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Universidad de la Salle

Licenciatura en Ciencias Religiosas


Curso: Evangelización, sociedad del conocimiento y de
la información
Presentado a: Yebrail Castañeda
Por: Edwin Andréz Gil Gil
Fecha: 11 de Mayo de 2017

La condición postmoderna

¿Cómo esta introducción me permite ilustrar el camino de la evangelización?

Jean-François Lyotard (Versalles, 1924 - París, 1998) fue un filósofo francés. Es


reconocido por su introducción al estudio de la postmodernidad a finales de 1970. Fue
profesor en la Universidad de París VIII, co-fundador del Colegio Internacional de
Filosofía y profesor emérito de la Universidad de París.

La sociedad postmoderna se define como un estado de la cultura después de las


transformaciones que han afectado a las reglas de juego de la ciencia, de la literatura
y de las artes a partir del siglo XIX.

La educación es punto clave en este capítulo, tiene un punto importante que es el


saber que se funda alrededor de dos principales funciones que son la investigación y
transmisión del conocimiento.

Todo lo que en el saber no es traducible será dejado de lado. Los productores del
saber deberán de poseer los medios para traducir los lenguajes. El saber es y será
para ser vendido y cambiado. De esta manera, el saber se ha convertido en la principal
fuerza de producción y supone que los Estados o naciones se peleen por el para
dominar las informaciones.

Un concepto es la legitimación que es el proceso por el cual un legislador está


autorizado a prescribir las condiciones convenidas para que un enunciado forme parte
de un discurso y pueda ser tenido en cuenta por la comunidad. El derecho a decidir lo
que es verdadero no es independiente del derecho a decidir lo que es justo.

La legitimación tienen que venir de la practica lingüística y de la interacción


comunicacional; allí se juega el lenguaje, y se basa en tres observaciones: las reglas
tienen legitimación y forman parte de un contrato entre los jugadores; la falta de
reglas no hay juego, la modificación de la regla, modifica el juego y todo enunciado
debe ser considerado como una jugada hacha en un juego.
Entonces en esta sociedad contemporánea, el texto nos propone dos tipos de
sociedades, la primera es la sociedad como sistema autorregulado que es considerada
como una verdadera fiabilidad, la optimización de la relación entre inputs y outputs, es
decir, su perfomatividad.

Y la segunda es el modelo que nace como las luchas que acompañan al asedio de las
sociedades civiles tradicionales por el capitalismo.

Por lo siguiente se da un espacio de pragmática en dos categorías, del saber narrativo,


los relatos definen los criterios de competencia que son los de la sociedad donde se
cuenta y valoran las actuaciones que se realizar o pueden realizarse en ellos. El pueblo
es quien actualiza los relatos y lo hace al contrario, escucharlos y al hacerse contar
por ellos, es decir, la interprétalos es por ello por lo se encuentran legitimados.

Y el saber científico, que es la ciencia que permite proporcionar el horizonte del


consenso tras el debate. Todo consenso no es indicio de verdad, pero la verdad de un
enunciado no puede dejar de suscitar el consenso. La vedad del enunciado y la
competencia del que lo enuncia está sometida al asentamiento de la colectividad. La
ciencia postmoderna produce lo desconocido y sugiere un modelo legitimación basado
en la diferencia entendida como paralogiza.

Así, pues la enseñanza y la legitimación, ya la transmisión de los saberes ya no


aparecen como destinada a formar una elite capaz de guiar a la nación su emancipación
sino que proporciona al sistema las jugadas capaces de asegurar el papel en los puestos
pragmáticos de los que las instituciones tienen necesidad. La universidad deberá
desempeñar un nuevo papel en la mejora de las actuaciones del sistema: la educación
permanente. Si el saber ya no tiene fin en sí mismo su transmisión escapa a la
responsabilidad exclusiva de los ilustrados y los estudiantes.

En el marco de la evangelización, podemos notar que el saber, entendido desde el


conocimiento, el pensar en el otro desde la razón y procura dejar las experiencias
sistematizadas, en la lucha de ir escuchar o como dice el Papa Francisco, el evangelio
del oído. Son retos de la nueva evangelización en nuestro entorno, en nuestro carisma.

Procurando ir más allá, ser guías, ilustrar realidades, servir y ser generadores de paz.

La evangelización debe de estar cambiado en la sociedad, es ir a las periferias y


aportando, utilizar los sistemas informativos, las nuevas tecnologías.

Dos textos bíblicos que me inspira para estos nuevos retos es: Hechos 17,16-18,4, que
narra la intervención de San Pablo en el Areópago de Atenas, cuando se tiene que
confrontar con una cultura sincretista y llena de ídolos. Allí debe depositar la semilla
del Evangelio. Ese fue y es el reto de todos los cristianos: Cómo anunciar y hacer
creíble su mensaje de salvación en medio de una pluralidad de culturas. La Iglesia en
sus primeros pasos supo afrontar este desafío, que es el mismo que le plantean hoy las
culturas de la postmodernidad, no siempre abiertas a la trascendencia o a la fe.

El otro texto presenta a unos griegos que desean ver a Jesús (Jn 12,20-21). Esos
griegos pueden verse como la cultura, nuestra cultura, la cual no se constituye en un
rechazo a la fe. Más bien, puede entenderse, en su búsqueda de felicidad, la sed de
trascendencia. Nosotros tenemos la misión de mostrarles a Jesús, poner la cultura en
contacto, en diálogo con Él. Esta es la tarea de los creyentes.

Pero, el oscurecimiento del sentido de Dios y del sentido del hombre no puede
desanimarnos en nuestra misión, sino que nos tiene que motivar a testimoniar que Dios,
la fe, la religión sí tiene la posibilidad y capacidad de responder al ser humano en su
búsqueda de plenitud y que vale la pena vivir de nuevo una “religión con Dios”.

Como creyentes, nunca nos debemos dejar llevar por el desaliento, pues sabemos que
Dios está con nosotros y nos ayuda para que, sin temor a los desafíos del
postmodernismo y a los cambiantes fenómenos culturales, posibilitemos que la cultura
pueda experimentar un verdadero encuentro con Jesús, el Señor, muerto y resucitado.

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