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Asignatura

Comunicación Escrita y Procesos Lectores I

Título del trabajo

Tipos de Párrafos

Presenta

Loriet Aldanaris Sáenz Quintero


ID: 000612430

TUTOR:

Diana Alejandra Sánchez Peralta

Corporación Universitaria Minuto de Dios

Facultad Ciencias Empresariales

Programa Contaduría Pública

Ibagué- Tolima

2017
OBJETIVOS

1. Identificar los diferentes tipos de párrafos que se presentan en las aventuras de Sherlock Holmes.

2. Tener claro las diferencias que existen en cada uno de los tipos de párrafos.

3. Adquirir conocimientos sobre el párrafo su significado, características y clasificación que este

tiene.
INTRODUCCION

En el presente trabajo identificare los diferentes tipos de párrafos que encontramos en la obra de

las Aventuras de Sherlock Holmes en este debo tener claro como primera medida que es un

párrafo el cual es la mínima unidad de redacción que explica y desarrolla el significado de una

idea generalmente tiene diversas oraciones, todas ellas contienen la misma palabra clave o idea

clave que controla la información en el resto del párrafo.

Existen también diferentes tipos de párrafos entre los que están los: Deductivos: son los donde la

idea central aparece al comienzo del párrafo.

Los Inductivos: donde la idea central aparecen al final del párrafo.

Los Inductivos- Deductivos: donde la idea central se halla en el centro o en medio del párrafo.

Y el Implícito: donde la idea aparece diseminada a través de todo el párrafo y el lector debe inferir

o resumirlas con sus propias palabras.


TIPOS DE PARRAFOS (LAS AVENTURAS DE SHERLOCK HOLMES)

Párrafos Deductivos: Cuando la idea principal va al inicio del párrafo.

Sherlock Holmes y yo fuimos, en primer lugar, a la tienda de los Hermanos Harding, en High

Street, donde se había comprado el busto. Un joven dependiente nos informó que el señor Harding

estaría ausente hasta el mediodía y que él era nuevo en la casa y que no podía darnos ninguna

información. En el rostro de Holmes se pintó la desilusión.

El muchacho llego el primero de mayo, al comienzo del trimestre del verano. Era un joven encantador

que se amoldo rápidamente a nuestras costumbres y puedo decirlo, con lo cual no peco de indiscreto, ya

que las coincidencias a medias son absurdas en un caso como este, que no era muy feliz en su casa. No era

un secreto que el matrimonio del duque no ha sido muy afortunado y que termino en una separación

amistosa, marchándose la duquesa a su residencia del sur de Francia. Esto había sucedido poco antes y el

muchacho había tenido siempre preferencia por su madre, quedando muy abatido después de su marcha de

Holdernesse Hall, por lo que el duque quiso enviarle a mi establecimiento.

Párrafos Inductivos: Cuando la idea principal va al final del párrafo.

La actitud de Sherlock Holmes, apenas hubo desaparecido nuestro visitante, fue lo suficientemente extraña

como para llamar nuestra atención. Después coloco el busto recién adquirido en el centro de la tela y,

finalmente levanto el mango del lazo ciego y dio con él un golpe en la cabeza del Napoleón, que se

rompió en fragmentos. Un instante después emitió un grito de triunfo, mientras levantaban un trozo

en el que había incrustado un objeto redondo y oscuro, como una ciruela en un pastel.
Sin embargo, no fue a nuestro prisionero a quien Holmes dedicó su atención, sino que agachado junto a la

puerta examinaba lo que el hombre había sacado de la casa. Era un busto de Napoleón, como el que vimos

por la mañana, y aparecía roto en fragmentos del mismo tamaño. Holmes examinaba a la luz cada

rostro con sumo cuidado, pero yo no veía ninguna diferencia entre cada pedazo de yeso; apenas

había acabado su examen, cuando se encendieron las luces del recibidor, se abrió la puerta y

apareció el propietario de la casa, un hombre redondo y juvenil, vestido con pantalones y camisa.

Párrafos Inductivos – Deductivos: Cuando la idea principal va en el centro del párrafo.

Con una última advertencia acerca de la descripción que debía guardar sobre nuestras pesquisas, nos

despedimos de él y regresamos hacia el oeste. La tarde estaba bastantemente avanzada, antes de que

pudiésemos tomar una ligera merienda en un restaurante. En la puerta, un diario con grandes titulares,

rezaba: “Brutalidad en Kebsington. Asesinado por un loco”, y en las páginas interiores del

periódico comprobamos que el señor Harker había logrado, por fin, imprimir su relato. Una

sensacional y florida interpretación de todo el suceso llenaba dos columnas, Holmes apoyo el periódico en

las vinagreras y lo estuvo leyendo mientras comía, riendo, entre dientes, de cuando en cuando.

El primer caso se presentó hace cuatro días. Ocurrió en la tienda de Morse Hudson, que tiene un negocio

de venta de cuadros y estatuas en Kensington Road. El ayudante de Hudson había pasado a la

trastienda por un momento, cuando oyó en la tienda un gran estrépito; salió rápidamente y se

encontró en el suelo, hecho añicos, un busto de Napoleón que estaba encima del mostrador, junto

con otras obras de arte. Salió rápidamente a la calle y aunque varios transeúntes declararon que habían

visto un hombre salir corriendo de la tienda, no pudo divisar a nadie ni encontrar el medio de identificar al
autor. Parecía ser uno de esos actos de gamberrismo, sin sentido, que tiene lugar de cuando en cuando, y

como tal se consideró al darle cuenta a una guardia. La figura de yeso no valía más que unos cuantos

chelines y no se estimó que el asunto justificase una investigación.

Párrafos Implícitos: Cuando no tienen una idea especificada.

Holmes volvió el cuerpo con cuidado y lo examino minuciosamente. Después se sentó, quedando sumido

en profunda meditación durante un rato, pude apreciar por su ceño fruncido que aquel horrible

descubrimiento nos había hecho avanzar, en su opinión, gran cosa en nuestras investigaciones.

Sí, señor, y ha sido decepcionante. Solo se ha conseguido saber que un muchacho y un hombre fueron

vistos tomando un tren, al amanecer, en la estación vecina. La noche pasada fueron detenidos en Liverpool

y probaron que no tenían nada que ver con el asunto en cuestión. Fue la raíz de esto cuando, desesperado y

hundido, y después de pasar la noche sin dormir, vine en el primer tren a verle a usted.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

- Las aventuras de Sherlock Holmes (la aventura de los Seis Nápoles – la aventura de la Escuela de

la Priorîa) de Artur C. Doyle.

- Material de Consulta dado por el tutor.

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