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Producción Cultural y Prácticas Instituyentes PDF
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traficantes de sueños
mapas
Índice
15
16 Producción cultural y prácticas instituyentes
27
28 Producción cultural y prácticas instituyentes
5 Ibidem, p. 178.
La industria creativa como engaño de masas 31
6 Ibidem, p. 167.
7 Ibidem, p. 212.
32 Producción cultural y prácticas instituyentes
8 Ibidem, p. 198.
©
20 Ibidem, p. 243.
21 Theodor W. Adorno y Max Horkheimer, Dialéctica de la Ilustración, op.
cit., p. 198.
La industria creativa como engaño de masas 41
22 Gilles Deleuze y Félix Guattari, Mil mesetas, op. cit., p. 465 [véase
supra, N. de las T. en nota 15].
42 Producción cultural y prácticas instituyentes
se permite la copia
©
2. Contra la clase creativa
Alberto De Nicola,
Benedetto Vecchi
y Giggi Roggero
43
Producción cultural y prácticas instituyentes
2 Véase Mariuccia Salvati, Da Berlino a New York. Crisi della classe media e
©
futuro della democrazia nelle scienze sociali degli anni trenta, Milán,
Mondadori, 2000.
3 Véase Federico Butera, Enrico Donati y Ruggero Cesaria, I lavoratori
della conoscenza. Quadri, middle manager e altre professionalità tra professio-
ne e organizzazione, Milán, Franco Angeli, 1997.
4 Richard Florida, The Rise of the Creative Class: And How It’s Transforming
Work, Leisure, and Daily Life, Nueva York, Basic Books, 2003.
Contra la clase creativa 45
El sustantivo «clase»...
… y el adjetivo «creativa»
8 Richard Florida, The Flight of the Creative Class. The New Global
Competition for Talent, Nueva York, HarperCollins, 2005.
9 Andrew Ross, No-Collar. The Human Workplace and Its Hidden Costs,
Nueva York, Basic Books, 2003.
Contra la clase creativa 49
57
58 Producción cultural y prácticas instituyentes
2 No hay una sola palabra que pueda dar cuenta del actual proceso de
devenir precario o precaria; se propone este término de forma tentativa. En
alemán, la palabra propuesta es «Prekarisierung».
Gubernamentalidad y precarización de sí 59
mino «contre-conduite» que Foucault usaba para describir las luchas con-
tra los modos de gobierno que identificó como «gubernamentalidad».
Véase Michel Foucault, Geschichte der Gouvernementalität II. Die Geburt
der Biopolitik. Vorlesungen am Collège de France 1978-79, Francfurt, 2004 [el
libro no está aún traducido al castellano, pero se puede consultar Michel
Foucault, «Nacimiento de la biopolítica», en Estética, ética y hermenéuti-
ca, Obras Esenciales, Volumen III, Barcelona, Paidós, 1999].
60 Producción cultural y prácticas instituyentes
Gubernamentalidad biopolítica
12 Véase Isabell Lorey, «Als das Leben in die Politik eintrat», op. cit.
13 Siguiendo las ideas de Althusser, estas relaciones imaginarias con
uno mismo no pueden separarse de las «condiciones de vida reales»,
que son las técnicas gubernamentales para dirigir a la población que se
materializan, por ejemplo, en la constitución de los cuerpos.
14 Véase Michel Foucault, «La gubernamentalidad», op. cit.
15 Entiendo que no se trata de que la gestión de sí se «interiorizase»
durante el neoliberalismo reemplazando otro principio regulador. La
se permite la copia
(http://tijuana-artes.blogspot.com/2005/03/postscriptum-sobre-las-
sociedades-de.html)] y Michael Hardt y Antonio Negri (Imperio,
Barcelona, Paidós, 2002). En particular, si se atribuye a las tecnologías de
reproducción, junto con la higiene y la salud, un papel central en la pro-
ducción biopolítica de cuerpos (sexualizados y racializados), entonces,
en lo que se refiere a la burguesía, la introducción de tales prácticas de
subjetivación debe situarse a comienzos de la era moderna, como muy
tarde a finales del siglo XVIII.
64 Producción cultural y prácticas instituyentes
op. cit.
23 En su genealogía de la gubernamentalidad, Foucault no establece
ninguna conexión explícita entre lo normal y lo hegemónico. Con el fin
de entender la dinámica y el significado de la gubernamentalidad, los
©
26 Michel Foucault, Geschichte der Gouvernementalität II, op. cit., p. 101, nota
se permite la copia
2001; las tesis de Angela McRobbie sobre la funcionalidad de los y las artis-
tas para la nueva economía: «”Everyone is creative”: artists as new economy
pioneers?», http://www.opendemocracy.net /arts/article_652.jsp; o el trabajo
investigador del grupo kdD (véase notas 1 y 34; también kdD, «La precari-
zación de los productores y productoras culturales y la ausente “vida
buena”», transversal: investigación militante, abril de 2006; http://transform.
eipcp.net/transversal/0406/kpd/es).
74 Producción cultural y prácticas instituyentes
34 Dicho estudio formaba parte del proyecto fílmico Kamera Läuft! (¡Acción!,
vídeo de 32 minutos, Zúrich-Berlín, 2004), realizado a finales de 2003 por el
grupo kpD (véase nota 1). Para ello se entrevistó a quince productores y
productoras culturales de Berlín (incluido al propio grupo) «con quienes
trabajábamos conjuntamente en favor de un tipo de práctica política en el
campo cultural o cuyo trabajo teníamos como referencia […]. Nuestras pre-
guntas se basaban en el cuestionario que el Fronte della Gioventù
Lavoratrice y Potere Operaio utilizaron en una acción llevada a cabo a
comienzos de 1967 en la fábrica Mirafiori de Turín, La Fiat es nuestra univer-
se permite la copia
sidad; en él se preguntaba, entre otras cosas, por [las ideas de los trabajado-
res y trabajadoras] sobre las formas de organización y la “buena vida” […].
En lo que se refiere a una potencial politización de los productores cultura-
les, también nos interesaban las estrategias colectivas de rechazo y los
deseos que les están asociados de mejorar la vida propia y la de otras per-
©
Figuras de resistencia
10 Véase http://www.k3000.ch.
11 Por ejemplo, proyectos como MoneyNations (http://www.moneyna-
tions.ch), Transit Migration (http://www.transitmigration.org), MigMap
(http://www.transitmigration.org/migmap/), etc.
92 Producción cultural y prácticas instituyentes
Final
Bibliografía complementaria
101
102 Producción cultural y prácticas instituyentes
Salario/ 507h- 520h- 550h- 600h- 650h- 700h- 750h- 800h- Más de
TOTAL
NHT 520h 550h 600h 650h 700h 750h 800h 1000h 000h
0,3-0,4 3,64 % 2,26 % 1,06 % 0,81 % 0,39 % 0,00 % 0,00 % 0,00 % 0,00 % 8,16 %
0,4-0,5 3,16 % 2,21 % 2,07 % 1,01 % 0,19 % 0,14 % 0,14 % 0,47 % 0,41 % 10,78 %
0,5-0,6 3,39 % 2,84 % 2,23 % 1,18 % 0,40 % 0,47 % 0,48 % 0,52 % 0,15 % 11,66 %
0,6-0,8 3,93 % 2,51 % 1,79 % 1,64 % 2,20 % 0,93 % 0,90 % 1,30 % 0,81 % 15,02 %
0,8-1,1 2,85 % 2,99 % 0,87 % 2,27 % 1,95 % 1,37 % 0,60 % 2,68 % 2,42 % 18,02 %
1,1-1,25 0,91 % 0,59 % 0,83 % 0,75 % 0,75 % 0,88 % 0,47 % 1,43 % 0,77 % 7,37 %
1,25-1,5 0,44 % 0,78 % 0,30 % 0,81 % 0,46 % 0,19 % 0,60 % 1,47 % 3,20 % 8,26 %
1,5-2 0,66 % 0,68 % 0,25 % 0,32 % 0,26 % 0,26 % 0,13 % 2,00 % 0,75 % 5,30 %
2-3 0,37 % 0,23 % 0,33 % 0,12 % 0,53 % 0,23 % 0,23 % 1,10 % 3,94 % 7,07 %
3-4 0,00 % 0,00 % 0,00 % 0,00 % 0,00 % 0,00 % 0,00 % 0,00 % 1,12 % 1,24 %
4-5 0,00 % 0,00 % 0,00 % 0,00 % 0,00 % 0,11 % 0,00 % 0,10 % 0,29 % 0,49 %
5+ 0,00 % 0,00 % 0,00 % 0,00 % 0,00 % 0,00 % 0,00 % 0,13 % 0,29 % 0,42 %
TOTAL 22,91 % 16,86 % 10,51 % 8,89 % 6,48 % 4,96 % 3,55 % 11,19 % 14,15 % 100 %
Pero son los más pobres, los más «pequeños», quienes han
sostenido el movimiento de los intermitentes; son los
«pequeños» quienes se han mostrado mucho más «creati-
vos», más «móviles», más «dinámicos» que los sindicatos de
se permite la copia
Empleador/asalariado
na de esas categorías.
se permite la copia
©
6. Efectos inmanentes.
Notas sobre la creactividad
Stefan Nowotny
tados y las obras en general. No hay que pasar por alto que
Valéry atribuye ese exceso a una cierta agitación juvenil; una
121
122 Producción cultural y prácticas instituyentes
5 Ibidem, p. 72.
6 Véase, por ejemplo, la crítica de Habermas a Foucault, en Jürgen
Habermas, El discurso filosófico de la Modernidad, Madrid, Taurus, 1989 (y
téngase en cuenta la crítica similar que hace Nancy Fraser).
7 Véase Aristóteles, Política, Madrid, Gredos, 1999.
126 Producción cultural y prácticas instituyentes
9 Luc Boltanski y Eve Chiapello, El nuevo espíritu del capitalismo, op. cit.,
p. 86.
10 Véase (también para las citas siguientes) MEW 3 [Marx Engels Werke,
Tomo 3], p. 5 [traducimos directamente del original alemán; ed. cast.:
Karl Marx, Tesis sobre Feuerbach y otros escritos filosóficos, Grijalbo,
Barcelona, 1974 (N. de las T.)].
128 Producción cultural y prácticas instituyentes
15 Ibidem.
se permite la copia
Así iba viviendo. Qué llegó a ser de él, cómo le fue más
tarde, es algo que escapa a nuestro conocimiento. Por ahora
no hemos logrado descubrir huellas ulteriores. Quizás lo
consigamos en otra ocasión. Ya veremos qué puede aún
emprenderse en este sentido. De momento aguardamos; en
cuanto hayamos averiguado algo nuevo, y en caso de que
nos sea permitido suponer un interés igualmente benévolo,
lo comunicaremos con sumo placer.19
141
142 Producción cultural y prácticas instituyentes
trad. por Horacio Pons, Buenos Aires, Nueva Visión, 2000, pp. 85-87.
2 Ibidem, p. 87.
3 Theodor W. Adorno, «La crítica de la cultura y la sociedad», trad. por
Manuel Sacristán, en Prismas. La crítica de la cultura y de la sociedad,
Barcelona, Ariel, 1962, p. 23.
4 Ibidem, p. 15.
¿Qué es la crítica? Un ensayo sobre la virtud de Foucault 143
5 Ibidem, p. 14.
6 Michel Foucault, «¿Qué es la crítica? (Crítica y Aufklärung)», trad. por
Javier de la Higuera, en Sobre la Ilustración, Madrid, Tecnos, 2006, pp. 3-
52. Este ensayo consistió originalmente en una conferencia pronunciada
en la Société Française de Philosophie el 27 de mayo de 1978, posterior-
mente publicada en el Bulletin de la Société française de Philosophie, año
84º, núm. 2, abril-junio de 1990, pp. 35-63.
144 Producción cultural y prácticas instituyentes
Más aún, sugeriría que lo que Foucault busca con esta pre-
gunta es algo bastante diferente de lo que quizás hemos
llegado a esperar de la crítica. Habermas volvió muy pro-
blemático el trabajo de la crítica al sugerir que, si lo que
buscábamos era poder recurrir a normas al elaborar juicios
evaluativos sobre las condiciones y los fines sociales, era
necesario ir más allá de la teoría crítica. La perspectiva de
la crítica, desde su punto de vista, puede poner en cuestión
los fundacionalismos, desnaturalizar las jerarquías sociales
y políticas e incluso establecer perspectivas mediante las
cuales se puede marcar una cierta distancia frente al mundo
naturalizado. Pero ninguna de estas actividades puede
decirnos en qué dirección deberíamos movernos, ni si las
actividades en las que nos comprometemos logran alcanzar
ciertos tipos de fines justificados normativamente. Desde su
punto de vista, por lo tanto, la teoría crítica tendría que dar
paso a una teoría normativa más robusta, como lo es la
acción comunicativa, con el fin de dotarnos de un funda-
mento para la teoría crítica con el que se puedan elaborar jui-
cios normativos fuertes;7 no sólo para que la política pueda
disponer de un propósito claro y de una aspiración normati-
va, sino también para que seamos capaces de evaluar las
prácticas actuales en términos de su capacidad para alcanzar
tales fines. Haciendo este tipo de crítica de la crítica,
Habermas se vuelve curiosamente acrítico respecto al propio
sentido de normatividad que expone. Porque la cuestión
«¿qué tenemos que hacer?» presupone que el «nosotros» ya
se ha formado y se conoce, que su acción es posible y que el
campo en el que puede actuar está delimitado. Pero si esas
mismas formaciones y delimitaciones tienen consecuencias
normativas, entonces será necesario preguntarse por los
valores que conforman el escenario de la acción, y ello se
se permite la copia
¿Cuál es la relación del saber con el poder que hace que nues-
tras certezas epistemológicas sostengan un modo de estructu-
rar el mundo que forcluye posibilidades de ordenamiento
alternativas? Por supuesto, podemos pensar que necesitamos
certeza ideológica para afirmar con seguridad que el mundo
está y debiera estar ordenado de una determinada manera.
¿Hasta qué punto, sin embargo, tal certeza está orquestada
por determinadas formas de conocimiento precisamente para
forcluir la posibilidad de pensar de otra manera? En este
punto sería inteligente preguntar: ¿qué tiene de bueno pensar
de otra manera si no sabemos de antemano que pensar de otra
manera produce un mundo mejor, si no tenemos un marco
moral en el cual decidir con conocimiento que ciertas posibili-
dades o modos nuevos de pensar de otra manera impulsarán
ese mundo cuya mejor condición podemos juzgar con están-
dares seguros y previamente establecidos? Ésta se ha conver-
tido en algo así como una contrarréplica habitual a Foucault y
a quienes se ocupan de él. El relativo silencio con el que se
recibe este hábito de descubrir errores en Foucault ¿es un
signo de que su teoría no sirve para dar respuestas consola-
doras? Pienso que sí, hay que aceptar que las respuestas que
Foucault ha proferido no tienen como finalidad primordial
consolar. Pero esto, por supuesto, no quiere decir que si algo
renuncia a consolar no se pueda considerar, por definición,
como una respuesta. En realidad, la única contrarréplica posi-
ble, me parece, es volver a un significado más fundamental de
«crítica» con el fin de ver qué problema hay con la manera en
que la cuestión se formula, para formular la cuestión de
nuevo, de forma que se pueda trazar una aproximación más
productiva hacia el lugar que ocupa la ética en el seno de la
política. Se podría preguntar, efectivamente, si lo que yo quie-
ro decir con «productivo» se calibrará mediante estándares y
se permite la copia
16 Ibidem, p. 25.
¿Qué es la crítica? Un ensayo sobre la virtud de Foucault 151
20 Ibidem, p. 9.
21 Ibidem, p. 9.
22 Ibidem, p. 9.
23 Ibidem, p. 10.
¿Qué es la crítica? Un ensayo sobre la virtud de Foucault 155
Nótese que aquí se dice del sujeto que «se atribuye ese dere-
©
nan. Un noble dice que algo es, y entonces llegar a ser: el acto
de habla inaugura el valor y se convierte en algo así como
una ocasión atópica y atemporal para el origen de los valores.
En efecto, la manera en que Nietzsche produce la ficción se
©
35 Se refiere a una pregunta por parte del público asistente, que se le for-
mula en el debate posterior a la conferencia que origina el texto ¿Qué es
la crítica?; véase supra, nota 6. [N. del T.]
36 Ibidem, pp. 44-45.
37 Ibidem, p. 45.
¿Qué es la crítica? Un ensayo sobre la virtud de Foucault 163
38 Ibidem, p. 45.
164 Producción cultural y prácticas instituyentes
Foucault nos recuerda que esta tarea ética sólo puede tener
lugar en un contexto político más amplio, la política de las
normas. Deja claro que no hay formación de sí fuera de un
modo de subjetivación, lo que quiere decir que no hay for-
mación de sí fuera de las normas que orquestan la posible
formación del sujeto.41
Nos hemos desplazado silenciosamente de la noción dis-
cursiva de sujeto a una noción de «sí mismo» con resonan-
cias más psicológicas, y pudiera ser que para Foucault este
último término fuese más portador de agencia que el prime-
ro. El yo se forma a sí mismo, pero se forma a sí mismo den-
tro de una serie de prácticas formativas que Foucault carac-
teriza como modos de subjetivación. Que la paleta de sus
formas posibles esté delimitada de antemano por dichos
modos de subjetivación no significa que el yo no consiga for-
marse a sí mismo, que el yo esté totalmente formado. Al con-
trario, se le obliga a formarse, pero formarse a sí mismo en
formas que ya están más o menos operando y en proceso. O,
podría decirse, se le obliga a formarse dentro de prácticas
que ya están más o menos funcionando. Pero si esa forma-
ción de sí se hace en desobediencia a los principios de acuer-
do con los cuales una se forma, entonces la virtud se con-
vierte en la práctica por la cual el yo se forma a sí mismo en
desujeción, lo que quiere decir que arriesga su deformación
como sujeto, ocupando esa posición ontológicamente inse-
gura que plantea otra vez la cuestión: quién será un sujeto
aquí y qué contará como vida; un momento de cuestiona-
miento ético que requiere que rompamos los hábitos de jui-
cio en favor de una práctica más arriesgada que busca actuar
con artisticidad en la coacción.
se permite la copia
41 Ibidem, p. 29.
8. Crítica sin crisis, crisis sin crítica
Boris Buden
169
170 Producción cultural y prácticas instituyentes
cupan por ello. La generación más joven, creía, está más allá
del problema de la significación política del arte o de las rela-
ciones entre política y estética. Puso como ejemplo el hecho de
que la vieja generación aún discuta vehementemente si debe-
ríamos tomar o no en consideración el significado político del
trabajo de Leni Riefenstahl. Para la generación joven, por el
Crítica sin crisis, crisis sin crítica 173
dola fue hacerla más fuerte, más eficiente, lo que quiere decir
que hicieron que la crisis fuera más sostenible o, dicho con
más sencillez, permanente.
176 Producción cultural y prácticas instituyentes
179
180 Producción cultural y prácticas instituyentes
dar, als sie sie vertreten.4 Así, en cierto modo, se inició un proceso
5 Véase Pierre Bourdieu, Las reglas del arte. Génesis y estructura del campo
literario, Barcelona, Anagrama, 1995.
6 Ibidem.
7 Citado por Gerald Raunig, Kunst und Revolution. Künstlerischer Aktivismus
©
im langen 20. Jahrhundert, Viena, Turia + Kant, 2005 [ed. cast.: Arte y revolución,
Madrid, Traficantes de Sueños (en preparación)].
8 Sobre la conexión entre el activismo vienés y el movimiento estudiantil
véase especialmente Robert Foltin, Und wir bewegen uns doch. Soziale
Bewegungen in Österreich, Grundrisse, Viena, 2004 (http://www. grundris-
se.net/PDF/Foltin_und%20wir%20bewegen%20uns%20doch.pdf), p. 58 y
ss.; y Gerald Raunig, ibidem, p. 169 y ss.
192 Producción cultural y prácticas instituyentes
II
http://eipcp.net/transversal/0106/raunig/es.
11 Stephan Nowotny, «Anticanonización. El saber diferencial de la crítica
institucional», transversal: Do you remember institutional critique?, op. cit.,
http://eipcp.net/transversal/0106/nowotny/es; Isabelle Graw, «Jenseits der
©
como contribución a una revista llamada Goodbuy to all that (núm. 10),
maquetadas junto a un artículo del Angela Davies Comitee in Defense of
Women Prisioners. [Sobre esta obra de Martha Rosler, véase en castellano
Sabine Breitwieser (ed.), Martha Rosler. Posiciones en el mundo real, Barcelona,
MACBA, 1999.]
18 Ulrich Enzensberger, «Warum brennst du, Konsumment», die tageszeitung,
Berlín, 20 de abril de 2004 (http://www.taz.de(pt/2004/09/25/a0315.1/text).
Internacionalismo artístico y crítica institucional 195
III
IV
203
204 Producción cultural y prácticas instituyentes
Historias en el presente
7 «Al igual que el arte no puede existir fuera del campo artístico, tam-
poco nosotras podemos existir fuera del campo del arte, al menos no
como artistas, críticos, curadoras, etcétera. Y lo que hacemos fuera del
campo, en la medida en que permanece fuera, no puede tener efecto
alguno sobre él. De manera que, si no hay un afuera para nosotras, ello
no se debe a que la institución esté herméticamente cerrada o porque
exista como un aparato del “mundo totalmente administrado” o por-
se permite la copia
Cambio de fase
ratoria que, sin ser nueva, surge cada vez con más urgencia.
217
218 Producción cultural y prácticas instituyentes
Instituciones, da capo
se permite la copia
problemática de la gubernamentalidad:
21 Félix Guattari, Las tres ecologías, Valencia, Pre-textos, 1990, pp. 42-43.
22 Félix Guattari, Psicoanálisis y trasnversalidad [1964], «La trasversali-
dad», Buenos Aires, Siglo XXI, 1976, p. 92.
Hacia nuevas creaciones políticas 237