Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
La vida le exige un comportamiento digno al propio ser humano por el simple hecho
de serlo, no precisamente en un nivel de presión, claro está, puesto que el hombre
no sufre la ética, antes, esta es voluntaria y en algunos casos es interpretada como
la “consciencia” que nos lleva a la reflexión de cuál será el mejor comportamiento
que se podría desempeñar; entre esta dicotomía del bien y el mal el hombre ha
llegado a través de la historia a diversas conclusiones instaurando incluso leyes
universales de ética. Esto, por supuesto, visto desde un punto de vista filosófico, ya
que en el ser humano contemporáneo, participe de las sociedades actuales, se
comporta de manera ética muchas veces por una cierta imposición dada por las
leyes que conforman cada sociedad.
Pero la ética no es algo que nazca de la sociedad como un todo, no se hace solo
por conveniencia (como puede llegar a ser el caso de la moral); la ética proviene
desde la reflexión genuina de la persona, se refleja en su pensar hacia los actos
cometidos o por cometer y aunque no ejerce juicios de valor, si los toma en cuenta
para orientarse, puesto que la ética no va separada de la moral, todo lo contrario,
una es consecuencia de la otra sin necesariamente una estar por encima de la otra,
necesitándose mutuamente para determinar el andar autónomo del ser humano y su
comportamiento pero también sus acciones a gran escala (en la sociedad) y sus
funciones en ella.
Una persona ética, no es solo alguien que hace las cosas bien, es alguien que
reflexiona constantemente acerca de lo que está bien y lo que está mal
adaptándose incluso a situaciones específicas (las cuales podrían ser una por cada
ser humano) y haciendo de su conjunto de acciones algo digno, algo humano, algo
que valga la pena compartir con el mundo-sociedad.