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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN


U.E.P.C. MARIA INMACULADA
TURMERO ESTADO ARAGUA

NIVEL DE CONOCIMIENTO SOBRE EL IMPACTO EN LA SALUD DE LOS


ALIMENTOS TRANSGENICOS EN LOS ESTUDIANTES DE 1ERO Y 5TO AÑO
DE EDUCACION MEDIA GENERAL DEL COLEGIO MARIA INMACULADA
TURMERO, ESTADO ARAGUA

Autoras:
Jenifer Nuñez
Daniela Luis
Elimar Ghali
CAPÍTULO I

EL PROBLEMA

Planteamiento del Problema

A nivel mundial la biotecnología adquiere especial importancia en las


personas especialmente en la producción de plantas genéticamente modificadas,
los alimentos llamados transgénicos u OMG, sigla de los organismos modificados
genéticamente.
En lo que respecta en opinión de Malacarne, (2004) esto comprende “todo
organismo que lleva y expresa en su genoma genes de otros organismos”. (p. 52).
En este aspecto, la opinión pública conoce denuncias de grupos ambientalistas
sobre los daños que causarían al ambiente y a la salud humana y por otra parte,
recibe informaciones de las ventajas que tienen para el agricultor y para el
consumidor.
En efecto Gutiérrez (2006) afirma que “la biotecnología no es, como
defienden algunos, la única solución al gran problema del hambre en el mundo, ni
el único medio para asegurar la alimentación de nuestra especie tanto en el
presente, como en el futuro”. (p.23)
Por otra parte, la investigación y aplicación de la biotecnología en la
agricultura tiene una enorme relevancia en la actualidad. Los avances de la
ciencia han permitido conocer los genes, su modificación con distintos fines y su
utilización en la producción agrícola de arroz, soya y maíz que son algunos de los
rubros del mercado mundial que han sido objeto de la biotecnología agrícola con
el consecuente clima de opinión sobre las ventajas y desventajas para el
ambiente, la economía y la salud de las personas.
Un riesgo para la salud potencialmente pueden suponer nuevas alergias,
aparición de nuevos tóxicos, disminución en la capacidad de fertilidad (en
mamiferos alimentados con OMG), contaminación de alimentos, problemas en
órganos internos, etc.

La industria biotecnológica se ha negado a hacer pública información vital


que demuestra los problemas para la salud humana por el consumo de alimentos
transgénicos. Distintos científicos han revelado que Monsanto omitió reportar
efectos negativos serios, como los signos de toxicidad en los órganos internos de
las ratas.

Cabe destacar, que mediante los recursos de la ingeniería genética, los


transgénicos en opinión de Torrico (2001):
Se producen al introducir un gen de un organismo en el ADN (material
genético contenido en el núcleo de las células) de otro, sea este de la misma
especie o de otra completamente distinta, incluso de uno diferente (genes de
animales, bacteria, virus) para conferir a la planta un rasgo especifico nuevo, por
ejemplo resistencia a un herbicida. (p. 37).

No obstante, uno de los aspectos más importantes que se pueden destacar


es en la alimentación con las nuevas tecnologías y alteraciones genéticamente de
los alimentos que hoy día consume la sociedad sin saber que son modificados
genéticamente.
Así mismo, González, C. (2010) asegura que:
No podemos saber con exactitud qué cantidad de transgénicos
consumimos; tenemos que considerar que productos como el maíz y la
soya están presentes en más del 60% de los alimentos transformados y
forman parte de diferentes aditivos, y que un importante porcentaje de
estos vegetales proceden de países que cultivan transgénicos a gran
escala. Además, desconocemos si mucha de la carne, leche o huevos
que consumimos provienen de animales alimentados con productos
transgénicos, porque aunque la legislación obliga a etiquetar los
productos transgénicos, no obliga, en cambio, a etiquetar el producto
final”. 

Por lo que expresa la cita, los países están en la obligación de etiquetar los
productos transgénicos así lo contemplan las leyes que protegen la salud de las
personas. Como parte del acelerado desarrollo tecnológico global de las últimas
décadas, los avances logrados dentro del campo de la Biotecnología han
incorporados cambios de gran envergadura en la misión de mejorar las
condiciones de vida de los seres humanos. Una de estas novedades son los
Organismos Genéticamente Modificados (OMS), identificados comúnmente bajo
el nombre de transgénicos. Si bien es cierto que la hibridación de plantas y
animales no es un proceso de nueva data, la entidad y magnitud de esta
tecnología ha abierto un importante debate sobre los posibles riesgos, desafíos e
implicaciones éticas del uso de la biogenética en organismos vivos.
Hoy en día la manipulación genética se ha convertido en un tema polémico
que ha generado mucha controversia y opiniones enfrentadas y al que se le ha
dado gran cobertura en los medios de comunicación. Los eventuales riesgos para
la salud humana y el perjuicio para el medio ambiente son los dos principales ejes
sobre los que se ha centrado la resistencia frente a los transgénicos (Riechman,
2000). Muchos de estos riesgos han sido relativizados por la ciencia pero ello no
ha hecho disminuir la controversia generada.

Según la bióloga Malacarne (2004), en las últimas décadas del siglo pasado
y en lo que va del siglo actual,
La Biotecnología Moderna ha realizado avances espectaculares
logrando encontrar soluciones para numerosas problemas en áreas tan
diversas como la medicina, alimentación, agricultura e industria. Sin
embargo, esta tecnología al igual que otras, entraña riesgos que es
necesario conocer para obtener los máximos beneficios sin afectar la
salud de las personas ni el ambiente donde viven. (p. 12)

En el mismo orden de ideas, el área global estimada de cultivos transgénicos


autorizados comercialmente en 2007 fue de 114,3 millones de hectáreas,
sembradas en 23 países incluyendo 12 países del Sur, entre los cuales destacan
de la región latinoamericana Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay, México, Chile y
Honduras.
Por eso, el tema de los cultivos transgénicos a escala comercial surgió en
Latinoamérica en la década de los años 90. Para el año 2003, países como
Argentina, Brasil, Uruguay, México, Honduras y Colombia, tenían una superficie
cultivada del 31% del total de hectáreas a nivel mundial (Pengue 2005). Sin
embargo, a pesar del auge en la región, en otros países latinoamericanos se
mantiene como un tema emergente, tal es el caso de Guatemala y Venezuela.
En América Latina, ha sido el sector agropecuario el espacio donde la
comunicación biocientífica y biotecnológica ha tenido mayor impacto (Arnold, M.
Osorio, F. Robles, F,: 2001) En la mayoría de los países del hemisferio occidental
la tecnología ha sido desarrollada por el sector privado, en general ha sido tareas
de laboratorios al servicio de la industria agropecuaria, sumados algunos estudios
e investigaciones llevadas a cabo en centros universitarios con apoyo del Estado.
Los alimentos basados en la tecnología transgénica no necesariamente
inciden de manera negativa en la salud de los consumidores. Pero al ser
modificados genéticamente, deben poseer un marco regulatorio que actualmente
no existe en Venezuela.
Esta regulación funcionará para informar a los consumidores locales qué son
alimentos modificados genéticamente y cuáles no, además de establecer un
número exacto de cuántos transgénicos consumen las personas y evaluar la
calidad de los trabajos científicos relacionados con el tema. El dilema está en que
la mayoría de los gobiernos exigen controlar el uso y el consumo de transgénicos.
Totalmente lo contrario de lo que pasa en Venezuela.

"No hay evaluaciones de los alimentos de origen transgénicos en el país", afirma


Mariángel Paolini, químico con una maestría en ciencias de la alimentación. "Los
venezolanos podemos estar consumiendo comida genéticamente modificada sin
saberlo o desconociendo en qué cantidades".

Mientras que Mariangélica Santana, profesora de Biotecnología de la Universidad


Simón Bolívar (USB), especifica que Venezuela es "uno de los pocos países" que
no regulan ni estudian los alimentos de origen transgénico.
Sin embargo, a mediados de abril de 2005, el ministerio de Agricultura y
Tierras (MAT), a través de la junta nacional de oleaginosas-soya, el gobierno
venezolano aceptó la petición de rechazo del uso de insumos agrícolas y de
semillas con componentes transgénicos. Es de anotar que los gremios
representados mostraron su acuerdo en extremar el cuidado para que no se
utilicen productos genéticamente alterados.
En Venezuela no solo habrá que mirar con celo la importación de semillas
genéticamente modificadas, sino también los insumos procesados tales como
cereales, estratos de frutas, enlatados y jaleas que ingresan al país importados.
En investigaciones previas realizadas en la web, hay autores que se
preguntan si la popular harina que se consume masivamente en Venezuela en
forma de arepa esta libre del maíz transgénico. La interrogante es válida ya que la
empresa que elabora el producto más popular de la dieta del venezolano, utiliza
en parte, maíz importado. De allí la necesidad perentoria de una ley (tal como
existe en varios países europeos y en Japón, y que empieza a ganar espacios en
el hemisferio como lo muestra Bolivia), que obligue a fijar una etiqueta con la
advertencia al consumidor de que está consumiendo un producto modificado. Ese
seria un tratamiento justo para el consumidor.
En el ámbito nacional funciona una Comisión de Bioseguridad para regular
las actividades vinculadas con el tema. Venezuela importa productos agrícolas de
países como Brasil y Argentina, los principales cultivadores de transgénicos en
América Latina. Igualmente, Venezuela importa productos desde Canadá y
Estados Unidos, países donde se cultivan plantas modificadas genéticamente y
aún no se ha instrumentado un marco legal que los regule (Davies, 2005).
A nivel internacional hay que destacar, entre otros tratados internacionales,
un documento suscrito por Venezuela: el Protocolo de Cartagena sobre seguridad
de la Biotecnología, del Convenio sobre la Diversidad Biológica, el cual se refiere
a:
La necesidad de proteger la salud humana y el medio ambiente frente a
posibles efectos adversos de los productos de la moderna
Biotecnología», reconociendo su «gran potencial para promover el
bienestar de la humanidad, particularmente en cuanto a satisfacer
necesidades críticas de alimentación, agricultura y cuidados sanitarios»
(UNCTAD, 2000: 1).

En Venezuela las últimas investigaciones que se han llevado a cabo para el


periodo de los años 2014 y 2015, El Ministerio de Agricultura y Tierras expresa
que actualmente diferentes actores políticos del Consejo Presidencial Campesino,
Fundos Zamoranos, Movimientos Campesinos Agroecológicos, comunas, 
investigadores y activistas de las Universidades e Instituciones Especializadas, se
encuentran en un debate abierto para construir en conjunto la nueva Ley Popular
de Semillas de Venezuela.
Cabe destacar que el proyecto de dicha Ley se aprobó en primera discusión
en octubre de 2014, donde se estableció una Comisión de Desarrollo Económico y
Finanzas para la consulta pública del proyecto. La misma tiene como propósito
preservar, proteger, garantizar la producción, multiplicación, conservación, y libre
circulación de la semilla. Así como promover el desarrollo de un sistema de
producción nacional que haga frente a la importación de Organismos Vivos
Modificados (OVM) y Organismos Genéticamente Modificados (OGM).

La Asamblea Nacional venezolana, sancionó el 23 de Diciembre del 2015


la Ley de Semillas. Su objeto es preservar, proteger, garantizar la producción,
multiplicación, conservación, libre circulación y el uso de la semilla, así como la
promoción, investigación, innovación, distribución e intercambio de la misma,
desde una visión agroecológica, privilegiando la producción nacional de semillas

Asimismo el no uso de los transgénicos, "no se puede usar estas semillas


transgénicas, que son organismos genéticamente modificados por lo que tienen
efectos colaterales negativos sobre la salud animal y salud humana, es una
discusión que incluso existe a nivel mundial".

Por lo antes planteado surge la siguiente pregunta de investigación:

¿Qué nivel de conocimiento sobre el impacto en la salud de los alimentos


transgénicos tienen los estudiantes del bachillerato del Colegio María Inmaculada
Turmero Estado Aragua.?

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