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Hermenéutica filosófica

Profesor Dr. Federico Rodríguez


Grado en Filosofía. 2º cuatrimestre, 2019-20 / Periodo:12 de febrero de 2020 a 13 de marzo de 2020.
Horario: Miércoles, jueves y viernes (13.00h-14.20h); Sala F3

6ª sesión, viernes 21 de febrero de 2020


1. «La consideración atenta, el estudio concienzudo de una tradición, no pueden pasarse sin una receptividad para lo distinto [eine Empfänglichkeit
für das Andere] de la obra de arte o del pasado. Y esto es precisamente lo que, siguiendo a Hegel, habíamos destacado como característica general de
la formación [eine allgemeine Kennzeichen der Bildung], este mantenerse abierto hacia lo otro, hacia puntos de vista distintos y más generales. La
formación comprende un sentido general de la mesura y de la distancia respecto a sí mismo, y es, en esta medida, un elevarse por encima de sí
mismo hacia la generalidad. Verse a sí mismo y ver los propios objetos privados con distancia quiere decir verlos como los ven los demás [sie
ansehen, wie die anderen sie sehen] [Y ahora, porque esto es algo de cajón, aunque sea algo que hay que repetir una y otra vez, ahora viene el giro
interesante, el giro filosófico, el gesto de Gadamer, F.R.]. Y esta generalidad no es, seguramente, una generalidad del concepto o del entendimiento
[nicht eine Allgemeinheit des Begriffes oder des Verstandes]. No es que lo particular se determine desde lo general; nada puede aquí demostrarse
concluyentemente. Los puntos de vista generales hacia los cuales se mantiene abierta la persona formada no representan un baremo fijo que tenga
validez, sino que le son actuales como posibles puntos de vista de otros» (Hans-Georg Gadamer. Wahrheit und Methode. Grundzüge einer
Philosophischen Hermeneutik, 1960; trad. cast.: A. Agud y R. De Agapito; traducción modificada).

2. «Según esto, la conciencia formada reviste, de hecho, los caracteres análogos a los de un sentido [denn Charakter eines Sinnes] […] La conciencia
formada supera, sin embargo, a todo sentido natural en cuanto que éstos están siempre limitados a una determinada esfera. La conciencia opera en
todas las direcciones y es así un sentido general [ein allgemeiner Sinn]. Un sentido general y comunitario [Ein allgemeiner und gemeinschaftlicher
Sinn]». (Hans-Georg Gadamer. Wahrheit und Methode. Grundzüge einer Philosophischen Hermeneutik, 1960; trad. cast.: A. Agud y R. De Agapito).

3. «El recurso de Vico al concepto romano del sensus communis y su defensa de la retórica humanística frente a la ciencia moderna revista para
nosotros un interés especial, pues nos acerca a un momento de la verdad del conocimiento espiritual-científico que ya no fue asequible a la
autorreflexión de las ciencias del espíritu en el XIX […] La apelación de Vico al sensus communis entra, como ya hemos visto, en un amplio
contexto que llega hasta a antigüedad y cuya pervivencia hasta el presente es nuestro tema». (Hans-Georg Gadamer. Wahrheit und Methode.
Grundzüge einer Philosophischen Hermeneutik, 1960; trad. cast.: A. Agud y R. De Agapito).

4. «Para discernir si algo es bello o no lo es [etwas schön sei oder nicht], no referimos la representación por medio del entendimiento [Verstand] al
objeto, con fines de conocimiento, sino por medio de la imaginación [Einbildungskraft] (quizá unida al entendimiento) de éste. El juicio de gusto
[Geschmacksurteil] no es, entonces, un juicio de conocimiento y, por consiguiente, tampoco lógico, sino estético [nicht logisch, sondern ästhetisch];
se entiende por éste aquel cuyo fundamento de determinación no puede ser de otro modo sino subjetivo [nicht anders als subjektiv sein kann]. Toda
relación de las representaciones, aun de las sensaciones, puede, empero, ser objetiva (y entonces significa ella lo real de una representación
empírica); únicamente no lo es la relación con el sentimiento de placer y de displacer, por medio de la cual nada es designado en el objeto, sino en la
cual el sujeto se siente a sí mismo tal como es afectado por la representación. Aprehender con la facultad de conocimiento (ya en un modo claro de la
representación, ya en uno confuso) un edificio regular y adecuado a su finalidad, es algo completamente distinto a cobrar conciencia de esta
representación con la sensación de complacencia [der Empfindung des Wohlgefallens]. Aquí la representación es referida enteramente al sujeto y, por
cierto, al sentimiento vital [das Lebensgefühl] de éste bajo el nombre de sentimiento de placer o displacer; el cual funda una facultad de discernir y
juzgar completamente singular, que nada aporta al conocimiento [das zum Erkenntnis nichts beiträgt], sino sólo que sostiene la representación dada
en el sujeto ante la entera facultad de las representaciones, de la que se hace consciente el ánimo en el sentimiento de su estado. Las representaciones
dadas en un juicio pueden ser empíricas (y, por lo tanto, estéticas [ästhetisch]); mas el juicio que por medio de ellas se emite es lógico, cuando
aquéllas, en el juicio, son sólo referidas al objeto. Pero inversamente, aun cuando las representaciones dadas fuesen racionales, mas referidas en el
juicio únicamente al sujeto (a su sentimiento), son ellas, en este alcance, estéticas siempre» (Immanuel Kant, Kritik der Urteilskraft, 1790).

5. «Genio es el talento (don natural), que le da la regla al arte. Dado que el talento, como facultad productiva innata del artista, pertenece, él mismo, a
la naturaleza, podría uno entonces expresarse también así: genio es la innata disposición del ánimo (ingenium) a través de la cual la naturaleza le da
la regla al arte [Genie ist das Talent (Naturgabe), welches der Kunst die Regel gibt. Da das Talent, als angeborenes produktives Vermögen des
Künstlers, selbst zur Natur gehört, so könnte man sich auch so ausdrücken: Genie ist die angeborene Gemütsanlage (ingenium), durch welche die
Natur der Kunst die Regel gibt]». (Immanuel Kant, Kritik der Urteilskraft, 1790; trad. cast.: Pablo Oyarzún).

6. «Oponiéndonos a este pensamiento subjetivista de la nueva estética hemos desarrollado más arriba el concepto de juego como el que caracteriza
de manera más auténtica el acontecer artístico [als des eigentlichen Kunstgeschehens entwickelt]. Este entronque se ha visto confirmado en cuanto
que también la imagen [das Bild] –y con ello el conjunto de las artes que no están referidas a su producción- es un proceso óntico [ein Seinsvorgang]
que no puede comprender, por tanto, adecuadamente como el objeto de una conciencia estética, sino que su estructura ontológica es mucho más
aprehensible partiendo de fenómenos como la representación. La imagen es un proceso óntico; en ella accede el ser a una manifestación visible y
llena de sentido [sinnvoll-sichtbaren Erscheinung]. El carácter de la imagen originaria no se restringe así a la función “copiadora [abbildende]” del
cuadro […]. El carácter de imagen originaria es, por el contrario, un momento esencial que tiene su fundamento en el carácter expositivo del arte
[Darstellungscharakter der Kunst]. La idealidad de la obra de arte no puede determinarse por referencia a una idea, la de un ser que se trataría de
imitar o reproducir; debe determinarse, por el contrario, como el “aparecer [Scheinen]” de la idea misma» (Gadamer, H.-G., Wahrheit und Methode.
Grundzüge einer Philosophischen Hermeneutik, 1960; trad. cast.: A. Agud y R. De Agapito; traducción modificada).

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