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MANEJO DEL CONFLICTO

En primer lugar, comprende que sus pensamientos son en “blanco o


negro”. Es decir, no contemplan la amplia gama de pensamientos
razonados que se encuentran entre ambos extremos; se pierden en la
intensidad del blanco o del negro. Incapaces en ciertos momentos, de
ver más allá que el dolor o el drama que sienten, lo dan por totalmente
cierto y lo convierten en una verdad aplastante de la que no pueden
escapar.
Para ayudarle, debes entender en primer lugar, que tu obligación
fundamental es cuidar de ti mismo y no dejarte arrastrar por sus
emociones. Debes saber que NO ES TU RESPONSABILIDAD en ningún
caso, que tu pareja o familiar esté pasando por esto. De modo que si
quieres ayudarle, no puedes culparte, responsabilizarte, ni autoexigirte
ningún resultado.

No obstante, dentro de tus posibilidades y de las posibilidades de la


situación, puedes ayudar a tu familiar a recuperar el equilibro cuando se
encuentre en mitad de una crisis, siguiendo algunas pautas.

1.) Ayúdalo a respirar. Practicad juntos respiración diafragmática o


aléntalo a que lo haga sólo. Puede servir alguna otra técnica de
relajación que aprenderá en el transcurso de su terapia. Ten en
cuenta que si su respiración está agitada y sus músculos tensos,
difícilmente podrá recuperar la calma.
2.) Ayúdale a identificar lo que siente, sin tener prisa porque deje de
sentirlo. Simplemente reconoced la emoción como algo normal,
que está ahí y que puede ser desagradable, pero que no es más
que una emoción al fin y al cabo. Las habilidades de conciencia de
observación y descripción a las emociones son una potente
herramienta que ayudará a tu familiar a cobrar perspectiva de lo
que le está sucediendo. Si lo ves desbordado, fuera de sí,
encendido o totalmente descontrolado, pregúntale lo que está
sintiendo y no te dejes contagiar por sus emociones. Actúa con
calma (esto es lo más importante), y pregúntale lo que está
sintiendo.

Aceptar las emociones, significa aceptar el sufrimiento, lo cual


hace que pueda enfrentarlo sin huir de ellas, de otras formas
perjudiciales, como la ira, la impulsividad, o la autolesión.

3.) Ayúdale a reducir la vulnerabilidad negativa. Se trata de prevenir


los estados emocionales negativos reduciendo la probabilidad de
estar demasiado sensible a nivel emocional. Por ejemplo, cuando
el familiar está cansado, cuando ha bebido, cuando está enfermo,
cuando está estresado, cuando está menstruando, (si es una
mujer).

Si hay situaciones donde es frecuente que esté tenso, mejor evitar


estas situaciones y enseñarle a prevenirlas o a afrontarlas para
que no le desestabilicen.

4.) Ayúdale a incrementar las emociones positivas, ya que con ello,


se reducirá notablemente su sensibilidad emocional negativa. Por
ejemplo, puedes felicitarle por sus avances en terapia,
proporcionarle espacios de atención y de interés en los que se
sienta más seguro y orgulloso por sus progresos.

5.) Reducir el sufriente emocional: dejando pasar las emociones


dolorosas y siendo conscientes de ellas, en vez de luchar o
escaparse de ellas.

Aprender a dejar Dejar ir es una habilidad difícil de dominar. Es


muy frecuente y fácil estar completamente envuelto en cómo se
siente uno con respecto a una situación. Como seres humanos,
tendemos a quedarnos estancados cuando intentamos salirnos de
los ciclos emocionales negativos. En lugar de dejarlo ir,
terminamos aferrándonos a las situaciones, como si las
apretáramos con un agarre mortal. Sin embargo, aceptar la
emoción por muy dolorosa que sea, hace que podamos
enfrentarla con más determinación y confianza. Después de esto,
vemos la situación con más coraje porque sabemos que podemos
enfrentarnos al monstruo que es mejor conocido como
negatividad emocional y enfrentarlo.
6.) Estate atento a los indicadores de estrés. Si lo ves agitado, o
nervioso, puede ser preludio de un enfrentamiento, por lo que
puedes ayudarle a concentrarse en relajar su tensión física. Tiene
que quedar claro que el autocuidado de tu familiar es uno de los
objetivos y es importante insistir en esto, ya que tiene dificultades
para cuidar de sí mismo y espera que sean los demás quienes les
saquen de su malestar y lo resuelvan mediante su ayuda o su
atención. Instarle a hacerse cargo de su tensión física, relajando
sus músculos y haciendo una respiración adecuada, es una buena
forma de educarle en la autorregulación emocional.

7.) Ante la tristeza:

es recomendable hacer cosas distintas, activarse, innovar en


pequeños detalles, o cambiar radicalmente la planificación de
algo, puede aliviar al familiar y hacerle sentir más competente y
confiado.

8.) Ante la ansiedad o la frustración:

es común dentro del trastorno, enfadarse desproporcionalmente


ante las contingencias o los contratiempos. Si crees que tu
familiar está frustrado o contrariado, es muy probable que esté
decidido a actuar de alguna forma, ya que se ven impelidos con
mucha fuerza a tomar acción cuando están invadidos por la
emoción. Enséñale entonces que ese no es momento para decidir
nada y anímale a dejar que la emoción pase. La mejor manera de
sacarse una emoción negativa, es dejar que esté ahí el tiempo que
sea necesario y después, dejarla pasar.

Ejemplos:

“Está bien lo que sientes, pero no tienes que hacer nada ahora”.

“Entiendo que te sientas así, debe ser desagradable para ti, pero
pasará y entonces será el momento correcto para decidir” .
“Es natural estar enojado. Está bien. Esto también pasará" . “Sé
que te sientes mal, pero respirar mal te hará sentir peor, vamos a
tomarnos unos minutos para respirar mientras la emoción pasa”.

9.) Lo mejor es comenzar el ejercicio de la respiración en episodios


leves e ir trasladándole a episodios más severos o explosivos. (Si
lo haces en un momento de desbordamiento es probable que
arremeta contra ti. Por tanto, si la intensidad es elevada, actúa con
calma, deja que exprese su frustración prestándole atención y
después ayúdale a “dejar ir”).

10.) Tu familiar tiene que ir aprendiendo a hacer pausas cuando


se sienta molesto y a tomar conciencia de su respiración y sus
emociones. Una vez automatice esta conducta, dejará de estar
secuestrado por sus propias emociones y las gestionará con
eficacia.

POR ÚLTIMO, RECUERDA ESTA CONSIGNA: Observar las emociones


sin juzgar, sin tomar decisiones, sin involucrarse en ellas. En lugar de
rechazar, huir o combatir lo que se siente, debemos acogerlo como
parte de nuestra humanidad.

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