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EL ORIGEN DE LA DIVERSIDAD

La biodiversidad actual es el resultado de la evolución: Se calcula que en la actualidad existen


aproximadamente 30 millones de especies de seres vivos en nuestro planeta. Entre ellas, unos 5 millones de
especies son animales, la mayoría de las cuales son invertebrados, sin columna vertebral. Sin embargo, es más
conocido el grupo de los vertebrados: peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos. Todos ellos muy diferentes,
pero que comparten algunas características; por ejemplo, la columna vertebral.

Que organismos tan distintos compartan características se debe a que, en la evolución, tienen un origen
común. A veces es fácil pensar que ciertos organismos tienen un mismo origen, como los chimpancés y gorilas.
Otras veces no es tan sencillo, como en el caso de los perros y los caballos. Para comprender esas conexiones, hay
que recordar que los diferentes grupos aparecieron en distintos momentos de la historia de la Tierra.

LA HISTORIA DE LA VIDA

Los primeros seres vivos aparecieron en nuestro planeta hace unos 4000 millones de años: eran organismos
similares a las bacterias actuales, unicelulares con célula procariota (sin núcleo). Unos 2000 millones de años más
tarde, surgieron los primeros organismos unicelulares con célula eucariota (con núcleo). Este fue un hecho
importante en la evolución, que marca un aumento en la complejidad de la vida. A partir de las células eucariotas
se originaron los organismos pluricelulares. Este evento constituyó otro acontecimiento en la evolución: la
pluricelularidad permitió la diversificación de las formas de vida, que condujo a las plantas, los hongos y los
animales.

La vida había surgido en los océanos y, al comienzo del Paleozoico, se diversificó en esos ambientes. En el
Ordovícico se originaron los peces y se expandieron. En el Silúrico, las plantas conquistaron el medio terrestre; en
el Devónico, lo hicieron los anfibios. En el Mesozoico, los reptiles dominaron la Tierra, aparecieron las primeras
plantas con flores, y surgieron las aves y los mamíferos. En el Cenozoico, los mamíferos se expandieron en todo el
planeta.

EXPLICACIONES SOBRE EL ORIGEN Y LA DIVERSIDAD DE LA VIDA

Los distintos pueblos de diversas culturas han recurrido ha hipótesis creacionistas y fijistas para explicar el
origen y la diversidad de la vida en la Tierra. Según esas explicaciones, los seres vivos habrían sido creados en los
inicios del mundo por un ser o una fuerza sobrenatural. A esta postura se la denomina creacionista. Además, cada
una de las variedades de seres vivos creada en los comienzos de la vida en la Tierra tal como se la conoce hoy, se
habría mantenido sin modificaciones en sus descendientes (hipótesis fijista).

Estas ideas siguieron vigentes hasta el siglo XVIII. En ese período el biólogo sueco Carl von Linneo, que
aceptaba la explicación de la creación divina de todos los seres, ideó el sistema natural para la nomenclatura de
las especies o clases de organismos.

Para clasificar los organismos, Linneo comenzaba por una descripción de la especie lo mas precisa posible.
Luego, agrupaba las especies de morfología parecida en géneros; a estos los agrupaba en familias, las que según
sus semejanzas, reunía en órdenes. Por último, agrupaba los órdenes en clases, teniendo en cuenta
características similares. La utilización de la especie como unidad básica le permitió a Linneo conformar un
sistema de clasificación mucho más preciso que los que habían sido utilizados hasta ese momento.
Aunque pensado desde una postura fijista del mundo vivo, su sistema de clasificación posibilitó el desarrollo
de las teorías evolucionistas. El reconocimiento de semejanzas y diferencias entre diversos grupos permitió
suponer que unos podían estar “emparentados” con los otros e, incluso, que unos podían derivar de los otros.

A mediados del siglo XVIII, surgieron algunas evidencias que desafiaron las ideas creacionistas vigentes. A
partir de diversas actividades como excavaciones realizadas en minas o para la construcción de canales, se pudo
constatar que la corteza terrestre se presenta en capas o estratos. A veces en esos estratos se encontraron
fósiles, es decir restos petrificados de organismos que vivieron en el pasado. Al principio se pensó que esos restos
eran rocas que habían sido erosionadas por el viento o por el agua y que se parecían a seres vivos. Pero a medida
que se fueron descubriendo más fósiles, se hizo evidente que se trataba de restos de organismos que habían
muerto hace mucho tiempo. Gracias a esos descubrimientos comenzó a aceptarse que los seres vivos fueron
cambiando a través del tiempo.

Uno de los primeros en proponer una explicación a la idea de transformación de las especies fue el biólogo
francés Jean Baptiste Lamarck, que dedico gran parte de sus investigaciones a estudiar organismos unicelulares o
invertebrados. Estudió los fósiles presentes en las rocas y constató que los fósiles de organismos con formas más
simples se hallaban en las rocas más antiguas, en tanto que en las rocas más nuevas los fósiles hallados se
parecían más a organismos actuales. Lamarck publicó su “Filosofía zoológica” en la que propuso que todas las
especies incluyendo el Homo Sapiens descendían de otras especies.

Para explicar esta progresión o evolución, Lamarck sostuvo la hipótesis de la herencia de caracteres
adquiridos. Según esa explicación. Los seres vivos pueden modificar su cuerpo mediante el uso o desuso de sus
partes. Estas modificaciones, heredadas por la descendencia, se deberían a un deseo interno de alcanzar la
perfección, un impulso por ascender en la escala de la naturaleza, de lo más simple a lo más complejo.

El pensamiento evolucionista de Lamarck encontró una fuerte oposición en George Cuvier, uno de los mas
grandes científicos de su época, considerado, a pesar de haber combatido las teorías evolucionistas, el padre de
la Paleontología (estudio de los fósiles). Cuvier sostenía que las especies eran fijas y que una gran cantidad de
especies había sido creada en el principio pero que una serie de catástrofes, las habían hecho desaparecer. Su
teoría del catastrofismo le permitía explicar la extinción de organismos y la presencia de los restos fósiles.

Pero sin dudas, las pruebas aportadas por el naturalista inglés Charles Darwin fueron tan contundentes que
tuvieron especial impacto en la comunidad científica de la época. Darwin pudo respaldar sus ideas con una
explicación coherente del mecanismo por el cual se producían los cambios en los organismos.

La Teoría de Evolución por selección natural revolucionó el pensamiento biológico. Este logro fue compartido
con el naturalista Alfred Wallace quien presentaba una explicación biológica similar a la de Darwin.

Para realizar su investigación, Darwin se embarcó a bordo del HMS Beagle, un velero bergantín propiedad de
la Marina Real Británica, con el objetivo de completar un viaje de estudios personales de cinco años de
duración alrededor de todo el globo terráqueo.

La ruta que el navío describió alrededor de la circunferencia terrestre incluyó lugares tan exóticos como
distantes entre sí: Cabo Verde, Brasil, Argentina, Chile, Ecuador continental, las Islas Galápagos, Tahití, Nueva
Zelanda, Australia, las Islas Mauricio y Sudáfrica.
A lo largo de su particular odisea, Darwin recopiló cientos y cientos de páginas llenas de datos, decenas de
dibujos, descripciones de seres vivos y entornos naturales y análisis de anatomía comparada.

Monos, pájaros, reptiles y un sinfín de todo tipo de animales fueron estudiados por Darwin, y mención aparte
merece la tortuga de las islas Galápagos, quelónido que supo llamar la atención del naturalista debido a su
extraordinaria rareza como especie, ya que únicamente vive en esas islas, su tamaño es descomunal para ser una
tortuga y es capaz de llegar a vivir durante más de 170 años.

El cuaderno de bitácora que Darwin recopiló a lo largo de toda su travesía fue publicado como libro en el año
1839, lleno de pruebas sobre la evolución de las especies y presentando en primera instancia su teoría de
selección natural.

Darwin sostenía que los cambios que sufrían los organismos eran graduales y que la evolución era un proceso
completamente abierto sin un final determinado ni único.

Según la Teoría de evolución por selección natural, entre todos los organismos del planeta Tierra existe una
continua lucha por obtener la supervivencia. Y al mismo tiempo, dentro de cada ser vivo existe variabilidad:
aunque pertenezcan a la misma especie, dos individuos pueden presentar diferentes características fenotípicas.
Por ejemplo, existen conejos comunes (Oryctolagus cuniculus) de muchos colores distintos.

La teoría de la evolución de las especies por selección natural defiende que el medio o el entorno natural elige
para sobrevivir a los organismos mejor adaptados de cada especie. La selección natural actúa sobre las
variaciones que se producen en los individuos.

Si las condiciones del medio se mantuvieran sin cambios durante mucho tiempo, aquellos individuos con
variaciones ventajosas que les confiriesen una mejor adaptación al medio, sobrevivirían más, se reproducirían
más y transmitirían los cambios genéticos positivos a la descendencia. Por el contrario, los individuos con
variaciones desventajosas tendrían menos probabilidades de sobrevivir, y, por lo tanto, de reproducirse. De esta
manera, poco a poco, de forma continua y gradual, las especies van cambiando a través de la mutación.

En síntesis, los individuos que poseen una característica favorable para el ambiente que habitan compiten en
mejores condiciones que aquellos que no la tienen. Estos individuos habrán sido seleccionados.

EL HOMBRE, UN MAMÍFERO

A partir de mediados del siglo XVIII, cuando el biólogo sueco Linneo publico su método para clasificar seres
vivos, se identificaron alrededor de 1,5 millones de especies, de las cuales 4500 son mamíferos, entre ellas, la
especie humana. Aunque se supone que los primeros mamíferos hicieron su aparición hace unos 200 millones de
años, fue hace “solo” 65 millones de años que se expandieron y que colonizaron el planeta. Esto sucedió cuando
los dinosaurios, los reptiles más grandes que dominaban la Tierra, se extinguieron. También surgieron en esa
época diversas plantas que les proporcionaron a los mamíferos nuevos hábitats, fuente de alimento y refugio
contra depredadores, lo que favoreció su supervivencia.

Se piensa que los mamíferos evolucionaron a partir de un grupo de reptiles que fueron acumulando cambios
en muchos caracteres diferentes. Esos cambios fueron producto, a su vez, de la integración de numerosas y
sucesivas mutaciones (cambios en el material genético) a lo largo de casi 100 millones de años. Las nuevas
características surgidas al azar, aumentaron las posibilidades de algunos organismos de adaptarse a las
variaciones del ambiente, para sobrevivir y para reproducirse, lo que dio origen a distintas especies, entre ellas,
las que se agrupan bajo el nombre de mamíferos.
Los mamíferos entre los que se encuentra los seres humanos, comparten características que los diferencian de
otros tipos de vertebrados, algunas son:

►tienen glándulas mamarias que producen leche, con la que las hembras alimentan a sus crías en las primeras
etapas de la vida.

►son endotérmicos, es decir, generan calor metabólicamente, lo que les permite mantener una temperatura
corporal óptima constante.

►se caracterizan por tener una corteza cerebral desarrollada que, en algunos tipos de organismos, posibilita
capacidades especiales como lo es el lenguaje en los seres humanos.

EL HOMBRE, UN PRIMATE

Entre los mamíferos placentarios se encuentra un grupo con características particulares: los primates, en el
cual se incluye la especie humana.

Los primates actuales se clasifican en dos grandes grupos: prosimios y antropoides. Los prosimios (lémures,
loris y tarseros) conservan características de los mamíferos primitivos, como las garras, el hocico alargado y los
ojos situados lateralmente en la cara, en general son pequeños, de hábitos nocturnos y se alimentan de insectos,
hojas, frutos y flores.

Los antropoides, entre los que se incluyen los monos, los simios y los humanos, son en general mas grandes,
de hábitos diurnos, ojos frontales y un cerebro mas complejo. Los simios y los humanos pertenecen al grupo de
los hominoides, y tienen una postura más erguida que los monos.

Algunos de los caracteres propios de los primates son los siguientes:

►sus manos y pies tienen cinco dedos con movimientos independientes y el pulgar con movimiento circular lo
que favorece la posibilidad de agarrar objetos.

►mantienen una postura semierguida, que les permite manipular con ambas manos, mirar directamente hacia
adelante en posición vertical, y les proporciona una postura óptima para el salto.

►Sus ojos están ubicados en el frente de la cabeza lo que les permite la visión tridimensional y una buena
coordinación mano-ojo.

►poseen un cerebro grande en relación con el tamaño de su cuerpo.

►tienen un comportamiento social complejo y los progenitores cuidan de sus crías durante el período posnatal,
que es una etapa de dependencia y aprendizaje relativamente prolongada.

UN ANCESTRO COMÚN

Los seres humanos somos extremadamente parecidos a los simios en estructura, funciones y comportamiento,
especialmente a los chimpancés, con los que compartimos un 98% de la información genética contenida en el
ADN. Esta similitud genética da cuenta de una relación de parentesco, es decir, de una proximidad en la historia
evolutiva de estos organismos. Sin embargo, esto no significa que el hombre descienda del chimpancé, sino que,
al retroceder en el tiempo, sería posible encontrar un antepasado común entre ellos. Este ancestro habría vivido,
según las teorías actuales hace unos 6 millones de años.

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