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La humildad: grandeza de carácter

Mateo 11:29

INTRODUCCIÓN:

A través de la historia se ha visto las grandes devastaciones que ha provocado el orgullo y la altivez y
vemos que tuvo su comienzo en el cielo con un querubín llamado luzbel que se sublevo contra el Dios
todo poderoso por lo cual fue echado de su lugar (Ezequiel 28:13-16), también vemos un ejemplo en el
rey Belsasar, solamente por el orgullo grandes naciones se han prendido en guerras innecesarias,
familias se han destruido y sobre todo el ser humano se ha negado a aceptar al Salvador del mundo.
Jesús realmente sabía lo que había en el corazón del hombre y es por eso que hizo ese gran desafío no
solamente a los que le escuchaban en aquel entonces sino también a nosotros porque la naturaleza del
hombre no ha cambiado. Ya que sin esta virtud nunca podríamos hallar descanso para nuestras almas y
nuestra vida cristiana no tendría ninguna evidencia de la Presencia de Dios en Nosotros.

La humildad es una característica que consiste en tener conciencia de nuestras virtudes y defectos y
obrar de acuerdo a esto.

Es inexplicable que Un Dios tan grande posea en su carácter esta virtud, por eso Jesús con mucha
seguridad dijo: «Aprended de Mí» no existe ni un residuo de orgullo en la personalidad de Dios y es
necesario erradicar todo orgullo en nosotros para realmente conformarnos a su imagen y ser imitadores
de Cristo.

Para que realmente disfrutemos la vida cristiana es de vital importancia ser humildes porque esta virtud
nos ayuda a someternos a la dirección del Espíritu Santo y nuestra voluntad doblegarla al Señor
Jesucristo, es muy triste ver que muchos comienzan la Senda Cristiana, pero vemos como tropiezan,
¿cuál será la razón? No existe otra razón más que esta: son rebeldes y soberbios, Santiago dice que
Dios da gracia a los humildes y resiste a los soberbios y si Dios los resiste ¿quién podrá mantenerse en
pie? La palabra de Dios es la que nos dirige y enseña y si nos rebelamos a ella entonces quedamos sin
mapa para el camino por esto recibamos este consejo (Santiago 1:21) y tendremos un final exitoso y
nos asegura bendición y progreso en todo lo que emprendamos (Rom 12:16) Ahora como toda virtud es
necesaria la prueba para asegurar la existencia de ella y la manera en que podemos ver si la humildad
existe en nosotros es a través de la condición que se nos impone desde afuera, es donde dejaremos
relucir nuestra actitud hacia lo que se nos impuso y la reacción lo determinara.

III. DIFERENCIA DE LA HUMILDAD Y LA MANIPULACIÓN

Ahora es muy probable que muchas veces confundamos que ser humildes es dejarnos manejar por
cualquiera y hacer todo lo que se nos pide que hagamos no importa lo que sea, esto parecería que una
persona sin voluntad ni libre albedrío sino un robot. La humildad es servir por amor, es algo que
elegimos someternos a aquel a quien amamos y todo se hace como consecuencia de amor. Un ejemplo
en muchas ocasiones alguna persona nos pide que hagamos algo que nosotros sabemos que eso no es lo
mejor para esa persona y aunque rehusemos de la manera más cortes la persona responde «Yo pensaba
que eras cristiano» esto lo hace para hacernos sentir culpables, sin embargo, cuando no quiero hacer
algo, pero lo hago para evitar sentimientos de culpa o para no quedar mal con las personas, entonces
estoy haciéndolo porque he sido manipulado. Y cuando somos manipulados nos sentimos peor porque
nuestra auto estima baja un escalón. Jesús en muchas ocasiones quiso ser manipulado por los fariseos
(Marcos 12:14-15) vemos que el manipulador trata con elogio a la persona de la cual quiere sacar
provecho

Por esto hay dos maneras de librarnos de la manipulación:

a) La humildad nos ayuda ver y a conocer quiénes somos realmente y no permite que seamos
influenciados por un elogio.

b) Retirarse de la situación

CONCLUSIÓN:

Hay una gran diferencia distintiva entre la esclavitud por sujeción e imposición y el servicio abnegado
por elección. Concluimos en esto la humildad es importantísima en nuestra relación con Dios y con
nuestros semejantes, pero en la relación con nuestros semejantes debemos de vigilar el problema de la
manipulación, porque Dios no manipula a nadie.

El Fruto del orgullo es la caída y humillación El fruto de la humildad es la exaltación y la honra.

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