es- de las experiencias, y dependiendo de las condicio-
tructuras. Estos pueden ser una serie de líneas per- nes impuestas (esencialmente espesor y humedad
pendiculares a la fractura de zócalo y/o circunferen- de la torta de arcilla, diferenciación o no de capas
cias alineadas sobre esta última. en ella y velocidad de la deformación), sólo apare-
En cada uno de esos estadios se deberán obser- cerán algunas de las estructuras anteriores.

Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 1997. (5.3) 227


Tabla que asegura un
desplazamiento paralelo
Sentido de al contacto entre las
la cizalla dos tablas
marcadores
pasivos
Fracturas Torta de
arcilla

A cid
o
Caja confeccionada
con tablas

R' 45o
du
σ
1 In

R
B
C R' R
P T

S, p

Figura 2. A- Dispositivo experimental utilizado en la reproducción del experimento de Riedel. B- Estructuras


más frecuentes y detalle de las mismas. C- Conjunto de estructuras que pueden aparecer en una zona de ciza-
lla.
En el experimento se va aumentando progresiva- Los alumnos podrán ser divididos en grupos de
mente el desplazamiento relativo de las dos tablas tres o cuatro personas que realizarán el experimento
que sustentan la torta de arcilla (Fig. 3). En el esta- en distintas condiciones iniciales (espesor, hume-
dio 1 de evolución, no aparecen estructuras aprecia- dad, etc.). Esto permitirá comparar los resultados y
bles en la superficie de la torta de arcilla y la defor- hacer distintos tipos de observaciones que pueden ir
mación se resuelve internamente en ella. En el enfocadas a niveles docentes unas veces de educa-
estadio 2, aparecen la familia de fracturas de cizalla ción secundaria y otras de universidad.
R bien desarrollada y, a continuación, la familia de A nivel de educación secundaria los alumnos
fracturas R’, normalmente menos desarrollada, que deberán llegar a reconocer las distintas estructuras
desplazarán los marcadores. Más tarde, estadio 3, se que aparecen y el orden secuencial de las mismas
empiezan a desarrollar las microfallas P y las grietas así como su evolución una vez formadas. Conocer
tensionales (fracturas T). Así mismo, se podrán ge- como influyen las distintas variables del modelo
nerar pliegues, reflejados en el experimento como (esencialmente espesor de la torta de arcilla, condi-
crestas y valles de la torta de arcilla, y en situaciones ciones de humedad, tasa de deformación) en el re-
especiales esquistosidad. A la vez que progresa el sultado final obtenido. En el caso de la variación
desplazamiento, y asociada a la cizalla inducida, las del espesor de la cobertera (torta de arcilla) y sus
estructuras anteriores deberían sufrir una rotación condiciones de humedad puede resultar muy inte-
ganando ángulo respecto del plano principal. Sin resante la comparación de los resultados de los di-
embargo, durante el procedimiento experimental es- ferentes modelos obtenidos por los distintos grupos
te giro se realiza en sentido contrario. En el estadio de alumnos.
final, aparece la fractura principal, por rotura de los
puentes de arcilla entre distintas fracturas, con la A nivel universitario además, puede resultar in-
misma orientación que la fractura del zócalo. teresante comparar nuestros resultados con los obte-

228 Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 1997 (5.3)


A Esfuerzo
Desplazamiento
B Estadio 1

Estadio 2
Estadio 1
Estadio 2
Esfuerzo (T)

Estadio 3
Estadio 3

Estadio Final
Estadio Final

Desplazamiento (D)
Figura 3. Experimento de deformación progresiva en una banda de cizalla. A- Gráfico esfuerzo (T)-desplaza-
miento (D). B- Cuatro estadios en el desarrollo de la cizalla: estadio I, deformación interna “pre-pico”; esta-
dio II, estructura “de pico”; estadio III, estructura “post-pico” y estadio final, estructura residual. Modifica-
do de Tchalenko (1970).

nidos por Fabre y Robert (1975) que rehicieron el miento. Las fallas inversas están relacionadas con
experimento discriminando entre dos situaciones etapas compresivas y acompañan al plegamiento.
diferentes: (a) el caso de una “cobertera” delgada y Cuando el plano de falla está muy poco inclinado se
bien adherida al “zócalo” y (b) el de una “coberte- denomina cabalgamiento. El desplazamiento co-
ra” de gran espesor y baja adherencia. Los resulta- rresponde a un acortamiento.
dos más destacados obtenidos por estos autores son: Las experiencias realizadas con arena propor-
En el caso (a) la falla del zócalo acaba apareciendo cionan buenos modelos de fallas, siendo Hubbert
en la cobertera al progresar la deformación y rom- (1961) uno de los precursores en la realización de
perse los puentes de arcilla entre las fracturas R; en este tipo de modelos. En estas experiencias se utili-
este caso la familia R’ alcanza un desarrollo míni- za la arena como material frágil representativo de la
mo y puede no llegar a aparecer. En el caso (b) se corteza superior. Con el experimento que a conti-
produce un despliegue más homogéneo tanto de las nuación se detalla se podran observar:
fracturas R como de las R’. Otro aspecto incluiría la
comparación de los resultados obtenidos para con- - las condiciones necesarias para la formación
diciones similares y distintas velocidades de defor- de fallas inversas y cabalgamientos, así como de fa-
mación así como la comparación del conjunto de llas normales y grábenes.
resultados con los obtenidos por Tchalenko (1970) - la nucleación y el desarrollo progresivo de di-
que separa tres estadios de evolución de acuerdo chas estructuras.
con las estructuras que aparecen y con el gráfico de
El alumno podrá observar un proceso continuo
esfuerzo-desplazamiento obtenido en la propia ex-
en el que aplicando unas condiciones determinadas
periencia de laboratorio (Fig. 3).
a los límites de la maqueta, contexto compresivo, se
forman fallas inversas y cabalgamientos. Cambian-
RECONSTRUCCIÓN EXPERIMENTAL DE do las condiciones en los límites, contexto distensi-
FALLAS NORMALES E INVERSAS: LA vo, podrá observar la formación de fallas normales
CAJA DE ARENA y grábenes.

Cuando las rocas son frágiles la deformación no


puede manisfestarse más que por planos de rotura, Procedimiento experimental
es decir fallas (Mattauer, 1976). Los diferentes ti- El dispositivo experimental consta de una caja
pos de fallas corresponden a distintos tipos de mo- de madera de dimensiones recomendadas 55x35x20
vimientos relativos de los bloques (ver Fig. 1). Las cm, cuyas paredes laterales son de cristal, lo que
falla normales se suelen originar por efectos de des- permite observar la deformación en corte durante la
compresión después de un engrosamiento cortical o experiencia. Otras dimensiones de la caja y la forma
asociadas a fosas tectónicas o grábenes. El despla- de confección de la misma pueden encontrarse en
zamiento que se produce corresponde a un estira- Bonito (1997). Dentro de la caja se dispone un pis-

Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 1997. (5.3) 229


pistón o paredes transparentes
pared móvil (vidrio o plástico)
con placa basal
varilla caja
roscada

mesa

Cabalgamiento Cabalgamiento
principal
permanente
frontal
transitorio
Levantamiento
B
inicial
arena

Figura 4. A- Dispositivo experimental de la caja de arena. B- Estadio inicial de la deformación en contexto


compresivo. Modificado de Tondji Biyo (1995).

tón o pared móvil unida a una placa basal (Fig. 4A). pasa la tela de la que se tira con una manivela o ro-
En el extremo de la placa basal será donde se inicie dillo (Malavieille, 1984).
el acortamiento o estiramiento y donde se nucleen La arena se introduce en la caja y se extiende
las estructuras. El pistón se mueve con una manivela con una tablilla hasta conseguir una capa de espesor
acoplada a una varilla roscada en un sentido o en constante (aproximadamente 1cm). Sobre ésta se si-
otro en función del tipo de régimen tectónico (com- túa arena de otro color y se extiende de nuevo. El
presivo o extensivo) que se quiera reproducir. proceso se repite varias veces obteniendo una alter-
A lo largo de las paredes laterales se produce un nancia de arena de diferentes colores a modo de es-
frotamiento que da lugar a esfuerzos tangenciales, tratos, lo que permitirá una mejor observación de
este efecto puede ser reducido lubrificando las pare- las estructuras en corte. La arena se colorea con una
des con un producto limpiacristales. La arena repo- pequeña cantidad de tinta china o bien de azul de
sa directamente bien sobre la base de la caja bien metileno disueltos en agua. Después de impregnar
sobre la placa basal móvil. De esta forma, en el la arena de forma homogénea se deja secar bien. El
contacto arena-caja existirá rozamiento, mientras proceso de secado puede ser acelerado con un hor-
que la parte de modelo que reposa sobre la placa se- no. Si se dispone de un tamiz, se recomienda tami-
rá transportada pasivamente a lo largo del proceso. zar la arena a una granulometría determinada (<
Este dispositivo experimental ha sido utilizado am- 500 mm) con el fin de localizar mejor las estructu-
pliamente por los investigadores (Krantz, 1991; ras. El espesor del modelo deberá estar compredido
Tondji Biyo, 1995). entre 3 y 6 cm para asegurar una buena observación
Existen otros dispositivos experimentales utili- de las estructuras.
zados para la realización de este mismo tipo de ex- La deformación podrá ser observada a lo largo
perimento (Malavieille, 1984; Vendeville, 1987; de la experiencia tanto en superficie como en corte
Tondji Biyo, 1995), estos modelos se diferencian a través de las paredes laterales. Si una de las pare-
principalmente en las condiciones en los límites de des laterales puede ser desatornillada, al terminar la
la caja que imponen el régimen tectónico (placa experiencia y tras mojar el modelo podremos reali-
móvil, tela, lámina elástica, etc.). Uno de ellos ha zar una serie de cortes seriados que permitan obser-
sido utilizado ya tanto en enseñanza Universitaria var las estructuras profundas. Para mojar el modelo,
como en Medias debido a la fácil concepción del una vez terminado el experimento, se preserva su
aparato. Este último consta de una tela móvil situa- superficie añadiendo arena de color diferente al úl-
da en la base del modelo en lugar de la placa basal. timo estrato. Es importante no saturar demasiado la
En este caso será necesaria una ranura en la base de arena para evitar que el agua la arrastre y el modelo
la caja (situada en el centro de la misma) por la que se desmorone.

230 Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 1997 (5.3)


Resultados minar la experiencia, el accidente más reciente pre-
Con el desarrollo del presente experimento se po- senta un buzamiento de sólo 20∞ (Fig. 5). La zona
drá observar en superficie la aparición y evolución deformada cabalga progresivamente sobre el domi-
de la traza de las distintas estructuras, así como la ge- nio no deformado. El cabalgamiento principal suele
neración de relieve. Así mismo, podrá observarse en presentar una traza única en superficie. En corte, es-
corte cómo continuan en profundidad dichas estruc- te cabalgamiento atraviesa todo el espesor del mode-
turas y qué buzamientos presentan, obteniendo así lo variando su buzamiento (Fig. 5). La estructura fi-
una visión tridimensional de las estructuras. nal del modelo es un anticlinal asimétrico que verge
hacia el dominio no deformado (Tondji Biyo, 1995).
En contexto compresivo, la tasa de acortamien-
to final recomendada será del 20%, lo que supone La estructuración del modelo dependerá del es-
empujar el pistón 10 cm si el modelo tiene una lon- pesor del mismo. Cuanto más potente sea el mode-
gitud inicial de 50 cm. Desde el inicio de la defor- lo, menor será el número de fallas, mayor el espa-
mación aparecen dos fallas inversas en la superficie ciado entre ellas y mayor la anchura del dominio
de los modelos. Estas fallas presentan vergencias deformado.
opuestas y se enraizan en la base del modelo, en el En contexto distensivo, la tasa de estiramiento
límite de la placa basal, dando lugar a un levanta- final recomendada será de un 2,5 %, lo que supone
miento inicial (pop up) (Fig. 4B). Los buzamientos estirar del pistón 1 cm si el modelo tiene una longi-
iniciales de estas dos fallas están en torno a 30∞. tud inicial de 40 cm. Desde el inicio de la deforma-
Éstas dividen el modelo en tres dominios (Tondji ción aparecen dos fallas normales en la superficie
Biyo, 1995): 1) un dominio no deformado encima del modelo. Estas fallas presentan vergencias
de la placa basal y limitado por delante por la falla opuestas y se enraizan en la base del modelo, en el
inversa vergente hacia el pistón que dara lugar al límite de la placa basal, dando lugar a un graben.
cabalgamiento principal permanente, 2) un dominio Los buzamientos iniciales de estas dos fallas se
deformado que engloba los dos accidentes, y 3) una aproximan a 60∞. Al igual que en el caso anterior
zona externa, o dominio frontal, que se irá defor- la maqueta queda dividida desde el principio en tres
mando progresivamente. dominios, separados en este caso por fallas norma-
La deformación se continúa hacia el dominio les que constituirán dos accidentes principales per-
frontal mediante el emplazamiento de cabalgamien- manentes.
tos que se van sucediendo, siendo más reciente el La deformación continúa dentro el dominio de-
más externo. Por otro lado, el dominio no deforma- formado mediante la aparición de nuevas fallas nor-
do es cabalgado por el accidente principal. males que se suceden paralelas a la falla que limita
Al final de la experiencia, las trazas de los acci- la zona externa (Fig. 6), siendo más reciente la más
dentes en superficie son relativamente rectilíneas, a interna. De esta manera el dominio deformado se
veces se unen unas con otras mediante segmentos ensancha progresivamente.
con componente direccional y cabalgante que cons- Al final de la experiencia, las trazas de los acci-
tituyen rampas oblicuas. En la serie frontal, el espa- dentes en superficie son rectilíneas. Los dos domi-
ciamiento entre los cabalgamientos crece sensible- nios no deformados, el situado encima de la placa
mente hacia la zona externa (Fig. 5). La evolución móvil y el externo, quedan intactos, limitados por
del sistema frontal corresponde a un transporte pasi- las dos fallas iniciales. En corte, las fallas atravie-
vo de los primeros accidentes ya inactivos a lo largo san todo el espesor del modelo (Fig. 6). La estructu-
de la rampa principal. Estos accidentes sufren una ra final es un graben asimétrico, con mayor desarro-
rotación pasiva que aumenta su buzamiento. Al ter- llo de fallas hacia el dominio externo.

Figura 5. Estado de la deformación al final de la experiencia en contexto compresivo. Vista en corte. Acorta-
miento del 20 %. 1 a 7 indica la secuencia de formación de los cabalgamientos de la serie frontal. Sacado de
Tondji Biyo (1995).

Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 1997. (5.3) 231


Figura 6. Estado de la deformación al final de la experiencia en contexto distensivo. Vista en corte. Estira-
miento del 2,5 %. El pistón está situado a la derecha.

En este caso la estructuración del modelo tam- Procedimiento experimental


bién dependerá del espesor del mismo, por lo que El dispositivo experimental consta de un arma-
sería interesante que los alumnos distribuidos en zón base taladrado que permite el paso del conducto
grupos hicieran ambos experimentos con distintos de aire hasta el globo (Fig. 7). Sobre la plataforma y
espesores, de forma que pudiesen comparar las di- conectado a la toma de aire se coloca un globo de-
ferencias en la estructuración final de los modelos sinflado. Simón Gómez et al. (1988) proponen el
en función de la variación de este parámetro. uso de globos de diferentes formas (esféricos y alar-
En función de los distintos niveles de aprendiza- gados) de modo que se pueda simular el efecto de
je estos resultados podrán explotarse en mayor o diferentes tipos de domos. Sobre el globo se coloca
menor grado. Así, los alumnos de enseñanza secun- una lámina elástica, sujeta por un sistema de abra-
daria deberán ser capaces de observar las diferencias zaderas, que impide el contacto directo del globo
entre fallas normales y grábenes, y fallas inversas y con los materiales que van a simular la cobertera.
cabalgamientos, tanto en su geometría como en las Ésta última se modeliza con arcilla o con una mez-
condiciones de formación. cla de arcilla y arena (Simón Gómez et al, 1988,
Los alumnos de enseñanza superior deberán ser usaron una mezcla de arcilla-38%- y arena 62%).
capaces de observar cómo evolucionan ambos siste- Es posible simular una situación de zócalo-coberte-
mas en su conjunto, determinar la secuencia de apa- ra disponiendo dos capas diferentes, en este caso se
rición de las diferentes estructuras tanto en superfi- recomienda que la capa inferior sea siempre de arci-
cie como en corte, cómo se interrelacionan dichas
estructuras y cómo evolucionan a lo largo del expe-
rimento, manteniéndose activas, rotando pasivamen-
te o quedando inmediatamente inactivas tras su for-
mación. En este caso sería interesante ver los cortes
seriados del experimento, lo que permitiría asegurar-
se de haber eliminado todos los efectos de borde en
la observación de las estructuras en profundidad.
Globo
RECONSTRUCCIÓN EXPERIMENTAL DE
LA EXTENSIÓN MULTIDIRECCIONAL:
El experimento de Simón Gómez et al. (1988)

Esta experiencia simula la deformación que


aparece en la cobertera asociada al desarrollo de un 5 15 25 cm
domo bajo la misma. Se pretenden analizar las rela-
ciones entre la fracturación inducida en la cobertera
a lo largo del desarrollo del domo y la geometría Lámina elástica
del mismo. Este experimento fue realizado por Si- Torta de arcilla

món Gómez et al. (1988) para estudiar la fractura-


Globo

ción generada en un campo de esfuerzos de disten-


sión radial o multidireccional. En la naturaleza este
tipo de deformación puede asociarse al desarrollo
de un cuerpo intrusivo plutónico, un diapiro, o a un tubo de goma

abombamiento cortical relacionado con la dinámica


tectónica. En este experimento la presencia de dis-
continuidades previas puede controlar el patrón de entrada de aire
fracturación resultante del abombamiento. Figura 7. Esquema del dispositivo experimental pa-
Aunque la experiencia fue diseñada fundamen- ra la simulación del desarrollo de un domo.
talmente con fines de investigación, la relativa sen- Un modelo parecido había sido utilizado ya ante-
cillez del dispositivo y la calidad de las observacio- riormente por Hans Cloos para producir un abom-
nes que se pueden efectuar la convierten en una bamiento que explicase el origen de un sistema de
herramienta didáctica muy válida. fallas en el valle del Alto Rin.

232 Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 1997 (5.3)


A B C

Figura 8. Esquemas idealizados de varios casos experimentales. A- Caso de un domo alargado sin presencia
de fracturas previas. B- Caso de un domo circular con presencia de fracturas previas. C- Caso de un domo
alargado con presencia de fracturas previas. La situación de las fracturas previas está señalada con trazo
gris grueso. La realización de secuencias de esquemas similares a estos (o bien fotos seriadas) durante el de-
sarrollo del experimento resulta muy recomendable.

lla y la superior de arena. Se pueden situar disconti- cm se obtuvo un conjunto inicial de fracturas parale-
nuidades en el zócalo para observar el efecto de la lo al eje mayor del domo. En una etapa posterior (le-
presencia de estas fallas previas en la geometría de vantamiento de 3.2 cm) aparece un nuevo conjunto
la fracturación en cobertera. de discontinuidades en ángulo recto con las anterio-
Resultados res (Fig. 8A). Esta es una característica de especial
interés, ya que refleja la abundancia de patrones orto-
El principal objetivo en esta práctica es la ob- gonales de fracturación en situaciones distensivas.
servación de las fracturas que aparecen en la cober-
tera, su secuencia de propagación y las relaciones En un segundo experimento Simón Gómez et al.
geométricas entre las estructuras resultantes y las (1988) contemplan la presencia de discontinuidades
condiciones de partida impuestas en el experimen- previas afectando a una capa inferior de arcilla repre-
to: grado de inflado, forma del globo y la presencia sentativa de un zócalo rígido. En este caso se observa
o no de discontinuidades previas. Por tanto, se im- un claro control de las discontinuidades previas de zó-
pone la observación cuidadosa a lo largo de todo el calo sobre la orientación de las nuevas fracturas que
proceso, siendo recomendable hacer hincapie en los aparecen en la capa de arena (cobertera) (Fig. 8B y C).
sucesivos estadios de desarrollo de la fracturación. Para un nivel docente de enseñanza secundaria,
Un ejemplo de desarrollo de este experimento basta con subrayar la relación entre la distensión
podemos encontrarlo en el trabajo de Simón Gómez producida por el domo y la generación de fracturas.
et al. (1988). El dispositivo se configuró de una de En un nivel de enseñanza universitaria se harán ob-
las formas más simples posibles, una capa de arcilla servaciones sobre la geometría de la fracturación
(con un contenido de agua del 18%) de 1 cm de es- (modelos radiales y ortogonales de fracturación),
pesor sin discontinuidades previas sobre un globo presencia de perturbación de esfuerzos por fractu-
alargado. En primer lugar, con un levantamiento de 2 ras previas y secuencia de propagación.

Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 1997. (5.3) 233


CONSIDERACIONES FINALES este trabajo constituyen o han constituido parte del
programa de prácticas de la asignatura de Geología
Se han presentado tres dispositivos experimen- Estructural del 5º curso de la Licenciatura en Cien-
tales que permiten emular la formación y evolu- cias Geológicas de la Universidad de Zaragoza im-
ción de diferentes tipos de estructuras disconti- partida por el Dr. José Luis Simón.
nuas. Los tres modelos permiten la observación de
aspectos geométricos de cada tipo de deformación, BIBLIOGRAFÍA
como la orientación de fracturas y distintos tipos
de fallas (direccionales, normales, inversas y ca- Bonito, J. (1997). Deformación de las rocas de la corteza te-
rrestre. Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 5 .2, 149-158.
balgamientos) en relación a las condiciones de Cloos, H. (1928). Experiment zur inneren Tektonic. Cen-
contorno impuestas en cada experimento. Otro as- tralbl. f. Mineral u. Pal., 1928 B, 609-621.
pecto geométrico de interés es cómo las estructu- Daubrée, A. (1871). Etudes synthétiques de Géologie expéri-
ras desarrolladas afectan a marcadores pasivos. Fi- mentale. Mém. Carte géol. France.
Dresen, G. (1991). Stress distribution and the orientation of
nalmente la distribución del patrón resultante de Riedel Shears. Tectonophysics, 188, 239-247.
todo el conjunto de estructuras desarrolladas (tan- Fabre, D. y Robert, J.P. (1975). Analyse expérimentale des
to menores como mayores). ruptures de la couverture liées à un movement décrochant du ro-
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A diferencia de los aspectos geométricos obte- Hobbs, B.E., Means, W.D. y Williams, P.F. (1981). Geolo-
nidos en los modelos, que pueden ser comparados gía Estructural. Ed. Omega. Barcelona, 518 p.
con las estructuras observadas directamente en el Hubbert, M. K. (1961). Mechanical basis for certain familiar
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campo, los aspectos cinemáticos, de muy difícil o Krantz, R. W. (1991). Normal fault geometry and fault reac-
nula observación en la naturaleza, tienen una vi- tivation in tectonic inversion experiments, in: A. M. Roberts, G.
sualización directa durante el proceso de modeli- Yielding & B. Freeman eds. The geometry of normal faults. Geo-
zación. logical Soc. Special Publication, 56, 219-229.
Malavieille, J. (1984). Modélisation expérimentale des che-
Entre los aspectos cinemáticos destacamos: 1) vauchements imbriqués: application aux chaînes de mantagnes.
la deformación progresiva y la sucesión y evolución Bull. Soc. géol. France (7), XXVI, 1, 129-138.
de las diferentes estructuras que aparecen en una Mattauer, M. (1976). Las deformaciones de los materiales de
la corteza terrestre. Ed. Omega. Barcelona, 524 p.
banda de cizalla, 2) la formación y evolución de fa- Ramsay, J.G. (1977). Plegamiento y fracturación de las ro-
llas normales, inversas y cabalgamientos y su se- cas. H. Blume ediciones. Madrid, 590 p.
cuencia de aparición, y 4) la secuencia de forma- Riedel, W. (1929). Zur mechanik geologischer Brucherschei-
ción de las distintas familias de fracturas asociadas nungen. Centralbl. f. Mineral. u. Pal., 1929 B, 354-368.
Simón Gómez, J. L., Seron, F. J. and Casas, A. M. (1988).
al abombamiento de la cobertera. Stress deflection and fracture development in a multidirectional
Además del interés docente de la experimenta- extension regime, mathematical and experimental approach with
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ción en Geología Estructural al permitir llegar a Tchalenko, J. S. (1970). Similarities between shear zones of
comprender procesos que tienen lugar en periodos different magnitudes. Geological Society of America Bulletin, 81,
de millones de años, esta metodología es adecuada 1625-1640.
al permitir la observación de cómo se originan, de- Tondji Biyo, J. J. (1995). Chevauchements et bassins com-
pressifs. Influence de l’érosion et de la sédimentation. Modélisa-
sarrollan y asocian estructuras geológicas de muy tion analogique et exemples naturels. Mem. Géosciences Rennes,
diferentes escalas. 59, 426 p.
Vendeville, B. (1987). Champs de failles et tectonique en ex-
Agradecimientos tension. Modélisation experimentale. Mem. Géosciences Rennes,
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Agradecemos a los Drs. José Luis Simón Gó- Wilcox, R. E., Harding, T. P. and Seely, D. R. (1973). Basic
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este manuscrito. Las experiencias presentadas en Bulletin, 57, 74-96. ■

234 Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 1997 (5.3)

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