Esta distinción esquemática ha sido desafiada por el descubrimiento de receptores de
reconocimiento de patrones que confieren cierta especificidad al reconocimiento de microorganismos por las células inmunes innatas, y por un creciente cuerpo de literatura que muestra que el sistema inmune innato puede adaptar su función después de insultos previos. En primer lugar, se trata de un conjunto de células células mieloides, células asesinas naturales, células linfoides innatas y moléculas efectoras y de reconocimiento codificadas en la línea germinal diferentes de las involucradas en la memoria inmunológica clásica. Finalmente, la inmunidad entrenada se basa en un estado funcional alterado de las células inmunes innatas que persiste durante semanas a meses, en lugar de años, después de la eliminación del estímulo inicial. En este contexto, es importante tener en cuenta que algunas células inmunes innatas, como las células NK, muestran características de inmunidad entrenadas como se definió anteriormente, así como inmunidad dependiente de antígeno que está relacionada con la memoria inmunológica clásica mediada por linfocitos T y B. Además, es importante discriminar claramente entre inmunidad entrenada y otros procesos inmunológicos como la activación de células inmunes y la diferenciación de células inmunes. Durante la activación de las células inmunes, la transcripción de genes tiene lugar en el momento de la estimulación en respuesta a un ligando que actúa directamente sobre la célula. En contraste, durante la inmunidad entrenada, las células inmunes innatas muestran cambios específicos de genes o locus en sus perfiles de cromatina inducidos por una estimulación previa. La base molecular de la inmunidad entrenada: reprogramación transcripcional y epigenética Una característica distintiva de la célula inmune innata entrenada es su capacidad para montar una respuesta transcripcional cualitativamente diferente, y hasta cierto punto cuantitativamente más fuerte, en comparación con las células no entrenadas cuando se las desafía con señales de patógeno o peligro. En las células mieloides, muchos loci codifica los genes inflamatorios están en una configuración reprimida , como se infiere por su accesibilidad limitada a las nucleasas , el bajo de acetilación de las histonas del nucleosoma, y la muy baja cantidad de ARN polimerasa II cargada tanto en el cuerpo de codificación de los genes como en los elementos reguladores genómicos que controlan su expresión Tras la estimulación primaria, los cambios observados en estos loci, en términos de ganancia en accesibilidad a la cromatina, aumento de la acetilación de histonas y reclutamiento de ARN polimerasa II, son masivos y de magnitudes que se observan de manera poco frecuente en otras respuestas a cambios microambientales.