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Introducción
La Guerra de Troya es una leyenda de la cual miles de personas han sido testigos de ella
por diversos medios orales y escritos. Entre sus más sobresalientes obras se encuentra la Ilíada
cuya autoría se le atribuye a Homero, un aedo de Grecia ciego del siglo VIII A.C. que se cree que
la transmitió oralmente.
A muchas personas les encanta este tipo de obras y las ven cómo una gran fantasía escrita,
como un libro de historias inventadas para resaltar la grandeza de Grecia en mejores sus tiempos.
No obstante, para muchos es más que eso. Investigadores como Jean Baptiste Lechevalier,
Maclaren, von Eckenbrecher, Frank Calvert entre otros ubicaban a Troya en lugares diferentes
zonas queriendo dar a entender que la Troya y su Guerra narrada por Homero sí ocurrió en un
momento de la historia.
Es en este contexto en donde este trabajo toma lugar para demostrar que la ciudad de
Troya de La Ilíada, realmente nunca apareció. Eso porque es una idea que me ha intrigado desde
que supe sobre estas investigaciones y sobre las posible diferencias que debe existir entre ambas.
Además, me parece emocionante indagar sobre una imagen distinta a la que nos presenta
investigadores como Schliemann que ha sido como el más vendido y al que se le ha atribuido el
descubrimiento de Troya.
Para dicha investigación el trabajo va a tomar sus bases en actores como Gustav Gamer,
Pedro Gargantilla, Manuel Bendala Galán e Ismail Kadaré, quienes han publicado artículos sobre
Glosario de palabras:
Antes de empezar vamos a recapitular una breve reseña de lo que data el Mito de Troya
narrado por Homero. Este nos cuenta de un joven troyano llamado Paris que conoce a una bella
princesa de Grecia llamada Helena a través de una visión que le otorga la diosa Afrodita. Con el
tiempo se llegan a conocer y es ahí donde Paris huye con ella a Troya a pesar que ella ya estaba
casada con Menelao. Menelao se enfurece y él junto con su hermano Agamenón, Ulises, Aquiles,
Patroclo, entre otros, van a emprender una guerra en la ciudad de Troya durante 10 años donde
ocurrieron altas y bajas en ambos ejércitos, resultando al final victoriosos los griegos.
Esta era solo lo único que se conocía de Troya hasta que, en el año 1775, el francés Jean
Baptiste Lechevalier ubicó a Troya en la colina Balli Dag, sobre Pinarbasi. Es a partir de aquí
colina de Hisarlik, en Turquía y colocan la guerra de Troya en el siglo XIII A.C. entre los años
1275 y 1260. Sin embargo, muchas personas dudan los resultados de estas investigaciones ya que
Para tener una visión más amplia de lo que fue este proceso de descubrimiento, se va a
recopilar los avances investigativos que realizaron de Troya entre los años 1775 al 2004 periodo
en donde fue popular y donde se le dio un gran apogeo a este tema. Después se mostraran los
distintos periodos históricos de Troya de acuerdo a la distención de fechas que crearon durante
Troya para poder formular una síntesis y observar si nuestro postulado se cumple o no.
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Poco hay escrito de este arqueólogo pero lo suficiente para constatar que él fue unos de
los primeros investigadores antes de Schliemann (que se hablara de él más adelante). Gamer
relata que Lechevalier empieza en 1775 “la época moderna de la investigación arqueológica en la
Troáde” y que “localizó Troya en la colina llamada Balli Dag, sobre Pinarbasi” (1992, p. 201). Se
data que esta investigación se tomó como verídica durante los siguientes cien años (Imagen 1).
separada pero en el mismo lugar llamado Nueva Ilión. “Maclaren exploró en 1847 las
características topográficas de Hisarlik, publicando en 1863 The Plain of Troy Described, donde
confirmaba la identificación entre Hisarlik y Troya” (Gamer, 1992, p.202). De esta forma ellos
continúan las investigaciones sobre Troya y luego los precede un inglés que vivía en la Troáde
Frank Calvert:
Era un genio en lo que realizaba desde pequeño. A los 11 años “Calvert había entregado a
topográfico” (Gamer, 1992, p.202) y además a los 21 años “era considerado como un guía y
experto y buen amigo” (Gamer, 1992, p.202) de los que pasaban en la Troáde. Era una persona
que era firme en lo que hacía y sin mayores dificultades. Él decía que Troya no estaba en Balli
Dag. Hizo varias investigaciones topográficas en la Troáde y formó una teoría “a partir de los
hallazgos fortuitos y de las excavaciones” (Gamer, 1992, p.202). La hipótesis probaba que Troya
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realmente estaba ubicada en Hisarlik. Así es como Calvert emprende su búsqueda de Troya en
1865.
Heinrich Schliemann:
Después de Calvert surgió Schliemann quién tal vez sea el más popular y la persona que
aficionado millonario prusiano comienza su búsqueda en la Troáde y luego más adelante con la
metódico” (Gargantilla, 2017 p. 75) que destruyo muchas antigüedades y reliquias para adelantar
el proceso de descubrimiento. “De lo que no hay duda es que fue capaz de fijar el punto exacto
del yacimiento, demostrar que los relatos homéricos tenían una parte de verdad y que la guerra de
Troya existió” (Gargantilla, 2017 p. 75). Por otra parte, descubrió varios tesoros de los cuales no
se sabe cómo los hizo para sacarlos de Turquía. Schliemann se esforzó por demostrar que en la
época de Troya II, que ahorita más adelante vamos a conocer, se encontraba la ciudad de Troya
narrada por Homero, ya que había ubicado el “legendario y famoso tesoro de Príamo” (Gamer,
1992, p.211), sin enterarse que estaba unos mil años lejos del período en donde ubican la posible
Guerra de Troya Homérica. Las excavaciones pasaron a manos de su ayudante Dörpfeld, quién
continúo sus labores con mucha dedicación y esmero hasta el año 1894.
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Carl Blegen:
identificación de la Troya homérica en la fase VIIa, que habría sido destruida hacia 1240 a.C.”
(Galán, 2004, p.9). Este tema envuelve una historia que ya no busca identificar Troya porque
según especialistas de la época ya se da por hecho que es la verdadera ubicación de Troya. Sin
embargo lo que se quiere saber es “la historicidad del relato homérico, su origen, la transmisión,
si la hubo desde los tiempos antiguos al que el poeta remitía (…) y los tiempos mismos en que
Manfred Korfmann:
Muchos investigadores de la época se daban por vencidos de encontrar alguna vez una
“Troya Homérica” y ponían en tela de duda que realmente existiera, por lo cual tomaban las
narraciones de homero como meras invenciones del aedo. Es en este contexto en donde entra
Manfred Korfmann, un arqueólogo alemán, con su “Proyecto Troya” (Galán, 2004, p.9). Joachim
Latacz un filólogo Alemán que estuvo en las excavaciones de Korfmann hace un libro sobre “la
nueva etapa de investigaciones en torno a Troya” (Galán, 2004, p.9). Es en este libro en donde
Latacz va relatando sobre las excavaciones, los hallazgos de Korfmann y su relación con la Troya
de Homero.
Así, en 1995 Korfmann recupera “un sello de bronce con escritura jeroglífica incisa en
sus dos caras de lengua luvita, variante lingüística hablada en el imperio hitita” (Galán, 2004,
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p.10) perteneciente a una mujer de alta clase de Troya VIIb2. Y Latacz ensalza este
descubrimiento al comentar:
la importancia del hallazgo” (…) “que ratifica la vinculación de Troya al ámbito hitita sugerida
por la arqueología y la urbanística y” (…) “le dan pie a sostener la tesis de una Troya inserta en
las redes de relaciones políticas y económicas de ámbito internacional presididas por el poder
similitud entre el reino hitita y Troya daba a entender la confusión arqueológica que había
existido hasta la fecha. Y por lo tanto, realizan una comparación entre Ilios y Wilusa “citado en
los textos hititas” (Galán, 2004, p.10). Su nombre original según ellos era Wilios y con el tiempo
esa palabra iba a perder la w convirtiéndolo en Ilios. Y de la misma forma pasaría con diferentes
con palabras como achaioi (aqueos), danaioi (dánaos) y argeioi (argivos). Esto daría a conocer
“una contemplación de los griegos micénicos por los hititas en el marco de una geografía política
que se compadecería bien con la contenida en la Ilíada, en la que Troya quedaría incluida como
un Estado de importancia relativa” (Galán, 2004, p.10). Aunado a esto en escritos egipcios de la
… como situados al norte de Egipto los países de Kafta y Danaja. El de Kafta correspondería a
eran propias, como Mukana (Micenas), Tegwais (Tebas), Misane (Mesene), Nuplija (Nauplión) y
Y de esa manera Latacz está totalmente seguro de que la Troya Homérica realmente sí
podría existir y que las demás personas simplemente estaban queriendo dar una respuesta fácil a
algo que no entendían. Lo único era que todo lo conducía a la época micénica por lo cual ubicaba
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a la Troya de Homero en este periodo de la historia. Finalmente Latacz concluye que los poemas
homéricos deben ser vistos “como una posible fuente histórica” (Galán, 2004, p.10).
Se ha comprobado que ya para “el siglo V d.C. la vida se extinguió totalmente en la colina
de Hisarlik” (Gamer, 1992, p. 213) y que empezó a partir del IV milenio a.C. Esto divide a la
historia de la Troya encontrada en Hisarlik en Diez etapas históricas sin contar a una anterior a
Troya I (conocida como Troya 0). Esta separación la hicieron de acuerdo a estudios realizados a
1992, p.213).
Troya I (imagen 4)
Se ubica entre los años 3000 y el 2500 a.C. a inicios de la Edad de Bronce. En esta fase
fueron reforzados diversas veces. La zona de las puertas también se reforzó con bastiones
mantención de las construcciones y refuerzos de las mismas lo que nos puede decir que
estuvieron ahí durante un largo tiempo. También en una trinchera que se le atribuye a Schliemann
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se ha descubierto “restos de distintas casas alargadas alineadas unas junto a otras” y “en este
Este asentamiento tenía una extensión de unos 9.000 m cuadrados. La muralla defensiva
tenía ahora unos 330 m de largo y fue construida con una base de piedra y adobe en su
parte superior. Se han diferenciado ocho fases constructivas (Gamer, 1992, p.213).
Entre estas faces sobresale la II Y IIg. Schliemann creyó que la Troya II era la homérica
porque esta desapareció debido a un incendio que la condujo a su fin. En esta etapa también se
puede observar “Dos grandes estructuras con puertas” que “se abren en el muro exterior, estando
dotada la puerta que se halla al suroeste con una impresionante rampa” (Gamer, 1992, p.213). Y
dentro de ella también casas alargadas y el megarón. Alrededor de este en una época posterior
estaba “un grupo de edificios que se utilizaron como barrio residencial” (Gamer, 1992, p.213) y
donde Schliemann encontró el famoso Tesoro de Príamo se cree que fue un palacio. Además
Troya III-V:
primera excavación. Gamer nos cuenta que “Blegen dividió Troya III en cuatro subfases, Troya
IV en cinco y Troya V de nuevo en cuatro” (1992, p.214). Tenía una extensión de 18000 m
cuadrados. Se ha encontrado la muralla de Troya III y Troya V, de las cuales la de Troya V fue
La época de Troya VI data del 1800/1700 a.C. al 1250 a.C. entre la edad de Bronce media
y tardía. Tuvo una superficie de 20000 m cuadrados. Esta época fue asociada con la Troya de
homero en los tiempos de Dörpfeld (Schliemann poco antes de morir se dio cuenta que Troya II
no era la verdadera homérica). Por otra parte, se diferencian ocho fases constructivas diferentes.
Los restos de esta fase “han sido encontrados en la zona sur colindante con Hisarlik, entre la
muralla de Troya II y la de Troya VI” (Gamer, 1992, p. 214). Estos fueron de las últimas labores
que Dörpfeld realizó en Hisarlik antes de abandonar el lugar. La muralla de Troya VI fue
reconstruida con una altura de cuatro metros y un grosor de 4 a 5 metros. Igual que las demás
fases hay casas de tipo megarón y aparecen de dos pisos. La mayoría de las casas se encuentran
en el sur.
Los palacios de esta fase se cree que estaban en el centro de la ciudad y que fueron
demolidos para construir el Templo a Atenea en el siglo III a.C. Además aparecen características
micénicas en su cultura y comercio. Por otra parte se encuentran huesos de caballo, cerámica de
elaboración reciente, cerámica micénica y una necrópolis (tipo de cementerio). Se cree que esta
Este lugar se desarrolló entre el 1250 y el 1180 a.C. La construcción de esta esta ciudad
dio inicio inmediatamente después de la destrucción de la Troya VI. Posee dentro de sí “un
pequeño y compacto complejo de casas alineadas juntas que se adosan contra la cara interior de
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Por lo que se denota una época insegura. Troya VIIa duro 70 años y fue eliminada por el fuego.
Quisieron reconocer aquí a la Troya de Homero, sin embargo había otras opiniones al respecto
sobre los posibles enfrentamientos con los Pueblos del Mar. Se reutilizó la muralla de defensa. En
la fase Troya VIIb2 “aparece una cerámica globular hecha a mano de la que existen paralelos en
el sureste de Europa” (Gamer, 1992, p. 215). Troya VIIb2 termina desapareciendo debido a un
Troya XIII:
Se extiende del 800 al 85 a.C. Se creía que Hisarlik estaba “abandonada durante unos 300
o 400 años y que entre sus grandiosas ruinas había transcurrido tal vez, la epopeya homérica, e
incluso que el mismo Homero, al llegar de Esmirna, habría visto las murallas destruidas de la
ciudad” (Gamer, 1992, p. 215) esto fue un aporte de Schliemann que lo dijo sin ninguna prueba.
Bayne demostró presencia de griegos en los años intermedios del siglo X a.C. Se le atribuye a los
griegos eolios la destrucción de Troya VIIb2 por un intento de colonización. Es en esta parte
donde pintan imágenes del escenario de la Troya Homérica. Ha sido costoso encontrar
construcciones de la Ilión griega ya que lo hallado eran casas sencillas de tierra unida a piedras de
mampostería.
Su extensión de tiempo data de los 85 a.C. al siglo V d.C. “En el año 85 a. C. fue
destruida la ciudad griega de Ilion por los romanos, siendo posteriormente reconstruida” (Gamer,
1992, p. 216) por lo que podemos ver la presencia de romanos en Hisarlik. El emperador Augusto
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construyó un nuevo templo de Atenea. La ciudad baja estuvo rodeada por una muralla de 3,5 km
Troya X:
En los puntos anteriores se dio a conocer una imagen en donde se muestra parte de lo
mayormente se conoce sobre la búsqueda de Troya. Sin embargo, otras personas han planteado
otras propuestas sobre el tema y encaran secciones de las cuales uno puede ignorar por falta de
conocimiento o malicia. Es por eso que la siguiente sección del trabajo abordará estos puntos
Este quizás es el personaje que más crediticio ha tomado del descubrimiento de Troya y de
hecho si se busca en internet sobre quién descubrió Troya va a parecer su nombre como resultado
de la búsqueda. Esto a pesar de que, como se vio anteriormente ya había otras personas que
estaban realizando trabajos en otros lugares y en Hisarlik para encontrar la Troya Homérica.
Schliemann emprende un viaje en 1868 hacia Italia “y luego a Ítaca, al Peloponeso y finalmente a
la Tróade, donde no llegó a permanecer ni tan solo ocho días” (Gamer, 1992, p. 203). Gamer
comenta que Schliemann “escribiría que él, "como turista normal", debía contentarse con un
"vistazo superficial" ya que le faltaban los conocimientos necesarios "para un análisis científico””
(Gamer, 1992, p. 203). Además, encara que “Schliemann, hasta ese momento, había tenido poco
contacto con la literatura pertinente y que todavía no estaba inmerso en la controversia sobre
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donde había estado situada Troya” (Gamer, 1992, p. 203). Lo que muestra la imagen de una
persona aficionada que no sabía lo que hacía ya que se describe como un turista normal.
Schliemann pierde el barco para Estambul por lo que permaneció un tiempo más en esta zona,
así que decide realizar una visita a Frank Calvert en Çanakkale. Era un encuentro repentino sin
ninguna previa planeación. Esta conversación con Calvert fue como una iluminación para
Schliemann ya que:
último día de su estancia en la Tróade (…) Schliemann obtuvo ese día bastante información
hecho de que se percatase enseguida de la importancia y el valor de los datos aportados por
situación va a tomar ideas de Calvert y las va a hacer suyas para hacerse famoso e importante en
el mundo de la arqueología sin tan siquiera haber ejercido la profesión misma anteriormente. Así
también nos cuenta Calvert citado por Gamer lo siguiente sobre el pequeño encuentro que tuvo
con Schliemann en su casa: "Cuando encontré al doctor (Schliemann) por primera vez, el tema de
Hisarlik era para él totalmente nuevo " (1992, p. 203). Así mismo Schliemann cambia los
acontecimientos vividos en su viaje y las fechas en sus escritos para “diferir hasta en cuatro días
con relación a las auténticas” (Gamer, 1992, p. 203). Esto realmente baja mucho la imagen de lo
que pensaba sobre quién era Schliemann y de su “descubrimiento de Troya”. Hubo muchos
conflictos entre Schliemann y Calvert respecto a que se decía que Schliemann había continuado
las excavaciones de Calvert y Schliemann lo negaba diciendo que las excavaciones de Calvert
eran pequeñas comparadas a las de él. Al morir Frank Calvert la Sociedad Antropológica de
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Berlín lo reconoce como la primera persona que reconoce a Hisarlik como Troya. Sin embargo,
Korfmann parecía no equivocarse sobre los datos y las teorías propuestas por él y escritas
por su amigo filólogo Latacz. Sin embargo, es en este contexto donde aparece Dieter Hertel quien
escribe un libro tratando de contrastar lo escrito por Latacz. Galán nos cuenta que el libro de
p.11). Hertel lo que desea es releer lo encontrado por Schliemann y Dörpfeld y contrastar lo
Tubinga Frank Kolb criticando muy fuerte a Korfmann y a Latacz. Kolb “Partía de la presunta
una Troya de notable envergadura ciudadana, con su poderosa acrópolis y una amplia, poblada y
bien organizada ciudad baja, fuertemente cercada, además” (Galán, 2004, p.11). Según él lo que
había encontrado Korfmann fue más bien un sitio de tercera clase “aupado a la categoría de gran
ciudad en un gesto de pura ficción” (Galán, 2004, p.11). Además mencionaba que las
comparaciones de Troya con Wilusa era una comparación acientífica y que la comparación de
lugares o nombres de Troya con lo escrito en el sello luvita que encontraron era una pura
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invención sin un soporte válido. Kolb mancha a Korfmann como un “puro divulgador de
creó un conflicto entre ambas partes por lo cual se optó por organizar un simposio para darle fin a
la polémica alrededor de Troya. Este simposio se llevó a cabo “los días 15 y 16 de febrero de
2002, bajo el titulo Die Bedeutung Troias in der säditen Bronzezeit (La importancia de Troya en
el Bronce Final)” (Galán, 2004, p.11). Korfmann ampara su posición de que Troya VI-VII tenía
una notable característica urbana y por sus estados podría ser el lugar de enfrentamiento
… los indicios seguros conocidos acerca de Troya VI-VII no permiten sino sospechar que era un
centro menor, ajeno a una actividad comercial importante según los materiales arqueológicos
recuperados, incapaz de promover, con una poblaci6n en torno a mil habitantes, una producci6n
de identificar a Troya con Wilusa de los textos hititas y la existencia de la ciudad baja aunque aún
Hetel menciona que sobre la veracidad de los poemas homéricos que la Ilíada procede de la
En cualquier caso, si hubiera un núcleo histórico anterior, sería muy pequeño y correspondiente,
además, no a la época propiamente micénica, sino a las incursiones de los primeros colonizadores
griegos en la región de la Troáde hacia fines del segundo milenio, en el marco de la llamada
A esto agrega que no existe razón para decir que Troya VI, VIIb1 y VIIb2 fueron invadidas
y su fin podría ser simplemente debido a un desastre natural o un accidente con fuego. Además
agrega que Troya VIIa pudo ser conquistada pero no por griegos micénicos, sino por pueblos
balcánicos.
Aquí es donde se entra en la situación de que si bien para Latacz, Homero fue un griego
micénico que recibió la historia de la Guerra de Troya como testimonio y la contó como una
verdad que pasó en un momento de la historia, para Hetel la Ilíada es simplemente una invención
de Homero.
Galán al final tiene como opinión que la búsqueda de Troya siempre va a costar que sea
solida al basar la búsqueda del lugar en un libro de poemas de un Aedo de la Grecia micénica. Y
agrega: “Una cosa es la recreación y otra la pura invención” (Galán, 2004, p.12). Por lo que
siempre por más esfuerzo que los investigadores realicen y los grandes gastos en investigación y
literatura realizada en Barcelona en el año 2004. Y realiza en esta actividad un ensayo con el
título de “La cólera de Aquiles”. En este escrito nos habla que en la época de Homero no había
aparecido la escritura, por lo que todo se transmitía a vía oral. Esto podría haber provocado
cambios en la historia de la Guerra de Troya. Aunado a esto dice Kadaré: “Con la ausencia de la
escritura se vincula en cierto modo otra ausencia: la del testimonio. Ninguna de las partes
contendientes dio testimonio de la guerra de Troya” (2004, p.3). Y comenta que si tomamos a
Homero como testigo es algo que no se ha podía probar y que por lo tanto todo el mundo va a
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rechazar. Por la falta de testigos de la época de la Guerra de Troya Homérica, daría a pensar que
realmente nunca pasó. “La ausencia de testimonio tal vez sea una de las claves que expliquen las
sorprendentes relaciones de dicha guerra con la poesía” (Kadaré, 2004, p.3). Y Kadaré recalca
que las personas que dicen que aseguran que sí existió Troya y las que reafirman que no son
seres que ninguna falta a literatura de la Ilíada ya que “la guerra misma, no tiene necesidad de
ellos” (…) “Con los poemas homéricos son innecesarias tanto la frialdad escéptica de los
negadores de Troya como el regocijo ingenuo de sus defensores” (Kadaré, 2004, p.4). Y marca de
sacrilegio hacia Homero al ponerle un significado más importante a las excavaciones y estudios
Por otra parte agrega que si obtuviéramos el sitio del lugar de Troya destruida “…
perderíamos su espíritu. Expresado de otro modo, entregaríamos ese espíritu a cambio de una
momia” (Kadaré, 2004, p.5). De esta manera Kadaré expresa que la búsqueda de Troya expresa
repugnancia hacia Homero. No obstante expresa más adelante que la curiosidad siempre existe
inclusive en él:
… sentimos curiosidad por conocer el perímetro de Troya, pero no por causa de la topografía sino
porque se nos proporciona así una oportunidad de darle vueltas a cómo pudo ser en realidad y cómo
fue recreado por la poesía el duelo más famoso de la literatura antigua, el que enfrenta a Aquiles y
De esta manera vemos que Kadaré tiene una sobrevaloración respecto a la parte literaria,
por encima de las búsquedas que han realizado los buscadores de Troya Homérica. Sin embargo
tampoco rechaza la posibilidad de su pasada existencia. Asimismo recalca la falta que hace un
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tercer escrito entre la Ilíada y la Odisea, que tal vez no se haya encontrado o que no exista, ya que
Por otra parte Kadaré da a entender lo siguiente respecto a las creencias sobre la existencia
Quienes niegan Troya dan a entender que, junto con su negación, queda resuelto un problema. En
cuanto a cuál es ese problema que se resuelve, estoy seguro de que no están en condiciones de
decirlo. La otra parte, la contraria, la que defiende la existencia de Troya, por supuesto proclama
triunfalmente que el problema queda solucionado. En cuanto a cuál es el problema que se soluciona,
Esto nos da a entender que Kadaré no se queda inmerso hacia un solo punto de vista de
Homérica, sino que muestra una actitud flexible y mente abierta hacia una futura posibilidad de
probar o negar la existencia de una guerra pasada narrada por un aedo del siglo XIII a.C. Y
concluimos con esta sección citando las últimas palabras de su ensayo que dicen lo siguiente:
Hace siglos que hemos caído en ese foso, en ese mal sueño, no somos capaces de salir de
él. Esta es al parecer la razón de que el código de la guerra de Troya, versión de Homero, su
hondo mensaje, aún continúe siendo ajeno y distante para nosotros como un fantasma cuyas
señales, por mucho que nos esforzamos, no somos capaces de entender (Kadaré, 2004, p.10).
Es así como Kadaré muestra su disgusto con respecto a la necedad de las personas por
querer entender cosas que tal vez jamás va a entender y de la estupidez del hombre de generar
Tras haber leído toda esta información en contra y a favor conseguimos tomar ciertos
puntos que son de relevante importancia. Entre ellos se abarcaran los siguientes:
Podemos tomar a Heinrich Schliemann como una importante pieza para la búsqueda de
No obstante eso no significa que fuera una buena persona. Como lo vimos anteriormente
este señor se robó la reputación de Frank Calvert al decir que él fue el primero que investigo la
posición de Troya en Hisarlik. Por lo tanto vemos una actitud oportunista e ignorante en este
millonario prusiano ante sus primeros pasos de la búsqueda de Troya en Hisarlik. Y es por este
motivo que la historia nos dice que el que se lleva el verdadero mérito de la ubicación de Troya
Calvert llegó “tres años antes de Schliemann llegara por primera vez a la Tróade” (Gamer, 1992,
p.203).
Por otra parte hay que tomar en cuenta que Schliemann no fue la primera persona en pensar
e investigar sobre la posibilidad de que Troya existiera ya que su búsqueda viene desde casi cien
años atrás con Jean Baptiste Lechevalier quién inicio “la época moderna de la investigación
arqueológica en la Tróade” (Gamer, 1992, p.201) en el año 1775. Por lo que vemos que
Schliemann solo fue uno más de muchos y que no fue ni el primero, ni el mejor, ni el último en
Hisarlik según las ciudades y objetos que se encontraron en las búsquedas de Troya. También se
ve la similitud de construcciones como las murallas y los megarones producto de una misma
cultura que se fue transmitiendo pero también cambiando con el pasar de los siglos. Igualmente
se observa que cada final de las ciudades encontradas era distinto: unas habían sido demolidas
por terremotos, otras por incendios y otras parecían haber sido conquistadas. Asimismo, se ve que
los griegos eolios llegaron a esta colina en el último milenio de su existencia que, en algunos
casos, lo comparan con la conquista de Grecia sobre Troya acontecida en la Ilíada de Homero.
Korfmann y Latacz creen haber resuelto gran parte del misterio de Troya al haber hallado
un “sello de bronce con escritura jeroglífica incisa en sus dos caras de lengua Luvita, variante
lingüística hablada en el imperio hitita” (Galán, 2004, p. 10). En este sello (perteneciente a Troya
VIIb2) como vimos anteriormente se ven palabras que las comparan con lugares y nombres de
personajes de la Ilíada y al quitar unas letras o cambiarlas se denota su gran similitud. Latacz al
ver todas estas maravillas encontradas escribe un libro un poco mal redactado y con ciertos
errores, pero muy entretenido, haciendo constar del proceso extraordinario había llevado Manfred
Y es en esta parte en donde aparece Kolb enojado y negando esta posibilidad que
entre Troya y Wilusa es un hecho simplemente acientífico. Asimismo Hetel comenta que es
improbable que la guerra de Troya Homérica haya ocurrido en Troya VIIb1 y VIIb2 ya que los
griegos eolios llegaron hasta el siglo VIII a.C. Y que si hubo una conquista fue por parte de los
pueblos Balcánicos.
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En esta parte vemos que Korfmann sin duda ha sido uno de los investigadores que ha
estado más cerca de llegar a encontrar una posible Troya homérica al ver esa relación entre Troya
y Wilusa que realmente parece muy creíble. No obstante el detalle inexacto de las fechas entre la
llegada de los griegos y las conquistas dadas en estás estas tierras hacen otra vez que esta teoría
no sea del todo válida. Sin embargo tal vez en un futuro se logre comprobar lo contrario.
En esta parte se puede notar como este escritor se ve un poco ofendido por lo que las
personas estaban haciendo al “denigrar a homero con esas búsquedas”. En esta parte se ve un
poco de oposición por parte de Kadaré con la búsqueda de la Troya homérica. No obstante en una
cita que dejó se permea que él no está del todo en contra y hasta menciona que ambas partes tanto
lo que dicen que no existió Troya como los que creen que sí están equivocadas ya que dan por
concluido el problema y menciona “estoy seguro que ellos tampoco lo saben” (Kadaré, 2004, p.
3).
Igualmente Gamer da una opinión similar al final de su trabajo la cual nos dice que “En
este contexto, la realidad histórica sobre la destrucción de Troya no tiene razón de ser; los
acontecimientos ocurridos en aquella ciudad han sido reemplazados por una realidad
imaginativa” (1992, p. 216). Es así como todo esto relacionado con Troya ha sido solamente una
interpretación sobre lugares que han encontrado en zonas similares a los que aparecen en un
libro de poemas de un poeta del siglo XIII a.C. y que aún posee una gran cantidad de huecos
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históricos y argumentativos para que se llega a probar realmente la existencia de una Troya
Homérica.
Conclusión
información contenida en libros de los autores propios que buscaron Troya, podemos visualizar
que todos estos esfuerzos por encontrar la ciudad de la Ilíada los condujeron a descubrir ciudades
realmente estas civilizaciones tengan relación con la ciudad de los poemas de un aedo, sino más
bien podrían ser simplemente ciudades perdidas en la historia que gracias a muchos esfuerzos se
Si vemos estos esfuerzos como el camino para llegar a la Troya de Homero, se podría decir
con mucha pena y dolor que dichas exploraciones han sido un fracaso hasta el día de hoy, ya que
no hay datos que respaldan la existencia de dicha ciudad descrita en la Ilíada. Así lo comenta
poemas que puede revolver realidad con ficción. Si toman este camino lo más seguro es que los
Por lo que concluimos que el postulado planteado en este trabajo ha sido positivo según las
investigadores sigan indagando sobre el tema para llegar a obtener una mayor claridad sobre el
Bibliografía:
Gamer, Gustav. “Troya a la luz de las últimas investigaciones”. Treballs d'Arqueologia, Núm. 2
(1992), p. 201-224. https://ddd.uab.cat/record/60632
Kadaré. (2004). “La cólera de Aquiles”. Festa Internacional de la literatura, (págs. 1-10). Tirana.
Obtenido de http://www.cccb.org/es/multimedia/publicaciones/seleccion-de-
intervenciones-kosmopolis/35080
Anexos: