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Guía

“De recomendaciones para la investigación


judicial, atención y prevención de las muertes
con sospecha de feminicidio”
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GUÍA “De recomendaciones para la investigación judicial, atención y prevención


de las muertes con sospecha de feminicidio”.

Bogotá D.C., Colombia


Octubre de 2016

Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses


Guía “De recomendaciones para la investigación judicial, atención y prevención de las muertes con sospecha de feminicidio”

ISBN: 978-958-8666-23-5

NÉSTOR HUMBERTO MARTÍNEZ GARZÓN


Fiscal General de la Nación

MARÍA PAULINA RIVEROS DUEÑAS


Vicefiscal General de la Nación

CARLOS EDUARDO VALDÉS MORENO


Director General

CLAUDIA ISABEL VICTORIA NIÑO IZQUIERDO


Secretaria General

PEDRO EMILIO MORALES MARTÍNEZ


Subdirector de Servicios Forenses

JAMES TROY VALENCIA VARGAS


Subdirector de Investigación Científica

YANET CUESTAS GÓMEZ


Subdirectora Administrativa y Financiera

JAIRO HERNANDO VIVAS DÍAZ


Coordinador Grupo Nacional de Patología Forense
Editor

2
3

JORGE EDUARDO LONDOÑO ULLOA


Ministro de Justicia y del Derecho de Colombia

ARLEYS CUESTA SIMANCA


Viceministro de Promoción de la Justicia

CARLOS MEDINA RAMIREZ


Viceministro de Política Criminal y Justicia Restaurativa

JORGE SANIN POMBO


Director de Oficina de Asuntos Internacionales

ELIO FABIO ECHEVERRI VELEZ


Oficina de Asuntos Internacionales

AGENCIA ESPAÑOLA DE COOPERACIÓN INTERNACIONAL PARA EL DESARROLLO


Embajada de España en Colombia

Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses


Guía “De recomendaciones para la investigación judicial, atención y prevención de las muertes con sospecha de feminicidio”

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GUÍA “DE RECOMENDACIONES PARA LA INVESTIGACIÓN JUDICIAL, ATENCIÓN


Y PREVENCIÓN DE LAS MUERTES CON SOSPECHA DE FEMINICIDIO”

Presentación .......................................................................................................... 7
Introducción .......................................................................................................... 8
I - FEMINICIDIO, DEL CONCEPTO AL CONTEXTO................................................ 13
Definiciones conceptuales .................................................................................. 14
Clasificación del feminicidio ...................................................................... 17
Activas o directas .................................................................................. 17
Pasivas o indirectas .................................................................................. 17
Modalidades delictivas o tipología .......................................................... 20
Modelos .......................................................................................................... 22
Investigación de una perspectiva de genero ............................................... 24
Bibliografía .......................................................................................................... 25
II - ACTUACIÓN INDIVIDUAL Y COORDINACIÓN DE LOS DIFERENTES............... 27
OPERADORES
Manejo del lugar de los hechos o escena de un posible feminicidio 31
Bibliografía .......................................................................................................... 33
III - INVESTIGACIÓN DEL LUGAR DE LOS HECHOS, ANÁLISIS INICIAL DE
LAS ESCENAS Y VALORACIÓN DE MEDIOS ......................................................... 35
Protección de la escena ...................................................................... 35
Procesamiento de la escena .......................................................... 36

Procesamiento de los distintos indicios en la escena de los


Femicidios .............................................................................................. 37

El examen del cadáver en el lugar de los hechos ................................... 38

Manejo del lugar de los hechos aseguramiento del lugar de los hechos .... 38

Bibliografía .......................................................................................................... 40

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Guía “De recomendaciones para la investigación judicial, atención y prevención de las muertes con sospecha de feminicidio”

IV - MARCO NORMATIVO SOBRE FEMINICIDIO................................................. 43

Antecedentes jurídicos:

Un acercamiento a los conceptos internacionales ...................... 44


Tipo penal de feminicidio en Colombia .............................................. 46

Comentarios incluyentes ..................................................................... 52

Bibliografía ........................................................................................................ 53
V - PROCEDIMIENTO DE NECROPSIA PARA CASOS DE FEMINICIDIO.............. 55
Examen físico topográfico detallado al momento de necropsia en casos
de feminicidio ............................................................................................ 55
Histología ........................................................................................................ 63

Técnicas de exploración ................................................................................ 64


Integración de otras guías ................................................................................ 65
Análisis y conclusión ................................................................................ 65
Patrones ........................................................................................................ 66
Aspectos generales de documentación fotográfica y diagramas ......... 67
Referencias ....................................................................................................... 68

VI - PREVENCIÓN SECUNDARIA CONTRA LA VIOLENCIA HACIA LAS


MUJERES POR PARTE DE SUS PAREJAS O EXPAREJAS....................................... 69

Valoración del riesgo ............................................................................... 75

Referencias ....................................................................................................... 76

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PRESENTACIÓN

El Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, presenta esta “Guía


de Recomendaciones para la Investigación judicial, atención y prevención de las
muertes con sospecha de feminicidio”, fruto de la experiencia y el trabajo interdis-
ciplinario e interinstitucional, que recoge los aspectos fundamentales a tener en
cuenta por los diferentes actores que participan en el esclarecimiento de los casos
en los cuales la investigación judicial se orienta hacia un feminicidio.

Enmarcados en nuestra misión, como director del Sistema Nacional de Medicina


Legal y Ciencias Forenses y en cumplimiento de nuestro Plan Estratégico 2015-2018,
el Instituto entrega esta Guía, la cual constituye una herramienta fundamental que
permitirá el estudio integral, interdisciplinario y unificado de casos en los cuales se
realice el abordaje forense de un homicidio en una mujer por su condición de mujer.

La aplicación de esta Guía permitirá contar con resultados forenses acordes con
las necesidades de la investigación judicial, que permitan el esclarecimiento de los
hechos, la verdad judicial y la reparación de las víctimas.

Igualmente fruto de los resultados de la investigación judicial adecuadamente


orientada a través de las recomendaciones dadas en esta Guía, esperamos contar
con información que contribuya a generar políticas públicas educativas y preventi-
vas en temas de Violencia Intrafamiliar, Violencia de Pareja y Violencia de Género;
contribuyendo así a construir escenarios en los cuales la sociedad visibilice la impor-
tancia de intervenir los fenómenos sociales que generan la desestructuración de la
familia, como eje fundamental de la sociedad.

CARLOS EDUARDO VALDÉS MORENO


Director General
Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses

Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses


Guía “De recomendaciones para la investigación judicial, atención y prevención de las muertes con sospecha de feminicidio”

GUÍA DE RECOMENDACIONES PARA LA INVESTIGACIÓN JUDICIAL, ATENCIÓN Y


PREVENCIÓN DE LAS MUERTES CON SOSPECHA DE FEMINICIDIO

El feminicidio es el eslabón final de un continuum de violencias contra las mujeres


que tienen como antecedentes, los abusos verbales y físicos, la violación, la escla-
vitud sexual, el abuso sexual infantil, los maltratos físicos y emocionales, el acoso
sexual, la mutilación genital, entre otros tratos crueles.

En ese sentido, el feminicidio es el resultado de una serie de prácticas sociales,


culturales, políticas y económicas que tienen como característica principal ejercer
violencias contra las mujeres.

Durante la investigación judicial de estos casos, los diferentes intervinientes en el


proceso se acercan a esta realidad en el “eslabón final de este continuum de vio-
lencias” que da como resultado la muerte de una mujer.

Las labores investigativas y periciales llevadas a cabo con rigor científico y dirigidas
de la forma correcta, permite comprender la naturaleza del delito que es objeto
de investigación, lo que significa que las interpretaciones forenses brindan insumos
fundamentales para entender las causas y contextos donde surgen este tipo de
delitos. Traduciendo así los resultados científicos de la práctica forense en mecanis-
mos sociales que permiten caracterizar las formas de violencia, los posibles agreso-
res, sus motivaciones, los niveles de vulnerabilidad de la víctima, los lugares físicos
donde se ejercen estos hechos y así convertir el lenguaje de violencia que se ejer-
ce sobre los cuerpos en mecanismos de prevención de nuevas formas de violencia.

Desde el punto de vista antropológico los cuerpos tienen agencia, lo que significa
que a través de estos se estructuran y producen formas de vivir y vivenciar espacios
e identidades. Por lo tanto, el cuerpo de una mujer violentada por el hecho de ser
mujer, es un indicador claro y nefasto del tipo de relaciones que construyen las so-
ciedades patriarcales.

La Guía De Recomendaciones Para La Investigación Judicial, Atención Y Preven-


ción De Las Muertes Con Sospecha De Feminicidio, se convierte en un aporte para
la comprensión de los dispositivos de violencia que se ejercen sobre los cuerpos de
las mujeres, de esa forma los resultados que arrojen las investigaciones judiciales
y medicolegales, pueden aportar a construir acciones concretas que permitan re-
plantear las relaciones sociales en torno al género.

La palabra femicide fue utilizada por primera vez por la feminista Diana Russell en el
Tribunal Internacional de Crímenes contra las Mujeres, en Bruselas, Bélgica, en 1976.
Desde ese momento hasta la actualidad, el concepto ha sido utilizado como un
mecanismo de denuncia de las muertes violentas de las que son víctimas las muje-
res por el hecho de ser mujeres.

En Latinoamérica, el término empezó a ser desarrollado por el movimiento feminista

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latinoamericano en la década de los 90, desde ese momento el concepto ha sido


utilizado alrededor de profundas discusiones en torno al significado y la traducción
al castellano de la palabra femicide, teniendo básicamente dos tendencias: femi-
cidio y feminicidio. El primer concepto es la traducción literal de la palabra femici-
de y hace referencia de acuerdo a lo planteado por la autora Diana Russell, a los
homicidios de mujeres ejecutado por hombres por el hecho de ser mujer.

Por su parte, el feminicidio de acuerdo con el planteamiento de académicas fe-


ministas como Marcela Legarde, hace referencia a los procesos de construcción
social de las sociedades patriarcales que permiten la ejecución de este tipo de
delitos denominados como crímenes de odio. En ese sentido, este concepto per-
mite analizar ampliamente los mecanismos de impunidad y la responsabilidad de
los Estados en la ejecución y permanencia de estos delitos.

El proceso de denuncia y visibilización de este tipo de delitos por parte del movi-
miento social de mujeres y de sectores feministas, ha presionado a los Estados a
trabajar en torno a la prevención de todas las formas de violencia que se ejercen
contra las mujeres. Los principales antecedentes son: la Convención para la Elimi-
nación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), adoptada
por la Asamblea General de Naciones Unidas en 1979 y la Convención Interameri-
cana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer “Convención
de Belém do Pará” adoptada por la Asamblea General de la Organización de
Estados Americanos el 9 de junio de 1994.

En los últimos años especialmente en América Latina, activistas, legisladores y le-


gisladoras han avanzado en torno a la tipificación de esta conducta como delito,
teniendo en cuenta la gravedad de casos que ocurren en países como: México, El
Salvador y Guatemala entre otros. En la actualidad, siete países latinoamericanos
han tipificado el delito.

En Colombia el 6 de julio de 2015 El Congreso promulgo la ley 1761 por la cual se


crea el tipo penal de feminicidio como delito autónomo y se dictan otras disposi-
ciones, conocida también como la ley Rosa Elvira Cely, que como todos recorda-
mos era una mujer joven que en el año 2012 fue brutalmente violada, torturada y
asesinada en el Parque Nacional de Bogotá por un compañero de estudio.

Teniendo en cuenta este contexto, por parte del Instituto Nacional de Medicina
Legal y Ciencias Forenses se ve la necesidad de crear una Guía De Recomenda-
ciones Para La Investigación Judicial, Atención Y Prevención De Las Muertes Con
Sospecha De Feminicidio, como un documento técnico dirigido a investigadores
de la rama judicial y a peritos forenses, con dos objetivos específicos:

1. Brindar herramientas a operadores de justicia (investigadores, forenses, fisca-


les y jueces) para el esclarecimiento de posibles casos de feminicidios.

2. Servir como base para los movimientos de mujeres, feministas, legisladores,


investigadoras e investigadores en la creación de mecanismos de prevención, de-

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nuncia y visibilización de todas las formas de violencias que se ejercen contra las
mujeres.

Esta guía ha sido elaborada desde una perspectiva integral con la participación
de especialistas en medicina forense, psicología forense, derecho y criminalística,
con el objetivo de servir de instrumento práctico para todos los participantes en los
procesos de investigación judicial y demás organizaciones.

Desde ese punto de vista, el objetivo de largo alcance es ampliar el diálogo entre
las ciencias forenses, los movimientos sociales de mujeres y feministas, las ciencias
sociales y las autoridades encargadas de construir políticas públicas, con el fin de
visibilizar las violencias extremas ejercidas a través y sobre la mujer y así fomen-
tar cambios estructurales sobre las construcciones patriarcales de lo femenino y lo
masculino.

Teniendo en cuenta que no existe una definición consensuada de los conceptos de


“femicidio” y de “feminicidio”, para efectos de esta guía y por tanto para nuestro
país nos acogemos a la recomendación del Modelo de protocolo latinoamericano
de investigación
de las muertes violentas de mujeres por razones de género de la
Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
(ACNUDH) y la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el
Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres), los términos “femicidio” y “femini-
cidio” se utilizaran de forma indistinta para referirse a la muerte violenta de mujeres
por razones de género, diferenciándolos del concepto neutral en términos de gé-
nero de homicidio. Y con el antecedente de la promulgación de la ley 1761 en julio
de 2015 por la cual se crea el tipo penal de feminicidio como delito autónomo y se
dictan otras disposiciones se utilizó el término de feminicidio en la redacción de los
textos para tales fines.

La guía aplica a la investigación judicial de todas las muertes violentas de mujeres,


causadas por un tercero, sin que sea necesario que este demostrado que ha sido
motivada por razones de género, siempre debe ser interpretado en contextos am-
plios para evitar la no aplicación en casos en que se requería.

También puede ser de utilidad para la investigación de muertes en contextos de


formas extremas de Violencia de Genero, como las desapariciones forzadas, la
trata de personas, la prostitución forzada, conflicto armado, entre otros, en los que
se sospeche que el deceso es consecuencia de discriminación u odio por la con-
dición de género.

No pretende crear un único estándar para la investigación de estas muertes, los


procedimientos que se plantean no constituyen un modelo único sino unas reco-
mendaciones de los estándares mínimos que deben ser adaptados al entorno de
las diferentes regiones del país y especialmente en el contexto del caso.

El documento surge dentro de los planes de la Subdirección de Servicios Forenses


y del Grupo Nacional de Patología Forense para la documentación y prevención

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de la violencia basada en género -VBG-. Es el resultado de dos seminarios talleres


sobre feminicidio que contaron con la participación de especialistas de las diferen-
tes regionales del INMLyCF al igual que de otras organizaciones del país interesadas
en el desarrollo de políticas para la prevención de este tipo de crímenes y con la
asesoría de los expertos españoles especialistas en el tema doctores Juan Manuel
Cartagena y Emilio Rafael Donat.

Un especial reconocimiento a la Agencia Española de Cooperación Internacio-


nal Para El Desarrollo -AECID-, entidad de Derecho Público, órgano de gestión de
la política española de cooperación internacional, quienes nos acompañaron y
gestionaron recursos para la elaboración del segundo seminario-taller, la edición y
publicación de la Guía y su posterior socialización cuatro ciudades del país. Igual-
mente un agradecimiento al Ministerio de Justicia y del Derecho por las gestiones
relacionadas con este proyecto.

JAIRO HERNANDO VIVAS DÍAZ MD


Especialista Forense
Coordinador Grupo Nacional de Patología Forense
Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses

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I - FEMINICIDIO, DEL CONCEPTO AL CONTEXTO.

JENNIFER GARCÍA OSPINA


Médica Cirujana Universidad Pontificia Bolivariana
Aspirante al Titulo de Especialista en Medicina Forense Universidad Nacional

El feminicidio entendido como la muerte a una mujer, por su condición de ser mujer
o por motivos de su identidad de género1, es el resultado de condiciones históri-
cas, prácticas culturales, situaciones sociales, económicas y políticas que se han
construido en el orden patriarcal y que hoy dejan como resultado miles de mujeres
asesinadas por su condición de género en el mundo2. Por tanto, es importante
comprender el feminicidio como un problema de salud pública y de derechos
humanos, más aun teniendo en cuenta que la violencia fue declarada como un
problema de salud pública prevenible por la OMS en el 20033.

Los factores que hacen diferente el delito de feminicidio con el homicidio de un


hombre, e incluso con el homicidio común de una mujer, destacan que, a través
de la muerte violenta, se pretende refundar y perpetuar los patrones que cultural-
mente han sido asignados a lo que significa ser mujer: subordinación, debilidad,
sentimientos, delicadeza, feminidad, etc. Esto significa que el acto feminicida reú-
ne alguno o algunos patrones culturales arraigados en ideas misóginas de superio-
ridad del hombre, de discriminación contra la mujer y de desprecio contra ella y su
vida4.

El informe Masatugó 2009-20145, señala que en Colombia para este periodo de


tiempo se registraron 8.020 homicidios de mujeres, con un promedio estimado de
cuatro homicidios cada día, la edad media de las mujeres asesinadas fue de 33,4
años, con más de una tercera parte de los casos en los grupos etarios comprendi-
dos entre los 20 y los 34 años de edad; el 39,69% de los homicidios ocurrió en las vías
públicas, calles, carreteras etc, frente a un 33% consumado en la vivienda, lo que
contribuye a establecer que la mayoría de homicidios de mujeres ocurren fuera del
ámbito privado. Se estableció el uso del arma de fuego como mecanismo causal
más frecuente de las muertes.

La circunstancia del hecho más prevalente fue la violencia intrafamiliar (35.66%)


seguida de la violencia interpersonal (25.07%), lo cual sugiere que para nuestra po-
blación estos escenarios enmarcan las principales condiciones de vulnerabilidad
frente al feminicidio. En ese orden de ideas, desde el ámbito de la clínica forense
en el 2014 se realizaron 75.939 peritaciones en el contexto de violencia intrafamiliar,
de las cuales el 64,33% corresponden a violencia contra la pareja, con una tasa de
125 casos por cada 100.000 habitantes, siendo el hombre el principal agresor6. La
violencia hacia la mujer infringida por la pareja no es un acto aislado, al contrario
siguen una secuencia de agresiones continuas que en la mayoría de los casos se
van incrementando en frecuencia, intensidad y gravedad. No es desconocida la
alta probabilidad que existe de que una mujer agredida de manera persistente,
llegue a la muerte como consecuencia de estos actos sistemáticos.

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DEFINICIONES CONCEPTUALES

Femicidio

El termino femicidio adquirió importancia en 1970 cuando fue acuñado por


Diana Russell para referirse a todas las formas de asesinato sexista4, es decir, “los
asesinatos realizados por varones motivados por un sentido de tener derecho a ello
o superioridad sobre las mujeres, por placer o deseos sádicos hacía ellas, o por la
suposición de propiedad sobre las mujeres”.

En 1998 Jacquelyn Campbell y Carol Runyan lo definieron como “todo asesinato


de mujer sin importar motivo o estatus”. Actualmente, el concepto de femicidio
es utilizado para dar cuenta de que las relaciones inequitativas entre los géneros
determinan socialmente estas muertes7; resulta útil porque indica el carácter
social y generalizado de esta violencia y permite alejarse de planteamientos
individualizantes, naturalizados o patologizados que tienden a culpar a las víctimas,
a representar a los agresores como “locos”, o a considerar estas muertes como el
resultado de “problemas pasionales”.

En el 2001 Roberta Harmes y Diana Russell8 definieron femicidio como “El asesinato
de personas del sexo femenino por personas del sexo masculino debido a su
condición de personas del sexo femenino”, si bien es cierto que esta versión
de la definición abarca todas las manifestaciones del machismo masculino, no
sólo el odio, y además reemplaza “mujeres” por “personas del sexo femenino”
en reconocimiento al hecho de que muchas niñas y bebés del sexo femenino
también son víctimas de femicidio; circunscribe la definición al asesinato cometido
únicamente por hombres , desconociendo el hecho de que este también puede
ser llevado a cabo por mujeres.

Feminicidio

Según la investigadora mexicana Marcela Lagarde se define como el acto de matar


a una mujer sólo por el hecho de su pertenencia al sexo femenino pero le confiere
a ese concepto un significado político con el propósito de denunciar la falta de
respuesta del Estado y el incumplimiento de sus obligaciones internacionales de
garantía considerándolo como un crimen de Estado4.

Concepto jurídico colombiano de feminicidio

En la legislación Colombiana se define el feminicidio como la muerte a una mujer,


por su condición de ser mujer o por motivos de su identidad de género1.

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Violencia contra la mujer (VCM)

Según las Naciones Unidas se define la VCM como todo acto de violencia basado
en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un
daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amena-
zas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se
producen en la vida pública como en la vida privada4. Según la Convención de
Belém do Pará, es una forma específica de violencia, dirigida a mujeres de todas
las edades y que se deriva de las “relaciones de poder históricamente desiguales
entre mujeres y hombres”. Se produce no sólo en el ámbito doméstico sino en todos
los ámbitos8.

Género

Se refiere a las identidades, las funciones y los atributos construidos socialmente


de la mujer y el hombre y al significado social y cultural que la sociedad atribuye a
esas diferencias biológicas, (femenino – masculino)4. El género denota las diferen-
cias sociales (por oposición a las biológicas) entre hombres y mujeres que han sido
aprendidas, cambian con el tiempo y presentan variaciones tanto entre diversas
culturas como dentro de una misma cultura 9.

Sexo

Las diferencias biológicas entre el hombre y la mujer4. El sexo, está determinado


biológicamente, de manera que podríamos decir que constituye “lo dado”, lo no
elegible, el conjunto de características físicas, biológicas, anatómicas y fisiológicas
de los seres humanos, que los definen como hombre o mujer10.

Identidad de género

La Corte Constitucional de Colombia, Sentencia T-476/14 sostiene el derecho a


la identidad como “expresión de la autonomía individual y de la capacidad de
autodeterminación, de lo que se es, de las condiciones materiales de existencia,
y manifestación de la intangibilidad de la integridad física y moral, es un derecho
en constante construcción. Concretamente en relación con la identidad sexual,
en sentencia T-477 de 1995 sostuvo que “la persona es un ser autónomo, con au-
toridad propia, orientado a fines específicos, que ejerce un claro dominio de su li-
bertad y en consecuencia ninguna decisión tomada sin su consentimiento se torna
válida. Tal autonomía, implica a la persona como dueña de su propio ser. La per-
sona por su misma plenitud, es dueña de sí, es el sujeto autónomo y libre. En otros
términos, el distintivo de ser persona y el fundamento de la dignidad de la persona
es el dominio de lo que quiere ser”. El derecho a la identidad es materialización del
libre desarrollo de la personalidad, pues en estrecha relación con la autonomía, la
persona se identifica o autodetermina, se autoposee, se autogobierna, es dueña

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de sus actos y entorno con el cual establece su plan de vida y su individualización


como persona singular, elementos esenciales para la construcción de su identidad
de género. En el mismo sentido, un grupo de especialistas internacionales en un
documento titulado Principios de Yogyakarta11 “Principios sobre la aplicación de
la legislación internacional de derechos humanos en relación con la orientación
sexual y la identidad de género”, define la identidad de género como: “la vivencia
interna e individual del género tal como cada persona la siente profundamente, la
cual podría corresponder o no con el sexo asignado al momento del nacimiento,
incluyendo la vivencia personal del cuerpo (que podría involucrar la modificación
de la apariencia o la función corporal a través de medios médicos, quirúrgicos o de
otra índole, siempre que la misma sea libremente escogida) y otras expresiones de
género, incluyendo la vestimenta, el modo de hablar y los modales”. En síntesis, la
dignidad humana y el derecho al libre desarrollo de la personalidad dan contenido
y alcance a la autodeterminación de la identidad de género como parte esencial
e indisoluble a la personalidad, por lo cual la persona no puede ser perseguida se-
ñalada o discriminada en razón a su identidad de género.

Transgénero

En la sentencia T-314 de 2011, la Corte Constitucional asumió la noción de persona


transgénero como la relativa a aquella “que transita del género asignado social-
mente a otro género. En ocasiones, el papel de género asignado por la sociedad
no coincide con la perspectiva de la persona, de modo que a veces un sujeto de
sexo masculino, se identifica psicológicamente con lo femenino. En este caso, a
lo largo de su ciclo vital, estas personas rechazan el rol masculino asignado por la
sociedad, asumen su identidad femenina y transitan hacia un rol social femenino”.

La Corporación Opción por el Derecho a Ser y el Deber de Hacer a través de la


Sentencia T-476/14, Señala que el sexo es solo una característica biológica de los
seres humanos; género es conjunto de actividades, atributos, comportamientos,
funciones y roles impuestos a las personas por la sociedad para diferenciar a las
personas e Identidad de género como la posibilidad que tiene cada persona para
construir su identidad apropiando y replicando roles para su identificación en la
sociedad con total independencia de los genitales u orientación sexual, ya sea de
forma temporal o permanente, transformando, modificando o no la corporeidad.

Violencia de género

Desde una definición integral de la violencia de género, se entiende como toda


violencia dirigida contra una persona por razón de su género, o que la afecta des-
proporcionalmente por la misma razón9. Según el Ministerio de Salud es cualquier
acción, omisión o conducta (así como las amenazas de tales actos) que cause
muerte, daño o sufrimiento físico, sexual, psicológico, económico y/o patrimonial a
la persona y/o afectaciones a las familias o las comunidades, asociada a un ejerci-
cio de poder fundamentado en relaciones asimétricas y desiguales entre hombres

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y mujeres, donde se produce una sobrevaloración de lo masculino en detrimento


de lo femenino, tanto en el ámbito público como en el privado, para mantener las
condiciones de desigualdad y discriminación12.

CLASIFICACIÓN DEL FEMINICIDIO

La Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre la Violencia contra la Mujer, cla-
sifica4 las muertes violentas de mujeres por razones de género en dos categorías,
activas o directas y pasivas o indirectas:

1. Activas o directas:

• Las muertes de mujeres y niñas como resultado de violencia doméstica, ejerci-


da por la pareja en el marco de una relación de intimidad o de convivencia.
• El asesinato misógino de las mujeres.
• Las muertes de mujeres y niñas cometidas en nombre del “honor”.
• Las muertes de mujeres y niñas relacionadas con situaciones de conflicto arma-
do (como estrategia de guerra, opresión o conflicto étnico).
• Las muertes de mujeres y niñas relacionadas con el pago de una dote.
• Las muertes de mujeres relacionadas con la identidad de género y con la orien-
tación sexual (feminicidios lesbofóbicos).
• El infanticidio femenino y la selección de sexo basada en el género (feticidio
femenino selectivo).
• Las muertes de mujeres y niñas relacionadas con el origen étnico y la identidad
indígena.

2. Pasivas o indirectas:

• Las muertes por prácticas dañinas (por ejemplo, las ocasionadas por la mu-
tilación genital femenina).
• Las muertes vinculadas al tráfico de seres humanos, al tráfico de drogas, a la
proliferación de armas pequeñas, al crimen organizado y a las actividades
de las pandillas y bandas criminales.
• La muerte de las niñas o de las mujeres por negligencia, por privación de
alimento o maltrato.
• Los actos u omisiones deliberadas por parte de funcionarios públicos o agen-
tes del Estado.

Dentro de esta clasificación, en la categoría de las muertes pasivas o indirectas, La


Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre la Violencia contra la Mujer, tam-
bién incluyen las muertes debidas a abortos inseguros y clandestinos, y la morta-
lidad materna; sin embargo, en Colombia estas dos categorías hacen parte de
otros acápites de intervención en salud pública y reproductiva, por lo que no se
consideran para la presente guía.

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Feminicidio relacionado con violencia domestica

Es muy comúnmente referenciado en la literatura como “Feminicidio Intimo” o como


“Homicidio intimo conyugal”. Este tipo de feminicidio puede ser definido como la
muerte en una situación doméstica, porque las víctimas son mujeres. Esta categoría
incluye las muertes causadas por anteriores o actuales esposos, novios (as) y no
excluye el asesinato de la mujer producido por otro miembro de la familia como
hijos (as) o padres13. Generalmente viene precedido de un patrón de victimización,
amenaza y maltrato repetido y es el más visible en los medios de comunicación; las
causas de muerte más frecuentes son las heridas por arma blanca (muchas de ellas
con patrón de “overkill”) y las heridas por proyectil de arma de fuego14.

Feminicidios en nombre del honor

Es la forma más extrema de los denominados crímenes basados en honor y lo que


busca es controlar el comportamiento femenino. Las victimas frecuentemente son
adolescentes o mujeres jóvenes. Este tipo de feminicidio típicamente se relaciona
con la selección de la mujer de un compañero sexual, tipo de empleo, modo
de vestir, comportamiento y contacto con el sexo opuesto que “irrespeta los
estándares” familiares o sociales del comportamiento femenino13.

Feminicidios relacionados con dote

Este tipo de feminicidio hace referencia al asesinato de una mujer relacionado con
el pago de una retribución monetaria o dote por parte de la familia de la novia
al esposo13. Es un tipo de feminicidio muy común en la India y Pakistán en donde
la familia de la novia debe ofrecer un pago en dinero o bienes a la familia del
novio por recibir a su hija. El feminicidio ocurre cuando los padres de la novia no
pueden dar más dinero y el esposo la empieza a considerar como “inapropiada”.
En nuestro medio algunas etnias mantienen la práctica de la dote aunque en
sentido inverso, es decir es la familia del novio la que debe pagar una dote a la
familia de la novia para que el matrimonio pueda llevarse a cabo14. En cualquiera
de las dos situaciones, las muertes de mujeres que se motiven por la insatisfacción
de un interés económico pactado deben clasificarse dentro de esta categoría.

Feminicidios relacionados con el crimen organizado

Es un tipo de feminicidio generalmente relacionado con los carteles de la droga


y bandas criminales organizadas. Muchos artículos relacionan estos crímenes
con la cultura machista de los traficantes de droga principalmente en países
latinoamericanos. El feminicidio en el tráfico de drogas tiene un significado simbólico:
Matar una mujer del enemigo significa vulnerar su poder y sus “pertenencias”.
Dentro de la lucha entre bandas criminales herir o matar a una mujer simboliza la
cohesión de la banda, demuestra masculinidad y mina la moral del enemigo. Este

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tipo de crímenes no solamente se utilizan para intimidar al rival sino como una forma
de intimidación al gobierno y sus políticas antidrogas13.

Homicidios dirigidos a mujeres en el contexto de guerra o conflicto armado

La Organización de las Naciones Unidas define un homicidio dirigido como “el uso
de fuerza letal intencional, premeditada y deliberada por parte del estado o sus
agentes actuando bajo la ley o por un grupo organizado en un conflicto armado
contra un individuo especifico que no está bajo custodia física del perpetrador”.
En este tipo de crímenes el elemento diferencial es precisamente la naturaleza
premeditada y el hecho que la fuerza es intencionalmente utilizada contra un
individuo o grupo específico previamente seleccionado por el perpetrador13. Este
tipo de violencia es utilizada como un arma de guerra para castigar y deshumanizar
a las mujeres e intimidar a la comunidad a la que pertenecen a través del terror y
el miedo. Las mujeres también pueden ser víctimas de ejecuciones extrajudiciales,
secuestro, tortura, violación o mutilación sexual por pertenecer a determinados
grupos armados o políticos, por defender a los miembros de su familia o por
acusación de colaborar con la contraparte enemiga14.

El Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses ya dispone de dos valiosos


documentos que dan lineamientos sobre el abordaje de este tipo de crímenes. Estos
documentos son: Violencia sexual y Tortura en desaparición forzada15 y La Necropsia
Médico Legal en Victimas de desaparición Forzada: Documentación de la Tortura
y la Violencia Sexual16. La autopsia en estos casos debe seguir estrictamente los
lineamientos del protocolo de Minnesota.

Infanticidio femenino y feticidio femenino selectivo

El infanticidio femenino hace referencia a la práctica de algunos países del Asia


sudeste; China, India y Pakistán en el cual debido a los diferentes “valores” sociales
de niños y niñas, muchas de las últimas son maltratadas, abandonadas, malnutridas,
asesinadas o incluso abortadas por la simple razón de ser niñas. El alto respeto y
beneficios sociales de tener un hijo varón, el costo elevado de las hijas relacionado
con su bajo poder productivo o laboral, el precio de la dote al casarse y las políticas
gubernamentales como las del hijo único en China han conllevado a la decisión de
muchas familias de preferir tener un niño. En India se reportan casos de lactantes
femeninas que son deliberadamente malnutridas, deshidratadas o envenenadas
para producir su muerte13. Si bien es una práctica poco documentada en Colombia,
no puede afirmarse que esta no exista. En caso de documentarse este tipo de
motivación deberá clasificarse dentro de esta categoría.

Feminicidios relacionados con mutilación genital

La mutilación genital femenina o infibulación es una operación destructiva durante

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la cual los genitales femeninos especialmente el clítoris es parcial o enteramente


removido o lesionado por razones culturales o religiosas sin una razón médica.
Generalmente el procedimiento es llevado a cabo de forma rudimentaria en
la infancia temprana o preadolescencia. La muerte puede presentarse por
complicaciones como sangrado o infección13. En nuestro medio hay reportes de
casos fatales por la práctica de la infibulación dentro de la comunidad Emberá –
Chamì14.

Homicidio misógino de mujeres- feminicidio sexual

El termino misoginia es definido como tener o demostrar un odio o deprecio extremo


hacia las mujeres. Muchos de los casos documentados de violadores y asesinos
en serie de mujeres muestran un alto componente de misoginia. Los perfiles de los
asesinos seriales son de hecho similares a las de los violadores en serie. Estos crímenes
generalmente tienen una connotación claramente sexual 13. En Colombia los
homicidios sexuales no son infrecuentes y no puede descartarse que algunos de
ellos pudiesen estar relacionados a un mismo perpetrador14. La experiencia del
INMLCF muestra que la principal causa de muerte son la estrangulación manual
o con ligadura seguida por las heridas por arma cortopunzante. Algunos de los
casos se acompañan de un alto número de lesiones de tipo contundente así como
de mordeduras y huellas de sugilación. Lesiones causadas por inmovilización con
ataduras y prensión son frecuentemente observadas. Son casos con alta carga
de evidencia biológica lo que constituye un reto al momento de llevar a cabo la
necropsia. Es uno de los tipos de feminicidio en donde es más frecuente el patrón
de desfeminización17.

MODALIDADES DELICTIVAS O TIPOLOGÍA:

No existe un solo tipo de feminicidio, la diversidad de situaciones que en la realidad


se han podido constatar, han permitido desarrollar una tipología del feminicidio18,
que clásicamente abordaba 3 tipos básicos (intimo, no íntimo y por conexión),
pero en la experiencia latinoamericana se han identificado varias modalidades
delictivas de muertes violentas de mujeres por razones de género4, las cuales se
ilustran en la tabla 1.

20
21

Tabla 1. Modalidades Delictivas


Íntimo Es la muerte de una mujer cometida por un hombre o
una mujer con quien la víctima había tenido un víncu-
lo íntimo (marido, exmarido, compañero (a), novio(a),
exnovio(a) o amante, persona con quien se procreó).
Se incluye el supuesto del amigo (a) que asesina a una
mujer que rechazó entablar una relación íntima (senti-
mental o sexual) con este.
No Íntimo Es la muerte de una mujer cometida por un individuo
desconocido con quien la víctima no tenía ningún tipo
de relación.
Infantíl Es la muerte de una niña menor de 14 años de edad
cometido por un hombre o mujer en el contexto de
una relación de responsabilidad, o poder
que le otorga su situación adulta sobre la minoría de
edad de la niña.
Familiar Es la muerte de una mujer en el contexto de una re-
lación de parentesco (consanguinidad, o
adopción) entre la víctima y el victimario.
Por conexión Hace referencia al caso de la muerte de una mujer “en
la línea de fuego” (encontrarse en el mismo escenario
donde el victimario ataca a la víctima).
Sexual Sistémico Muerte de mujeres que son previamente secuestradas,
torturadas y/o violadas.
Por prostitución Es la muerte de una mujer que ejerce la prostitución u
o por ocupaciones otra ocupación estigmatizada (como strippers, cama-
estigmatizadas reras, masajistas o bailarinas en locales nocturnos).

Es la muerte de mujeres producida en una situación


de trata o de personas. Por “trata” se entiende
la captación, el traslado, la acogida de una persona,
dentro del territorio nacional o hacia el exterior, con
de explotación. El de migrantes se
a la promoción, facilitación, o colabora-
ción en la entrada o salida de personas del país, sin el
cumplimiento de los requisitos legales con el ánimo de
lucrarse o cualquier otro provecho. (Código de Proce-
dimiento Penal Colombiano).
Transfóbico Es la muerte de una mujer transgénero o transexual y
en la que el victimario o la victimaria actúan por odio
o rechazo a su condición o identidad de género tran-
sexual.
Lesbofóbico Es la muerte de una mujer lesbiana en la que el victi-
mario o la victimaria, actúa por el odio o rechazo a su
orientación sexual.
Por mutilación genital feme- Es la muerte de una niña o mujer a consecuencia de la
nina práctica de una mutilación genital.

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MODELOS: Para investigar los feminicidios, Se han planteado una serie de modelos o
estructuras, que son útiles para contextualizar los diferentes ámbitos de la sociedad
en los que se gestan las practicas violentas contra las mujeres; a conocer, el mode-
lo ecológico feminista4 y el ciclo de violencia de la pareja9.

Modelo ecológico feminista: Utiliza cuatro niveles para enmarcar el origen de la vio-
lencia de género que deben ser abordados tanto en la investigación forense como
en la elaboración de la teoría del caso por parte del cuerpo judicial de investiga-
ción o fiscalía. Según este modelo, la violencia contra la mujer es multifacética, es
decir, que puede encontrarse originada o basada en varios aspectos y situaciones
tanto individuales como del entorno sociopolítico y cultural, ver tabla 2.

Tabla 2. Modelo Ecológico Feminista


Nivel Social Está compuesto por las actitudes, creencias y representa-
ciones culturales sobre los sexos, que influyen directamente
en los estereotipos acerca de lo que es ser hombre y ser
mujer:
• Prácticas patriarcales que conciben la VCM como una
forma legítima de relación, con normas que otorgan al
hombre control sobre el comportamiento de la mujer.
• Aceptación de la violencia como forma de resolución de
conflictos.
• La noción de masculinidad ligada a la autoridad, el honor
o la agresión.
• Idealización del amor romántico (construcción cultural
que legitima el orden patriarcal de subordinación y domina-
ción del hombre sobre la mujer, en la que se le permiten a
los varones ciertas relaciones y actitudes que a las mujeres
no se les autoriza).

Nivel Comunitario Este nivel está asociado a los factores estructurales que
afectan los entornos cotidianos donde se desarrollan las
relaciones de poder:
• Pertenencia a grupos o redes en los que se reivindique la
violencia como ejercicio de poder.
• Aislamiento de la mujer y la familia.
Nivel Relacional Esta esfera está relacionada con la organización familiar y
los entornos inmediatos de convivencia:
• Ordenamiento familiar en torno a la figura masculina.
• Dominación económica masculina.
• Legitimación de la violencia como forma de solucionar los
conflictos familiares y comunitarios.

Nivel Individual Este nivel es aplicable tanto a la víctima como al victimario:


• Antecedentes de conductas violentas o de auto desvalo-
rización.
• Aspectos personales y de sus relaciones familiares.
• Conductas adictivas o situaciones de crisis individuales.

22
23

El ciclo de violencia de la pareja: Tomado del modelo de atención a las violencias


basadas en genero del INMLCF, define el ciclo de violencia como la repetición
sistemática y gradual de hechos constitutivos de maltrato que tiene origen en una
relación desigual de poder, o subordinación (patriarcal) y que ocasiona a quien
lo sufre sentimientos de inseguridad, temor, afectación de la autoestima así como
en la salud física y psicológica. Y que explica porque a estas mujeres víctimas de
violencia por parte de sus parejas no se les debe culpar de los actos sistemáticos a
los cuales son sometidas.

El ciclo de la agresión parece estar compuesto de tres fases distintas, las cuales
varían en tiempo e intensidad para la misma pareja y entre las diferentes parejas.

Estas fases son: 1) la fase de aumento de tensión; 2) la explosión o el incidente agu-


do de agresión; y 3) el respiro lleno de calma y de cariño o luna de miel.

Fase uno: Etapa de aumento de la tensión: El hombre maltratador empieza a mos-


trarse tenso e irritable y cualquier comportamiento de la mujer despierta en él una
reacción de enfado, ante esta situación la mujer sorprendida intenta hablar con él
para solucionar el problema, ver la causa, no obstante, el hombre la ve como ex-
cesivamente dependiente y empalagosa. La mujer, para no “molestarle”, comien-
za a no expresar su opinión, a no “contrariar”.

Fase dos: Explosión violenta: El hombre explota, pierde el control y violenta muy
duramente a su pareja, verbal o físicamente. La insulta, la golpea, rompe cosas,
amenaza con matar a los hijos y a ella, le interrumpe el sueño, la viola, etc. La mujer
se muestra, impotente y débil, la desigual balanza que se ha establecido a lo largo
de los años la paraliza. No toma represalias, entra en una “indefensión aprendida”
que le impide reaccionar.

Fase tres: Luna de miel: El agresor se siente muy arrepentido de su conducta (por lo
menos las primeras veces), pide perdón, promete cambiar. Y realmente cambia, le
lleva el desayuno a la cama, la cura las heridas, incluso se hace cargo de las tareas
domésticas, le “cede todo el poder” a ella. Deja de ponerle tantas restricciones, se
relaja un poco y la permite las salidas. Si bebía, deja de beber, incluso puede ir a
terapia. La mujer al ver estos cambios cree que dejará de maltratarla y piensa de
verdad que no volverá a ocurrir. Un porcentaje muy alto relaciona el maltrato con
la ingestión de alcohol, sin pensar que cuando el agresor bebe él no maltrata a
todo el mundo, sino sólo a ella.

Finalmente se presenta la escalada de violencia. Una vez que ha conseguido el


perdón de su víctima, se siente de nuevo seguro en la relación, ya la ha recuperado
y no tiene que seguir complaciéndola, empieza de nuevo la irritabilidad y los abu-
sos y cuando ella quiere ejercer su recién conseguido poder la castiga duramente.

Cada vez la mujer es más dependiente, cada vez tiene menos energía para luchar
(Indefensión aprendida). Es el marido o pareja, y no ella, quien controla estos ciclos
y el que decide cuando se acaba la “luna de miel”. Ella empieza a darse cuenta

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de que haga lo que haga no puede controlar el comportamiento de su marido,


los malos tratos son arbitrarios e indiscriminados. La mujer sólo tiene energías para
intentar mantenerse con vida dentro de la relación o para que no se implique a los
hijos e hijas. Los ciclos de violencia se van sucediendo hasta que finalmente desa-
parece la fase de “luna de miel”, y los actos sistemáticos de violencia son cada vez
más frecuentes y de mayor intensidad pudiendo conllevar al sometimiento físico y
psicológico de las víctimas, al aislamiento social y a la muerte.

LA INVESTIGACIÓN DESDE UNA PERSPECTIVA DE GÉNERO

La muerte por razones de género, ya sea en el ámbito público o privado, es una


de las manifestaciones de violencia contra la mujer en la que se observa la interre-
lación entre las normas culturales y el uso de la violencia en la subordinación de la
mujer, por lo que no deben ser vistos y analizados como casos aislados sino que
se debe verificar la presencia o ausencia de motivos o razones de género que ori-
ginan o explican la muerte violenta de la mujer, lo que a su vez permite: Examinar
el hecho como un crimen de odio (“crimen moral”, es decir, que se realiza gene-
ralmente sin obtener ninguna recompensa material a cambio), abordar la muerte
violenta de las mujeres no como un hecho coyuntural y circunstancial sino como
un crimen sistemático, diferenciar los femicidios de las muertes de mujeres ocurridos
en otros contextos, evitar juicios de valor sobre las conductas o el comportamiento
anterior de la víctima y romper con la carga cultural y social que responsabiliza a
la víctima por lo que le pasó, visibilizar las asimetrías de poder y buscar alternativas
legislativas en materia de prevención4.

El análisis de género permite abordar el hecho delictivo de manera integral, po-


nerlo en contexto y comprender la situación de violencia ejercida contra la mujer
mediante una consideración de aquellos motivos que podrían estar asociados a la
manifestación de la violencia.

Desde el punto de vista médico-forense, hablar de “razones de género” significa:


• Encontrar los elementos asociados a la motivación criminal que hace que
los agresores ataquen a las mujeres por considerar que su conducta o su
planteamiento vital se aparta de los roles establecidos como “adecuados o
normales” por la cultura.
• Identificar cómo esa percepción se traduce en una serie de elementos cri-
minales en el componente cognitivo, como las decisiones que se adoptan a
la hora de planificar y ejecutar el femicidio, y en el componente emocional,
como el odio, la ira, etc., de la conducta de los agresores.

Al ser humano corresponde hacer triunfar el reino de la libertad


en el seno del mundo establecido;
para alcanzar esa suprema victoria es necesario, entre otras cosas, que,
por encima de sus diferencias naturales,
hombres y mujeres afirmen sin equívocos su fraternidad.
SIMONE DE BEAUVOIR.

24
25

BIBLIOGRAFÍA

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modelo para la investigación de los femicidios/feminicidios. México: Alianza
Regional por el Acceso de las Mujeres a la Justicia. Recuperado de: http://
www.convergemujeres.org/

26
27

II - ACTUACIÓN INDIVIDUAL Y COORDINACIÓN DE


LOS DIFERENTES OPERADORES

Es indispensable la cooperación formal y coordinada de los diferentes actores que


intervienen en los procesos de atención de casos sospechosos de feminicidio, para
asegurar el cumplimiento de los protocolos y por tanto mejorar la eficacia de la
investigación de los delitos y de atención a las víctimas.

Recomendaciones:

1. Los diferentes operadores de la investigación deberán asumir el rol que les


corresponde acorde a su profesión y especialización.

2. Cada operador deberá conocer el papel que le corresponde al resto de


profesionales que intervienen en la investigación, con la finalidad de ampliar
sus conocimientos, facilitar y no obstruir otras labores que se realicen de for-
ma simultánea o secuencial en cualquiera de las fases de la investigación.

3. Se deberán respetar las directrices que marque el Responsable o Coordina-


dor de la investigación, papel que corresponde en la mayoría de los casos
al Fiscal.

4. Para facilitar las labores del Responsable o Coordinador, el resto de inves-


tigadores deberán sugerir, informar y asesorar, sobre las circunstancias del
caso en particular, relativas a sus conocimientos especializados, pensando
en todo momento en la más adecuada actuación para la resolución del
caso.

5. La formalización de las líneas y flujos de comunicación deben ir dirigidas a


activar el procedimiento y a reducir los tiempos de actuación, a preservar
y obtener el mayor número de indicios en condiciones idóneas, a facilitar la
cronología de intervención de los diferentes profesionales, y a concentrar y
archivar la información que se va obteniendo sin que se produzca la disper-
sión de datos.

6. El Primer Respondiente en el lugar de la escena feminicida, tienen la función


de:

• Un primer contacto y fijación preliminar del escenario.

• Mantener la seguridad y control del escenario.

• Procesar los distintos indicios presentes en el lugar, excepto el cadáver, y


formular distintas vías de investigación.

• Recoger la declaración a posibles testigos.

• Proceder a la retención/detención de potenciales sospechosos.

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7. Desde el primer contacto con la escena criminal feminicida, es necesario el


desarrollo coordinado de una serie de actuaciones profesionales, imprescin-
dibles todas ellas, para la consecución de una investigación criminal efec-
tiva.

8. Manejo del lugar de los hechos - Aseguramiento del lugar de los hechos.

a. Aplica a la primera autoridad que haga presencia en el lugar, al lu-


gar del hecho, personas y lugares relacionados. Inicia con la primera
autoridad que llega al lugar de los hechos, una vez se haya verificado
y confirmado la noticia criminal y finaliza con la entrega del lugar de
los hechos al servidor designado o encargado para el manejo de la
diligencia o autoridad competente.

i. Quien efectúa el aseguramiento del lugar de los hechos debe evi-


tarse el ingreso de personas no asignadas a la diligencia como pe-
riodistas, parientes, amigos, curiosos y miembros de instituciones de
alto rango, entre otros.

ii. El primer respondiente que esté protegiendo el lugar de los hechos,


debe permanecer en el mismo, hasta que se produzca su entrega
con el fin de encaminar la investigación y retirarse una vez sea au-
torizado por la autoridad competente.

iii. En caso que la policía de vigilancia no haga presencia en el lugar


de los hechos, la protección del mismo es responsabilidad de la
primera autoridad que lo aborda.

iv. Documentos: formato de entrega del lugar de los hechos – primer


respondiente.

b. El primer respondiente en el escenario feminicida debe ser capaz de


identificar datos relevantes para la investigación del crimen, cuando
no sea posible la asistencia personal al escenario de otros actores
especializados. En las áreas geográficas que se presuma una alta fre-
cuencia de casos en los que se de esta eventualidad, se recomienda
que sea capacitado en la medida de lo posible, siempre que no vul-
nere las normas internas, en las tareas que realizaría el profesional del
que se carece.

9. A la Autoridad Competente le está encomendado el control del procesa-


miento de la escena, la reevaluación continua de las distintas actuaciones
que se llevan a cabo, la coordinación entre los distintos actores y la deci-
sión de acometer actuaciones singulares en el escenario, de acuerdo con
la información transmitida por los distintos profesionales intervinientes en la
investigación.

10. Al frente de la investigación del lugar de los hechos en el feminicidio, siem-


pre que sea posible, se encontrará presente un representante de la Autori-

28
29

dad Competente, responsable de todas las actuaciones necesarias para


procesar correctamente la escena criminal.

11. Manejo del lugar de los hechos - Observación, análisis y valoración del lugar
de los hechos.

a. Aplica a la policía judicial asignada a la diligencia o a quien por vía


excepcional haga sus veces, al lugar de los hechos, personas y luga-
res relacionados con la comisión de la presunta conducta punible. Se
desarrolla durante la inspección del lugar del hecho, inspección de
cadáver o inspecciones a lugares distintos al del hecho y, finaliza con
el inicio del procedimiento de fijación del lugar de los hechos.

i. El servidor designado o encargado para el manejo de la diligencia


o autoridad competente recibe el lugar de los hechos mediante el
formato de entrega del lugar de los hechos – primer respondiente,
realizando su verificación dejando constancia escrita de las obser-
vaciones a que haya lugar, así como su nombre, cédula de ciuda-
danía, firma, fecha y hora.

ii. Una vez recibido el lugar y verificado el informe de entrega, el ser-


vidor designado para el manejo de la diligencia, se ubicará en un
punto focal realizando una vista preliminar con el fin de establecer
vías de ingreso y salida del lugar. Determinará una ruta de ingreso
al mismo, por parte del personal autorizado sin alterar el estado
original de los EMP o EF.

iii. El servidor designado o encargado para el manejo de la diligencia,


determinará el método de búsqueda a aplicar de acuerdo a las
características del lugar y del hecho. (punto a punto, por sector o
cuadrantes, espiral franjas o líneas cuadrícula o rejilla, entre otros).

iv. El servidor designado o encargado para el manejo de la diligen-


cia, procederá a dar aplicación al método de búsqueda elegido,
señalizando la ubicación de los EMP o evidencia, dándoles nume-
ración consecutiva.

v. De todas las actividades realizadas en este procedimiento, se de-


jará constancia dentro del acta de inspección técnica al lugar de
los hechos, a lugares relacionados o inspección de cadáver; re-
gistrando además, nombre, cédula de ciudadanía y firma de los
funcionarios; y se procede a la fijación del lugar de los hechos.

12. Manejo del lugar de los hechos - Fijación del lugar de los hechos.

a. Aplica a la policía judicial o a quien por vía excepcional haga sus


veces, al lugar de los hechos, a los lugares relacionados con éste,
personas y elementos materia de prueba o evidencias. Inicia al fi-
nalizar el procedimiento de observación, análisis y valoración del

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lugar de los hechos y finaliza con la elaboración de los informes y


entrega del material respectivo.

i. El grupo designado para la diligencia, debe ingresar al lugar de los


hechos respetando las rutas de acceso previamente establecidas
y dependiendo de la naturaleza de los elementos o evidencias en-
contradas tendrán las previsiones de bioseguridad necesarias.

ii. El grupo designado para la fijación, debe trabajar de manera coor-


dinada con los demás técnicos que se requieran en la inspección
para identificar la orientación del lugar, puntos de amarre no remo-
vibles, la ubicación y distancia de los EMP o EF, correlacionando la
fotografía, el plano y la narrativa descriptiva en el acta de inspec-
ción judicial o a cadáver.

iii. Las fotografías, videos, imágenes, negativos o soportes de las to-


mas, obtenidas de los macro elementos, que se constituyen como
EMP o EF, se les aplicarán los procedimientos de recolección, em-
balaje, rotulado y registro de cadena de custodia establecidos en
el Manual de Cadena de Custodia.

13. La Autoridad Competente es la responsable de decidir el abandono del lu-


gar de los hechos, una vez informada, y analizadas las distintas actuaciones
llevadas a cabo en la escena criminal.

14. Los peritos médicos forenses actuarán conforme a criterios de objetividad y


de rigor científico.

15. Siempre que sea posible, es preciso que un representante de Medicina Le-
gal, se encuentre presente en el procesamiento de la escena criminal femi-
nicida. Su ausencia puede derivar en grandes deficiencias en la investiga-
ción y su resultado final.

16. En aquellos casos en los que no fuera posible la asistencia del Médico Foren-
se, se debe articular un sistema para que otros profesionales de la Medicina
o funcionarios de la Rama Judicial sean capaces de compensar técnica-
mente la ausencia de dicho especialista.

17. Excepto en aquellos casos en los que sea necesaria una intervención mé-
dica previa, no se llevará a cabo ninguna actuación o maniobra sobre el
cadáver sin la presencia y autorización de la autoridad competente e ideal-
mente un Médico Forense o del funcionario que supliera su función.

18. Los datos obtenidos por el Médico Forense o funcionario que asiste a la
escena, producto del examen del cadáver en el lugar de los hechos, serán
transmitidos a la Autoridad competente, responsable de la investigación.

19. El Médico Forense o funcionario encargado será informado de todas actua-


ciones que se lleven a cabo en el lugar de los hechos, así como del proce-
samiento de los distintos indicios presentes en dicha ubicación.

30
31

20. En la medida de lo posible, el Médico Forense mantendrá una comunicación


fluida con los funcionarios de los laboratorios de la Policia Judicial con el fin
de facilitar la idoneidad de las muestras a recoger en el lugar de los hechos.

21. El Médico Forense o funcionario de Policía Judicial responsable debe verifi-


car las condiciones bajo las cuales se traslada el cadáver para su posterior
autopsia.

22. Los datos obtenidos por el Médico Forense o funcionario responsable, pro-
ducto de las distintas actuaciones llevadas a cabo en el escenario feminici-
da, formarán cuerpo indisoluble del Informe de Autopsia posterior.

23. Cuando las especiales características del escenario y del crimen feminicida
así lo exijan, es precisa la asistencia de otros especialistas.

24. La necesidad y especialidad concreta de estos actores adicionales será de-


cisión de la Autoridad competente de la investigación, una vez informada
de dicha exigencia y de su idoneidad para el caso concreto.

Tabla 3. Actividades para el manejo del lugar de los hechos o escena de un


posible feminicidio
DESCRIPCIÓN DE LA ACTIVIDAD RESPONSABLE
1 Recibir información de la ciudadanía sobre la ocu- Policía Nacional, Primeros
rrencia de un presunto punible. Responsables, Oficinas en
las cuales se reciben noticias
criminales, Centro Automático
de Despacho o quien haga sus
veces.
2 Registrar la información en el sistema computariza- Policía Nacional, Primeros
do o en el medio establecido para esta actividad, Responsables, Oficinas en
con los datos requeridos por el mismo. En el caso las cuales se reciben noticias
de organismos de policía judicial, registrar la noti- criminales, Centro Automático
cia criminal en el formato único para este efecto. de Despacho o quien haga sus
veces
3 Informar a la Policía Nacional de turno y/o a los or- Policía Nacional, Primeros
ganismos de Policía Judicial. Responsables, Oficinas en
En caso de tratarse de actos urgentes asignar el las cuales se reciben noticias
asunto a la Policía Judicial disponible para este criminales, Centro Automático
efecto. de Despacho o quien haga sus
veces
En el evento contrario, remitir el formato de noticia
criminal la oficina de la Fiscalía para que se surta
el procedimiento de asignaciones o de reparto de
fiscal y Policía Judicial.
De aportarse EMP y EF se deben aplicar los proce-
dimientos del Sistema de Cadena de Custodia.

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Guía “De recomendaciones para la investigación judicial, atención y prevención de las muertes con sospecha de feminicidio”

4 Desplazarse al lugar de los hechos o escena y en Policía Nacional, Primeros Res-


él verificar la dirección exacta, nombre del barrio, ponsables, y/o Servidores públi-
zona o localidad. cos que cumplan funciones de
De tratarse de zona rural, marítima o aérea se policía judicial.
debe utilizar los medios de ubicación disponibles
(finca, vereda, corregimiento, georeferenciación,
entre otros.) y debe notificar su presencia a la cen-
tral de comunicaciones o a quien haga sus veces.

5 Recibir noticia criminal enviada por la Policía Ju- Oficina de asignaciones o de


dicial o autoridad que la haya recepcionado, re- reparto de la FGN.
gistrar y asignar un fiscal y grupo de policía judicial
para que se desplace al lugar de los hechos o es-
cena o a los sitios relacionados.

6 Ingresar al lugar de los hechos o escena, desple- Policía Judicial y/o Policía Na-
gando todas las precauciones para evitar riesgos cional.
contra su integridad personal, del lugar y de los
EMP y EF que se encuentren.
7 Analizar el lugar de los hechos o escena: Si se Policía Nacional, Policía Judicial
trata de una escena relacionada con la vida e o quien haga sus veces.
integridad personal, aplicar los procedimientos de
reconocimiento de vida a los cuerpos encontra-
dos si hay lugar a ello, como: respiración, pulso,
reflejos oculares, inconsciencia y movilidad; de re-
querirse la presencia de organismos de salud y/o
de primeros auxilios se debe informar a la central
de comunicaciones o quien haga sus veces.En
caso de tener contacto con algún EMP y EF, dejar
constancia de ello, indicando los motivos en el
formato de actuación del primer responsable.
8 Reportar a la central de comunicaciones los ha- Policía Nacional, Policía Judicial
llazgos, como: presencia de personas heridas y/o o quien haga sus veces.
fallecidas, condiciones físicas y de seguridad del
lugar de los hechos o escena, entre otros.

9 Registrar la información suministrada por la Policía Servidor de turno de la central


Judicial o quien haga sus veces en el sistema de de comunicaciones o quien
información manual o electrónico que se dispon- haga sus veces.
ga. Si se requieren los servicios de los organismos
de salud y/o de primeros auxilios, se solicitan.

10 Iniciar el procedimiento de aseguramiento del Policía Nacional, Policía Judicial


lugar de los hechos o escena. o quien haga sus veces.

Tabla tomada y modificada del Manual de procedimientos para cadena de custodia - FGN - Julio
2016.

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BIBLIOGRAFÍA

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34
35

III - INVESTIGACIÓN DEL LUGAR DE LOS HECHOS, ANÁLISIS INICIAL DE LAS


ESCENAS Y VALORACIÓN DE EVIDENCIAS

En el caso particular de la investigación de las muertes, el proceso se inicia en el


lugar de los hechos que corresponde al sitio en donde tuvo lugar el acto delictivo
o en donde se encuentra el cuerpo de la víctima.

Recomendaciones:

1. La investigación técnico pericial del lugar de los hechos en un caso de


feminicidio no difiere en gran medida de otras formas de investigación de
muertes violentas o sospechosas de criminalidad, sin embargo los datos que
se obtienen en la escena del crimen de un feminicidio tienen, en todos los
casos, un máximo valor en los resultados efectivos de la investigación.
2. Toda escena feminicida debe ser analizada y procesada, a la mayor
brevedad posible con la finalidad de obtener los EMP/EF.
3. Una vez asegurada la escena, es necesario realizar una fijación fotográfica
general, y enviar dicho registro al Instituto Nacional de Medicina Legal y
Ciencias Forenses en medio magnético o físico, para que esté disponible al
momento de iniciar la necropsia
4. Para desarrollar el procedimiento de necropsia médico legal, la autoridad
competente remitirá siempre la diligencia de inspección de cadáver, informe
ejecutivo, informe de primer respondiente y la documentación fotográfica.

PROTECCIÓN DE LA ESCENA

La escena feminicida es primordial para el curso de la investigación, por lo que


su protección es esencial para preservar su indemnidad, evitando alteraciones
intencionadas, accidentales y/o negligentes, así como su contaminación.

El primer respondiente que entra en contacto en primer lugar con el escenario, es el


encargado de adoptar las medidas iniciales encaminadas a proteger la escena y
los distintos indicios, y en los casos en que sea necesario, deberá solicitar los refuerzos
respectivos para la adecuada protección de la misma. Son recomendaciones para
la protección e ingreso a la escena del crimen femicida las siguientes:

1. Acceso autorizado por una entidad competente, con registros de ingreso y


salida.
2. Protección individual adecuada con el fin de evitar la contaminación del
escenario.
3. Reevaluación y comprobación continúa de las medidas adoptadas.

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4. Dentro del área protegida, se debe identificar un espacio seguro


(debidamente custodiado) que sirva para el depósito del material a emplear
en la investigación y de los distintos indicios presentes, una vez procesados.
5. Se recomienda en la medida de lo posible que la escena de los hechos
pueda ser preservada por el tiempo necesario para que pueda ser
revalorada constantemente según los avances de la investigación y
mantener las medidas de protección hasta que la Autoridad competente
de la investigación, decida liberar el escenario.

PROCESAMIENTO DE LA ESCENA

El objeto del procesamiento del escenario feminicida es obtener indicios o EMP/EF


que permitan establecer el nexo entre la escena, la víctima y el sospechoso.

Recomendaciones:

1. El procesamiento comienza una vez la escena este adecuadamente


asegurada y protegida.
2. Todas las acciones en la escena de los hechos deben quedar perfectamente
documentadas en el acta de inspección técnica del cadáver. Dicha
documentación incluye el croquis, álbum fotográfico, historias clínicas,
entrevistas a familiares, etc. Se debe hacer una entrevista con los familiares,
con preguntas dirigidas, preferiblemente bajo las sugerencias del médico
forense, además de realizar la investigación respectiva sobre otros eventos o
antecedentes legales que tuviere la víctima.
3. La observación de la escena feminicida debe ser la primera fase del
procesamiento de la misma, para establecer las hipótesis preliminares
que permitan planear su abordaje, e idealmente debe ser analizada y
procesada, a la mayor brevedad posible con la finalidad de obtener las
evidencias necesarias para lograr una potencial inculpación del sospechoso
y en su caso, su posterior condena.
4. Se recomienda a los técnicos que acuden a la escena que no manipulen el
cadáver y no retiren objetos o pertenencias que porta el mismo, además de
extremar cuidado en la fijación, documentación y registro de la totalidad de
las evidencias o indicios presentes en la escena antes de su recuperación.
5. Como medios para fijar una escena feminicida, se recomienda: Descripción
por escrito, reportaje fotográfico, fijación y observación de manera
simultánea y ordenada, fijar cada uno de los indicios de manera individual
y en relación con el contexto parcial y general de la localización criminal.
6. La totalidad de soportes de memoria empleados para conservar las fotografías
realizadas en la escena femicida, deben custodiarse estrictamente, y se

36
37

deben adjuntar con el correspondiente informe, para ser enviados al Instituto


Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses preferiblemente en medio
magnético.
7. Se recomienda generar los flujos o mecanismos que faciliten la comunicación
entre el investigador y los peritos de los laboratorios o médicos a donde serán
enviados el o los material(es) de estudio.
8. Se debe garantizar, la instauración y el adecuado seguimiento de la cadena
de custodia de los EMP/EF, desde su recuperación hasta su procesamiento,
análisis o almacenamiento.
9. La decisión de liberar la escena femicida es responsabilidad del representante
de la Autoridad competente de la investigación y antes del abandono
de la misma, es necesario recapitular ordenadamente, todas y cada una
de las actuaciones llevadas a cabo hasta ese momento, y en caso de ser
necesario, se procederá a un nuevo procesamiento parcial o total.

PROCESAMIENTO DE LOS DISTINTOS ELEMENTOS MATERIA DE PRUEBA EN LA ESCENA


DE LOS FEMICIDIOS

Los EMP/EF que puedan estar presentes en la escena de un feminicidio, no difieren


en gran medida de aquellos que puedan encontrarse en cualquier suceso criminal
con resultado de muerte. Sin embargo, hay determinados escenarios de feminicidio
en los que los EMP/EF se muestran muy específicos.

Recomendaciones:

1. Antes de proceder a la recuperación de los EMP/EF, se aconseja utilizar


medidas de protección adecuadas, preferiblemente desechables (traje de
protección, mascarilla, guantes, polainas) que eviten su contaminación.

2. Siempre que sea necesaria la aplicación de un hisopo para la recogida de


un fluido o mancha, se aconseja una metodología específica, basada en las
siguientes directrices:

• Apertura del envase en cuyo interior se encuentra el hisopo.

• Aplicación directa en el caso de que sea factible realizarlo en seco, en


caso contrario humedecer el extremo distal del hisopo, aplicando una gota
de agua destilada o de solución salina y nunca introduciendo dicho extremo
en el envase que contiene el líquido. Si fuera necesario emplear un hisopo
humedecido, siempre se deberá aplicar posteriormente, otro seco sobre la
misma superficie.

• El extremo distal del hisopo, se debe aplicar realizando un movimiento de


rotación sobre la totalidad de la superficie donde se encuentra la mancha
o fluido, en caso de que la superficie sea irregular, además del movimiento
rotatorio mencionado, el hisopo también se aplicará de atrás hacia delante

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• Todos los hisopos una vez secos a temperatura ambiente, se embalarán


individualmente.

3. Se recomienda no llevar a cabo ninguna maniobra o manipulación del


cadáver hasta que llegue a manos del médico forense.

4. De manera particular, se debe prestar especial atención al patrón de


distribución y morfología de las manchas de sangre (proyección- caída,
contacto, escurrimiento, empapamiento, limpiamiento) en el escenario
feminicida, el cual deberá ser fijado minuciosamente, antes de proceder a la
recuperación de esta evidencia física biológica en las distintas ubicaciones
de la escena.

5. Se recomienda para el abordaje de estos casos, dada su alta complejidad,


equipos adecuadamente capacitados o especializados en el tema.

EL EXÁMEN DEL CADÁVER EN EL LUGAR DE LOS HECHOS

El reconocimiento del cadáver en el lugar de los hechos se realizará de tal forma que
se evite cualquier interferencia con la práctica de la autopsia, ya sea manipulando,
lavando, deteriorando o modificando, incluso con ánimo de investigación.

Por tanto, este reconocimiento, deberá ser lo menos intervencionista posible, e


inicialmente solo se determinarán aquellos datos imprescindibles para el inicio
de la investigación del feminicidio (ancestro racial, edad, señales altamente
individualizantes, probable fecha de la muerte y lesiones que orienten la causa de
la muerte).

Tabla Nº 4. Actividades para el aseguramiento del lugar de los hechos o escena


de un posible feminicidio
No DESCRIPCIÓN DE LA ACTIVIDAD RESPONSABLE
1 Realizar observación preliminar del lugar de los hechos o Policía Judicial, Policía Nacional,
escena y de los EMP y EF, con el fin de identificarlos. Fuerzas Militares o quien haga sus
veces.
2 Determinar el área a ser aislada y acordonar como Policía Judicial, Policía Nacional,
mínimo utilizando doble barrera física (cuerdas, cintas, Fuerzas Militares o quien haga sus
barricadas, policías adicionales, vehículos, voluntarios, veces.
entre otros) lo que permite a los funcionarios adelantar la
diligencia ubicando la escena.
3 Reportar la presencia en el lugar y verificar la existencia Policía Judicial, Policía Nacional,
del hecho a la central de comunicaciones o quien haga Fuerzas Militares o quien haga sus
sus veces. veces.

38
39

4 Si hay personas lesionadas en el lugar de los hechos, de Policía Judicial, Policía Nacional,
ser posible, establecer comunicación con ellas a fin de Fuerzas Militares o quien haga sus
identificarlas y obtener información que sea de interés veces.
para la investigación acerca de lo ocurrido. Previo al
desplazamiento o movimiento de los lesionados, se debe
proceder a señalizar la ubicación y posición original de los
EMP Y EF.
Si se trata de una persona fallecida, se debe evitar su
manipulación, la de sus documentos y pertenencias.
Si en el lugar se encuentran testigos o familiares, se deben
individualizar a través de la información que ellos aporten.
5 Si se encuentran testigos, sospechosos o familiares de las Policía Judicial, Policía Nacional,
víctimas, se debe evitar que estos se retiren, se procede a Fuerzas Militares o quien haga sus
separarlos impidiendo la comunicación entre ellos. veces.
Adicionalmente, deben tomarse los datos generales de
identificación: nombre, cédula de ciudadanía, parentes-
co con la víctima, lugar de residencia, entre otros datos.
Esta información se debe consignar en el formato de
actuación del primer responsable.

6 Si en el lugar de los hechos o escena se encuentra el pre- Policía Judicial, Policía Nacional,
sunto agresor y es ubicado, se debe efectuar la requisa Fuerzas Militares o quien haga sus
de acuerdo al procedimiento establecido para esta acti- veces.
vidad y se debe separar de los posibles cómplices.
En caso de que el agresor porte uno o varios EMP y EF se
debe proceder a embalar estos elementos, siguiendo los
lineamientos del Manual de procedimientos para cadena
de custodia.
7 Posteriormente, se debe registrar la información obtenida Policía Judicial, Policía Nacional,
en sus actividades durante la atención del hecho en el Fuerzas Militares o quien haga sus
formato de actuación del primer responsable. veces.
El formato debe estar completamente diligenciado.
Finalmente, se debe entregar el lugar de los hechos o
escena al servidor encargado de realizar la diligencia.

Tabla tomada y modificada del Manual de procedimientos para cadena de


custodia - FGN - Julio 2016

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IV - MARCO NORMATIVO SOBRE FEMINICIDIO

SANDRA MILENA BELTRÁN MUÑOZ


Abogada de la Universidad Libre
Criminóloga y Socióloga Jurídica de la Universidad de Barcelona

El término en inglés Femicide y su traducción, ha llevado a dos tendencias de inter-


pretación: por una parte femicidio y por otra feminicidio, aclarando que se trata
de conceptos provenientes de las ciencias sociales, que poseen connotaciones
políticas y aunque dan origen a lo que hoy se conoce como tipo penal, ambos sig-
nificados tienen orígenes y fines reivindicatorios y políticos desde la lucha feminista.

Femicidio o Femicide fue definido en la década de los 90´s por Diane Rusell y sus
colegas Jane Caputi y Jill Radford, quienes lo conceptuaron como la muerte vio-
lenta de mujeres. La expresión muerte se refiere a la concepción jurídico penal
de violenta; así mismo, existen corrientes que abarcan de manera extensiva esta
definición a la mortalidad materna evitable, por la realización de abortos inseguros
u otras enfermedades de mujeres no atendidas en los centros de salud: la conse-
cuencia de no adoptar medidas idóneas de atención que incumplen el deber
objetivo de cuidado (Rusell: 2006).

Por su parte, el término feminicidio fue utilizado por Marcela Lagarde en México1 y lo
definió como el “(…) conjunto de violaciones sistemáticas a los derechos humanos
de las mujeres y un estado de violaciones reiteradas y sistemáticas a los derechos
humanos de las mujeres, un estado de violencia misógina contra éstas, que con-
ducen a ataques, maltratos, daños, culminando, en algunos casos, en asesinatos
crueles de las mujeres (…)” (Lagarde: 2004). Esta autora se ha dado conocer am-
pliamente por los estudios realizados sobre el caso Ciudad Juaréz, el cual dio origen
a la sentencia del caso Algodonero versus México, en la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos. Lagarde postula que la muerte de las mujeres no obedece
a un hecho aleatorio, sino que la cultura patriarcal ha incidido de manera impor-
tante en la violencia contra este gremio, por las desigualdades históricas existentes
entre hombres y mujeres (Lagarde: 2004).

Desde una postura feminista, es un tipo de violencia generalmente ejercida por


hombres sobre mujeres y adquiere una forma particular, al ser la expresión de la
agresión legitimada generacionalmente contra el género femenino; esto es, así
como se asesina a las personas en razón a su nacionalidad, raza o religión; se asesi-
na a una persona por el género, entendiendo este, como la identidad con la cual
un ser se siente identificado desde lo femenino (Zaremberg: 2008).

1 En español femicidio es una voz homóloga a homicidio y sólo significa asesinato de


mujeres. Por eso, para diferenciarla, preferí la voz feminicidio y denominar así al conjunto
de hechos de lesa humanidad que contienen los crímenes y desapariciones de mujeres”.
(Lagarde 2004)

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Varias críticas han existido alrededor de la figura, como por ejemplo, visiones que
analizan la categoría penal como una descripción que conduce al derecho penal
de autor, cuando se presume al hombre como único agresor; empero, la
normatividad colombiana no ha delimitado ni cualificado al infractor de la norma,
dejando abierta la posibilidad a que la conducta pueda ser cometida por hombres
o por mujeres, quienes con su actuar, extirpan la vida de otra persona por el hecho
de ser mujer o sentirse como tal. Si bien, las autoras del término lo hicieron con el fin
de hacer visibles los asesinatos de féminas por esposos, parejas, novios, desconoci-
dos o conocidos, del género masculino, se debe dejar claro que la muerte no solo
obedece al hombre como agresor, sino que es el resultado de la desventaja cultu-
ral e histórica de las mujeres frente a la sociedad, prejuicios que permean tanto a
hombres como mujeres (Polanio-Orts: 2012).

Antecedentes jurídicos: un acercamiento a los conceptos internacionales

El marco internacional que protege los derechos de las mujeres, con los años ha
sido ampliado de manera considerable; para ello, las Naciones Unidas elaboró nor-
mas universalmente aplicables y éstas se encuentran inmersas en la Constitución
Política de Colombia, por el principio extensivo sobre el cual, los pactos interna-
cionales ratificados por nuestro país, hacen parte de la constitución política como
bloque de constitucionalidad y poseen la misma jerarquía. De esta manera, encon-
tramos la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Políticos, el Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales, la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de
Discriminación contra la Mujer y la Convención de las Naciones Unidas contra la
Tortura y Otros Tratos Crueles o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes; estos
preceptos contienen los mínimos normativos aplicables para la investigación de
la violencia y a su vez, implantan mecanismos de monitoreo y supervisión de los
acuerdos, emitiéndose periódicamente informes, sobre las posturas de los Estados
miembros en materia de prevención, sanción y reparación de la víctimas (ONU El
Salvador: 2012) .

Para tener una aproximación sobre las regulaciones, se enunciarán algunas de las
más importantes sobre la materia:

A nivel mundial:

a. Declaración del Año Internacional de la Mujer por la Asamblea Nacional de las


Naciones Unidas del año 1975.

b. Primera Conferencia Mundial sobre la Mujer en México, desarrollada en el dece-


nio - 1975 a 1985-.

c. Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la


Mujer en 1979 en adelante CEDAW (ONU): esta Convención tiene especial impor-
tancia dado que su conceptualización fue desarrollada en la Convención contra

44
45

la Discriminación Racial (CERD-ONU de 1965)2.

d. Segunda Conferencia Mundial Sobre la mujer (Copenhague, 1980) con la Reso-


lución “La mujer maltratada y la violencia intrafamiliar”.

e. Tercera Conferencia Mundial (Nairobi, 1985) la cual definió como prioridad la eli-
minación de la violencia contra la mujer y la familia en la sociedad, lo que condujo
a la creación de la Resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas
sobre Violencia Doméstica (ONU 1985)

f. Comité de los Derechos Humanos. Observación General 28: Igualdad de dere-


chos entre hombres y mujeres.

g. Comité de los Derechos Humanos. Observación General 32: Igualdad ante los
tribunales y cortes de justicia y a un juicio imparcial.

A nivel latinoamericano:

a. Convención Americana de los Derechos Humanos “Pacto de San José”.

b. Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia


Contra la Mujer, Convención “Belém do Pará”.

Este último, es el antecedente para Latinoamérica más importante, puesto que es


una clara herramienta vinculante, desde el punto de vista internacional de los De-
rechos Humanos, que responsabiliza al Estado, cuando este no toma las medidas
tendientes a prevenir, sancionar y erradicar la Violencia Basada en Género, para
evitar la impunidad. (Mariño: 2013)

De esta manera se protege el acceso a la justicia de las víctimas y familiares, pues-


to que para el ejercicio pleno de los derechos, no sólo es suficiente la existencia
de recursos judiciales, sino que éstas herramientas de la administración de justicia,
deben ser idóneas para investigar, sancionar y reparar las violencias; razón por la
cual, los recursos deben ser sencillos, rápidos, idóneos e imparciales en la indaga-
ción, e implica de manera implícita, la capacitación a funcionarios en el marco
de las investigaciones que poseen componentes de género (Caso Gonzales Vs
México: 2009).

La Corte Interamericana de Derechos Humanos CIDH, en este sentido, ha señalado


que la investigación debe ser llevada a cabo de manera inmediata, exhaustiva,
seria e imparcial y debe contar con muchas líneas de estudio de caso, tendientes
a identificar los autores del delito para el posterior procesamiento. Sobre esta ma-
teria, el caso de Ciudad Juárez en México, condujo a un examen minucioso por

2 Aunque la violencia contra la mujer no fue descrita expresamente en la CEDAW,


el Comité adopto en el año 1989 la Observación General Nº 12 en la que señalo que la
violencia contra la mujer quedaba contemplada en la Convención de la CEDAW.

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parte de la honorable corte, ya que la falta de respuesta de las autoridades frente


a la desaparición de centenares de mujeres, expuso a estas a las agresiones se-
xuales y la muerte; el 16 de noviembre de 2009, la Corte declaró la responsabilidad
del Estado Mexicano por incumplir con su deber de investigar los delitos cometidos
contra más de 200 mujeres desaparecidas, abusadas sexualmente, torturadas y
asesinadas (Caso Gonzales Vs México: 2009).

Los deberes de investigación para los Estados son de medio y no de resultado, es


decir que el sistema penal debe implementar las herramientas necesarias para ob-
tener una investigación, no solo desde la formalidad, sino desde la eficiencia y la
pertinencia para evitar la impunidad, ya que esta última fomenta la repetición de
los actos y el consecuente aumento de los mismos. Para ello el Tribunal latinoame-
ricano, planteó los principios rectores mínimos a tener en cuenta en el marco de
las investigaciones feminicidas, como son: i) identificar a la víctima; ii) recuperar y
preservar el material probatorio relacionado con la muerte, con el fin de ayudar en
cualquier potencial investigación penal de los responsables; iii) identificar posibles
testigos y obtener sus declaraciones en relación con la muerte que se investiga;
iv) determinar la causa, forma, lugar y momento de la muerte, así como cualquier
patrón o práctica que pueda haber causado la muerte, y v) distinguir entre muerte
natural, muerte accidental, suicidio y homicidio (Caso Gonzales Vs México: 2009).
Además de contar con información exhaustiva en la escena del crimen, realizar
autopsias y análisis de restos humanos, de forma rigurosa, por profesionales capa-
citados, comprometidos con la investigación a través de la objetividad, evitando a
toda costa los prejuicios o estereotipos sociales (ONU El Salvador: 2012).

Las medidas que señalan los organismos internacionales, están llamadas a no ser
temporales sino permanentes y conminan a las autoridades a tomar la perspectiva
de género como línea transversal en el marco de la investigación penal. La sola in-
clusión del tipo penal en la codificación, no es suficiente para abordar la problemá-
tica, sino que se necesitan estrategias de seguimiento y monitoreo de peligros que
exponen a las víctimas a mayores niveles de afectación; de ahí la importancia de
los sistemas de información y las mesas de trabajo intersectoriales e interinstitucio-
nales, para la erradicación de la problemática, aunado al esfuerzo de documentar
y capacitar a funcionarios de investigación penal.

Tipo penal de feminicidio en Colombia

La Ley 1761 de 2015 modificó el Código Penal colombiano, Ley 599 de 2000, e inclu-
yó al feminicidio como tipo penal autónomo. El antecedente de la norma fue la Ley
1257 de 2008, artículo 26, por medio de la cual se incluyó el numeral 11 al Artículo
104; éste versó sobre la imposición del agravante punitivo de muerte a la mujer por
el hecho de ser mujer dentro del delito de homicidio.

La historia jurídica sobre este fenómeno en Colombia, fue relacionada con críme-
nes pasionales, generalmente asociados a contextos de pareja; este componente
examinó el móvil del agresor y lo redujo a la celotipia y emociones no controladas
del criminal masculino, en la mayor parte de eventos, lo que significó por muchos

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años, la minimización de la violencia de género, que justificó el hecho como una


propensión o inclinación natural de una enfermedad mental, desconociéndose
los antecedentes culturales que datan de la violencia contra la mujer, como un
suceso socialmente aceptable. Esta situación comportó a que la emoción del vic-
timario fuera utilizada como atenuante dentro del proceso penal y la consecuente
pena impuesta.

Desde aquí resulta importante entender que los crímenes llamados pasionales han
sido verdaderos feminicidios; también resulta importante dar cuenta de los múlti-
ples maltratos físicos que sufrieron mujeres, los cuales fueron catalogados como
simples lesiones personales, cuando en realidad fueron verdaderas tentativas de
feminicidio. La violencia de este tipo, refleja una sociedad permisiva, producto de
una cultura patriarcal que habita en las mentes colombianas (Colombia, Corte
Suprema de Justicia: 2008).

A modo de ejemplo, vale la pena mencionar que el código penal colombiano de


1890, concebía la inculpabilidad absoluta del hombre cuando este asesinaba a su
esposa o pareja, ya que se asociaba –y aún se asocia- el “amor desaforado e in-
controlable” que conduce a los celos, con el verdadero amor. La realidad dista del
romanticismo, los celos incontrolados no son más que la expresión de la cosifica-
ción del hombre hacia la mujer, ya que el primero cosifica el cuerpo, la sexualidad
y la vida como propiedad.

Lo anterior condujo a que se creara el tipo penal autónomo en el código penal y


con él, las herramientas de política pública tendientes a prevenir, atender, investi-
gar y sancionar la muerte de mujeres en Colombia. La tipificación busca garantizar
la investigación y la sanción de las violencia por motivos de género y discrimina-
ción, así como erradicar dichas violencias, forjando estrategias de sensibilización
de la sociedad colombiana, de acuerdo con los mandatos de no discriminación.3

El tipo penal se encuentra contemplado en el artículo 104A del actual código y


reza de la siguiente manera:

Artículo 104A. Feminicidio. Quien causare la muerte a una mujer, por su con-
dición de ser mujer o por motivos de su identidad de género o en donde
haya concurrido o antecedido cualquiera de las siguientes circunstancias,
incurrirá en prisión de doscientos cincuenta (250) meses a quinientos (500)
meses.

a) Tener o haber tenido una relación familiar, íntima o de convivencia con


la víctima, de amistad, de compañerismo o de trabajo y ser perpetrador de
un ciclo de violencia física, sexual, psicológica o patrimonial que antecedió
el crimen contra ella.

3 Congreso de Colombia. Ley 1761 de 2015, por medio de la cual se crea el tipo
penal de feminicidio como delito autónomo y se dictan otras disposiciones. Ley Rosa Elvira
Celis.

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b) Ejercer sobre el cuerpo y la vida de la mujer actos de instrumentalización


de género o sexual o acciones de opresión y dominio sobre sus decisiones
vitales y su sexualidad.

c) Cometer el delito en aprovechamiento de las relaciones de poder ejer-


cidas sobre la mujer, expresado en la jerarquización personal, económica,
sexual, militar, política o sociocultural.

d) Cometer el delito para generar terror o humillación a quien se considere


enemigo.

e) Que existan antecedentes o indicios de cualquier tipo de violencia o


amenaza en el ámbito doméstico, familiar, laboral o escolar por parte del
sujeto activo en contra de la víctima o de violencia de género cometida por
el autor contra la víctima, independientemente de que el hecho haya sido
denunciado o no.

Así mismo establece las causales de agravación punitiva de la siguiente manera:

Artículo 104B. Circunstancias de agravación punitiva del feminicidio. La pena


será de quinientos (500) meses a seiscientos (600) meses de prisión, si el femi-
nicidio se cometiere:

a) Cuando el autor tenga la calidad de servidor público y desarrolle la con-


ducta punible aprovechándose de esta calidad.

b) Cuando la conducta punible se cometiere en mujer menor de dieciocho


(18) años o mayor de sesenta (60) o mujer en estado de embarazo.

c) Cuando la conducta se cometiere con el concurso de otra u otras perso-


nas.

d) Cuando se cometiere en una mujer en situación de discapacidad física,


psíquica o sensorial o desplazamiento forzado, condición socioeconómica o
por prejuicios relacionados con la condición étnica o la orientación sexual.

e) Cuando la conducta punible fuere cometida en presencia de cualquier


persona que integre la unidad domestica de la víctima.

f) Cuando se cometa el delito con posterioridad a una agresión sexual, a la


realización de rituales, actos de mutilación genital o cualquier otro tipo de
agresión o sufrimiento físico o psicológico.

g) Por medio de las circunstancias de agravación punitiva descritas en los


numerales 1, 3, S, 6, 7 Y 8 del artículo 104 de este Código. Una vez descritos
estos puntos, pasaremos a mirar detenidamente cada uno de los compo-
nentes del tipo penal.

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Como hemos observado, la nueva tipificación implica una necesidad de analizar


los hechos y medidas legales de las partes, bajo la nueva perspectiva de género.
El nuevo ordenamiento penal, instaura dentro de su parte especial, las conductas
que son típicas de este delito y da cuenta de los efectos socioculturales que re-
percuten al exteriorizarse.

Se trata de una conducta dolosa o querida por el agresor y no admite la culpa; al


igual que el homicidio, se trata de un tipo penal de resultado y admite la tentativa.
Para la legislación colombiana, la muerte de una mujer en un accidente de tránsi-
to no es considerada feminicidio, a menos que exista información, en el marco de
la investigación penal, que informe sobre un presunto caso de lesión con dolo. Así
mismo, al admitir la tentativa, es importante documentar las lesiones para dimen-
sionar la intención del perpetrador y para no adecuar la conducta a meras lesiones
personales y no la verdadera intención de matar.

Para este delito, el objeto de tutela es la vida autónoma e independiente de la mu-


jer, quién pertenece a un grupo el cual históricamente ha sido objeto de vejáme-
nes. El tipo penal protege la integridad personal para que la población femenina
pueda gozar de las garantías y prerrogativas mínimas de salvaguarda y por ello el
objeto de acción se divide desde dos enfoques, por un lado, las mujeres desde la
concepción biológica que la define como mujer y por el otro, los hombres biológi-
camente considerados, que se identifican como mujeres (Polanio-Orts: 2012).

Es importante el peldaño que avanzó Colombia en materia normativa, puesto que


protegió a la comunidad LGTBI, toda vez que la identidad de género y la lesión de
ésta, se adecua a la conducta feminicida; esto es, si se mata a una persona por el
hecho de identificarse como mujer, sin serlo de manera biológica, nos encontramos
ante la presencia de feminicidio.

Frente al sujeto activo, éste es indeterminado o común y mono subjetivo, en cuanto


el legislador no eligió calidad alguna a quien realice la acción típica, siendo en-
tonces indiferente, para efectos de la tipicidad, que la conducta sea realizada por
particulares o servidores públicos, pero no sucede lo mismo frente a los agravantes
de la pena, ya que si la conducta es cometida por un servidor público, aquella
se aumentará de manera considerable, como se explicará más adelante (Pola-
nio-Orts: 2012).

Adicionalmente, se trata de un tipo penal mono subjetivo, en el que se puede pre-


sentar la figura de la coautoría y la participación, en caso, de que las acciones des-
critas sean realizadas por un número plural de personas y/o puede ser perpetrado
por un solo sujeto.

No ocurre lo mismo desde la víctima, ya que el legislador determino la cualificación


del sujeto pasivo, entendiendo que ésta debe ser mujer desde el aspecto biológico
y o desde la identidad de género.

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En consecuencia, se trata de un tipo penal compuesto por conductas alternativas,


lo cual significa que con la comisión de una de ellas se estructura la tipicidad. Las
conductas alternativas son:

a) Matar a una mujer por el hecho de ser mujer o por su identidad de gé-
nero. Se entiende desde dos visiones; por una parte desde la concepción
biológica de mujer y por el otro, desde la identidad de género.

Resulta complejo este aspecto desde la parte forense, ya que la identidad


de género es auto-declarada y en muchas ocasiones, la información del
perito está limitada a la documentada por la policía judicial en el acta de
inspección al cadáver, situación que llama al experto a escribir en el informe
pericial, los hallazgos encontrados en el cuerpo, puesto que no cuenta con
la auto-declaración de la víctima sobre su orientación sexual. En casos don-
de el cadáver revista transformación física o cambio de nombre, será más
fácil documentar, no obstante, no en todos los casos ocurre de esta manera,
así que el informe debe pormenorizar las evidencias encontradas (restos de
esperma o líquido seminal en diferentes cavidades, orales, anales o en otras
regiones corporales; prendas Íntimas, overkill, número de heridas, heridas en
estado defensivo activo o pasivo etc.).

b) Tener o haber tenido una relación familiar, íntima o de convivencia con


la víctima, de amistad, de compañerismo o de trabajo y ser perpetrador de
un ciclo de violencia física, sexual, psicológica o patrimonial que antece-
dió el crimen contra ella. Esta conducta supone una cercanía del agresor
con la víctima, que no solo implica relaciones de pareja (esposo, ex esposo,
compañero permanente, novio, ex novio, amigo etc.) además de ciclos de
violencia anteriores. Los casos mayoritariamente documentados se circuns-
criben a relaciones de pareja; en estos eventos, desde la pericia, se reco-
mienda revisar trazabilidad de los datos individualizantes de la víctima (nom-
bre completo, cédula, tarjeta de identidad) en los sistemas de información
relacionados con clínica forense, para descartar antecedentes de lesiones
asociadas al caso y así analizar en contexto.

c) Ejercer sobre el cuerpo y la vida de la mujer, actos de instrumentalización


de género o sexual o acciones de opresión y dominio sobre sus decisiones vi-
tales y su sexualidad. Implica el ejercicio de la fuerza física o psicológica que
sitúe a la persona en estado de indefensión o intimidación para la comisión
del acto, entre los que cabe la tortura, además del ejercicio de la violencia
sexual sobre la víctima. La documentación de los hallazgos en el cuerpo son
de vital importancia, ya que permite diferenciar un homicidio de un feminici-
dio, por ejemplo, cuando existen evidencia de lesión sexual o asalto sexual.

d) Cometer el delito en aprovechamiento de las relaciones de poder ejer-


cidas sobre la mujer, expresado en la jerarquización personal, económica,
sexual, militar, política o sociocultural. Se relaciona con el abuso de la posi-
ción de superioridad jerárquica, laboral, de edad o de relaciones sociales, a

50
51

fin de buscar la subordinación de la persona y la aquiescencia; también se


puede generar abuso del estado de garante de derechos frente a la mujer
(custodios o guardas de menores, personas con discapacidad que tengan
un tutor, incursiones militares en las cuales el funcionario en servicio activo es
garante de los derechos de la mujer etc.).

e) Cometer el delito para generar terror o humillación a quien se conside-


re enemigo. Generalmente obedece a los actos de intimidación excesiva,
tratos inhumanos crueles o degradantes. El ejemplo de este caso es la utili-
zación de la mujer como instrumento de venganza para el pagamento de
deudas o para la intimidación de otra persona.

f) Que existan antecedentes o indicios de cualquier tipo de violencia o ame-


naza en el ámbito doméstico, familiar, laboral o escolar por parte del sujeto
activo en contra de la víctima o de violencia de género cometida por el
autor contra la víctima, independientemente de que el hecho haya sido
denunciado o no. Se relaciona con la existencia de hechos anteriores de
violencia contra mujer, los cuales pueden o no ser conocidos por las auto-
ridades. En materia investigativa son muy útiles los testimonios de familiares
cercanos o amistades para contextualizar el caso y buscar al responsable.

Desde la pericia, es de vital importancia analizar en contexto a través de la trazabi-


lidad de los patrones de agresión, además de contar con información trascenden-
te en acta de inspección, aunque este último punto no depende de la actividad
pericial sino de lo descrito en el acta de levantamiento.

Para el investigador judicial y para el juez son importantes los antecedentes que
aporta el perito y ésta es la razón para que el experto documente cada una de los
hallazgos de manera objetiva y concreta. No es permisible la tipificación de la con-
ducta por parte del prosector del caso, pero es substancial dejar claro que dada
la naturaleza de las lesiones encontradas, se aplica el protocolo para el abordaje
de casos de presunta muerte por feminicidio.

La pregunta recurrente en los casos donde se evidencie tortura, es cuál de los pro-
tocolos se aplica, si el de Minesotta o el de feminicidio; en este caso se recomienda
implementar la metodología de ambos, enfatizando en el informe pericial cuales
fueron los reglamentos técnicos de abordaje forense implementados para el caso
particular4.

Para culminar, dentro de este tipo penal no es dable y admisible la ejecución den-
tro de una de las causales por vía de justificación que excluyen la responsabilidad
penal y es un delito de naturaleza pluriofensiva, en cuanto no solo vulnera la vida
4 Es importante señalar que, dado que este fenómeno está asociado a otros hechos
delictivos como la desaparición forzada, la información sobre señales particulares de la víctima
serán de vital importancia para la investigación, ya que al realizar cruces referenciales con la
plataforma de personas en condición de desaparecidas, se permitirá la agilidad en el marco de
la investigación y la entrega de los restos a los familiares de la víctima, así como el procesamien-
to del agresor.

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de las mujeres por la razón de ser mujeres, sino que también afecta el libre ejercicio
de la identidad y la expresión de aquella dentro de la sociedad, especialmente
cuando se manifiesta la violencia como patrón de lesión relacionada con estereo-
tipos de género.

Comentarios concluyentes

En términos generales, la nueva tipificación reviste importancia y posee ventajas,


si se compara con las tipificaciones género-neutrales, puesto que permite el mo-
nitoreo de casos de manera más específica y contribuye a la caracterización del
fenómeno, así mismo, la individualización de las víctimas y de las circunstancias
de los hechos, formula datos trascendentales para la política de prevención de la
conducta feminicida, no obstante, se debe tener cuidado en no reforzar el rol de
víctima y en consecuencia, reducir aún más en el imaginario social de la importan-
cia del empoderamiento de las mujeres en la sociedad.

La individualización de la conducta, de igual forma, favorece a la creación de


manuales técnicos para el abordaje de casos y facilita la capacitación de per-
sonal judicial y de investigación que aborda estos eventos, no obstante, se debe
tener en cuenta que aún existe resistencia por parte de académicos, juristas -in-
cluyendo las y los abogados, jueces y fiscales–, en la medida en que esta nueva
tipificación pone en tela de juicio el principio de igualdad formal, ya que se basa
en la discriminación positiva en materia penal, situación que conllevaría a su no
implementación, especialmente soportados en la dificultad para probar elemen-
tos de discriminación en razón a género y el resultado de ello sea la ejecución de
atenuantes penales o la adecuación a tipos penales como las lesiones personales
que invisibilizan la magnitud de la intención del agresor o agresora y del fenómeno
(ONU El Salvador: 2012).

52
53

BIBLIOGRAFÍA

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- Caso Gonzales y otras (“campo algodonero”) vs México. (excepción preli-
minar, fondo, reparaciones y costas). Sentencia 16 de noviembre de 2009.
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- Caso Kawas fernández vs. Honduras. 
Sentencia 03 de abril de 2009.

2. Corte constitucional. Auto. Ref. Expediente D-11181. 09 de febrero de 2016.


C Demanda de Inconstitucionalidad de la Ley 1751 de 2015, por la cual se crea el
tipo penal autónomo de feminicidio y se dictan otras disposiciones

3. Corte Suprema de Justicia Sala de Casación Penal. Magistrado Ponente Pa-


tricia Salazar Cuéllar. Radicación 41457 (Aprobado Acta No. 90) SP 2190- 2015 Bo-
gotá D.C., Marzo cuatro (4) de dos mil quince (2015).

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15. Zaremberg, Gisela. Políticas Sociales y de género. Tomo II. Los Problemas So-
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54
55

V - PROCEDIMIENTO DE NECROPSIA PARA CASOS DE FEMINICIDIO

ANDRÉS RODRÍGUEZ ZORRO


Médico Cirujano Universidad Nacional de Colombia
Especialista en Medicina Forense Universidad Nacional
Master in Forensic Medical Sciences University of London

Al igual que en cualquier otro tipo de muerte violenta determinar los aspectos,
relevantes para la investigación, no solo involucra el proceso de necropsia sino el
análisis de otro tipo de información respecto al caso; como el lugar de los hechos,
el tipo de arma (si está presente), exámenes complementarios de la necropsia y el
estudio de cualquier evidencia asociada.

Para definir los detalles particulares a evaluar en el cuerpo, tanto en relación con las
lesiones que explican la causa de muerte como de otro tipo de lesiones que orienten
sobre las circunstancias del hecho (surcos de presión, lesiones contundentes no
mortales, quemaduras, entre otros), es importante tener en cuenta el contexto del
caso, dado por la información disponible al momento de iniciar la necropsia.

En casos de muertes con sospecha de feminicidio es objetivo primordial de la


necropsia medicolegal, la documentación y preservación de evidencia física que,
de acuerdo con el tipo de caso, tendrá diferentes utilidades no sólo como medio
de prueba ante un tribunal durante el juicio oral, sino también durante todo el
proceso de la investigación criminal de la muerte.

Esta guía metodológica contempla procedimientos específicos para el estudio de


las muertes con sospecha de feminicidio, que complementan los procedimientos
estándar de una necropsia medicolegal, ya conocidos y divulgados por el Instituto.
Es de vital importancia, para el abordaje de los casos relacionados con violencia
contra la mujer, que el cadáver nunca sea desvestido, hasta tanto el médico
forense, responsable de la necropsia, no lo examine; esta prohibición incluye el retiro
de los zapatos y calcetines y la limpieza y manipulación de las manos para toma
de huellas u otros procedimientos o para la rotulación del cuerpo. Si el cadáver fue
embalado en la escena debe conservarse en esta condición hasta el momento del
examen por parte del médico prosector.

EXAMEN FÍSICO TOPOGRÁFICO DETALLADO AL MOMENTO DE NECROPSIA EN


CASOS DE FEMICIDIO

CABELLO Y CUERO CABELLUDO: Es importante verificar si esta completo o tiene


señales de arrancamiento o corte. Si se dispone de luces forenses debe hacerse un
barrido completo ya que pueden encontrarse evidencias importantes como restos
vegetales o de suelo susceptibles de cotejo con elementos de la escena, fibras o
incluso semen. Es una maniobra de desfeminización frecuente el arrancamiento

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y/o corte del pelo por parte del perpetrador. Los hallazgos deben documentarse
con fotografías.

Para el cuero cabelludo es importante la documentación de cualquier lesión de


origen traumático como edema, equimosis o abrasiones por trauma contundente
o mordeduras o lesiones especificas como heridas por proyectil de arma de fuego
o elementos cortantes o cortopunzantes. Para estos últimos casos se deberán seguir
los lineamientos especiales para casos de muertes por heridas por proyectil de arma
de fuego y heridas por arma blanca. Para una mejor documentación de estas
lesiones, previa toma de fotografías de filiación y de recuperación de evidencias
resulta útil el rasurado del cuero cabelludo. En caso de lesiones con patrón1 estas se
documentan con fotografía de detalle. También es válida la utilización de calcado
con acetato.

CARA: La cara es uno de los lugares más frecuentemente asociados a lesiones en


los casos de homicidios sexuales y femicidios. Son frecuentes las lesiones de tipo
contundente en la región peri orbitaria, nasal, perioral y mejillas. Hay que hacer
especial énfasis en la búsqueda de lesiones tipo mordedura y en la presencia de
trauma por sugilación2. También son frecuentes las petequias faciales cuando se
presentan maniobras asfícticas como estrangulación y sofocación por obstrucción
de la vía respiratoria externa. En la utilización de mordazas es frecuente ver la
presencia de un surco horizontal en forma de banda en las mejillas que puede
ser muy sutil. En los ojos hay que describir la presencia o ausencia de petequias
conjuntivales y es muy frecuente el hallazgo de hemorragias subconjuntivales ya
sea a consecuencia de trauma directo o como producto de una compresión del
cuello (estrangulación). Las pupilas deben ser descritas ya que pueden orientar a
uso de sustancias como por ejemplo miosis en los casos de uso de opiáceos.

La cara es un sitio frecuente de lesiones con patrón de despersonalización/


desfeminización. En nuestra experiencia hemos documentado lesiones como
enucleación de los globos oculares, amputación de nariz y orejas o múltiples
lesiones cortantes con el objetivo de desfigurar la cara. En casos extremos lesiones
severas con aplastamiento del macizo facial por elementos contundentes pueden
ser observadas.

En la boca es importante la descripción de lesiones de la mucosa labial,


gingival, yugal o del paladar con especial cuidado en la descripción de los
frenillos. Maniobras como el felatorismo3 o la introducción de mordazas u otros
cuerpos extraños pueden dejar lesiones en estas áreas. En caso de disponerse
del recurso, resulta conveniente la asistencia del odontólogo forense para
la realización de un examen oral completo con énfasis en la descripción

1 Lesión o alteración, o conjunto de cambios que por su configuración o


localización, sugiere un objeto causante de la lesión, o un mecanismo o una secuencia de
eventos
2 Lesiones equimoticas por mecanismo de succión causadas por la boca del
perpetrador
3 Introducción del miembro viril en la boca

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57

de lesiones de estructuras dentarias y periodontales así como recuperación


de evidencia y determinación de la edad dental. Es recomendable que se
disponga de un informe aparte de la necropsia oral llevada a cabo por el
odontólogo (si aplica). Resulta necesario emplear técnicas especiales de
autopsia como la exploración musculocutánea de la cara (levantamiento
facial) para una mejor documentación de las lesiones, posteriormente se debe
realizar una reconstrucción de la anatomía con ayuda de pegantes o suturas.
Para la búsqueda de semen en cavidad oral la técnica mas recomendada es
el uso de seda dental aunque también resultan validos los hisopados. Todas las
lesiones deben ser documentadas en detalle con fotografía.

CUELLO: Una de las zonas anatómicas más relevantes a la hora de abordar un posible
caso de feminicidio es el cuello. En nuestra experiencia una de las principales causas
de muerte asociadas a estos crímenes son precisamente las asfixias por compresión
del cuello: estrangulación manual y estrangulación con ligadura. Dicho de otra
manera siempre que un cadáver muestre señales de compresión del cuello debe
descartarse la posibilidad de actividad sexual relacionada o que se trate de un
femicidio.

Del mismo modo, siempre que por el contexto del caso se sospeche un feminicidio
debe hacerse siempre un examen exhaustivo del cuello. Para estos casos resulta
mandatorio la realización de una técnica especial de exploración del cuello con
incisión en rombo ampliada, con disección por planos anatómicos hasta esqueleto
laríngeo y exploración de vasos. Debe tenerse especial precaución de haber
extraído el encéfalo previo a esta disección para tener un campo más exangüe
y evitar artificios. Al examen externo del cuello es muy relevante la descripción del
surco de presión en casos de estrangulación con ligadura. Si la ligadura es remitida
con el cuerpo debe especificarse en el informe que las características de bordes,
espesor y labrado son consistentes con las características de la ligadura. Debe
especificarse el ancho mayor y menor del surco (s) de presión.

En la estrangulación manual será relevante la descripción de equimosis y abrasiones


que reflejan la forma de la aplicación de la mano. En algunos casos el patrón puede
no ser claro y los hallazgos se limitan a la presencia de equimosis o abrasiones
irregulares aisladas o incluso lesiones muy sutiles o ausencia de las mismas. Es
muy frecuente la presencia de abrasiones lineales que corresponden a estigmas
ungueales producidos por el perpetrador o por la misma victima en su intento de
defensa. No son infrecuentes mordeduras o señales de sugilación a este nivel por
lo que procedimientos específicos como hisopado para búsqueda de saliva y
levantamiento de huellas de mordedura4, pueden estar indicados.

Otro patrón frecuente en femicidios que suele comprometer la región cervical


anterior es el “Overkill”, generalmente causado por armas cortopunzantes. Para
estos casos es también mandatorio la exploración especial cervical ampliada, con
especial detalle en documentar lesiones vasculares: principalmente venas yugulares
externa e interna, vena innominada, tronco braquiocefálico y arterias carótidas
4 Se realizan mediante calcados con acetatos o similares y moldes de alginato.

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y lesiones de vía aérea. No son infrecuentes lesiones de las arterias vertebrales o


lesiones medulares para las cuales se requeriría adicionalmente de una disección
especial de cuello posterior con apertura del canal medular.

TÓRAX: El patrón más frecuente en feminicidios en nuestra experiencia es el “overkill”


por mecanismo cortante de localización en la región precordial precisamente
por tratarse de la zona anatómica reconocible como anterior al corazón. Es
ampliamente conocida en la literatura forense la relación entre “overkill” y
crímenes con componente sexual o prejuicio. En estos casos debe documentarse
el número total de lesiones, especificar cuántas y cuáles son penetrantes a cavidad
torácica así como la posición de los ángulos romos y agudos según sea el caso.
Si son agrupables, bastara con tomar la medida al vertex y la línea media de
la más central del área definida. Toda esta información deberá estar muy bien
documentada en el anexo de heridas por arma cortante específico para este fin.
En lesiones penetrantes a cavidad torácica que no han recibido atención médica
resulta útil la práctica de radiografía para descartar neumotórax, en caso de no
contar con este recurso es mandatorio la prueba con agua antes de la apertura
de la cavidad.

GLÁNDULAS MAMARIAS: Deben ser examinadas cuidadosamente en casos


de posibles feminicidio. Son muy frecuentes las mordeduras y las señales de
sugilación así como las heridas por arma cortopunzante. Otro patrón frecuente a
documentar es el de desfeminización. La amputación de pezones o mordeduras
con arrancamiento de tejido corresponden a este patrón. En casos extremos puede
observarse amputación parcial o completa del seno.

ABDOMEN: En el abdomen pueden observarse también heridas por mecanismo


cortante que pueden también tener patrón tipo “overkill”. En casos extremos
de desfeminización pueden apreciarse incisiones con evisceración o extracción
de órganos genitales internos. Debe descartarse la presencia de mordeduras y
huellas de sugilación así como la presencia de semen. Se sugiere apoyarse de
tecnología como las luces forenses para identificar este tipo de evidencia. En
nuestra experiencia en muchos de los casos de feminicidios sobre todo en víctimas
infantiles no se presenta propiamente penetración del miembro viril por vagina sino
maniobras de froterismo con eyaculación sobre el abdomen o la pelvis. En caso de
no disponer de luces forenses un examen minucioso e incluso la toma de frotis para
semen resulta recomendable.

PELVIS – ZONA GENITAL Y PARAGENITAL: En caso de existir vello púbico resulta


recomendable la realización de un “peinado” para descartar la presencia de
vellos púbicos del perpetrador. El examen debe ser muy minucioso empezando
por la región pélvica, perineal y la cara interna de los muslos. Se debe examinar los
labios mayores y menores buscando documentar cualquier lesión traumática como
equimosis o abrasiones o incluso mordeduras. En los casos en los que el contexto
haga sospechar de feminicidio por honor o feminicidios con desfeminización
debe hacerse énfasis en el examen del clítoris para descartar maniobras como la
infibulación. En general se deben seguir los lineamientos del examen sexológico

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59

para personas vivas disponibles en el Reglamento Técnico para el Abordaje Forense


Integral en la Investigación del Delito Sexual Versión 03 de 2011 o en su defecto
el documento vigente. Respecto al número de frotis, estos dependerán de los
hallazgos y el contexto del caso. Se sugiere tomar al menos frotis del orificio cervical
externo, del canal vaginal y de los fondos de saco. En el himen debe documentarse
la presencia o ausencia de desgarros y sus características. Recordar que la ausencia
de lesiones no descarta la posibilidad de una maniobra a nivel vaginal. Dentro
de las técnicas especiales esta la extracción del bloque genital completo aunque
esta reviste cierto grado de dificultad, de no realizarla contemplar siempre el uso
de espéculo.

Dentro del patrón de desfeminización son frecuentes las lesiones traumáticas de la


zona genital y paragenital. Las lesiones pueden ir desde lesiones por arma cortante
en cavidad vaginal, amputación parcial o total de labios mayores y menores,
introducción de cuerpos extraños por canal vaginal o rectal y en casos extremos
lesiones tipo empalamiento o extracción completa de los órganos genitales internos
(útero y ovarios).

A nivel anal debe examinarse minuciosamente la mucosa para descartar la


presencia de desgarros u otras lesiones. Las maniobras de desfeminización pueden
incluir la introducción de cuerpos extraños al canal rectal. Es mandatorio la toma
de frotis para búsqueda de semen.

EXTREMIDADES: En las extremidades superiores e inferiores hay que hacer un


especial énfasis en lesiones como huellas de mordeduras o de sugilación. Para el
caso de las extremidades superiores hay que descartar la presencia de surcos de
presión en las muñecas que sugieran ataduras y lesiones de defensa, siendo en
este último caso las más frecuentes las lesiones por mecanismo cortante aunque
también las observamos en casos de heridas por proyectil de arma de fuego y
trauma contunde. Son también frecuentes las lesiones con patrón de prensión o
sujeción las cuales generalmente corresponden a grupos de equimosis ovoideas
en la cara anterior o interna de los brazos. Para las extremidades inferiores ya se
mencionó la importancia de descartar la presencia de semen con inspección
simple o con ayuda de luces forenses. Pueden presentarse también lesiones por
prensión y sujeción y en los tobillos deberá descartarse la presencia de huellas de
ataduras.

DORSO: Puede presentarse también patrón de “overkill” por mecanismo cortante


en esta región aunque es menos frecuente. Se recomienda un barrido completo
con luces forenses o un examen minucioso con visualización directa y utilización de
lupa para descartar lesiones de mordedura o sigilación o la presencia de semen.
Una de las formas del patrón de desfeminización puede ser la amputación parcial
o total de las nalgas o la presencia de lesiones cortantes a este nivel. Hemos
documentado algunos casos de marcas de palabras o nombres con elementos
cortantes a este nivel. Resulta recomendable la utilización de la técnica especial
de disección de dorso por planos ampliada a extremidades en todos los casos.

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EXAMEN INTERNO

En general la autopsia para casos de feminicidio debe cumplir con los mismos
lineamientos de las autopsias de homicidios con algunas consideraciones especiales
adicionales como lo son la utilización de técnicas especiales de necropsia como
levantamiento facial, exploración de cuello anterior y posterior, exploración de
dorso, extracción de bloque genital completo.

ESPACIO SUBGALEAL Y CAVIDAD CRANEAL: Debe mirarse con detenimiento y


documentar la presencia y tamaño de hematomas subgaleales. Las fracturas del
cráneo deben documentarse con fotografías y con gráficos. Si presentan algún
patrón este debe quedar documentado. La descripción debe ser muy detallada
incluyendo la distribución, extensión y medida de la fractura así como las estructuras
anatómicas comprometidas. Para los casos de proyectil de arma de fuego la
documentación de características especificas como ahumamiento en tabla ósea
o fenómenos como los de craterización interna o externa resultan cruciales. La base
de cráneo debe ser examinada en detalle después de desprender completamente
la duramadre. A nivel encefálico especial énfasis en las lesiones traumáticas como
colecciones epidurales y subdurales, hemorragia subaracnoidea postraumática y
contusiones cerebrales. El Instituto dispone de gráficos específicos para tal fin5. El
corte seriado del encéfalo es mandatorio en los casos de feminicidio.

CARA: Como se mencionó anteriormente resulta recomendable la realización de


un levantamiento facial para la adecuada documentación de lesiones, las cuales
pueden ir desde simples lesiones hemorrágicas del tejido celular subcutáneo y la
musculatura hasta fracturas con patrón de aplastamiento de las estructuras del
macizo facial, en estos casos se hace necesario la reconstrucción con unión de los
fragmentos óseos para determinar el patrón de la lesión, numero de golpes entre
otros para lo cual de estar disponible debe participar un antropólogo. Todas las
lesiones deben ser documentadas en gráficos y con fotografías. Se recomienda
autopsia oral para búsqueda de lesiones en cavidad oral y toma de muestras, con
informe odontológico aparte.

CUELLO: Es mandatorio la realización de la técnica especial de disección por


planos anatómicos de cuello ampliada y en algunos casos la exploración del
cuello posterior con apertura del canal medular. El énfasis es la documentación de
cualquier lesión hemorrágica de la musculatura o fractura del esqueleto laríngeo
los cuales son hallazgos frecuentes de las maniobras de estrangulación manual o
con ligadura. Los vasos deben ser examinados completamente tanto en casos de
lesiones penetrantes como en maniobras de compresión del cuello. Se debe tener
especial cuidado al examen de la íntima de los vasos arteriales. En las lesiones
penetrantes a cuello (son muy frecuentes las producidas por arma cortante)
resulta recomendable descartar la posibilidad de una embolia aérea. En lesiones

5 Guía de procedimientos para la realización de necropsias medicolegales,


segunda edición 2004, Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses.

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penetrantes posteriores puede requerirse la apertura del canal medular.

TÓRAX: Especial cuidado al momento de establecer el numero de lesiones


penetrantes a cavidad en casos de muertes por arma cortopunzante. La
cuantificación precisa de las colecciones hemotórax o hemopericardio es una
practica recomendable. Las laceraciones viscerales deben ser detalladas y deben
incluir extensión y en lo posible profundidad. En las lesiones cardiacas hay que
ser muy detallados en las medidas, extensión de las lesiones y descripción de las
estructuras comprometidas. Se recomienda la disección del corazón en el sentido
de la circulación para estos casos. Todas las lesiones deben documentarse con
fotografías. Debe llevarse a cabo la maniobra para descartar embolia aérea en
caso de lesiones penetrantes en cuello al igual que la de docimasia para los casos
de feticidios.

ABDOMEN Y PELVIS: Se debe empezar por el examen detallado de la pared


abdominal en busca de contusiones o en los casos de lesiones por arma cortante
para establecer el número preciso de lesiones penetrantes. La extensión e incluso
la profundidad de las laceraciones en las vísceras sólidas son consideradas una
buena práctica al igual que la cuantificación de las colecciones. Se recomienda
un examen detallado del intestino delgado y grueso para descartar perforación
de víscera hueca al igual que la búsqueda de hematomas peripancreaticos y
perihepáticos. Como en todos las muertes violentas resulta mandatorio la disección
completa del estómago y la descripción y cuantificación del contenido gástrico. El
recto debe ser examinado en detalle en todos los casos sobre todo para descartar
lesiones o la presencia de cuerpos extraños. En casos relacionados con el transporte
de drogas ilícitas (correos humanos), es necesario apertura y examen de todo el
tubo digestivo. Debe quedar descrito en el informe claramente el contenido del
estómago, recto y vagina. Los órganos pélvicos deben ser examinados en detalle
para descartar lesiones traumáticas como perforaciones, laceraciones o incluso
extracción completa de los mismos mediante técnicas especiales en casos extremos
de desfeminización. Siempre realizar apertura del útero con examen detallado de
este y sus anexos, en casos de embarazo se debe realizar examen completo del
feto y placenta, siguiendo los lineamientos de la autopsia fetal.

COLUMNA VERTEBRAL: En casos de heridas por proyectil de arma de fuego con


lesiones vertebrales o lesiones por arma cortopunzante cercanas a columna
vertebral es recomendable la apertura del segmento del canal medular que se
sospecha lesionado: columna cervical, columna torácica o columna dorsal. Las
lesiones deben documentarse con fotografías.

MUESTRAS RECOMENDADAS

El tipo de muestras recuperadas y los análisis solicitadas dependerá en gran parte


del contexto del feminicidio que se este abordando y obviamente del estado del
cuerpo.

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PRENDAS

Al igual que en cualquier tipo de muerte violenta, el análisis de las prendas resulta
crucial. El análisis incluye la descripción detallada de las prendas que va desde la
posición de las mismas al momento de la inspección inicial del cuerpo para pasar
luego a la descripción del tipo de prenda, marca, talla, color, material y alteraciones
que presenta (desgarros, cortes). En muchos casos hay evidencia relevante dentro
de las mismas como documento de identidad, documentos personales, teléfonos
celulares, armas, drogas etc. Debe hacerse especial énfasis en la búsqueda de
evidencia física de transferencia como sangre, pelos, fibras y sobre todo semen
provenientes del perpetrador. La utilización de luces forenses o una lupa son de
mucha utilidad. Siempre debe realizarse la documentación de las prendas con
fotografías. Nunca deben ser cortadas. Para los casos en los que se sospeche
presencia de semen o sangre del perpetrador estas deberán ser embaladas en
papel y luego en bolsa plástica para ser remitidas al laboratorio de biología. Para
los casos de cuerpos incinerados, estudios químicos para búsqueda de acelerantes
pueden ser llevados a cabo. Si en la ciudad se dispone de central de evidencias
estas deben ser remitidas allí para su almacenamiento. Consideraciones especiales
de manejo en prendas en casos de muertes por proyectil de arma de fuego y
heridas por arma cortopunzante aparecen en las guías escritas para el abordaje
de estos casos.

RADIOLOGÍA

La toma de rayos “X” es particularmente valiosa en casos de cadáveres


descompuestos, calcinados o esqueletizados con fines de documentación de
lesiones, búsqueda de evidencia o identificación. En cadáveres frescos es una
herramienta útil en casos de muertes por proyectil de arma de fuego para ubicar el
proyectil, para identificar tipo de munición o incluso como ayuda para establecer
trayectorias. En arma blanca puede resultar útil para documentar neumotórax.
En feticidios o neonaticidios femeninos pueden permitir establecer docimasia
radiológica. También puede resultar una herramienta valida para documentación
y recuperación de cuerpos extraños en casos de desfeminización.

TOXICOLOGÍA

En la mayoría de los casos resulta mandatorio tomar suficientes muestras para


estudios toxicológicos ampliados. Esto es particularmente relevante en los femicidios
relacionados con crimen organizado, feminicidios en contexto de guerra o conflicto
armado, femicidio asociado a misoginia y en algunos casos de femicidio asociado
a violencia doméstica.

En cadáveres frescos se sugieren tres tubos tapa gris con muestra de sangre, un
frasco plástico de 60 CC de orina o lavado vesical en su defecto, al menos una
muestra de humor vítreo en tubo seco tapa roja, muestra de contenido gástrico
en frasco plástico. Los análisis a solicitar deben incluir alcohol etílico, al menos una
primera línea de drogas de abuso que incluya cocaína, canabinoides y opiáceos

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y de acuerdo al contexto otros como psicofármacos. Para algunos casos frotis


nasal o incluso vaginal para búsqueda de cocaína y muestras de cabellos como
marcador cronológico de consumo. En cadáveres descompuestos: muestra de
hígado, riñón y músculo cobran mucha relevancia.

Ante dudas en un caso específico se puede consultar a toxicología para orientar


sobre cuáles matrices pueden ser de utilidad. En feticidios considerar muestras
para eventual estudio toxicológico de misoprostol en madre y feto.

ESTUDIOS BIOLÓGICOS – SANGRE - IDENTIFICACIÓN DE SEMEN – PELOS

En todos los casos se debe disponer de una muestra suficiente de sangre para la
realización de posibles cotejos con sangre de la escena, sangre encontrada en
armas o evidencias biológicas en el mismo perpetrador. Para todos los casos se
sugiere la toma de corte de borde libre de uñas (previo al corte es recomendable
la toma de una fotografía de las uñas de las manos) o raspado. Las uñas se
depositan en sobres de papel adecuadamente rotulados y luego embalados en
bolsa plástica.

La búsqueda de semen constituye uno de los pilares de recuperación de evidencia


en femicidios, especialmente en femicidios asociados a crimen organizado o
femicidios en contexto de guerra y conflicto armado y en femicidios asociados
a misoginia (asesinos seriales). No debe descartarse su toma en algunos casos de
femicidio asociado a violencia domestica u otros tipos de femicidio. La decisión
deberá basarse en el contexto y la información disponible.

Para la búsqueda de semen se recomienda la utilización de luces forenses o en su


defecto el examen minucioso y detallado del cuerpo. Esta no debe circunscribirse
únicamente a los lugares obvios como boca, vagina y ano. Existe la posibilidad de
recuperar semen literalmente de cualquier tipo prenda y de cualquier parte externa
del cuerpo. Es importante la utilización de hisopos estériles, secos o humedecidos
con agua destilada que deberá también ser estéril. Estos hisopos se depositan en
tubos secos tapa roja y deben ser correctamente rotulados. Para la búsqueda
de semen en boca se recomienda el apoyo de profesionales en odontología. La
técnica mas efectiva en nuestra experiencia es la utilización de seda dental en los
espacios interdentales, aunque también resultan validos los hisopados.

Prueba de embarazo en todas las mujeres en edad fértil. Igualmente


dependiendo del contexto solicitar pruebas para el virus de la inmunodeficiencia
humana (VIH) o pruebas para otras Enfermedades de Transmisión Sexual.

HISTOLOGÍA

Pueden resultar relevantes para fechado de lesiones, documentación de lesiones


en asfixias por compresión del cuello o para documentar procesos fisiopatológicos
cuando hay periodos de sobrevida posterior a un trauma (como por ejemplo muertes
que se dan por complicaciones tardías generalmente durante hospitalizaciones

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prolongadas pero cuya causa básica es una lesión provocada como herida por
proyectil de arma de fuego, herida por arma blanca, trauma contundente, etc.).

En casos de datar lesiones cutáneas de diferente tiempo de evolución no olvidar


que se requiere anotar en el informe de necropsia el sitio de la toma de cada una
de las muestras y marcar los contenedores. En el informe histológico debe quedar
referenciado de acuerdo a esta marcación.

Para los casos de feticidios femeninos el análisis histológicos de placenta, cordón


y órganos internos fetales es crucial para corroborar edad gestacional, para
llevar a cabo estudios de docimasia o para descartar otras causas de perdida
del producto de la concepción como las infecciones o malformaciones. En
los femicidios asociados a mutilación genital la histología permite documentar
procesos infecciosos derivados de este tipo de procedimientos.

Para todos los casos de femicidio se considera buena práctica tomar muestras de
tejido de todos los órganos al menos para bloquear.

De acuerdo al contexto del caso se deben solicitar análisis a otros laboratorios


como lofoscopia, física, botánica, geología, evidencia traza, grafología, etc.

TÉCNICAS DE EXPLORACIÓN

En todos los casos se debe practicar una autopsia completa que incluya la apertura
de la cavidad craneal y toracoabdominal con disección sistemática de los tres
bloques viscerales y disección órgano por órgano. Para este fin se deben seguir
los lineamientos de la Guía de Procedimientos para la Realización de Autopsias
Medico Legales del Instituto5. Adicional a lo anterior se debe tener presente la
práctica de procedimientos especiales adicionales que deben quedar descritos y
deben ser documentados con fotografías.

Procedimientos Especiales:

1. Exploración por planos anatómicos de cara (Levantamiento Facial)


2. Exploración por planos anatómicos de cuello hasta columna vertebral
3. Exploración por planos anatómicos de dorso extendido a extremidades
4. Extracción de bloque genital femenino completo

Exploración por planos anatómicos de cara: En todos los casos en donde se


documente o sospeche lesiones a nivel facial. Se hace un especial énfasis en los
feminicidios asociados a violencia doméstica, feminicidios asociados a crimen
organizado, feminicidios dentro del contexto de guerra y conflicto armado y
feminicidios con evidencia o sospecha de actividad sexual relacionada.

Exploración por planos anatómicos de cuello hasta columna vertebral: En todos


los casos en donde se sospeche o evidencien lesiones a nivel cervical: asfixias por

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65

compresión del cuello, heridas por proyectil de arma de fuego penetrante a cuello,
heridas por arma blanca penetrantes a cuello, trauma contundente en cuello.
Especial énfasis en feminicidios asociados a violencia doméstica, feminicidios
asociados a crimen organizado, feminicidios dentro del contexto de guerra y
conflicto armado y feminicidios con evidencia o sospecha de actividad sexual
relacionada.

Exploración por planos anatómicos de dorso extendido a extremidades: En todos


los casos en donde se sospeche trauma en dorso. Énfasis especial: femicidios
asociados a crimen organizado, feminicidios dentro del contexto de guerra y
conflicto armado.

Extracción de bloque genital femenino completo: En donde se sospeche lesiones


traumáticas a nivel de órganos genitales internos. Particularmente importante
cuando se sospeche o documente patrón de desfeminización. Énfasis especial en
feminicidios asociados a crimen organizado, feminicidios dentro del contexto de
guerra y conflicto armado y feminicidios con evidencia o sospecha de actividad
sexual relacionada.

INTEGRACIÓN Y UTILIZACIÓN DE OTRAS GUÍAS

Dependiendo la causa de muerte, el contexto del caso o el estado del cuerpo


deben seguirse lineamientos específicos establecidos en:

1. Guía: Muertes debidas a lesiones por proyectil de arma de fuego6


2. Guía: Muertes debidas a Lesiones por arma cortante7
3. Guía: Muertes por asfixia8
4. Boletín 35 de Patología Forense: Cuerpos recuperados en el agua9.
5. Procedimiento de necropsia medicolegal en cadáver esqueletizado10
6. Manual para la identificación de cadáveres11
7. Reglamento técnico para el abordaje del delito sexual versión 0.3 del 2011
8. Protocolo de Minnesota12

El manual para la identificación de cadáveres debe ser seguido de forma estricta


en los casos de cadáveres que ingresan en condición de no identificado.

El Protocolo de Minnesota puede ser aplicable a prácticamente todos los tipos


de femicidio pero resulta mandatorio en casos de femicidio asociado a crimen
organizado y femicidio en contexto de guerra y conflicto armado.

ANÁLISIS Y CONCLUSIÓN

Se deben seguir los lineamientos de la Guía de Procedimientos para la realización


de Necropsias Medicolegales. De acuerdo al contexto del caso, la información
disponible y los hallazgos de necropsia se debe mencionar en la opinión pericial el
tipo de feminicidio que se documento.

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Se recomiendan frases como: “los hallazgos de necropsia en el contexto del caso


de acuerdo a la información disponible son consistentes con feminicidio de tipo..….”

Para lo anterior se debe tener en cuenta la clasificación postulada por el Consejo


Académico de las Naciones Unidas (ACUNS) que se explicó al comienzo de esta
guía.

Patrones especiales muy frecuentemente relacionados con el femicidio deben


aparecer descritos e integrados en la opinión. Se describen a continuación:

PATRONES:

1. Overkill
2. Desfeminización
3. Desmembramiento
4. Incineración

Overkill: Termino del idioma inglés referido cuando se observa gran cantidad
de heridas, en número mucho mayor que el necesario para causar la muerte y
usualmente localizadas en cuello y región precordial del tórax, relacionado con un
componente de prejuicio. El elemento causal mas frecuentemente observado en
este tipo de patrón son las heridas por arma cortopunzante.

Desfeminización: Corresponde a maniobras de lesión, mutilación o incluso


amputación de órganos externos o internos femeninos. Se manifiesta principalmente
en estructuras como los senos, los genitales externos femeninos y el periné.
Puede ir acompañado de lesiones como introducción de cuerpos extraños por
cavidad vaginal y anal o en casos extremos de extracción completa de órganos
genitales internos femeninos. Es frecuente que se acompañe de maniobras de
despersonalización generalmente manifestada por lesiones traumáticas severas,
mutilación o desfiguración de la cara.

Desmembramiento: maniobra de reducir el cuerpo a fragmentos, generalmente


separación de las extremidades y cabeza del tronco. En nuestra experiencia hemos
documentados casos de fragmentación del cuerpo en pedazos muy pequeños.
En la mayoría de los casos el objetivo es el de facilitar el transporte y desaparición
del cuerpo así como dificultar la identificación del mismo. Sin embargo en otras
situaciones puede entenderse como una forma de desfeminización e incluso
de intimidación en contextos como el de los feminicidios asociados a crimen
organizado, feminicidios en contexto de guerra y asesinatos misóginos seriales. En
casos de perpetradores sexuales de perfil desorganizado el desmembramiento
puede acompañarse de canibalismo.

Incineración: Aplicación de fuego sobre el cuerpo. Principalmente utilizado con


la intención de desintegrar el cuerpo o dificultar su identificación. Sin embargo en
nuestra experiencia hemos documentado casos de incineramiento de mujeres

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vivas en femicidios en contexto de actividad sexual, femicidio asociado a crimen


organizado y en femicidio en mujeres acusadas de brujería. Para estas situaciones
es importante la determinación de la vitalidad de las quemaduras.

Al igual que en todos los informes periciales de necropsia se recomienda utilizar un


listado de hallazgos principales. En todos los casos se debe expresar una opinión en
términos de causa y manera de muerte.

ASPECTOS GENERALES DE DOCUMENTACIÓN FOTOGRÁFICA Y DIAGRAMAS

Para la toma de las fotografías en cualquiera de las formas de femicidio es útil tener
en cuenta las siguientes recomendaciones:

- Todas las fotografías deben incluir un testigo métrico con los datos
que identifican el caso, el tamaño de este depende de la fotografía
a realizar, en casos de lesión patrón utilizar un testigo en “L”, deben ser
tomadas en dirección perpendicular al objetivo con superficies limpias
y secas cuando sea preciso, al igual que el campo circundante.
- Tomar fotografías del cadáver completo (plano general), de las
lesiones (tanto desde el plano general como primer plano o plano de
detalle).
- Tomar fotografía del cadáver tal como se recibe y luego de limpiarlo,
al igual que las prendas en forma separada una vez se han retirado
del cuerpo. De las manos con embalaje y una vez se han retirado.
- Documentar también la presencia de manchas de sangre tanto en las
prendas como en la piel, ataduras y mordazas y demás de acuerdo
al contexto del caso.
- Rasgaduras, cortes u otras alteraciones de las prendas deben quedar
documentadas en fotografía y con testigo métrico.

En todos los casos se deben realizar diagramas corporales. Para los casos de lesiones
en cara y cuello utilizar los diagramas institucionales creados para tal fin. Fracturas
de cráneo o macizo facial deben quedar dibujados en el gráfico correspondiente,
marcado adecuadamente con el nombre y número del caso. Casos de arma de
fuego deben ir en el gráfico correspondiente y con la nomenclatura que relacione
los números de cada una de las heridas. De igual manera debe diligenciarse el
anexo especial de heridas por proyectil de arma de fuego institucional.

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Guía “De recomendaciones para la investigación judicial, atención y prevención de las muertes con sospecha de feminicidio”

REFERENCIAS

1. World Health Organization. 2012. Understanding and addresing violence against


women. Bulletin of the World Health Organization and Panamerican Health
Organization.

2. Academic Council of the United Nations System. 2013. Femicide: A global issue
that demands action. Available at: http://www.acuns.org (Accesed: 20 Jan
2014).

3. Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses. Violencia sexual y


Tortura en desaparición forzada. 2011.

4. La necropsia medico legal en victimas de desaparición forzada. Instituto Nacional


de Medicina Legal y Ciencias Forenses. Violencia sexual y Tortura en desaparición
forzada. 2011.

5. Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses. Guía de procedimientos


para la realización de necropsias medico legales. 2004. Disponible en http://
www.medicinalegal.gov.co.

6. Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses. Guía muertes debidas


a heridas por proyectil de arma de fuego. 2014. Disponible en http://www.
medicinalegal.gov.co

7. Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses. Guía muertes debidas


a heridas por arma cortante. 2014. Disponible en http://www.medicinalegal.gov.
co

8. Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses. Guía muertes debidas


a asfixia. 2014. Disponible en http://www.medicinalegal.gov.co

9. Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses. Boletín Nº 35 Grupo


Nacional de Patología: Guía: Cuerpos recuperados en el agua. Disponible en
http://www.medicinalegal.gov.co

10. Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses. Procedimiento


de Necropsias en Cadáver Esqueletizado. 2012. Disponible en http://www.
medicinalegal.gov.co

11. Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses. Manual Para la


Identificación de Cadáveres. 2004. Disponible en http://www.medicinalegal.
gov.co

12. Organización de las Naciones Unidas. 1991. Manual de la ONU para la prevenciòn
e investigación efectivas de ejecuciones sumarias, extrajudiciales y arbitrarias y
legales. UN. DOC. E/ST/SCDHA/12.1991.

68
69

VI - PREVENCIÓN SECUNDARIA CONTRA LA VIOLENCIA HACIA LAS MUJERES POR


PARTE DE SUS PAREJAS O EXPAREJAS: VALORACIÓN DEL RIESGO

NATALIA ECHEVERRI CALERO


Psicóloga Universidad Santo Tomas
Especialista en Psicología Forense

Reconociendo la problemática que viven las mujeres producto de la violencia en


su contra por parte de sus parejas o exparejas; se hace indispensable la participa-
ción de las entidades del Estado, de las organizaciones no gubernamentales y, por
supuesto, de la sociedad en general, representada en acciones macro que inclu-
yan estrategias de prevención primaria o ante la violencia previa, estrategias de
prevención secundaria.

Las cifras recientes de la prevalencia mundial de la violencia contra las mujeres de


la OMS, indican que el 35% de las mujeres del mundo han sufrido violencia de pare-
ja o violencia sexual por terceros en algún momento de su vida. Por término medio,
el 30% de las mujeres que han tenido una relación de pareja refieren haber sufrido
alguna forma de violencia física o sexual por parte de su pareja. Así mismo, cabe
señalar que un 38% de los asesinatos de mujeres que se producen en el mundo son
cometidos por su pareja1.

Entre los factores de riesgo de comisión de actos violentos cabe citar un bajo nivel
de instrucción, el hecho de haber sufrido maltrato infantil o haber presenciado es-
cenas de violencia en la familia, el uso nocivo del alcohol, actitudes de aceptación
de la violencia y las desigualdades de género2. Y específicamente entre los facto-
res de riesgo de ser víctima de la pareja o de violencia sexual figuran un bajo nivel
de instrucción, el hecho de haber presenciado escenas de violencia entre los pro-
genitores, la exposición a maltrato durante la infancia, y actitudes de aceptación
de la violencia y las desigualdades de género3.

Por su parte, la CEPAL4 informó que durante el año 2013, 88 mujeres fueron ase-
sinadas por sus parejas o exparejas en Colombia, 83 en Perú, 71 en la República
Dominicana, 46 en El Salvador, 40 en Chile, 25 en Uruguay, 20 en Paraguay y 17 en
Guatemala.

En el mismo sentido, a través del Centro de Referencia Nacional sobre Violencia


(CRNV) el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses5, señaló que du-
rante el año 2014 en Colombia, se realizaron 75.939 peritaciones en el contexto de
1 OMS. Informe Sobre la Situación Mundial de la Prevención de la Violencia, 2014
2 OMS, op. cit.1.
3 OMS, op. cit. 1
4 Comisión Económica Para América Latina, CEPAL, 2014. www.cepal.org.
5 Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses. Datos para la Vida, Fo-
rensis, 2014.

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Guía “De recomendaciones para la investigación judicial, atención y prevención de las muertes con sospecha de feminicidio”

violencia intrafamiliar, de las cuales el 64,33% corresponden a violencia contra la


pareja, con una tasa de 125 casos por cada 100.000 habitantes, siendo el hombre
el principal agresor. En nuestro país, por cada hombre que denuncia ser víctima de
violencia por su pareja, seis mujeres lo hacen. Así mismo, reportó 145 casos de mu-
jeres asesinadas por su pareja o expareja durante el mismo año.

Las estadísticas permiten reconocer la violencia contra la pareja o expareja como


un grave problema de salud pública, razón de más para generar estrategias que
permitan construir mecanismos de prevención que propendan por la protección
de las víctimas de este flagelo y así evitar un posible desenlace fatal, es decir, pre-
vención secundaria, en la medida en que ya ha existido violencia previa y lo que
se pretende, es tratar de evitar nuevos episodios violentos.

La OMS en su Informe sobre la Situación Mundial de la Prevención de la Violencia,


20146, señala la importancia de tener en cuenta en la generación de estrategias de
prevención de la violencia, la manera de mitigar o amortiguar los riesgos.

La violencia, y particularmente la violencia grave contra las mujeres en el contexto


de las relaciones de pareja, puede convertirse en homicidio y a su vez, contar con
componentes de un feminicidio íntimo con características que le son propias. Al
respecto, ONU MUJERES en su Modelo de Protocolo Latinoamericano de Investiga-
ción de las Muertes Violentas de Mujeres por Razones de Género (Femicidio/Femi-
nicidio)7, plantea que ”El uso del concepto de femicidio/feminicidio y su diferencia
con el homicidio permite visibilizar la expresión extrema de violencia resultante de la
posición de subordinación, marginalidad y riesgo en el cual se encuentran las muje-
res”, y señala que “deben ser considerados como femicidios, las muertes violentas
de mujeres que denotan una motivación especial o un contexto que se funda en
una cultura de violencia y discriminación por razones de género”; y explica, “Las
muertes violentas de mujeres suelen ser la consecuencia de diversas manifestacio-
nes de violencia previa”, (…)” tiene sus raíces en conceptos referentes a la inferio-
ridad y subordinación de las mujeres”, (…)“No se trata de casos aislados, esporádi-
cos o episódicos de violencia, sino de una situación estructural y de un fenómeno
social y cultural enraizado en las costumbres y mentalidades”.

“La violencia contra la mujer en la pareja es reconocida como una forma de vio-
lencia grave por su alta prevalencia” (Tjaden y Thoennes, 2000; Medina y Barberet,
2003; MTAS, 2002, 2006), “su mortalidad y morbilidad” (Cobo, 2007), “las consecuen-
cias que tiene para la salud física y mental de las mujeres” (OMS, 2005; Matud, 2004;
Romito y otros, 2005; Amor y otros, 2001) “y los costos sociales que produce” (OMS,
2005; Sanmartin, J. 2007)8.

6 OMS. op. cit. 1


7 ONU MUJERES, Modelo de protocolo latinoamericano de investigación de las muertes violen-
tas de mujeres por razones de género (femicidio/feminicidio).
8 Pueyo, Andrés, López, S Y Álvarez, E. Valoración del Riesgo de Violencia Contra la Pareja por
Medio de la SARA.(2008). Grupo de Estudios Avanzados en Violencia (GEAV). Facultad de Psicolo-
gía-Universidad de Barcelona. Papeles del Psicólogo, 2008. Vol. 29(1), pp. 107-122
http://www.cop.es/papeles.

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71

En este sentido, en la búsqueda de estrategias de prevención de la violencia grave


o mortal contra la mujer en el ámbito de la relación de pareja, han surgido diversas
técnicas de predicción de la misma; las cuales surgen de los estudios epidemiológi-
cos y de salud pública. (Pueyo y Redondo, 2007 en Pueyo, López, y Álvarez, 2008)9.

Si bien, son varias las estrategias emprendidas con el fin de prevenir la repetición de
comportamientos violentos contra la mujer, existen coincidencias o elementos co-
munes entre los investigadores del tema en los diferentes contextos donde se rea-
liza la valoración del riesgo, tal como señalan (Pueyo y Redondo, 2007 en Pueyo,
López, y Álvarez, 2008), “estos procedimientos de predicción utilizan informaciones
provenientes de estudios criminológicos (tasas de reincidencia, factores de riesgo
de delincuencia violenta, etc.) y de los estudios sociológicos y clínicos (factores de
riesgo específicos de la violencia contra la mujer, análisis macro-social e individual
de la VCP, etc.)”.

En este sentido, cabe mencionar algunas recomendaciones prácticas que permi-


ten un análisis de los casos teniendo en cuenta aquellos elementos comunes de la
violencia de pareja, sin desconocer las singularidades de cada caso particular. Al
respecto, Echeburúa, Fernández- Montalvo y Paz de Corral, 200710, señalan “Una
característica específica de las investigaciones llevadas a cabo hasta la fecha, es
que todas ellas utilizan muestras globales de maltratadores, sin hacer ningún tipo
de distinción en cuanto a la gravedad de la violencia ejercida contra las mujeres.
Sin embargo, la experiencia clínica muestra que no todos los agresores obedecen
a un mismo perfil. Probablemente el feminicida o el que ejerce una violencia extre-
madamente grave contra su pareja -que incluye en ocasiones intentos frustrados
de homicidio- no responde al mismo perfil que, por ejemplo, el maltratador psico-
lógico”. Y advierten (...)..”Parece, por tanto, de interés averiguar si existen diferen-
cias significativas entre los casos que ejercen una violencia grave (principalmente
homicidios o intentos frustrados de homicidio) y aquellos que están implicados en
otra menos grave, en la que, a pesar de las consecuencias psicológicas negativas
generadas en la víctima, no corre peligro su vida”.

En aras de realizar un análisis que permita integrar la información suficiente que


brinde los elementos necesarios para reconocer el tipo de violencia, el riesgo de
sufrir lesiones graves o fatales, entre otros, es importante conocer estudios e inves-
tigaciones que den cuenta de las características de cada caso. Estudios como el
realizado a 1.081 casos denunciados por violencia contra la mujer en Comisarías
de la Ertzaintza del País Vasco, (Montero y León, 2007 en Echeburúa, Fernández-
Montalvo y Paz de Corral, 2007)11, tuvieron en cuenta variables psicológicas y so-
ciodemográficas del agresor y de la víctima, así como de la relación de pareja; se
9 Pueyo, López y Álvarez, op. cit. 8
10 Echeburúa, E, Fernández-Montalvo, J y Paz de Corral. ¿Hay diferencias entre la violencia
grave y la violencia menos grave contra la pareja?: un análisis comparativo. International Jour-
nal of Clinical and Health Psychology ISSN 1697-2600, 2008, Vol. 8, Nº 2, pp. 355-382
Universidad del País Vasco, España. (Recibido 29 de marzo 2007 / Received March 29, 2007)
(Aceptado 24 de julio 2007 / Accepted July 24, 2007).

11 Echeburúa, Fernández-Montalvo y Paz de Corral. op. cit. 10

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Guía “De recomendaciones para la investigación judicial, atención y prevención de las muertes con sospecha de feminicidio”

determinaron las diferencias más significativas entre la violencia grave y la violencia


menos grave en relación con las mismas variables, encontrando por ejemplo, que
los agresores más graves, tienden a ser celosos y posesivos, se sienten humillados
por la ruptura de la pareja lo que redunda en un descenso de su autoestima y al
consumo de alcohol y drogas.

En el caso de las víctimas de la violencia grave, estas se suelen sentir con frecuencia
en peligro de muerte y están más fácilmente en circunstancias de vulnerabilidad,
como una edad muy joven, una personalidad muy dependiente, una situación de
enfermedad crónica o de dependencia económica, un consumo de drogas o un
entorno de soledad. Este estudio forma parte de una investigación más amplia, que
tiene como objetivo principal establecer los indicadores de riesgo de homicidio o
de violencia grave en la pareja y elaborar un cuestionario de detección específico
al respecto, (Echeburúa, Fernández- Montalvo y Paz de Corral, 2007)12.

Este estudio como otros realizados, son de gran utilidad en la medida en que per-
miten reconocer la prevalencia de factores de riesgo de violencia contra la pareja
(VCP) y la dinámica de dicha violencia. “En estos estudios de orientación epidemio-
lógica, latía el propósito de conocer la realidad de la VCP para ver el efecto de las
intervenciones preventivas que se han propuesto como mecanismo de reducción
del impacto y consecuencias de la VCP. Entre las estrategias para reducir y eliminar
la violencia contra la mujer destacan las campañas de prevención, la formación
de especialistas en detección precoz de la VCP, la promulgación de leyes contra la
VCP, la dotación de recursos para evitar la revictimización de las mujeres agredidas
y, también, la valoración del riesgo de violencia.

La predicción de la violencia futura es en sí misma una de las principales medidas


de prevención de la VCP ya que con su uso se pueden evitar nuevas agresiones
e incluso la muerte de la mujer (Dutton y Kropp, 2000; Zoe Hilton y Harris, 2005 en
Pueyo, 2007)13. Como explica Pueyo, 2007, hay muchas razones “a priori” para con-
siderar la importancia de esta estrategia tanto en lo que respecta a la labor de
los profesionales como en referencia a la protección de la víctima y el control del
agresor. Los procedimientos de valoración del riesgo de VCP futura permiten indivi-
dualizar las predicciones de la probabilidad de reincidencia de la violencia contra
la pareja, estimar de forma constante las variaciones del riesgo de violencia contra
la mujer y la adecuación de la aplicación de medidas de protección proporcio-
nadas al nivel de riesgo identificado. La valoración del riesgo se convierte en un
procedimiento imprescindible para la gestión del futuro de la víctima”.

En el ejercicio profesional de la valoración del riesgo de violencia contra la mujer,


es fundamental la elección de una herramienta predictiva tal como se viene reali-
zando en diferentes escenarios a nivel mundial, la cual debe ser producto de estu-
12 Echeburúa, Fernández-Montalvo y Paz de Corral. op. cit. 10

13 Pueyo, Andrés. La predicción de la violencia contra la pareja.(2007). Departamento de


Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos. Grupo de Estudios Avanzados en Violencia
(GEAV). Facultad de Psicología-Universidad de Barcelona. * andrespueyo@ub.edu.

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dios que reconozcan unos factores de riesgo prevalentes y comunes a este tipo de
violencia, lo que permite dar a la valoración un peso importante en la detección
de alarmas o señales que adviertan sobre una situación de peligro para la víctima.

En este sentido, existen varias herramientas que pueden complementar el trabajo


de valoración del riesgo, sin embargo, no todos los instrumentos miden específica-
mente el riesgo de muerte de una mujer en el marco de la violencia de pareja ,
“Para evaluar el riesgo de muerte se utiliza el Danger Assessment Tool (DA) (Cam-
pbell, 1985); para valorar el riesgo de nuevos ataques sobre la pareja utilizamos la
Spouse Assault Risk Assessment (SARA) (Kroppet al., 1995); y para valorar el riesgo de
reincidencia de delincuentes penados por violencia doméstica se utiliza el Kingston
Screening Instrument for DV (K-SID) (Gelles, 1998)”. La SARA en su primera versión se
lanza en 1993 y la segunda en 1995. Esta última es adaptada al español por Jorge
Folino de la Universidad Nacional de La Plata en el año 2004 y en el año 2005 por
Andrés Pueyo y López (2005) en España. En este mismo país se construye una escala
específica heteroaplicada (Escala de Predicción de Riesgo de Violencia contra la
Pareja) (EPV) (Echeburúa, Fernández-Montalvo, Corral y López Goñi, 2009), la cual
permite la predicción para la adopción de medidas de protección a las víctimas,
cuando se produce la primera denuncia. Existen otras escalas como la Ontario
Domestic Assault Risk Assessment (ODARA) (Hilton et al., 2004), que busca medir la
reincidencia de actos violentos en sujetos penados por delitos de violencia domés-
tica”14.

Cabe señalar que dentro de la valoración del riesgo, además de la selección de


una herramienta o instrumento, es prioritario conocer el contexto, la cultura dentro
de la que se presenta la dinámica violenta; los sistemas que permean a los indi-
viduos y con ellos sus interacciones, permitiendo reconocer otros elementos que
pueden en determinados momentos convertirse en factores de riesgo o exponer a
la víctima a situaciones que la hagan vulnerable a sufrir agresiones futuras.

El análisis de los factores de riesgo dentro de la escala seleccionada, más aquellos


correspondientes al contexto dentro del cual se encuentra la víctima, correspon-
den a un ejercicio integral que requiere de un modelo como el ecológico15, el cual
profundiza en los diferentes sistemas dentro de los cuales la víctima estuvo o se
encuentra inmersa.

Al respecto, cabe señalar la importancia de contar con una entrevista semiestruc-


turada, que permita un abordaje amplio, cubriendo diversos momentos y etapas
en la vida de la víctima, tales como la comunicación e interacción entre los miem-
bros de su familia de origen (como referente relacional), su ciclo vital personal, su
red de apoyo, sus estrategias de afrontamiento, su óptica sobre la violencia, entre
otros factores que pueden convertirse en factores de vulnerabilidad pero también
14 Echeburúa E, Fernández-Montalvo J, Del Corral P. (2009). Predicción del riesgo de
homicidio y de violencia grave en la relación de pareja. Instrumentos de evaluación del riesgo
y medidas de protección. España: DISEÑARTE - Goaprint, s.l.
15 Olivares, Edith e Incháustegui, Teresa. (2011). Modelo ecológico. Para una vida libre de
violencia de género. Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Muje-
res. México, DF.

Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses


Guía “De recomendaciones para la investigación judicial, atención y prevención de las muertes con sospecha de feminicidio”

en posibles factores de protección en un momento determinado.

Los factores de riesgo son tal y como plantean Echeburúa, Fernández- Montalvo y
Del Corral, 200916, “características asociadas con un incremento de la probabilidad
de que suceda un determinado hecho, ya sea un acto de violencia física, sexual
o de otra naturaleza. Pese a que la presencia de uno o más factores de riesgo no
indica necesariamente que se dé una determinada relación causal, sí que se cum-
ple que la probabilidad de un suceso asociado a los factores de riesgo aumente”.

En la valoración del riesgo, cabe anotar la necesidad de contar con diferentes mi-
radas disciplinares, tal y como la literatura al respecto plantea, de tal suerte, que es
primordial en un primer momento contar con la intervención de un médico legista
(determinación de las lesiones físicas), un psicólogo y un trabajador social (valora-
ción específica del riesgo de violencia grave o mortal), bien, el trabajo realizado
corresponda a un ejercicio de carácter administrativo, para contribuir en la toma
de decisiones sobre las medidas de atención y protección en pro de la víctima o
un trabajo con carácter pericial, que permita determinar por ejemplo, la dosifica-
ción de la pena del agresor (prueba dentro del proceso judicial contra el presunto
agresor).

Es importante mencionar, que desde mediados del año 2013, el Instituto Nacional
de Medicina Legal y Ciencias Forenses, viene ejecutando el Proyecto de Valora-
ción del Riesgo de Violencia Mortal Contra Mujeres Por Parte de su Pareja o Expa-
reja y cuenta con el diseño de un Protocolo17 que permite su realización a partir
de una estructuración, producto de un ejercicio de investigación sustentado en el
trabajo que se ha realizado en países como España y Canadá, donde la valoración
del riesgo de violencia contra las mujeres cuenta con especial acogida y recono-
cimiento.

Si bien, no existe un procedimiento estándar en la valoración del riesgo, es esen-


cial contar con una estructura, que permita realizar este ejercicio profesional, con
la mayor claridad, apuntando al reconocimiento de factores de riesgo, factores
de sostenimiento y factores de vulnerabilidad dentro de la dinámica violenta a fin
de brindar a las autoridades competentes elementos suficientes que les permitan
tomar decisiones sobre las medidas de atención y protección, en aras de proteger
la vida e integridad de las mujeres víctimas de violencia de pareja en primera ins-
tancia, y/o valerse de estos mismos elementos con el fin de incluirlos dentro del pro-
ceso judicial contra el presunto agresor como posible prueba pericial, (Ver anexo .
Diagrama de flujo).

16 Echeburúa, Fernández-Montalvo y Del Corral P, op. cit. 14


17 Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses: Protocolo de Valoración
del Riesgo de Violencia Mortal Contra Mujeres Por Parte de su Pareja o Expareja. 2ª versión,
2014.

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75

ESTRUCTURA PREVENCIÓN SECUNDARIA DE LA VIOLENCIA CONTRA LA


MUJER POR PARTE DE SU PAREJA O EXPAREJA: VALORACIÓN DEL
RIESGO

EQUIPO
MEDICO LEGISTA VALORACIÓN
VÍCTIMA DEL RIESGO INTRODUCCIÓN
(LESIONES (PSICÓLOGO Y
FISICAS) TRANAJADOR
SOCIAL)

INFORMAR
ENTREVISTA ALCANCES,
LÍMITES Y
OBJETIVOS DE
LA
VALORACIÓN
ENTREVISTA SEMI-ESTRUCTURADA:
(ASPECTOS SOCIALES, FAMILIARES, ETC.)

APLICACIÓN ESCALA
SELECCIONADA

CIERRE DE
ENTREVISTA
ENTREGA DEL INFORME A
USUARIA Y/O AUTORIDAD
COMPETENTE
PERIODO DE ANÁLISIS

COMO INFORME PERICIAL O


COMO DOCUMENTO
ADMINISTRATIVO
REDACCIÓN DEL
INFORME:
INTERPRETACIÓN DE
DATOS Y
RECOMENDACIONES

COMO DOCUMENTO COMO INFORME PERICIAL (EN LA


ADMINISTRATIVO (EN LA TOMA DE TOMA DE DECISIONES SOBRE EL
DECISIONES SOBRE MEDIDAS DE PRESUNTO AGRESOR DENTRO DEL
ATENCIÓN Y/O PROTECCIÓN) PROCESO PENAL)

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REFERENCIAS

1. Organización Mundial de la Salud. (OMS). Informe Sobre la Situación Mundial de


la Prevención de la Violencia, 2014.

2. Comisión Económica Para América Latina. (CEPAL), 2014. www.cepal.org.

3. Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses: Datos para la Vida,


Forensis, 2014.

4. ONU MUJERES. Modelo de protocolo latinoamericano de investigación de las


muertes violentas de mujeres por razones de género (femicidio/feminicidio).
5. Pueyo, Andrés, López, S Y Álvarez, E. Valoración del Riesgo de Violencia Contra
la Pareja por Medio de la SARA.(2008). Grupo de Estudios Avanzados en Violencia
(GEAV). Facultad de Psicología-Universidad de Barcelona. Papeles del Psicólogo,
2008. Vol. 29(1), pp. 107-122 http://www.cop.es/papeles.

6. Echeburúa, E, Fernández-Montalvo, J y Paz de Corral. ¿Hay diferencias entre la


violencia grave y la violencia menos grave contra la pareja?: un análisis compara-
tivo. International Journal of Clinical and Health Psychology ISSN 1697-2600, 2008,
Vol. 8, Nº 2, pp. 355-382. Universidad del País Vasco, España. (Recibido 29 de marzo
2007 / Received March 29, 2007) (Aceptado 24 de julio 2007 / Accepted July 24,
2007).

7. Pueyo, Andrés. La predicción de la violencia contra la pareja. (2007). Departa-


mento de Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos. Grupo de Estudios
Avanzados en Violencia (GEAV). Facultad de Psicología-Universidad de Barcelona.
* andrespueyo@ub.edu.

8. Echeburúa E, Fernández-Montalvo J, Del Corral P. (2009). Predicción del riesgo


de homicidio y de violencia grave en la relación de pareja. Instrumentos de evalua-
ción del riesgo y medidas de protección. España: DISEÑARTE - Goaprint, s.l.

9. Olivares, Edith e Incháustegui, Teresa. (2011). Modelo ecológico. Para una vida
libre de violencia de género. Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violen-
cia Contra las Mujeres. México, DF.

10. Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses: Protocolo de Valora-


ción del Riesgo de Violencia Mortal Contra Mujeres Por Parte de su Pareja o Expa-
reja. 2ª versión, 2014.

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