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Ingreso y adaptación a la vida escolar

Los padres

Los primeros que han de afrontar el proceso de ingreso a la vida escolar, son los papás. Enfrentarse a
que el bebé ya creció y ahora es un niño cada vez más independiente, lo cual implica pequeñas pérdidas
para los papás, ya que en vez de estar las 24 horas con él/ella, ahora serán menos; que ahora serán las
misses quienes también estén al cuidado de él/ella, por lo que es muy entendible que los papás se
encuentren ansiosos, temerosos y preocupados en cómo será cuidado su pequeño, cómo lo van a tratar
sus compañeritos y cómo se desenvolverá él/ella… pero vayamos un poco más atrás…

Hasta ahora, todo o la gran mayoría de las situaciones y eventos relacionados a la Microtia, han
quedado en familia, pero como papás ¿cómo han reaccionado ante las preguntas y miradas incomodas
de la familia, conocidos y/o personas en la calle? Éste es el primer paso que como papás deben de
enfrentar para ser modelo de la forma de reaccionar de sus hijos, y esto dependerá en gran medida de
la personalidad de cada familia, pero más importante aún, de la aceptación de la Microtia en su hijo(a),
ya que con base en esta misma percepción que vayan generando, es como posteriormente van a ir
transmitiendo esta misma percepción al niño(a). Esto es: aceptar que la mayoría de las personas
desconoce y/o no entiende esta condición, evitar esconder o tapar su condición física, no evitar el tema,
aceptar la curiosidad de los demás, responder o decidir no responder de forma asertiva ante la
curiosidad y preguntas de los demás.

La percepción del niño

Es necesario comprender que dependiendo de la edad de los niños, es cómo ellos pueden reaccionar
ante la imagen de los demás y de sí mismos:

 Antes de los 3 años: En estos primeros años los niños no están pendientes de su imagen ni de la
de los demás. Se viven a sí mismos a través de lo que les transmiten las personas que les quieren
y les cuidan, sin embargo en esta etapa es conveniente que los padres les anticipen de forma
muy clara y sencilla y con información sensorial lo que va a pasar cada vez que acudan a una
visita médica para que el niño integre a su mundo de cuidadores al equipo médico y viva las
visitas con tranquilidad.

 Entre los 3 y 6 años: Es el momento en que los niños ya están preparados para adaptarse al
entorno escolar, son altamente observadores y receptivos. Su curiosidad no tiene límites.
Preguntan y aceptan bien lo que se les explica. En la escuela se refuerza su identidad mediante
la interacción con los compañeros, el reconocimiento y el afecto de las misses y el personal
académico. El niño con Microtia o con alguna otra condición física puede ser objeto de
observación pero también de aceptación dependiendo la forma en que se haga el manejo por
parte de los papás y del personal de la escuela. Es importante que se le pueda anticipar al niño
que puede ser objeto de miradas, preguntas e incluso de interacción física para satisfacer la
curiosidad de los compañeros, pero que también él/ella puede decidir cómo responder ante
este tipo de situaciones.

Sugerencias:

 Aceptar y desarrollar sentido del humor acerca de la condición (de forma natural,
espontánea y no de forma exagerada) / No tomar las cosas de forma personal.
 Estar informados y saber explicar su condición física y médica de acuerdo a la edad del
niño(a) y de los diferentes tipos de situación en los que se encuentren: aplica tanto para
papás como para los niños.
 Practicar diferentes formas de responder ante las preguntas dependiendo de la
situación (Por ejemplo: explicaciones muy breves para personas desconocidas,
explicaciones más detalladas para quienes serán una constante en la vida del niño(a)).
 Ir desarrollando una educación y lenguaje emocional en el niño(a): mientras más sepa
expresarse emocional y asertivamente, mayor confianza tendrá en sí mismo y más fácil
le será socializar con otros (menos berrinches, menos golpes…), además de que podrá
comunicar con mayor facilidad aquello que le incomoda o le aqueja.
 Evitar la sobreprotección: es una forma maquillada de no aceptación: “no lo dejo hacer
para evitar ver sus “errores” o mis propios “errores” como padre” y evitar ver mi
realidad o parte de ésta (la cual aún no acepto), además de que le transmitiré a mi
hijo(a) la idea de que él no puede hacerlo solo y necesita de un adulto para resolver
situaciones o problemas.
 Confianza en los demás: las creencias de que le harán bullying a mi hijo(a) o de que el
personal no sabrá manejar la situación, me predispone a una actitud de desconfianza e
inseguridad que seguro transmitiré a mi hijo(a), por lo que cualquier error o tropiezo de
la escuela, me hará responder impulsivamente y me generará aún más desconfianza.
 Buscar actividades extraescolares: le permitirá a los niños generar confianza en sí
mismos y socializar en otros entornos con otros niños.
 Buscar en la medida de lo posible una escuela inclusiva en la que mi hijo no se sienta el
único “raro(a)”.
 No anteponer la Microtia sobre otras situaciones: escoger la escuela como si lo hiciera
para cualquier otro niño, pero… con algunos “extras”, como buscar sentarlo en lugares
específicos, ser más comprensivos si no llega a atender correctamente a las
indicaciones.
 Evitar presentarlo o hacer evidencia de su condición ante los demás en primera
instancia: ya los niños se darán cuenta y serán ellos mismos los que pregunten o no.
“La Microtia es sólo un aspecto de mi hijo(a), la Microtia no define a mi hijo(a)”

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