Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Concepto
Derecho real es el que nos pertenece inmediatamente sobre una cosa sometida por
razón del mismo a nuestro poder legal y a nuestra voluntad, bien sea bajo todos los
conceptos, o bajo algunos solamente.
3. Todo derecho real puede ser ejercido, por medio de una acción real (actio in
rem) por aquel a quien pertenece contra cualquiera que posee la cosa, o que
se la disputa.
1. Concepto
He aquí una observación notable que esparcirá mucha luz sobre esta materia; a
saber: que algunas de las ventajas que procura la posesión, pueden, así como las
de la propiedad, fraccionarse, desmembrarse y atribuirse en la misma cosa a
personas diferentes.
-Possessio ad usucapionem, y
-Possessio ad interdicta
Estas dos especies en las cuales se divide la verdadera posesión, guardan entre si
la siguiente proporción: la possessio ad usucapionem está destinada a producir
algunos efectos más que la possessio ad interdicta, la cual esta siempre contenido
en la primera, lo que no sucede en el caso contrario. A esta diferencia entre estas
dos especies se refieren las expresiones particulares de que sirven los
jurisconsultos romanos para indicar las relaciones legales de esta posesión con la
usucapión y los interdictos.
1. La possessio ad usucapionem
Toda otra posesión que no reúna estas cualidades, tanto la simple detención, como
la verdadera posesión, se llama possessio naturalis en contraposición a la
possessio civilis. Esta se trata de la simple tenencia del objeto o cosa y no contaba
con protección judicial. Esta posesión se presentaba cuando quien detentaba la
cosa solo tenía o poseía el corpus, tal es el caso del usufructuario, comodatario o
depositario.
2. La possessio ad interdicta
Toda otra posesión que no esté garantizada siquiera por los interdictos como la
simple detención, se llama possessio naturalis. Designase igualmente la simple
detención con las palabras tenere, corporaliter possidere, esse in possessione.
Entre las causas que vician la posesión es menester distinguir con particularidad las
tres siguientes: cuando la posesión comienza por la fuerza (vi), clandestinamente
(clam) y precariamente (preccario). La causa por medio de la cual se posee, ha
dado lugar a una regla muy notable: nemo sibi ipse causam possessionis mutare
potest. En un principio esta regla no se aplicaba sino a la antigua usucapio pro
herede, pues no era permitido a quien había empezado a poseer cierta causa,
convertir por su voluntad esta posesión en una possessio pro herede. Pero más
tarde entre los romanos esta regla cambio de significación, y se ha aplicado, no
solamente al caso en que el simple tenedor de una cosa ajena no podía por su sola
voluntad cambiar esta detención en verdadera posesión, sino también al caso en
que el que poseía ad interdicta, aunque no ad usucapionem, tampoco podía por su
sola voluntad cambiar la posesión que tiene en posesión civil.
Es poseedor de mala fe el que sabe que no tiene ningún derecho a poseer la cosa.
Aquel tiene conocimiento de lesionar el derecho del propietario de la cosa que él
retiene como poseedor, aunque tenga una justa causa para su posesión (iusta
causa possessionis) pero no para la usucapión (iusta causa usucapionus). Esta
possessio ex mala fide debe distinguirse del vicio objetivo de la cosa como en el
caso de la res furtiva o de la possessio vitiosa. Por otro parte, la possessio ex mala
fide y la possessio ex iniusta causa pueden coincidir, aunque no siempre. Así, el
heredero (heres) que toma posesión de una cosa mueble hurtada por su causante y
que no tiene conocimiento del vicio de furtividad: tiene la posesión de la cosa
mueble pro herede, pero objetivamente el origen de esa posesión es una iniusta
causa que le impedirá usucapir. También se da una possessio ex iniusta cuando el
esclavo entrega a su dueño una cosa mueble que dice haber comprado, cuando en
realidad la hurtó: el propietario del esclavo cree poseer la cosa mueble pro emptore,
pero objetivamente el origen de esa posesión es una iniusta causa que le impedirá
usucapir. Así pues, la única posesión apta para usucapir es la posesión civil de
buena fe (ex bona fide).
Por tanto, podemos definir la posesión civil de buena fe como aquella apta para
usucapir. Por ello, en la práctica, ningún poseedor civil de buena o mala fe –excepto
el caso del que adquirió del propietario una res mancipi por simple traditio o entrega,
o del que no era propietario (recepción a non domino) -, se presenta y declara como
tal (como poseedor civil), sino como propietario civil. Solo en el litigio de la
reivindicatio será el iudex quien declarará si el demandado era poseedor civil de
buena fe (ex bona fice) o de mala fe (ex mala fide). En conclusión, la buena fe (bona
fides) es subjetiva o intencional. Son embargo, no es un factum que deba probarse,
sino que se presume una vez probada la justa causa (iusta causa) de la posesión
civil y el hecho de que el poseedor pierda después la buena fe no le impide
usucapir: mala fides superveniens non nocet.