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Arritmias

Arritmia es todo ritmo cardíaco distinto al ritmo sinusal normal, o, dicho de otra
forma, todo trastorno en la formación y/o conducción de los impulsos cardíacos.
Clínicamente puede ser asintomática o manifestarse por palpitaciones, signos y
síntomas de insuficiencia cardíaca, bajo gasto cardíaco (mareo, síncope) y
síndrome coronario agudo, e incluso, parada cardíaca. El diagnóstico se
sospecha por la auscultación cardíaca y la palpación del pulso, y se confirma
mediante el electrocardiograma (ECG).

Crisis Hipertensiva (Urgencias)


La hipertensión arterial se define como la existencia de una presión arterial
sistólica (PAS) superior o igual a 140 mmHg o una presión arterial diastólica
(PAD) superior o igual a 90 mmHg, medidas en tres ocasiones distintas con un
intervalo mayor de una semana, si bien la detección una sola vez de una PAS
mayor de 210 mmHg o de una PAD mayor de 120 mmHg es suficiente para
realizar el diagnóstico de esta enfermedad.
La emergencia hipertensiva se define como la elevación brusca de la presión
arterial, sin que exista disfunción de los órganos diana.
Según las cifras detectadas de presión arterial, la hipertensión puede ser;
• Ligera (estadio 1): PAS de 140-159 mmHg o PAD de 90-99 mmHg.
• Moderada (estadio 2): PAS de 160-179 mmHg o PAD de 100-109 mmHg.
• Grave (estadio 3): PAS superior o igual a 180 mmHg o PAD superior o igual a
110 mmHg.
CRITERIOS DE INGRESO
Deben ingresar en el área de observación del servicio de urgencias los
pacientes que presentan una urgencia hipertensiva con factores pronósticos
desfavorables (diabetes con mal control metabólico, antecedentes de ictus o de
cardiopatía isquémica), aquellos en los que se sospeche un seguimiento
inadecuado de las recomendaciones establecidas o en los que no sea posible
realizar un control ambulatorio estrecho en las siguientes 24-48 h. El criterio de
ingreso no se determina por unas cifras de presión arterial aisladas.
Recuérdese que no debe confundirse una urgencia hipertensiva con una
hipertensión transitoria (falsa hipertensión) o una hipertensión mal controlada.

Crisis Hipertensiva (Emergencias)


La emergencia hipertensiva se define como la elevación brusca de la presión
arterial que produce alteraciones orgánicas o funcionales en los órganos diana
del proceso hipertensivo (cerebro, riñón, retina, corazón y vasos sanguíneos),
cuya integridad puede quedar irreversiblemente dañada.
Por tanto, es preceptivo reducir la presión arterial en un intervalo de 1 - 2 h. Se
consideran emergencias hipertensivas:
• Hipertensión arterial acelerada o maligna: retinopatía grado n i-IV de Keith-
Wagener (hemorragias y exudados o edema de papila en el examen del fondo
de ojo) e insuficiencia renal aguda.
Encefalopatía hipertensiva. Accidente cerebrovascular (ACV) isquémico.
Hemorragia intracraneal: intraparenquimatosa o subaracnoidea.
Edema agudo de pulmón.
Síndrome coronario agudo.
Disección aórtica. Eclampsia.
Síndromes derivados del aumento brusco de catecolaminas circulantes.

La retinopatía hipertensiva es el daño de los vasos retinianos


causado por hipertensión. Habitualmente los signos se desarrollan
cuando la enfermedad está avanzada. La oftalmoscopia muestra
contracción arteriolar, muescas arteriovenosas, cambios en la pared
vascular, hemorragias en llama, focos blandos algodonosos,
exudados duros amarillentos y edema de papila. El tratamiento
consiste en el control de la hipertensión y, cuando ocurre pérdida
visual, en el tratamiento de la retina.
Edema agudo de pulmón cardiogénico

El edema agudo de pulmón cardiogénico (EAP) se define como el


cuadro clínico secundario a una insuficiencia aguda del ventrículo
izquierdo, con el consiguiente aumento del contenido líquido en el
intersticio y el alvéolo pulmonares. Puede asociarse a insuficiencia
del ventrículo derecho. El médico de urgencias debe reconocer esta
enfermedad con la simple anamnesis y exploración física, puesto
que en general, y a pesar de ser una emergencia cardiológica,
responde favorablemente al tratamiento precoz.

Cálculo de la Frecuencia Cardiaca


Calcular la frecuencia cardiaca de un electrocardiograma (EKG), reviste
gran importancia diagnóstica, debido a que determinar una taquicardia o
bradicardia, nos puede hacer sospechar determinadas patologías y la
severidad de las mismas.
La forma más fácil de calcular la frecuencia cardiaca de un EKG es: mirar
el valor del análisis automático de la mayoría de los electrocardiogramas.
¿Es broma?, no, muchas veces ese valor de frecuencia cardiaca es real, y
nos acelera el proceso diagnóstico.
De todas maneras, todo profesional debe conocer los diferentes métodos
para calcular la frecuencia cardiaca, pues no siempre el análisis automático
es real o hay equipos de electrocardiogramas que no aportan el valor de la
frecuencia cardiaca.

300, el número mágico de la frecuencia cardiaca


En un electrocardiograma normal por cada segundo hay cinco cuadros
grandes, por tanto, en un minuto hay 300 cuadros grandes
Sabiendo esto, podemos calcular la frecuencia cardiaca midiendo
el intervalo R-R, siempre que el ritmo sea regular.
Localizamos en el EKG una onda R que coincida con una línea gruesa,
contamos el número de cuadros grandes que hay hasta la siguiente onda R
y dividimos 300 entre el número de cuadros grandes.

Ejemplo: Si entre dos ondas R hay un cuadro, 300 lpm; dos cuadros, 150
lpm; tres, 100 lpm; cuatro… ¿cómo lo has sabido?, 75 lpm.

¿Y si no coincide la segunda R?
El ejemplo anterior era muy fácil, pero no siempre es así.
Sabemos que, en un electrocardiograma, normalmente, la segunda onda R
no coincide exactamente con otra línea gruesa. La solución es un poco
más engorrosa, pero simple:
Dividimos nuevamente 300, pero esta vez le sumamos al número de los
cuadros grandes 0.2 por cada cuadro chico.
Ejemplo: La distancia entre dos ondas R es de 4 cuadros y 3 cuadritos,
pues dividimos 300 entre 4.6, el resultado es de 65 lpm.

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