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Impresionismo

El Impresionismo es un movimiento pictórico que surge en Francia a finales del S.


XIX en contra de las fórmulas artísticas impuestas por la Academia Francesa de
Bellas Artes, que fijaba los modelos a seguir y patrocinaba las exposiciones oficiales
en el Salón parisino.

El objetivo de los impresionistas era conseguir una representación del mundo


espontánea y directa.

El Impresionismo parten del análisis de la realidad. Hasta ahora la pintura


reproducía un escenario en el que ocurría un acontecimiento que conformaba el
mensaje para el espectador. Ahora, se quiere que la obra reproduzca la percepción
visual del autor en un momento determinado, la luz y el color real que emana de la
naturaleza en el instante en el que el artista lo contempla. Se centrarán en los
efectos que produce la luz natural sobre los objetos y no en la representación exacta
de sus formas ya que la luz tiende a difuminar los contornos. Ven colores que
conforman cosas, y esto es lo que plasman, formas compuestas por colores que
varían en función de las condiciones atmosféricas y de la intensidad de la luz. Todo
esto hace que elaboren una serie de un mismo objeto en diferentes circunstancias
atmosféricas y temporales, no les importa el objeto, sino las variaciones cromáticas
que sufre éste a lo largo del día.

Los impresionistas eliminaron los detalles minuciosos y tan sólo sugirieron las
formas, empleando para ello los colores primarios (azul, rojo y amarillo) y los
complementarios (naranja, verde y violeta). Consiguieron ofrecer una ilusión de la
realidad aplicando directamente sobre el lienzo pinceladas de color cortas y
yuxtapuestas.
El término impresionistas les fue impuesto de modo peyorativo por el crítico Louis
Leroy al ver la obra de Monet Impresión atardecer o Impresión sol naciente en
la exposición de 1874. Lo habitual era exponer en el Salón Oficial, pero los nuevos
artistas, conocidos como "Los Rechazados", tenían que buscar lugares alternativos
donde les permitieran exhibir sus obras.

Así, la primera exposición impresionista tuvo lugar el 15 de abril de 1874 en el Salón


del fotógrafo Nadar. Las figuras principales del movimiento fueron Eduard Manet,
Degas, Claude Monet, Auguste Renoir, Morisot, Pisarro y Sisley.

Características principales
Forma
De modo similar, los impresionistas dejaron la forma en segundo plano, prefiriendo
explorar las distintas modalidades de la iluminación: iluminación artificial en
interiores, como en el caso de Degas y sus bailarinas; iluminación natural filtrada
por las hojas, como en Renoir; o la iluminación natural de un lago y una multitud,
como en Monet.
En esto daban la espalda al clasicismo que ubicaba el volumen y la forma como
preocupación principal de la pintura, desplazando más bien su atención a la luz y el
color.
Paisajes
El paisaje fue quizá el gran protagonista del impresionismo, dado que los
panoramas abiertos permitían la cantidad de luz y de color necesaria para sus
métodos pictóricos. No obstante, la diferencia entre el impresionismo y el realismo
estriba en que el primero confía en la impresión cromática y lumínica del pintor, más
que en su afán por reproducir una realidad percibida.
Colores puros
Uno de los avances del impresionismo y de la época apunta a la creación de nuevos
pigmentos a partir de los cuáles disponer de colores más puros. Esto permitió a los
pintores replantear muchas de las leyes cromáticas vigentes hasta la época,
pudiendo entender el color en relación con sus acompañantes y con el contraste
que generan.
Así, los impresionistas se atrevieron a hacer juegos de sombra que rompían con la
dinámica del claroscuro, que empleaba valores de luz para generar las sombras y
la perspectiva, en favor de sombras hechas con colores complementarios, dando
así sensación de mayor profundidad a la obra.
Este avance sería fundamental luego, para las vanguardias a las que el
impresionismo abrió la puerta.
Pincelada gestáltica
Se ha denominado así al modelo de pincelada del impresionismo, si bien las teorías
psicológicas sobre el Gestalt surgieron posteriormente. Sin embargo, los
impresionistas parecían comprenderlas ya, pues su modelo de pincelada apostó por
lograr un todo unitario a partir de partes inconexas.
La pincelada impresionista era breve y de colores puros, sin importar que
aisladamente no fueran pertinentes a la forma o al color del modelo real; pero una
vez completa la obra, esas pinceladas podían ser percibidas globalmente y
reproducían una totalidad definida, dotada de luminosidad y vibrancia. Una técnica,
ésta, que sería aprovechada posteriormente por los neoimpresionistas o puntillistas.
Recepción crítica
A pesar de lo que el origen de su nombre sugeriría, el impresionismo gozó de
aceptación en los circuitos artísticos europeos de la época. De hecho, el París de la
época era el lugar de peregrinación artística de la época, y allí tuvieron lugar
numerosas exposiciones universales en las que el impresionismo jugó un papel
importante.
Tal vez debido a ello, no tardó en expandir su influencia por las escuelas de arte
europeas, consagrándose como tendencia y traduciéndose a las experiencias
artísticas locales con rapidez. La escuela impresionista gozó de aceptación en
muchos países europeos, generando pronto variantes locales en Alemania, Bélgica,
España, Holanda, Hungría, Italia e incluso en Estados Unidos.
Variantes individuales
Si bien numerosos pintores impresionistas fueron y son aún referente obligatorio del
periodo y de la pintura en general, no todos asumieron el impresionismo como una
ortodoxia.
Fue Claude Monet quien ocupó el lugar más representativo del grupo, tal vez porque
fue sumamente prolífico y porque sus obras fueron las que mejor definieron la
estética del grupo.
Pissarro jugó un papel vital en la constitución del grupo, más como conciencia
artística y moral del grupo, que como ejecutor de la técnica propiamente. Fue el
único en participar en las ocho exposiciones del grupo impresionista en París.
Cézanne, en cambio, es tenido como impresionista muy a menudo, aunque
posteriormente abandonaría el grupo y se anticiparía a las formas venideras del
cubismo.
Exposiciones
Entre 1874 y 1886 hubo en París ocho exposiciones impresionistas, al margen del
salón oficial de la Academia de las Bellas Artes de Francia. Esto supuso un avance
en el carácter independiente del artista plástico contemporáneo respecto a las
instituciones oficiales del arte, y en la constitución de un mercado privado de obras
de arte.

Principales exponentes
Se considera 1873 el año del florecimiento del impresionismo en Francia, y lo hará
de la mano de un grupo de pintores hoy en día bien conocidos, como son:
Camille Pissarro (danés, 1830-1903).
Bulevar Montmartre

Primavera, ciruelos en flor

Claude Monet (francés, 1840-1926)


Impresión, sol naciente.
Nenúfares

Alfred Sisley (francobritánico, 1839-1899)


La Seine a Argenteuil

Edgar Degas (francés, 1834-1917)


Clase de Ballet.
L’Absinthe
Pierre-August Renoir (francés, 1841-1919).
El Columpio
Baile en el Moulin de la Gallette.

Édouard Manet
Almuerzo sobre la hierba.

Olympia
Impresionismo en música
• Claude Debussy.
• Ravel.
• Satie.
• Dukas.
• Manuel de Falla.

Neoimpresionismo
Movimiento artístico surgido en Francia entre 1886 y 1891.
Después del Impresionismo y gracias a las nuevas tecnologías de impresión como
la fotografía y el descubrimiento de la cuatricromía, que permitía obtener una
infinidad de colores a partir de la mezcla de los cuatro colores primarios, surge el
Neoimpresionismo o Puntillismo, cuyos principales exponentes fueron Georges
Seurat y Paul Signac.
Estos artistas aprenden la lección Impresionista, pero aplican el color de una
forma más controlada y menos espontánea. La pincelada es más corta, racional y
estudiada.

Los neoimpresionistas se basaron en los estudios de color y en el principio de la


división sistemática de tonos y concretaron sus trabajos mediante la técnica del
puntillismo y el divisionismo, que consiste en la aplicación fragmentada del color.
Cada zona pictórica que comparte un mismo matiz se trabaja con colores
análogos, pero de diferentes saturaciones, tintes y claridades.
El Puntillismo es la técnica pictórica que posibilita la fragmentación e integración
de los colores en las composiciones neoimpresionistas. Consiste en la aplicación
del color mediante puntos, cuya única finalidad es descomponer totalmente la
imagen. La aplicación de los colores puros sobre la tela se hace por medio de
pequeños toques a punta de pincel dejando que sea la retina del espectador la
que realice la mezcla.

Características principales:

Los neoimpresionistas intentaron recuperar las formas que los impresionistas


habían disuelto en la luz y el color.
En sus obras hay más preocupación por el orden y la claridad, las composiciones
son más meditadas.
Es evidente el deseo de investigar, conocer y aplicar los nuevos avances en
cuanto a la luz y color.
Vuelve a cobrar importancia el dibujo, que se había abandonado a favor de las
manchas de color, reaparece el interés por el volumen y las formas concebidas
dentro de una geometría de masas puras, bien definidas.

Los neoimpresionistas vuelven al estudio, pues sus cuadros requerían


elaboraciones minuciosas y complejas. Puede decirse que las obras resultantes
solían ser rígidas y artificiales, la espontaneidad y fugacidad no tenían cabida en
estas realizaciones.
Los temas preferidos son el paisaje y las escenas que hacen alusión a la vida
moderna.

Expositores
Paul Signac
El desayuno
La boya roja.
Georges Surat

La torre Eiffel
Tarde de domingo en la isla de la Grande Jatte

Postimpresionismo
Paul Cezanne
La casa del ahorcado
La montaña de Sainte-Victoire.

Paul Gauguin
El cristo amarillo
Jinetes en la playa

Vincent Van Gogh


El tejedor en el telar
Cráneo fumando un cigarro
Noche estrellada

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