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ISBN: 978-958-8666-23-5
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Presentación .......................................................................................................... 7
Introducción .......................................................................................................... 8
I - FEMINICIDIO, DEL CONCEPTO AL CONTEXTO................................................ 13
Definiciones conceptuales .................................................................................. 14
Clasificación del feminicidio ...................................................................... 17
Activas o directas .................................................................................. 17
Pasivas o indirectas .................................................................................. 17
Modalidades delictivas o tipología .......................................................... 20
Modelos .......................................................................................................... 22
Investigación de una perspectiva de genero ............................................... 24
Bibliografía .......................................................................................................... 25
II - ACTUACIÓN INDIVIDUAL Y COORDINACIÓN DE LOS DIFERENTES............... 27
OPERADORES
Manejo del lugar de los hechos o escena de un posible feminicidio 31
Bibliografía .......................................................................................................... 33
III - INVESTIGACIÓN DEL LUGAR DE LOS HECHOS, ANÁLISIS INICIAL DE
LAS ESCENAS Y VALORACIÓN DE MEDIOS ......................................................... 35
Protección de la escena ...................................................................... 35
Procesamiento de la escena .......................................................... 36
Manejo del lugar de los hechos aseguramiento del lugar de los hechos .... 38
Bibliografía .......................................................................................................... 40
Antecedentes jurídicos:
Bibliografía ........................................................................................................ 53
V - PROCEDIMIENTO DE NECROPSIA PARA CASOS DE FEMINICIDIO.............. 55
Examen físico topográfico detallado al momento de necropsia en casos
de feminicidio ............................................................................................ 55
Histología ........................................................................................................ 63
Referencias ....................................................................................................... 76
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PRESENTACIÓN
La aplicación de esta Guía permitirá contar con resultados forenses acordes con
las necesidades de la investigación judicial, que permitan el esclarecimiento de los
hechos, la verdad judicial y la reparación de las víctimas.
Las labores investigativas y periciales llevadas a cabo con rigor científico y dirigidas
de la forma correcta, permite comprender la naturaleza del delito que es objeto
de investigación, lo que significa que las interpretaciones forenses brindan insumos
fundamentales para entender las causas y contextos donde surgen este tipo de
delitos. Traduciendo así los resultados científicos de la práctica forense en mecanis-
mos sociales que permiten caracterizar las formas de violencia, los posibles agreso-
res, sus motivaciones, los niveles de vulnerabilidad de la víctima, los lugares físicos
donde se ejercen estos hechos y así convertir el lenguaje de violencia que se ejer-
ce sobre los cuerpos en mecanismos de prevención de nuevas formas de violencia.
Desde el punto de vista antropológico los cuerpos tienen agencia, lo que significa
que a través de estos se estructuran y producen formas de vivir y vivenciar espacios
e identidades. Por lo tanto, el cuerpo de una mujer violentada por el hecho de ser
mujer, es un indicador claro y nefasto del tipo de relaciones que construyen las so-
ciedades patriarcales.
La palabra femicide fue utilizada por primera vez por la feminista Diana Russell en el
Tribunal Internacional de Crímenes contra las Mujeres, en Bruselas, Bélgica, en 1976.
Desde ese momento hasta la actualidad, el concepto ha sido utilizado como un
mecanismo de denuncia de las muertes violentas de las que son víctimas las muje-
res por el hecho de ser mujeres.
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El proceso de denuncia y visibilización de este tipo de delitos por parte del movi-
miento social de mujeres y de sectores feministas, ha presionado a los Estados a
trabajar en torno a la prevención de todas las formas de violencia que se ejercen
contra las mujeres. Los principales antecedentes son: la Convención para la Elimi-
nación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), adoptada
por la Asamblea General de Naciones Unidas en 1979 y la Convención Interameri-
cana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer “Convención
de Belém do Pará” adoptada por la Asamblea General de la Organización de
Estados Americanos el 9 de junio de 1994.
Teniendo en cuenta este contexto, por parte del Instituto Nacional de Medicina
Legal y Ciencias Forenses se ve la necesidad de crear una Guía De Recomenda-
ciones Para La Investigación Judicial, Atención Y Prevención De Las Muertes Con
Sospecha De Feminicidio, como un documento técnico dirigido a investigadores
de la rama judicial y a peritos forenses, con dos objetivos específicos:
nuncia y visibilización de todas las formas de violencias que se ejercen contra las
mujeres.
Esta guía ha sido elaborada desde una perspectiva integral con la participación
de especialistas en medicina forense, psicología forense, derecho y criminalística,
con el objetivo de servir de instrumento práctico para todos los participantes en los
procesos de investigación judicial y demás organizaciones.
Desde ese punto de vista, el objetivo de largo alcance es ampliar el diálogo entre
las ciencias forenses, los movimientos sociales de mujeres y feministas, las ciencias
sociales y las autoridades encargadas de construir políticas públicas, con el fin de
visibilizar las violencias extremas ejercidas a través y sobre la mujer y así fomen-
tar cambios estructurales sobre las construcciones patriarcales de lo femenino y lo
masculino.
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El feminicidio entendido como la muerte a una mujer, por su condición de ser mujer
o por motivos de su identidad de género1, es el resultado de condiciones históri-
cas, prácticas culturales, situaciones sociales, económicas y políticas que se han
construido en el orden patriarcal y que hoy dejan como resultado miles de mujeres
asesinadas por su condición de género en el mundo2. Por tanto, es importante
comprender el feminicidio como un problema de salud pública y de derechos
humanos, más aun teniendo en cuenta que la violencia fue declarada como un
problema de salud pública prevenible por la OMS en el 20033.
DEFINICIONES CONCEPTUALES
Femicidio
En el 2001 Roberta Harmes y Diana Russell8 definieron femicidio como “El asesinato
de personas del sexo femenino por personas del sexo masculino debido a su
condición de personas del sexo femenino”, si bien es cierto que esta versión
de la definición abarca todas las manifestaciones del machismo masculino, no
sólo el odio, y además reemplaza “mujeres” por “personas del sexo femenino”
en reconocimiento al hecho de que muchas niñas y bebés del sexo femenino
también son víctimas de femicidio; circunscribe la definición al asesinato cometido
únicamente por hombres , desconociendo el hecho de que este también puede
ser llevado a cabo por mujeres.
Feminicidio
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Según las Naciones Unidas se define la VCM como todo acto de violencia basado
en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un
daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amena-
zas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se
producen en la vida pública como en la vida privada4. Según la Convención de
Belém do Pará, es una forma específica de violencia, dirigida a mujeres de todas
las edades y que se deriva de las “relaciones de poder históricamente desiguales
entre mujeres y hombres”. Se produce no sólo en el ámbito doméstico sino en todos
los ámbitos8.
Género
Sexo
Identidad de género
Transgénero
Violencia de género
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La Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre la Violencia contra la Mujer, cla-
sifica4 las muertes violentas de mujeres por razones de género en dos categorías,
activas o directas y pasivas o indirectas:
1. Activas o directas:
2. Pasivas o indirectas:
• Las muertes por prácticas dañinas (por ejemplo, las ocasionadas por la mu-
tilación genital femenina).
• Las muertes vinculadas al tráfico de seres humanos, al tráfico de drogas, a la
proliferación de armas pequeñas, al crimen organizado y a las actividades
de las pandillas y bandas criminales.
• La muerte de las niñas o de las mujeres por negligencia, por privación de
alimento o maltrato.
• Los actos u omisiones deliberadas por parte de funcionarios públicos o agen-
tes del Estado.
Este tipo de feminicidio hace referencia al asesinato de una mujer relacionado con
el pago de una retribución monetaria o dote por parte de la familia de la novia
al esposo13. Es un tipo de feminicidio muy común en la India y Pakistán en donde
la familia de la novia debe ofrecer un pago en dinero o bienes a la familia del
novio por recibir a su hija. El feminicidio ocurre cuando los padres de la novia no
pueden dar más dinero y el esposo la empieza a considerar como “inapropiada”.
En nuestro medio algunas etnias mantienen la práctica de la dote aunque en
sentido inverso, es decir es la familia del novio la que debe pagar una dote a la
familia de la novia para que el matrimonio pueda llevarse a cabo14. En cualquiera
de las dos situaciones, las muertes de mujeres que se motiven por la insatisfacción
de un interés económico pactado deben clasificarse dentro de esta categoría.
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tipo de crímenes no solamente se utilizan para intimidar al rival sino como una forma
de intimidación al gobierno y sus políticas antidrogas13.
La Organización de las Naciones Unidas define un homicidio dirigido como “el uso
de fuerza letal intencional, premeditada y deliberada por parte del estado o sus
agentes actuando bajo la ley o por un grupo organizado en un conflicto armado
contra un individuo especifico que no está bajo custodia física del perpetrador”.
En este tipo de crímenes el elemento diferencial es precisamente la naturaleza
premeditada y el hecho que la fuerza es intencionalmente utilizada contra un
individuo o grupo específico previamente seleccionado por el perpetrador13. Este
tipo de violencia es utilizada como un arma de guerra para castigar y deshumanizar
a las mujeres e intimidar a la comunidad a la que pertenecen a través del terror y
el miedo. Las mujeres también pueden ser víctimas de ejecuciones extrajudiciales,
secuestro, tortura, violación o mutilación sexual por pertenecer a determinados
grupos armados o políticos, por defender a los miembros de su familia o por
acusación de colaborar con la contraparte enemiga14.
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MODELOS: Para investigar los feminicidios, Se han planteado una serie de modelos o
estructuras, que son útiles para contextualizar los diferentes ámbitos de la sociedad
en los que se gestan las practicas violentas contra las mujeres; a conocer, el mode-
lo ecológico feminista4 y el ciclo de violencia de la pareja9.
Modelo ecológico feminista: Utiliza cuatro niveles para enmarcar el origen de la vio-
lencia de género que deben ser abordados tanto en la investigación forense como
en la elaboración de la teoría del caso por parte del cuerpo judicial de investiga-
ción o fiscalía. Según este modelo, la violencia contra la mujer es multifacética, es
decir, que puede encontrarse originada o basada en varios aspectos y situaciones
tanto individuales como del entorno sociopolítico y cultural, ver tabla 2.
Nivel Comunitario Este nivel está asociado a los factores estructurales que
afectan los entornos cotidianos donde se desarrollan las
relaciones de poder:
• Pertenencia a grupos o redes en los que se reivindique la
violencia como ejercicio de poder.
• Aislamiento de la mujer y la familia.
Nivel Relacional Esta esfera está relacionada con la organización familiar y
los entornos inmediatos de convivencia:
• Ordenamiento familiar en torno a la figura masculina.
• Dominación económica masculina.
• Legitimación de la violencia como forma de solucionar los
conflictos familiares y comunitarios.
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El ciclo de la agresión parece estar compuesto de tres fases distintas, las cuales
varían en tiempo e intensidad para la misma pareja y entre las diferentes parejas.
Fase dos: Explosión violenta: El hombre explota, pierde el control y violenta muy
duramente a su pareja, verbal o físicamente. La insulta, la golpea, rompe cosas,
amenaza con matar a los hijos y a ella, le interrumpe el sueño, la viola, etc. La mujer
se muestra, impotente y débil, la desigual balanza que se ha establecido a lo largo
de los años la paraliza. No toma represalias, entra en una “indefensión aprendida”
que le impide reaccionar.
Fase tres: Luna de miel: El agresor se siente muy arrepentido de su conducta (por lo
menos las primeras veces), pide perdón, promete cambiar. Y realmente cambia, le
lleva el desayuno a la cama, la cura las heridas, incluso se hace cargo de las tareas
domésticas, le “cede todo el poder” a ella. Deja de ponerle tantas restricciones, se
relaja un poco y la permite las salidas. Si bebía, deja de beber, incluso puede ir a
terapia. La mujer al ver estos cambios cree que dejará de maltratarla y piensa de
verdad que no volverá a ocurrir. Un porcentaje muy alto relaciona el maltrato con
la ingestión de alcohol, sin pensar que cuando el agresor bebe él no maltrata a
todo el mundo, sino sólo a ella.
Cada vez la mujer es más dependiente, cada vez tiene menos energía para luchar
(Indefensión aprendida). Es el marido o pareja, y no ella, quien controla estos ciclos
y el que decide cuando se acaba la “luna de miel”. Ella empieza a darse cuenta
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BIBLIOGRAFÍA
1. Ley 1761 del 6 de julio del 2015. Congreso de Colombia. Tipo penal de femi-
nicidio como delito autónomo. Ley Rosa Elvira Celis. Recuperado de: wp.pre-
sidencia.gov.co/sitios/normativa/leyes.
10. Marcuello, A.C. (1999). Sexo, género, identidad sexual y sus patologías.
Cuadernos de Bioética. Recuperado de: http://aebioetica.org/revis-
tas/1999/3/39/459.pdf
13. Academic Council of the United Nations System. (2013). Femicide: A global
issue that demands action. Available at: http://www.acuns.org
18. López Hernández, E., Peña Rodríguez, D y Salas Ramírez, K. M. (2012). Linea-
mientos básicos y contenidos mínimos para la elaboración de un protocolo
modelo para la investigación de los femicidios/feminicidios. México: Alianza
Regional por el Acceso de las Mujeres a la Justicia. Recuperado de: http://
www.convergemujeres.org/
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Recomendaciones:
8. Manejo del lugar de los hechos - Aseguramiento del lugar de los hechos.
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11. Manejo del lugar de los hechos - Observación, análisis y valoración del lugar
de los hechos.
12. Manejo del lugar de los hechos - Fijación del lugar de los hechos.
15. Siempre que sea posible, es preciso que un representante de Medicina Le-
gal, se encuentre presente en el procesamiento de la escena criminal femi-
nicida. Su ausencia puede derivar en grandes deficiencias en la investiga-
ción y su resultado final.
16. En aquellos casos en los que no fuera posible la asistencia del Médico Foren-
se, se debe articular un sistema para que otros profesionales de la Medicina
o funcionarios de la Rama Judicial sean capaces de compensar técnica-
mente la ausencia de dicho especialista.
17. Excepto en aquellos casos en los que sea necesaria una intervención mé-
dica previa, no se llevará a cabo ninguna actuación o maniobra sobre el
cadáver sin la presencia y autorización de la autoridad competente e ideal-
mente un Médico Forense o del funcionario que supliera su función.
18. Los datos obtenidos por el Médico Forense o funcionario que asiste a la
escena, producto del examen del cadáver en el lugar de los hechos, serán
transmitidos a la Autoridad competente, responsable de la investigación.
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22. Los datos obtenidos por el Médico Forense o funcionario responsable, pro-
ducto de las distintas actuaciones llevadas a cabo en el escenario feminici-
da, formarán cuerpo indisoluble del Informe de Autopsia posterior.
23. Cuando las especiales características del escenario y del crimen feminicida
así lo exijan, es precisa la asistencia de otros especialistas.
6 Ingresar al lugar de los hechos o escena, desple- Policía Judicial y/o Policía Na-
gando todas las precauciones para evitar riesgos cional.
contra su integridad personal, del lugar y de los
EMP y EF que se encuentren.
7 Analizar el lugar de los hechos o escena: Si se Policía Nacional, Policía Judicial
trata de una escena relacionada con la vida e o quien haga sus veces.
integridad personal, aplicar los procedimientos de
reconocimiento de vida a los cuerpos encontra-
dos si hay lugar a ello, como: respiración, pulso,
reflejos oculares, inconsciencia y movilidad; de re-
querirse la presencia de organismos de salud y/o
de primeros auxilios se debe informar a la central
de comunicaciones o quien haga sus veces.En
caso de tener contacto con algún EMP y EF, dejar
constancia de ello, indicando los motivos en el
formato de actuación del primer responsable.
8 Reportar a la central de comunicaciones los ha- Policía Nacional, Policía Judicial
llazgos, como: presencia de personas heridas y/o o quien haga sus veces.
fallecidas, condiciones físicas y de seguridad del
lugar de los hechos o escena, entre otros.
Tabla tomada y modificada del Manual de procedimientos para cadena de custodia - FGN - Julio
2016.
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BIBLIOGRAFÍA
14. Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses. Guía muertes debidas
a heridas por arma cortante. 2014. Disponible en http://www.medicinalegal.
gov.co
15. Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses. Guía muertes debidas
a asfixia. 2014. Disponible en http://www.medicinalegal.gov.co
16. Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses. Boletín Nº 35 Grupo
Nacional de Patología: Guía: Cuerpos recuperados en el agua. Disponible en
http://www.medicinalegal.gov.co
17. Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses. Procedimiento de Ne-
cropsias en Cadáver Esqueletizado. 2012. Disponible en http://www.medicina-
legal.gov.co
18. Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses. Manual Para la Iden-
tificación de Cadáveres. 2004. Disponible en http://www.medicinalegal.gov.co
19. Organización de las Naciones Unidas. 1991. Manual de la ONU para la preven-
ción e investigación efectivas de ejecuciones sumarias, extrajudiciales y arbitra-
rias y legales. UN. DOC. E/ST/SCDHA/12.1991.
20. López Hernández, E., Peña Rodríguez, D. & Salas Ramírez, K. M. (2012). Linea-
mientos básicos y contenidos mínimos para la elaboración de un protocolo mo-
delo para la investigación de los femicidios/feminicidios. México: Alianza Regio-
nal por el Acceso de las Mujeres a la Justicia.
21. Resolución 00412 de febrero 25 de2000. Ministerio de Salud. Fondo de Población
de las Naciones Unidas. Normas Técnicas y Guías de Atención. Guía de aten-
ción de la Mujer Maltratada. pag 17-5.
22. Pola Z, M. J. (2009). Feminicidio en República Dominicana. En Fortaleciendo la
comprensión del femicidio. De la investigación a la acción. Washington: Pro-
gram for Appropriate Technology in Health (PATH), InterCambios, Medical Re-
search Council of South Africa (MRC), and World Health Organization (WHO).
23. Marc A. LeBeau and Ashraf Mozayani. Drug-facilitated sexual assault a forensic
handbook. 2001. ACADEMIC PRESS. ISBN 0-12-440261-5.
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Recomendaciones:
PROTECCIÓN DE LA ESCENA
PROCESAMIENTO DE LA ESCENA
Recomendaciones:
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Recomendaciones:
El reconocimiento del cadáver en el lugar de los hechos se realizará de tal forma que
se evite cualquier interferencia con la práctica de la autopsia, ya sea manipulando,
lavando, deteriorando o modificando, incluso con ánimo de investigación.
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4 Si hay personas lesionadas en el lugar de los hechos, de Policía Judicial, Policía Nacional,
ser posible, establecer comunicación con ellas a fin de Fuerzas Militares o quien haga sus
identificarlas y obtener información que sea de interés veces.
para la investigación acerca de lo ocurrido. Previo al
desplazamiento o movimiento de los lesionados, se debe
proceder a señalizar la ubicación y posición original de los
EMP Y EF.
Si se trata de una persona fallecida, se debe evitar su
manipulación, la de sus documentos y pertenencias.
Si en el lugar se encuentran testigos o familiares, se deben
individualizar a través de la información que ellos aporten.
5 Si se encuentran testigos, sospechosos o familiares de las Policía Judicial, Policía Nacional,
víctimas, se debe evitar que estos se retiren, se procede a Fuerzas Militares o quien haga sus
separarlos impidiendo la comunicación entre ellos. veces.
Adicionalmente, deben tomarse los datos generales de
identificación: nombre, cédula de ciudadanía, parentes-
co con la víctima, lugar de residencia, entre otros datos.
Esta información se debe consignar en el formato de
actuación del primer responsable.
6 Si en el lugar de los hechos o escena se encuentra el pre- Policía Judicial, Policía Nacional,
sunto agresor y es ubicado, se debe efectuar la requisa Fuerzas Militares o quien haga sus
de acuerdo al procedimiento establecido para esta acti- veces.
vidad y se debe separar de los posibles cómplices.
En caso de que el agresor porte uno o varios EMP y EF se
debe proceder a embalar estos elementos, siguiendo los
lineamientos del Manual de procedimientos para cadena
de custodia.
7 Posteriormente, se debe registrar la información obtenida Policía Judicial, Policía Nacional,
en sus actividades durante la atención del hecho en el Fuerzas Militares o quien haga sus
formato de actuación del primer responsable. veces.
El formato debe estar completamente diligenciado.
Finalmente, se debe entregar el lugar de los hechos o
escena al servidor encargado de realizar la diligencia.
BIBLIOGRAFÍA
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www.medicinalegal.gov.co
14. Instituto Naci onal de Medicina Legal y Ciencias Forenses. Guía muertes debidas
a heridas por arma cortante. 2014. Disponible en http://www.medicinalegal.
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15. Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses. Guía muertes debidas
a asfixia. 2014. Disponible en http://www.medicinalegal.gov.co
16. Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses. Boletín Nº 35 Grupo
Nacional de Patología: Guía: Cuerpos recuperados en el agua. Disponible en
http://www.medicinalegal.gov.co
17. Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses. Procedimiento
de Necropsias en Cadáver Esqueletizado. 2012. Disponible en http://www.
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18. Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses. Manual Para la
Identificación de Cadáveres. 2004. Disponible en http://www.medicinalegal.
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prevención e investigación efectivas de ejecuciones sumarias, extrajudiciales
y arbitrarias y legales. UN. DOC. E/ST/SCDHA/12.1991.
20. López Hernández, E., Peña Rodríguez, D. & Salas Ramírez, K. M. (2012).
Lineamientos básicos y contenidos mínimos para la elaboración de un
protocolo modelo para la investigación de los femicidios/feminicidios. México:
Alianza Regional por el Acceso de las Mujeres a la Justicia.
21. Resolución 00412 de febrero 25 de2000. Ministerio de Salud. Fondo de
Población de las Naciones Unidas. Normas Técnicas y Guías de Atención. Guía
de atención de la Mujer Maltratada. pag 17-5.
22. Pola Z, M. J. (2009). Feminicidio en República Dominicana. En Fortaleciendo
la comprensión del femicidio. De la investigación a la acción. Washington:
Program for Appropriate Technology in Health (PATH), InterCambios, Medical
Research Council of South Africa (MRC), and World Health Organization (WHO).
23. Marc A. LeBeau and Ashraf Mozayani. Drug-facilitated sexual assault a forensic
handbook. 2001. ACADEMIC PRESS. ISBN 0-12-440261-5.
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Femicidio o Femicide fue definido en la década de los 90´s por Diane Rusell y sus
colegas Jane Caputi y Jill Radford, quienes lo conceptuaron como la muerte vio-
lenta de mujeres. La expresión muerte se refiere a la concepción jurídico penal
de violenta; así mismo, existen corrientes que abarcan de manera extensiva esta
definición a la mortalidad materna evitable, por la realización de abortos inseguros
u otras enfermedades de mujeres no atendidas en los centros de salud: la conse-
cuencia de no adoptar medidas idóneas de atención que incumplen el deber
objetivo de cuidado (Rusell: 2006).
Por su parte, el término feminicidio fue utilizado por Marcela Lagarde en México1 y lo
definió como el “(…) conjunto de violaciones sistemáticas a los derechos humanos
de las mujeres y un estado de violaciones reiteradas y sistemáticas a los derechos
humanos de las mujeres, un estado de violencia misógina contra éstas, que con-
ducen a ataques, maltratos, daños, culminando, en algunos casos, en asesinatos
crueles de las mujeres (…)” (Lagarde: 2004). Esta autora se ha dado conocer am-
pliamente por los estudios realizados sobre el caso Ciudad Juaréz, el cual dio origen
a la sentencia del caso Algodonero versus México, en la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos. Lagarde postula que la muerte de las mujeres no obedece
a un hecho aleatorio, sino que la cultura patriarcal ha incidido de manera impor-
tante en la violencia contra este gremio, por las desigualdades históricas existentes
entre hombres y mujeres (Lagarde: 2004).
Varias críticas han existido alrededor de la figura, como por ejemplo, visiones que
analizan la categoría penal como una descripción que conduce al derecho penal
de autor, cuando se presume al hombre como único agresor; empero, la
normatividad colombiana no ha delimitado ni cualificado al infractor de la norma,
dejando abierta la posibilidad a que la conducta pueda ser cometida por hombres
o por mujeres, quienes con su actuar, extirpan la vida de otra persona por el hecho
de ser mujer o sentirse como tal. Si bien, las autoras del término lo hicieron con el fin
de hacer visibles los asesinatos de féminas por esposos, parejas, novios, desconoci-
dos o conocidos, del género masculino, se debe dejar claro que la muerte no solo
obedece al hombre como agresor, sino que es el resultado de la desventaja cultu-
ral e histórica de las mujeres frente a la sociedad, prejuicios que permean tanto a
hombres como mujeres (Polanio-Orts: 2012).
El marco internacional que protege los derechos de las mujeres, con los años ha
sido ampliado de manera considerable; para ello, las Naciones Unidas elaboró nor-
mas universalmente aplicables y éstas se encuentran inmersas en la Constitución
Política de Colombia, por el principio extensivo sobre el cual, los pactos interna-
cionales ratificados por nuestro país, hacen parte de la constitución política como
bloque de constitucionalidad y poseen la misma jerarquía. De esta manera, encon-
tramos la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Políticos, el Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales, la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de
Discriminación contra la Mujer y la Convención de las Naciones Unidas contra la
Tortura y Otros Tratos Crueles o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes; estos
preceptos contienen los mínimos normativos aplicables para la investigación de
la violencia y a su vez, implantan mecanismos de monitoreo y supervisión de los
acuerdos, emitiéndose periódicamente informes, sobre las posturas de los Estados
miembros en materia de prevención, sanción y reparación de la víctimas (ONU El
Salvador: 2012) .
Para tener una aproximación sobre las regulaciones, se enunciarán algunas de las
más importantes sobre la materia:
A nivel mundial:
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e. Tercera Conferencia Mundial (Nairobi, 1985) la cual definió como prioridad la eli-
minación de la violencia contra la mujer y la familia en la sociedad, lo que condujo
a la creación de la Resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas
sobre Violencia Doméstica (ONU 1985)
g. Comité de los Derechos Humanos. Observación General 32: Igualdad ante los
tribunales y cortes de justicia y a un juicio imparcial.
A nivel latinoamericano:
Las medidas que señalan los organismos internacionales, están llamadas a no ser
temporales sino permanentes y conminan a las autoridades a tomar la perspectiva
de género como línea transversal en el marco de la investigación penal. La sola in-
clusión del tipo penal en la codificación, no es suficiente para abordar la problemá-
tica, sino que se necesitan estrategias de seguimiento y monitoreo de peligros que
exponen a las víctimas a mayores niveles de afectación; de ahí la importancia de
los sistemas de información y las mesas de trabajo intersectoriales e interinstitucio-
nales, para la erradicación de la problemática, aunado al esfuerzo de documentar
y capacitar a funcionarios de investigación penal.
La Ley 1761 de 2015 modificó el Código Penal colombiano, Ley 599 de 2000, e inclu-
yó al feminicidio como tipo penal autónomo. El antecedente de la norma fue la Ley
1257 de 2008, artículo 26, por medio de la cual se incluyó el numeral 11 al Artículo
104; éste versó sobre la imposición del agravante punitivo de muerte a la mujer por
el hecho de ser mujer dentro del delito de homicidio.
La historia jurídica sobre este fenómeno en Colombia, fue relacionada con críme-
nes pasionales, generalmente asociados a contextos de pareja; este componente
examinó el móvil del agresor y lo redujo a la celotipia y emociones no controladas
del criminal masculino, en la mayor parte de eventos, lo que significó por muchos
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Desde aquí resulta importante entender que los crímenes llamados pasionales han
sido verdaderos feminicidios; también resulta importante dar cuenta de los múlti-
ples maltratos físicos que sufrieron mujeres, los cuales fueron catalogados como
simples lesiones personales, cuando en realidad fueron verdaderas tentativas de
feminicidio. La violencia de este tipo, refleja una sociedad permisiva, producto de
una cultura patriarcal que habita en las mentes colombianas (Colombia, Corte
Suprema de Justicia: 2008).
Artículo 104A. Feminicidio. Quien causare la muerte a una mujer, por su con-
dición de ser mujer o por motivos de su identidad de género o en donde
haya concurrido o antecedido cualquiera de las siguientes circunstancias,
incurrirá en prisión de doscientos cincuenta (250) meses a quinientos (500)
meses.
3 Congreso de Colombia. Ley 1761 de 2015, por medio de la cual se crea el tipo
penal de feminicidio como delito autónomo y se dictan otras disposiciones. Ley Rosa Elvira
Celis.
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a) Matar a una mujer por el hecho de ser mujer o por su identidad de gé-
nero. Se entiende desde dos visiones; por una parte desde la concepción
biológica de mujer y por el otro, desde la identidad de género.
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Para el investigador judicial y para el juez son importantes los antecedentes que
aporta el perito y ésta es la razón para que el experto documente cada una de los
hallazgos de manera objetiva y concreta. No es permisible la tipificación de la con-
ducta por parte del prosector del caso, pero es substancial dejar claro que dada
la naturaleza de las lesiones encontradas, se aplica el protocolo para el abordaje
de casos de presunta muerte por feminicidio.
La pregunta recurrente en los casos donde se evidencie tortura, es cuál de los pro-
tocolos se aplica, si el de Minesotta o el de feminicidio; en este caso se recomienda
implementar la metodología de ambos, enfatizando en el informe pericial cuales
fueron los reglamentos técnicos de abordaje forense implementados para el caso
particular4.
Para culminar, dentro de este tipo penal no es dable y admisible la ejecución den-
tro de una de las causales por vía de justificación que excluyen la responsabilidad
penal y es un delito de naturaleza pluriofensiva, en cuanto no solo vulnera la vida
4 Es importante señalar que, dado que este fenómeno está asociado a otros hechos
delictivos como la desaparición forzada, la información sobre señales particulares de la víctima
serán de vital importancia para la investigación, ya que al realizar cruces referenciales con la
plataforma de personas en condición de desaparecidas, se permitirá la agilidad en el marco de
la investigación y la entrega de los restos a los familiares de la víctima, así como el procesamien-
to del agresor.
de las mujeres por la razón de ser mujeres, sino que también afecta el libre ejercicio
de la identidad y la expresión de aquella dentro de la sociedad, especialmente
cuando se manifiesta la violencia como patrón de lesión relacionada con estereo-
tipos de género.
Comentarios concluyentes
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BIBLIOGRAFÍA
8. Naciones Unidas. Estudio a fondo sobre todas las formas de violencia contra
la mujer. Informe del Secretario General. Asamblea General, A/61/122/Add.1., 2006.
11. Ortz- P., Miguel. Ugatz Heuderbert, Juan. Feminicidio y Discriminación positiva
en Derecho Penal. Ara Editores. Perú, 2012.
14. Toledo Vásquez, Patsilí. Feminicidio Consultoría para
la Oficina en México del
Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos 1a. edición,
2009.
15. Zaremberg, Gisela. Políticas Sociales y de género. Tomo II. Los Problemas So-
ciales y Metodológicos. Flacso México 2008.
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55
Al igual que en cualquier otro tipo de muerte violenta determinar los aspectos,
relevantes para la investigación, no solo involucra el proceso de necropsia sino el
análisis de otro tipo de información respecto al caso; como el lugar de los hechos,
el tipo de arma (si está presente), exámenes complementarios de la necropsia y el
estudio de cualquier evidencia asociada.
Para definir los detalles particulares a evaluar en el cuerpo, tanto en relación con las
lesiones que explican la causa de muerte como de otro tipo de lesiones que orienten
sobre las circunstancias del hecho (surcos de presión, lesiones contundentes no
mortales, quemaduras, entre otros), es importante tener en cuenta el contexto del
caso, dado por la información disponible al momento de iniciar la necropsia.
y/o corte del pelo por parte del perpetrador. Los hallazgos deben documentarse
con fotografías.
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CUELLO: Una de las zonas anatómicas más relevantes a la hora de abordar un posible
caso de feminicidio es el cuello. En nuestra experiencia una de las principales causas
de muerte asociadas a estos crímenes son precisamente las asfixias por compresión
del cuello: estrangulación manual y estrangulación con ligadura. Dicho de otra
manera siempre que un cadáver muestre señales de compresión del cuello debe
descartarse la posibilidad de actividad sexual relacionada o que se trate de un
femicidio.
Del mismo modo, siempre que por el contexto del caso se sospeche un feminicidio
debe hacerse siempre un examen exhaustivo del cuello. Para estos casos resulta
mandatorio la realización de una técnica especial de exploración del cuello con
incisión en rombo ampliada, con disección por planos anatómicos hasta esqueleto
laríngeo y exploración de vasos. Debe tenerse especial precaución de haber
extraído el encéfalo previo a esta disección para tener un campo más exangüe
y evitar artificios. Al examen externo del cuello es muy relevante la descripción del
surco de presión en casos de estrangulación con ligadura. Si la ligadura es remitida
con el cuerpo debe especificarse en el informe que las características de bordes,
espesor y labrado son consistentes con las características de la ligadura. Debe
especificarse el ancho mayor y menor del surco (s) de presión.
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EXAMEN INTERNO
En general la autopsia para casos de feminicidio debe cumplir con los mismos
lineamientos de las autopsias de homicidios con algunas consideraciones especiales
adicionales como lo son la utilización de técnicas especiales de necropsia como
levantamiento facial, exploración de cuello anterior y posterior, exploración de
dorso, extracción de bloque genital completo.
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MUESTRAS RECOMENDADAS
PRENDAS
Al igual que en cualquier tipo de muerte violenta, el análisis de las prendas resulta
crucial. El análisis incluye la descripción detallada de las prendas que va desde la
posición de las mismas al momento de la inspección inicial del cuerpo para pasar
luego a la descripción del tipo de prenda, marca, talla, color, material y alteraciones
que presenta (desgarros, cortes). En muchos casos hay evidencia relevante dentro
de las mismas como documento de identidad, documentos personales, teléfonos
celulares, armas, drogas etc. Debe hacerse especial énfasis en la búsqueda de
evidencia física de transferencia como sangre, pelos, fibras y sobre todo semen
provenientes del perpetrador. La utilización de luces forenses o una lupa son de
mucha utilidad. Siempre debe realizarse la documentación de las prendas con
fotografías. Nunca deben ser cortadas. Para los casos en los que se sospeche
presencia de semen o sangre del perpetrador estas deberán ser embaladas en
papel y luego en bolsa plástica para ser remitidas al laboratorio de biología. Para
los casos de cuerpos incinerados, estudios químicos para búsqueda de acelerantes
pueden ser llevados a cabo. Si en la ciudad se dispone de central de evidencias
estas deben ser remitidas allí para su almacenamiento. Consideraciones especiales
de manejo en prendas en casos de muertes por proyectil de arma de fuego y
heridas por arma cortopunzante aparecen en las guías escritas para el abordaje
de estos casos.
RADIOLOGÍA
TOXICOLOGÍA
En cadáveres frescos se sugieren tres tubos tapa gris con muestra de sangre, un
frasco plástico de 60 CC de orina o lavado vesical en su defecto, al menos una
muestra de humor vítreo en tubo seco tapa roja, muestra de contenido gástrico
en frasco plástico. Los análisis a solicitar deben incluir alcohol etílico, al menos una
primera línea de drogas de abuso que incluya cocaína, canabinoides y opiáceos
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En todos los casos se debe disponer de una muestra suficiente de sangre para la
realización de posibles cotejos con sangre de la escena, sangre encontrada en
armas o evidencias biológicas en el mismo perpetrador. Para todos los casos se
sugiere la toma de corte de borde libre de uñas (previo al corte es recomendable
la toma de una fotografía de las uñas de las manos) o raspado. Las uñas se
depositan en sobres de papel adecuadamente rotulados y luego embalados en
bolsa plástica.
HISTOLOGÍA
prolongadas pero cuya causa básica es una lesión provocada como herida por
proyectil de arma de fuego, herida por arma blanca, trauma contundente, etc.).
Para todos los casos de femicidio se considera buena práctica tomar muestras de
tejido de todos los órganos al menos para bloquear.
TÉCNICAS DE EXPLORACIÓN
En todos los casos se debe practicar una autopsia completa que incluya la apertura
de la cavidad craneal y toracoabdominal con disección sistemática de los tres
bloques viscerales y disección órgano por órgano. Para este fin se deben seguir
los lineamientos de la Guía de Procedimientos para la Realización de Autopsias
Medico Legales del Instituto5. Adicional a lo anterior se debe tener presente la
práctica de procedimientos especiales adicionales que deben quedar descritos y
deben ser documentados con fotografías.
Procedimientos Especiales:
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compresión del cuello, heridas por proyectil de arma de fuego penetrante a cuello,
heridas por arma blanca penetrantes a cuello, trauma contundente en cuello.
Especial énfasis en feminicidios asociados a violencia doméstica, feminicidios
asociados a crimen organizado, feminicidios dentro del contexto de guerra y
conflicto armado y feminicidios con evidencia o sospecha de actividad sexual
relacionada.
ANÁLISIS Y CONCLUSIÓN
PATRONES:
1. Overkill
2. Desfeminización
3. Desmembramiento
4. Incineración
Overkill: Termino del idioma inglés referido cuando se observa gran cantidad
de heridas, en número mucho mayor que el necesario para causar la muerte y
usualmente localizadas en cuello y región precordial del tórax, relacionado con un
componente de prejuicio. El elemento causal mas frecuentemente observado en
este tipo de patrón son las heridas por arma cortopunzante.
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Para la toma de las fotografías en cualquiera de las formas de femicidio es útil tener
en cuenta las siguientes recomendaciones:
- Todas las fotografías deben incluir un testigo métrico con los datos
que identifican el caso, el tamaño de este depende de la fotografía
a realizar, en casos de lesión patrón utilizar un testigo en “L”, deben ser
tomadas en dirección perpendicular al objetivo con superficies limpias
y secas cuando sea preciso, al igual que el campo circundante.
- Tomar fotografías del cadáver completo (plano general), de las
lesiones (tanto desde el plano general como primer plano o plano de
detalle).
- Tomar fotografía del cadáver tal como se recibe y luego de limpiarlo,
al igual que las prendas en forma separada una vez se han retirado
del cuerpo. De las manos con embalaje y una vez se han retirado.
- Documentar también la presencia de manchas de sangre tanto en las
prendas como en la piel, ataduras y mordazas y demás de acuerdo
al contexto del caso.
- Rasgaduras, cortes u otras alteraciones de las prendas deben quedar
documentadas en fotografía y con testigo métrico.
En todos los casos se deben realizar diagramas corporales. Para los casos de lesiones
en cara y cuello utilizar los diagramas institucionales creados para tal fin. Fracturas
de cráneo o macizo facial deben quedar dibujados en el gráfico correspondiente,
marcado adecuadamente con el nombre y número del caso. Casos de arma de
fuego deben ir en el gráfico correspondiente y con la nomenclatura que relacione
los números de cada una de las heridas. De igual manera debe diligenciarse el
anexo especial de heridas por proyectil de arma de fuego institucional.
REFERENCIAS
2. Academic Council of the United Nations System. 2013. Femicide: A global issue
that demands action. Available at: http://www.acuns.org (Accesed: 20 Jan
2014).
12. Organización de las Naciones Unidas. 1991. Manual de la ONU para la prevenciòn
e investigación efectivas de ejecuciones sumarias, extrajudiciales y arbitrarias y
legales. UN. DOC. E/ST/SCDHA/12.1991.
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Entre los factores de riesgo de comisión de actos violentos cabe citar un bajo nivel
de instrucción, el hecho de haber sufrido maltrato infantil o haber presenciado es-
cenas de violencia en la familia, el uso nocivo del alcohol, actitudes de aceptación
de la violencia y las desigualdades de género2. Y específicamente entre los facto-
res de riesgo de ser víctima de la pareja o de violencia sexual figuran un bajo nivel
de instrucción, el hecho de haber presenciado escenas de violencia entre los pro-
genitores, la exposición a maltrato durante la infancia, y actitudes de aceptación
de la violencia y las desigualdades de género3.
Por su parte, la CEPAL4 informó que durante el año 2013, 88 mujeres fueron ase-
sinadas por sus parejas o exparejas en Colombia, 83 en Perú, 71 en la República
Dominicana, 46 en El Salvador, 40 en Chile, 25 en Uruguay, 20 en Paraguay y 17 en
Guatemala.
“La violencia contra la mujer en la pareja es reconocida como una forma de vio-
lencia grave por su alta prevalencia” (Tjaden y Thoennes, 2000; Medina y Barberet,
2003; MTAS, 2002, 2006), “su mortalidad y morbilidad” (Cobo, 2007), “las consecuen-
cias que tiene para la salud física y mental de las mujeres” (OMS, 2005; Matud, 2004;
Romito y otros, 2005; Amor y otros, 2001) “y los costos sociales que produce” (OMS,
2005; Sanmartin, J. 2007)8.
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Si bien, son varias las estrategias emprendidas con el fin de prevenir la repetición de
comportamientos violentos contra la mujer, existen coincidencias o elementos co-
munes entre los investigadores del tema en los diferentes contextos donde se rea-
liza la valoración del riesgo, tal como señalan (Pueyo y Redondo, 2007 en Pueyo,
López, y Álvarez, 2008), “estos procedimientos de predicción utilizan informaciones
provenientes de estudios criminológicos (tasas de reincidencia, factores de riesgo
de delincuencia violenta, etc.) y de los estudios sociológicos y clínicos (factores de
riesgo específicos de la violencia contra la mujer, análisis macro-social e individual
de la VCP, etc.)”.
En el caso de las víctimas de la violencia grave, estas se suelen sentir con frecuencia
en peligro de muerte y están más fácilmente en circunstancias de vulnerabilidad,
como una edad muy joven, una personalidad muy dependiente, una situación de
enfermedad crónica o de dependencia económica, un consumo de drogas o un
entorno de soledad. Este estudio forma parte de una investigación más amplia, que
tiene como objetivo principal establecer los indicadores de riesgo de homicidio o
de violencia grave en la pareja y elaborar un cuestionario de detección específico
al respecto, (Echeburúa, Fernández- Montalvo y Paz de Corral, 2007)12.
Este estudio como otros realizados, son de gran utilidad en la medida en que per-
miten reconocer la prevalencia de factores de riesgo de violencia contra la pareja
(VCP) y la dinámica de dicha violencia. “En estos estudios de orientación epidemio-
lógica, latía el propósito de conocer la realidad de la VCP para ver el efecto de las
intervenciones preventivas que se han propuesto como mecanismo de reducción
del impacto y consecuencias de la VCP. Entre las estrategias para reducir y eliminar
la violencia contra la mujer destacan las campañas de prevención, la formación
de especialistas en detección precoz de la VCP, la promulgación de leyes contra la
VCP, la dotación de recursos para evitar la revictimización de las mujeres agredidas
y, también, la valoración del riesgo de violencia.
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dios que reconozcan unos factores de riesgo prevalentes y comunes a este tipo de
violencia, lo que permite dar a la valoración un peso importante en la detección
de alarmas o señales que adviertan sobre una situación de peligro para la víctima.
Los factores de riesgo son tal y como plantean Echeburúa, Fernández- Montalvo y
Del Corral, 200916, “características asociadas con un incremento de la probabilidad
de que suceda un determinado hecho, ya sea un acto de violencia física, sexual
o de otra naturaleza. Pese a que la presencia de uno o más factores de riesgo no
indica necesariamente que se dé una determinada relación causal, sí que se cum-
ple que la probabilidad de un suceso asociado a los factores de riesgo aumente”.
En la valoración del riesgo, cabe anotar la necesidad de contar con diferentes mi-
radas disciplinares, tal y como la literatura al respecto plantea, de tal suerte, que es
primordial en un primer momento contar con la intervención de un médico legista
(determinación de las lesiones físicas), un psicólogo y un trabajador social (valora-
ción específica del riesgo de violencia grave o mortal), bien, el trabajo realizado
corresponda a un ejercicio de carácter administrativo, para contribuir en la toma
de decisiones sobre las medidas de atención y protección en pro de la víctima o
un trabajo con carácter pericial, que permita determinar por ejemplo, la dosifica-
ción de la pena del agresor (prueba dentro del proceso judicial contra el presunto
agresor).
Es importante mencionar, que desde mediados del año 2013, el Instituto Nacional
de Medicina Legal y Ciencias Forenses, viene ejecutando el Proyecto de Valora-
ción del Riesgo de Violencia Mortal Contra Mujeres Por Parte de su Pareja o Expa-
reja y cuenta con el diseño de un Protocolo17 que permite su realización a partir
de una estructuración, producto de un ejercicio de investigación sustentado en el
trabajo que se ha realizado en países como España y Canadá, donde la valoración
del riesgo de violencia contra las mujeres cuenta con especial acogida y recono-
cimiento.
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EQUIPO
MEDICO LEGISTA VALORACIÓN
VÍCTIMA DEL RIESGO INTRODUCCIÓN
(LESIONES (PSICÓLOGO Y
FISICAS) TRANAJADOR
SOCIAL)
INFORMAR
ENTREVISTA ALCANCES,
LÍMITES Y
OBJETIVOS DE
LA
VALORACIÓN
ENTREVISTA SEMI-ESTRUCTURADA:
(ASPECTOS SOCIALES, FAMILIARES, ETC.)
APLICACIÓN ESCALA
SELECCIONADA
CIERRE DE
ENTREVISTA
ENTREGA DEL INFORME A
USUARIA Y/O AUTORIDAD
COMPETENTE
PERIODO DE ANÁLISIS
REFERENCIAS
9. Olivares, Edith e Incháustegui, Teresa. (2011). Modelo ecológico. Para una vida
libre de violencia de género. Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violen-
cia Contra las Mujeres. México, DF.
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