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TEMA 5 (Window)
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Los derechos de la personalidad son aquellos que protegen los bienes del individuo en cuanto a su
vida, su honor, su imagen…
1. Son innatos; es decir, inherentes a la persona, se tienen desde que se nace hasta que se muere.
2. Son intransmisibles: no se pueden transmitir de unos a otros ni por venta, ni por donación, ni
por compra, ni por cesión de derechos o cualquier otro concepto.
3. Extrapatrimoniales: no son susceptibles de valorarse en dinero, pues, carecen de contenido
económico.
Por otro lado, encontramos los derechos patrimoniales, que protegen bienes de tipo material, es
decir patrimonial, bienes muebles e inmuebles o bienes inmateriales (patente, marca…), asegurando
a la persona la utilización o el aprovechamiento de cosas, bienes y servicios.
Se caracterizan por:
Los derechos patrimoniales podemos dividirlos a su vez en derechos reales y derechos de crédito.
El origen de los “derechos reales” se encuentra en la Edad Media. Fueron los glosadores los que
introdujeron la terminología ius in re o ius reale , esto es, “derecho sobre las cosas”.
Los derechos reales son aquellos que recaen sobre las cosas otorgando a su titular un poder directo e
inmediato sobre las mismas, que puede ser total (derecho de propiedad) o limitado y parcial
(derechos reales limitados o en cosa ajena), para la satisfacción de sus propios intereses.
• El derecho real es un derecho subjetivo que otorga a su titular un poder sobre una cosa.
• Tiene carácter absoluto, ya que el titular del derecho lo puede defender frente a todos, tiene
eficacia “erga omnes”.
• El poder de gozar, utilizar, disponer de la cosa que tiene el titular puede ser total o parcial:
1. El poder es total, cuando solo una persona (el propietario) tiene todas las facultades inherentes a
la cosa. La propiedad es el derecho real pleno, por excelencia, del que derivan todos los demás.
2. El poder es parcial, cuando son varias las personas que tienes atribuidos derechos de forma
simultánea y compatible sobre una misma cosa, dando lugar a los derechos reales limitados o
parciales (usufructos, servidumbres, hipoteca…)
Los derechos de crédito son aquellos que recaen sobre la conducta de otra persona, concediendo a
su titular el poder de obtener de aquella una determinada prestación, es decir, de obligarle a que se
observe una determinada conducta, de dar, hacer o no hacer alguna cosa.
1. La diferencia entre derecho real y derecho de crédito es la que hay entre “tener” y que “nos
deban”. Si tenemos = derecho real; si nos deben = derecho de crédito.
2. El derecho real tiene por objeto “una cosa” y el derecho de crédito tiene por objeto la conducta
de otra persona.
3. El derecho real puede hacerse valer frente a cualquiera, es oponible “erga omnes”, mientras que
el derecho de crédito solo puede hacerse valer frente al deudor.
4. En los derechos reales hay un solo sujeto (o varios en los casos de cotitularidad), pero siempre
en el mismo lado (frente a las cosas), sin embargo, en los derechos de crédito tiene que haber
siempre al menos dos titulares, el acreedor y el deudor, uno enfrente del otro, en los dos lados
de la relación.
5. Los derechos reales son permanentes mientras no se modifique la situación fáctica que les sirve
de fundamento, algunos incluso se constituyen a perpetuidad (usufructo vitalicio), mientras que
los derechos de crédito se consideran derechos temporales ya que al recaer en el intercambio de
bienes y servicios en cuanto que el deudor realiza la prestación se extinguen (el deudor paga, la
deuda de extingue).
6. Los derechos reales son un “númerus clausus”, número cerrado, fijado por la ley, ya que la
voluntad de los particulares no configura los tipos. Por el contrario, los derechos de crédito son
un “númerus apertus”, número abierto, en que rige la autonomía e la voluntad (art 1255 C.C)
que pueda organizarlos de la manera que tenga por conveniente; los particulares, por tanto,
pueden crear los derechos de crédito que quieran.