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Etimología[editar]

Los perritos de las praderas reciben su denominación por su hábitat y por su grito de alarma,
parecido al ladrido canino. Según el Online Etymology Dictionary la palabra se empleó como
muy pronto en el año 1774.1 Los informes de la expedición de Lewis y Clark indican que
ambos llegaron en septiembre de 1804 a una población animal llamada por los franceses
«perritos de las praderas».2
El nombre científico Cynomys» significa en griego 'perro roedor', motivado por el género de los
roedores así como de los ladridos que emiten durante las luchas jerárquicas.

Tipología[editar]
Se conocen cinco especies del género biológico de los perritos de las praderas :

 El de cola negra ('Cynomys ludovicianus), que puebla un territorio


desde Saskatchewan, pasando por el centro de los EEUU hasta Chihuahua
 El mexicano (Cynomys mexicanus), de Nuevo León, Coahuila, San Luis
Potosí, Sonora y Zacatecas
 El de cola blanca (Cynomys leucurus), de Wyoming, Colorado
 El de Gunnison (Cynomys gunnisoni), Utah, Colorado, Arizona, Nuevo México
 El de Utah (Cynomys parvidens), Utah
Las primeras de estas clases se resumen en el subgénero de los Cynomys, los tres últimos,
en el de los Leucocrossuromys.

Características[editar]
El cuerpo tosco, las cortas piernas y el rabo le proporcionan al perrito de las praderas una
apariencia lejana a la de las marmotas. Tienen una circunferencia craneal de entre 30 y 35 cm
y un peso de entre 800 y 1 400 g. Los machos son en promedio algo mayores y un 10% más
pesados que las hembras.
La piel está pigmentada en un tono marrón grisáceo, algo más oscuro por arriba. Los perritos
de cola negra y los mexicanos tienen una cola de punta negra. Mientras que los de cola
blanca, los Gunnison y los de Utah la tienen de color blanco. Por lo demás son las especies
difícilmente distinguibles entre sí. El tamaño de las muelas y la forma de las vocalizaciones
son de las pocas características distintivas.

Modo de vida[editar]
Perrito de las praderas, Zoolino Zürich

Dos perritos de las praderas

Un perrito de la pradera en Faunia (Madrid).


Perrito de las praderas de cola negra

Perrito de las praderas de cola negra

Perrito de las praderas en el Tierpark Hagenbeck

Perrito de las praderas con una nuez en el Tiergarten Heidelberg


Los perritos de las praderas habitan las praderas norteamericanas. El ecosistema debe
ofrecer suelos secos así como hierba corta o mediana.
Como animales diurnos pernoctan en las cuevas que cavan. Los túneles son entre 10 y 15 cm
de ancho y 300 m de longitud máxima. Conducen a los nidos, de unos 40 cm de extensión,
forradas de hierba, y excavadas a entre 1 y 5 m de profundidad. La tierra extraída se acumula
a la entrada, para prevenir posibles inundaciones. La madriguera tiene como mucho una o dos
entradas, sólo en casos raros hasta seis.
El perrito de las praderas de cola blanca hiberna durante seis meses. En cambio el de cola
negra permanece activo durante todo el año y sale incluso durante las ventiscas. Se alimentan
de plantas, principalmente hierba. Mantienen las plantas circundantes siempre cortas para
mejorar la visibilidad.

Vida en colonias[editar]
Cuatro de las cinco especies de perritos de praderas habitan en colonias de organización
social compleja. Una excepción es el de cola blanca, cuyas colonias se asemejan a las de
muchas ardillas. Son más pequeñas y menos organizadas. En una madriguera habitan
normalmente sólo una hembra con su prole; los demás miembros de la colonia tienen sus
propias construcciones. Los lazos sociales entre los habitantes son escasos.
Los siguientes datos describen la vida social de los perritos de pradera de cola negra. Aunque
muchos son también aplicables a los mexicanos, los Gunnison y los de Utah, estas especies
han sido menos estudiadas, pero también crean colonias de complejidad similar, si acaso de
menor tamaño.
Las colonias de los perritos de pradera de cola negra se dividen por unidades familiares. Cada
una compuesta normalmente de un macho adulto, tres o cuatro hembras y gran cantidad de
jóvenes de ambos sexos. Puede alcanzar hasta 26 individuos. En algunos casos puede una
unidad estar compuesta por más de un macho. Parejas de hermanos, en la mayoría de los
casos.
Las hembras nacidas en una unidad, permanecen en ella, por lo que todas las hembras de un
grupo están emparentadas. Por el contrario los machos tienen que abandonar la familia al
alcanzar el segundo año vital. E intentan, pues, alcanzar el control de otra unidad. Para
prevenir el incesto, cambian los machos adultos su unidad; en caso contrario, las hembras
rechazan aparearse con ellos.
El conjunto de las unidades conforman una colonia compuesta por cientos de animales. A
menudo se las conoce como ciudades de perritos de las praderas. En el s. XIX existió
supuestamente una ciudad en Texas, que abarcaba una superficie de 65 000 km² y estaba
habitada por cuatrocientos millones de habitantes. La mayor ciudad actual está situada en el
noroeste del estado mexicano de Chihuahua, comprende 350 km² y tiene más de un millón de
habitantes. Entre las unidades de la ciudad no hay interacción social; al contrario cada unidad
defiende sus fronteras de las convecinas.
No se produce una crianza común. Cada hembra se preocupa exclusivamente de sus propios
cachorros y reacciona durante el embarazo y la lactancia con excepcional agresividad. Dentro
de la colonia se producen a menudo ataques recíprocos, en los que las hembras intentan
matar y comerse a las crías de las otras. Por esta razón fallecen cerca del 40% de todas las
crías de una misma colonia. No se conoce un comportamiento comparable en ninguna otra
especie mamífera. La ventaja reside en que finalmente sobrevive la prole de la hembra más
fuerte. Los machos se comportan pacíficamente para con todas las crías y procuran
defenderlas.
El apareamiento se produce entre enero y abril, según especie y latitud. Se practica en el
interior de la edificación. La disposición a aparearse se manifiesta mediante determinados
comportamientos: ambas parejas se lamen los genitales, cohabitan, y los machos recolectan
materiales de construcción conque edificar. Las crías llegan al mundo en marzo o abril, tras
una gestación de 35 días. En una camada pueden nacer hasta ocho cachorros, que en el
nacimiento, desnudos y ciegos, miden 7 cm y pesan 15 gramos. La piel se desarrolla hacia las
tres semanas, los ojos se abren a las seis. Las crías se amamantan entre 40 y 50 días, y
después abandonan la madriguera por primera vez. En cuanto son lo bastante independientes
como para salir afuera y buscarse la comida, se termina el riesgo de ser muertos por otras
madres. La esperanza de vida puede superar en cautividad los ocho años y es habitualmente
más corta en libertad.

Interacción con los humanos[editar]


Aunque los perritos de las praderas nunca escasearon, según informes consistentes
experimentaron a finales del s. XIX una multiplicación explosiva. Los colonos blancos
diezmaron sus enemigos naturales e introdujeron vacas, encargadas de mantener la
vegetación corta, lo que mejoraba el biotopo. Hacia 1900 había cerca de cinco mil millones de
perritos de las praderas de cola negra en el territorio de los Estados Unidos, que se convirtió
en una verdadera amenaza a la agricultura, pues atacaban las plantaciones de hortalizas y
cereales. A comienzos del siglo XX el régimen gubernamental estadounidense organizó
campañas de exterminio: se envenenaron los campos en masa, con lo que las poblaciones
decayeron por todas partes. Solamente en Texas fueron aniquilados en pocos años cerca del
99,8% de los perritos de cola negra que habitaban ese territorio; en otros estados fueron las
cifras comparables. Hoy está considerada una especie poco amenazada de extinción. A
través de la finalización de los envenenamientos masivos o las consiguientes medidas
protectoras son las especies estadounidenses de nuevo abundantes. El perrito de Utah,
amenazado hasta 1996, ha cambiado al grupo de especies «dependientes de medidas
protectoras» en la lista roja del IUCN gracias a un programa eficaz. Por el contrario se
considera que los perritos mexicanos están muy amenazados, pues continúan expuestos a
persecuciones y envenenamientos y su espacio vital natural ha sido destruido debido a la
expansión de la agricultura.

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