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KENNEDY
Módulo 1.-
Unidad 1.-
Soporte bibliográfico
Autores
Eduardo Mas Colombo - Alicia Risueño
1.- INTRODUCCIÓN
La ausencia de palabra de esos primeros años, potencia más aún la preeminencia del cuerpo
como manifestante de los distintos estados afectivos; inscribiéndose en él las primeras
emociones placenteras y displacenteras y dejando huellas que condicionarán las conductas
posteriores.
Veamos esto en una situación cotidiana. En plena calle céntrica a metros de nosotros una
fuerte frenada, un ruido ensordecedor que hace que por décimas de segundos nos paralicemos,
segundos después volteamos la cabeza hacia el lugar desde donde provino el ruido: “un
accidente automovilístico”. La emoción que sentimos en ese momento nos conmociona a cada
uno de los que hayamos presenciado el hecho de diferente manera. Es indiscutible que el haber
transitado anteriormente por idéntica situación o el identificar el impacto con algún momento de
nuestra historia significa para cada uno de nosotros algo diferente, y moviliza a cada uno
también de forma distinta. Pero no sólo lo que traemos en ese momento a nuestra memoria por
las experiencias pasadas sino también lo que significará a partir de ese momento presenciar
nuevamente una situación similar.
¿Pero que significa que algo nos conmociona? ¿Es acaso que nuestro psiquismo como
entelequia se ve afectado independientemente de nuestro cuerpo, y de lo que ha pasado en
nuestro entorno? Al paralizarnos, reaccionar, gritar o asustarnos, sentimos además taquicardia,
opresión en el pecho, sudoración, alteración de la presión arterial, obnubilación, miedo, angustia
etc.; hemos puesto en marcha varios mecanismos biopsicológicos.
También es cierto que poco sabemos acerca de lo que ocurre en nuestro cuerpo, y mucho
menos cuando éste funciona ajustadamente; es ahí cuando olvidamos más aún la compleja e
intrincada maquinaria humana, ya que no nos percatamos de todas las actividades que deben
ponerse en marcha para que todo parezca como si nada estuviera, pero estando. Nunca
pensamos, por ejemplo, acerca de la cantidad de músculos que se ponen en marcha para
realizar los movimientos que deberían realizarse para trasladarnos de un lugar a otro. Sólo
aquellos que por distintos motivos (traumatismos, parálisis, artritis, etc.) se ven impedidos de
llevar a cabo tal conducta tomaran conciencia de las limitaciones de su cuerpo, por ende
tomarán conciencia de “su cuerpo”; ya no como algo diferente a sí mismos sino como ellos
mismos. Un dolor físico se traducirá en algo más que un dolor del cuerpo, éste se instalará
en la totalidad del hombre, inundando su psiquismo, su mente y su vida de relación.
Es indiscutible que frente a un simple dolor de cabeza, nuestro humor cambia y nuestras
actividades se verán afectadas por ese dolor de cabeza y por nuestro malhumor.Pero también es
cierto que frente a un dolor psíquico, por ejemplo por la perdida de un ser querido, nuestro cuerpo
también se expresará con opresión en el pecho, que no es más que la expresión somática de la
angustia; podemos decir que la angustia se expresa en el cuerpo, “angostando” o estrechando
nuestro espacio vital.
Pero también frente a una situación social o por causas sociales, nuestro cuerpo y nuestro
psiquismo se afectan. Acontecimientos de la vida en sociedad o hechos que se producen en la
comunidad nos afectan, provocando diversas manifestaciones tanto corporales como psíquicas.
La Biopsicología explora la manera en que los estados y mecanismos del cuerpo y en especial
del Sistema Nervioso Central (SNC) controlan y modulan la conducta, así como la conducta
influye sobre los procesos corporales, ambos modificándose por las acciones del medio social y
del medio ambiente, al mismo tiempo que estos se modifican por las acciones del hombre.
Podemos analizar como el cuerpo enferma frente a la posibilidad de poner palabra a sus
emociones y sentimientos (somatización) o bien como la vida afectiva de un humano cambia a
partir de situaciones vitales, existenciales y sociales particulares.
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La Biopsicología se define como aquélla disciplina científica del campo de las neurociencias
que estudia las bases bióticas de la conducta a saber:
Los avances en las neurociencias aportaron grandes adelantos al estudio del comportamiento
humano y en especial a la psicología, ya que la Biopsicología como ciencia transdisciplinaria ha
permitido disminuir las dicotomías entre mente y cuerpo. De este modo toda manifestación del
hombre involucra a su cuerpo, su psiquismo, su mente y al medio social en el que se desempeña.
Es una dinámica permanente que supera, incluso, la dicotomía planteada por la medicina
psicosomática.
Ya que esta considera que existen una serie de trastornos de la salud, que guardan ciertas
características en común, como expresaría Ey H et al (1971, p85) "...encuentra como unidad
patológica a la vez una expresión fisiológica y una expresión psicológica manifiestamente
coordinadas". A este planteo del siglo pasado, nosotros agregamos los factores cognitivos y
sociales que también están presentes en la manifestación no sólo “patológica”, sino también en la
conducta “normal”, desde incluso, tiempo antes del nacimiento.
Los trabajos del grupo de Rosenzweig sobre el efecto de la complejidad estimular durante la
infancia, sobre determinados parámetros del comportamiento y la corteza cerebral demostraron
empíricamente algo que se venía proponiendo por biólogos, psicólogos y filósofos desde
principios de siglo: que el Sistema Nervioso ha de ser plástico, es decir, moldeable por la
experiencia, y sólo así se puede explicar el aprendizaje durante toda la vida del organismo.
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2.2 Ramas de la Biopsicología
Es importante detenernos un instante en este punto ya que el proceso ontogenético del sistema
nervioso es un proceso que se ve afectado desde su inducción en el ectodermo hasta la vejez.
Este proceso tiene una determinación genética evidente, sin embargo el mismo está sujeto a
modulación por los factores epigenéticos, es decir, los factores ambientales, entre ellos los
bioquímicos, la estimulación sensorial temprana, los factores sociales, tóxicos, drogas, etc., que
regulan la expresión de genes particulares, importantes para el desarrollo del cerebro y del
comportamiento. Es así cómo algunos cuadros psicopatológicos (esquizofrenia, autismo, dislexia,
etc) pueden tener un origen temprano en el proceso ontogenético como resultado de alteraciones
en el patrón de desarrollo del cerebro, por mutaciones genéticas, exposición a tóxicos, virus,
privación sensorial, social, etc.
En los albores del siglo XXI, el descubrimiento del genoma humano y su desciframiento, en el
marco de la Genética, abre nuevas perspectivas para la Biopsicología; pero sin lugar a dudas no
deja librado a lo genético todo el acontecer humano, ya que las situaciones socioeconómicas
también contribuyen en un porcentaje similar al desarrollo del hombre. Decir que en el cuerpo se
halla la respuesta de toda nuestra conducta es olvidar que el hombre es una unidad
biopsicosocial
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