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Emilio Carballido (Córdoba, 1925 - Xalapa, 2008) Dramaturgo y narrador

mexicano. Emilio Carvalledo estudió en la facultad de Filosofía y Letras de


la Universidad Nacional Autónoma de México, especializándose en letras
inglesas y en arte dramático. Trabajó en el Ballet Nacional de México
como supervisor literario y realizó varias giras por América Latina, Europa
y Asia; fue profesor en las universidades de Rutgers, Nueva Jersey y
California State de los Ángeles, en Estados Unidos.

Dio comienzo a su carrera literaria


en 1946, cuando publicó su primera
novela, Los mundos de Alberto, a la
que siguieron otras dos escritas
publicadas el mismo año: El
triángulo sutil y La triple
porfía (1948). Más adelante
publicaría la colección de cuentos La
caja vacía (1962). Emilio Carbadillo
se dedicó también a escribir guiones
cinematográficos, entre los que
sobresale el de Macario, película
dirigida por Roberto Gavaldón y que fue nominada con un Oscar como la
mejor película en habla no inglesa.

Como dramaturgo se dio a conocer en 1950 con la pieza Rosalba y los


llaveros, dirigida por Salvador Novo. Ese mismo año recibió la beca
otorgada por el Instituto Rockefeller, y en 1955 la del Centro Mexicano de
Escritores. Escribió alrededor de 150 trabajos para la escena, entre los que
se encuentran argumentos para ballet, libretos para ópera y guiones
cinematográficos.

Algunas de sus obras más conocidas son Felicidad (1957), Te juro Juana
que tengo ganas (1963), Fotografía en la playa (1993) y Escrito en el
cuerpo de la noche (1993). Su comedia Rosa de dos aromas es una de las
más exitosas del repertorio teatral mexicano. Sus piezas se han
representado en muchos países de América y Europa, incluyendo Estados
Unidos.

El teatro de Carballido recrea, con gracia y precisión, el habla cotidiana del


mexicano, reflejando las contradicciones, prejuicios y formas de pensar de
los diversos estratos sociales, en particular, los de la clase media. Muchas
de sus piezas combinan lo culto y lo popular. Carbadillo fue galardonado
en 1962 con el Premio de Teatro Casa de las Américas.

Durante el desarrollo de su carrera, se mantuvo activo dentro de la vida


cultural mexicana, esfera en donde ocupó importantes e influyentes
cargos, entre los que destacan los siguientes: Profesor de la Escuela
Nacional de Arte Teatral del Instituto Nacional de Bellas Artes; Subdirector
de la Escuela de Teatro de la Universidad Veracruzana y Director de la
Revista Tramoya (1975) entre otros que ejerció mientras ejercía sus
funciones de docente, área en donde se cultivó dando clases de Teatro en
reconocidos colegios y universidades a lo largo del continente, así como
en cotizados talleres, en donde se dio a la tarea de formar importantes
generaciones teatrales. Además de sus talleres de teatro, impartidos por
lo general en la Universidad Metropolitana y en el Politécnico Nacional,
Emilio Carballido Fentanes colaboró activamente con otras instituciones
como el Colegio de Bachilleres y la Universidad Veracruzana, la cual en
algún momento demostró su agradecimiento nombrándolo Doctor
Honoris Causa.

Como todo escritor que se precie, Emilio Carballido Fentanes también


puede ser inscrito en un momento literario específico. En su caso, puede
ser tomado como parte de la conocida Generación de la década de
1950, posición que comparte con otros grandes escritores, como por
ejemplo Sergio Galindo, Jorge Ibargüengoitia, Luisa Josefina Hernández,
entre otros importantes representantes de las letras mexicanas.

Igualmente, Emilio Carbadillo Fentanes es reconocido por su prolífica y


fértil obra, la cual navega a través de varios géneros literarios, como el
cuento, la novela y el teatro, área en donde cuenta con más de cien
obras, además de los guiones que le regaló a la historia del Cine y la
televisión mexicana. Así mismo, su pasión por el teatro no se limitó
solamente al hecho escrito, sino que ejerció también el rol de Director de
escena, a través del cual
plasmó en el escenario
obras propias y de otros
dramaturgos.
No obstante, la obra que lo
catapultaría a la fama en el
mundo de las tablas
fue Rosalba y los
llaveros, la cual fue
estrenada por primera vez
en el año 1950, en el
Palacio de Bellas Artes, y
contando con la magistral
dirección de Salvador Novo. Obra ésta que se le sumó a otros textos
teatrales brillantes como Un pequeño día de ira (1961); ¡Silencio Pollos
pelones, ya les van a echar su maíz! (1963); Te juro Juana que tengo
ganas (1965);  Yo también hablo de la rosa (1965); Acapulco los
lunes (1969); Las cartas de Mozart (1974) y  Rosa de dos aromas (1986),
entre otros importantes textos que han atravesado las fronteras
mexicanas para conquistar escenarios en distintas latitudes como
Venezuela, Cuba, España, Francia, Alemania, Bélgica, etc.
Igualmente, su obra impresionó a otros creadores, en especial cineastas
que no dudaron en llevarla al Cine. Algunos de sus títulos llevados al
séptimo arte son Rosalba y los llaveros (1954); Felicidad (1956); la
novela Las visitaciones del diablo (1967); La danza que sueña la
tortuga (1975); El Censo (1977); Orinoco (1984); Rosa de dos
aromas (1989). Entusiasmo que lo contagio a la larga, cediendo así ante la
pasión de escribir cine, género en el que se destaca su guión La torre de
marfil (1957) el cual escribió en colaboración de Luisa Josefina Hernández,
entre otros textos que suman más de cincuenta guiones de películas.
Igualmente, la Ópera lo atrapó en su momento, naciendo entonces la obra
de un acto, Misa de seis, la cual fue estrenada en 1965, en el Palacio de
Bellas Artes, contando con el trabajo musical del célebre Carlos Jiménez
Mabarak.

La salud de este importante Dramaturgo comenzó a deteriorarse de forma


vertiginosa a partir del año 2002, cuando se vio afectado de una trombosis
cerebral, que lo dejó internado en la clínica por un mes y con parte de su
movimiento motriz afectado. Sin embargo, ante la ausencia de daño
cognitivo, Carbadillo Fentanes continuó leyendo y escribiendo de forma
ávida. Finalmente, el 11 de febrero de 2008 no pudo sobrevivir al ataque
al miocardio que puso fin a una vida consagrada al teatro mexicano y
universal, tanto como Dramaturgo, como formador. Sus restos fueron
llevados al Mausoleo de los Veracruzanos Ilustres, ubicado en Xalapa, en
donde descansan desde entonces.

El teatro de Emilio Carballido ha venido a dar respuesta a varias de las


interrogantes planteadas sobre la función del teatro en la sociedad
contemporánea. Nos obliga a despertar o nos invita a seguir soñando, nos
lleva a reflexionar o nos crea un efecto inédito para actuar en el plano de
la realidad. Sin duda, la obra de Carballido lleva consigo una propuesta
estética-ideológica: busca el goce, cumplir con la función catártica de la
diversión; pero no soslaya el impacto y la praxis social inmediata o a largo
plazo, despertar o almacenar los sueños hasta que algún día exploten, y
como los personajes de Te juro Juana que tengo ganas, en esa propuesta
circular: convertir la realidad, de ese gran teatro que es el mundo, en
teatro, o reconvertir el teatro —escrito o representado— en realidad.

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