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EL ARTE BE CONOCER A SUS SEMEJANTES
t a s í’s a a a s E S T s a is is s s »
P O R « O S A K T O N IO R O T O X D O ;
MADRID: 1847.
T um vero ardem us
s c ita r ie tq c e re re causas.
Virgilio.
tos, con cierto barniz maravilloso y so persuadidos de que jam as nos engañara,
brenatural. pero guardémonos bien al mismo tiem
po, de confundirla con un espíritu p re
Voy á tratar de probar en pocas pa
dispuesto, y convenzámonos de que, si
labras su existencia y utilidad, y para
bien á veces en la herm osura no reside
ello, solo invocaré á la naturaleza y al
instinto que adquiere el hom bre al na el templo de la virtud, tam bién en cam
bio suele acontecer que, bajo un esterior
cer, como los mas fuertes argum entos
poco halagüeño, se oculta un alma dota
que en su favor puedan hacerse.
Nadie negará que la prim era entre, da de las mas sublimes prendas.
vista que tenemos con un desconocido, Es tan positivo y generalm ente reco
no deja de producir en nosotros una im nocido que la fisonomía retrata siem pre
los afectos de nuestra alma, que hasta
presión sea la que quiera; unas veces, nos
sentimos como inclinados hacia el, y otras parece imposible que en ningún tiem po
se haya tratado de echar por tierra, la
casi desearíamos no volver á verle;
abandonémonos, pues, á esta voz secre ciencia fisonómica. ¿Habrá por ventura
quien se atreva á decir que las megillas
ta de la naturaleza, sigamos sin tem or
hundidas, la frente arrugada, los labios
la marcha que ella nos trace, y estemos
— VIH- —IX—
pálidos y apretados, jamás movidos por
reuniones de tahúres, en donde suspen
la risa, y por últim o los ojos clavados
didas sus almas entre el tem or y la es
en la tierra puedan ser indicios que ca peranza, son presa de la inquietud mas
ractericen la alegría? devoradora:reparem osbien su fisonomía
Demos una vuelta por la mansión del énmediode sus descompuestas facciones,
crim en, entremos en esas cárceles en don leeremos sobre sus frentes ociosidad
de, abrum ado el m alhechor bajo el peso é imprudencia. Las fisonomías bonda
de las cadenas, espia el h orror desús de dosas, felices, agasajadoras y agradables,
litos, y allí solo encontraremos un género las caras que parecen respirar virtud,
de fisonomías, que parecen pertenecer es- que prendan y captan los ¿mimos ásu fa
clusivamente al vicio; la menor espresion vor, es inútil buscarlas en las zahúrdas
de un movimiento virtuoso, parecería delvicio; la frente serena, solo pertene
estrana en aquellos rostros, cuyos con ce á la tranquilidad del alm a, y esta
traídos músculos y alteradas facciones tranquilidad, es incompatible con el cri
no pueden espresar sino los mas viles men v con ninguno de los movimientos
sentimientos del alma, ó los escesos de la tumultuosos que escita en nosotros el
rabia y la desesperación. Entremos en esas juego y sus funestas consecuencias.
— x i—
Muchas son las pruebas que pudiéra existen entre ellas, es decir, que el len -
mos com pilar en favor de nuestro aser guagede los ojos, ayuda á conocer el de
to; pero no nos detendremos en enume la frente, boca, e tc ., y que es preci-
rarlas, por que todo el mundo está bien ciso recordar sobre todo, la impresión
convencido, de que la ciencia fisonómi- que produjo en nosotros, la prim era en
ca es positiva, pues toda ella estriba so trevista que tuvimos con una persona,
brehechos naturales, y por lo mismo in antes de ponernos á analizar las faccio
destructibles. nes, de que se compone su rostro.
Lavater no se lim ita como muchos lo Es cierto que Lavater parece haber
lian creido, á la forma aislada de la na suministrado arm as á sus detractores,
riz, boca, etc., sino que para formar un analizando las facciones por separado;
juicio recto y bien fundado acerca de pero es nuestro deber justificarle, y cree
una persona, dice que, guardando to mos conseguirlo, comparándole á un
das nuestras facciones una perfecta ar maestro de dibujo que empieza por en
m onía entre s í, y concurriendo todas á señar á sus discípulos ha hacer bocas,
form ar un conjunto homogéneo, es pre ojos, orejas, etc., para después hacer
ciso exam inarlas mútuas relaciones que les copiar una cabeza, y sin cuyos rudi
— XII— X III
m entos, nunca lo hubiese conseguido. gaciones menos tem erario y mas frió,
De la misma m anera obra el verdade no le hubiera sido tan fácil penetrar en
ro fisonómo, porque sabe muy bien, los profundos secretos de la naturaleza,
que las diversas facciones del rostro, con y ademas, le conceptuamos acreedor á
curren todas á form ar un solo y único nuestra indulgencia, aun cuando no fue
carácter, y que descuidando una sola ra mas que en cambio de las muchas ver
de ellas, seria incompleto el conocimien dades que nos ha revelado.
to de una fisonomía. Vista la buena aceptación que recibió
Cuando se reconviene á Lavater de del público el Resúmen analítico del doc
entusiasta por las particularidades de su tor Gall, sóbrelos afectos del alm a, y fun
ciencia, estamos m uy lejos de querer ciones del cerebro, que publicamos bace
justificarle: desde luego convenimos en algunos años, creemos que la presente
que concedió demasiada confianza á la obra, cuyo testo, sin serían profundo co
espresion fisonómica de las orejas, dien mo la doctrina de Gall, es m ucho mas
tes, manos, etc.; pero al mismo tiempo curioso é interesante, recibirá del públi
no podemos menos de confesar, que si co ilustrado, una acogida no menos li-
Lavater hubiera sido en sus investí- songera.
BIOGRAFIA DE LAVATER.
mo á un padre y procuraban imitarle. go, aquella voz tan pronto enérgica como
Habiendo sido presa de las llamas cier tierna, aquellos gestos tan adecuados siem
to pueblo católico, se estableció inmedia pre al sentido de las palabras, todo, todo
tamente una colecta en Zurich, y Lavater llevaba el convencimiento al corazón, se
predicó con tal elocuencia y unción sobre duciendo mas y mas la suspensa atención
los deberes de la caridad, que movidos de sus oyentes. Hablando de la divinidad
por su discurso todos los oyentes se apre parecía como inspirado por cuanto la virtud
suraron á socorrer á los desgraciados que tiene de mas elevado y sublime; y el dis
tanto les habia encomendado, hasta el es- curso que pronunció sobre la muerte de su
tremo de haberse llenado repetidas veces yerno, envuelto todo en la mas tierna resig
la bandeja que el mismo Lavater tenia á nación, hizo correr las lágrimas del audi
la puerta del templo, y de haber escedido torio.
aquella colecta al producto de suscricion La mayor parte de los sermones de La
que se abrió en toda la ciudad. Casi todos vater han sido impresos, y lodos los escri
los sermones deLavatereran improvisados, tos que publicó hasta el año de 1770 respi
y hasta los forasteros emprendían con gusto raban la fuerza de la dulce moral unida al
un viage por oirle; ¡qué piedad! ¡qué fuer mas recto espíritu de tolerancia, si bien de
za! ¡qué energtabrillaban en sus discursos! allí en adelante se apartó algún tanto de
Aquellos ojos encendidos del religioso fue aquellos principios de dulzura para entre
— 20—
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garse á un celo menos compatible con la
Tuvo varios contratiempos desagradables,
moderación que profesaba.
y entre otros el siguiente: Ilabia sollado
Habiendo disgustado álos eclesiásticos
Lavater algunas espresiones relativas álas
de aquel tiempo la obra de Mr. Meister so
fisonomías de los zapateros de Zurich, su
bre el espíritu de las religiones, se ligaron
piéronlo los miembros de aquella corpora
todos contra el autor, y Lavater fué uno de
ción ó gremio, y elevando una queja álas
los que tomaron parto en el destierro que
autoridades, obligaron á Lavater á pedir
se fulminó contra aquel sabio: pero no acu
les perdón por escrito.
semos á Lavater en esta ocasión sino de
Mas adelante se le acusó de ser bastan
un celo indiscreto, pues el mismo autor no
te inclinado al catolicismo; y en efecto, el
pudo menos de justificar los medios que le
giro del talento de Labater era capaz de
motivaron.
inclinarle á una religión cuyas ceremonias
Lavater tuvo enemigos, pero es fuerza
y misterios causan profunda huella sobre
confesar que estos fueron todos del círculo
toda imaginación viva y exaltada; pero sea
de aquellos perversos que temían el golpe
como quiera, jamás se pronunció en tal sen
certero de sus miradas, ó bien de aquellos
tido, pues siempre se conformó exacta
orgullosos y exijentes que hubieran desea
mente con los dogmas de su religión, y
do que Lavater abandonase sus deberes de
aunque tuvo por amigos algunos jesuí
pastor para satisfacer su vana curiosidad.
tas, la acusación no pudo ser mas injusta.
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Cuando el emperador José II viajó por Su modestia aumentaba el brillo de sus co
la Suiza, bajo el título de conde de Falkens- nocimientos; pues muchas veces confesa
tein, mostró deseos de conocer á Lavater: ba la insuficiencia de su tacto fisonómico;
este le fué presentado y le hizo varias pre y aunque hay ciertas fisonomías, como él
guntas sobre la fisonomía, todas llenas de mismo dice en sus escritos, sobre las cua
interés y beneplácito; igual acogida tuvo les decidía con unaseguridadigual á la que
de los grandes duques, y valiéndose Lava tenia de su propio ser, existían también al
ter del ascendiente que tenia con tan altos gunos cuyo pronóstico era incierto y aun
personages, puso en movimiento su protec imposible de pronunciarse.
ción para que sacasen de la indigencia á Sus conocimientos eran el resultado de
cierta familia virtuosa. largas investigaciones, á cuyo logro estu
Pero no podemos menos de confesar que vo por espacio de largos años reuniendo
Lavater debió su celebridad mas bien á sus multitudde dibujos; comparó unos con otros
vastos conocimientos tisonómicos que á sus los rostros de todas las clases y categorías,
raras virtudes: sin aquellos su nombre no y habiéndole puesto su destino en relación
hubiera salido nunca del polvo rutinario con un grande número de personas mas ó
para pasar á la posteridad, y las apacibles menos originales, sacó partido de esta cir
virtudes de un venerable pastor permane cunstancia para promover y multiplicar sus
cerían aun envueltas en el caos del olvido. observaciones: por último nada omitió has-
— S i — as
ta dejar sentados sus preceptos bajo bases no francés y del directorio helvético, opo
sólidas, convirtiendo en una ciencia lo que niéndose directamente á los repetidos abu
hasta entonces solo estribaba en vanas con sos de la democracia.
jeturas. Pasaríamos en silencio el relato del cri
Lavaler mostró en varias ocasiones te men horroroso que causó la muerte de L a
ner una alma liberal y enérgica: escribió vater, si su publicación no fuese indispen
en sus años juveniles un folleto bastante sable para la lijera reseña que de su vida
fuerte contra el juez ordinario por haberse nos hemos propuesto hacer. Después del
hecho culpable de ciertas vejaciones escan ataque de Zurich por los franceses, obser
dalosas; dando á conocer por este solo atre vó Lavater al retirarse á casa , un soldado
vimiento el desprecio con que miraba el francés echado sobre un banco y herido en
peligro siempre que lo exijia el bien de su un brazo: apenas le hubo divisado, y no
patria. La época de la revolución fué em escuchando sino la voz de la humanidad,
pero en la que Lavater desplegó toda la se acercó á él y le dijo: «Estáis herido y
fuerza de su carácter: defendió á los insur voy a curaros si me lo perm itís,» y asi fué,
gentes del lago de Zurich en 1796, consi le lavó bien la herida, y rasgando su pa
guiendo sustraer á sus gefes de una muer ñuelo, le vendó bien el brazo, prodigándo
te segura. En 1798 y 99 se alzó con fuer le todo género de socorros: en este momen
za contra las medidas opresivas del gobier- to pasa por allí un grupo del furioso po
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pulacho, y lejos de enternecerse al con «amigos, fui testigo de la escena mas reli—
templar aquel acto de beneficencia comien «giosa y tierna que puede verse. Hace un
za á gritar: «.Es es el picaro de Lavater, el «año que nuestro querido Lavater no ha
aristócrata perro,» A tan infernales escla- «esperimenlado ni un dia, ni una hora, ni
maciones quebrantando el vil soldado to «un instante sin dolor; y en estos últimos
das las leyes del agradecimiento , amar «meses sus padecimientos han ido en au-
tilla su fusil, y descargándole despiadada «mento por habérsele abierto la herida que
mente sobre Lavater, le deja herido de «recibió en el malhadado ataque de Zurich.
muerte; refugiase este como pudo en su «Sin embargo, en medio de tanto padecer,
casa, donde se sustrajo por el momento á «ha conservado toda su presencia de espí-
la pérdida de su existencia, dilación que «ritu, toda su viveza, toda su serenidad; y
solo sirvió para mas acrecentar los padeci «en tan lastimoso estado tuvo el valor de
mientos del buen pastor. «hacerse conducir a la iglesia, donde con
Creemos complacer á nuestros lectores «una voz mas tierna que fuerte, pronunció
insertando aquí el estrado de una carta es «un discurso.... ¡Ay amigo mió! Si le h u -
crita en Zurich pocos meses antes de la «bieseis oido, hubierais creído ver á San
muerte de Lavater fechada en 21 vindema- «Juan pintado por Rafael y predicando al
rio del afio 9. «borde de su tumba: aquella religiosa ca-
«El domingo último, dice uno de sus «ridad que resplandecía en su alma, aque-
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«llas largas miradas que parecían brotar «aun estas serán pronunciadas por una mo-
«fuego, confianza y amor, penetrando al «ribunda voz. Mis males se aumentan de
«través de la palidez mortal que se pintaba «dia en dia, y la muerte pesa sobre mi des-
«en sus facciones, todo aquel conjunto pa- «pedazado pecho. Conozco que estas serán
«recia abrirse paso en los cielos dispuestos «las últimas palabras que oiréis de mi bo
«á recibirle. No era ya el mortal que su- tica, escuchadlas os ruego cual si saliesen
«cumbe bajo el peso de sus angustias, no «de mi sepulcro.»
«ya el hombre temiendo el tránsito de es- El carácter de Lavater era naturalmente
«ta vida al oscuro centro del no ser, sino inclinado á la ternura y amistad: la profun
«un ángel descendido de la morada celes- da melancolía en que le sumergió la muer
«te, y próximo á regresar á la vida de los te de su amigo Hees, prueba de un modo
«beatificados; de modo que ninguna bcn- positivo su esceso de sensibilidad. Tam
«dicion pontifical hizo jamás correr tantas bién estrechó amistad con Fuessli, cuyo
«y tan piadosas lágrimas como lo hiciera la carácter simpatizaba en estremo con el su
«bendición estendida entre aquel auditorio, yo, pues todos los cuadros de aquel pintor,
«aunque dada por una mano descarnada y revelan la exaltación y amor á lo maravi
«tocando ya la tumba que lia de sepullar- lloso y sobrenatural.
«le. Queridos hermanos mios, dijo, pocas Esta inclinación en Lavater se hallaba
«serán las palabras que pueda dirigiros, y mucho mas pronunciada que en Fuessli,
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pues no tan solo se la vé sobrenadar en la los retrataba por lo general, siendo de gran
mayor parte de sus escritos, sino que llegó de utilidad para Lavater aquella colección
á creer de buena fé las operaciones miste de fisonomías bosquejadas.
riosas de Mesmer y las predicciones de Ca- Era sobrio en estremo; dormía poco, se
gliostro; haciendo á propósito un viagecon levantaba siempre á las cinco de la maña
el objeto de conocer á este último á quien na, y dedicaba todo su tiempo al estudio y
miraba como un ayudante de Satanás. á los deberes de su estado. Su activa be
Hallábase dotado de una imaginación vi neficencia no le permitió acumular rique
va, anticipando siempre las sensaciones á zas, de modo que la única herencia que
la reflexión, y dejándose casi siempre guiar dejó á su familia fué una preciosa colección
por aquellas. de dibujos.
Lavater era alto y flaco; su rostro, lle Lavater dejó una esposa que amaba tier
no de espresion, ostentaba el sello de todas namente, dos bijas y un hijo. La mayor dió
las virtudes. Su voz llegaba al corazón: era su mano á Mr. Gessner hijo del célebre au
un conjunto de amabilidad y de dulzura; tor del mismo nombre,
era muy amante de los niños, y no dejaba Su hijo, que profesaba la medicina, es
de acariciarlos siempre que encontraba al editor del lomo i .° del tratado de la fisono-
guno: daba muy buena acojida á los foras mónia.
teros, y como su bija dibujaba muy bien,
Cierto padre al despedirse de un hijo
virtuoso que tenia, y que debía salir á via
jar, le dijo: no te suplico mas, hijo mió, si
no que « tu regreso traigas la misma cara.
Lavater por su parle, sin dejarse seducir os diré que sois escritor.— Verdad es, pero
por aquel esterior tan brillante, hizo sobre ¿en qué género?— Si no me engaño sois fi
el carácter del abate el juicio mas desven lósofo, analizador y aficionado á manejar
tajoso que pueda figurarse, llegando al es- la sátira; debe de brillar la originalidad en
tremo de ser criticado por algunos cínicos; vuestros escritos, y muchos rasgos de in
pero el juicio de Lavater no tardó en ser genio; en una palabra, pudierais muy bien
justificado, pues el afeminado abate asesi ser el autor de Le tablean de P a rís, cuya
nó á un conductor de diligencias para ro lectura acabé el otro dia.
barle después.
pava que Lavater viese á esta; presentóse ciéndole que se hallaba sin trabajo, y que,
en casa del fisonomista, y no habiendo que conociendo sus vastas relaciones con los
rido contestar sobre el estado de salud de impresores de Alemania, le rogaba tuviese
la joven, le instó la madre para que lo lú á bien darle una carta de recomendación
cese: entonces Lavater muy conmovido es para alguno de ellos. Lavater le escuchó
cribió una carta, y se la entregó cerrada á con mucha atención, examinó bien todassus
la madre con orden espresa de que no ha facciones y en seguida le contestó: «Ami-
bía de abrirla hasta seis meses después. «guito, vuelva V . al seno de su familia,
En este intérvalo murió la joven, y ha «pórtese bien con sus padres, y no volve-
biéndose terminado el plazo, abrió la ma «ráV. á salir de Zurich.» Estas palabras
dre la carta y leyó lo siguiente: «Junto mi cuadraban perfectamente á la situación de
«llanto al vuestro por la pérdida de la niña: aquel jóven que, agriado por las correccio
«cuando abrais este billete sereis la mas nes de un padre acaso demasiado severo,
«desgraciada de las madres.» concibió la idea de abandonar la casa pa
terna como lo verificó.
— go -in
pero, á penas se ven libres del freno que ter moral: he aquí lo que constituye la ver
los sujetaba, se les ve abandonarse por de dadera ciencia fisonómica,
bilidad y sin que nada los detenga, al tor Para determinar si Lavater fundó su
rente de la disipación y del vicio. ciencia sobre principios sólidos, no dire
Otros por el contrario en sus años ju mos como él dijo: Leed y decidid, sino
veniles parecen exentos del fuego creador observad tanto como él y después juzgad.
que todo lo vivifica , y á veces una peque
ña circunstancia, un solo instante basta
para encender en ellos el rayo del fuego, y
hacer que den en fruto las mas brillantes
producciones.
El valor de la espresion instintiva dedu
cido por la configuración de las facciones,
es muy difícil de determinar , y así es que
muy pocas personas se han dedicado con
asiduidad á tan profundo estudio. Lavater
le consignó en un tratado que contiene las
diversas relaciones que existen entre la
apariencia esterior del hombre y su carác
PRINCIPIOS GENERALES
DE LA C IEN CIA EISDNOMICA.
1.
De la cabeza.
nes: habrá amor á los hijos y muchas ve de inteligencia que posea el individúo.
ces valor, aunque este depende mas bien Cuando la frente es algo arqueada y no
de la anchura de aquella parte que no de presenta protuberancia alguna , anuncia
su desarrollo posterior. dulzura : y á veces denota poca energía.
La cabeza ancha por la parte superior [Lámina 54/
de las orejas, indica el instinto carnívoro La frente abierta y lisa indica la 7702 del
y deseo de destrucción : así es que todos alma: pero si tiene arrugas y surcos, en
los animales sanguinarios tienen esta forma este caso manifiesta el desorden de las pa
de cabeza, mientras que los pacíficos la siones , perturbación del alma y vejez , es-
tienen muy estrecha. cepto que en este último caso las arrugas
La cabeza puntiaguda en su parle supe presentan mucha regularidad , menos in
rior , demuestra orgullo, ambición y al terrupción y se hallan mas próximas á los
gunas veces espíritu religioso. ojos.
Cuando las arrugas ocupan solo la parte
2.
superior de la frente , imprimen á la fiso
De la frente. nomía cierto aire de asombro ó pasmo que
tiene mucho de imbecilidad. Son caras que
Por la forma y capacidad de la fren siempre parece que están diciendo: «Yo no
te puede juzgarse con acierto del grado lo entiendo.» Las arrugas perpendiculares
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—n—
prometen mucha energía y aplicación: pero Cuando el perfil de la frente se halla
cuando estas se hallan cruzadas por otras, bastante inclinado hacia atras y forma línea
en este caso denotan todo lo contrario. recta con la nariz , puede asegurarse que
La frente llena de nudos y protuberan la persona se halla dotada de conocimien
cias irregulares caracteriza al temperamen tos escasos; pero en cambio será apasiona
to colérico. (Lámina 52). da y justa. (Lámina 39 y 54).
Cuando en la juntura de la nariz con la Si esta misma perpendicular de la frente
frente hay arrugas horizontales, debemos
es algo cóncava en su parte superior, pro
suponer un carácter duro é insensible. (Lá mete talento profundo, reflexivo y frío.
mina 38).
(Lámina h'óf.
Los surcos profundos y perpendiculares Cuando la frente es redonda y promi
entre las dos cejas , pertenecen á personas nente , como acontece á la mayor parte de
de talento , siempre que aquellos no estén los niños , es indicio de un espíritu débil:
acompañados de otros surcos positivamente y si es muy prominente denota el cúmulo
contradictorios. de la estupidez. (Lámina I .“ figura 3. J
Cuando la vena frontal se manifiesta Si la frente se halla redondeada por su
muy clara en medio de una frente espa parle superior , algo saliente , y que des
ciosa y bien formada , anuncia talentos es- cienda en línea recta, promete mucho ju i
traordinarios. cio , espíritu irritable y corazón de hielo:
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dad. Todos aquellos animales que se dis nariz conserva su inmovilidad. Muda é im
tinguen por tan bellas cualidades, como pasible espectadora en medio de unaescena
los carneros, los ciervos , la gacela , etc., apasionada y rodeada de actores espresi-
todos tienen ojos grandes ; mientras que vos, los presta su fria asistencia para el
los animales feroces y carnívoros los tienen efecto que desean , su energía para reali
pequeños, como los tigres, galos , hie zarle , ó su beneplácito para consentirle ;
nas , etc. pero sin desempeñar nunca un papel acti
5. vo. Que la pieza sea trágica ó cómica, ja
más varía ni de aspecto ni de posición.
De la naris. Siempre conserva el puesto del orden , la
inmovilidad de la indolencia ó el descuido
Hay facciones en el rostro humano que de la superioridad.
á cada paso varían según el estado del al ¿ Habrá de deducirse por esto que la
ma , y otras que permanecen inalterables nariz sea una facción insignificante para
cualesquiera que sean las emociones del juzgar á primera vista del carácter de las
corazón : á esta última especie pertenece personas ? Todo lo contrario : si por alguna
ia nariz Que los labios demuestren la ale causa se da mas importancia á los indicios
gría por medio de la sonrisa , la burla ó el que proporciona, es justamente porque no
desprecio por un gracioso fruncimiento, la participa de aquellas emociones fugaces
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—8Í—
especie de efigie del alma, y como un pro
que hacen del rostro humano un cuadro
grama del carácter. La nariz y la frente
tan diversificado y movible.
están casi siempre en una armonía perfec
La nariz no indica , es verdad , las emo
ta , lo que la una anuncia la otra lo con
ciones pasageras, pero marca la propen
firma, sus decisiones son unánimes. Es muy
sión natural y constante del espíritu , la
raro que una nariz innoble se halle unida
energía de la constitución, y la clase do
á una hermosa frente. Tal nariz , tal fren
temperamento. Por ella se descubre la de
te , tal alma. Esta regla admite pocas es-
bilidad ó la energía, la nobleza ó la abyec
cepciones.
ción , una sensualidad escesiva, ó la su
A los quince años el pecho se ensancha,
jeción de las pasiones á una razón mas fuer
la voz cambia y los sexos se caracterizan.
te que ellas. Es decir , que demuestra las
Hasta esta edad es imposible preveer la
inclinaciones primitivas que resultan de la
forma y dimensiones de la nariz. La época
organización material, aun mas que las
en que se perfecciona es la misma en que
propensiones variables nacidas de la edu
los sexos se demarcan , en que el tempe
cación ó del egemplo.
ramento se forma , y en que las facultades
Hasta la edad de 13 á 1i años, época de
físicas adquieren fortaleza ó permanecen
la pubertad , la nariz toma el desarrollo y
para siempre en la debilidad. De forma
la forma que debe conservar sin variación
que, la nariz es contemporánea de las in
alguna , y ofrece , así como la frente , una
— 87—
— 86—
servando la arrogante esperanza de supe
clinaciones, de las pasiones y del tempe
rarlos, miraban la nariz en cuestión como
ramento, así como de aquella energía cor
la única compatible con la magostad de los
poral que, según su grado, conserva cons
dioses y de los héroes.
tantemente una poderosa iníluencia sobre
Muy raro es encontrar en nuestros tiem
la conducta del individuo. ¿ Por qué pues
pos aquellas narices perpendiculares que
liemos de admirarnos de las preciosas in
los artistas griegos acostumbraban dar á
dicaciones que la nariz suministra al fi
sus estatuas, y esto seria una perfección,
siólogo ?
una felicidad si hubiésemos de creer á La-
Las mas felices organizaciones se hacen
vater ; afirma este autor que una naris no
comunmente notables por aquellas narices
es fisonómicamente buena , grande ó espre-
grandes, sean ó no aguileñas, que ocupan
siva, sino cuando presenta inflexiones sua
la tercera parte de la elevación del rostro
ves , leves ondulaciones ó muescas mas ó
y la cuarta parte de la cabeza. El hermoso
menos marcadas. Y añade : donde no se
cielo de Atenas y de Roma, las costumbres
encuentra una pequeña inclinación, una
republicanas, la vida campestre , el gim -
especie de rebaja en el tránsito de la frente
násio , y el circo formaban aquel carácte-
á la nariz , á menos que esta no esté muy
tan familiar en las fisonomías griegas y
encorbada , no hay que prometerse el mas
romanas ; y aun aquellos grandes pueblos
mínimo carácter de nobleza ni elevación.
que elegimos por modelos, bien que con
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Tal era el prestigio que los persas con píritu es' flojo , la voluntad vacilante , y
cedían al carácter de que tratamos , á la nula la razón.
nariz aguileña ó muy prolongada , que no La nariz que sube en dirección continua
hubieran admitido ningún rey ó príncipe hasta la frente sin ondulación ni depresión
que no la hubiese tenido : por eso los eu intermedia , es casi siempre el indicio de
nucos estaban especialmente encargados caprichos pueriles, de una escesiva vani
de componer las narices de los jóvenes a l dad , y á veces de vicios y bajeza. No hay
tezas persas. cosa que mas envilezca al hombre , que la
Una gran nariz, superada por una frente irresistible necesidad de un poder que pol
ancha y eminente y separada de ella por si mismo no puede conquistar. Tal era la
una leve hendidura , indica viva codicia nariz de Narciso.
del poder , firme resolución en superar los Una nariz aguileña anuncia por lo co
obstáculos, y la perseverancia necesaria mún altanería y ambición ; esta es la de
para combatirlos ; pero no la circunspec los biliosos y melancólicos. (Làmina 55/
ción que los elude, ni la previsión que los Con una gran nariz la barba suele ser
conjura. La de Napoleón era de esta última espesa, los ojos negros ó pardos, los ca
especie. bellos negros y toscos. La mayor parte de
Cuando los ojos se hallan casi nivelados los grandes políticos , de los mas célebres
con la nariz, podría asegurarse que el es ambiciosos, y muchos de los grandes poe
-9 0 — — 91—
tas y otros ilustres escritores, se lian he Una nariz mediana y afilada es el indicio
cho notar por una nariz de grandes dimen- de una viva sensibilidad, de imaginación,
Narciso . Napoleon .
necesario dar otra señal para huir y mal l a nariz puntiaguda pertenece á las per
decir á los que la llevan. sonas coléricas fiLámina 52).
Una nariz cuyo nacimiento es hundido y Los pliegues paralelos que se advierten
la punta gruesa y arremangada , anuncia sobre los costados de la nariz designan
poca sagacidad , poca elevación, pero en cuasi siempre hipocondría, terquedad, mi
desquite mucha terquedad y una gran p ro santropía , y á veces una tímida propen
pensión á los celos. sión á la burla , que , no atreviéndose á
Si la nariz pende hacia la boca, y se in hablar, se venga por los gestos.
clina (como diría Mr. Chateaubriand) hacia Las gentes tímidas , los maniáticos ó los
el sepulcro , denota , no resignación como que se hallan preocupados por vivas sensa
cree el autor de la Atala , sino ideas esen ciones, ó por meditaciones profundas, con
cialmente terrestres , interesadas y mez traen á veces la costumbre de fruncir el es-
quinas. tremo de la nariz de un modo singular ,
La nariz recta y cuya raiz se halla algo otras levantan al mismo tiempo la cabeza
encorvada , demuestra un carácter impe y el lábio del mismo lado , y otras hacen
rioso , dominante y firme en sus resolucio oir maquinalmente un corto ruido sin sig
nes ( Lámina 41). nificación ni consecuencia, pero empalago
Cuando las ventanas de la nariz son pe so para los oyentes.
queñas indican genio corto. Muchas mugeres suelen tener las dos
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alas do la nariz escesivamente movibles. lada y reconquistada por los ilustres ca
La célebre actriz francesa Mademoiselle pitanes sus tiranos.
Duchesnois , saca un gran partido de esta Las narices aplastadas y chatas denotan
ventaja en los papeles de Fedray Hermio graves achaques, á no ser que provengan
ne , y para aumentar el carácter de ver de algún accidente ó enfermedad. Esta es
dad de la pasión que representa, se vale tructura de nariz se considera como her
del medio de respirar solo con la nariz co mosa entre los hotentoles, y llegan hasta
mo en los sollozos. el estremo de emplear medios artificiales
Una nariz arremangada que no discorda para producir semejante deformidad que
con la boca ni con los ojos, es el indicio en su sentir es un adorno.
bastante fiel de un carácter apasionado. Otros pueblos han pensado de distinto
Sócrates y Gall las tenian a s í, y estos fi modo. Los hebreos escluian del sacerdocio
lósofos á quienes la naturaleza habia pro á los que tenian la nariz contrahecha, y los
digado sus dones, no desmentían el presa egipcios condenaban á las mugeres adúlte
gio que se deducia de uno de sus defectos. ras á la pérdida de la suya.
Los tártaros tienen la nariz en estremo
corta y el humor hostil. Tal vez sea esta la
causa de que la fértil llanura en que tienen
su morada haya sido tantas veces conquis-
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LÁMINA I .
LÁM INA I I .
LÁMINA I I I .
LÁ M IN A IV .
LÁMINA V .
LÁM INA V I.
*
—118—
LÁMINA V i l .
LÁ JIIN A V III .
LÁMINA IX .
LAMINA X .
LAMINA X I.
LÁMINA X IV .
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— 130—
LAMINA X V .
LAMINA X V I.
LAMINA X V III.
LÁMINA X IX .
IÁMINA XX.
LÁMINA XXI.
lámina X X II.
LÁMINA X X III.
lámina XXIV.
LAMINA X XV.
L h lIN A X X V I.
LAMINA X X V II.
LAMINA X X V III.
10
— 146—
LÁMINA X X IX .
LAMINA XXX.
LAM INA X X X I.
LAMINA X X X ll.
LAMINA X X X III.
lamina xxxiv.
LAMINA X X X V .
LAM INA X X X V I.
LAMINA X X X V II.
LAMINA X X X V III.
LAMINA X X X IX .
LAM INA X L .
LAM INA X L I.
11
LAMINA X L III.
l a m in a x l iv .
LAM1NA XLV.
LÁMINA X LV I.
LÁMINA XLVII.
LAMINA IL .
i____
—170—
LÁMINA L.
LAMINA L l í .
LAMINA L i l i .
LAM INA L V I.
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— 178—
LÁMINA LV11I.
LÁMINA L1X.
LAMINA LX .
LAMINA L X It.
PA G .
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