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Médico-paciente.
La relación médico-paciente siempre ha sido una cuestión de confianza, dónde el paciente
ha aceptado tácitamente una relación de ayuda por parte del médico ante un problema de
salud. Sin embargo, actualmente asistimos a un cambio o transformación en los roles que se
adoptan tanto por parte del médico como del paciente. El médico es (o debería serlo) un
profesional sanitario con vocación de servir, acitud compasiva y espítitu de ayuda hacia la
persona que está enferma o sufre. A partir de ese principio, estudia una larga y compleja
carrera científica para conocer en profundidad tanto el funcionamiento del cuerpo humano
como sus potenciales patologías y sus alternativas de tratamiento. El vasto conocimiento
que esta disciplina genera ha creado de forma paulatina la necesidad de especializarse e
incluso superespecializarse en un área muy concreta del saber médico. Esta fragmentación
del conocimiento y experteza es lo que nos ha permitido llegar a una medicina de
excelencia desde el punto de vista académico, técnico y práctico impensable hace tan sólo
unas décadas.
El paciente es aquella persona que padece una enfermedad. Puede encontrarse asintomático
o con un cortejo de síntomas o molestias que perduran en el tiempo, atravesando así el
proceso de enfermar y que le llevan a la determinación de pedir ayuda o consultar con un
médico. En este punto se inicia la relación médico-paciente y a través de ella girará en gran
parte todo el proceso diagnóstico-terapéutico.
– Autoritaria: En ella el médico adopta un rol directivo sobre la enfermedad del paciente y
le indica de forma autoritaria lo que debe hacer, anulando al paciente cualquier posibilidad
de diálogo o réplica.
Coronavirus.
¿Qué son las infecciones por coronavirus?
Los coronavirus son un grupo de virus comunes. Se llaman así por sus puntas en forma de
corona en la superficie del virus. Algunos coronavirus solo afectan a los animales, pero
otros también pueden afectar a los humanos. La mayoría de las personas se infectan con
estos virus en algún momento de su vida. Generalmente causan infecciones leves a
moderadas en las vías respiratorias superiores, como el resfriado común. Pero también
pueden causar enfermedades más graves, como bronquitis y neumonía.
Existen varios tipos diferentes de coronavirus humanos, incluyendo la enfermedad por
coronavirus 2019 (COVID-19), el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) y el
síndrome respiratorio agudo grave (SARS).
¿Cómo se transmiten las infecciones por coronavirus?
En general, los coronavirus humanos se transmiten de una persona infectada a otras a través
de:
Tipos
En los coronavirus humanos, la gravedad puede variar sustancialmente entre un tipo y otro:
Coronavirus del resfriado
Esta variante de coronavirus corresponde a los tipos 229E y OC43, que provocan los
síntomas comunes de un resfriado, aunque en los casos más graves también pueden
ocasionar una neumonía en personas de edad avanzada o en neonatos.
Los tipos de coronavirus 229E y OC43 causan los síntomas comunes de un resfriado.
Los tipos de coronavirus 229E y OC43 causan los síntomas comunes de un resfriado.
Síndrome respiratorio agudo severo (SRAS)
Es una forma grave de neumonía. Provoca dificultad respiratoria y fiebre superior a los 38
grados. El brote de 2002 se extendió por todo el mundo, aunque su frecuencia siempre ha
sido mayor en el este asiático.
Síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV)
Causa graves problemas respiratorios, además de fiebre, tos y dificultad para respirar,
aunque en un primer momento puede ser asintomático. En los casos más graves también se
produce expectoración de sangre, diarrea y vómitos. Tuvo su primer brote en el año 2012 y
desde entonces se han reportado muchos casos en Oriente Medio, aunque también ha
llegado a Europa y Estados Unidos.
Coronavirus de Wuhan (2019nCoV)
El nuevo coronavirus detectado a finales de 2019 en China muestra una secuencia genética
que coincide con la del SRAS en un 80%. No obstante, en un principio parece menos
virulento y con una mortalidad significativamente inferior.
Los coronavirus también pueden aparecer en animales. Algunos de los más frecuentes son
el coronavirus canino y el felino.
Signos Vitales.
Los signos vitales reflejan funciones esenciales del cuerpo, incluso el ritmo cardíaco, la
frecuencia respiratoria, la temperatura y la presión arterial. Su proveedor de atención
médica puede observar, medir y vigilar sus signos vitales para evaluar su nivel de
funcionamiento físico.
Los signos vitales normales cambian con la edad, el sexo, el peso, la capacidad para
ejercitarse y la salud general. Los rangos normales de los signos vitales para un adulto sano
promedio mientras está en reposo son:
La temperatura normal del cuerpo varía según el sexo, la actividad reciente, el consumo de
alimentos y líquidos, la hora del día y, en las mujeres, la etapa del ciclo menstrual. La
temperatura corporal normal puede variar entre 97.8 °F (Fahrenheit) equivalentes a 36.5 °C
(Celsius) y 99 °F equivalentes a 37.2 °C en un adulto sano. La temperatura corporal de una
persona puede medirse de cualquiera de las siguientes maneras:
En la boca. La temperatura se puede tomar en la boca con un termómetro clásico o con un
termómetro digital que utiliza una sonda electrónica para medir la temperatura corporal.
En el recto. La temperatura que se toma por vía rectal (con un termómetro de vidrio o
digital) tiende a ser entre 0,5 y 0,7 °F más alta que cuando se toma por vía oral.
En la axila. Se puede tomar la temperatura debajo del brazo con un termómetro de vidrio o
digital. La temperatura que se toma en esta zona suele ser entre 0,3 y 0.4 °F más baja que la
que se toma por vía oral.
En la oreja. Un termómetro especial puede medir rápidamente la temperatura del tímpano
para reflejar la temperatura central del cuerpo (la temperatura de los órganos internos).
En la piel. Un termómetro especial puede medir rápidamente la temperatura de la piel de la
frente.
Cuando la temperatura es anormal puede producirse por la fiebre (temperatura alta) o por la
hipotermia (baja temperatura). Se entiende como fiebre cuando la temperatura corporal se
eleva por sobre un grado de la temperatura normal de 98,6 °F, según la Academia
Estadounidense de Médicos de Familia (American Academy of Family Physicians). La
hipotermia se define como un descenso de la temperatura corporal por debajo de 95 °F.
Sobre los termómetros de vidrio que contienen mercurio
Según la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos, el mercurio es una
sustancia tóxica que representa una tanto amenaza para la salud de los seres humanos como
para el medio ambiente. Dado que pueden romperse, los termómetros de vidrio que
contienen mercurio deben dejar de usarse y desecharse apropiadamente siguiendo las leyes
locales, estatales y federales. Contáctese con el departamento de salud, la autoridad de
desecho de residuos o el departamento de bomberos de su localidad para obtener
información sobre cómo desechar debidamente su termómetro de mercurio.
Cuando usted tiene mucho calor, los vasos sanguíneos en la piel se dilatan para transportar
el exceso de calor a la superficie de la piel. Es posible que empiece a sudar. A medida que
el sudor se evapora, esto ayuda a enfriar su cuerpo.
Cuando tiene demasiado frío, los vasos sanguíneos se contraen. Esto reduce el flujo de
sangre a la piel para conservar el calor corporal. Tal vez empiece a tiritar. Cuando los
músculos tiemblan de esta manera, esto ayuda a generar más calor.
La temperatura corporal se puede medir en muchos lugares del cuerpo. Los más comunes
son la boca, el oído, la axila y el recto. La temperatura también puede medirse en la frente.
Los termómetros indican la temperatura corporal tanto en grados Fahrenheit (°F) o grados
Celsius (°C). En los Estados Unidos, la temperatura se suele medir en grados Fahrenheit. El
estándar en la mayoría de los demás países es grados Celsius.
Temperatura normal del cuerpo
La mayoría de las personas piensan que una temperatura corporal normal es una
temperatura oral (por boca) de 98.6°F (37°C). Esto es un promedio de mediciones normales
de la temperatura corporal. Su temperatura normal podría ser en realidad 1 °F (0.6 °C) o
más por encima o por debajo de esa cifra. Asimismo, su temperatura normal puede variar
hasta 1 °F (0.6 °C) durante el día según lo activo que esté y la hora del día. La temperatura
corporal es muy sensible a los niveles hormonales. De modo que la temperatura de una
mujer puede ser más alta o más baja cuando está ovulando o teniendo su período menstrual.
Una medición de la temperatura rectal o del oído (timpánica) será un poco más alta que una
medición oral. Una temperatura que se toma en la axila será un poco más baja que cuando
se toma en la boca. La manera más precisa de medir la temperatura es tomarla en el recto.
Fiebre
En la mayoría de los adultos, se considera fiebre una temperatura oral superior a 100.4°F
(38°C) o una temperatura en el recto o en el oído superior a 101°F (38.3°C). Un niño tiene
fiebre cuando su temperatura rectal es de 100.4°F (38°C) o más alta.
La fiebre podría ser una reacción a:
Una infección. Esta es la causa más común de fiebre. Las infecciones pueden afectar a todo
el cuerpo o a una parte del cuerpo.
Medicamentos. Estos incluyen antibióticos, opioides, antihistamínicos y muchos otros. Esto
se llama "fiebre medicamentosa". Los medicamentos como los antibióticos elevan la
temperatura corporal directamente. Otros medicamentos evitan que el cuerpo restablezca su
temperatura cuando otras cosas hacen que la temperatura se eleve.
Trauma grave o lesión. Esto puede incluir ataque cardíaco, ataque cerebral, golpe de calor o
quemaduras.
Otras afecciones médicas. Estas incluyen artritis, hipertiroidismo, e incluso algunos
cánceres, como leucemia y cáncer de pulmón.
Temperatura corporal baja (hipotermia)
Una temperatura corporal muy baja (hipotermia) puede ser grave o incluso mortal. Una
temperatura corporal baja suele suceder por exponerse a condiciones climáticas frías. Pero
también puede estar causada por el consumo de alcohol o drogas, entrar en estado de
choque ("shock") o ciertos trastornos como diabetes o hipotiroidismo .
Una temperatura corporal baja puede ocurrir con una infección. Esto sucede con más
frecuencia en recién nacidos, adultos mayores o en personas con un estado de salud frágil.
Una infección muy grave, como una septicemia , también puede causar una temperatura
corporal anormalmente baja.
Temperatura corporal alta (golpe de calor)
Un golpe de calor sucede cuando el cuerpo no puede controlar su propia temperatura y la
temperatura corporal continúa subiendo. Los síntomas del golpe de calor incluyen
alteraciones mentales (como confusión, delirio o pérdida del conocimiento) y
enrojecimiento, calor y sequedad de la piel, incluso bajo las axilas.
El golpe de calor puede ser mortal. Necesita tratamiento médico de urgencia. Causa
deshidratación grave y puede hacer que los órganos del cuerpo dejen de funcionar.
Hay dos tipos de golpe de calor.
El golpe de calor clásico puede ocurrir incluso cuando una persona no está muy activa,
siempre y cuando haga calor y el cuerpo no pueda enfriarse por sí mismo lo suficiente a
través de la sudoración. La persona puede incluso dejar de sudar. El golpe de calor clásico
puede desarrollarse a lo largo de varios días. Los bebés, los adultos mayores y las personas
que tienen problemas de salud crónicos corren el riesgo más alto de tener este tipo de golpe
de calor.
El golpe de calor inducido por el ejercicio puede ocurrir cuando una persona está
trabajando o haciendo ejercicio en un lugar caluroso. La persona puede sudar mucho, pero
el organismo sigue generando más calor que el que puede eliminar. Esto hace que la
temperatura se eleve a niveles altos.
Mantenimiento de la temperatura
Para mantener constante esa temperatura, existen múltiples mecanismos, pero están
controlados por el hipotálamo, que es donde se centraliza el control de la temperatura. El
hipotálamo se encarga de regular las propiedades del medio interno, como la concentración
de sales o la temperatura. El hipotálamo funciona de forma parecida al termostato de una
casa. Cuando la temperatura de la casa es menor que aquella a la cual hemos ajustado el
termostato, este pone en marcha la calefacción hasta que la temperatura es igual a la
deseada.
Si la temperatura de la casa es mayor del punto de ajuste, detiene la calefacción para que la
temperatura baje. El hipotálamo mide la temperatura en el propio hipotálamo, en cierta
región del hipotálamo existen neuronas que son sensibles a la temperatura. Además el
hipotálamo recibe información de la temperatura en otros lugares del cuerpo, sobre todo de
la temperatura de la piel, y esta información le llega procedente de fibras nerviosas
sensoriales sensibles a la temperatura. El hipotálamo compara la temperatura en el
hipotálamo y en la piel con el valor de referencia de 37ºC, si la temperatura corporal es
mayor de 37ºC pone en marcha mecanismos para que disminuya, si es menor de 37ºC hace
que ascienda. Cuando existe una discrepancia entre la temperatura central, en el
hipotálamo, y la temperatura en la piel, por ejemplo si la temperatura en el hipotálamo es
mayor de 37ºC y en la piel es menor de 37ºC, toma preferencia la temperatura central.
Mecanismos para aumentar la temperatura
Aumentando la circulación cutánea, el hipotálamo activa las fibras nerviosas simpáticas que
van a la piel, por lo que llega menos sangre a la piel; también a través de la contracción
muscular. El frío produce contracciones musculares involuntarias, que aumentan el tono
muscular o contracción basal que tienen los músculos, y si es más intenso produce un
templor perceptible. Estas contracciones consumen energía que se transforma en calor.
A través de la pilorección, el pelo cutáneo se levanta debido a la contracción de unos
pequeños músculos que hay en la base de cada pelo. Esto produce la “carne de gallina”. En
humanos este reflejo tiene poca importancia, pero en especies con un pelo tupido, hace que
quede atrapada una capa de aire debajo del pelo que aísla y disminuye la pérdida de calor.
Aumentando el metabolismo. El hipotálamo aumenta la producción del la hormona TRH,
esta estimula la producción en la hipófisis de TSH, la cual a su vez incrementa la secreción
de hormonas en la glándula tiroides, y finalmente estas estimulan la producción de calor en
todas las células del organismo. Esta respuesta no está muy desarrollada en humanos pero
sí es importante en otras especies animales.
También es conveniente fijarse en la velocidad de ascenso del pulso que puede ser:
- rápida (p.ej., en el pulso céler de la insuficiencia aórtica)
- lenta (p.ej., en la estenosis aórtica, se describe un pulso parvus, por su poca amplitud, y
tardus, por su ascenso lento).
la frecuencia de los latidos. Puede ser:
- normal: entre 60 y 85 latidos por minuto (lpm)
- taquicardia: > 90 lpm
- bradicardia: < 60 lpm
Durante un acceso de tos, se elimina el contenido de las vías respiratorias con diferentes
mecanismos. El elevado flujo de aire en las vías respiratorias hace que se expulsen materias
extrañas y las mucosidades. Sin embargo, durante la exhalación forzada, las vías se reducen
y comprimen las secreciones de las vías respiratorias pequeñas, de forma que facilitan su
expulsión. El silbido que se produce cuando tosemos hace vibrar las vías respiratorias, de
forma que sacude las mucosidades y las hace avanzar hacia la tráquea.
Hay diferentes tipos de tos, y no todas son preocupantes o motivo de tratamiento.
Tos seca o no productiva: no produce expectoración.
Tos productiva: la que produce expectoración.
Tos seca falsa: no se consigue expectorar y se produce la deglución de la mucosidad (se da
sobre todo en mujeres y niños).
Tos crónica o aguda: más de tres semanas de duración. Cuando la tos es más o menos
permanente, tiende a perpetuarse porque la expulsión violenta del aire irrita la tráquea y la
laringe. La tos crónica puede ser por una enfermedad latente que supera los mecanismos de
defensa.
Tos psicógena (tics): todos conocemos a personas que tienen la costumbre de toser antes de
hablar, y cuando están muy nerviosas (tos psicosomática).
Las causas de la tos son diversas, pero hay que destacar:
Enfermedades de origen otorrinolaringológico (nariz, garganta y oído).
Afección del conducto auditivo externo o del tímpano (donde hay receptores para la tos).
Enfermedades como la sinusitis, la rinitis y las amigdalitis.
Enfermedades cardíacas.
Irritación de las vías aéreas superiores.
Afecciones pulmonares agudas o crónicas.
Otras causas accidentales: cuerpos extraños, alimentos en la tráquea, humo, etc.
En general, las normas que hay que seguir son:
Calmar la tos seca no productiva.
Facilitar la tos productiva con expectorantes y/o mucolíticos.
En ambos casos, hay que proporcionar al tracto respiratorio la humedad necesaria, tanto por
ingestión de líquidos como por humidificación del aire respirado.
Si la tos es seca, no productiva, no sólo produce malestar sino que tiende a autoperpetuarse,
a causa de la irritación de la tráquea y de la mucosa faríngea. En estos casos está indicado
el tratamiento con fármacos antitusígenos. Si la tos es productiva, puede estar indicada la
administración de fármacos expectorantes y/o mucolíticos, para facilitar la extracción de las
flemas.
Los medicamentos antitusígenos pueden ser de dos tipos:
De acción central, que suprimen o inhiben el reflejo de la tos deprimiendo el centro de la
tos. Los más utilizados son la codeína y el dextrometorfano.
De acción periférica, que pueden actuar sobre la rama eferente del reflejo de la tos.
Los medicamentos mucolíticos hacen disminuir la viscosidad de la secreción bronquial; por
tanto, facilitan la expulsión del esputo.
Los medicamentos expectorantes estimulan el mecanismo de eliminación, por ejemplo, con
el movimiento ciliar que impulsa la secreción hacia la faringe para ser eliminada por
expectoración o deglución.
El tipo de medicamento que hay que tomar en cada caso dependerá de la edad del paciente,
del tipo de tos, de los síntomas asociados, de si se toman otros medicamentos al mismo
tiempo y de si existen antecedentes de enfermedades como bronquitis, diabetes, cardiopatía,
etc.
Los medicamentos habrá que utilizarlos con medida y siguiendo siempre las indicaciones
del farmacéutico o del médico.
Los medicamentos para la tos no deben tomarse durante períodos largos (3 semanas o más);
hay que ir al médico para que lleve el control.
El aire seco y la sequedad de la garganta agravan la tos. Para evitarla se puede:
Ingerir agua pura (2 litros por día), para humidificar el árbol respiratorio.
Mantener la humedad de una habitación al 40%.
Cuando se tiene tos, hay que evitar espacios donde haya humo de tabaco (bares, pubs,
restaurantes…), ya que el humo actúa como estimulante de la tos.
El hábito del tabaco es una causa frecuente de tos; por tanto,abandonarlo os ayudará a
hacerla desaparecer.
El farmacéutico os informará de la terapia sustitutiva de nicotina y de los recursos para
evitar situaciones difíciles.
Un ataque de tos provoca angustia en la persona que lo sufre. La primera recomendación es
mantener la calma y evitar los nervios, hacer una respiración profunda y «tragar» saliva.
Para suavizar la irritación de la garganta, beber agua que no sea fría para mantenerla
hidratada, y mucho mejor, una bebida caliente suave con una cucharada de miel.
Los caramelos con miel o hierbas también suavizan la garganta. Evitar los caramelos de
mentol, a causa de su carácter irritante.
Cuando estamos constipados, la mucosidad gotea desde la nariz hasta la garganta por la
parte posterior y nos hace toser. Este problema empeora con frecuencia por la noche,
cuando nos tumbamos en la cama; por tanto, se aconseja intentar dormir con la cabeza más
incorporada, añadiendo otra almohada.
En caso de sufrir un ataque fuerte de tos, es recomendable el dextrometorfano o la codeína
en forma de pastillas o jarabe.
Se ha comprobado estadísticamente que los individuos tienen entre 2 y 3 resfriados al año.
El resfriado común es la causa del 75% de los casos con tos. El 13% de las personas
mayores tienen tos crónica.
Hace mucho tiempo que se sabe que la regaliz tiene muchas propiedades antitusígenas y
pectorales. Calma la tos y disminuye la irritación de las mucosas respiratorias. Se puede
tomar en infusión, pastillas, caramelos, o bien mordisquear una ramita (se recomienda
tomarla con moderación, sin abusar).
Historia Natural de la enfermedad.
La historia natural de la enfermedad es la evolución de un proceso patológico sin
intervención médica. Representa el curso de acontecimientos biológicos entre la acción
secuencial de las causas componentes (etiología) hasta que se desarrolla la enfermedad y
ocurre el desenlace (curación, paso a cronicidad o muerte).
El interés que tiene la medicina por conocer la evolución natural de cada enfermedad es
descubrir las diferentes etapas y componentes del proceso patológico, para intervenir lo
más temprano posible y cambiar el curso de la enfermedad, con el objetivo de evitar el
deterioro de la salud.
Hay dos perspectivas complementarias para caracterizar la historia natural de la
enfermedad: la del médico de cabecera, que mediante la historia clínica registra todo el
proceso de cada paciente, y puede determinar tanto que hay un nuevo problema de salud,
como sus peculiaridades; es una visión individualizada. La del epidemiólogo, que mediante
los múltiples registros sanitarios que maneja, y el apoyo de la bioestadística puede
descubrir una nueva enfermedad y su evolución; es una visión poblacional.
Período pre patogénico
Artículo principal: Período prepatogénico
En esta fase se inicia la enfermedad, pero el ser vivo no presenta manifestaciones clínicas,
ni cambios celulares, tisulares u orgánicos. Está conformado por las condiciones del
huésped, el agente y el medio ambiente.
Período patogénico
Es la etapa en la que hay cambios celulares, tisulares u orgánicos, pero el paciente aún no
percibe síntomas o signos de enfermedad, es una fase subclínica.
Se subdivide en dos etapas:
Período de incubación y de latencia
Artículo principal: Periodo de incubación
Artículo principal: Período de latencia
En las enfermedades transmisibles se habla de Período de incubación, ya que los
microorganismos se están multiplicando y produciendo toxinas, es de rápida evolución,
puede durar horas o días (ejemplo: gripe).
Sin embargo, en las enfermedades de tipo degenerativo se habla de Período de latencia, por
su lenta evolución, que puede durar meses o años, o enfermedades crónicas (ejemplo:
artrosis, demencia senil, etc.)
Período clínico
"Christian Bindslev está enfermo" (1889) óleo de Viggo Johansen.
Es cuando el ser vivo presenta síntomas o signos clínicos. Es decir, cuando se manifiesta
clínicamente la enfermedad, y la afectada demanda ayuda sanitaria. Pero si el proceso
patológico siguiera evolucionando de manera espontánea, sin intervención médica, tendría
un desenlace que podría ser la curación, la incapacidad (secuelas) o la muerte. A su vez
tiene 3 períodos:
Prodrómico: aparecen los primeros signos o síntomas, que indica el inicio clínico de una
enfermedad.
Clínico: aparecen los síntomas y signos específicos, lo que permite determinar la patología
que afecta al huésped y a su vez el tratamiento a aplicar para curar al paciente y evitar
secuelas.
De resolución: es la etapa final. La enfermedad desaparece, se vuelve crónica o el paciente
fallece.
Prevención primaria
Son un conjunto de actividades sanitarias que se realizan tanto por la comunidad o los
gobiernos como por el personal sanitario antes de que aparezca una determinada
enfermedad. Comprende:
Estrategias:
• Enfocar las acciones preventivas a toda la población con el objetivo de reducir el
riesgo.
• Enfocar las acciones preventivas a los grupos de riesgo.
Deben aplicarse las medidas de prevención primaria para evitar que la enfermedad se
produzca. Consta de 2 niveles:
1) Promoción de la salud:
Es el proceso que permite a las personas incrementar el control sobre su salud. No se dirige
habitualmente a un área específica sino al área de la salud y se lleva a cabo mediante la
aplicación de medidas generales que permitan mantener o mejorar la salud y el bienestar
del individuo y su familia.
Tales medidas son:
• Orientar: se debe orientar al individuo sobre sus funciones en la familia, en el
trabajo y en la sociedad; sobre las medidas dietéticas adecuadas y sobre la importancia del
ejercicio y la higiene personal. A la familia sobre su participación en actividades sociales
tantos recreativas como deportivas y culturales.
• Promover: planificaciones familiares y la educación sexual, los hábitos y
costumbres sanos; la vigilancia del crecimiento y desarrollo de los hijos como el
saneamiento de la potabilización del agua.
• Capacitar: a la familia en la vigilancia de la nutrición; la conservación, preparación
y manejo higiénico de los alimentos.
2) Prevención Específica
Consiste en la aplicación de procedimientos y precauciones concretas para interrumpir las
causas de una enfermedad específica antes de que se presente mediante:
• Exámenes médicos periódicos: aplicación de inmunizaciones, asesorías genéticas,
control prenatal entre otros.
• Capacitar a la familia: en la prevención de desnutrición, problemas bucodentales y
el manejo higiénico de los alimentos, sobre el embarazo y el parto.
• Orientar: al individuo sobre los riesgo de trabajo y a la familia acerca de las medidas
de protección contra accidentes en el hogar.
Prevención Secundaria
Comprende todas las medidas disponibles para la detección precoz de enfermedades en
individuos y poblaciones y para una intervención rápida y efectiva.
Objetivos:
• Curar a los pacientes
• Reducir las consecuencias mas graves de la enfermedad mediante el diagnostico y
tratamiento precoz
Propósito:
Su propósito es reducir la prevalencia de la enfermedad, suele aplicarse en enfermedades
cuya historia natural comprende un periodo precoz en que son fáciles de diagnosticar y
tratar.
Prevención Terciaria
Se refiere a la rehabilitación física, psicológica y social del paciente a fin de que pueda
utilizar sus capacidades y de esta manera reintegrarse a la sociedad.
Objetivo:
Reducir el progreso o las complicaciones de una enfermedad ya establecida.
Solo Sumatriptán (el primer triptán comercializado) ha sido formulado para administración
parenteral (ver tabla que acompaña este trabajo).
La mayoría de los pacientes prefieren el tratamiento oral, siempre que las náuseas o
vómitos no lo impidan. Los triptanos de vida media larga (Naratriptán y Frovatriptán) son
menos eficaces (criterio de eficacia: «alivio dolor al cabo de 2 horas»), pero aportan la
ventaja de una duración de acción más prolongada.
Cuando se administran por vía oral, el efecto terapéutico se hace evidente al cabo de entre
20 y 60 minutos. Algunas veces, hay que repetir la administración de 2 a 4 horas después
de una primera toma.
El efecto más rápido (aproximadamente 10 minutos) consigue con Sumatriptán
administrado por vía subcutánea. Es el tratamiento electivo en crisis de migraña ya
establecidas; y cuando las náuseas y vómitos imposibilitan la administración per os.
Biofeedback
El dolor es una sensación física que se vive de forma variable en función de diferentes
parámetros socioculturales y personales. En general, se asume que los estímulos dolorosos
tienen dos tipos de respuestas principales, que pueden entremezclarse de forma variable.
Respuestas reflejas
Una respuesta refleja, que se produce de forma automática tras un estímulo doloroso y que
condiciona un comportamiento reactivo que provoca respuestas similares ante estímulos
semejantes. Un ejemplo de este tipo de respuesta es la retirada de la extremidad a la que se
le aplica el estímulo doloroso, la emisión de una exclamación sonora asociada al dolor y
cambios fisiológicos, como un aumento de la frecuencia cardiaca tras un estímulo doloroso.
Conducta operante
Una denominada conducta operante, que implica mecanismos psicológicos más complejos.
Este tipo de respuesta está gobernada por la existencia de refuerzos positivos o negativos.
Así, la consecución de un beneficio con la aparición de una cefalea (mayor atención por
parte de los padres, la pareja, etcétera o la posibilidad de ausentarse o no acudir a un lugar
conflictivo, como puede ser el centro de trabajo en determinadas condiciones...) actúan
como un refuerzo positivo para la reaparición de dicho dolor. En algunas cefaleas existen
condicionamientos de este tipo, que juegan un papel importante en la cronificación del
cuadro.
Técnicas de biofeedback
Estimulación eléctrica transcutánea, otro de los tratamientos no farmacológicos aconsejados
para las cefaleasLas denominadas técnicas de biofeedback utilizan un condicionamiento
operante para registrar y amplificar una función fisiológica del individuo de forma
inmediata y continuada. El individuo aprende a controlar determinadas funciones
fisiológicas como la temperatura corporal, el tono muscular o el diámetro de los vasos
periféricos. Con este aprendizaje y una motivación adecuada es posible controlar la
vasodilatación de los vasos intracraneales e impedir la aparición de una migraña. El
biofeedback ayuda a la persona a ser consciente de cómo reacciona su cuerpo ante
determinadas circustancias. A través de este proceso se aprende a reaccionar ante
determinadas situaciones y a alterar las respuestas del organismo para encontrarse más
relajado y saludable. Existen diversas técnicas que son fáciles de aprender y realizar. El
entrenamiento suele ser dirigido por psicólogos especializados. Suele llevar cinco o seis
sesiones además de la práctica individual en casa. Estas técnicas han mostrado una cierta
utilidad en determinados tipos de cefalea, pero precisan un entrenamiento específico y
tiempo y un lugar adecuado para realizarlas.
Complicaciones
Debido a que los dolores de cabeza tensionales son muy frecuentes, el efecto que tienen en
la productividad del trabajo y en la calidad de vida en general es importante, especialmente
si son crónicos. El dolor frecuente es posible que no te deje realizar algunas actividades.
Probablemente, tengas que irte a tu casa cuando estás en el trabajo o, si vas a trabajar, es
posible que tu capacidad para desenvolverte se vea afectada.
Prevención
Además del ejercicio regular, algunas técnicas como el entrenamiento de biorregulación y
la terapia de relajación pueden disminuir el estrés.
Entrenamiento de biorregulación. Esta técnica te enseña a controlar ciertas respuestas del
cuerpo que ayudan a disminuir el dolor. Durante una sesión de biorregulación, estás
conectado a dispositivos de supervisión que te brindan información sobre las funciones
corporales, como la tensión muscular, la frecuencia cardíaca y la presión arterial. Luego,
aprendes a reducir la tensión muscular, disminuir la frecuencia cardíaca y controlar la
respiración.
Terapia cognitiva conductual. Este tipo de terapia conversacional puede ayudarte a
aprender a controlar el estrés y puede ayudar a disminuir la frecuencia y la intensidad de los
dolores de cabeza.
Otras técnicas de relajación. Todo lo que te ayude a relajarte, por ejemplo, la respiración
profunda, el yoga, la meditación y la relajación muscular progresiva, puede ser útil para
controlar los dolores de cabeza. Puedes aprender técnicas de relajación en clases o en tu
hogar con libros o grabaciones.
El uso de medicamentos de manera conjunta con técnicas de control del estrés puede ser
más eficaz que cualquiera de los dos tratamientos por sí solos en la reducción de los dolores
de cabeza tensionales.
Además, llevar un estilo de vida saludable puede ayudar a prevenir los dolores de cabeza:
Duerme lo suficiente, pero no demasiado.
No fumes.
Haz ejercicio de forma regular.
Ingiere comidas balanceadas y regulares.
Bebe mucha agua.
Limita el consumo de alcohol, cafeína y azúcar.