Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
La Memoria de La Zanahoria 3ºA PDF
La Memoria de La Zanahoria 3ºA PDF
Estamos en el salón de una casa de postín. Entre los muebles destaca un escritorio, de esos que se
cierran con tapa. Y sobre él, un florero con flores).
(Entra Dalagón, el dueño de la casa. Va bien vestido y se adorna con bigote y perilla).
PERSONAJES:
DALAGÓN.-
(Que se acerca al escritorio y manosea las flores).
Por las narices de mil pregoneros errantes. -¿Dónde está el kilo de turrón de Alicante? Lo dejé aquí
para llevárselo a la dama de mis sueños.
PANCORBO.-
Amo. Si tiene sueño, lo mejor es que duerma.
DALAGÓN.-
-¿Qué dices, palurdo?
PANCORBO.-
Se confunde señor, no soy Palurdo sino Pancorbo.
DALAGÓN.-
-¿Osas contradecirme?
PANCORBO.-
-¿Osas contradecirme? No las conozco señor. Tal vez si me habla de osas pardas, osas polares…
DALAGÓN.-
Ha desaparecido mi kilo de turrones.
PANCORBO.-
Tal vez haya sido alguna de las osas. Es sabido que gustan del dulce.
DALAGÓN.-
-¡Mendrugo, recibirás tu merecido!
DALAGÓN.-
Has sido tú.
PANCORBO.-
-¿Yo?
DALAGÓN.-
Te has comido mi turrón.
PANCORBO.-
-¿No habíamos quedado que fueron las osas?
DALAGÓN.-
Tendrás tu merecido.
PANCORBO.-
Deje el señor la estaca, que prefiero el mendrugo de antes.
(Dalagón persigue a Pancorbo por toda la estancia, estaca en mano. Da mandobles a diestro y siniestro,
pero sin acertar a su sirviente, que corre como un gamo).
PANCORBO.-
(Cuando se ve acorralado entre la estaca y la pared).
-¡Fue Periquillo!
DALAGÓN.-
-¿Periquillo?
PANCORBO.-
Periquillo.
DALAGÓN.-
(Que llama).
-¡Periquillo!
PERIQUILLO.-
-¿Llamaba el señor o sólo se expresaba?
DALAGÓN.-
Te has comido mi kilo de turrón.
PANCORBO.-
Si no has sido tú, han sido las osas.
DALAGÓN.-
-¡Confiesa!
PERIQUILLO.-
Me confesaría, mi señor, pero a esta hora el cura duerme su siesta.
(Dalagón se abalanza con su estaca sobre Periquillo, pero éste huye hacia Pancorbo y ambos se alejan
cuanto pueden de la estaca, que recorre sin descanso toda la estancia, arriba y abajo, sin dar con los dos
criados).
PERIQUILLO.-
(Cuando está acorralado por el amo, junto al infeliz Pancorbo).
DALAGÓN.-
(Que llama).
-¡Guillermillo!
PANCORBO.-
-¡Más alto, señor!, que Guillermillo es sordo como un monaguillo.
DALAGÓN.-
-¡Guillermillo!
(Entra Guillermillo).
DALAGÓN.-
Mi turrón…
GUILERMILLO.-
Y usted, mi bocata de panceta…
DALAGÓN.-
-¡Ahhh!
(Dalagón se abalanza con su estaca sobre Guillermillo, que se aleja. Y así, los tres criados esquivan los
estacazos de Dalagón).
-¡El escritorio!
DALAGÓN.-
(Que llama. Fuera de sí).
-¡Escritorio!
PANCORBO.-
Más alto, señor; que es como un tronco.
DALAGÓN.-
-¡Escritorio!
GUILLERMILLO.-
-¿Y no sería más fácil que vaya usted y lo abra?, porque si hemos de esperar aquí a que el escritorio
de sus primeros pasos…
DALAGÓN.-
Me confundes.
GUILLERMILLO.-
Digo, que el señor guardó su turrón alicantino dentro del escritorio.
DALAGÓN.-
Pensé que lo había dejado encima.
GUILLERMILLO.-
Lo guardó dentro, y no encima.
DALAGÓN.-
-¡Mi turrón!
PANCORBO.-
DALAGÓN.-
-¿No iréis a utilizar la violencia?
(Los tres sirvientes persiguen a Dalagón por la estancia, mientras el amo corre como el mejor de entre
ellos y los otros no le dan alcance. Salen los cuatro, perseguido y perseguidores).