Shiatsu

Masaje Shiatsu Spa Grupo Pueblo Bonito
Shiatsu
Definición
Shiatsu es una palabra japonesa formada por shi, que significa «dedo», y atsu,
que significa «presión». Este término se utiliza para describir una forma de
terapia de manipulación, reconocida por el gobierno japonés, que consiste en
ejercer presión en unos puntos y líneas específicos situados a lo largo de todo el
cuerpo. Estos puntos, llamados tsubo en japonés, también se utilizan en acupuntura, donde se los
denomina «acupuntos». Las líneas a lo largo de las cuales están ubicados la mayor parte de los
puntos se conocen como «meridianos».
Asimismo, no sólo se utilizan los pulgares y el resto de los dedos de la mano, sino también las
palmas, los codos, las rodillas y los pies. Además de la presión en sí, se utilizan técnicas de
estiramiento y manipulación suaves que probablemente tienen su origen en la fisioterapia
moderna más que en el masaje oriental tradicional. En ocasiones se pueden emplear técnicas de
«sostenimiento» suave, utilizando por lo general las palmas de las manos de igual manera que en
la imposición de manos en la curación espiritual.
El término shiatsu comprende una serie de diferentes técnicas de manipulación, derivadas de

distintas tradiciones. Sin embargo, los principios básicos que gobiernan su práctica provienen de
la medicina oriental clásica y forman parte de un sistema de salud integrado que se ha utilizado
durante siglos. Como en la acupuntura y la medicina a base de hierbas, el shiatsu utiliza su
propio sistema de diagnóstico y tratamiento basado en esos principios
La medicina y el pensamiento oriental

La característica primera y principal del enfoque oriental de la salud y de la enfermedad es
considerar la mente y el cuerpo como una unidad inseparable. Aquí se incluye la dimensión que
podríamos denominar «espíritu», que, sin importar las creencias religiosas, une nuestra parte
física con lo metafísico y universal. Según el concepto oriental de interconexión, cualquier
pensamiento o sentimiento puede producir un cambio físico o viceversa. Esta percepción
«holística» del individuo llevó a los filósofos y luego a los médicos a ver la salud como una
función del equilibrio adecuado de todas estas dimensiones diferentes del ser humano. Por ello, la
medicina antigua se concentró en prácticas (ejercicio físico, dieta, ayuno, meditación, etc.) En
consecuencia, el enfoque principal de la medicina oriental tiene un carácter preventivo.
Y in y y a n g
Los principios utilizados en este modelo fueron denominados yin, que significa «oscuridad» o
«sombra», y yang, que significa «brillo» o «luz. El sol es brillante, pero también proyecta una
sombra de oscuridad a la cual está ligado de forma complementaria pero opuesta. Estas dos
polaridades se utilizan para describir todos los fenómenos de la naturaleza, asignando cualidades
diferentes a cada uno de ellos. Por ejemplo, las cualidades yang, por lo general se asocian con
fenómenos más activos, externos, fuertes y visibles que las cualidades yin, que habitualmente
describen fenómenos más tranquilos, ocultos, internos y poderosos (en un sentido sustancial. La
relación entre el yin y el yang está regida por ciertas leyes específicas cuyo funcionamiento había
sido observado en la naturaleza.
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En medicina, el yin y el yang se utilizan para definir la ubicación, profundidad y naturaleza de la
enfermedad. Más específicamente, cada síntoma puede a su vez compararse en términos de yin
y yang. Esto contribuye tanto al diagnóstico como al pronóstico de una enfermedad. Por ejemplo,
se dice que las enfermedades yang pueden observarse con facilidad ya que son agudas y
activas y, por lo general, muestran síntomas que afloran en la superficie del cuerpo. Estos
síntomas, como por ejemplo dolor, fiebre, sequedad de garganta y tos intensa, se caracterizan por
su naturaleza fuerte. Las enfermedades yin, por el contrario, tienen síntomas que por lo general
se encuentran ocultos en el organismo y son difíciles de observar. Pueden ser sólo leves, pero
por lo general persisten y a veces resultan difíciles de tratar.
El aspecto complementario del yin y el yang se simboliza por una relación funcional especial de
la que gozan ciertos pares de órganos: el riñón y la vejiga, el hígado y la vesícula biliar, el bazo y el
estómago, los pulmones y el intestino grueso, y el corazón y el intestino delgado. Asimismo, y muy
especialmente en la medicina oriental, la fortaleza y la constitución física de una persona pueden
describirse en términos de yin y yang. Para ello se describe el estado de energía relativo, que
puede ser jitsu, que significa «lleno» en japonés, o kyo, que significa «vacío». Jitsu es un fenómeno
más yang que kyo, que es más yin. Jitsu indica fortaleza en términos de condición física, mientras
que kyo sugiere debilidad. Este factor es muy importante, ya que casi toda la medicina oriental,
incluyendo el shiatsu, apunta a desarrollar la habilidad que cada individuo posee para recuperarse
por sí mismo de una enfermedad. Es obvio que una persona fuerte, con más energía disponible,
responderá mejor a este tipo de enfoque que una persona débil. Una persona débil, con poca energía,
no podrá ser tratada únicamente con las técnicas del shiatsu. En estos casos será necesario recurrir a
otros métodos, en especial la medicina a base de hierbas, que incorpora elementos sólidos al
organismo.
L a s cin co tra n sfo rm a cio n es
Así como la esfera giratoria de energía (el universo) fue dividida en las polaridades yin y yang,
ciertos elementos de la naturaleza comenzaron a unirse gradualmente en formas definidas como
la tierra, el metal, el agua, la madera y el fuego. Estos elementos, al igual que el yin y el yang, se
caracterizaban por su movimiento y cambio constante y estaban relacionados entre sí de manera
similar. Se observó que éstos podían dar origen a unos y también dañar a otros
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En medicina, la naturaleza energética básica de cada elemento estaba ligada con la función de cada
uno de los pares de órganos yin-yang mencionados con anterioridad. Por ejemplo, la naturaleza
energética de la tierra incluiría el bazo (que cubre la función pancreática) y el estómago, ambos
órganos de la digestión, que suministran la energía nutritiva básica al cuerpo.
L o s m e rid ia n o s
En el mundo oriental creía que toda la energía circulaba y nutría a la persona a través de unos
canales específicos o meridianos, como solían llamarlos. El término meridiano sugiere la idea
de una red entrecruzada de canales interconectados que unen los órganos, la piel, la carne, los
músculos y los huesos en un cuerpo unificado. El ki que circula en ellos puede ser más yang en
esencia, defendiendo el cuerpo en su exterior, o más yin en esencia, nutriendo al cuerpo en su
interior.
Cada meridiano se clasificó según su naturaleza yin y yang, en función de si estaba conectado con
un órgano yin o yang. E1 flujo de energía a través del sistema de meridianos sigue una
secuencia determinada y, por lo general, comienza en los pulmones, que es por donde la energía
entra en primer lugar en el cuerpo a través de la respiración.
Uno de los objetivos del shiatsu es encontrar las zonas sensibles o delicadas, ya que el tipo y la
localización de las mismas pueden brindarnos mucha información acerca del origen,
localización y profundidad de un desequilibrio del sistema energético que traerá aparejada una
enfermedad determinada. La característica esencial propia de los meridianos es reflejar el tipo de
desequilibrio y luego actuar como un canal a través del cual puede corregirse.
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Todos los meridianos son bilaterales y simétricos, por lo que sólo se muestra un lado en los
diagramas correspondientes a la vista anterior y a la posterior. Están numerados del 1 al 12, de
acuerdo con la energía que fluye a través de ellos. Todos los meridianos comienzan o terminan
en la cabeza, pecho, manos o pies.
/. Pulmón: comienza en el pecho, delante del

hombro, y termina en el pulgar.
2. Intestino grueso: comienza en el dedo
índice y termina al lado de la fosa nasal.
3. Estómago: comienza debajo del ojo y
termina en el segundo dedo del pie.
4. Bazo: comienza en el dedo gordo del pie y
termina al lado del pecho.
5. Corazón: comienza debajo de la axila y
termina en el meñique.
6. Intestino delgado: comienza en el meñique
y termina delante de la oreja.
7. Vejiga: comienza en el ángulo interno del
ojo y termina en el dedo pequeño del pie.
8. Riñón: comienza en la planta del pie y
termina en la parte superior del pecho.
9. Constrictor del corazón: comienza junto al
pezón y termina en el dedo medio.
10. Triple calentador: comienza en el dedo
anular y termina en el extremo externo de la
ceja.
11. Vesícula biliar: comienza en el ángulo ex
terno del ojo y termina en el cuarto dedo del
pie.
12. Hígado: comienza en el dedo gordo del pie
y termina en la caja torácica debajo del pezón.
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Efectos
El shiatsu fundamenta su tratamiento en la capacidad innata que tiene el cuerpo de equilibrarse y
curarse a sí mismo. La tarea del masajista consistirá en evaluar la fortaleza y debilidad en
términos de la enfermedad de la persona y en su capacidad para responder a la misma y
redistribuir los recursos energéticos disponibles, a fin de restablecer la armonía del sistema
mediante el uso de los meridianos. La estimulación de los meridianos y de los puntos libera la
energía bloqueada y la lleva a aquellas zonas en las que existe alguna debilidad. Según una de las
leyes del yin y el yang que ya hemos visto, el extremo de una de estas dos polaridades puede
transformarse en su opuesto. Así, en una zona de bloqueo (jitsu) sensible al tacto, donde pueden
darse fenómenos yang, como por ejemplo rigidez, calor y dolor, se ejerce una presión más firme y
rápida (también yang) para desbloquear la energía. Yang se encuentra con yang y se transforma en
yin para producir alivio y relajación. En cambio, en una zona de debilidad (kyo) receptiva al tacto,
donde pueden darse fenómenos yin, como por ejemplo vacuidad, frío y dolor, se ejerce una
presión más suave y prolongada (más bien yin) para llevar energía a la zona. Yin se encuentra con
yin y se transforma en yang para producir un efecto fortalecedor y vigorizante.
Éstos son básicamente los dos enfoques principales que se deben tener en cuenta al aplicar las
técnicas del shiatsu. Uno es más dinámico y liberador; el otro, más suave y nutritivo. El masajista
sólo debe apoyarse o inclinarse, no debe «hacer» nada activamente. De ahí el nombre de «shiatsu
zen» o «shiatsu pasivo».
Técnicas del Shiatsu

Movimiento y presiones naturales
El shiatsu consiste en ejercer presión estática sobre el cuerpo y se rige por las leyes fundamentales
de la física. La fuerza de gravedad es nuestra principal aliada, y no los músculos. El principio
más importante que se aplica de forma universal a todas las técnicas del shiatsu es el de la presión
natural por inclinación. Sólo se emplea el peso del cuerpo, sin empujar, presionar ni apretar, tal
como hace un bebé que gatea, que sostiene su cuerpo con los brazos y las piernas sin ningún tipo de
esfuerzo. La primera parte del aprendizaje del shiatsu consiste en practicar y perfeccionar el arte
de moverse en la posición correcta a fin de ejercer presión natural por apoyo en cualquier parte del
cuerpo. Estos movimientos suponen un ritmo y un fluir propios en los que la precisión y la gracia,
la disciplina y la espontaneidad se combinan en una secuencia similar a la de una danza. Esto a
menudo se denomina «forma». Como principiante, es mucho más efectivo concentrarse en
aprender a ejercer una buena presión antes que tratar de resolver dónde presionar.
La «forma»
Los practicantes de artes marciales están familiarizados con el concepto y la práctica de una
determinada «forma» de movimiento vinculada con la disciplina elegida, ya sea ésta karate,
judo, tai chi o cualquier disciplina. La preocupación por la «forma» de las cosas es esencial, lo
que tiene un propósito tanto sutil como poderoso. Apunta a liberar la mente y a permitir que el
cuerpo experimente de forma directa. Por ejemplo, en la meditación zen hay una «forma» de
sentarse y de caminar, mientras la atención se focaliza en la respiración y se mantiene cierta
postura durante un tiempo determinado. Cuanto más se concentra el individuo en sentarse,
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caminar y respirar, menos trata la mente de entender el objeto de todo ese proceso. Sólo cuando
la mente está en paz se puede apreciar el valor de la experiencia de la meditación. En shiatsu, la
«forma» consiste en una serie de movimientos interconectados que permiten al masajista ejercer
presión por apoyo en las diferentes partes del cuerpo del paciente.
Principios de la presión
Los siguientes son los principios específicos que rigen la práctica del shiatsu y las técnicas que de
hecho se utilizan para ejercer la presión.
I . P r e s ió n v e r tic a l
Para ejercer la presión por apoyo natural, la parte de nuestro cuerpo que sostiene el peso debe
estar perpendicular a la superficie sobre la que trabajamos. Debido a que el cuerpo humano tiene
una superficie desigual y ondulante, el ángulo de presión debe adaptarse a la zona que se trabaje a
fin de mantener la presión vertical.
2 . P r e s ió n e stá tic a
La presión estática es una de las principales características que distingue al shiatsu de otras
formas de masaje. La presión se mantiene constante en cada punto sucesivamente; hay que
ejercer una presión vertical en movimientos independientes. No hay que frotar, ni hacer
círculos, ni amasar, ni comprimir. La duración de la presión variará en función del efecto que se
desee obtener: relajante o vigorizante.
Por lo general, los movimientos más cortos y rápidos producen mayor estimulación que los
largos y lentos, que se ejercerán durante un período prolongado para producir relajación. A
menudo es provechoso seguir la respiración de la persona que recibe el masaje.
3 . P re sió n d e a p o y o
En el shiatsu, se intenta que la persona se sienta completamente apoyada por nuestros

movimientos, tanto en el plano físico como en el emocional. La forma en que manejamos su
cuerpo debe transmitirle confianza y una sensación de seguridad, de manera que pueda
«desconectarse» del tratamiento al que está siendo sometido y que su cuerpo se relaje
completamente. Esto implica prestar especial atención a nuestra mano (codo o rodilla) de
«apoyo», que actúa como base para nuestro peso corporal y también mantiene firme al paciente
en una posición estable.
4 . P re sió n u n ifo rm e
La importancia de la presión uniforme está íntimamente ligada con la de la presión de apoyo (véase
el párrafo anterior). Para que el sistema nervioso pueda relajarse completamente, y para que la
persona que recibe el masaje comience a soltarse y a abrirse a la presión recibida, la presión debe
ser de apoyo y uniforme. Es decir, la cantidad de presión que se ejerza en todas las zonas de
contacto, ya sean las de apoyo o las que se tratan, debe ser igual.
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Técnicas de presión
Con respecto a las técnicas utilizadas en la presión activa, se utilizan mucho los codos. Esto
permite un mayor contacto con la persona que recibe el masaje y aumenta la superficie en que se
apoya el peso del cuerpo. Sin embargo, lleva tiempo desarrollar sensibilidad en esta zona (lo
mismo sucede con las rodillas). La mayoría de las secuencias en las que se indica el uso de los
codos pueden realizarse fácilmente con las manos, siempre que se observen con atención los
principios básicos de presión. El shiatsu es un tratamiento flexible y dinámico en el que
cualquier parte del cuerpo puede utilizarse para ejercer presión de forma efectiva. Estos son
algunos puntos que deben ser tomados encuenta:
1. La posición exacta que se indica para cada paso de la secuencia debe ser la que a cada
quien le resulte más cómoda. Si el tamaño de su cuerpo es muy diferente, si es zurdo o si
necesita algún otro tipo de compensación, trate de adaptar la posición de su cuerpo recordando
siempre los principios básicos de la presión.
2. Concéntrese en aprender correctamente las técnicas antes de intentar combinar estos

conocimientos con los diagramas de los meridianos. No intente trabajar sobre meridianos
específicos hasta estar satisfecho con su «forma» y notar que puede hacerlo con soltura.
3. Comience con las técnicas más fáciles para ir ganando confianza. Al principio utilice los
pulgares y las palmas de las manos, que son más sensibles que los codos o las rodillas.
4. Preste especial atención al ritmo general de sus movimientos en cada secuencia individual.
Practique la «forma» completa desde el comienzo hasta el final hasta que pueda realizarla de
forma automática sin tener que pensar cada movimiento antes de hacerlo.
5. Al concentrarse en la técnica, trate de no perder el sentido general del trabajo. Recuerde

que uno de los objetivos principales del shiatsu es que la persona que recibe el masaje se sienta
bien.
1. Pulgares
En algunas formas de shiatsu, la técnica utilizada con mayor frecuencia consiste en presionar con
los pulgares. Los pulgares no deben doblarse sino que deben formar una línea recta y continua
con el antebrazo. Al ejercer la presión, utilice la zona entre la punta y la yema del pulgar. La
presión uniforme y de apoyo se aplica con la parte interior de los dedos para que los pulgares no
actúen de manera agresiva. La presión con los pulgares puede resultar muy cansada y a lo mejor
necesitará realizar ejercicios de forma regular para fortalecerlos..
2. Dedos de la mano
Los dedos de la mano tienen como función básica ayudar a la presión ejercida con los pulgares o
las palmas; asimismo, se utilizan en las técnicas de sujeción en que se ejerce presión de una sola
vez sobre una zona completa, como por ejemplo el brazo.
3. Palmas
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Las palmas, muy sensibles, posiblemente son la parte del cuerpo que más se utiliza en el masaje
shiatsu. Las palmas pueden acomodarse a una zona extensa del cuerpo del sujeto que recibe el
masaje. Con ellas se puede ejercer una gran presión en zonas curvas como brazos y piernas, así
como en zonas más planas como la espalda, sin causar ningún dolor.
4. Codos
En realidad, lo que se utiliza es la zona del antebrazo que se encuentra justo por debajo del codo
más que la punta del codo en sí. Normalmente, con la punta del codo se ejerce una presión
demasiado fuerte y concentrada que puede fácilmente causar dolor.
5. Rodillas
Las rodillas, a pesar de su fuerza y tamaño, pueden brindar una presión muy suave y relajante, en
parte porque el peso del cuerpo está distribuido sobre una zona más extensa y en parte porque se
utilizan ambas manos como punto de apoyo, con lo que se crean tres zonas de contacto al mismo
tiempo.
6. Pies
Los pies son zonas sumamente sensibles del cuerpo. Muchas formas de masaje utilizan los pies: en
el masaje hindú, algunos masajes se realizan exclusivamente con los pies. Es probable que el
shiatsu original se practicara «descalzo», es decir, se caminaba literalmente sobre todo el cuerpo,
desde la cabeza hasta los pies.
En la práctica estas técnicas se combinan entre sí. El denominador común de todas ellas es el
uso de los principios fundamentales. A estas técnicas puras se agrega el uso adecuado del hara y
de la respiración.
La persona que recibe el masaje
El shiatsu es un proceso recíproco y se basa en cierta medida en la capacidad de respuesta tanto de

la persona que recibe el masaje como del masajista. Aquélla, a través de su respiración, debería
relajar todo el cuerpo; además, entre sesión y sesión, debería realizar una serie de ejercicios
concebidos para mejorar el efecto terapéutico. En esencia, el shiatsu es más efectivo cuando
puede influir sobre los diversos factores que afectan a la salud en general y, obviamente, esto se
prolonga más allá del tiempo mismo que se dedica al tratamiento, lo que exige un cierto grado de
compromiso por parte del sujeto que recibe el masaje.
Ambientación
El shiatsu debe practicarse en un ambiente tranquilo, limpio y ordenado. Es muy importante la
presencia de aire fresco. Asimismo, debería haber el menor ruido posible elementos que
puedan distraer la atención. Es preferible que haya luz natural.
El objetivo es que la persona que recibe el masaje se sienta cómoda desde todos los puntos de
vista, pero no tanto como para que se desconecte del masajista y del entorno. El masaje será más
efectivo si el sujeto que recibe el masaje está inmerso en un estado de somnolencia, en un estado
de relajación total como en la meditación. De hecho, en este estado se logra una relajación más
profunda que cuando se duerme, y el shiatsu resulta más beneficioso.
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Momento y frecuencia del tratamiento

El shiatsu se puede practicar en cualquier momento del día, pero, según la teoría de la
circulación de la energía y de las estaciones, siempre existe un momento ideal para cada
persona. Ya que las técnicas que se enseñan en este manual están dirigidas a principiantes, y
teniendo en cuenta que en este caso el shiatsu tiene como principal objetivo la relajación
general, lo ideal sería aplicar el tratamiento por la noche. Por otro lado, al ser un tratamiento tan
vigorizante, también puede realizarse por la mañana. En cualquier caso, nunca debe aplicarse si
uno de los dos está muy cansado, después de comer o bajo la influencia del alcohol.
Es aconsejable que el sujeto que recibe el masaje descanse durante quince minutos después del
tratamiento. Una sesión de shiatsu no debe durar más de una hora. Cuando se excede este
límite los efectos suelen ser contraproducentes. El cuerpo, tal como sucede con la mente, tiene una
especie de «límite de atención», que varía según la persona.
Cualquiera que sea el caso, una sesión de cincuenta minutos cada vez será suficiente. No hay
ningún inconveniente en practicar dos o incluso tres sesiones semanales de shiatsu, aunque lo
normal es una a la semana.
Equipo
El masaje shiatsu tiene lugar en el suelo, por lo general sobre un tipo de colchón japonés de
algodón conocido con el nombre de futon. También se puede utilizar una manta o colchoneta
de espuma que sea lo suficientemente firme y que no sea elástica. La persona que recibe el
masaje debe colocarse adecuadamente, ya que el masajista aplicará el peso de su cuerpo sobre
él.
Tanto el masajista como la persona que recibe el masaje deben llevar prendas amplias, de fibra
natural (algodón). Se pueden llevar prendas deportivas ligeras. Se puede utilizar una toalla de
mano o un trapo fino, en caso de considerarlo conveniente, cuando se ejerza presión sobre una
zona en la que la piel esté al descubierto, como por ejemplo las manos, los pies, la cara y el
cuello. A diferencia de otros tipos de masaje, en el shiatsu por lo general no se contacta
directamente con la piel desnuda ya que no se aplica ninguna sustancia sobre la misma (como por
ejemplo aceites) ni es necesario deslizarse sobre ella. La delgada capa de algodón que hay entre el
masajista y el paciente permite al primero pasar de una posición a otra con facilidad, sin estirar
ni pellizcar la piel, evitando cualquier contacto desagradable en caso de tener uno de los dos la
piel fría, húmeda o pegajosa.
Contraindicaciones
Como en otros tratamientos similares, la práctica del masaje shiatsu debe tener muy en cuenta los
factores que afectan a la circulación de energía, sangre, fluidos corporales, etc. El shiatsu está
contraindicado cuando la persona que recibe el masaje tiene mucha fiebre (sobre todo si ésta va
acompañada de infección o inflamación local) o padece una enfermedad infecciosa de cualquier
tipo, un cáncer o una enfermedad cardíaca. Asimismo, habrá que evitar ejercer presión en zonas
en que pueda haber cortes, magulladuras, cicatrices, heridas o hinchazón.
Sin embargo, como las técnicas de shiatsu van desde las muy dinámicas hasta las muy suaves y
moderadas, aún sería posible aprovechar los efectos que brindan algunas de ellas. Teniendo en
cuenta el propósito principal que es lograr un relajamiento, no utilice una técnica muy dinámica
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en personas ancianas, débiles o que tengan los huesos frágiles. El masaje shiatsu sólo debe
practicarse si se conocen previamente los resultados que se obtendrán. Convertirse en un
«terapeuta» cualificado es un trabajo de muchos años, y en este libro, el masaje shiatsu tiene
únicamente como objetivo alcanzar un estado de relajación.
El hara y la respiración
Esta palabra japonesa, que significa «vientre» o «abdomen», aunque su sentido es mucho más
amplio.
En un clásico oriental antiguo, se hace constante referencia al abdomen como «la fuente de las
energías vitales», de las que se nutre cualquier persona. Se describe como «la raíz de la que se
originan los doce meridianos... y la puerta de la respiración». De ahí el énfasis que se da a la
respiración en la medicina preventiva, en la meditación y en el tratamiento orientales. En
consecuencia, el abdomen es el centro físico y espiritual del cuerpo.
En las artes marciales, de las que se han derivado las teorías fundamentales de la medicina
oriental, el movimiento «desde el centro» se considera la única y más importante disciplina que se
ha de dominar y, como en el shiatsu, comprende la integración de las habilidades mentales y
físicas.
Los japoneses, para describir a una persona abierta y de buen corazón, utilizan la frase Hara
ga okii desu, que literalmente significa de gran hara. Por cierto, el hará es el símbolo de la
unión entre el cuerpo y la mente.
Concentrar nuestras energías en esa zona es intentar comprender y desarrollar
plena y completamente el propio ser.
El hara describe el pensamiento, el sentimiento y la acción como una experiencia unificada.
Ser técnicamente bueno en algo, sin la intención y el compromiso interno, se consideraría
como algo vacío o hueco; no hay hara para inspirarlo, para darle profundidad. De igual
manera, mostrar inspiración sin una técnica experimentada para ponerla en práctica sería
considerado vano y caprichoso, ya que no hay hara que lo fundamente.
Ejercicio y meditación
El ejercicio y la meditación son vitales en la práctica del shiatsu. El masaje shiatsu necesita un
buen entrenamiento y mucha paciencia y concentración. El objetivo del shiatsu es mantener y
devolver la salud del paciente. Es por ello que el terapeuta o masajista debe ser un ejemplo
de buena salud. La verdad es que cuanto más sano se esté, más fácil y más efectivo será el
shiatsu que se aplique.
Cualquier persona, mediante un ejercicio regular, puede desarrollar la flexibilidad, el equilibrio,
la coordinación, la conciencia, la fortaleza y la aptitud física necesarias para la práctica del
shiatsu.
De igual manera, mediante cualquier práctica meditativa se puede entrenar la mente para que ésta
se concentre, esté alerta y tranquila, y se libere de las confusiones y del estrés de un estilo de
vida ajetreado.
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Masaje en posición sentada

Esta posición ofrece una serie de ventajas, pero existen uno o dos puntos en los que deberá
tenerse especial cuidado. El masaje en posición sentada, además de ser el calentamiento previo
al masaje en decúbito prono en el tratamiento corporal completo, es un tratamiento instantáneo
muy efectivo en pacientes que disponen de poco tiempo. El apoyo es muy importante en esta
posición: el paciente debe sentir que puede relajarse totalmente mientras está sentado; de lo
contrario, contraerá los músculos de la espalda para mantenerse erguido, lo cual se opone al objeto
del tratamiento. No permita que el paciente permanezca sentado durante largo tiempo ya que esta
posición no es lo suficientemente relajante.
Beneficios
Se puede trabajar el tronco en general mediante estiramientos de apertura de pecho y brazos

A menudo transcurren un par de minutos hasta que el paciente «llega» y empieza a serenarse.
Estas técnicas simples tienen como objeto que el paciente se acostumbre al tacto del masajista.
Asimismo, con ellas éste obtiene una primera impresión del cuerpo de aquél. También es una
buena oportunidad para charlar brevemente antes de entrar en la fase principal del tratamiento, que
es aconsejable realizar en silencio.
Primer contacto
El primer contacto físico con el paciente es fundamental para el resto del tratamiento, ya que
marcará el carácter y determinará la calidad del trabajo. Con este primer contacto, el masajista
empieza a adquirir sensibilidad respecto a las tensiones y debilidades del paciente y, por tanto,
empieza a conocer sus necesidades. El paciente, entre tanto, también responde a su tacto. La
respuesta que se espera es de confianza: con cada movimiento el cuerpo del paciente empezará
a relajarse y a abrirse a usted.
Durante el movimiento, mantenga los hombros sueltos.
Usted debe infundir confianza al paciente, y conseguir que éste se deje manejar con libertad.
Esto lo logrará si sus movimientos son suaves y a la vez decididos.
Beneficios
Antes de ejercer presión sobre algún punto específico, obtendrá información del paciente
pasando la palma a lo largo de su columna, espalda y hombros. Posiblemente notará tensión o
debilidad en algunas zonas, que pueden diferir de izquierda a derecha. Entonces tome nota
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mentalmente de esta información para utilizarla más adelante. Este primer contacto tiene la
finalidad de tranquilizar al paciente y obtener indicios de las zonas en que se ha de concentrar el
tratamiento.
1. Inclínese ligeramente hacia

delante, coloque la mano izquierda
sobre el hombro izquierdo del
paciente y mueva de forma suave
el tronco de éste hacia su cuerpo.
Al mismo tiempo, extienda el
brazo derecho hacia delante y
coloque la palma sobre la columna
en la zona que se extiende entre
los omóplatos. Mantenga esta
posición durante varias
respiraciones, concentrándose y
«sincronizándose» con el paciente.
A continuación, ejerza presión
muy suavemente en zonas
sucesivas a lo largo de la columna,
de arriba hacia abajo, utilizando la
mano izquierda para sostener al
paciente.
2. Mantenga la mano izquierda en la misma posición y presione con la palma derecha, de arriba
abajo, a lo largo del músculo que está a la izquierda de la columna. Después, sostenga con la mano
derecha el hombro derecho y presione a lo largo del músculo que está a la derecha de la columna.
3. Finalmente, «frote» simultáneamente ambos lados de la columna hacia abajo y luego la zona
de los omóplatos, haciendo que los hombros se compriman de forma suave antes de pasar al
cuello.
Presión en el cuello y en la zona occipital
Cuando vaya a presionar la zona del cuello, preste especial atención al ángulo en que usted se
coloca. Si lo hace justo detrás del paciente, no podrá llegar a los lados del cuello, y si se sienta a su
lado, no podrá alcanzar la parte posterior. Si se sienta en un ángulo de 45 grados por detrás y al
lado del paciente, podrá presionar todas las zonas del cuello sin cambiar de posición. Al realizar
este movimiento, vigile que el ángulo de presión sobre el cuello se mantenga perpendicular.
Asimismo, evite comprimir el cuello entre el pulgar y los otros dedos. Para ello, inclínese y
presione con la mano suavemente. Cuando presione la zona del occipucio (base del cráneo),
vigile que la espalda del paciente esté totalmente apoyada en la parte interior de su muslo y que
éste se encuentre en una posición cómoda. No presione con fuerza. Sólo tiene que acercar ambas
manos como si estuviera apretando un globo por ambos lados. No tense el pulgar ni los otros
dedos. En ambas secuencias, el objetivo es brindar un apoyo adecuado al paciente, para que
pueda relajar completamente el cuello y los hombros.
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Beneficios
En la zona del cuello y occipital se concentra una gran cantidad de tensión. La tensión y el dolor
que se transfieren desde los hombros o desde la parte superior de la espalda también pueden
reflejarse en el cuello. Una presión firme y penetrante en esta zona puede aliviar la tensión, la
rigidez y el dolor.
1. Comience por el lado izquierdo del cuello (que

por lo general está más relajado en las personas
diestras). Inclínese hacia delante, coloque la mano
izquierda sobre el hombro izquierdo del paciente y
acerqúese a él. Al mismo tiempo, extienda el brazo
derecho hacia delante y coja el cuello del paciente
con la palma ahuecada. Presiónelo suavemente con el
pulgar a lo largo de las tres líneas que se ilustran en el
diagrama y que se extienden desde la base del cráneo
hacia abajo. Utilice el peso del cuerpo para inclinarse
hacia delante y sostenga al paciente firmemente con la
mano izquierda. Mantenga el pulgar y los otros dedos
relajados. No debe tensarlos ni apretarlos.
2. Dé un paso hacia delante con el pie derecho, apoye

la rodilla izquierda en el suelo y eleve la derecha de tal
manera que la parte interior del muslo y de la pierna
derecha sostengan la espalda del paciente. Lleve la
mano de apoyo desde el hombro hasta la frente del
paciente. Después, manteniendo la mano derecha en la
misma posición, deslice el pulgar por debajo de la base
del cráneo y coja el cuello como en el paso anterior.
Finalmente, presione a lo largo de la base del cráneo, des-
de la parte posterior de la oreja hacia la nuca. La presión
se dirige al centro de la cabeza. No tense los pulgares.
Repita a continuación el primer y el segundo paso en el
otro lado del cuello.
El shiatsu. a pesar de concentrarse en la aplicación de presión estática, también incluye elementos

de estiramiento y de manipulación suave. Estos movimientos se realizan después de que la zona
que se estirará o manipulará esté completamente relajada. La norma básica, pues, es ejercer
presión primero, luego estirar y por último manipular. En las secuencias siguientes es
fundamental presionar el cuello antes de estirarlo o manipularlo. Si intenta rotar un cuello tenso
antes de relajarlo adecuadamente, lo tensará aún más, lo que puede resultar doloroso e
incluso peligroso. Manipule el cuello con confianza y decisión, con movimientos muy
suaves, pidiendo al paciente que se relaje completamente, guiándolo. Si el paciente trata de
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colaborar en cualquiera de los' movimientos o, peor aún, si opone algún tipo de resistencia,
suspenda la secuencia y retómela más tarde. Nunca forcé ningún movimiento.
Beneficios
Distienden y relajan el cuello y eliminan la tensión localizada en los músculos y meridianos.

Como consecuencia, alivian la rigidez y el dolor y mejoran la movilidad.
1. En la posición inicial, deslice la mano izquierda hacia el

lado izquierdo del cuello y cierre a medias el puño con los
nudillos apoyados debajo de la base del cráneo del paciente.
Deje que el dorso de la mano descanse sobre el hombro del
paciente y apoye el antebrazo sobre la rodilla. Luego,
lentamente, lleve su cabeza hacia atrás sobre los nudillos
y forme un ángulo de 45 grados inclinándola hasta su
límite natural. No fuerce el estiramiento, simplemente lleve
una mano hacia la otra de manera suave, como si quisiera
juntarlas. Invierta la posición de las manos y los pies y
repita el movimiento en el lado derecho del cuello.
2. De nuevo en la posición inicial, abra el puño derecho

y coja el cuello del paciente con la mano. El nudillo del
dedo índice debe quedar situado bajo la base del cráneo.
Entonces, rote la cabeza ligeramente (la mano izquierda
guiará el movimiento, mientras que la mano derecha
mantendrá el apoyo adecuado). Primero realice medias
rotaciones hacia atrás. Si siente que el cuello está relajado,
haga círculos completos y continuos en ambas direcciones.
Nunca fuerce el movimiento. Invierta la posición de las
manos y los pies y repita el movimiento en el lado iz-
quierdo del cuello. Termine donde empezó, es decir en el
lado derecho del paciente.
Luego estire la mano izquierda y coja el brazo izquierdo

del paciente, justo por encima del codo. Prepárese para
estirar los hombros...
15
Estiramiento de hombros
Ya que existe una correspondencia directa entre el cuello y los hombros por lo que respecta a
músculos y meridianos, es normal trabajar al mismo tiempo la cabeza, el cuello y los hombros
como si de una sola área se tratara. Por ello, al trabajo realizado en el cuello le seguirán algunos
ejercicios de estiramiento de los músculos de los hombros y de relajación de la articulación de
los mismos. Si el tratamiento afecta a un miembro entero (en este caso, el brazo), debe tener en
cuenta una serie de aspectos. Puede suceder que el paciente sea de complexión fuerte y tenga
unos brazos muy grandes. Usted se cansará fácilmente si sólo utiliza su fuerza para moverlo.
Utilice todo el cuerpo (manos, brazos, hombros, torso y, sobre todo, caderas) para hacer el
movimiento más intenso y reducir el esfuerzo. Esto requiere una combinación de sincronización y
equilibrio, no una gran fuerza física. No importa si usted es de complexión débil o si la otra
persona es robusta. Utilizando el cuerpo correctamente podrá manipular los brazos y las piernas
sin ningún esfuerzo.
Con el tiempo, desarrollará la sensibilidad necesaria para realizarlos sin preguntar al
paciente hasta donde puede llegar. Cuando manipule la articulación del hombro, no la
«fuerce» formando un arco demasiado grande. Por último, apoyando la parte interior de la
pierna contra la espalda del paciente, mantendrá el tronco estable.
Beneficios
Estos estiramientos pueden mejorar eficazmente la flexibilidad del tronco. En términos de

meridianos, se pueden estirar los meridianos yin del brazo (primer paso), así como el meridiano
del intestino delgado (segundo paso). Mediante la rotación del brazo y del hombro se trabaja
principalmente el meridiano del intestino delgado, que está distribuido por todo el omóplato. La
relajación de la articulación equilibrará el meridiano de la vesícula biliar.
1. Sosteniendo la espalda del paciente con la

pierna derecha, coja su brazo izquierdo, justo a la
altura del codo, con la mano izquierda. Después,
deslice la mano derecha desde el lado derecho
del cuello del paciente y colóquela sobre el hom-
bro izquierdo de éste. Levante el brazo del pa-
ciente. Luego, haga que el brazo que mira hacia
arriba roce la cabeza, al tiempo que desliza la
palma derecha hacia abajo por el omóplato y
presiona hacia delante utilizando las caderas.
Puede variar el ángulo del brazo a fin de estirar
diferentes músculos y meridianos. El estiramiento
es el resultado de «empujar y tirar de las manos,
que se mueven en direcciones opuestas. También
16
en este caso la mano de apoyo colocada sobre el omóplato es la que hace la mayor parte del
trabajo.
2. Eleve el brazo hasta rozar la cabeza del paciente. Luego,

deje que el antebrazo se doble y caiga por detrás de la cabeza.
Sostenga con la mano izquierda la parte superior del brazo, justo
a la altura del codo. Deslice la mano derecha desde el omóplato
izquierdo hacia el lado derecho del cuello. Invierta la posición
de las manos y los pies y repita ambos movimientos en el lado
derecho. Suelte el brazo izquierdo y deje que caiga al lado del
paciente. Póngase de pie detrás de él de forma que descanse
contra sus piernas.
Inclínese hacia delante y hacia abajo y coloque las palmas sobre

los hombros del paciente para ejercer la presión ascendente y
desendente en los hombros...
Presión ascendente y descendente en los hombros

Cualquier trabajo que afecte a la cabeza, cuello y hombros sería incompleto si no se ejerciera
presión en el trapecio. Estando de pie y sobre el paciente, sólo necesitará inclinar el peso del
cuerpo suavemente hacia delante y hacia abajo para ejercer presión, sin necesidad de empujar o
dé utilizar la fuerza muscular.
Beneficios
La tensión hace que los hombros literalmente «se levanten». Utilizando los pulgares, podrá prestar
especial atención al principal culpable, el músculo trapecio, sobre el que ejercerá presión para
relajarlo aún más. La presión con los pulgares se deberá concentrar en el meridiano de la vesícula
biliar, que corre a lo largo de la parte superior y posterior del músculo trapecio.
El desequilibrio de este meridiano por lo general causa rigidez en los músculos y en las
articulaciones de los hombros.
1. De pie, sostenga la espalda del paciente con la parte

interior de las piernas. El paciente debe descansar de
forma natural apoyándose en usted. A continuación,
coloque las palmas sobre los hombros, con los dedos sobre
la parte superior de los brazos. Manteniendo las piernas
ligeramente flexionadas y soportando el peso del cuerpo en
las palmas, ejerza una presión uniforme simultáneamente
en el hombro izquierdo y en el derecho. Mueva las
palmas de forma gradual hacia fuera en dirección al borde
17
de los hombros. Repita este movimiento varias veces.
2. En la misma posición, presione suavemente la parte

superior del pecho con los pulgares. Éstos dibujarán líneas
horizontales en la zona del músculo trapecio. Mantenga una
presión uniforme entre la mano izquierda y la derecha y entre
el pulgar y los otros dedos de la misma mano. No presione
demasiado fuerte con los pulgares, y distribuya el peso de
su cuerpo de forma equilibrada, ya que estas zonas por lo
general están muy doloridas. Mantenga cada posición
durante algunos segundos y coordine los movimientos con la
respiración del paciente. Sienta cómo el paciente se relaja
con la presión antes de pasar al siguiente movimiento.
3. Cuando llegue al borde externo de los hombros

del paciente, deslice las palmas a lo largo de la parte
superior de los brazos y, flexionando las rodillas a
medida que avanza, presione por debajo de ambos
brazos hasta la altura de los codos. Enderece las
piernas e incorpórese. No levante los brazos del
paciente: simplemente manténgalos rectos y relajados
y utilícelos como «ganchos», de manera que cuando
su cuerpo se levante los brazos lo acompañen,
trayendo consigo los hombros del paciente. Repita
este movimiento varias veces. A continuación, inclí-
nese hacia delante y comprima los brazos de forma
descendente hasta los codos. Finalmente, gire el pie
izquierdo hacia dentro y sostenga la columna del
paciente con la parte exterior de la pierna. Prepárese
para realizar los estiramientos del tronco.
E stir a m ien to d el tr o n co
En la posición sentada, el cuerpo del paciente tiene una amplitud de movimiento mucho mayor y
el estiramiento puede resultar más efectivo.
En esta posición, el paciente no tiene demasiada base sobre la cual apoyarse, por lo que deberá
facilitarle todo el apoyo que pueda. Tanto el paciente como usted pueden llegar a perder el
equilibrio. Cuando el paciente pierde el equilibrio, tiende a tensar los músculos lumbares para
recuperarlo, lo que invalida el efecto del movimiento. Por ello, la posición del cuerpo es
fundamental. Para saber con certeza si su posición es la correcta, observe si necesita esforzarse
18
para realizar el movimiento. Con una posición del cuerpo y una sincronización adecuadas, incluso
una persona de complexión débil puede estirar y manipular el cuerpo del paciente con facilidad.
Beneficios
Este estiramiento en particular es ideal para expandir el pecho y
abrir los hombros, así como para estirar la columna y los brazos.
Asimismo, completa el trabajo de presión, estiramiento y
manipulación preparatorio que ya se realizó en la zona del tronco.
Este estiramiento está indicado para pacientes que tiene
sensaciones de angustia. En el masaje shiatsu, se utiliza para
trabajar principalmente los meridianos yin del brazo, que incluyen el
corazón, el pericardio y los pulmones. Resulta especialmente efectivo
para liberar los pulmones. Indique al paciente que inspire
profundamente cuando estire para liberar el pecho y que espire
cuando lleve los brazos hacia delante para relajarlos.
1. Sosteniendo la espalda con la parte externa de la pierna izquierda, inclínese hacia delante y
deslice las manos hasta la altura de las muñecas, Al mismo tiempo, dé un paso hacia tras con el pie
derecho y flexione las rodillas. Mantenga el centro de gravedad en un punto bajo. Evite alinear los
pies entre sí y manténgalos separados para tener una base de apoyo sólida. Mantenga al paciente en
una posición estable presionando con la pierna su columna. Éste debe sentirse completamente
relajado en esa posición.
2. Inclínese hacia delante, coja de forma suave pero firme

los brazos del paciente por las muñecas y elévelos por delante
de su cabeza. Enderece el cuerpo y siga mirando hacia
delante de tal manera que las muñecas del paciente descansen
sobre su pecho, y después empiece a estirar ligeramente los
brazos del paciente.
3. Manteniendo las muñecas del paciente firmemente

presionadas contra el pecho y conservando el máximo
contacto entre la espalda y la parte exterior de la pierna,
comience a flexionar la pierna derecha inclinándose hacia
atrás en dirección opuesta al paciente. No permita que éste se
incline hacia atrás más de 45 grados.
Esta visión del hara ha penetrado en todos los aspectos de la vida de las sociedades orientales y se
ha desarrollado de una manera particularmente fuerte en las artes curativas. En consecuencia, en
el shiatsu hay que aprender a integrar la técnica con el entendimiento y la teoría con la práctica
19
a fin de desarrollar el hara como nuestro centro físico y energético. Esto sólo se logra con la
práctica y debería abarcar una serie de enfoques entre los que se incluyen el shiatsu mismo, el
ejercicio y la meditación. Debe ser experimentado por el individuo, ya que no puede enseñarse.
En esencia, el hara hace que el shiatsu no sea una mera herramienta de manipulación efectiva,
sino una terapia curativa eficaz tanto para el masajista como para el que recibe el masaje.
Masaje en decubito prono

Esta posición resulta muy cómoda. Sin embargo, algunas personas con problemas cardíacos o
pulmonares, o trastornos digestivos o menstruales, pueden sentir incomodidad cuando se les
presiona el pecho o el abdomen, por lo que sólo pueden permanecer en esta posición durante un
tiempo corto
Beneficios
El masaje shiatsu aplicado en la espalda alivia los músculos cansados o doloridos, y relaja toda la
estructura de la espalda. En la medicina oriental, la espalda y en especial ciertos puntos a lo largo del
meridiano de la vejiga, que corre a ambos lados de la columna, tienen especial importancia en la
localización y el tratamiento de desequilibrios en todo el cuerpo, ya que internamente están
relacionados con todos los órganos principales.
Balanceo
En la nueva posición de decúbito prono, asegúrese de que el cuerpo esté recto. Para relajar al
paciente en esta posición (en el caso de que se inicie el tratamiento sin ningún tipo de trabajo
preparatorio), limítese a balancear el cuerpo suavemente de un lado para otro. Comience por los
hombros. Balancee el cuerpo de un lado para otro, y, con las palmas ahuecadas, alternativamente
presione y deje de presionar el cuerpo del paciente, moviéndose de forma gradual hacia los pies.
Debe crear en el paciente el efecto de una «ola» que corre a lo largo de todo su cuerpo a medida
que usted se mueve. Puede variar la intensidad y la velocidad de la ola para adecuarse al paciente.
Para realizar el trabajo, colóquese a la izquierda del paciente Por lo general, esta posición resulta
más cómoda para los diestros, aunque si lo prefiere, puede colocarse al otro lado.
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Cuando el paciente esté completamente relajado, gire hasta quedar perpendicular a él y

arrodíllese para iniciar los estiramientos de la espalda...
Estiramiento de la espalda
A pesar de haber dicho con anterioridad que los estiramientos siempre tenían que ser posteriores
a la presión, en este caso se realizan previamente. Y es así porque no se estiran los músculos,
sino la columna misma. De esta manera, la espalda se «abre» un poco antes de recibir la
presión.
El aspecto principal que tendrá que tenerse en cuenta al realizar estos estiramientos es la correcta
posición de las manos. Esto determina la dirección de la presión y, por tanto, del estiramiento.
En este caso la dirección no es perpendicular y se mantiene la misma presión sobre ambas manos.
No hay una mano de apoyo y otra de presión. Las dos sirven de apoyo y ejercen presión, de tal
manera que al presionar y dejar de hacerlo se «balanceen» hacia delante y hacia atrás suavemente.
1. En la posición que señala la fotografía, inclínese

hacia delante y coloque la mano izquierda sobre el
omóplato más próximo a usted y la derecha sobre la
cadera que está más distante. Gire las manos hacia
dentro y mantenga los brazos flexionados, con los
codos hacia fuera. La acción de inclinar el peso del
cuerpo hacia delante y hacia abajo, y el ángulo y la
posición de las manos harán posible el estiramiento.
21
2. Deje de estirar, al tiempo que vuelve a la

posición erguida. Vaya disminuyendo la presión
uniforme al realizar el movimiento. Coloque la mano
izquierda sobre el omóplato que está más distante y
la derecha sobre la cadera que está más próxima, y
repita el estiramiento en la dirección opuesta.
3. En esta posición, también puede estirar los músculos a ambos lados de la columna. Adopte la
misma posición que en el primer paso, pero esta vez coloque la mano izquierda sobre el
omóplato que está más cercano y la mano derecha sobre la cadera mas próxima. Con los dedos,
brazos y codos en la misma posición, inclínese hacia delante sobre el paciente para estirar el
lado izquierdo del cuerpo del paciente. Cambie la colocación de las manos hacia el lado más
distante y repita el estiramiento en el lado derecho del cuerpo del paciente.
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4. Deje de estirar. Coloque las manos en el centro de la columna: la mano izquierda en el

extremo superior entre los omóplatos y la derecha en el extremo inferior sobre el sacro. Gire
las manos hacia dentro y mantenga los brazos flexionados, con los codos hacia fuera, al tiempo
que se inclina hacia delante sobre el paciente para estirar la columna.
5. Deje de estirar otra vez al tiempo que se mueve hacia atrás para volver a la posición erguida.
Coloque las manos como en el paso anterior, pero cruzadas: la mano izquierda en el extremo
inferior de la columna y la derecha en el superior. Gire las manos hacia fuera y mantenga los
brazos flexionados al tiempo que se inclina hacia delante sobre su paciente para estirar la
columna longitudinalmente.
Manteniendo la posición, inclínese hacia delante sobre el paciente y prepárese para presionar
con las palmas la columna...
Presión con las palmas en la columna

Esta presión es similar a la que ya hemos visto en la secuencia del «Primer contacto. Sin
embargo, en esta ocasión utilizará el peso del cuerpo para ejercer la presión. Inclinándose hacia
abajo, presionará con las palmas la columna. Pero no «sobrecargue» al paciente desplomando
todo el peso del cuerpo sobre él. Mantenga el pecho abierto, la cabeza erguida y la columna
derecha, y simplemente apoye el peso del cuerpo sobre él. Al moverse, mantenga los hombros
relajados y los brazos ligeramente flexionados, como lo hacen los niños cuando gatean. De hecho,
esta secuencia es como aprender a gatear otra vez. Los brazos sólo se utilizan para sostener el
peso del cuerpo. No es necesario añadir ningún tipo de fuerza al movimiento ni presionando ni
empujando.
1. Manteniendo la misma posición, inclínese hacia delante sobre la persona que recibe el
masaje. Coloque las manos paralelas sobre la columna, con los dedos hacia delante, y ejerza una
presión uniforme. A continuación, empiece a trasladar suavemente el peso de su cuerpo de una
palma a la otra y «camine» unas cuantas veces hacia la parte inferior de la espalda. La columna
debe quedar en el centro de ambas palmas. Repita dos veces.
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2. Al llegar a la base de la columna del sujeto por última vez, utilice la palma izquierda para
sostener el peso del cuerpo y lleve la palma derecha nuevamente hacia la parte superior de la
espalda, esta vez de forma longitudinal. Los dedos tienen que apuntar hacia arriba, hacia la cabeza.
La columna debe quedar entre el índice y el dedo medio. Transfiera el peso hacia la palma de la
mano derecha y lleve la mano izquierda hacia la misma posición, colocando la palma encima y
cruzando la otra mano. Los dedos del apuntar en dirección opuesta a usted. Alternativamente,
aplique y deje de aplicar el peso del cuerpo sobre las palmas cruzadas y, gradualmente, deslícelas
hacia abajo, hacia la base de la columna, con un movimiento suave y uniforme. Repita este
movimiento varias veces.
Cuando llegue a la base de la columna por última vez, siga sosteniendo el peso del cuerpo con la
palma de la mano derecha apoyada sobre el sacro y lleve la mano izquierda hacia parte
superior de la espalda. A continuación, coloque la palma de la mano transversalmente la
columna entre los omóplatos, con los dedos apuntando en dirección opuesta a usted transfiera
el peso del cuerpo a esta mano. Finalmente, flexione ambos brazos, inclínese ha abajo y presione
con los codos la parte media de la espalda...
Parte media de la espalda

Para trabajar la parte media de la espalda, prefiero utilizar los codos, que permiten un mayor
acercamiento y una superficie de contacto más extensa. Cuando hablo del «codo», me refiero a la
extensa zona ubicada en el antebrazo, por debajo de la articulación del codo. Como el codo es
menos sensible que la palma de la mano o que los dedos, se utiliza la mano de apoyo para tantear
el camino hasta la posición deseada y valorar la intensidad de la presión que se ha de ejercer.
Beneficios
En cualquier tratamiento de shiatsu es fundamental incluir el trabajo con la espalda. Relaja y

tonifica los músculos desde el punto de vista estructural y energético y restablece el flujo de
energía adecuado a los meridianos y a los órganos internos. Durante la mayor parte del tiempo,
estará tratando las dos ramas del meridiano de la vejiga. La primera rama, que corre más cerca de
la columna, incluye puntos que tienen conexiones especiales con los órganos internos. Cuando
trabaje la parte media de la espalda, actuará sobre los órganos de la digestión, incluyendo el
hígado, la vesícula biliar, el bazo, el páncreas y el estómago. Asimismo, esta secuencia también
tiene efectos sobre el canal de la vejiga, que contribuye a relajar toda la espalda, a la cual rige, y
también los órganos de la digestión.
1. Lleve la palma de la mano que está encima (izquierda)

hacia la parte superior de la espalda y colóquela entre los
omóplatos. Los dedos tienen que apuntar en sentido
contrario a usted. La columna debe quedar en el centro de
la palma de su mano. Con el antebrazo derecho paralelo a
la columna y aproximadamente a cinco centímetros del
lado más distante de la columna, descienda de manera
suave sobre el codo derecho, transfiriendo la presión
gradualmente del brazo que sirve de apoyo (izquierdo) al
que realiza el trabajo (derecho), hasta que la presión se
equilibre. Trabaje toda la parte media de la espalda a un
ritmo suave. Repita el trabajo en esta línea dos veces más.
24
2. Después de presionar dos veces a lo largo de la

primera línea, transfiera de nuevo todo el peso del
cuerpo a la mano de apoyo (izquierda) e inclínese
sobre el sujeto. Rote el brazo derecho a la altura del
hombro de manera que el codo apunte hacia fuera
y la muñeca hacia dentro. Localice la segunda línea
y coloque el codo derecho debajo del omóplato.
Asegúrese de estar relajado en esta nueva
posición. Repita el trabajo en esta línea dos veces
más.
3.. Después de presionar dos veces a lo largo de la segunda línea en el lado más distante,
cambie al lado más cercano. Presione con el codo a lo largo de la primera línea en el lado más
cercano. El codo debe estar paralelo a la columna.
4. Transfiera ahora el peso del cuerpo a la mano de apoyo (izquierda) y gire el brazo derecho a la
altura del hombro de manera que el codo mire hacia fuera y la muñeca hacia dentro. Localice la
segunda línea (véase el diagrama de la derecha) y coloque el codo en ángulo con la columna debajo
del omóplato.
Líneas de presión
Estas líneas son las que seguirá al ejercer la presión. La primera, situada aproximadamente a unos
cinco centímetros a ambos lados de la columna, está colocada en un canal o valle natural que
corre paralelamente a la columna entre dos músculos, y es relativamente fácil de localizar. La
segunda línea está colocada a la misma distancia de la columna que la primera, pero es un poco
más difícil de localizar. Doble el antebrazo para presionar a lo largo de la segunda línea de tal
manera que pueda penetrar cómodamente en los espacios intercostales.
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Hombros, parte superior de la espalda y brazos

Para realizar esta secuencia, primero debe cambiar radicalmente de posición. Arrodíllese delante de
la cabeza, de manera que se encuentre cómodo. Adopte la nueva posición de manera suave a fin de
no interrumpir el ritmo del tratamiento. Como de costumbre, en ningún momento debe perder el
contacto con el sujeto.
Beneficios
En esta nueva posición, puede utilizar de manera más efectiva el peso del cuerpo y mantener
durante más tiempo la presión, ya que tanto usted como el paciente tienen mayor estabilidad y se
encuentran más cómodos.
Como ya he señalado anteriormente, en el shiatsu se puede trabajar a lo largo y detrás del músculo
trapecio y a ambos lados de la columna, concentrándose en los meridianos de la vejiga urinaria,
de la vesícula biliar y del intestino delgado (en estas zonas normalmente queda bloqueada la
energía vital, lo que causa rigidez y dolor). En la medicina oriental, la parte superior de la espalda
entre los omóplatos está asociada al funcionamiento del corazón y de los pulmones.
1. Arrodíllese delante de la cabeza, mirando hacia abajo en dirección a los pies. A continuación,
utilice el brazo derecho de pivote para trasladar el peso del cuerpo al girar (este movimiento debe
ser muy suave). Una vez que esté arrodillado delante de la cabeza, que tiene que quedar entre
sus rodillas, inclínese hacia delante, extienda los brazos hacia delante y coloque las palmas de
las manos en los hombros.
2. Después de ejercer presión uniforme en los hombros

(primer paso), traslade el peso del cuerpo a una mano y
presione con el codo alrededor del borde interno del omóplato.
Aguante la presión durante algunos segundos antes de pasar al
próximo punto. Mantenga los hombros relajados y utilice el
antebrazo. Repita el movimiento en el otro lado.
3. Incorpórese ligeramente, coloque las palmas encima de los

hombros y ejerza una presión uniforme. Comience a
«caminar» con las palmas hacia abajo a lo largo de los brazos,
presionando y dejando de presionar alternativamente con cada
una de las palmas cada vez. De forma gradual, diríjase hacia las
manos manteniendo una presión igual hasta el fin.
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4. Cuando llegue a las manos, baje los brazos del

paciente uno a uno, y colóquelos a los lados. Con los
brazos en esta posición, resulta más fácil presionar con el
codo a lo largo de las dos líneas de la vejiga. Incorpórese
sobre las rodillas y, apoyando una de las palmas en el
hombro, presione con el codo a lo largo de las dos líneas
de la vejiga que están al otro lado de la espalda. Comience
aproximadamente en el lugar en el que empezó a trabajar
la parte media de la espalda. Ahora, sin embargo,
trabajará la espalda hacia arriba, en dirección a usted.
Vaya bajando las caderas mientras realiza el movimiento
para mantener la presión perpendicular. Repita el
movimiento en el otro lado.
5. Después de presionar a lo largo de las líneas de la

vejiga que están al otro lado de la espalda, vuelva al
primer lado apoyándose sobre el hombro y prepárese
para trabajar con el codo tal como lo hizo en el segundo
paso. Pero ahora presione a lo ancho del omóplato
mismo, sobre el hueso. Incline el cuerpo hacia un lado
mientras realiza el movimiento. Repítalo en el otro lado.
Después de presionar el segundo omóplato, coloque las
palmas en los hombros y ejerza una presión igual con las
palmas. Empiece a «caminar» hacia abajo a lo largo de
los brazos, hasta llegar a las palmas. Tome las manos y
regréselas a la posición original.
Los pasos del segundo al quinto se pueden realizar

utilizando los pulgares en lugar del codo. Siga todas las
secuencias teniendo en cuenta la posición del cuerpo,
sustituyendo sólo los codos por los pulgares y los dedos.
La única diferencia está en que trabajará a la vez los dos
hombros, las dos líneas de la vejiga y los dos omóplatos,
en lugar de trabajar cada uno de ellos individualmente.
Por último, inclínese hacia delante sobre la espalda.
Coloque las palmas de las manos a ambos lados de la
columna y prepárese para presionar hacia abajo a lo
largo de la espalda...
27
Presión con las palmas en la espalda

Después de presionar las partes media y superior de la espalda, inclínese sobre la persona que
recibe el masaje y presione con las palmas hacia abajo los dos lados de la espalda. Delante de la
cabeza del paciente y no a su lado, resulta más fácil ejercer una presión pareja con las palmas de
ambas manos, ya que el centro de la espalda está directamente debajo del centro de su pecho. Las
palmas deben estar a ambos lados de la columna: los pulgares enfrentados entre sí y los dedos
apuntando hacia fuera. La columna no debe presionarse directamente. Las palmas deben estar lo
suficientemente separadas de manera que la columna quede en el surco que se forma entre ellas.
Mantenga el máximo-contacto entre la superficie de las palmas y la espalda.
Como es costumbre en este tipo de presión ejercida con las palmas de las manos, evite tensar los
hombros y los brazos, y mantenga un ritmo armonioso a medida que desciende por la columna.
Beneficios
Suaviza las zonas en las que ya se ha trabajado en detalle y estira de manera placentera la
columna. Como consecuencia, la espalda queda completamente relajada.
1. Después de «caminar» por última vez por los brazos

hasta las palmas, balancéese hacia atrás, inclínese hacia
delante sobre sus rodillas y coloque las palmas a
ambos lados de la columna en la parte superior de la
espalda. Los pulgares deben estar enfrentados entre sí,
con los dedos apuntando hacia fuera. A continuación,
presione con las dos palmas a la vez, o alternativamente,
los dos lados de la espalda. Necesitará «balancear» el
cuerpo hacia delante y hacia atrás para presionar con
ambas manos. Repita esta secuencia dos veces.
2. Después de presionar con las palmas la espalda,

balancéese hacia atrás manteniendo el tronco erguido y,
de rodillas, siéntese sobre los talones. A continuación,
coloque las palmas, una encima de la otra, sobre la
columna en la parte superior de la espalda.
Manteniendo las caderas bajas. inclínese hacia
delante para que el peso del cuerpo lleve sus manos
a lo largo de la columna hasta la parte inferior de la
espalda. En el punto de máxima extensión de su cuerpo,
las partes inferiores de las palmas se encontrarán con la
base de la columna y permanecerán allí, evitando que
usted siga avanzando. Esto es lo que hace posible el estiramiento de la columna.
Coloque la palma de la mano izquierda en el suelo por debajo de la axila derecha y gire hacia el
lado del paciente, usando el brazo de pivote. Cuando esté perpendicular a él, arrodíllese de tal
manera que quede a la altura de la parte inferior de la espalda. En esta posición, prepárese para
presionar esta zona...
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Parte inferior de la espalda

Debido a que no existe protección ósea ya que los riñones se encuentran aquí, habrá que
asegurarse de no presionar fuerte o bruscamente con alguna parte puntiaguda del cuerpo. Por
tanto, no utilice la articulación del codo, sino el antebrazo por debajo de dicha articulación.
Ya que ésta es una zona delicada para trabajar, el apoyo debe ser especialmente firme. Los
glúteos, grandes y carnosos, aguantarán el peso del cuerpo. Para ejercer presión en esta zona, se
debe abandonar la posición anterior. Gire por detrás de la cabeza hacia el lado del paciente y
arrodíllese a la altura de la parte inferior de la espalda. Éste es un movimiento bastante amplio que
debe realizarse de forma rápida pero sin esfuerzo ni tensión. En todo momento se debe
mantener el contacto con el paciente. Si es posible, el ritmo del movimiento debe ser fluido.
Beneficios
Para muchos, la parte inferior de la espalda es un punto débil. Una persona que está demasiado
tensa puede tener diferentes trastornos que muchas veces se localizan en esta zona del cuerpo. El
masaje shiatsu aplicado en esta zona puede brindar una sensación de bienestar, disminuir la tensión
y restaurar el adecuado flujo de energía, que vigoriza y estimula.
En la medicina oriental se asocia la parte inferior de la espalda con los ríñones y la vejiga. El
trabajo en este punto afecta a estos órganos y contribuye a equilibrar el flujo de energía en los
meridianos respectivos. Se ha dicho muchas veces que el desequilibrio en estos dos órganos y
sistemas de meridianos es la principal causa de la mayoría de los dolores en la parte inferior de la
espalda. Asimismo, afecta al funcionamiento de los intestinos, especialmente la parte baja de
éstos.
1. Para adoptar la posición que se observa en la fotografía, incorpórese desde las rodillas e
inclínese hacia delante sobre la persona que recibe el masaje, al tiempo que extiende el
antebrazo derecho y lo coloca sobre la parte más carnosa de la nalga más distante (derecha). A
continuación, coloque el antebrazo izquierdo en la parte inferior de la espalda y transfiera
gradualmente el peso del brazo derecho al izquierdo hasta equilibrar la presión. Luego, trabaje a lo
largo de una línea horizontal la región lumbar, comenzando a unos centímetros de la columna hasta
el otro lado del cuerpo. A medida que avance, tendrá que incorporarse e inclinarse, y el punto de
apoyo tendrá que ser más firme.
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2. Siéntese nuevamente sobre los talones, deje de presionar y deslice los codos por la parte más
cercana del paciente. A continuación, presione con el codo la zona blanda de la parte inferior de la
espalda próxima a la columna. Manteniendo las caderas bajas, sin incorporarse, inclínese hacia
delante y traslade el peso del cuerpo al codo de apoyo (derecho).
Luego, transfiera el peso al codo izquierdo e iguale la presión. Trabaje gradualmente a lo largo
de una línea horizontal similar a la del primer paso, desde la zona más cercana de la columna hasta
el otro lado del cuerpo. Asegúrese de estar arrodillado a una distancia adecuada para no sufrir
ningún calambre durante el movimiento. Mantenga el ángulo de presión siempre perpendicular,
conservando las caderas bajas.
Después de presionar el lado más cercano de la parte inferior de la espalda, gire hacia su
izquierda, incorpórese sobre la rodilla derecha y dé un paso hacia delante con el pie izquierdo.
Ahora ya está a punto para presionar con los pulgares la región del sacro...
El sacro
En el masaje shiatsu utilizamos diferentes partes del cuerpo para presionar, y cada una de ellas se
utiliza por una razón y con un efecto diferentes. Los pulgares son especialmente útiles para
trabajar zonas pequeñas y precisas. El sacro es un hueso con forma triangular que está en la base
de la columna y que se extiende desde la punta de la pelvis hasta el coxis.
Beneficios
En la región del sacro se localizan una serie de dolores y síntomas,

tanto de origen interno como externo. El trabajo en esta zona puede
aliviar trastornos tales como lumbago, ciática, tensión y dolores en las
piernas y glúteos. Estos síntomas pueden ser el resultado de diferentes
desequilibrios estructurales que el shiatsu puede ayudar a corregir, los
dolores en esta zona, sin embargo, a menudo obedecen a causas de
origen interno y pueden estar ligados a trastornos menstruales o
urogenitales. Por lo tanto, el masaje en esta zona intentará regular
problemas tales como menstruaciones dolorosas o irregulares, micción
frecuente, retención urinaria e impotencia. Una vez más, el canal de la
vejiga atraviesa esta zona: de ahí los efectos sobre el sistema de ese
meridiano y ese órgano.
1. Con los pulgares a ambos lados del centro del hueso sacro y los
otros dedos abiertos sobre los glúteos. Inclínese hacia delante y
ligeramente hacia el lado para que el peso del cuerpo se traslade a las
manos. Presione de forma igual con ambas manos, distribuyendo el
peso de manera uniforme entre los pulgares y los otros dedos.
2. Inclinándose hacia delante, presione a lo largo de las líneas de la

vejiga de arriba abajo, siguiendo las depresiones del sacro que
marcan la primera línea. Luego, lleve los pulgares hacia fuera y hacia
el lado, a la misma distancia del centro que en la primera línea, para trabajar en la segunda
línea. «Balancéese» suavemente, moviendo el cuerpo hacia delante y hacia atrás, a medida que
presiona y deja de hacerlo antes de continuar con las siguientes secuencias.
30
Por último, deslice la rodilla derecha hacia delante y siéntese sobre el talón. Está a punto
para comenzar a presionar con los dedos los glúteos...
Los glúteos
Como estas zonas suelen estar muy tensas, especialmente en los hombres, tendrá que asegurarse
de presionar de forma lenta y uniforme, sin empujar. No realice movimientos bruscos, pero
sobre todo, no se incline directamente con todo el peso del cuerpo sobre esta zona.
Beneficios
En los glúteos se acumula mucha tensión como resultado
de trastornos que se originan en la espalda, causados por
una mala postura, una desviación crónica o una lesión de
la columna. Asimismo, ciertos desequilibrios internos,
como el estreñimiento, menstruaciones irregulares o
problemas urogenitales, pueden causar rigidez y dolor
en esta zona. Esta tensión puede eliminarse con el
shiatsu, que a su vez ayuda a regular otros desequilibrios
internos más profundos. Los meridianos de la vejiga y de
la vesícula biliar son los que exigen mayor atención en esta secuencia en el caso de la vejiga,
para tratar trastornos como los mencionados en la secuencia del sacro y en el caso de la vesícula
biliar, para aliviar la tensión y la rigidez en los glúteos, caderas y piernas.
Es especialmente útil el punto de la vesícula biliar que se encuentra en el centro del glúteo (en la
depresión natural que se forma cuando los glúteos se contraen) para tratar de manera muy eficaz
el dolor de ciática.
1. Inclínese hacia la derecha sobre el sujeto y

coloque la palma izquierda sobre el centro del
sacro, apoyando el peso del cuerpo sobre la misma.
A continuación, lleve el codo derecho hasta la nalga
derecha y comience a trabajar cerca del centro del
pliegue anal, justo por debajo de la parte inferior del
sacro, descendiendo hacia la parte superior del
muslo.
Siga las tres líneas verticales que van de arriba abajo
de la nalga, trasladando la presión en cada línea
para mantenerla equilibrada. Utilice el pie izquierdo
como contrapeso del tronco llevándolo hacia fuera y
hacia el lado cuanto más se incline hacia la
derecha.
2. Después de presionar la nalga más distante (derecha), repita el paso anterior sobre el glúteo
izquierdo.
31
3. Coja el pie izquierdo del paciente con la

mano derecha, y guiando la pierna con la mano
izquierda, deslícela por el suelo en ángulo
recto hasta que la rodilla quede al mismo
nivel que la cadera. A continuación, apoye su
rodilla derecha entre las piernas y el pie
izquierdo en el suelo al lado de la rodilla
izquierda, inclínese por encima y coloque las
palmas sobre la nalga izquierda, con los
pulgares juntos y los otros dedos apuntando
hacia los lados. Entonces, presione con ambas
manos a lo largo de las tres líneas de los
glúteos de dentro hacia fuera, «balanceando» el
peso del cuerpo de atrás hacia delante mientras
trabaja. Ejerza una presión igual con ambas
manos, sin concentrarla en los pulgares,
distribuyendo el peso equilibradamente en toda
la mano. Por último, lleve la pierna izquierda a la posición inicial, a continuación trabajara piernas
y pantorrillas en el lado izquierdo al terminar trabajara el lado derecho repitiendo los pasos de
glúteos pierna y pantorrilla.
Una vez finalizado el masaje en los glúteos, cambie de posición y descienda lentamente hacia
los pies, alineando el centro del cuerpo con los muslos. Coloque la palma de la mano izquierda
sobre el sacro para apoyarse y levante la pierna derecha del paciente cogiéndola a la altura del
tobillo. Prepárese para presionar con la rodilla la zona del muslo...
Las piernas
La posición es muy importante; debe evitar tener que estirarse en exceso para ejercer presión en
zonas alejadas como los pies. La regla básica en el trabajo de piernas es evitar separar las palmas
a una distancia que exceda el ancho de los hombros, ya que esto podría hacerle perder el
equilibrio. Por lo general, la parte posterior de las piernas es una zona fuerte y muy musculosa en
la que se puede ejercer presión con eficacia utilizando la rodilla. Por el contrario, la parte
posterior de las pantorrillas a menudo puede ser tierna y blanda, por lo que, en este caso, se
recomienda ejercer la presión con los codos o las palmas. Una zona especialmente blanda, que
puede ser considerada un «punto débil», es el hueco poplíteo (parte posterior de la rodilla).
Beneficios
Las extremidades (brazos y piernas) suelen verse afectadas por desequilibrios internos localizados
en el centro del cuerpo, normalmente problemas cardiovasculares que harán que las
extremidades se queden frías, lo que puede producir a veces acumulación de líquido (edema). El
estreñimiento suele causar una sensación de pesadez y entumecimiento en las piernas, mientras
que una lesión en la parte inferior de la espalda puede causar dolor en uno o ambos lados de
las piernas. El tratamiento shiatsu en las piernas resulta de fundamental importancia para
restaurar el adecuado flujo de energía, sangre y fluidos corporales en esta zona en particular, así
como en el resto del cuerpo. El trabajo en las piernas contribuye a tratar calambres, escalofríos,
retención de líquidos, entumecimiento, dolores y lesiones de los tejidos blandos (músculos,
ligamentos y tendones).
32
1. Coloque la mano izquierda sobre el

sacro para apoyar el peso del cuerpo.
Con la mano derecha coja el tobillo,
levante la parte inferior de la pierna
izquierda y llévela hacia usted para que
descanse contra la cadera derecha.
Transfiera el peso del cuerpo de forma
equilibrada a la rodilla y mano izquierdas,
y coloque la rodilla izquierda suavemente
sobre la parte posterior del muslo, justo
debajo del glúteo izquierdo. No presione
inmediatamente. Primero, siéntase
cómodo en esta posición; luego, de forma
gradual, transfiera el peso del cuerpo de la
rodilla y palma izquierdas a la rodilla
derecha hasta que los tres puntos reciban
igual presión. No se eche hacia atrás con
la cadera. Inclínese sobre el sujeto, pero asegúrese de no cargar todo el peso sobre él. Trabaje
gradualmente desde el muslo hasta la rodilla. Repita esta línea dos veces. Baje la pierna casi hasta
tocar el suelo, sosteniéndola por el tobillo con la mano derecha ahuecada. Repita dos veces esta
secuencia.
2. Doble el tobillo izquierdo, llévelo por encima del talón derecho y traslade el peso a la mano
derecha. Mantenga la mano de apoyo sobre el sacro y equilibre el peso entre las dos palmas.
Coloque la rodilla izquierda justo debajo del glúteo. Presione con la rodilla siguiendo una línea
a mitad de camino entre la espalda y el lado del muslo hasta la rodilla. Repítalo dos veces.
33
3. Coja el tobillo izquierdo e inclínese hacia atrás. Sostenga el tobillo contra el pecho y
deslice la rodilla izquierda hacia fuera y hacia el lado. Inclínese otra vez hacia delante y doble
el tobillo sobre la parte posterior de la pantorrilla derecha de tal manera que la pierna forme una
V. Lleve el peso del cuerpo hacia delante, apóyelo sobre ambas manos y coloque la rodilla
izquierda en su pierna, justo debajo de la articulación de la cadera. Presione con la rodilla
siguiendo la línea que corre a lo largo de la pierna hasta la altura de la rodilla. Repita este
movimiento dos veces.
Inclínese hacia atrás y lleve el tobillo del sujeto a su pecho, y la rodilla a su posición original, de
tal manera que la pierna vuelva a quedar extendida. Deslice la rodilla derecha hacia delante para
que la parte inferior de su pierna pueda descansar sobre ella. Dispóngase a presionar con el
codo la pantorrilla...
Pantorrillas, tobillos y pies

Si tiene suficiente flexibilidad, separe todo lo que pueda las rodillas. Apoye la rodilla izquierda
sobre la parte posterior del muslo del sujeto. Si no puede o le resulta muy difícil, apóyela en el
suelo. Lo más importante es que esté cómodo. Muchas personas experimentan sensibilidad y
dolor en los músculos y meridianos de la pantorrilla. Por lo tanto, se deberá ejercer presión con
cuidado y brindar un apoyo adecuado.
En la zona de la pantorrilla se pueden utilizar los dos codos, o bien apoyar el peso del cuerpo
colocando una palma sobre la planta de su pie para trabajar a lo largo de la pantorrilla con un
codo. En el trabajo de tobillos y pies, se pueden utilizar los codos, los pulgares o unos y otros.
Beneficios
Los efectos de los problemas
circulatorios y neurológicos son más
severos cuanto más alejados del centro
del cuerpo se encuentran. El masaje
shiatsu en las pantorrillas y los pies
puede restaurar convenientemente el
flujo de energía y mejorar la circulación
de la sangre y de los fluidos corporales en
estas zonas y en todo el cuerpo en
general. Todos los meridianos corren en
dirección a los pies y los dedos. En las
plantas, además, hay unas zonas reflejas
especiales.
1. En la posición que se observa en la

fotografía, apoye la rodilla izquierda
sobre la parte posterior del muslo,
inclínese hacia delante y coloque la
palma derecha sobre la planta del pie
para apoyarse. Luego utilice el codo
izquierdo para presionar a lo largo de la
pantorrilla.
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2. Después, coloque la palma derecha

sobre la planta del pie izquierdo,
inclínese hacia delante y coloque el codo
izquierdo sobre el tendón de Aquiles.
Iguale la presión y rote suavemente el
tobillo hacia arriba y hacia abajo con la
mano derecha, de tal manera que
presione con el codo la parte superior y
los lados del tendón de Aquiles, alterna-
tivamente.
3. Mantenga la posición del cuerpo
pero intercambie la posición de las
manos. Coloque la palma izquierda
sobre la parte posterior del tobillo y
apoye el peso del cuerpo sobre ella. A continuación, baje el antebrazo derecho para que
descanse sobre la planta del pie y luego transfiera el peso del brazo de apoyo al brazo de trabajo
hasta que se equilibre la presión. Después, presione atravesando la planta del pie entre el talón y la
parte posterior de los dedos. Asegúrese de que la rodilla derecha esté debajo del pie, sostenién-
dolo completamente. Quizá necesite deslizarla un poco más hacia abajo después de la secuencia
anterior.
Después de presionar la planta del pie, levante la pierna por el tobillo. A continuación, muévase
hasta quedar detrás del paciente y arrodíllese para sujetar sus rodillas entre las de él. Prepárese
para asir y rotar el tobillo...
Rotaciones y estiramientos (Pies, tobillos y piernas)

A continuación, puede distender aún más las articulaciones del tobillo y las de los dedos del pie,
y también estirar adecuadamente toda la pierna.
Algunas veces los tobillos se tensan y, en consecuencia, se resisten "a los movimientos pasivos.
Nunca fuerce el movimiento. La solución más eficaz para un tobillo «que colabore
excesivamente» es sacudirlo de manera firme pero suave. Mantenga el movimiento suave pero a
la vez libre y abierto, dibujando círculos bien marcados, amplios y relajados.
Beneficios
En las piernas, la circulación de la energía, la sangre y los fluidos queda bloqueada por la falta
de movimiento y ejercicio. Los orientales, para sentarse, adoptan ciertas posiciones que mantienen
un alto grado de flexibilidad y fuerza en las piernas y, en especial, en los tobillos, pies y dedos.
Las secuencias que aparecen a continuación constituyen una forma de ejercicio pasivo que
devuelve un cierto grado de flexibilidad a estas zonas claves y restaura el equilibrio de las
extremidades inferiores.
La medicina oriental sostiene que la energía y la sangre fluyen con abundancia a través de las
articulaciones. Por lo tanto, mantenerlas blandas y flexibles ayuda a prevenir trastornos tales
como la artritis, gota, varices, edemas, mala circulación, calambres, entumecimiento y dolor.
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1. En la posición que se observa en la fotografía,

levante la pierna izquierda por el tobillo con la mano
derecha, sujete la rodilla entre las suyas y siéntese
sobre los talones.
Sujetando el tobillo izquierdo con ambas manos,
sacúdalo suave pero firmemente hacia atrás y hacia
delante para relajarlo. Utilice todo el peso del cuerpo
para hacer el movimiento, y no sólo los brazos o las
manos.
2. Manteniendo la mano izquierda en la misma posición y

sujetando con firmeza la parte exterior del tobillo, rote con
la mano derecha el tobillo en ambas direcciones. Mantenga
la pierna firme con la mano de apoyo. No permita que se
mueva; sólo debe moverse el pie. Realice movimientos
bien marcados, amplios y relajados, deteniéndose para
sacudir y relajar el tobillo en caso de sentir que se tensa
durante la rotación.
3. Después de rotar el tobillo en ambas

direcciones, incorpórese sobre las rodillas, mantenga
la derecha en el suelo y coloque el pie izquierdo casi a
la altura de la cadera. Con la mano izquierda, siga
sujetando el tobillo firmemente. Coloque la palma
derecha sobre la planta del pie izquierdo. Luego,
lleve el peso del cuerpo hacia abajo sobre la planta del
pie, estirando de forma gradual la parte posterior del
tendón de Aquiles. Inclínese hacia delante y mantenga
el pie estirado, y lleve el talón del sujeto hacia el
centro de la nalga izquierda. Mueva su pie
acompañando el movimiento con el cuerpo. No
utilice sólo la palma de la mano para realizar el esti-
ramiento. Trate de determinar hasta dónde puede
estirar sin causar molestias; no espere a que una
reacción del paciente se lo señale. De manera
alternativa puede utilizar el antebrazo en lugar de la
palma.
36
4. Después de mantener el estiramiento del talón de

Aquiles durante unos segundos, inclínese ligeramente
hacia atrás y retire durante algunos instantes el codo o la
palma de la planta del pie del sujeto. Coja la parte supe-
rior de los dedos del pie con la palma de la mano derecha
y dóblelos hacia abajo, alejándolos de su cuerpo y
estirando el pie en la dirección opuesta. Al mismo tiempo,
vuelva a inclinarse hacia delante, llevando el talón hacia el
centro del glúteo una vez más, y estire la parte media y
anterior del pie durante unos segundos.
Colóquese al otro lado del sujeto, vuelva a apoyar la

pierna doblada en el suelo, levante la derecha por el
tobillo y presione con la rodilla la parte superior de la
pierna. Repita todas las secuencias una vez más, esta vez
presionando, estirando y manipulando la pierna derecha...
Estiramiento simultáneo de piernas

Este trabajo debe realizarse después de haber
completado el estiramiento final del tobillo y de la
pierna en el lado derecho del sujeto. Mediante el
estiramiento simultáneo de ambas piernas se reforzará
el trabajo individual realizado previamente sobre
piernas, tobillos y pies.
1. Levante la pierna izquierda del sujeto y junte

sus pies y rodillas formando un ángulo recto con el
suelo. Póngase de pie y sujete las rodillas contra los
empeines, manteniendo las piernas juntas. Luego,
coloque las palmas sobre las plantas de los pies, que
miran hacia arriba, con los pulgares sobre los talones y
los otros dedos envolviendo la parte exterior de los tobillos. Inclínese hacia abajo, estirando el
talón de Aquiles, y luego hacia delante, flexionando las rodillas, estirando la parte anterior de las
piernas.
2. Abra las piernas del sujeto suavemente, levan-

tándolas desde los tobillos hasta formar un ángulo
de 90 grados. Con las manos sosteniendo el peso del
cuerpo sobre los tobillos, coloque un pie en el centro
de uno de los muslos del sujeto y acerque el otro pie
al otro muslo. Utilizando las palmas de las manos
que sujetan los pies para balancearse, pise rápida
pero suavemente sobre el otro muslo. El equilibrio
es la clave de este movimiento; en cuanto se sienta
incómodo, bájese de inmediato. Evite colocar los
pies en la zona cercana al hueco poplíteo.
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Después, abandone esta posición, rápida pero suavemente, y vuelva a colocar los pies en el suelo,
con los dedos apuntando hacia dentro y los talones hacia fuera. Prepárese para caminar sobre
los pies...
Caminar sobre los pies

Aunque parezca extraño, la presión ejercida con los pies produce una sensación de bienestar muy
relajante. Los pies son una parte de nuestro cuerpo especialmente sensible y perceptiva, y tanto la
presión recibida como la ejercida en esta zona proporcionan mucho placer.
No realice estas secuencias si la persona que recibe el masaje no puede girar los dedos de los pies
hacia dentro o existe una marcada distancia entre el tobillo y el suelo.
En el caso de existir el segundo impedimento mencionado, puede colocar-corno apoyo un
almohadón debajo de la parte delantera de los tobillos. Si el sujeto es de edad avanzada y, por
tanto, tiene una estructura ósea más frágil, presione ligeramente un pie cada vez.
Beneficios
Son casi los mismos que los indicados anteriormente para las secuencias de los pies, pero en este
caso la presión general sobre la planta del pie estimulará el funcionamiento de todos los órganos
internos a través de las zonas reflejas y los meridianos.
El estiramiento del tobillo está especialmente indicado para aliviar la rigidez y el dolor en las
articulaciones del tobillo producidos por la falta de ejercicio, la artritis, etc.
1. Manteniendo los talones en el suelo, coloque la parte anterior de los pies sobre las plantas e
incline el cuerpo hacia delante. Alternativamente, transfiera el peso del cuerpo del pie izquierdo al
derecho como si estuviera caminando. Póngase de pie y mantenga el cuerpo relajado. Varíe la
intensidad de la presión trasladando más o menos peso a sus talones.
2. Ahora, póngase de espaldas y repita el mismo movimiento, pero en esta ocasión presionando
con los talones.
De pie en el suelo, prepárese para realizar los movimientos finales...
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Movimientos finales
A continuación, se practicará unos movimientos para suavizar el trabajo ya realizado. Este tipo
de contacto está más emparentado con el amma, el tradicional masaje del Japón, que con el
shiatsu.
1. Póngase de pie, inclínese hacia delante y hacia abajo y apoye las palmas en la parte
superior de los muslos. Con un movimiento rápido pero firme, «deslice» varias veces de forma
enérgica las palmas a lo largo de las piernas hasta los pies.
2. Suba hasta los muslos (para ello, tendrá que adoptar la posición que se observa en la foto-
grafía). Coloque las palmas sobre la parte superior de los glúteos cerca de la cadera. Utilizando
todo el peso del cuerpo en este movimiento, rote firme y rápidamente ambos glúteos en una y
otra dirección.
3. Coloque las palmas a ambos lados de la columna y deslícelas desde los hombros hasta el
sacro.
4. Coloque las palmas sobre los omoplatos y utilizando todo el cuerpo en el movimiento, tote
los hombros en ambas direcciones.
5. Coloque las palmas sobre los omóplatos y deslícelas por los brazos hasta las manos.
6. Coloque la palma derecha en la parte superior de la espalda entre los omóplatos, con los
dedos apuntando hacia arriba en dirección a la cabeza, de tal manera que la columna pase por
debajo de sus dedos. Coloque la palma izquierda sobre la derecha y deslícelas enérgicamente a
lo largo de la columna hasta el sacro.
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Masaje en decúbito supino
En esta posición, se presionarán algunas de las zonas más vulnerables del cuerpo, en especial el
bajo vientre, llamado hará en japonés
1. Por ser ésta una zona clave del cuerpo, deberá

tratarla con la mayor atención y concentración
posibles para que el primer contacto con el
abdomen le transmita calidez y confianza. Antes de
empezar, deberá estar muy relajado y atento, y en
completa sintonía con la persona que recibe el
masaje. Siéntese a su lado, con el muslo derecho en
contacto con su cuerpo, hasta sentir que está
preparado para comenzar. Lentamente, baje la
palma derecha y apóyela suavemente en el centro
del abdomen, y poco a poco inclínese hacia un lado
para presionar ligeramente con la palma. Mantenga
esta posición mientras esté cómodo, y actúe
siguiendo la respiración del sujeto. Deje que se
relaje después de haberse dado la vuelta.
2. Cuando usted lo juzgue oportuno, comience a friccionar con las palmas el abdomen de arriba
abajo, como peinándolo. Trate de visualizar la energía descendiendo hacia las piernas.
Cuando esté preparado, gire hasta quedar perpendicular a la persona que recibe el masaje, a la
altura de la cadera, a punto para presionar con las palmas las piernas...
Estirar y presionar las piernas

En esta secuencia, se presionará y estirará la parte anterior de las piernas. Si es necesario, podrá
cambiar la posición de la pierna de la persona que recibe el masaje para alcanzar todas las líneas
y trabajarlas sin perder la estabilidad. Como las zonas que se trabajan en esta secuencia son
blandas y vulnerables, debe utilizar las palmas en lugar de las rodillas para presionar. Estas
secuencias se caracterizan por poder estirar y presionar desde la misma posición, lo único que
cambia de una a otra es la posición de la mano de apoyo. Esta mano siempre está colocada en
la manera más cómoda sobre la parte sobresaliente de la zona anterior de la pelvis (cresta ilíaca
anterior): una parte de la palma se apoya sobre el hueso y la otra, sobre el bajo vientre. Si se
presiona la pierna en la que no se encuentra la mano de apoyo, se realizará un estiramiento; si se
presiona la pierna en la que se encuentra la mano de apoyo, se ejercerá presión. Para estirar, debe
ejercer presión con ambas manos y balancearse de atrás hacia delante de tal manera que presione
y deje de hacerlo con cada mano en cada uno de los lados del cuerpo del sujeto. Cuando ambas
manos están en el mismo lado, la presión se ejerce como siempre, pasando de la mano de apoyo a
la que presiona hasta igualar la presión, sin balancear el cuerpo.
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Beneficios
Estas secuencias son una continuación del trabajo en decúbito prono que tenía como objetivo
promover el flujo adecuado de ki, de sangre y de fluidos a través de las piernas. En ellas se
alcanzan los tres meridianos yin de las piernas, el del hígado, el del riñón y el del bazo, que en la
medicina oriental juegan un papel muy importante en la función de producción, transporte,
almacenamiento y circulación de la sangre. En este caso la presión es importante para tratar la
mala circulación, calambres, debilidades en las piernas y edemas (retención de líquido), y puede
contribuir a regular trastornos menstruales, como espasmos, períodos irregulares, dolorosos o
muy abundantes, tensión premenstrual, etc.
1. Después de presionar con las palmas el hará, gire hasta quedar perpendicular al sujeto y
arrodíllese a la altura de los muslos. Asegúrese de poder llegar hasta los pies sin estirarse en
exceso. Coloque la mano izquierda sobre la estructura ósea ubicada en la parte anterior de la
pelvis: el centro de la palma se apoya sobre el hueso, y los dedos, sobre el bajo vientre. Con la
palma de la mano derecha, presione la pierna izquierda desde la cadera hasta los dedos de los
pies.
2. Después, gire la palma en dirección opuesta, con los dedos apuntando hacia usted y la parte
inferior hacia fuera, y repita los mismos movimientos que en el primer paso.
3. Gire el pie derecho hacia usted hasta que la planta

quede de cara al tobillo izquierdo y la rodilla, flexionada.
A continuación, presione con la palma a lo largo de la
primera línea (véase el diagrama en la página anterior),
por la cara interna de la pierna, hasta el pie. Si tiene la
mano apoyada sobre la cadera más distante, podrá
realizar estiramientos; si la coloca en la cadera más
cercana, podrá ejercer una presión completa.
4. Lleve el pie derecho hacia arriba

hasta la altura de la rodilla izquierda. A
continuación, estire y ejerza presión a lo
largo de la segunda línea, hasta el pie.
Repita este trabajo dos veces, llevando la
mano de apoyo hacia el lado que está más
distante para estirar y hacia el más
cercano para presionar.
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5. Por último, lleve el pie hacia arriba de tal manera que el talón llegue hasta la ingle y la pierna
derecha quede totalmente flexionada, con la pantorrilla tocando la parte posterior del muslo. A
continuación, estire y presione a lo largo de la tercera línea por la cara interna de la pierna,
llevando la mano de apoyo de uno a otro lado de la cadera como lo hizo anteriormente.
6. Para ejercer una presión más lo-

calizada a lo largo de cada una de las
tres líneas, repita los pasos tercero,
cuarto y quinto, pero esta vez utilice el
pulgar. Comience de nuevo por los
estiramientos, y para ejercer presión,
coloque el pulgar sobre la línea elegida
y sujete el muslo con el resto de los
dedos. Entonces, inclínese hacia dentro
transfiriendo el peso de la mano de
apoyo a la otra.
Incorpórese de rodillas, coja el pie derecho del sujeto con la mano derecha y coloque el antebrazo
izquierdo debajo del hueco poplíteo. A continuación, manteniendo la rodilla derecha apoyada en el
suelo, dé un paso hacia fuera con el pie izquierdo. Dispóngase a estirar y rotar las piernas y
caderas...
Estiramientos y rotaciones de piernas y caderas
Después de ejercer presión en la pierna, puede estirar y manipular toda la extremidad. Debido
al tamaño y al peso de la pierna en sí, deberá utilizar todo el cuerpo en el movimiento para evitar
el uso de la fuerza.
Beneficios
Estas rotaciones y estiramientos mejoran la
flexibilidad al restaurar el flujo adecuado de ki y de
sangre en la zona, lo que contribuye a aliviar
trastornos tales como la artritis, calambres, ciática,
entumecimiento, mala circulación y cansancio y
pesadez en las piernas.
1. Después de presionar con las palmas y los

pulgares la tercera línea de la cara interna de la
pierna, incorpórese de rodillas, coja el pie derecho
con la mano derecha y pase el antebrazo izquierdo
por debajo del hueco poplíteo derecho. Manteniendo
la rodilla derecha apoyada en el suelo, levante el pie
izquierdo y dé un paso hacia fuera. A continuación,
inclínese hacia delante y estire la pierna, llevando la
rodilla hacia el pecho.
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2. Después del estiramiento, comience a rotar la pierna en el sentido de las agujas del reloj,
primero haciendo círculos pequeños que se irán ampliando de forma gradual hasta alcanzar la
máxima rotación.
Suelte la pierna y suavemente vuelva a colocarla extendida en el suelo. Dé un paso hacia atrás
con la pierna izquierda y apoye la rodilla en el suelo. Incorpórese sobre la pierna derecha,
colocando el pie derecho en el suelo justo delante de sus pies. Coloque la mano derecha ahuecada
en el talón derecho y prepárese para los estiramientos completos de piernas...
Estiramientos completos de piernas

Ahora el peso del cuerpo se utiliza como una palanca en ambas direcciones para producir los
estiramientos, y la mano de apoyo se emplea para fijar la pierna en su posición y evitar que se
levante o se balancee de un lado a otro.
Beneficios
Estos estiramientos trabajan especialmente las articulaciones de los tobillos y de los dedos de los
pies, mejorando la flexibilidad y estimulando el flujo de ki y sangre en la zona. Estos
estiramientos también afectan a los meridianos de la vejiga y del estómago, que corren por la
parte posterior y anterior de las piernas, respectivamente.
1. Coja con la mano derecha ahuecada el talón del pie

derecho (la palma y la muñeca descansan sobre la planta
del pie). A continuación, inclínese hacia la cabeza,
alejándose de sus pies, realizando el movimiento desde
la cadera. Para evitar que toda la pierna se eleve y para
apoyar el peso del cuerpo, coloque la mano izquierda
por encima de la rodilla del sujeto e inclínese sobre
ella.
2. Mantenga la mano de apoyo (izquierda)

donde está y coloque la mano derecha
sobre la parte superior del pie (los dedos de
la mano descansan sobre los dedos de los
pies). Luego, inclínese hacia los pies,
alejándose de la cabeza, y estire los dedos de
los pies hacia abajo. Transfiera el peso del
cuerpo sobre la parte superior del pie para
poder inclinarse. No utilice la fuerza en este
estiramiento.
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Con este estiramiento se completa el trabajo en la pierna derecha. Colóquese al otro lado del
sujeto y repita todas las secuencias anteriores, esta vez en la pierna izquierda.
Cuando haya completado la última secuencia (es decir, el estiramiento de toda la pierna),
gire y arrodíllese delante de sus pies, coja los tobillos e inclínese con suavidad hacia atrás.
Prepárese para estirar ambas piernas al mismo tiempo...
Estiramiento simultáneo de piernas

Estos estiramientos tienen como objeto equilibrar los lados izquierdo y derecho y detectar
cualquier diferencia entre ellos. La forma de coger los tobillos es fundamental en este movimiento.
Beneficios
Como en los estiramientos individuales de las piernas, este movimiento beneficia la circulación
de la energía, la sangre y los fluidos en toda la zona de la pierna, y ayuda a combatir el mismo
tipo de problemas. Del mismo modo, equilibra la energía en los meridianos de los lados derecho
e izquierdo, y libera la tensión y el bloqueo de las articulaciones y de la pelvis.
Si se realiza de forma correcta, el estiramiento se sentirá a lo largo de toda la columna vertebral de
forma ascendente y eliminará la compresión y la energía bloqueada en las vértebras, actuando
como una especie de tracción. Estos estiramientos son ideales para aliviar el dolor de espalda y
cuello causado por malas posturas, tensión o lesiones.
1. Coja los tobillos, apoyando la parte

posterior de los talones sobre sus palmas. A
continuación, lleve el peso del cuerpo hacia
atrás y, con los brazos rectos, estire
completamente las piernas de forma igual.
Observe la cabeza. Ésta debe moverse
ligeramente a medida que el estiramiento
recorre todo el cuerpo hasta el cuello. Estire y
deje de estirar de forma lenta y uniforme.
Coloque una de las piernas en el suelo, con

la planta del pie apoyada en su rodilla,
mientras sigue sujetando la otra por el
tobillo. Dispóngase a presionar, estirar y
rotar cada pierna individualmente...
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Presión, estiramiento y rotación de pies

Son los tobillos los que sostienen el peso del cuerpo durante la mayor parte del día, y dependemos
de su fuerza y flexibilidad para movernos. Estas simples secuencias sirven para estirar y rotar
todas las articulaciones del pie y pueden utilizarse como un minitratamiento.
Beneficios
En los pies se acumula mucha tensión. Es por eso que el trabajo realizado en esa zona para
restablecer el flujo de energía tiene un gran efecto en todo el cuerpo. Al igual que en las manos,
en los pies los meridianos principales comienzan y terminan en los dedos, de manera que la
flexibilidad de las articulaciones y músculos es vital para mantener el flujo adecuado a través
de todo el sistema de meridianos.
1. Sujete el tobillo derecho y

coloque la mano derecha sobre la
parte posterior de los dedos de los
pies. En un solo movimiento,
inclínese hacia atrás, estire la
pierna hacia usted con la mano
izquierda y ejerza presión en los
dedos de los pies con la mano
derecha, en dirección opuesta a
usted, estirando la planta del pie
y el tendón de Aquiles. Dejando
de estirar el pie con la mano
derecha, pero manteniendo el
estiramiento de la pierna con la
izquierda, coloque la palma
derecha sobre la parte anterior de
los dedos y estire el pie hacia el
suelo, utilizando el peso del
cuerpo para inclinarse sobre ellos
y hacia abajo.
45
2. Ahora que el pie derecho del sujeto está otra vez en el suelo,
mantenga la mano de apoyo (izquierda) en el tobillo y acerque la
mano derecha hasta juntarlas. Con el pulgar, presione las líneas que
corren por la parte superior del pie (véase el diagrama). Utilice una
de las manos como apoyo, mientras ejerce presión con el pulgar de
la otra.
3. Coloque el pie del sujeto sobre su rodilla izquierda.

Sujete el pie con ambas manos de manera que los pulgares
descansen sobre la planta. Luego, incline el cuerpo hacia
delante y presione a lo largo de las líneas que se muestran
en el diagrama, prestando especial atención al punto que
se ha marcado.
4. Manteniendo el talón del pie del sujeto apoyado en la mano izquierda, inclínese hacia
delante y apoye el antebrazo izquierdo sobre la rodilla izquierda, dejando que el peso del cuerpo
descanse sobre ella. Comience a rotar el pie con la mano derecha. Realice rotaciones amplias y
fluidas en ambas direcciones.
Coja la pierna izquierda por el tobillo con la mano derecha y levántela. Repita los anteriores
pasos en el pie derecho. Vuelva a colocar la pierna en el suelo, junte ambos pies y sujételos
entre las rodillas. Prepárese para presionar, estirar y rotar las piernas, dedos y tobillos...
Presión, estiramiento y rotación simultánea

de piernas, tobillos y dedos
1. Después de presionar, estirar y rotar cada pierna

individualmente, junte las piernas del sujeto y coloque los
pies entre las rodillas. Coloque el puño en la parte superior de
la tibia por debajo de la rodilla. Lleve el peso del cuerpo
hacia abajo y presione a ambos lados de la parte inferior de las
piernas hasta los tobillos.
46
2. Utilizando los pulgares y los índices, coja los dedos del

pie del sujeto, uno cada vez, y apriételos, estírelos y rótelos.
Dé a cada uno de los dedos un ligero estirón de tal manera
que los talones se levanten un poco del suelo y el peso
natural del pie los estire uno a uno.
3. Coloque las palmas sobre la parte inferior

de los dedos, e inclínese hacia delante y
balancee los pies suavemente hacia atrás y hacia
delante. Este balanceo genera un efecto de ola en
todo el cuerpo.
Vuelva a juntar los pies del sujeto y coja los

talones con ambas manos. Póngase en
cuclillas y, con los brazos estirados, inclínese
hacia atrás para estirar ambas piernas..
Estiramiento, sacudida y balanceo lateral simultáneo de piernas
Esta nueva posición es importante para realizar la próxima secuencia, en la que debe ponerse de
pie, aprovechando el «peso muerto» del sujeto, para equilibrarse a medida que empuja hacia
arriba en un solo movimiento continuo.
Para realizar los movimientos, utilice todo el cuerpo y no sólo las manos o los brazos. A veces el
sujeto puede tensarse en la zona de las caderas, especialmente durante el balanceo lateral.
Sacuda como siempre las extremidades para distenderlas antes de intentar realizar de nuevo el
movimiento.
Beneficios
Esta serie de secuencias contribuye a distender las articulaciones de las piernas, especialmente la
de la cadera. Al realizar el balanceo lateral, trate de que las piernas se muevan formando un
amplio arco hasta alcanzar el máximo movimiento de la articulación de la cadera. Muchas
personas acumulan tensión en la zona de la pelvis y la cadera: relajando esta zona se puede
alcanzar una enorme sensación de liviandad y alivio.
47
1. Sujete los tobillos e inclínese hacia atrás: el peso

del cuerpo estirará sus piernas.
Después de completar el estiramiento simultáneo

de piernas, permanezca inclinado hacia atrás y,
manteniendo el estiramiento, impúlsese hacia
arriba con las piernas, llevando el peso del cuerpo
hacia arriba hasta ponerse de pie. Cuanto más
hacia atrás se incline, menor será la fuerza que
realmente necesite para ponerse de pie..
2. De pie, con los pies separados a una distancia

que no supere el ancho de los hombros, las
rodillas flexionadas y la espalda erguida,
comience a sacudir las piernas del sujeto alter-
nativamente desde los tobillos. Realice este
movimiento de forma natural y relajada, de
manera que libere cualquier rigidez localizada en
las piernas.
3. Separe aún más los pies, mientras continúa sujetando los tobillos del sujeto. Luego, comience
a balancear el tronco de lado a lado. No utilice los brazos sino la cadera para controlar el
movimiento. Acompañe el movimiento con sus brazos y con las piernas del sujeto, de tal
manera que comience a balancearlas de lado a lado enérgicamente. Trate de no mover el tronco
del sujeto. El movimiento debe comenzar en la cadera.
Después, vuelva a juntar sus piernas y coloque las plantas de los pies del sujeto sobre sus
rodillas. A continuación, camine hacia delante guiando con las manos las rodillas hacia el
pecho. Prepárese para efectuar el estiramiento...
48
Estiramientos y rotaciones de cadera y fricción de piernas .
Las dos primeras posiciones (primer paso y segundo paso) son relativamente sencillas, aunque
debe tener cuidado con las personas de edad o menos flexibles. Simplemente, realice
movimientos más pequeños y más suaves y evite inclinarse hacia delante con demasiado peso.
En la última posición (tercer paso), no debe realizarse un estiramiento excesivo. Debe guiarlo
con suavidad hasta el punto máximo de estiramiento y, como en todos los estiramientos, éste se
mantendrá durante unos segundos.
Beneficios
Estas secuencias contribuyen a mejorar la flexibilidad de las articulaciones de la cadera, la pelvis

y la parte inferior de la espalda. Esta zona se considera el centro vital desde el cual la energía se
dirige hacia fuera en todas las direcciones y hacia las cuatro extremidades. Por tanto, es esencial
para la salud mantener la fuerza y la flexibilidad en este punto mediante movimientos como los
mencionados.
1. Después del balanceo lateral con ambas

piernas, junte los pies del sujeto y los suyos y
coloque las plantas de los pies sobre sus
rodillas. A continuación, camine hacia
delante, guiando con las manos las rodillas
hacia el pecho. Inclínese hacia delante y hacia
abajo en dirección al pecho, presionando las
rodillas con las palmas y empujando las
plantas de los pies con las rodillas hasta
alcanzar su punto natural de estiramiento.
Mantenga esta posición durante unos
segundos.
2. Separe las rodillas del sujeto de su pecho

y colóquelas verticalmente. En esa posición,
sujételas entre las rodillas. Con las palmas de
las manos sobre las rodillas, comience a
realizar movimientos rotatorios amplios utili-
zando la pelvis y las rodillas. Rote las rodillas
y la pelvis en ambas direcciones, aumentando
el tamaño de los círculos todo lo que sea
posible. Utilice todo su cuerpo, no se limite a
las rodillas.
49
3. De un paso hacia el lado con el pie derecho,

manteniendo las rodillas del sujeto verticales con la
mano derecha. Luego, inclínese hacia delante y
coloque la palma de la mano izquierda delante del
hombro derecho. Flexionando las rodillas y
manteniendo el peso del cuerpo bajo, inclínese
gradualmente hacia la derecha del sujeto, y con la
mano derecha empuje con suavidad sus rodillas
hacia la izquierda hasta que toquen el suelo.
Mantenga la misma presión en ambas manos.
Obviamente, si el sujeto alcanza su máximo grado
de estiramiento antes de que las
rodillas toquen el suelo, no fuerce el movimiento.
Repita el estiramiento hacia el otro lado.
4. Coja ahora los tobillos del sujeto, muévase hacia atrás y deje las piernas descansando en el
suelo. Colóquese a su lado, inclínese hacia delante y hacia abajo y friccione las piernas
enérgicamente desde la cadera hasta los dedos de los pies. Repita este movimiento varias veces.
Después de completar el trabajo en las piernas, avance hasta la altura de los hombros y, de
rodillas, lleve el brazo del sujeto hacia un lado, con las palmas hacia arriba. Dispóngase a
presionar los brazos...
Presión de brazos
El aspecto más importante de esta secuencia es la colocación de la mano de apoyo. Como ocurre
con la articulación de la rodilla, la articulación del codo no resiste bien la presión; asimismo, debe
evitar que el peso del cuerpo descanse directamente sobre ella.
Beneficios
El shiatsu mantiene el flujo adecuado de energía en los meridianos de los brazos, con lo que se
evitan los calambres, entumecimiento, dolores y rigidez; por su parte, los estiramientos y las
rotaciones contribuyen a mejorar y mantener la flexibilidad de las articulaciones. Naturalmente,
esto tiene un efecto de rebote y ayuda también a mantener los hombros más relajados. Estas
secuencias benefician en especial los tres meridianos yin del brazo (el del pulmón, el del corazón
y el constrictor de los vasos del corazón), que afectan a la circulación de la energía y de la
sangre.
50
1. Lleve el brazo del sujeto hacia el lado, con la

palma hacia arriba. Incorpórese de rodillas y coloque la
palma de la mano derecha delante de su hombro
derecho en la parte superior del pecho. Presione el
brazo desde los hombros hasta los dedos, transfiriendo
el peso del cuerpo de un lado a otro en la forma habitual.
2. Coloque la mano izquierda como apoyo justo

debajo de la articulación del codo. Acomode el
antebrazo para ejercer presión en la parte superior
del brazo desde la axila hasta el codo. Trabaje a lo
largo de las tres líneas, una cada vez, siguiendo los
meridianos del pulmón, del constrictor de los vasos
del corazón y del corazón.
3. Ahora coloque la mano derecha como apoyo justo por encima de la articulación del codo.
Apoyando el peso del cuerpo en este punto, acomode el antebrazo izquierdo para ejercer
presión en su antebrazo desde el codo hasta la muñeca. Trabaje a lo largo de las tres líneas.
Por último, coja la muñeca derecha del sujeto con la mano izquierda, coloque la mano de
apoyo (derecha) en la articulación del hombro y dé un paso hacia delante con el pie
izquierdo. Está a punto para realizar las rotaciones de brazos...
Rotaciones, estiramientos y sacudida de brazos

Es importante que la articulación del hombro tenga un buen apoyo durante la rotación para
mantener el estiramiento durante el movimiento.
Igualmente importante es el uso del peso del cuerpo para dirigir y controlar el movimiento del
brazo del sujeto (éste nunca debe hacer fuerza). La rotación del brazo es similar a una brazada de
espaldas en natación.
B eneficios
La flexibilidad de la articulación del hombro es esencial para el adecuado flujo de energía que
sube hacia el cuello y la cabeza y baja por los brazos. Mantener la flexibilidad en la articulación
del hombro así como estimular el flujo de energía en los meridianos del brazo, en especial en los
tres meridianos yang del brazo que suben hacia la cabeza (el del intestino grueso, el del intestino
delgado y el del triple calentador), contribuirá a aliviar dolores de cabeza, rigidez en el cuello y
en los hombros, artritis y neuralgia en los brazos, entumecimiento y hormigueo en los dedos de
las manos, mala circulación y calambres.
51
1. Después de presionar el brazo desde el hombro hasta la palma de la mano, coja la muñeca
derecha con la mano izquierda y coloque la derecha en la articulación del hombro como apoyo.
En el mismo movimiento, dé un paso hacia delante con el pie izquierdo y lleve el brazo hacia
arriba contra el pecho, estirándolo.
2. A continuación, lleve el brazo de paciente al piso de

tal modo que el codo quede cerca de la oreja, en este punto
lleve su cuerpo hacia delante para lograr un estiramiento
en la articulación del hombro.
3. Coja los dedos de la mano derecha del sujeto con la

mano izquierda y coloque el pulgar de la mano derecha
debajo de la axila, envolviendo con los otros dedos la parte
anterior del hombro. Dé un paso hacia el lado y coloque la
rodilla izquierda en la cara interna del codo izquierdo, e
inclínese en sentido contrario al sujeto. Sosteniendo su
hombro con la mano derecha, estire y sacuda el brazo con
energía hacia un lado.
Por último, retire la mano de apoyo (derecha), pero

continúe sujetando la muñeca con la mano izquierda.
Póngase de pie a la altura del hombro y coloque un pie en la
parte superior del brazo como apoyo. Prepárese para
trabajar las palmas, los dedos y la muñeca...
52
Estiramiento y manipulación de palmas, dedos y muñecas
Existen diferentes métodos para trabajar las manos. Uno de ellos consiste simplemente en
colocarlas sobre la rodilla y trabajarlas en posición sentada o de rodillas, el otro es trabajar de pie.
Beneficios
Como ya he señalado, seis de los doce meridianos del cuerpo comienzan o terminan en los dedos
de la mano, por lo que hay una gran actividad energética en esta zona.
La flexibilidad en las manos y en los dedos estimula el flujo saludable de ki y de sangre a través
de los meridianos, lo que contribuye a evitar la rigidez, el dolor y la mala circulación.
1. Después de estirar y sacudir los brazos. Sujete la muñeca derecha con ambas manos y
flexione el brazo a la altura del codo. Luego, coja la muñeca con ambas manos, dóblela de tal
manera que la palma mire hacia el suelo y lleve el peso del cuerpo suavemente hacia abajo para
estirar la muñeca.
2. Deje de estirar y flexione la muñeca hacia atrás en sentido contrario, con la palma mirando
hacia arriba.
3. Suelte la palma, coja de nuevo la muñeca con ambas manos y

rótela en ambas direcciones, utilizando todo el peso del cuerpo en el
movimiento.
4. Ahora, sostenga su muñeca con la mano izquierda, y con los dedos

índice y medio de la derecha presione y estire cada dedo. No utilice la
fuerza del brazo cuando estire: eleve suavemente el peso del cuerpo para
lograr el estiramiento. Es posible que los dedos «truenen», pero no trate
de que esto ocurra de forma deliberada.
Después, sacuda el brazo y vuelva a colocarlo en el suelo. Manteniendo el contacto con una
mano, colóquese (pasando por encima de los pies o rodeándolos) al otro lado del sujeto. En la
nueva posición, repita todos los pasos anteriores cambiando de brazo. Cuando haya terminado,
póngase de rodillas detrás de la cabeza, ahueque las manos y colóquelas en su cuello. Está a
punto para estirar la columna...
53
Estiramiento de la columna
El cuello es una de las zonas más delicadas para manipular, por lo que no debe realizarse ningún
movimiento brusco. El estiramiento de la columna se logra a través de una combinación de apoyo
firme con ambas palmas en la base del cráneo y un movimiento de inclinación hacia atrás con el
resto del cuerpo. Una vez más, los brazos están estirados y actúan sólo como palancas: no haga
fuerza alguna para estirar el cuello hacia usted.
La distancia a la que debe sentarse dependerá del largo de sus brazos, por lo que deberá
acomodarse de tal manera que no se acalambre ni estire demasiado.
Beneficios
Este movimiento es una forma de tracción simple que alivia el dolor causado por la compresión
de la columna debido al desplazamiento o deformación de las vértebras. Puede liberar nervios
atrapados y aliviar el dolor asociado con ello, así como espasmos musculares y dolores de
espalda y cuello.
En la medicina oriental contribuye a restaurar el flujo adecuado de energía en el meridiano del
vaso gobernador (un meridiano adicional), que está íntimamente relacionado con el cerebro y el
sistema nervioso central.

fotografía, coja el cuello del sujeto con las
manos ahuecadas (el canto del dedo meñique
debe amoldarse a la zona del hueso occipital). A
continuación, estire los brazos y lleve el peso
del cuerpo hacia atrás, realizando un suave
estiramiento que el sujeto percibe a lo largo de la
columna hacia abajo.
Repita el estiramiento varias veces. Asimismo, en
esta posición puede aplicar un masaje suave en la
parte posterior del cuello con los dedos.
Finalmente, suelte el cuello, gírelo suavemente

hacia un lado y coja la parte inferior del cuello
con la palma de la mano ahuecada. Dispóngase
a presionar con el pulgar de la otra mano la
parte superior...
54
Presión y estiramiento del cuello

En la sección dedicada al masaje en posición sentada, presionábamos y estirábamos el lado y la parte
posterior del cuello. En esta nueva posición, trabajará la parte anterior del cuello. En posición
sentada, trabajábamos músculos grandes y fuertes; ahora, trabajará directamente la zona del cartílago
que forma la tráquea. Esta zona es muy delicada, por lo que debe presionar suavemente. Recuerde
que cuando la cabeza del sujeto está girada hacia un lado, la tráquea no se mueve con ella, ¡y lo que
puede parecer el lado del cuello es en realidad el centro! Al principio, presione suavemente, hasta
que pueda reconocer la zona por el tacto. Es obvio que los huesos y los cartílagos se perciben de
manera muy distinta que los músculos. Al girar la cabeza, coloque una mano en cada lado del
cuello para brindarle el máximo apoyo. A muchas personas les puede resultar muy difícil «dejarse
llevar». Durante el estiramiento del cuello, muchas personas tensan los músculos y tratan de
levantar la cabeza en su afán por ayudar. Es esencial que logre distender completamente el cuello
antes de intentar realizar este movimiento.
Beneficios
Las secuencias del lado y de la parte posterior del cuello que se ilustraban en aquella oportunidad se
indican para tratar casos de rigidez, vértigo, dolores de cabeza, zumbidos en los oídos,
insomnio, ojos irritados y resaca. La presión ejercida en la parte anterior del cuello es efectiva
porque afecta a la presión arterial y alivia dolores cardíacos, insomnio, dolores de cabeza y de
dientes. Afecta a la función tiroidea, y en la medicina oriental estimula los meridianos del pulmón y
del estómago. Sin embargo, debido a la abundancia de flujo energético en los muchos meridianos
que atraviesan una zona tan pequeña, es común que el ki se estanque o bloquee, lo que puede
causar rigidez en los músculos del cuello y, por tanto, dolor.

fotografía, gire la cabeza del sujeto con
suavidad y confianza hacia un lado hasta
que alcance su punto natural de estira-
miento. Sujete la parte inferior de la ca-
beza con la mano derecha ahuecada y
coloque la izquierda en la cara superior
del cuello, con los dedos apoyados con
firmeza en la parte posterior, y el pulgar
frente al músculo grande que cruza la
parte anterior del cuello. A continuación,
inclinándose, ejerza una ligera presión,
distribuyendo el peso del cuerpo de for-
ma igual sobre el pulgar y los otros dedos
a lo largo de las tres líneas que se
muestran en el diagrama. Repita este
paso en el otro lado.
55
2. Vuelva la cabeza del sujeto a la posición inicial y balancéela suavemente de un lado a otro con
las manos para comprobar que el cuello esté suelto y relajado. Luego, inclínese hacia delante y
hacia abajo y coloque el antebrazo izquierdo por debajo de la parte posterior del cuello. Lleve la
mano izquierda hacia arriba y crúcela para apoyarla en la parte delantera del hombro derecho.
Luego, lleve el antebrazo derecho por debajo del antebrazo izquierdo en la dirección opuesta de tal
manera que los brazos queden cruzados, y lleve la mano derecha hacia arriba para apoyarla en la
parte delantera del hombro izquierdo.
3. Asegúrese de que la palma que se apoya sobre la parte

delantera de los hombros esté firme y que la parte posterior
de la cabeza se apoye suave pero firmemente sobre los
antebrazos cruzados. Después, incorpórese de rodillas,
llevando el peso del cuerpo hacia arriba sobre el sujeto en
dirección a los pies. De esta manera, levantará su cabeza y
estirará la parte posterior del cuello. Este estiramiento se
podrá controlar regulando el movimiento del cuerpo del pa-
ciente. No estire en exceso, y asegúrese de que el movimiento
sea estable y que la barbilla se mueva directamente hacia el
pecho. Si le resulta más cómodo, trate de hacer el mismo
movimiento cruzando los brazos en la otra dirección.
Después, vuelva a colocar la cabeza en el suelo y prepárese para aplicar shiatsu en la cara....
La cara y la cabeza
Al igual que el trabajo en las manos y los pies, tienen un gran efecto sobre el cuerpo en general. En
la cara se suele acumular gran parte de la tensión general del cuerpo, por lo que necesitará más tiempo
para relajarse que la mayoría de los otros grupos musculares. Asimismo, a menudo la tensión en la
cara se reduce relajando primero el resto del cuerpo.
Técnicamente, el shiatsu facial es una mezcla de presión y toques similares a los de un masaje
Algunas zonas, como los ojos, los dientes y las orejas, son sumamente sensibles.
Beneficios
El masaje shiatsu en la cara y en la cabeza estimula los meridianos de la vejiga, el triple

calentador, la vesícula biliar, el estómago y los intestinos delgado y grueso (es decir, los seis
meridianos yang del cuerpo), y puede aliviar sinusitis, visión borrosa, dolor de dientes, parálisis
facial, dolor de cabeza y tics faciales, así como también mejorar el tono muscular de la cara.
1. En la posición que se observa en la fotografía, coloque las

palmas a ambos lados de la cabeza y presione ligeramente como
si quisiera juntarlas, sincronizando su respiración con la del
sujeto. Mantenga esta posición durante unos momentos, y per-
mita que el sujeto y usted mismo se relajen totalmente.
56
2. Presione con el
pulgar por todas las
líneas que se muestran
en el diagrama,
comenzando por la
frente y hacia abajo
hasta la barbilla. Utilice
ambos pulgares y cambie
la posición de los dedos
de apoyo en función de
la zona que trabaje. Por
ejemplo, los dedos de
apoyo están a los lados de la cabeza cuando se ejerce presión sobre la frente y alrededor de
las cavidades orbitales, y envuelven los maxilares cuando se ejerce presión en los maxilares
superior e inferior.
3. Ahora coja las orejas entre las palmas y dedos y,

apretándolas ligeramente, inclínese hacia abajo para
estirarlas. Puede hacer lo mismo con los lóbulos de las
orejas.
4. Por último, coloque ambas manos en la parte superior de la cabeza, envolviendo con los
dedos los lados de ésta por encima de las orejas y cruzando los pulgares sobre un punto en el
ápice de la cabeza sobre la línea media. Este punto suele estar muy cerca de la coronilla. A
continuación, inclínese hacia dentro y presione firmemente con los pulgares en este punto durante
unos instantes, y abandone la presión gradualmente de tal manera que parezca que los dedos están
«flotando».
Después, inclínese hacia delante y coloque las palmas delante de los hombros. Ya está a punto
para trabajar la zona del pecho...
El pecho
La presión debe ser firme pero no opresiva, y los movimientos deben sincronizarse con la
respiración del sujeto, presionando cuando espira y dejando de hacerlo cuando inspira.
Naturalmente, la presión se ejerce entre las costillas y no sobre ellas.
Si aplica shiatsu a una mujer, tenga cuidado de no alterar el ángulo de los dedos de apoyo para
evitar cualquier presión directa sobre los senos.
57
Beneficios
En la medicina oriental, los pulmones están asociados emocionalmente con la comunicación y la

expresión, y el corazón con la alegría, el humor y el estar radiante. El masaje shiatsu en el pecho
suele desencadenar una fuerte liberación emocional. Por ello, debe estar al tanto de esto cuando
trate a este tipo de personas. Físicamente, por supuesto, el shiatsu beneficia el funcionamiento del
corazón y de los pulmones: de esta manera, alivia los dolores cardíacos, los dolores en las costillas,
el asma y otros trastornos respiratorios. También mejora la lactancia en mujeres que están
amamantando.
1. En la posición que se observa

en la fotografía, inclínese hacia
delante y coloque las palmas en la
parte superior del pecho. Con los
dedos hacia dentro en dirección al
esternón, inclínese hacia delante y
presione de forma equilibrada la
parte superior del pecho.
2. Coloque los pulgares en el primer espacio

intercostal de la parte superior del pecho, a ambos
lados del esternón. Luego, manteniendo un buen
apoyo con los otros dedos, presione con los pulgares
de forma horizontal a lo largo de cada espacio
intercostal desde el centro del pecho hacia fuera. Siga
las líneas del diagrama.
3. Después, ponga un pulgar encima del otro, colóquelos en la parte superior del esternón (los
otros dedos miran hacia el abdomen) y presione hacia abajo por el esternón, incorporándose de
rodillas a medida que avanza para mantener la presión perpendicular. Deje de presionar cuando
llegue al extremo inferior del hueso, que es muy frágil y sensible.
Después de trabajar la zona del pecho, incorpórese de rodillas y coloque ambas palmas sobre
los hombros. Prepárese para bajar «caminando» por los brazos...
58
«Caminar» por los brazos, estiramiento y sacudida
Para «caminar» con las palmas, lleve los brazos del sujeto hacia arriba, vigilando de no sofocarlo
al inclinarse sobre él con su cuerpo. Para estirar el brazo, utilice sólo el peso (para ello, llévelo
hacia atrás), de forma parecida al estiramiento de piernas en decúbito supino. Los brazos se
sacudirán con un balanceo lateral suave, primero hacia la izquierda y luego hacia la derecha, con
los brazos estirados: de esta manera, el movimiento del cuerpo levanta del suelo los hombros del
sujeto alternativamente. Estas secuencias deben realizarse con fluidez, y completan la relajación
y la apertura final del pecho y de los hombros antes de finalizar el tratamiento.
Beneficios
Esta secuencia trabaja principalmente los tres meridianos yin del brazo (el del pulmón, el
constrictor de los vasos cardíacos y el del corazón). Estos meridianos tienen la función de hacer
circular el ki y la sangre a través del cuerpo, y todos se originan en la parte superior del pecho,
que se estira y se abre con energía durante las secuencias. Esto mejorará la respiración y la
circulación y aliviará cualquier sensación de opresión en el pecho
1. Después de trabajar la zona del pecho, incorpórese de rodillas y coloque las palmas delante de
sus hombros. A continuación, «camine» hacia abajo presionando la cara interior de los brazos
hasta las palmas. Inclínese hacia delante a medida que avanza.
2. Cuando llegue a las palmas, coja las muñecas e, inclinándose hacia atrás, siéntese sobre los
talones: de esta manera, llevará los brazos por encima de la cabeza hasta apoyarlos en los muslos.
Desde esta posición, inclínese directamente hacia atrás para estirar o, doblando los dedos de los
pies para crear el apoyo, lleve las rodillas hacia arriba e inclínese hacia atrás, de tal manera que los
antebrazos descansen sobre las rodillas. En cualquier caso, el sujeto debe sentir un estiramiento
de apertura de brazos y pecho.
3. Utilice el «peso muerto» del sujeto cuando se inclina hacia atrás y hacia arriba para equilibrarse,
y vaya poniéndose de pie en un movimiento fluido, formando un arco. Coloque los pies a ambos
lados de la cabeza para quedar de pie directamente encima de ésta.
59
4. A medida que se pone de pie, deslice las manos

desde las muñecas hasta las palmas, hasta juntarlas con
las suyas. Luego, comience a balancear el peso del
cuerpo de lado a lado, manteniendo los brazos estirados,
y levante suavemente del suelo sus hombros alternati-
vamente.
Vuelva a colocarse en el lado derecho del sujeto y, sin

dejar de sujetar la mano derecha de éste, arrodíllese paralela
a él con una mano sobre el hara
El hara
Al final del tratamiento, el sujeto debe estar completamente relajado. Este suele ser el momento
más adecuado para trabajar esta zona con buena receptividad.
En esta zona, la presión debe ser especialmente suave y delicada (deben evitarse los
movimientos repentinos o bruscos). Sincronice su respiración con la del sujeto, presionando
cuando él espira y dejando de presionar cuando inspira.
Beneficios
Los beneficios del masaje shiatsu en el hará son generales, ya que todos los meridianos pasan por
esta zona y los órganos principales están localizados aquí; por ello, éste es el centro vital de nuestro
ser físico y emocional. Estimular esta zona de forma directa producirá efectos sobre todos los
sistemas del cuerpo, pero, en especial, aliviará trastornos tales como calambres, mala digestión,
pérdida del apetito, indigestión y estreñimiento. Asimismo, regula la menstruación y controla los
dolores y espasmos menstruales. También regula la micción y contribuye a aliviar los problemas
renales.
El masaje shiatsu en esta zona contribuirá a equilibrar y restaurar los niveles de energía generales,
especialmente la energía, el deseo y la potencia sexual.
1. Coloque la palma derecha en el abdomen del paciente y sincronícese con el ritmo de la

respiración. Después de unos instantes, presione con los dedos las zonas del abdomen, intentando
captar si alguna está blanda o débil. En estas zonas, coloque un pulgar encima del otro y,
apoyando los otros dedos a ambos lados, incline el cuerpo hacia dentro y comience a ejercer presión
en estos puntos. Deje de presionar cada vez que el sujeto inspira, de tal manera que parezca que las
manos están «flotando».
60
2. Vuelva a colocar la palma de la mano derecha sobre el abdomen y déjela descansar allí
unos instantes. Retírela como hizo con los pulgares, a medida que el sujeto inspira, de manera
que la palma se eleve gradualmente del cuerpo.
Finalmente, cubra al sujeto con un manta y déjelo descansar durante unos quince minutos. No lo
deje solo en Ia habitación si está dormido, ya que puede sentirse desorientado al despenarse, por lo
que es conveniente que esté a su lado para darle confianza. Aconséjele que no realice ninguna
actividad intensa hasta aproximadamente dos horas después del tratamiento (tampoco debe tomar
un baño de vapor). Asimismo, aconséjele que duerma bien ya que al despertarse notará una
sensación de renovada energía. ¡E invítelo a volver!
61

Shiatsu

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Masaje Shiatsu Spa Grupo Pueblo Bonito

El término shiatsu comprende una serie de diferentes técnicas de manipulación, derivadas de

La medicina y el pensamiento oriental

L a s cin co tra n sfo rm a cio n es

/. Pulmón: comienza en el pecho, delante del

Técnicas del Shiatsu

En el shiatsu, se intenta que la persona se sienta completamente apoyada por nuestros

2. Concéntrese en aprender correctamente las técnicas antes de intentar combinar estos

5. Al concentrarse en la técnica, trate de no perder el sentido general del trabajo. Recuerde

La persona que recibe el masaje

El shiatsu es un proceso recíproco y se basa en cierta medida en la capacidad de respuesta tanto de

Momento y frecuencia del tratamiento

Masaje en posición sentada

Se puede trabajar el tronco en general mediante estiramientos de apertura de pecho y brazos

1. Inclínese ligeramente hacia

Presión en el cuello y en la zona occipital

1. Comience por el lado izquierdo del cuello (que

2. Dé un paso hacia delante con el pie derecho, apoye

El shiatsu. a pesar de concentrarse en la aplicación de presión estática, también incluye elementos

Distienden y relajan el cuello y eliminan la tensión localizada en los músculos y meridianos.

1. En la posición inicial, deslice la mano izquierda hacia el

2. De nuevo en la posición inicial, abra el puño derecho

Luego estire la mano izquierda y coja el brazo izquierdo

Estos estiramientos pueden mejorar eficazmente la flexibilidad del tronco. En términos de

1. Sosteniendo la espalda del paciente con la

2. Eleve el brazo hasta rozar la cabeza del paciente. Luego,

Inclínese hacia delante y hacia abajo y coloque las palmas sobre

Presión ascendente y descendente en los hombros

1. De pie, sostenga la espalda del paciente con la parte

2. En la misma posición, presione suavemente la parte

3. Cuando llegue al borde externo de los hombros

2. Inclínese hacia delante, coja de forma suave pero firme

3. Manteniendo las muñecas del paciente firmemente

Masaje en decubito prono

Cuando el paciente esté completamente relajado, gire hasta quedar perpendicular a él y

1. En la posición que señala la fotografía, inclínese

2. Deje de estirar, al tiempo que vuelve a la

4. Deje de estirar. Coloque las manos en el centro de la columna: la mano izquierda en el

Presión con las palmas en la columna

Parte media de la espalda

En cualquier tratamiento de shiatsu es fundamental incluir el trabajo con la espalda. Relaja y

1. Lleve la palma de la mano que está encima (izquierda)

2. Después de presionar dos veces a lo largo de la

Hombros, parte superior de la espalda y brazos

2. Después de ejercer presión uniforme en los hombros

3. Incorpórese ligeramente, coloque las palmas encima de los

4. Cuando llegue a las manos, baje los brazos del

5. Después de presionar a lo largo de las líneas de la

Los pasos del segundo al quinto se pueden realizar

Presión con las palmas en la espalda

1. Después de «caminar» por última vez por los brazos

2. Después de presionar con las palmas la espalda,

Parte inferior de la espalda

En la región del sacro se localizan una serie de dolores y síntomas,

2. Inclinándose hacia delante, presione a lo largo de las líneas de la

1. Inclínese hacia la derecha sobre el sujeto y

3. Coja el pie izquierdo del paciente con la

1. Coloque la mano izquierda sobre el

Pantorrillas, tobillos y pies

1. En la posición que se observa en la

2. Después, coloque la palma derecha

Rotaciones y estiramientos (Pies, tobillos y piernas)

1. En la posición que se observa en la fotografía,