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La Restauración
La Restauración
Para llevar a cabo esta política, se establecieron sistemas de alianzas, entre los que
destacó la Santa Alianza (1815), promovida por Rusia, Austria y Prusia, que se
comprometieron a defender el absolutismo y el cristianismo y a ayudarse mutuamente
en caso de revueltas liberales.
Durante la primera mitad del siglo xix, se produjo en Europa una serie de
levantamientos revolucionarios dirigidos por la burguesía con la intención de
derrocar el absolutismo para instaurar gobiernos liberales. En muchas ocasiones,
estos levantamientos contaron con la participación de las clases populares, que
reivindicaban mejoras de sus condiciones de vida. Por otro lado, en algunos casos,
las revueltas liberales estuvieron acompañadas de reivindicaciones nacionalistas.
Causas:
La primera y más importante se dio en Francia y desde allí pasará a otros países
europeos. Fue una revolución parisina que estalló el 25 de julio contra Carlos X y el
predominio de los ultras en el gobierno, al intentar el monarca volver al absolutismo. La
revolución vino precedida de una grave crisis económica que causó malestar social y
fue apoyada por republicanos, intelectuales, monárquicos moderados y grandes
financieros. Tras tres días de barricadas, Carlos X hubo de exiliarse y se proclamó rey a
Luis Felipe de Orleáns que implantó una monarquía constitucional. Con él se inició
la Edad de Oro de la alta burguesía francesa.
Bélgica se sentía humillada por Holanda, a la que estaba unida desde el Congreso de
Viena. Además existían grandes diferencias entre ambas. Bélgica era católica, hablaba
francés o valón y tenia una burguesía industrial proteccionista; Holanda era protestante,
hablaba el holandés y su burguesía era comercial y librecambista. Los belgas
consiguieron separarse de Holanda gracias a la ayuda de Inglaterra y Francia. Leopoldo
I fue nombrado rey constitucional.
En Polonia los nacionalistas proclamaron la independencia de Rusia en 1830 pero, al no
contar con ayuda exterior ni apoyo del campesinado, la revolución fracasó y los rusos
reprimieron la revolución de forma sangrienta.
En Italia estallaron también insurrecciones en Piamonte, Parma, Roma y Nápoles que
fracasaron por la desunión entre ellos y por la intervención de Austria. Tras el fracaso,
Mazzini fundó la Joven Italia.
En Alemania los revolucionarios consiguieron que los príncipes aprobaran textos
constitucionales en algunos estados (Hannover, Sajonia...) pero la unidad fracasó.
Lograron que triunfará la unión aduanera o Zollverein en 1834, impulsada por Prusia,
que servirá de base a la unidad.
En Suiza se abolió la Constitución aristocrática.
En España triunfó definitivamente el régimen liberal en 1833 con Isabel II, lo mismo
que ocurrió en Portugal.
En Inglaterra no hubo revolución pero los liberales consiguieron en 1832 una reforma
politica que ampliaba el derecho de sufragio y ampliaba los derechos individuales.
Tras el paso de las revoluciones de 1830, Europa quedó dividida en dos bloques: el
occidental, liberal y constitucional, y el oriental, conservador y aristocrático, integrado
por Austria, Prusia y Rusia.
Las Revoluciones de 1848