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Cada vez más países han impulsado la forestación como una iniciativa que apunta a

compensar la pérdida de cubierta forestal que se reduce a un nivel superior a 3


millones de hectáreas anuales.
Prueba de ello lo constituyen casos como Nueva Zelandia, que destinará 350 millones
de dólares durante tres años para este propósito; Argentina, que decidió prolongar su
legislación de apoyo a la forestación, o Pakistán, con un programa que a la fecha ha
logrado más de un millón de hectáreas plantadas con 24 especies, entre ellas
eucaliptus. Por su parte India avanza en forestar 5 millones de hectáreas destinando 6
mil millones de dólares, de acuerdo con su compromiso asumido en París en 2015, y
China retomó con fuerza su acción forestadora estableciendo 6 millones de hectáreas,
solo en 2018.
En tanto, desde el año 2000, 76 países han desarrollado o actualizado sus políticas
forestales y 69 naciones -fundamentalmente de Europa y África- a partir de 2005, han
promulgado o enmendado sus leyes forestales.
La forestación es una de las acciones más efectivas para combatir el cambio climático
por la vía de la captura de carbono de los bosques mediante la fotosíntesis. Además,
los bosques proveen más de diez mil productos necesarios para la vida de las
personas, siendo la madera la segunda materia prima de mayor consumo global
después del cemento, triplicando al acero y superando en 12 veces al plástico. Los
árboles ayudan a regular las cuencas hidrográficas, contienen la erosión, recuperan los
suelos y favorecen microclimas más húmedos; generan muchos empleos directos e
indirectos y son parte inseparable de la vida de comunidades rurales en todo el
mundo. Estos atributos justifican el interés de los países en forestar y restaurar sus
bosques.
Según la FAO, Chile fue el tercer país del mundo que más incrementó su cubierta de
árboles entre 2010 y 2015. De hecho, a 2016 contaba con 17 millones de hectáreas,
de las cuales 14,6 millones corresponden a bosques naturales: el equivalente a Corea
del Sur y Taiwán juntos. Ello, permitió capturar el 58% de las emisiones totales de
carbono del país en ese año.
Pero estas buenas cifras se han desmejorado con los grandes incendios de 2017 y los
actuales, en lamentable desarrollo, lo que debe reforzar el compromiso país en
avanzar en forestación, reforestación y manejo sustentable de nuestros bosques
nativos.

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