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Tipos de Párrafos
Presenta
TUTOR:
Ibagué- Tolima
2017
OBJETIVOS
1. Identificar los diferentes tipos de párrafos que se presentan en las aventuras de Sherlock Holmes.
2. Tener claro las diferencias que existen en cada uno de los tipos de párrafos.
tiene.
INTRODUCCION
En el presente trabajo identificare los diferentes tipos de párrafos que encontramos en la obra de
las Aventuras de Sherlock Holmes en este debo tener claro como primera medida que es un
párrafo el cual es la mínima unidad de redacción que explica y desarrolla el significado de una
idea generalmente tiene diversas oraciones, todas ellas contienen la misma palabra clave o idea
Existen también diferentes tipos de párrafos entre los que están los: Deductivos: son los donde la
Los Inductivos- Deductivos: donde la idea central se halla en el centro o en medio del párrafo.
Y el Implícito: donde la idea aparece diseminada a través de todo el párrafo y el lector debe inferir
Sherlock Holmes y yo fuimos, en primer lugar, a la tienda de los Hermanos Harding, en High
Street, donde se había comprado el busto. Un joven dependiente nos informó que el señor Harding
estaría ausente hasta el mediodía y que él era nuevo en la casa y que no podía darnos ninguna
El muchacho llego el primero de mayo, al comienzo del trimestre del verano. Era un joven encantador
que se amoldo rápidamente a nuestras costumbres y puedo decirlo, con lo cual no peco de indiscreto, ya
que las coincidencias a medias son absurdas en un caso como este, que no era muy feliz en su casa. No era
un secreto que el matrimonio del duque no ha sido muy afortunado y que termino en una separación
amistosa, marchándose la duquesa a su residencia del sur de Francia. Esto había sucedido poco antes y el
muchacho había tenido siempre preferencia por su madre, quedando muy abatido después de su marcha de
La actitud de Sherlock Holmes, apenas hubo desaparecido nuestro visitante, fue lo suficientemente extraña
como para llamar nuestra atención. Después coloco el busto recién adquirido en el centro de la tela y,
finalmente levanto el mango del lazo ciego y dio con él un golpe en la cabeza del Napoleón, que se
rompió en fragmentos. Un instante después emitió un grito de triunfo, mientras levantaban un trozo
en el que había incrustado un objeto redondo y oscuro, como una ciruela en un pastel.
Sin embargo, no fue a nuestro prisionero a quien Holmes dedicó su atención, sino que agachado junto a la
puerta examinaba lo que el hombre había sacado de la casa. Era un busto de Napoleón, como el que vimos
por la mañana, y aparecía roto en fragmentos del mismo tamaño. Holmes examinaba a la luz cada
rostro con sumo cuidado, pero yo no veía ninguna diferencia entre cada pedazo de yeso; apenas
había acabado su examen, cuando se encendieron las luces del recibidor, se abrió la puerta y
apareció el propietario de la casa, un hombre redondo y juvenil, vestido con pantalones y camisa.
Con una última advertencia acerca de la descripción que debía guardar sobre nuestras pesquisas, nos
despedimos de él y regresamos hacia el oeste. La tarde estaba bastantemente avanzada, antes de que
pudiésemos tomar una ligera merienda en un restaurante. En la puerta, un diario con grandes titulares,
rezaba: “Brutalidad en Kebsington. Asesinado por un loco”, y en las páginas interiores del
periódico comprobamos que el señor Harker había logrado, por fin, imprimir su relato. Una
sensacional y florida interpretación de todo el suceso llenaba dos columnas, Holmes apoyo el periódico en
las vinagreras y lo estuvo leyendo mientras comía, riendo, entre dientes, de cuando en cuando.
El primer caso se presentó hace cuatro días. Ocurrió en la tienda de Morse Hudson, que tiene un negocio
trastienda por un momento, cuando oyó en la tienda un gran estrépito; salió rápidamente y se
encontró en el suelo, hecho añicos, un busto de Napoleón que estaba encima del mostrador, junto
con otras obras de arte. Salió rápidamente a la calle y aunque varios transeúntes declararon que habían
visto un hombre salir corriendo de la tienda, no pudo divisar a nadie ni encontrar el medio de identificar al
autor. Parecía ser uno de esos actos de gamberrismo, sin sentido, que tiene lugar de cuando en cuando, y
como tal se consideró al darle cuenta a una guardia. La figura de yeso no valía más que unos cuantos
Holmes volvió el cuerpo con cuidado y lo examino minuciosamente. Después se sentó, quedando sumido
en profunda meditación durante un rato, pude apreciar por su ceño fruncido que aquel horrible
descubrimiento nos había hecho avanzar, en su opinión, gran cosa en nuestras investigaciones.
Sí, señor, y ha sido decepcionante. Solo se ha conseguido saber que un muchacho y un hombre fueron
vistos tomando un tren, al amanecer, en la estación vecina. La noche pasada fueron detenidos en Liverpool
y probaron que no tenían nada que ver con el asunto en cuestión. Fue la raíz de esto cuando, desesperado y
hundido, y después de pasar la noche sin dormir, vine en el primer tren a verle a usted.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
- Las aventuras de Sherlock Holmes (la aventura de los Seis Nápoles – la aventura de la Escuela de