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Informe Convivencia Escolar
Informe Convivencia Escolar
A diferencia de Chile, los países europeos llevan varios años trabajando en políticas,
programas y proyectos para combatir la violencia escolar. Desde los años 90’ se comenzó la
discusión sobre cómo afecta y como generar una buena convivencia en los centros
educativos.
En Finlandia, país con el mejor sistema educativo occidental, desarrolló un programa contra
al acoso escolar denominado KiVa en el año 2007. Es un programa de carácter preventivo
contra el bullying. Según Azofra (2017), desde ese año se exportó a diversos países como
Holanda, Reino Unido, Francia, Bélgica, Italia, Estonia, Suecia y Estados Unidos, y se ha
comprobado que el acoso escolar se ha reducido en Finlandia desde su implementación,
llevando a pensar que es el primer programa anti-bullying efectivo en los últimos años. La
aplicación del programa incluye, por una parte, clases impartidas por los docentes de aula y
actividades grupales, y, por otro lado, un videojuego KiVa. Los beneficios de este método,
según la autora, son numerosos
El principal de todos ellos es la reducción del acoso escolar que ha sido denunciado
por la víctima y por sus compañeros, además de disminuir en la cantidad y tipo de
represalias, ya sean verbales físicas o de ciberacoso. Reduce enfermedades como la
ansiedad y la depresión a la vez que ayuda a tener una percepción positiva de la
escuela, mejora la motivación académica y rendimiento escolar (p.25).
Argentina promulga en el año 2013 una ley para “establecer las bases para la promoción,
intervención institucional y la investigación y recopilación de experiencias sobre la
convivencia, así como sobre el abordaje de la conflictividad social en las instituciones
educativas de todos los niveles y modalidades del sistema educativo nacional”. (Colegio de
abogados de San Isidro, 2013)
Habilita a las víctimas a formalizar sus denuncias junto con la dirección de la escuela
en la Secretaría de Educación, en el Consejo Tutelar, en el Ministerio Público o en la
Policía Civil. La ley contempla la realización de estudios, acciones de prevención y
la formación de actores involucrados en el contexto escolar y también advierte sobre
la necesidad de los Consejos de Seguridad Escolar para la organización de
actividades, seminarios y debates especializados en el tema (Inostroza y Trucco,
2012, p.22).
En el gobierno de Chile se expide la ley sobre “violencia escolar que modifica la Ley General
de Educación N° 20.370 de 2009, incorporando nuevas dimensiones relacionadas con la
convivencia y el desarrollo de estrategias para enfrentar la violencia en las escuelas”. (Ley
Nº 20.536, 2011) El pasado 2019, en tanto, se crea la Política Nacional de Convivencia
Escolar, cuyo objetivo es “Orientar y fortalecer los procesos de enseñanza, de aprendizaje y
de gestión de la convivencia escolar para el desarrollo de los ámbitos personal y social, y del
conocimiento y la cultura, tanto de los estudiantes como del conjunto de la comunidad
educativa”. (MINEDUC, 2019, p.8) En la PNCE se promueven 4 pilares básicos de la
convivencia escolar: convivencia basada en un trato respetuoso entre todos los actores,
convivencia inclusiva, convivencia caracterizada por la participación democrática y
colaboración y resolución pacífica y dialogada de conflictos. Chile es el único país que
entrega estrategias concretas para enfrentar (no prevenir) la violencia en los colegios y pese
a ello no presenta un plan para erradicarla desde la raíz, sin embargo, es uno de los países
que tiene menos porcentaje de violencia verbal y física junto a Cuba.
Tanto la legislación como las políticas y programas sobre violencia escolar en Colombia,
ordena al Ministerio de Educación Nacional
En el caso de Perú, se crea una ley que Prohíbe expresamente el acoso escolar “cometido por
los alumnos entre SÍ, que provoca violencia y saldo de víctimas”. Estas conductas incluyen
“los hechos de violencia, intimidación, hostigamiento, discriminación, difamación y
cualquier otra manifestación que constituya acoso entre los estudiantes, incluyendo aquellos
que se cometan por medios telefónicos, electrónicos o informáticos” (Ley N° 29.719, 2011).
Por otra parte, desligándose de las leyes relacionadas con la convivencia, un estudio
publicado por la revista CEPAL a nivel de América Latina, donde la recogida de información
se basó en actos de robo, violencia física y verbal, centrado en estudiantes de sexto grado en
16 países de América Latina, los resultados que ahí se obtuvieron fueron realmente
preocupantes.
De acuerdo con los análisis, poco más de la mitad de los estudiantes de 6º grado de
educación primaria (el 51,1%) sufrieron robos, fueron insultados, amenazados o
golpeados por sus compañeros en la escuela durante el mes anterior al que se
recogieron los datos. La agresión más frecuente es el robo (39,4%), seguida de la
violencia verbal (26,6%) y, por último, la violencia física (16,5%). Aunque esta
ordenación se mantiene en todos los países, las cifras son muy diferentes de uno a
otro. (Román y Murillo, 2011, p. 44)
Respecto al método utilizado por los docentes en la escuela de lenguaje para intervenir dentro
de estas situaciones era el castigo, ya que en varias ocasiones se observó que cuando un
estudiante abusaba de otro, se utilizaba el castigo de aislarlo rodeado de mesas en una
esquina, esperando que se tranquilice para volver a clases. Después de un tiempo los
estudiantes normalizaron y asociaron que el aislamiento era sinónimo de castigo, llegando a
“castigarse” a ellos mismos sin que ninguna profesora se lo indicara. Por otra parte, en la
escuela diferencial, la docente intentaba minimizar las agresiones, para así no interferir o
buscar una solución. En este caso se optaba por evitar el contacto entre estudiante que tenían
conflictos para así no agravar la situación.
Primeramente, nos damos cuenta que pese a tener leyes y políticas de convivencia escolar en
nuestro país, estas son totalmente ignoradas por los centros para resolver los conflictos que
suceden dentro del aula. Tampoco se tratan los temas de convivencia en las clases, ni siquiera
son mencionadas estrategias de resolución de conflictos. Los objetivos actitudinales son
puestos en las planificaciones, pero pasados por alto en la práctica.
Por lo tanto, consideramos que un plan de acción que debería llevarse a cabo en chile sería
el programa Zero, nacido en noruega en el 2003, que consiste en prevenir e intervenir en el
bullying. Con objetivos que afirma:
Pretende reducir las recompensas que se pueden obtener al realizar el acto del acoso
e incrementar la gratificación social derivada de una conducta positiva. Involucrar a
padres y apoderados, profesores, líderes escolares y alumnos en el mejoramiento del
clima escolar. Reducir el acoso escolar a cero, tanto las agresiones entre alumnos y
también hacia profesores. (Garchitorena, 2017, p. 10)
De alguna forma los resultados deberían ser positivos dentro de los establecimientos, puesto
que este ya ha sido utilizado en chile con buenas cifras, en donde el bullying se disminuyó
en un 20% dentro del primer año de ser implementado en ambos establecimientos de Calama
(Garchitorena, 2017).
Conclusión
Al comparar estas medidas con las adoptadas por nuestro país, nos damos cuenta de que el
sistema chileno continúa siendo punitivo y violento con los distintos actores educativos: la
violencia escolar se combate con violencia institucional. Un ejemplo de esto es el proyecto
Aula Segura. Incluso teniendo leyes que promueven valores como la inclusión y la
negociación, en la práctica estos principios son totalmente ignorados, porque justamente, son
políticas que buscan “orientar o sugerir”; pero no son una obligación para los centros. En
lugar de brindar educación emocional para prevenir el bullying, o realizar un seguimiento a
los casos, se reacciona una vez que ya se han producido los hechos de violencia. La situación
actual de Chile es muy similar a la de Francia en 1996, con su manual de seguridad personal
ampliamente cuestionado desde el ámbito pedagógico. Lo que más se puede aprender de las
medidas tomadas por estos países, es la preocupación por relevar el acoso escolar como una
problemática no solo a nivel escolar, sino que también social, e incluir en la agenda de los
gobiernos como un desafío a nivel país en el que deben invertirse todos los esfuerzos por
resolver.
En el caso de los países de Latinoamérica, según los estudios realizados en la revista CEPAL,
se demostró que Latino América a comparación de Europa, se encuentra en una posición
donde la violencia, agresión y bullying están presentes con mayor frecuencia dentro del aula
de clases, ya que los países latinoamericanos muestran cifras altas tanto de abuso como
violencia, es decir, ¿La convivencia escolar dentro aula de clases existe? ¿Realmente las leyes
y programas que se imparten tienen efecto tanto en los alumnos como los padres? ¿Cómo se
puede disminuir esta cifra?
Estas interrogantes son las que debemos cuestionar y comenzar a trabajar en los
establecimientos educacionales primordialmente a nivel de país, tomar programas que
obtuvieron resultados positivos y así estos mismos implementarlos a las necesidades de cada
establecimiento e innovar, proponer y aplicar para poder desarrollar formas de trato
(respetar las decisiones y al compañero), buena convivencia (tener un aula segura, donde los
alumnos compartan con sus compañeros, espacios pedagógicos) y formas de trabajo
(trabajos grupales, rotativos, duplas, disertaciones etc). Un método para poder prevenir el
abuso sería impartir charlas informativas sobre el bullying, realizadas por profesionales del
área como psicólogos e incluso Carabineros de Chile con el propósito de ayudar tanto a la
víctima de acoso como la persona que lo está generando. Para que estos métodos tengan una
mayor probabilidad de éxito, estas deben ser impartidas desde edad temprana donde los niños
y niñas puedan normalizar y desarrollar sus habilidades y valores propios de su cultura. Así
mismo, se debe educar no solo a los estudiantes, sino que a todos los actores de la comunidad
educativa. Si los niños crecen viendo a sus padres agredir a un profesor, o a un directivo
menospreciando auxiliares de aseo, todas las demás medidas serán en vano.
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