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PERSONAJES PRINCIPALES

La abuela desalmada: Esposa de Amadis el grande y madre de Amadis hijo padre de Eréndira,
mujer con delirios de grandeza que abusa cruelmente de su nieta.

Cándida Eréndira: Niña de 14 años, delgada, frágil y dócil.

Ulises: Joven que se enamora de Eréndira y que está dispuesto a hacer todo por ese amor.

PERSONAJES SECUNDARIOS

Los Amadises: Esposo e hijo de la abuela se dedicaban al contrabando, ambos mueren por sus
malos artes.

El tendero del pueblo: Hombre viudo que disfruta con la virtud de las niñas.

El fotógrafo: Personaje que sigue los pasos de la feria ambulante que creo la abuela para
venderla.

El carguero del camión: Joven que aprovecha y cobra en especie los servicios prestados a la
abuela.

El hombre del correo: Joven de no más de 20 años y quien corre la voz sobre Eréndira.

El granjero holandés: Padre de Ulises.

Los misioneros: Intentan salvaguardar a Eréndira.

Las novicias indias: Compañeras de la niña en el convento.

Las prostitutas: Mujeres que se sentían celosas ante la popularidad que tenía Eréndira.

RESUMEN

LA INCREÍBLE Y TRISTE HISTORIA DE LA CÁNDIDA ERÉNDIRA Y SU ABUELA DESALMADA

Así fue como comenzó la desgracia de la huérfana Eréndira de apenas 14 años.

Eréndira llevaba una vida agotadora, debido a que tenía que servir a su abuela en todo lo que
esta necesitara y adicionalmente debía hacer todos los quehaceres y oficios domésticos
requeridos, ya que ella vivía en una misión enorme en el desierto solo con su abuela.

Con todas las tareas que tenía la joven, terminaba rendida del sueño, un día como cualquier en
su vida rutinaria se acostó en la cama dejando un candelabro encendido, al que después el
viento consiguió derribar. Por una desgraciada y casualidad, cuando Eréndira se durmió con un
candelabro ya encendido, se hizo fuego en la mansión, la poca gente del pueblo asistió a
rescatar los restos del desastre.
La desdicha de la joven le llegó al día siguiente, cuando los daños eran infinitos y no le
quedaría vida para pagar todo a su abuela. Obligada por la anciana, comenzó a prostituirse
para pagar su negligencia.

El primero cliente, fue un hombre tendero viudo del pueblo, que era reconocido en el desierto
porque se decía que pagaba a buen precio la virginidad. El tendero del pueblo pagó 220 pesos
y un poco de comida por la virginidad de Eréndira. Luego cuando ya no quedaban hombres en
pueblo que lograra costear algo por el amor de la débil Eréndira, se desplazaron en un camión
de carga hacia otros pueblos y regiones.

La joven asumió que debía pagar por el viaje nuevamente ofreciendo su cuerpo al carguero del
camión. Para Eréndira fue una buena experiencia, ya que se gustaron mutuamente. Fue tanto
el gusto que el carguero le propuso a la abuela que lo dejara llevarse a su nieta con él, ya que
tenía intenciones buenas pero la abuela se negó a no ser qué le pagara la gran cantidad que le
debía su nieta por las pérdidas provocadas. Eréndira comenzó a llevar su cara pintada con un
estilo antiguo, como el de su abuela en sus años de juventud.

Reiteradamente cuando ya no quedaron más hombres en el pueblo, se trasladaron a otro


pueblo donde decidieron quedarse.

Un cartero pagó por los servicios de Eréndira por transmitir la llegada de ella a otros hombres.
Fue un éxito. Detrás de los hombres vinieron muchas cosas más como puestos de comida, y
mesas de lotería entre otras cosas. Con el paso del tiempo quizá meses, la anciana llego a ser
flexible con el pago del dinero y emprendió por permitir que los clientes de su nieta
cumplieran el pago con anillos, reliquias familiares o cualquier cosa que tuviera algún valor
materia.

Logro tanto que disfrutó suficiente dinero para comprar un burro para hacer viable la
posibilidad de buscar otros lugares para cobrarse la deuda. Emprendieron un nuevo traslado
llegando a San Miguel del Desierto, allí fue donde encontró a Ulises, junto al obviamente
nuevos clientes y más dinero conseguido por su trabajo. Ulises, era un adolescente, hijo de un
granjero holandés y una india guajira, que tenía hermosos ojos marítimos y solitarios e
identidad de ángel furtivo.

En el momento que Ulises visitó a la carpa de Eréndira, ambos sintieron una atmosfera
diferente, sintieron amor, se quisieron. Se quisieron. Eréndira fue su primera mujer con quién
él hacia el amor. Ulises se enamoró de Eréndira perdidamente a penas la conoció y por ese
amor desarrollo un poder especial: volver azules las cosas de vidrio. Un chico simpático que
conoció una noche y al que se entregó sin dinero alguno.

En a San Miguel del Desierto había una casa de misioneros. Los misioneros hablaron con la
abuela de la niña puesto que Eréndira era menor de edad, comunicaron que querían ponerla
bajo su custodia, o deberían buscar otros métodos. En la noche cuándo ambas dormían, unas
personas enviados por los misioneros, se llevaron la niña al convento de la misión. Eréndira no
malgastó ni una noche de sueño desde que consigo llegar al convento. Descubrió otras formas
de vida, otros puntos de vista sobre la belleza entre otras cosas que jamás había imaginado en
el ahogado mundo de la cama. Eréndira se sentía feliz porque prefería el oficio que tenía en el
aquel lugar, que era estar pendiente de limpiar en todo momento las escaleras que dejaban
embarradas los misioneros cada vez que pasaban, al de prostituirse para pagar una deuda de
la cual no era culpable, porque solo era un niña sin protección. Ella era feliz, cuando una monja
demostraba unas bonitas melodías musicales. Eréndira se sentía ella, se sentía como lo que
era, una niña, aprendiendo nuevas cosas. Para su desgracia su abuela seguía insistiendo en
recuperar a su nieta que le debía una gran cantidad de dinero.

La anciana inclusive llego a hablar con el alcalde recibiendo una respuesta no muy positiva
para ella, más que no podía hacer nada. Dando la razón que los misioneros tenía el derecho de
quedarse con Eréndira, hasta que fuera mayor de edad o en su defecto hasta que se case. Por
supuesto la abuela busco formas de sacar a su nieta del convento, comunicándose con
contrabandista reluciendo su nombre de “La Dama de Amadis el grande” convencida de que
conocieran a su familia contrabandista, pero nuevamente para su desgracia el hombre no
sabía de qué hablaba.

La única solución que encontraba la anciana era pagar veinte pesos a un niño indio para que se
casara con Eréndira. En el momento que se le pregunto a la niña que cual era su deseo libre,
ella respondió que no deseaba casarse, solo irse con su abuela.

En su casa, Ulises solo pensaba en Eréndira. La madre guajirana de Ulises, le dijo que esas
cosas sólo suceden por amor, su madre se dio cuenta del amor que sentía su hijo. La relación
de los padres de Ulises era complicada porque su madre no sabía holandés y su padre no sabía
guajiro. Entonces Ulises podía tener una conversación distinta con cada uno de los padres.
Ulises no quería hablar sobre Eréndira con su madre, aunque ella entendía que había alguien
que había encendido los sentimientos de su hijo. Ulises no podía dormir conviviendo con el
dolor de las memorias, hasta que el propio dolor le dio impulso. Se fugó en busca de su amada,
decidió escaparse e ir a por ella, viajó por el desierto el resto de la noche y por los pueblos
preguntando cuál era el rumbo de Eréndira. Pasó poco tiempo, Ulises la encontró.

Tentó a Eréndira a huir con él al otro lado muy lejos de la frontera.

Ulises le enseño a su amada Eréndira una naranja de la caja de los capitales de su padre, eran
muy especiales por que las naranjas que cultivaba el granjero holandés, padre de Ulises, tenían
un diamante legítimo en el centro. Por esto, las llevaban de contrabando y cada naranja
costaba 50.000 pesos.

En el interior de esta naranja se encontraba clavado un diamante legítimo. También le enseño


una pistola y le dijo que tenía como desplazarse, tenían forma de huir y dejar todo el dolor
atrás. Eréndira asustada de la encantadora propuesta de Ulises después de unos días logro
decidirse. Quería alejarse para siempre de su abuela. Huyeron hacia el desierto. Esa vez la
abuela recurrió de inmediato a la autoridad civil. El comandante decidió atrapar los fugitivos.
En una camioneta militar viajaron el comandante, la abuela, el padre de Ulises y unos agentes
armados.
Al mediodía empezaron a ver restos de la camioneta de Ulises por el camino. Los jóvenes
fugitivos fueron atrapados y empeoro la esclavitud para Eréndira. En la frontera, se
encontraban Eréndira y su abuela, donde la cantidad de hombres eran infinitas deseosos de su
cuerpo. Allí se encontraban muchas personas, la furia de las mujeres del pueblo despertó y
como un perro, la ataron a la cama. Atada con una cadena de perro en su tobillo, la anciana
daba un discurso con la finalidad que agradeciera por todo, porque “vivía como una reina”
como siempre Eréndira solo decía “Si, abuela”. Se sometió en silencio al tormento de la cama
cuando la abuela le cantaba la visión de futuro, la sacaron a la calle desnuda, hasta que alguien
tuvo el valor de cubrir su cuerpo.

Su viaje hacia el mar, inicio cuando la anciana rebosaba de dinero. Al llegar al mar, comenzaron
los sueños de la abuela sobre la grandeza del futuro de Eréndira. La abuela pasó todo el
tiempo hablando sin soñar sobre sus nostalgias de amores caribellos y de todo el mundo,
Eréndira solo pensaba en Ulises. Lo llamó con toda la fuerza de su voz interior “¡Ulises!” Quería
verlo.

Ulises escucho la dulce voz de Eréndira con perfecta claridad. Se decidió salvarla de su
desgracia. Se fue sin despedirse de sus padres, partió hacia ella.

La última vez tuvo éxito. Pero no sin molestias. Eréndira le suplico a Ulises que matara a su
abuela. El primer intento fue matar a la abuela con una torta en la cual había veneno quizá
libra de veneno para ratas revuelto con nata de leche y mermelada de frambuesa. Se la dio a la
anciana, quien, encantada, la recibió sin preocupaciones. Después de comérsela entera,
durmió como siempre Sólo resultó en que la abuela tuvo problemas y en que le perdió los
pelos. Al segundo Ulises utilizó un detonante. Puso una bomba en el piano de la abuela.

Esto sólo trajo más deuda para Eréndira, pero esto solo logro una peluca y ropa quemada, pero
la abuela se encontraba más que viva, incluso más que nunca.

Al tercero intento Ulises, cogió un cuchillo teniendo una dura batalla, después de asestarle
varias puñaladas, mató a la abuela. Eréndira, cogió los lingotes de oro del chaleco de su abuela
y corrió hacia la libertad iba corriendo contra el viento y ninguna voz de este mundo la podía
detener. Ni siquiera la voz de Ulises. Ulises la seguía, nadie logró alcanzarla y no se supo nunca
más de ella.

CONCLUSIÓN.

Este cuento o novela corta fue uno de los primeros encuentros que tuve con la literatura y
puedo decir que este pueda ser uno de mis escritores favoritos, posiblemente porque la forma
en que describe se me hace muy cercana al conocer los lugares donde fueron inspiradas las
historias, paralelamente con la manera como maneja temas tan delicados como son el tratado
en la novela, como lo es la prostitución infantil y lo que nos da a pensar mucho porque es una
novela escrita hace 43 años y la realidad descrita no ha cambiado, aún persiste y más aun con
los avances tecnológicos que se prestan para que se lleven a cabo atrocidades como es el
comercializar con niños.
La Cándida Eréndira no deja de ser una niña manipulable y cándida aunque sea redundante
que se puede ver reflejada en muchos niños y niñas que hay en el mundo y que deben ser
protegidos por ser seres vulnerables.

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