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Ley contra la Vagancia

El 8 de mayo de 1934, la Asamblea emite la ley, y se publica el 12 del mismo mes,


que tiene consecuencias en lo penal, económico y social, siendo una de las leyes
que fueron usadas para violar los derechos humanos de los ciudadanos, sobre
todo los campesinos; cuyo fin era obligar al individuo a realizar trabajos forzados
en obras del mismo Estado o verse obligados a emplearse en la iniciativa privada.
Para acreditarse como trabajador se debía poseer una cartilla en la que el
empleador debía hacer constar la calidad de empleado y los días laborados que la
ley prescribía. Este tipo le leyes fue implantada en Guatemala desde la Reforma
Liberal de 1871.
Los gobiernos liberales introdujeron el cultivo del café a gran escala en 1871. 
Para el efecto, era necesario disponer de cuatro cosas:  grandes extensiones de
tierra, abundancia de mano de obra, convenientes vías de comunicación y
ferrocarriles.  A fin de conseguir que el nuevo cultivo tuviera éxito, se emprendió
una profunda reforma agraria por medio de la cual se expropiaron las haciendas
de las órdenes religiosas y las tierras comunales de las comunidades indígenas; el
proceso se hizo mediante una subasta, pero fue manipulado de tal forma que dejó
a los indígenas sin posibilidades de competir por sus propios terrenos.

El segundo punto se zanjó mediante el reglamento de Jornaleros, el cual fue


establecido en 1875 y por él se obligó a comunidades indígenas completas a
trasladarse de una hacienda cafetalera a otra como mozos colonos.  Y, finalmente,
para la construcción de caminos y vías de acceso se promulgó la ley de vagancia
el 14 de septiembre de 1878.

He aquí la transcripción íntegra de dicha ley, para que el lector juzgue por sí
mismo el alcance que tuvo el mismo:

DECRETO NUM. 222


J. Rufino Barrios, General de División y Presidente de la República de
Guatemala,
CONSIDERANDO:
Que es un deber de la autoridad dictar todas las providencias que conduzcan al
sostenimiento de la moral pública y a reprimir oportunamente los vicios que,
rebajando la dignidad personal y pervirtiendo los sentimientos de pundonor,
producen por consecuencia necesaria, la relajación de las costumbres y
determinan la perpetración de los delitos:
Que la vagancia, considerada como un hecho punible, ha sido comprendida como
tal en la legislación de los pueblos civilizados:
Que el Código Penal de la República, dejó a las lejas de policía lo relativo a la
reglamentación y a las penas con que aquella debe reprimirse y, finalmente:
Que así como no es debido imputar la responsabilidad del cargo de vagancia á los
que justamente e impedidos de trabajar, tampoco debe permitirse que bajo
protestos de
invalidez, se guarezca la impunidad de los vagos; en uso de las facultades de que
estoy investido, he tenido a bien decretar y
DECRETO:
Art. 1. ° — Serán considerados como vagos: 
1. Los que no tienen profesión, oficio, renta, sueldo, ocupación ó medios
lícitos de que vivir.
2. Los que, teniendo oficio, profesión o industria no trabajen habitualmente en
ellos, y no se les conozca otros medios lícitos de adquirir la subsistencia.
3. Los que, teniendo renta, pero insuficiente para subsistir, no se dedican a
una ocupación lícita, concurren ordinariamente a casas de juego o
tabernas.
4. Los que sin ejercer habitualmente otra ocupación honesta emplean en la
cuestación de limosnas para objetos piadosos.
5. Los mendigos no patentados, mientras no acrediten en debida forma alguna
de las causales que los hagan acreedores a la beneficencia pública.
Art. 2: Se consideran circunstancias agravantes en todo juicio de vagancia:
1. La embriagues consuetudinaria.
2. Detenerse en las esquinas, en las calles, en los atrios u otros lugares
públicos, infiriendo molestia a los transeúntes.
3. El hallarse en las lumias, tabernas o billares a las lunas en que éstos
establecimientos deben estar cerrados, conforme a las leyes de policía.
4. Tener una condenatoria anterior por cualquier delito.
5. Ejercer la mendicación con una patente falsificada o perteneciente a otro
individuo.
Art. 3. °— Para los efectos de esta ley, los Jefes políticos abrirán un libro
destinado exclusivamente al registro de las personas de ambos sexos que, por
impedimento físico o por decrepitud ostensible, se hallaren en la absoluta
necesidad de ocurrir a la beneficencia pública para proveer a su subsistencia
Art. 4. °— Los que se encuentren en el caso de que habla el artículo anterior, se
presentarán dentro de treinta días, contados desde la publicación de esta ley, a la
Jefatura respectiva, con el objeto de inscribirse; y previo el examen de un
facultativo, o en su defecto de dos personas competentes, nombradas por el Jefe
político, éste, encontrando justas las causales de invalidez, hará extender la
inscripción que corresponde, haciendo constar en ella, no solo los impedimentos
que la motivan, sino también el nombre, procedencia, edad que represente el
peticionario, el oficio en que con anterioridad se haya ejercitado, si hubiese tenido
alguno, y si sabe leer y escribir.
En consecuencia, se expedirá a su favor una patente en que conste la partida de
inscripción. Si, por el contrario, no se estimase justificado el impedimento alegado,
el Jefe Político hará al solicitante un serio apercibimiento en que, si no comprueba
dentro de quince días haberse dedicado a la ocupación honesta, serán
denunciados como vagos a la autoridad competente, para que se proceda a lo que
haya lugar.
Art. 5. °— Los que después de treinta días de la publicación de esta ley fueren
encontrados en las calles y demás lugares públicos ejercitando la mendicación, sin
llevar consigo la patente de invalidez, serán recogidos por la policía y puestos a
disposición de la autoridad competente en calidad de presuntos vagos; más si al
iniciarse el juicio de vagancia, comprobaren legítimo impedimento por los medios
establecidos en el artículo que precede, el Juez de Paz o Alcalde respectivo, los
remitirá á la Jefatura política para que se haga el asiento de inscripción y sedé á
los interesados el atestado que corresponde.
Art. 6. °— La patente de invalidez producirá los efectos legales de una excepción
perentoria en el juicio de vagancia.
Art. 7. °— Los Jueces de paz o en su defecto los alcaldes Municipales, después
de recibir o de tener informes de quienes son vagos, los llamarán y amonestarán
seriamente para que, en un término no menor de ocho días ni mayor de quince,
comprueben estar ya dedicados a alguna ocupación lícita. De dicha amonestación
se dejará constancia en un libro que se llevará al efecto.
Art. 8. °— Si los que aparecen como vagos son hijos de familia o menores de
edad, la amonestación prevenida en el artículo anterior, se hará también a los
padres o encargados para que, en el término designado, cuiden de que se le
dedique a alguna ocupación.
Art. 9. ° — La amonestación previa al juicio de vagancia solo tendrá lugar en favor
de los simplemente vagos; mas ese requisito deberá excusarse respecto de los
que lo fueren con algunas de las circunstancias agravantes enumeradas en el
artículo 2. °
Art, 10. — Los simplemente vagos serán condenados por primera vez a la pena de
cuarenta días de trabajo en los talleres del Gobierno, en las casas de corrección,
en servicio de hospitales, en la limpieza de plazas, paseos públicos, cuarteles u
otros establecimientos, o bien al trabajo de caminos, según las circunstancias de
la persona y de cada lugar, cuidando de que el penado se mantenga en seguridad.
Art. 11. — Fuera de los casos de segunda reincidencia en que la pena será
inconmutable, en los demás, a juicio del Juez y atendidas las circunstancias de la
persona, podrá conmutarse en todo o en parte a razón de dos reales diarios,
siempre que una persona distinta del reo se presentare a solicitarlo, garantizando:
que toma á su cargo y bajo su dirección á la persona del reo y que se obliga á
suministrarle la subsistencia mientras que le proporciona o busca trabajo o
colocación conveniente.
Art. 12. — Si la vagancia estuviere agravada con alguna de las circunstancias que
se contienen en el artículo 2. °, la pena será, de sesenta días con el mismo destino
que el de los penados por vagancia simple.
Art. 13. — Por cada reincidencia se aumentará la pena con la mitad de la sufrida
en la condena anterior.
Art. 14.  —La cesantía en empleo, colocación, servicio o trabajo, no son excusas
legítimas del cargo de vagancia, sino durante el término de quince días contados
desde que la persona fue retirada del destino o trabajo que desempeñaba.  Igual
término se requiere para tener por consumada la reincidencia, contado desde el
día en que el penado fue puesto en libertad.
Art. 15. Par acreditar que se ejerce algún oficio, no se admitirá como prueba la
declaración del maestro o director, si se limita a decir que el sindicado de vagancia
ha ocurrido al taller o al trabajo uno u otro día de la semana, sino que debe
probarse la asistencia diaria, ya a un taller, ya a otro, o a cualquiera otra
ocupación honesta.
Art. 16. — Los Jueces de paz o alcaldes siempre serán competentes para conocer
cualquier juicio de vagancia, aun cuando por razón de reiteradas reincidencias,
hubiere que imponerse una pena mayor que la determinada para el procedimiento
en juicio verbal.
Art. 17. —En el juicio de vagancia no es admisible la excepción de fuero
privilegiado.
Art. 18. — Las conmutaciones pecuniarias tendrán el mismo destino que la ley
señala a las multas impuestas en juicio verbal.
Art. 19. — Cuando el vago resulte reo de otro delito, la vagancia se estimará como
circunstancia agravante y la causa se continuará por el juez a quien
correspondiere el juzgado del delito principal.
Art. 20. — Los vagos pueden ser denunciados por cualquiera del pueblo y la
causa seguirse de oficio sin necesidad de denuncia.
Art. 21. — Los Jefes políticos están obligados a denunciar ante los Jueces de paz
o a los Alcaldes respectivos á loa vagos que existan en el territorio de su
jurisdicción; y estos
deberán proceder a la secuela del procedimiento sin tardanza, bajo la pena de
cinco á veinticinco pesos de multa, en caso de omisión culpable.
Art. ’22. — Los mismos Jefes políticos darán estrechas órdenes a la policía para
que proceda á la captura de todos los que. sin permiso de autoridad competente y
con pretexto piadoso, anduvieren colectando limosnas, y, obtenida aquella, darán
cuenta á los Jueces de paz o alcaldes respectivos para que procedan a lo que lía
va lugar. Las darán, así mismo, para que la policía cuide de impedir que los ciegos
y demás mendigos, molesten al público con incesantes oraciones e imprecaciones
en alta voz.
Art. 23. — Los vagos que hayan cumplido sus condenas, quedarán sujetos a la
vigilancia de la autoridad.
Art. 24. — Los juicios de vagancia se seguirán verbalmente por los Jueces de paz,
ó Alcaldes municipales en la forma que dispone el Código de procedimientos
criminales, y se otorgará el recurso de apelación en la manera que el mismo
Código dispone.
Art. 25. — En todo juicio de vagancia en que no deba procederse sin previa
amonestación, se hará constar la que aparezca consignada en el libro de que
habla el artículo 7.  
Art. 26. Contra la sentencia dictada en 2a.  instancia solo habrá recurso de
responsabilidad contra el Juez que hubiere dictado el fallo definitivo. De este
recurso conocerá la Sala de Apelaciones respectiva.
Dado en el Palacio Nacional de Guatemala, a catorce de septiembre de mil
ochocientos setenta y ocho.
J. Rufino Barrios.
LEY DE LA VIALIDAD
La ley de la vialidad fue una ley que obligo a todos los individuos aptos a prestar
servicios de trabajo personal durante dos semanas en los caminos públicos que se
les designaran.

DECRETO NUMERO 1974

JORGE UBICO PRESIDENTE DE LA REPUBLICA DE GUATEMALA

CONSIDERANDO:

     Que el servicio llamado de vialidad, establecido por la costumbre en todas las


regiones del país, ha producido satisfactorios resultados, lográndose conservar,
mejorar y extender la red de caminos nacionales, bajo la vigilancia de las
autoridades y de las respectivas juntas y comités de agricultura y caminos.

CONSIDERANDO:
     Que, para sacar el mejor provecho posible del indicado servicio, conviene
determinar la época y condiciones en que debe presentarse,

POR TANTO;

DECRETA:

     Artículo 1°. Todos los individuos aptos, están obligados a presentar el servicio
de vialidad, consistente en el trabajo personal durante dos semanas en los
caminos públicos que se designen.

     Artículo 2°. La semana de vialidad tendrán lugar en el tiempo comprendido de


1°. De julio al 30 de junio de cada año, debiendo levantar las jefaturas políticas,
cada seis meses, el censo de las personas obligadas, dando cuenta al ministerio
de agricultura, con dichos censos, semestralmente, el primero de julio y el primero
de enero.

      Artículo 3°. La dirección general de caminos, con vista de los datos contenidos
en el censo de que se ha hablado, procederá, por medio de sus respectivas
dependencias, a formular el plan de trabajo, indicando las vías que deben
atenderse de preferencia; la clase de obra que haya de ejecutarse y los puntos en
que las reparaciones sean más urgentes. Dicho plan se someterá a la secretaria
de agricultura, la que, previa consulta al jefe del Ejecutivo, autorizará el desarrollo
que convenga darle por conducto de las Jefaturas Políticas, con la cooperación de
las juntas y comités de agricultura y caminos y bajo la súper vigilancia de la
Dirección General de Caminos.
     Artículo 4°. Los individuos que lo deseen podrán conmutar el servicio a razón
de un quetzal por cada semana, entendiéndose por el primer pago, el boleto de
vialidad y por el segundo, el ordinario de caminos. De igual modo se extenderán
los boletos a los que prestan servicio personal. 

      Artículo 5°. Los fondos que provengan de la conmuta antes dicha, los
recaudaran y administraran las juntas y los comités de agricultura y caminos, en
sus respectivas jurisdicciones debiendo investirse precisamente en el objeto en
que están destinados. La recaudación e inversión de esos fondos se harán con las
formalidades legales, debiendo rendir sus cuentas las entidades nombradas a la
Dirección General y Tribunales del ramo, y a la Secretaria de Agricultura.

     Artículo 6°. Las diligencias sobre establecimientos de peajes y otros impuestos


destinados a obras de vialidad, se tramitarán y resolverán en lo sucesivo por la
secretaria de agricultura.
LEY FUGA
La Ley Fuga fue una modalidad ilegal, empleada durante el Gobierno de Jorge
Ubico en Guatemala, para eliminar físicamente a los presos políticos o a quienes
se consideraba simples enemigos del régimen.
Consistía en liberar al preso en un lugar desolado y dispararle por la espalda, para
después aducir que había muerto mientras trataba de escapar.
Este método era la simulación de evasión de un detenido especialmente
cuando era llevado a otras prisiones. Para tal práctica el guardia que custodiaba al
reo se retrasaba algunos metros del detenido, lo cual era considerado como fuga,
por lo cual el guardia podía accionar su arma y disparar por la espalda al detenido,
esto para dar más credibilidad a la fuga, por lo cual se le daba
muerte extrajudicialmente a la persona.

CONCLUSIONES
Al final las 3 leyes violaban los derechos de las personas, ya sea obligándolos a
trabajar sin recibir un sueldo digno o ya sea quitándoles la vida sin alguna
explicación y máximo sin que ellos estuvieran enterados, tal es el caso de la ley
fuga.
Sin embargo, hay que reconocer que dichas leyes tuvieron como resultados
mejoras en las calles si hablamos de la ley de vialidad, pero a costa de
aprovecharse de las personas de bajos recursos.

BIBLIOGRAFÍA
 Castellanos Cambranes, Julio (1992). Tendencias del desarrollo agrario, en
500 años de lucha por la tierra. Vol 1. Guatemala: FLACSO.
 Compagnie Belge de Colonisation (1844). «Colonisation du district de
Santo-Thomas de Guatemala par la Communauté de l’Union». Collection
de renseignements publiés ou recueillis par la Compagnie (en francés)
(Libro original digitalizado por The British Library).
 Gobierno de Guatemala (1881). Recopilación: Las Leyes emitidas por el
Gobierno democrático de la República de Guatemala, 1871-1876 I.
Guatemala: Tipografía El Progreso.
 Asociación de Amigos del País (2004). Diccionario Histórico Biográfico de
Guatemala. Guatemala. Editorial: Amigos del País, Guatemala.

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