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SECTARIO O LIBRE

En las sectas, el ejercicio de investigar, escudriñar o examinar no está presente, no se les


enseña a sus miembros a pensar, sino creer lo que le dicen sus líderes.

En las sectas se "impone" una sola línea de pensamiento mediante la manipulación o el


adoctrinamiento o el lavado de cerebro. Se les enseña que ellos son los únicos de poseer
la verdad y cualquiera que piensa diferente están en error y ni se les ocurra escucharlos,
pues son emisarios del diablo, enemigos de Dios.

¿Cómo saber si se es sectario? Las tres señales más importantes son:

1- Cuando en una discusión se ataca al individuo, cuando se le señala, cuando se le


culpabiliza o condena en vez de enfocarse en los argumentos, las ideas, la razón.

2- Cuando se es vulnerable a creer sin evidencias, sin pruebas, cuando no se investiga la


fuente, de donde viene la información que la sustenta. Es decir no tienen el hábito de
examinar, evaluar, diagnosticar, de diferenciar lo bueno de lo que no lo es.

3- Cuando se ignora lo que es un argumento o inferencia, sus grados de certezas, cuando


se carece de la habilidad de análisis, de objetividad y dialéctica.

En general, vivimos en un mundo sectario, en el que denigramos al que no piensa como


nosotros. Se denigra Por la condición social, por el color de piel, por la religión, por la
educación, por la política, por lo étnico, por la orientación sexual...

Los cristianos deberíamos ser los primeros en respetar al ser humano, la libertad de
pensamiento y de expresión. Considere que no es lo mismo “respetar” que “apoyar”, el
sectario no conoce la diferencia de ello.

Es bueno recordar lo que dice la Biblia:

“Si en verdad cumplís la ley real, conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti
mismo, bien hacéis; pero si hacéis acepción de personas, cometéis pecado, y quedáis
convictos por la ley como transgresores.” (Stgo 2:8-9)

“...unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de
conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo, en quien están escondidos todos los
tesoros de la sabiduría y del conocimiento. Y esto lo digo para que nadie os engañe con
palabras persuasivas.” (Col 2:2-4)

Yo no he alcanzado todavía “pleno entendimiento” y no sé si lo logre. Así que debo tener


cuidado con mis juicios y tener siempre presente las palabras del Espíritu Santo:
“...todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; porque la ira
del hombre no obra la justicia de Dios.” (Stgo 1:19-20)

Si la ira del hombre no obra la justicia de Dios entonces, ¿la justicia de quién es la que
obra? Si, ese mismo...

Gracia, paz y esperanza para todos

Carlos E. Camacho R.

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