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Facultad de Especialidades Empresariales

Principios de Comercio
Trabajo Práctico/Colaborativo

Tema:
“Una brújula para América Latina”

Profesora:
Teresa Knezevich Pilay

Integrantes:
Viviana Gallegos
Julissa Gualli
Mery Puma

Febrero 12 del 2020


Semestre B 2019
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1. Resumen parte III y IV

Parte III

América Latina ha sido parte de un sinuoso proceso, el cual se ha divido en dos fases: la primera
se inicia en la década de los ochenta bajo el nombre de “Neoliberalismo” y, la segunda fase, fue
bautizada con el nombre del “Socialismo del siglo XXI”.

El inicio del Neoliberalismo, teoría político-económica que permite que el Estado intervenga con
sus recursos para solucionar problemas de los negocios privados, se remonta a la mayor crisis
financiera que vivieron los países latinoamericanos en el año de 1983. Sin embargo, los problemas
comenzaron una década antes con el triunfo de Israel en la Batalla del Yom Kipur. Este incidente no
solo provocó una derrota comercial para los países que lo apoyaron militarmente, sino también un
incremento en el precio del petróleo por parte de los países árabes. Por otra parte, la acumulación de
petrodólares que comenzó a manifestarse en 1974, proporcionaba a los bancos la oportunidad de
ampliar sus negocios. Además, el monto de la nueva deuda otorgada como préstamo al tercer mundo
se establecía por la capacidad de pago y no por el financiamiento del deudor; provocando un consumo
santuario. Más tarde, en la década de los ochenta, los petrodólares comenzaron a escurrirse y como
solución las tasas de interés fueron elevadas hasta más del 20 por ciento. No obstante, las altas tasas
rompieron la capacidad de pago de los deudores y como consecuencia, México fue el primer país en
declarar su insolvencia.

Una de las políticas económicas tomadas a causa de este problema fue la nacionalización de la
banca privada, dictaminada por el Presidente mexicano José López Portillo. A lo largo de los noventa
días transcurridos de esta decisión, se susurraba que Brasil, Argentina y Chile también se declararían
insolventes. Por esta razón, se le otorgó al FMI el cargo de Juez Supremo de la deuda del tercer
mundo. Pero, lastimosamente el FMI se pronunció en contra de autorizar una nueva nacionalización
junto con otros opositores; los cuales fueron denominados como los “liberales manchesterianos”.
Pronto, la banca transnacional acreedora conformó el segundo bando, respaldado por los bancos
locales que podrían ser nacionalizados.

Posteriormente, Margaret Thatcher, Primer Ministra de Inglaterra, usó como mecanismo la


privatización de las empresas públicas. Los primeros ensayos de privatización se dieron con la
Corporación Nacional de Transporte de Carga, la venta de los edificios del Estado, y con la
institución pública British Airport Authority; que tenía como objetivo beneficiar a un conglomerado
humano mucho más amplio. El éxito que obtuvo este mecanismo inspiró a Ronald Reagan a impulsar
la privatización de empresas en Estados Unidos. Sin embargo, el escenario fue totalmente diferente;
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EEUU vivió siete años dorados del neoliberalismo que mostró el mayor grado de bienestar
macroeconómico. Años más tarde, bajo el mandato de George Bush Junior, la economía
norteamericana tenía tres inmensos déficits: la deuda pública, el del comercio exterior y la deuda
privada. Tras la salida de Bush junior, Barack Obama tomó el cargo de presidente el 20 de enero del
2009. Lastimosamente, su gobierno debía enfrentarse a un debacle financiero debido a las pérdidas de
algunas instituciones privadas que habían otorgado una enorme cantidad en préstamos hipotecarios a
quienes no tenían capacidad de pago. No obstante, el gobierno de Obama siempre tuvo objetivos
concretos para resolver esta situación económica, y esto ha permitido que Estados Unidos siga siendo
la economía más poderosa del mundo.

Mientras tanto, el problema de hallar una puerta de escape al subdesarrollo de América Latina, es
un problema que solo podrán resolver los latinoamericanos.

Parte IV

En la segunda parte del libro denominada “Socialismo del Siglo XXI”, se establece una remarcada
diferencia entre dos tipos de gobernantes: un presidente reacio a retener el poder, y un dictador
dispuesto a perpetuarlo; junto con lo cual, se describe cuál fue el origen, desarrollo y las
consecuencias del socialismo promovido dentro de América Latina durante la época.

Como ejemplo de presidente se menciona al Libertador Simón Bolívar, quien a pesar de haber
obtenido la victoria en las numerosas batallas que lideró, rechazó en tres ocasiones el poder dictatorial
que le había sido otorgado. La explicación de dicho comportamiento yacía en su manera de pensar, ya
que consideraba que nada era tan peligroso como permitir que un mismo individuo permanezca en el
poder por un prolongado periodo, pues el pueblo se acostumbraría a obedecerle y él a mandarlo,
dando como resultado la usurpación y la tiranía. Por otro lado, la irracional compasión que el
Libertador presentaba ante ciertos enemigos políticos, tales como José Antonio Páez y Francisco de
Paula Santander, se imponía sobre su condición de caudillo; lo que originó tiempo después de su
muerte la destrucción del gran sueño del Libertador: la Gran Colombia; la cual consistía en unificar
bajo el mandato de un solo gran país a Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia.

Como ejemplo de dictador se menciona a Hugo Chávez, quien ante las abrumadoras victorias
obtenidas en repetidas ocasiones en las elecciones de alcaldes y gobernadores, logró cimentar la idea
de que nada podría detener su eterna marcha a la conquista del Poder Total.
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No obstante, en medio del triunfo, conservar su puesto se encontraba en riesgo por haber
anunciado falsas promesas a “Los Buhoneros”. Se le denominaba así al grupo de personas que
diariamente ofrecía la venta de algún tipo de mercancía o servicio en alguna calle de Caracas. El
problema con los buhoneros yacía en el hecho de que constituían más de la mitad de la fuerza laboral
urbana; lo cual amenazaba con reducir el número de votos necesarios para mantenerse en el poder.

Por este motivo, Hugo Chávez decidió acudir en ayuda de Fidel Castro, quien le sugirió reunirse
con un amigo de su total confianza, Alexander Buzgalin. Y así sucedió.

Buzgalin, un economista cubano, le entregó a Chávez un libro denominado: “El Socialismo del
Futuro”, escrito por sí mismo. El libro abarcaba temas del socialismo del siglo veintiuno, y presentaba
una teoría económica que complementaba la teoría política de Gueorgui Valentinovich Plejanov.
Pues, se argumentaba que la teoría del Poder Total de Plejanov, la cual solía llevarse a cabo a través
del Comunismo del Siglo XX, sería capaz de resucitar de sus cenizas si se transformaba en el
Socialismo del Siglo XXI. En consecuencia, en el V Foro Social Mundial realizado en Brasil, el
presidente venezolano anunció el compromiso de dirigir la Revolución Bolivariana hacia un
socialismo del siglo XXI.

Por otro lado, tomando como referencia la toma del poder por parte del comunismo durante la
época de gobierno del Presidente de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, Mijaíl Gorbachov;
se consideraba que había sido empleada para controlar y censurar absolutamente todos los medios de
la prensa, tanto los escritos como los audiovisuales, de tal forma que el pueblo soviético se había
adaptado a vivir dentro de un profundo silencio a conveniencia del gobierno. En consecuencia, surgió
la Glásnost, la cual le abrió paso a la población para que sea capaz de estar informada sobre los
profundos problemas sociales, económicos, individuales, morales y de corrupción que habían sido
originados por las diversas dictaduras socialistas a lo largo del siglo XX.

La libertad de información que se produjo, dio lugar a la progresiva emancipación de todos


aquellos países que hasta entonces habían pertenecido al yugo comunista, y uno a uno fue declarando
su independencia.
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2. Análisis de la incidencia de las políticas formuladas en la economía/comercio exterior en


América Latina.

Con base en las políticas formuladas y acciones llevadas a cabo, es posible declarar que si bien
estas tenían como objetivo hallar soluciones y lograr el cobro de la deuda externa contraída por los
diferentes países latinoamericanos, han culminado con una serie de afectaciones en la
economía/comercio exterior de los mismos, por lo que se propone una ´Tercera Vía’ para impulsar el
desarrollo económico de estas naciones.

Por un lado, una de las acciones realizadas por parte de la banca acreedora de los países de primer
mundo para poder cobrar la deuda de los países morosos de América Latina, consistió en actuar bajo
un solo ‘Club de Acreedores’. Un ejemplo de ello tuvo lugar en 1956, cuando Argentina solicitó una
reunión en París con todos sus Gobiernos acreedores dando lugar a la formación del ‘Club de París’;
una asociación de 19 países que en conjunto acordaron renegociar un débito que entonces era de unos
$700 millones. El Estado argentino logró avances en el pago de la deuda entre 1962 y 1992, pero esta
se agravó nuevamente por incumplimiento como consecuencia de la crisis del 2001, cuando el país
declaró el cese de pagos de la deuda externa. Debido a esto, Argentina actualmente debe alrededor de
$1900 millones de dólares; expertos consideran que la deuda del Club de París es combinada. Una
parte es deuda pública que viene de la década del ‘60 y del ‘70 tomada por los gobiernos dictatoriales
para inversiones en empresas que eran del Estado. Y otra parte es deuda de empresas privadas que se
estatizó, haciendo una clara referencia a los objetivos definidos por el neoliberalismo. Cabe
mencionar que, países como Brasil, Chile y Perú también estuvieron involucrados en negociaciones
con dicho foro.

Es por eso que los gobiernos de América Latina en respuesta, habían aplicado un mecanismo por
el cual se había destinado dinero del Estado, para pagar las deudas y las pérdidas del sector privado.
Tomando como referencia a Chile, país en el que se privatizaron casi todas las empresas públicas,
además de las pensiones, los servicios de salud, la educación, la vivienda protegida, etcétera. Todo
eso desató una gran avaricia en los grupos económicos nacionales e internacionales, que, protegidos
por las leyes de la dictadura, llegaron hasta el extremo de adueñarse del agua y de grandes
extensiones de tierras pertenecientes a los nativos. Eso hizo que la agresividad económica del modelo
se perpetuara, dejando sin oportunidades a millones de personas.

En contraposición a dichas políticas, está la Tercera Vía Latinoamericana, la cual establece que el
desarrollo económico es un proceso que solo puede lograrse si se cumple simultáneamente con tres
condiciones: el crecimiento económico, la sustentabilidad económica y la equidad económica.
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En cuanto a la primera condición, el nivel de empleo debe ser utilizado como el verdadero
parámetro para que el crecimiento de una economía pueda ser determinado. Desde luego, la
determinación del nivel de empleo debe incluir el análisis de aspectos relevantes como la eficiencia y
la productividad laboral, así como las políticas de generación de empleo que se adapten a la
condiciones de cada país. No obstante, esas condiciones que caracterizan al primer mundo, suelen
presentarse en el lado opuesto de las que caracterizan a América Latina, en donde la carencia de
capital y la abundancia de mano de obra se ven reflejados en una muy baja productividad, en un bajo
nivel de salarios; además del alto nivel de las tasa de interés y el alto costo de capital invertido.

Un país que cumple con las características mencionadas es Chile, donde la productividad se ve
frenada por la "elevadísima" proporción de trabajadores poco cualificados, los contratos informales y
los bajos índices de inversión en innovación.

En cuanto a la segunda condición, para que un país tenga una economía sustentable, debe cumplir
por lo menos con los siguientes requisitos: El nivel de precios, la tasa de interés y el tipo de cambio
no debe sobrepasar un determinado nivel; y a su vez deben mantenerse por debajo de su nivel
máximo en el largo plazo. Dicho en otras palabras, este requisito se cumpliría una vez que el peso
latino haya sido creado, lo cual puede lograrse a través de una dolarización temporal. Esto impulsaría
necesariamente la unidad de Latino América.

No obstante, si bien en Ecuador la dolarización trajo múltiples beneficios como evitar profundos
desequilibrios macroeconómicos como depreciaciones aceleradas de la moneda, rápidos crecimientos
de la inflación y elevaciones desproporcionadas de las tasas de interés, como efectivamente ocurrió
en 1999 previa a la dolarización; existen países latinoamericanos que al no contar con dicha moneda,
se enfrentan a dichas adversidades, como Venezuela, donde la inflación refleja el deterioro de su
poder adquisitivo, cuya economía viene deteriorándose desde hace más de una década, ocasionando
una migración masiva en los últimos años.

Por último, en cuanto a la tercera condición, para que exista equidad económica, no se debe
establecer ningún tipo de supremacía de las políticas de incentivo a la oferta, por sobre las políticas de
subsidio a la demanda, o viceversa.

Considerando lo mencionado, se puede concluir que para que esta Tercera Vía pueda ser puesta en
marcha, en cada país tendrá que formarse una estructura lo suficientemente sólida y balanceada, que
logre mantener el equilibrio ante las adversidades; creando un sistema institucionalmente estable y
políticamente democrático.
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Referencias

Sohr, O. (02 de junio de 2014). Chequeado. Obtenido de https://chequeado.com/el-explicador/la-historia-


de-la-argentina-con-el-club-de-paris/
Vergara, A. (2012). Una brújula para América Latina. La tercera vía latinoamericana. Quito: Novel
Editores.

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