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Una raíz ventral y una raíz dorsal se unen para formar un nervio espinal, que pasa hacia

afuera desde el canal vertebral a través de un “foramen intervertebral”.

En el canal espinal discurre la médula hasta la altura de la primera vértebra lumbar. Debajo se
encuentran las raíces de los nervios espinales inferiores (cola de caballo) así como la red
lumbar (plexus lumbalis) y la red sacral (plexus sacralis). La médula espinal está rodeada por
la duramadre (dura mater). Esta está unida estrechamente a la aracnoidea. El espacio entre la
aracnoidea y la piamadre espinal (pia mater) están adheridas a su vez a la médula, contiene el
líquido cefaloraquídeo. Otra espacio, el llamado espacio epidural, se encuentra entre el
periostio del cuerpo cervical y la duramadre. Contiene grasa y la red venosa de la columna
vertebral (plexus venosus vertebralis). El espacio epidural sirve de colchón y espacio de
desplazamiento al moverse la columna.

Anatomía de la espalda: Ligamentos


Los ligamentos mantienen unidas las vértebras individuales y garantizan la estabilidad de la
columna vertebral. Al mismo tiempo también garantizan cierta movilidad. Un ligamento
longitudinal anterior y otro posterior respectivamente recorren toda la columna vertebral. El
ligamento longitudinal anterior se une a los cuerpos vertebrales y mantiene la tensión entre
ellos. El ligamento longitudinal posterior se une a los discos vertebrales. Dado que la tensión
de estos ligamentos depende de la altura del disco intervertebral, una diminución de la altura
del espacio intervertebral conlleva una relajación del ligamento cervical posterior. Esta
alteración desestabiliza rápidamente a otros segmentos.

Los arcos cervicales están unidos entre sí por los ligamentos amarillos (del latín ligamenta
flava). Junto con la musculatura de la espalda previenen el “volcado” de la columna vertebral.
El ligamento interespinal (del latínligamentum interspinale) entre las apófisis espinosas
estabiliza el movimiento de inclinación.

Anatomía de la espalda: Discos


intervertebrales
Entre los cuerpos vertebrales se cuentan los discos intervertebrales (también llamados: disco
vertebrales intermedios o disci intervertebrales) que junto con los ligamentos garantiza la
estabilidad y movilidad de la columna vertebral. Los discos intervertebrales son anillos fibrosos
(anulus fibrosus) que encierran un núcleo gelatinoso (nucleus pulposus). Las fibras del anulus
fibrosus se disponen como un tornillo y están unidas por fibras con las placas terminales
inferior y superior de las vértebras adyacentes. El nucleus pulposus contiene agua y sirve para
compensar las presiones que recibe la columna vertebral. El peso que carga se amortigua con
el agua. Por eso, a lo largo del día, el disco intervertebral se va aplanando. De hecho, la
mayoría de las personas han perdido hasta 3 milímetros de altura al caer la noche. Durante el
sueño nocturno los discos intervertebrales recuperan su forma. En el sacro todos los
elementos de la columna están fusionados. Por este motivo es inmovible.
La movilidad de cada cuerpo vertebral contra otro es relativamente pequeña porque, al
contrario que las vértebras cervicales, tiene una función amortiguadora portante. El grosor de
los discos intervertebrales disminuye de las vertebras cervicales a las lumbares.

La musculatura, los huesos, ligamentos y las articulaciones forman en su conjunto el elemento


de movimiento. Los fenómenos de desgaste en este sistema de alta precisión pueden
provocar sobre todo tensiones de la musculatura de la espalda, lesiones de los nervios,
inflamaciones y la reducción del riego sanguíneo. Esta reacción en cadena en el segmento de
movimiento, puede conllevar a largo plazo un dolor de espalda crónico.

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