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FAOTA La mayoría de los niños aprenden que tenemos cinco sentidos: vista, oído, gusto, tacto y
olfato. Sin embargo, contamos con otros sentidos que son importantes y no se incluyen en la lista.
La conciencia de nuestra posición corporal o “propiocepción” es uno de estos. Ya que no es común
que les enseñemos a los niños acerca de este sentido o que pensemos lo mucho que lo utilizamos,
la mayoría de las personas no es consciente del mismo. Esto crea un reto adicional cuando no está
funcionando adecuadamente. Si ni siquiera somos conscientes de este sentido, es difícil entender
un problema relacionado con él. Así como nuestros ojos u oídos mandan información al cerebro,
partes de nuestros músculos y articulaciones sienten la posición del cuerpo y también envían estos
mensajes al cerebro. Dependemos de esta información para saber dónde están exactamente las
diferentes partes de nuestro cuerpo y planificar nuestros movimientos. Cuando nuestra
propiocepción funciona adecuadamente, podemos ajustar nuestra posición y postura de manera
automática. Este sentido nos ayuda a asumir y mantener posiciones óptimas para las actividades
diarias como, sentarnos en una silla para trabajar; sostener utensilios como un lápiz o un tenedor
de manera correcta; saber cómo moverte a lo largo de un pasillo para no chocar con las cosas; a
saber qué distancia debemos mantener con las personas, para no estar demasiado cerca o
demasiado lejos de ellas; planificar cuánta presión hay que ejercer para no romper la punta de un
lápiz o un juguete; o bien corregir acciones en las que no estamos teniendo éxito, como por
ejemplo arrojar una pelota sin dar en el blanco, o dar un salto a la piscina y caer de golpe. Como la
propiocepción nos ayuda con funciones tan básicas, una falla en este sistema puede generar
bastantes problemas. Por ejemplo: una persona tendría que prestar atención de forma constante
a las cosas que supuestamente deberían suceder automáticamente, o estar usando la visión para
compensar y “averiguar” cómo son los ajustes corporales que se deben hacer. Esto requiere gran
cantidad de energía. Un niño que presente éstas dificultades puede sentirse torpe, frustrado e
incluso tener miedo en algunas situaciones. Si no está seguro de dónde están sus pies, es probable
que tenga miedo al bajar las escaleras. El sistema propioceptivo se activa a través de actividades
tipo “empujar/arrastrar” por lo que aquellas actividades que involucren peso o presión darán una
sensación a menudo calmante y pueden ser útiles para niños que se desorganizan
frecuentemente. ¿Cómo ayudar a que un niño/a sea más consciente de su posición corporal? A
continuación hay algunos ejemplos de actividades de propiocepción, que pueden ser útiles para
ayudar a que los niños sean más conscientes de la posición de su cuerpo y se sientan más
tranquilos y organizados. 1. Que ayuden en “trabajo pesado” como por ejemplo: cargando las
bolsas del supermercado, cargando la canasta de la lavandería, arrastrando bolsas con hojas,
sacando la basura o arrancando malas hierbas (malezas). 1. Jugar a ir de campamento llevando
una mochila cargada con bolsitas rellenas de granos o semillascuidando que esta sea de un
tamaño adecuado para el niño. Hacer como si estuvieran escalando montañas y saltando desde
piedras en el jardín o en el parque. 2. Hacer un “sándwich” con el niño apretándolo suavemente
entre los cojines del sofá. Añadir suavemente presión como si estuvieran poniendo los
ingredientes (“jamón, queso, lechuga, etc.”). 3. Tener al niño con los ojos cerrados y que sienta
dónde están sus piernas, manos, brazos etc. Preguntarle si están arriba o abajo. Observar si el niño
puede ponerse en diferentes posiciones sin ayuda de su vista, como rodar una pelota, tocar su
nariz, hacer círculos con los brazos, formar una “X” con los brazos y piernas, etc. 4. Algunos niños
disfrutan de la sensación de colgarse en una barra, y sentir cómo se estiran cuando están colgados
y columpian su cuerpo. Se puede colocar una barra en el marco de las puertas, con el fin de
ofrecerle ésta actividad en la casa. 5. Darle al niño estímulos propioceptivos extras cuándo esté
aprendiendo algo nuevo. Por ejemplo; ponerle un brazalete liviano cuando esté tratando de
arrojar una pelota, lo que le puede dar más información acerca de la posición de su brazo.
Practicar letras, formas o números en materiales diferentes como plastilina o barro. Poner tus
manos en su cadera y presionar suavemente cuando esté aprendiendo una nueva habilidad
motora como subir las escaleras o patinar. O mover al niño a través de acciones proporcionándole
resistencia a sus movimientos para que los pueda “sentir” de manera más fácil. 6. Dar masajes
suaves y firmes si es que el niño lo disfruta. Frotar sus brazos y piernas para ayudarlo a despertar,
aplicarle presión en los hombros o la cabeza para calmarlo o masajear sus manos antes de que
esté por iniciar una tarea motora que sea difícil. Éstas son sólo algunas ideas. Pero se pueden
llevar a cabo muchas más, aplicando el sentido común y sin presionar o exigir que el niño cargue
cosas demasiado pesadas. Se recomienda experimentar y encontrar herramientas que ayuden a
cada niño. DISCOVER PROPRIOCEPTION: A "HIDDEN" SENSE © es parte de una serie de “Páginas p
SISTEMA PROPIOCEPTIVO
El sentido propioceptivo se refiere a la información sensorial y la
retroalimentación que nos dice acerca de la posición del cuerpo, el
movimiento y la sensación de dónde te encuentras en relación con el
espacio que te rodea. Los receptores están localizados en los
músculos, articulaciones, ligamentos y otros tejidos conectivos. Sin
este importante sistema, no sabríamos dónde están las diferentes
partes de nuestro cuerpo cuando no miramos cada parte. Para darte
un ejemplo, cierra los ojos y con ambas manos y tócate las orejas.
Fuiste capaz de hacer esto sin ver dónde estaban tus orejas debido a
la entrada propioceptiva. La relación de donde están tus orejas con la
colocación y el movimiento de tus manos a través del espacio.
La propiocepción se trata de la conciencia del cuerpo, y TODOS los
niños necesitan esta conciencia para un desarrollo apropiado. Así
que si el sentido propioceptivo no está recibiendo o interpretando la
información correctamente, entonces hay una disfunción
propioceptiva. A veces, cuando un niño está procesando de manera
imprecisa estímulos de su entorno o de su propio cuerpo, puede
haber patrones que emergen mostrando comportamientos de
“búsqueda sensorial” o de “evitación sensorial”.
¿Qué es la Propiocepción?
La Propiocepción nos aporta información desde nuestros músculos, ligamentos y
articulaciones. Nuestros receptores a través de las vías aferentes nos aportan sensaciones
sobre la compresión y el estiramiento de músculos y articulaciones. Gracias a la “Propio”,
podemos saber la posición de nuestro cuerpo o de nuestros segmentos corporales sin verlas.
También nos informan de la sincronización de nuestros movimientos y de su velocidad.
o El tono muscular
o Nivel de actividad
o Esquema corporal
o Disociación, coordinación, fluidez, fuerza y velocidad
o Estabilización de articulación proximal y cocontracción muscular
o Control postural
o Planeación motora
o Función manual
o Esquema corporal
o Equilibrio
o Coordinación
o Modulación del nivel de alerta
Así, podemos aprovechar tareas de la vida diaria y asignárselas a los chicos: llevar las bolsas
tras la compra, ser el encargado de llevar la garrafa de agua a la mesa, de llevar el pienso del
perro al patio, de llevar el cesto de la ropa sucia…
Los juegos y actividades como hacer abrazos de oso, jugar a aplastar o a hacer sandwiches,
colgarse de una barra, asaltar en el trampolín, trepar por las espalderas o por un rocódromo,
También puede ser una buena idea usar material pesado o lastrado. Tenéis varios
ejemplos aquí (enlace). Hay ropa lastrada, chalecos, cojines y mantas, también mantas muy
elásticas, que pueden seros útiles. También podéis ver este listado de equipamiento y
juguetes que ha elaborado el blog The Sensory Spectrum (enlace aquí). Por último, os enlazo
un tutoríal para hacer un cinturón lastrado con un calcetín (clic aquí). Os recomiendo que os
paséis por mi Pinterest de Integración Sensorial (enlace aquí).
Tener al niño con los ojos cerrados y que sienta dónde están sus piernas, manos, brazos etc.
Preguntarle si están arriba o abajo. Observar si el niño puede ponerse en diferentes
posiciones sin ayuda de su vista, como rodar una pelota, tocar su nariz, hacer círculos con los
brazos, formar una “X” con los brazos y piernas, etc.
Darle al niño estímulos propioceptivos extras cuándo esté aprendiendo algo nuevo. Por
ejemplo; ponerle un brazalete liviano cuando esté tratando de arrojar una pelota, lo que le
puede dar más información acerca de la posición de su brazo. Practicar letras, formas o
números en materiales diferentes como plastilina o barro. Poner tus manos en su cadera y
presionar suavemente cuando esté aprendiendo una nueva habilidad motora como subir las
escaleras o patinar. O mover al niño a través de acciones proporcionándole resistencia a sus
movimientos para que los pueda “sentir” de manera más fácil.
Dar masajes suaves y firmes si es que el niño lo disfruta. Frotar sus brazos y piernas para
ayudarlo a despertar, aplicarle presión en los hombros o la cabeza para calmarlo o masajear
sus manos antes de que esté por iniciar una tarea motora que sea difícil
Sin embargo, es mucho más común que los problemas con el sexto y séptimo sentido
afecten las habilidades motoras gruesas y las habilidades motoras finas. Esta es la
razón.
Las dificultades que tienen que ver con los sentidos pueden complicar el control de los
movimientos en todo tipo de tareas. Los niños con dificultades del procesamiento
sensorial pueden romper el lápiz porque están escribiendo con mucha presión, rasgar
una página cuando sólo la quieren pasar o abrazar con demasiado entusiasmo.
No les gustan actividades físicas que otros niños disfrutan. Por ejemplo, podrían
no sentirse seguros en los columpios porque no están obteniendo la información
sensorial que les dice que están sentados firmemente. Cuando se columpian, podrían
tener dificultad para entender cómo trasladar su peso para balancearse.
Esta prueba exploratoria puede ser aplicada a niños desde primero a octavo año
de E.G.B.
Aplicación:
Se presentan diversos textos al niño y se le pide que los copie donde corresponde.
No se permite borrar ni se controla el tiempo.
Evaluación:
Es importante consignar con que mano escribe el niño, para determinar la
lateralidad y dominancia cerebral.
Observe con detención la escritura del niño y luego compare con el listado de
errores cablegráficos. Consigne “Si” o “No”, en la hoja del protocolo dependiendo
de la existencia del error.
Esta ficha evaluativa refleja resultados cualitativos.
MODALIDAD DE REGISTRO
Examinador: _____________________________________________________
1. Tronco:
-A la derecha.
A la izquierda.
2. Hombros:
1. Codos:
1. Antebrazo:
Oblicuo en la relación de la línea.
Perpendicular a la línea
Paralelo a la línea.
mesa.
Derecho.
Inclinado hacia la izquierda.
Inclinado hacia la derecha.
Colocado en el campo izquierdo.
Al medio.
En el campo derecho.
. MOVIMIENTOS
1. Progresión grande:
El codo se desplaza.
El antebrazo gira alrededor del codo.
1. Progresión pequeña:
III. TONICIDAD
• En la otra mano.
• En el rostro.
Reacciones neurovegetativas
• Transpiración palmar.
• Palpitaciones.
• Dolor.
• Respiración entrecortada.
Dificultades de control.
• Fagitabilidad.
• Esfuerzo excesivo.
• Perfeccionismo.
• Impulsividad.
• Inestabilidad.
Otras.
V. RESUMEN:
Dificultades de control.
Reacciones neurovegetativas.
Fenómenos dolorosos.
I. Identificación.
Cursos: ……………………………………………………………………………….
Repitencias: …………..
Escuela:
………………………………………………………………………………………………
………………
1. Copie la siguiente frase: “El reloj está marcando las cuatro y media de la
tarde”.
“Aunque se dice que el león es el rey de la selva, el tigre es más fuerte y elegante.
En la selva todos los animales viven en comunidad y en un ecosistema perfecto y
equilibrado”.
Pauta de Errores.
Tipo de errores.