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En esta nueva era de desarrollo, adelanto tecnológico y constante ͞evolución͟ hemos


ido dejando de lado muchas de las razones que nos han llevado a existir: la búsqueda
de la vida. Somos víctimas de nuestro propio crecimiento, ya que el —  
 
 se ha enjaulado a si mismo dentro de la tecnología, impidiendo la
formulación, la creación, la sublimación de sus pulsiones, convirtiendo en un proceso
mecánico e incluso automático la realización de procesos creativos.

Explicaré más a fondo esta situación. Citando el trabajo de mí compañera Andrea


López Clinton, la idea de la    
  en Japón es la forma como se
expresa físicamente la tendencia de la que hablaba más arriba, donde los mecanismos
de trabajo han tomado un control total sobre las funciones humanas y la creación
artística ha pasado a ser casi un plano ya inexistente; ya que, los trabajadores están
tan acostumbrados a seguir paso a paso un ͞manual͟ de trabajo, se ha creado una
nueva situación de crisis para las empresas que buscan la    de sus
productos, debido a que estos no son capaces de salir de su cuadro predeterminado de
trabajo. Es de esta forma como se demuestra que la falta de la aparición de arte en la
vida del ser humano afecta hasta las tendencias más alejadas de lo que podríamos
considerar como arte.

Eros es necesario en el Ser Humano ya que el eros, la entropía, es la representación de


la vida, es entonces que podemos pensar que esta generación es una generación
tanática, debido a su falta de sublimación y a la necesidad de la expresión artística.
͞Europa y sus atributos están bajo sospecha, pues los ideales de
  son tan
igualitarios y morales como despóticos͟ (Ospina: 1994 3).

Es entonces donde aparece el Arte como salvación de nuestro ya tanatizado mundo,


nuestra tendencia a la muerte ha superado ya la tendencia de vitalización de nuestra
forma de vida; basta con preguntar a nuestros abuelos y padres como era su infancia y
cuáles eran sus juegos preferidos, nos topamos entonces con la necesidad de inve ntar
juegos a partir de los instrumentos más simples, desde el ͞bote pateado͟ hasta las mil
y un formas de jugar a las canicas. Es esta inventiva la que nos demuestra la
erotización natural presente en el Hombre. Al compararlo con la infancia con la que
crecemos nosotros y las siguientes generaciones, donde es la maquina la que propone
el entretenimiento individual, y yendo más lejos a las salas de juegos virtuales en línea,
podemos darnos cuenta como es este tánatos, o inercia de muerte la que radica ahora
entre nosotros.

1
Diego Villaseñor 2010.
2
Plasencia SIGNOS 2010.
3
Clase en Común Mari Fors ͞Es tarde para el Hombre͟
La única solución coherente que me nace al pensar en esta situación, no es otra que la
búsqueda de re introducir al eros en nuestra cotidianeidad, es decir, la reerotización
del mundo. Pero ¿cómo sería entonces llevar a cabo esta tan compleja meta? Aquí es
donde juega su papel el arte como nueva esperanza de renovación vital, ya que, como
hemos trabajado durante esta unidad, el arte se encuentra presente en todas las
formas posibles de invención y creación en las que se encuentre presente la
sublimación como parte de nuestro juego erótico que es la vida.  ͞El Arte es una vía
alternativa a la re conexión a Eros, a la naturaleza, al origen. El ser humano
literalmente vive en varios mundos separados, utilizando el , el    el
 , el   , y las salas de chat para substituir con la conexión a internet el
amor y la aceptación͟ (Villaseñor, 2010).

La reerotización del mundo debe buscar eliminar estas escisiones, que solo buscan
separar nuestra liberación humana que somos, ya que de no hacerlo el ser humano
puede dejar para siempre la idea de su existencia, es decir que si no logramos
separarnos de nuestras maquinas, no habrá vuelta atrás para esta terrible pérdida de
eros y estaremos condenados a vivir como nos estamos acostumbrando a hacerlo: con
la terrible necesidad de no pensar, ni permitirnos la oportunidad de crearnos un
entorno vivo, donde podamos tener las posibilidades infinitas que nos otorga la
imaginación tan maravillosa de la que somos poseedores. Es el momento de
desconectarnos de nuestros monitores, que solo intentan mostrarnos: de que nos
estamos perdiendo con solo abrir la puerta y dejar de pensar en   que nos
limitan a solo ver los  que corresponden a la belleza real que posee el árbol, y la
música que se produce al pasar el viento entre sus hojas. La obra maestra nos espera,
más allá de nuestras computadoras y me temo que de no querer verlas ahora, no
podremos verlas de otra manera nunca más.

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