Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
1008 0 PDF
1008 0 PDF
1. Fundamentos
“Él (hombre) no es el cuerpo físico, las emo-
ciones o el alma. Éstos son más bien instru-
mentos que le permiten actuar en el mundo
físico, emocional o espiritual, y nosotros tene-
craneal V. M. Frymann1
A. T. Still2
Bases de la osteopatía
Traducido literalmente, osteopatía significa “transformación patológica del hueso”, pero esta
definición puede dar lugar a malentendidos. Still eligió este nombre para su concepto terapéuti-
co porque había comenzado sus investigaciones con el hueso y había empezado primero con la
normalización del esqueleto. Greek lexicographers say it (Osteopathy) is a proper name for a sci-
ence founded on a knowledge of bones. So instead of “bone disease” it really means “usage”.*50
Still9 llegó a la conclusión de que el libre fluir de la sangre garantiza el estado de salud,
mientras que los trastornos circulatorios locales o generales producen la enfermedad. El
movimiento es vida. Todo lo que vive, fluye. El movimiento es la característica principal y
condición necesaria para la vida. Si el movimiento y la movilidad de los tejidos están reduci-
dos o limitados, de forma que los líquidos (sangre, linfa, etc.) no pueden fluir sin problemas,
se produce un estancamiento más o menos considerable. La inervación del tejido también
Tabla 1.1
Desarrollo de los modelos de tratamiento craneales
1ª Fase
W.G. Sutherland D.O. Extensión de los principios osteopáticos sobre el cráneo, mode-
1873-1954 lo de la respiración primaria, modelos biomecánicos (modelo de
BLT-BMT, Core-Link craneosacro, etc.), funcionales y vitalistas
(potency, Breath of life, liquid light, etc.)
2ª Fase
H.I. Magoun D.O. 1898-1981 Enfoques biomecánicos, autor de Osteopathy in the craneal field
B. Dejarnette D.C. 1899-1992 Modelo de tratamiento estructural: técnica sacrooccipital
R.E. Becker D.O. 1910-1996 Enfoques filosóficos, vitalistas, técnicas del fulcro
A.R. Becker D.O. 1913-2000 Enfoques vitalistas
R.C. Fulford D.O. 1905-1997 Modelos energéticos
C.L. Handy D.O. Enfoques energéticos (influencia sobre el MRP también sin
contacto)
B-E. Arbuckle D.O. 1909-1974 Aplicación de la osteopatía craneal en el ámbito de la pediatría,
Cerebral Palsy Clinic en Filadelfia. Modelo de los vectores de
fuerza /fibras del estrés de la duramadre
A.L. Wales D.O. Continuación de las ideas de Sutherland
T.F. Schooley D.O. 1913-2001 Enfoques energéticos
3ª Fase 1
3ª Fase 2
2. Mecanismo
“Los médicos que quieren entender al ser
humano deben considerarlo como un todo y
no como parte de un zurcido. Si se encuentra
una parte del cuerpo enferma, debe buscarse
Paracelso
Magoun1
Este mecanismo se denomina “primario” porque se supone que está directamente unido con
la respiración tisular interna del sistema nervioso central que regula la respiración pulmonar
y el conjunto de funciones corporales. En este sentido se mencionan efectos sobre los centros
del cuarto ventrículo y sobre el centro de la respiración6,15. Además, según las suposiciones
de algunos osteópatas, el ritmo del MRP ya sería activado por la respiración pulmonar
durante el desarrollo embrionario y sería palpable hasta 15 minutos después de manifestar el
último signo de vida70. En contraposición, Sutherland designaba la respiración pulmonar
como un sistema respiratorio secundario controlado por la respiración primaria.
2. MECANISMO DE LA RESPIRACIÓN PRIMARIA (MRP) 19
Magoun y Sutherland, de la percepción del cuarto ritmo en el cráneo, del denominado cra-
nio-rhythmic impulse (CRI) o ritmo craneosacro. El líquido cefalorraquídeo está presente en
los cuatro ventrículos y en el espacio subaracnoideo intra y extracraneal. Se forma en los
plexos coroideos, especialmente en los de los ventrículos laterales, y es reabsorbido en gran
parte en las vellosidades aracnoideas por el sistema venoso. Para Sutherland, el movimiento
rítmico del cerebro produce la deformación rítmica de los ventrículos cerebrales, lo que ten-
drá como consecuencia la fluctuación del LCR24.
Para Upledger, la fluctuación del LCR es causada por las variaciones de la producción de
LCR28.
La fluctuación del LCR consiste en una fase rítmica de llenado y de vaciado de los ven-
trículos y está caracterizada por una dirección específica del flujo tanto intra como extra-
craneal.
Las membranas intracraneales e intraespinales se continúan en las vainas nerviosas de los
nervios que salen de los orificios de paso de los nervios del cráneo y de la columna. De esta
forma también sale LCR por estas vainas hacia el sistema extracraneal. En el sistema linfáti-
co también tienen lugar procesos de intercambio. Sutherland y Magoun atribuyeron una
gran importancia fisiológica a dichos procesos.
Estado actual de las investigaciones: se han constatado fluctuaciones del LCR en diferentes
frecuencias. La relación con la hipótesis de la respiración primaria o del ritmo craneosacro
no ha quedado esclarecida. Para la génesis de las fluctuaciones, ver pág. 286 y ss.
3. Ritmo y
“Los ritmos fisiológicos son algo más que sim-
ples oscilaciones respecto a una norma, son
modificaciones periódicas de la misma norma.”
J.W. Goethe232
3.3
Los dibujos
representan la
dirección de las
fuerzas que
actúan sobre el
cerebro durante
a b
la sístole (a:
visión lateral; b:
visión posterior, y
c: visión superior).
Obtenido por
Greitz mediante
la utilización de
exploraciones con
RM, se pueden
ver los
movimientos de
los ganglios
basales cuando
éstos y el tronco
cerebral se
mueven en
direcciones
contrarias. c d
64 OSTEOPATÍA CRANEOSACRA
registrarse ningún tipo de correlación con la respiración del paciente, la respiración de los
dos terapeutas en la pelvis y la respiración de un terapeuta en la cabeza mostraron una
influencia significativa sobre los resultados de la medición. La investigación disponía no
solamente de suficientes osteópatas experimentados, sino también de un número de sujetos
experimentales adecuado y un tiempo de medición suficientemente largo.
Los autores discuten hasta qué punto las imágenes mentales de la persona que efectúa la
exploración influyen en los resultados, si el MRP es demasiado fino para ser palpado con rea-
bilidad y si el MRP representa más bien un concepto metafísico que un concepto fisiológico187.
Resumen
A excepción del estudio de Upledger (que mostraba claros déficits en su método y en su rea-
lización), hasta el momento no se ha podido obtener un acuerdo satisfactorio entre los
hallazgos constatados por diversos investigadores en los diversos estudios llevados a cabo.
Esto también es válido para el resultado de la revisión de Green et al.188. Este tipo de resulta-
dos negativos no representa en principio un argumento válido para afirmar que la terapia no
puede ser efectiva, pero mientras que no se sepa si los fenómenos considerados como candi-
datos de un tratamiento existen o no realmente, es difícil aplicar incluso un tratamiento alta-
mente efectivo231.
Se discuten las posibilidades siguientes:
➤ El ritmo craneosacro es un artefacto189,190.
➤ El MRP es más bien un concepto metafísico que un concepto fisiológico191.
➤ En el caso de que la vasomoción arterial fuera responsable del fenómeno del ritmo cra-
neosacro, sería posible que los investigadores hubieran palpado distintos ritmos en la
vasomoción. Según Ferguson, los terapeutas podrían haber palpado la vasomoción de
diferentes grandes arterias.
➤ Según la hipótesis de Norton, la mala reliabilidad intertest obtenida podía ser atribuida a
la interacción entre los procesos fisiológicos rítmicos (frecuencia cardíaca y respiratoria)
entre los investigadores y los sujetos experimentales.
➤ McPartland y Mein integran en sus hipótesis influencias de los terapeutas sobre la palpa-
ción del ritmo craneosacro.
➤ Sommerfled et al. discuten además hasta qué punto las imágenes mentales y la respira-
ción de la persona que explora influyen en los resultados y si el MRP es demasiado fino
para ser palpado de forma fiable187.
➤ Para la realización de futuros estudios sería muy importante, en el inicio de las investi-
gaciones, procurar una mejor calibración de las personas que deben realizar las explora-
ciones en relación con el abordamiento de los tejidos y la diferenciación de las cualida-
des tisulares: presión manual específica, diferenciación de los fenómenos rítmicos palpa-
dos (p. ej., impulsos de expansión y de retracción, rotaciones externas o internas, etc.),
diferenciación de los tejidos con los que el osteópata entra en resonancia (huesos, tejidos
blandos, líquidos), consideración de los modelos rítmicos básicos de la respiración pri-
maria en los respectivos investigadores, consideración del concpeto del “estado neutral”,
etc. La insuficiente consideración de estos parámetros en estudios anteriores puede haber
contribuido al gran desacuerdo obtenido en los resultados de las investigaciones.
El diagnóstico y el tratamiento de las disfunciones craneales-somáticas pertenece a los temas
discutidos con gran controversia en la medicina osteopática. La sutilidad del CRI o de la res-
piración primaria y de las técnicas de palpación necesarias para identificarla, así como las
explicaciones hipotéticas sobre la fisiología en la que se basa, han conducido a una situación
en la que muchas personas no formadas en osteopatía craneosacra consideran este tema
como una tontería. La tarea de demostrarlo está en manos de los terapeutas que practican la
osteopatía craneosacra. Si queremos que la osteopatía craneal sea reconocida por la medici-
na moderna, se debe demostrar la existencia de estos fenómenos basándose criterios científi-
cos; las conclusiones deben concordar con la medicina actual. La contribución de Nelson et
al. y de Moskalenko, entre otros, podría guiarnos en la dirección adecuada.
75
4. El cráneo
“Algunos explicarían -y yo estaría de acuerdo
con ellos– que no es que ‘tengamos’ un esque-
leto, músculos, glándulas y un sistema ner-
vioso, sino que los ‘somos’.”
Moshe Feldenkrais1
Para llevar a cabo una terapia con éxito, es esencial conocer con la máxima exactitud posi-
ble las estructuras que se deben tratar. La comprensión de estas estructuras es la base para
entender su función y su significado para el conjunto del organismo. Esta comprensión nos
permite al mismo tiempo conocer el sentido de una técnica determinada para la corrección
del estado anormal de un tejido, lo cual tendrá un efecto inmediato sobre la puesta en prác-
tica de dicha técnica. Según Sutherland2, “en el transcurso de la aplicación de una técnica
craneal, el terapeuta debería visualizar continuamente las estructuras intracraneales”. Por
este motivo, para introducir a los osteópatas americanos en las técnicas craneales, Suther-
land dedicaba una semana entera al estudio de la anatomía del cráneo antes de empezar a
explicar el sistema de la respiración primaria.
➤ Mandíbula -impar
➤ Maxilar -par
➤ Hueso palatino -par
➤ Hueso cigomático -par
➤ Hueso frontal -par
Otros huesos: hueso hioides, huesecillos del oído
Indicación
En las figuras 4.1, 4.2, 4.3 y 4.4 se han representado las visiones laterales y anteriores del
cráneo; en la figura 4.5 se representa una visión inferior.
Sutura sagital
Hueso parietal
Sutura coronal
Hueso frontal
Sutura lambdoidea
Sutura escamosa
Hueso esfenoides
Hueso nasal
Hueso temporal
Hueso cigomático
Meato acústico externo
Hueso occipital
Maxilar
Apófisis mastoides
4.2
Cráneo
(vista
lateral)
87
5. Anatomía,
“El osteópata saca conclusiones de sus cono-
cimientos anatómicos. Compara la función
del cuerpo enfermo con la del cuerpo sano.”
A. T. Still1
osificación y “El estudiante de la vida debe integrar todas
las partes (del cuerpo) espitirualmente y estu-
A. T. Still2
Hueso occipital
Impar
Límites
➤ Anterior: hueso esfenoides
➤ Superoanterior: hueso parietal
➤ Lateral: hueso temporal
➤ Inferior: atlas
1 Escama occipital
2 Borde lambdoideo
3 Borde mastoideo
4 Porción basilar
5 Porción lateral
6 Cóndilo occipital
7 Apófisis yugular
8 Apófisis intrayugular
9 Protuberancia occipital interna
10 Surco del seno transverso
11 Surco del seno sagital superior
12 Cresta occipital interna
5.3
Hueso
occipital
(vista
interior)
Porción basilar
Superficie externa
➤ Tubérculo faríngeo, pequeña eminencia para la inserción del rafe faríngeo (bandas ten-
dinosas del músculo constrictor de la faringe)
➤ El m. recto anterior de la cabeza y el m. largo de la cabeza también se insertan en la por-
ción basilar, igual que el ligamento longitudinal anterior.
Superficie interna
➤ Una fosa para el bulbo raquídeo (médula oblongada)
➤ El surco petroso inferior está formado conjuntamente por la porción petrosa del temporal
➤ Los bordes laterales de la base del occipital forman una cresta para la articulación con el
temporal
Superficie anterior
➤ Unida con el esfenoides a través de la superficie cuadrada anterior
Porción posterior
➤ Forma la parte anterior del agujero magno
Superficie externa
➤ Conjuntamente con la porción basilar forma el cóndilo occipital, que discurre oblicua-
mente hacia delante y hacia medial
5. ANATOMÍA, OSIFICACIÓN Y UNIONES DE CADA UNO DE LOS HUESOS DEL CRÁNEO, DEL HUESO SACRO Y DEL CÓCCIX 97
Apófisis vaginal
{
Cuerpo
Apófisis pterigoides Conducto pterigoideo
5.11
Hueso
esfenoides
(vista
posterior)
proceso está finalizado en el momento del nacimiento, pero continúa hasta la región del oído
interno. La porción petrosa se necrosará durante el desarrollo, de forma que acabará siendo
el hueso más muerto y más duro de todo el cuerpo, y contrariamente a lo que ocurre con
otros huesos endocondrales, no permitirá más procesos de transformación ni adaptación.
Hueso etmoides
Hueso
esfenoides
Hueso
temporal
Cóndilo
occipital
Hueso
occipital
5.39
Centros de
osificación
La porción petrosa es el hueso del cráneo que se osifica más pronto. En la semana 16 de ges-
tación se inicia la osificación alrededor del sistema auditivo; en la semana 22 la porción
petrosa ya está completamente osificada.
138 OSTEOPATÍA CRANEOSACRA
➤ Por arriba, la apófisis palatina forma el suelo de la cavidad nasal. La cresta nasal forma
una cresta ósea para la inserción del tabique nasal
➤ Hacia medial se encuentra con la apófisis palatina del lado contrario
➤ Por detrás se articula con la superficie horizontal del paladar
➤ Por delante está unida al hueso incisivo (hueso intermaxilar)
➤ En la parte anterior se extiende el conducto incisivo para el nervio que lleva el mismo
nombre. En la parte nasal se encuentran dos orificios, uno en la cara del paladar
Hueso incisivo
Agujero
incisivo
Sutura incisiva
Apófisis palatina
Arco alveolar
Rodete palatino
Alvéolos
dentarios Agujero palatino
mayor
Sutura palatina
5.46 transversa
Maxilar
(vista
inferior)
1 Apófisis palatina
2 Hueso incisivo
3 Sutura incisiva
4 Surcos palatinos, espinas
palatinas
5 Apófisis alveolar /arco
5.47 alveolar
Maxilar (vista 6 Apófisis cigomática
inferior) 7 Conducto infraorbitario
173
6. Suturas
“Para la comprensión de su importancia
fisiológica, es imprescindible disponer de
conocimientos básicos sobre la posición, los
contornos y las estructuras articulares de los
H.I. Magoun1
Sutura metópica
Sutura coronal
Sutura parietoescamosa
Sutura esfenoescamosa
Sutura frontonasal
Sutura frontomaxilar
Sutura frontolagrimal
Sutura frontocigomática
Sutura internasal
Sutura nasomaxilar
Sutura cigomaticomaxilar
Sutura intermaxilar
6.6
Vista
anterior del
cráneo con
suturas
6. SUTURAS CRANEALES 211
Vómer
3
Hueso cigomático
1. Cresta etmoidal
2. Cresta del cornete
3. Apófisis palatina
3
Maxilar del lado contrario
6.24
Uniones
suturales
del maxilar
(vista
medial)
227
7. Meninges
“Ellos (los huesos del cráneo) están formados
por un tejido membranoso intracraneal espe-
cial que no sirve únicamente como medio de
unión, sino que también actúa como medio de
W.G. Sutherland1
meninges
espinales
– A través del progresivo crecimiento excéntrico del cerebro aumentan también progre-
sivamente las resistencias al crecimiento en la pared antibasal y laterodorsal de la
cabeza hasta tal punto que las regiones cerebrales se flexionan. Se forman las fisuras
en las que se tensarán la hoz y la tienda. La hoz del cerebro y la tienda del cerebelo se
forman por el allanamiento de tejido mesenquimal entre los dos hemisferios cerebrales
y entre el cerebro y el cerebelo durante el desarrollo del crecimiento embrionario del
cerebro.
– La dura se fija finalmente entre las partes del cerebro que presentan varios grosores, for-
mando el denominado sistema del cinturón dural (figs. 7.1-1 y 7.1-2).
– Tracción contraria de la dura respecto al descenso de los órganos:
● Formación de la dolicoprosopia o cara larga anormal: el corazón embrionario sigue
el diafragma en un movimiento de descenso al tiempo que el cerebro asciende en su
poceso de crecimiento. La dura de la región prosencefálica con la hoz se aleja en el
transcurso del movimiento de crecimiento ascendente del cerebro del sistema liga-
mentario descendiente de las vísceras del cuello. A través de este proceso se tensa el
tejido conectivo de la cara entre la hoz y el hioides, a modo de bozal, y se forma
finalmente la cara larga anormal.
● La dura como función de sostén de la crista galli: a través de la función de sostén de
la hoz del cerebro y de la dura antibasal, la crista galli permanece anclada en el
mesénquima plano de la base del cráneo durante el crecimiento embrionario irregu-
lar de los hemisferios cerebrales.
7.1-1 y 7.1-2
Cinturón dural,
feto de 40 mm,
tercer mes
(Blechschmidt,
Carnegies Coll Nr.
10317).
Construcción de
cortes en serie
del esqueleto
desmal y
condral114
1-5. Cinturones durales, extensiones principales del esqueleto desmal del cráneo, tejido conectivo denso
en los grandes surcos del cerebro: 1. Tienda del cerebelo. 2. Hoz del cerebro (porción posterior). 3.
Cinturón dural parietal. 4. Cinturón dural frontal. 5. Hoz del cerebro (porción anterior). Las ramas del
cinturón dural están giradas hacia fuera en la parte basal. En la cara externa de la rama se ha
producido el engrosamiento y la densificación del mesénquima y su interior se ha vuelto cartilaginoso.
6. Crista galli. 7. Ala de la órbita. 8. Ala ótica del condrocráneo. 9. Confluencia de los senos
230 OSTEOPATÍA CRANEOSACRA
Díploe
{ perióstica
Duramadre
visceral
{ Aracnoides
7.2 Piamadre
Esquema
Córteza cerebral
de la
o médula espinal
estructura
de las
meninges
7.3 Perineurio
Punto de
salida de Duramadre Epineurio
nervios en
el cráneo. Aaracnoides
Continuidad Piamadre
fascial
Ligamento denticulado
Duramadre
Raíz dorsal
Raíz ventral
Nevio espinal
Ramo meníngeo
Fisura anterior
Médula espinal
Duramadre
Aracnoides
7.16 Piamadre
Duramadre Lig. dentado
espinal y el Cavidad subaracnoidea
ligamento
denticulado
7.16-1
Ligamento
dentado. Del
Dr. Richard
Knebel
263
8.
“La sangre debe circular sin obstáculo alguno.
El trabajo de los osteópatas consiste en
garantizar que la sangre fluya libremente por
las arterias, los capilares y las venas.”
A.T. Still2
Según Mc Catty, la libre circulación de los líquidos es tan importante para la fisiología cor-
poral como la circulación del aceite para el motor de un coche16. Cuando los conductos por
los que circula el aceite están obstruidos, la máquina no trabaja de forma eficaz. Algo simi-
lar ocurre con el cuerpo: la alimentación, la eliminación de los productos metabólicos, el
almacenamiento de energía, las vías de conducción, etc., todo depende de que exista equili-
brio en la circulación de los líquidos, de que éste funcione correctamente aunque sea compli-
cado, de modo que el conjunto del organismo sea capaz de mantener su integridad homeos-
tática. Si la sangre circula libremente y sin obstáculos por todo el cuerpo, de forma que el
tejido y los nervios estén suficientemente irrigados, el tejido será capaz de trabajar de forma
óptima. Esto es válido tanto para las estructuras del sistema craneosacro como para el resto
de estructuras corporales.
A.T.Still llegó a la conclusión que el flujo sanguíneo natural era garantía de salud, mientras
que los trastornos de la vascularizacioón, tanto locales como generales, producen la enfer-
medad. Es por lo tanto imprescindible conocer el recorrido de los vasos arteriales y venosos
para comprender por qué aparecen determinados trastornos, qué relaciones mantienen estas
estructuras con las demás estructuras del cuerpo y qué se necesita para eliminar los bloqueos
que impiden la libre circulación de los líquidos. En la osteopatía, el terapeuta intenta elimi-
nar la compresión de nervios, arterias y venas para restablecer las condiciones de una fisio-
logía sana. El osteópata lo hace corrigiendo posiciones anormales de los huesos y eliminan-
do las tensiones de fascias, ligamentos, membranas, etc., en parte con la ayuda de la palanca
de los huesos, en parte comunicando directamente con el tejido.
Sistema arterial
El cráneo está irrigado por dos sistemas arteriales, a través de la a. carótida y de la a. verte-
bral. Estos dos sistemas se comunican a través del círculo arterial del cerebro o polígono de
Willis.
La a. carótida común se origina directamente a la izquierda del arco aórtico y a la derecha
del tronco braquiocefálico. Se divide aprox. a nivel de la 4ª vétebra cervical en la a. carótida
externa y la a. carótida interna.
8. VASCULARIZACIÓN Y DRENAJE LINFÁTICO DEL CRÁNEO 265
Aa. mesencefálicas
A. cerebelosa superior
A. cerebral anterior
A. comunicante anterior
A. cerebral media
A. coroidea anterior
A. carótida interna
A. comunicante posterior
A. cerebral posterior
A. basilar
A. vertebral
8.1
Círculo A. espinal anterior
arterial del
cerebro
Seno sagital ➟
superior
Seno sagital
inferior
Seno recto
➟
Vena magna
del cerebro
➟
➟ ➟ ➟
Seno cavernoso
Seno transverso
➟
Seno occipital
Seno petroso
inferior
Seno petroso
Vena yugular interna superior
8.2
Seno de la
duramadre
(vista
lateral)
9. Anatomía y
“El líquido cefalorraquídeo es la sustancia
más valiosa del cuerpo, y mientras el cerebro
no produzca suficiente cantidad de este líqui-
do, el cuerpo permanecerá sin fuerza.”
ventrículos
cerebrales
y del LCR
El sistema nervioso está bañado en un líquido claro, incoloro y de gran contenido proteico,
el líquido cefalorraquídeo (LCR). Este líquido no solamente absorbe las sustancias de desecho
del metabolismo nervioso, sino que también es responsable de la nutrición de la totalidad del
sistema nervioso central. La composición del LCR depende de la composición de la sangre. El
líquido llena las cavidades huecas del interior del cerebro (los ventrículos cerebrales) y tam-
bién llena el espacio subaracnoideo y las cisternas del encéfalo y de la médula espinal. Dife-
renciamos entre espacios cefalorraquídeos internos y externos que se comunican entre ellos
a nivel del cuarto ventrículo.
El anatomista Galeno, que vivió en el siglo II, ya realizó investigaciones en los ventrículos.
Puesto que los encontró vacíos, supuso que contendrían alguna sustancia parecida al aire,
más próxima a algo espiritual. El contenido era similar al pneuma, la respiración que según
los antiguos griegos fue inhalado del cosmos y que actuaba entre cuerpo y alma. En experi-
mentos con animales vivos, Galeno ejerció presión en la región posterior de los ventrículos
desencadenando rigidez y obnubilación, un corte en esta región originó rigidez irreversible,
mientras que una pequeña incisión en el techo del ventrículo provocaba un parpadeo, que se
detenía al efectuar presión simultánea sobre el ventrículo anterior.
Más tarde, en la Edad Media, se atribuyeron diferentes funciones a los ventrículos. El ventrí-
culo anterior era responsable de la percepción; el ventrículo medio, del pensamiento, y el
posterior, de la memoria. En un período posterior de la Edad Media se llegó a describir hasta
10 ventrículos. Durante el Renacimiento, Leonardo da Vinci dibujó las primeras representa-
ciones realistas de los ventrículos cerebrales. Durante el siglo XVII se suponía que las
corrientes de los espíritus animales fluían de los nervios sensitivos hacia los ventrículos.
Still (1902)2 y Sutherland (1939)3 defendían la idea de que el líquido cefalorraquídeo es muy
importante no sólo para el sistema nervioso central, sino también para el equilibrio psicoquí-
mico de la totalidad del organismo.
Según Sutherland4, el LCR participa en el movimiento y el control del mecanismo respirato-
rio primario; Lippincott5 remarca que el LCR se encuentra bajo presión y en constante activi-
dad. Designa el LCR como el centro más importante de la actividad del organismo.
9. ANATOMÍA Y FISIOLOGÍA DE LOS VENTRÍCULOS CEREBRALES Y DEL LCR 283
a Duramadre
a1 Seno sagital superior
b Aracnoides
b1 Granulaciones aracnoideas
b2 Espacio subaracnoideo
c Piamadre b1 b1
d Plexo coroideo
e Ventrículos:
e1 Ventrículos laterales e1
e2 III ventrículo f d
e3 IV ventrículo
f Agujero interventricular
g Acueducto del cerebro k
h Conducto central e2 g b2
i Abertura mediana/lateral m
b2 Espacios subaracnoideos: b2
j Cisterna cerebelomedular a1 a b b2
k Cisterna ambiens b2 e3
9.5 l Cisterna del puente d b2
m Cisterna interpeduncular l
Topografía j
de los i
b2
ventrículos b
cerebrales a
y cisternas, h
y esquema
de la
circulación
del LCR
10. Consideraciones
biomecánicas y del desarrollo
dinámico de la movilidad
y la flexibilidad de los
huesos del cráneo
10.1
Movimientos
del cuerpo
durante la
fase de
inspiración
según
Upledger
10.2
Movimientos
del cráneo
durante la
fase de
inspiración
(vista
superior)
10.3
Movimientos
del cuerpo
durante la
fase de
espiración
según
Upledger
10.4
Movimientos
del cráneo
durante la
fase de
espiración
(vista
superior)
326 OSTEOPATÍA CRANEOSACRA
El diafragma
intracraneal
desciende
La duramadre espinal es
traccionada hacia craneal
El tendón central es estirado
en dos direcciones opuestas
El diafragma desciende
10.43
Diafragmas
durante la
fase de
inspiración
11. Práctica de
“... Puedo desarrollar una conciencia sabia de
la potencia y de la relación entre la estructura
y la función en los tejidos del paciente. Esta
atención va más allá de la percepción física,
R.E. Becker1
Metodología de la palpación
Cuando el terapeuta entra en armonía con las diferentes características y percepciones de la
palpación (y lo que hay más allá), puede obtener una imagen de la organización del paciente
en general y de sus disfunciones en particular, así como sobre su significado específico para
el conjunto de su personalidad.
El primer paso para iniciar la palpación consiste en adaptarse a cada tejido. El segundo paso
consiste en potenciar la percepción de la región explorada, aumentarla para poder interpre-
tar lo percibido. La interpretación de lo que hemos palpado es lo que le da sentido, traduce lo
percibido y lo sitúa en un contexto y un sentido anatómico, fisiológico o patológico (ver más
adelante).
No es suficiente con leer algunos libros sobre técnicas osteopáticas para decir que se efectúa
un tratamiento craneosacro. Siempre es necesario disponer primero de un amplio conoci-
miento práctico, no solamente del sistema craneosacro, sino de la totalidad de las estructuras
del cuerpo, de modo que seamos capaces de visualizarlas con nuestro ojo interior, pues el
cuerpo representa una totalidad indivisible. Y segundo, es importante ser iniciado por un
profesor experimentado en la práctica de la filosofia de la osteopatía. Éstas son únicamente
las razones por las que Sutherland y Magoun impedían el acceso de un amplio público a este
tipo de libros.
Práctica de la palpación
Crear las condiciones favorables
a) Eliminar las posibles fuentes de ruido durante el tratamiento: por ejemplo, desconectar o
bajar el volumen del teléfono
b) Instalar una luz tenue
c) Procurar trabajar en una habitación correctamente atemperada
d) Procurar tener las manos calientes, secas y con olor agradable
347
12. Principios
“La anamnesis es… indicativa… La inspección
es reveladora… La palpación a través de unos
dedos sensibles, pensantes, observadores y
sabios es el factor más decisivo.”
R.E. Becker6
12.1 12.2
Compresión de los bordes suturales. La punta palpable es Separación de los bordes suturales. El surco palpable es
consecuencia de una hipertrofia ósea provocada por el consecuencia de la separación de los bordes suturales.
estrés a lo largo de la superficie articular de la sutura.
12.3 12.4
Cierre articular a lo largo de los bordes suturales. Puesto Superposición a lo largo de la superficie de los bordes
que esta distorsión normalmente es de origen genético, la suturales. Esta distorsión es percibida normalmente como
superficie suele pasar desapercibida y no existen una formación de un escalón óseo a lo largo del borde
hipertrofias palpables. sutural.
12.5 12.6
Adherencias fibrosas transversalmente a la hendidura Una prominencia ósea que se extiende por encima de la
articular de la sutura. hendidura articular y cierra parcialmente la sutura.
12.7 12.8
Adherencias nodulares deformables en el corte transversal Adherencia sólida nodular en el corte transversal. Se
con raíz dentro de la formación articular de una sutura. infiltra dentro de la hendidura de la sutura y alcanza el
tejido de la duramadre en la cara interna del cráneo.
377
13. Principios
“Nuestros cuerpos son un flujo dinámico de
energía que actúa permanentemente desde el
momento de la concepción, y dentro de estos
campos de energía existen momentos de quie-
R.E. Becker2
14. Secuencia
“Medicina osteopática:
La ciencia de la medicina
El arte del cuidado
El poder del contacto.”
y reacciones al
tratamiento
15. Palpación
“Quería desacostumbrarme de todo, poder
ver, escuchar y sentir de nuevo.”
Lichtenberg
general de la
cabeza y del
sacro
Si es posible, colóquese sentado con la espalda erguida y apoyándose sobre los dos isquio-
nes, con las rodillas flexionadas 90º. Debe establecer un buen contacto con ambos pies con el
suelo. A continuación se utilizarán frecuentemente los términos “adaptación a la tensión” o
“variación de la tensión” en lugar de “movimiento”, puesto que los “movimientos” de la
esfera craneal son extremadamente reducidos en comparación con los movimientos de las
verdaderas articulaciones. Las siguientes “descripciones de los movimientos” son hipotéticas.
Existe una clara diferencia en la movilidad durante la palpación del cráneo y de la base del
cráneo de los niños pequeños respecto a los adultos.
Observación. La presa utilizada será escogida en función de las preferencias personales. En
general se deberían sentir cualidades tisulares similares independientemente de la presa
manual utilizada. Existen, sin embargo, sutiles diferencias: la presa de Sutherland permite
efectuar la presa más completa. La palpación frontooccipital permite palpar la cabeza espe-
cialmente bien en el plano anteroposterior. La palpación esfenooccipital es una posición
incómoda para la mayoría de los terapeutas.
15.2
Palpación
occipito-
esfenoidal
según R.E.
Becker
15.3
Palpación
occipito-
esfenoidal
según J.E.
Upledger
15. PALPACIÓN GENERAL DE LA CABEZA Y DEL SACRO 421
15.7
Palpación
del sacro
en posición
de decúbito
supino
Terapeuta
Al lado del paciente, a la altura del sacro.
Posibilidad alternativa
El paciente se coloca en decúbito prono o decúbito lateral (fig. 15.8).
15.8
Palpación
del sacro
en decúbito
prono
La posición de los dedos en el sacro corresponde a la posición de los dedos en decúbito supi-
no.
423
16. Cuerpo
“Buscando el equilibrio en los tejidos y en los
elementos fluidos en cada parte del conjunto
del cuerpo ... aprendemos a conducir el flujo
o corriente hacia un punto de equilibrio o un
fulcro en el que tendrá lugar un proceso de
Rollin E. Becker1
Algunos malentendidos relacionados con los fluidos parecen proceder del hecho de que
Sutherland utilizaba primero este término para describir fenómenos bioeléctricos, mientras
que otros osteópatas designaban con él la dinámica de los líquidos.
En este capítulo se describirá primero el significado de la calidad de los líquidos en el orga-
nismo y a continuación las consideraciones de Sutherland sobre éstos.
Cada organismo y cada uno de sus órganos pasará por un estadio líquido en algún momento
de su desarrollo. Intrauterinamente, el embrión –protegido por un tegumento acuoso esféri-
co protector– adquiere una forma todavía casi líquida que se densificará progresivamente21.
Las regiones de crecimiento más rápido emergen y las regiones de crecimiento más lento dis-
minuyen o incluso llegan a involucionar completamente cuando se detiene el crecimiento.
De este modo, el óvulo fecundado se manifiesta en forma de una dilatación hinchada, y la
gastrulación, en una especie de invaginación22 de aspiración. De la compleja acción conjun-
ta de los movimientos líquidos, las densificaciones tisulares adquieren finalmente su forma
visible.
Después del nacimiento, el niño entra en contacto directamente con las fuezas de la grave-
dad de la tierra. En la interacción con estas fuerzas se produce más densificación y una
mayor fijación de su estructura. Las sinuosas formas de los huesos y de los músculos, espe-
cialmente de las extremidades, son expresión de la interacción del origen líquido con las
fuerzas de la gravedad y el dominio de la solidez.
Esto explica que los huesos de los miembros estén atravesados por una especie de sistemas
de líneas divisorias que reflejan la regularidad del flujo de agua y que indican el movimien-
to de corriente del que se han formado los huesos. Estos sistemas de corrientes se continúan
hasta el interior del hueso, en la formación de las trabéculas de la esponjosa. Las estructuras
trabeculares están dispuestas de este modo hasta las superficies articulares y se continúan en
el hueso colindante.
Este sistema de líneas divisorias del hueso también es adoptado por los músculos y los vasos,
de forma que se instaura el movimiento de corriente atornillada en los músculos a través de
los tendones. Los músculos, los tendones, los ligamentos y los vasos son todos sin excepción
expresión del mismo movimiento de corriente de líquidos.
16. CUERPO FLUIDO 429
El punto inmóvil puede ser inducido desde cualquier parte del cuerpo. Una vez que el tera-
peuta haya seguido pasivamente el ritmo craneosacro y haya estudiado sus cualidades, pue-
de modificarlas mediante diversas técnicas, provocando un efecto equilibrador sobre las
relaciones de tensión locales, sobre el sistema craneosacro y sobre la totalidad del cuerpo.
Estas técnicas son extremadamente suaves, el terapeuta solamente evita que el movimiento
craneosacro se mueva de las posiciones extremas de flexión/rotación externa o exten-
sión/rotación interna. La cualidad de la maniobra requerirá, en función del paciente y del
plano a tratar, una resistencia más bien física o más bien una simple intención.
Observación:
Este procedimiento es una especie de invitación para el tejido y parte de un diálogo con él.
Aparte de la invitación al punto inmóvil, el tejido no debería ser movido hacia una dirección
determinada o eliminado, sino que se le debería permitir que los movimientos inherentes y
las tensiones se expresaran. No se modifica la velocidad de estas expresiones de tensión, sino
que tienen lugar a su propio ritmo.
Las flechas
señalan en la
dirección de la
16.2 rotación interna
de las piernas
Inducción
del punto
inmóvil en
los pies
Terapeuta
Está situado a los pies del paciente.
16.6
Técnica CV-4.
Las flechas
indican la
dirección de la
extensión/rota-
ción interna
16.7
Técnica
CV-4 (vista
lateral)
452 OSTEOPATÍA CRANEOSACRA
Observación
Corresponde al expuesto en la pág. 450 y ss.
16.18
Técnica de
rotación
ant./post.
de los
temporales
16.19
Técnica de
rotación
ant./post.
de los
temporales
455
17. Anatomía y
La fascia.“Vivimos gracias a su función y
morimos cuando deja de funcionar.”
Still1
Still2
transversales
El estado de las estructuras fasciales tenía para Still un significado básico para el manteni-
miento de la salud, pero él no identificaba el término “fascia” con el término “tejido conecti-
vo”. Utilizaba el término “fascia” en el sentido de tejido membranoso que contenía primaria-
mente el revestimiento epitelial del sistema respiratorio y digestivo, así como la serosa peri-
toneal. Es muy importante saber que su observación no estaba dirigida a las enfermedades
del sistema musculoesquelético, sino al tratamiento de enfermedades infecciosas e internas17.
Las uniones fasciales entre el cráneo y el resto del cuerpo son un factor importante en la
transmisión del ritmo craneosacro en el cuerpo y para el correcto funcionamiento del siste-
ma craneosacro en el sentido más estricto.
La fascia es una estructura de tejido conectivo que forma una capa continua y de recubri-
miento dentro del cuerpo. Este sistema de fascia se caracteriza por una capacidad de desliza-
miento y de desplazamiento fantástica. Las fascias permiten la realización de movimientos
fisiológicos finos como los del sistema craneosacro, del latido cardíaco, o movimientos más
claros como la expansión de los pulmones durante la respiración o el levantamiento de un
brazo. Cuaquier modificación de estas fascias o del tejido conectivo restante influye, según
Erlingheuser18, en la cantidad de LCR en los microtúbulos de tejido conectivo.
El Prof. Dr. A. Pischinger3, quien investigó la función y la anatomía del tejido conectivo,
puso de relieve en su obra “El sistema de la regulación básica” el destacado papel del tejido
conectivo y del líquido extracelular en la función de las células orgánicas. En este líquido
extracelular influyen directamente los nervios, los capilares y las células. En el transcurso de
sus investigaciones llegó a la conclusión de que el espacio extracelular constituye la regula-
ción primaria y la condición previa para la función de las células orgánicas y denominó a
este sistema “sistema vegetativo básico”.
Nunca pudo localizar contactos directos entre los vasos, los capilares y los nervios4. Éstos
deben hacer constantemente un trayecto en el espacio extracelular, aunque sea mínimo. Des-
cubrió incluso que cuanto más hacia la periferia se explora, más se separan los nervios de los
vasos.
El tejido conectivo está constituido por tres componentes: células, fibras (colágeno, elásticas,
reticulares) y sustancia básica. Las fibras y la sustancia básica están formadas por las células.
La sustancia básica está formada por mucopolisacáridos, especialmente por ácido hialuróni-
466 OSTEOPATÍA CRANEOSACRA
Centro tendinoso
Agujero para la
vena cava
Hiato esofágico
Hiato aórtico
Pilar izquierdo
Pilar derecho
M. psoas mayor
Estructuras implicadas
● Óseas: las 6 costillas inferiores, de la 1ª a la 4ª vértebras lumbares, apófisis xifoides del
esternón
● Musculares: m. psoas, m. cuadrado lumbar
● Viscerales: corazón, esófago, hígado, estómago, intestino grueso, pulmón
● Nerviosas: n. vago, n. frénico, n. esplácnico mayor y menor, ganglios simpáticos
● Vasculares: aorta, a. mamaria interna, a. torácica interna, vena cava inferior, v. lumbar
ascendente, vv. ácigos y hemiácigos, conducto torácico
Las porciones musculares del diafragma pueden dividirse en porción lumbar, porción cos-
tal y porción esternal. Los fuertes pilares de la porción lumbar se originan en el ligamento
longitudinal anterior de la columna vertebral, a la derecha de la superficie anterior del pri-
mer al tercer (cuarto) cuerpos vertebrales y a la izquierda en la superficie anterior del primero
y segundo (tercero) cuerpos vertebrales y sus discos intervertebrales. Además, también se origi-
nan lateralmente en los correspondientes cuerpos vertebrales y en su arco tendinoso para
el paso del m. psoas, así como en un arco tendinoso para el paso del m. cuadrado lumbar.
La porción costal se origina en la superficie interna de las 6 costillas inferiores, y la porción
esternal en la cara posterior del apéndice xifoides del esternón. Se insertan todas en una pla-
ca tendinosa central en forma de V, el centro tendinoso. La cúpula diafragmática derecha
queda situada más alta que la izquierda. Debajo de la cúpula derecha se encuentra el hígado,
y debajo de la izquierda, el estómago.
474 OSTEOPATÍA CRANEOSACRA
M. esternocleido-
mastoideo Lámina
superficial
M. esternotirohioideo
A. carótida Lámina
prevertebral
17.12
N. vago
Fascia del M. escaleno
cuello a la medio
altura de
C6 (vista
superior)
Inserción en el cráneo:
Hueso occipital
Hueso temporal
Mandíbula
Inserción anterior
en el manubrio
esternal y en la Inserción en el hueso hioides
clavícula
17.13
Lámina
cervical
superficial
3
4
6
7
8
16 9
17
10
18
19 11
20
12
21
13
22
14
23
24
25
26 15
27
28
29
Cadena muscular
rítmica
Músculos de la respiración
17.20
Esquema de
las cadenas
musculares
(de: G.
Struyf- Extroversión Introversión
Denys, Les centrífuga centrípeta
chaînes
musculaires
et
articulaires,
En conexión con la En conexión con la
4ª ed. psicomotricidad psicomotricidad
I.C.T.G.D.S.,
Bruselas,
1991)
➤
Línea de gravedad anteroposterior descendente:
Trayecto: desde el borde anterior del agujero magno, a través del cuerpo de T1 y T2, a través
de la unión articular de L4/L5 hasta el vértice del cóccix. Función: une la columna vertebral
formando un sistema articular funcional cuyo centro está situado a la altura de T11 y T12.
Línea de gravedad posteroanterior ascendente:
Trayecto: se inicia bilateralmente en la articulación de la cadera, por la presión de la cabeza
del fémur en el acetábulo. Las líneas discurren anteriormente a L3 y a T4 y terminan en el
17. ANATOMÍA Y TRATAMIENTO DE LOS DIAFRAGMAS TRANSVERSALES 499
Realización
➤ El terapeuta valora el movimiento de torsión de las costillas y de la parte superior de la
caja torácica
➤ Sigue en la dirección hacia la que las costillas y la caja torácica se mueven más fácil-
mente
➤ Se rota la cabeza ligeramente en sentido contrario (debido a la biomecánica de las arti-
culaciones costovertebrales)
➤ Allí se busca el point of balance hasta que se percibe la desaparición de la tensión
17.37
Técnica de
recoil de la
parte
superior de
la caja
torácica
17. ANATOMÍA Y TRATAMIENTO DE LOS DIAFRAGMAS TRANSVERSALES 511
17.50
Hueso
hioides–
esternón
17.51
“Acuñamiento”
de los cóndilos
occipitales en
las carillas
articulares del
atlas
512 OSTEOPATÍA CRANEOSACRA
Terapeuta
Se sitúa a la cabeza del paciente.
17.52
Técnica para la
articulación
atlantooccipital
17.53
Técnica para la
articulación
atlantooccipital
18. Anatomía y
“El sacro es realmente una estructura corpo-
ral importante, que influye directa e indirec-
tamente en la totalidad del sistema nervioso
autónomo y que merece el lugar que ocupa en
Beryl E. Arbucle1
las articulaciones
sacras
Anatomía y disfunción
La base del sacro está situada en el mismo plano que la parte anterior de la base del occipital
y está unida al cuerpo de la 5ª vértebra lumbar a través de un disco intervertebral.
Durante el desarrollo embrionario, la región del sacro prácticamente no varía en cuanto a su
parte proporcional respecto a la longitud total de la columna vertebral, contrariamente a lo
que ocurre con las regiones cervical, torácica, lumbar y coccígea. Por lo tanto, la región
sacra, igual que la base del cráneo, es una especie de fulcro.
La articulación sacroilíaca
El sacro posee unas superficies articulares laterales con la pelvis. Presentan forma de L y
están constituidas por un brazo superior corto y por un brazo inferior largo. Entre ambos
discurre, a la altura de la segunda vértebra sacra, el eje de rotación del sacro. Además, en este
punto se encuentra la inserción del tubo dural. Por encima del eje de rotación, las superficies
articulares se aproximan hacia anterior; por debajo de este eje se separan una de la otra.
La sutura occipitomastoidea presenta una estructura curiosamente similar en sus carillas
articulares suturales a las superficies articulares de la articulación sacroilíaca.
Las similitudes anatómicas y fisiológicas entre el occipital, el sacro y las estructuras que los
delimitan están representadas en la tabla 18.1.
El sacro no sólo presenta uniones hacia arrriba con la columna vertebral, sino que también
las presenta anteriormente con la sínfisis púbica y hacia abajo a través de la articulación
sacroilíaca y de la articulación de las caderas con las extremidades inferiores. Las articula-
ciones sacroilíacas son atravesadas por arriba y por abajo por las líneas de fuerza. Constitu-
yen los puntos de cruce de estas líneas de fuerza y son así puntos de integración de las
influencias superiores e inferiores. Por esta razón, la articulación sacroilíaca no sólo se verá
afectada por causas primarias, sino también frecuentemente por otros trastornos.
18. ANATOMÍA Y TRATAMIENTO DE LAS ARTICULACIONES SACRAS 527
Enfoque vitalista
➤ Solamente se ejercerá la tracción caudal cuando se quiera apartar el sacro de su zona de
tensión. No se buscarán las barreras de movimiento.
➤ Establecimiento de la balanced tension mediante el acompañamiento pasivo (sin valorar
previamente el movimiento)
➤ Se permiten los movimientos inherentes/manifestaciones de tensión. Ligament goes
shopping
➤ Percepción de un cambio de conciencia en el transcurso de la interacción terapéutica.
➤ Se crea una especie de punto inmóvil funcional en el que aparentemente todos los movi-
mientos cesan y se completa un cambio: something happens
➤ Percepción de un disengagement natural a nivel de L5/S1 o de un automatic shifting
➤ Se puede palpar de nuevo el movimiento: eliminación de la tensión tisular, nuevo equili-
brio de tensiones
También se puede efectuar una dynamic balanced tension (DBT) o una balanced fluid tension
(BFT).
18.2
Técnica
alternativa
para la
descompresión
de la zona de
transición
lumbosacra
Paciente
Se coloca en decúbito supino. Las caderas y las rodillas están flexionadas.
Terapeuta
Se coloca al lado del paciente a nivel de L5/S1.
19. Técnicas
“Todos los vasos que se dirigen hacia el cora-
zón y que salen de él deben ser liberados de
cualquier obstáculo. Ningún nervio puede eje-
cutar su trabajo si no está bien vasculariza-
A.T. Still1
de la circulación
Entre las técnicas para mejorar la circulación encontramos las técnicas de fluctuación ya
descritas y las técnicas que se describen a continuación.
Efectos
El drenaje venoso del cráneo y de los ojos (seno cavernoso), así como la movilidad de los
huesos del cráneo, pueden mejorarse notablemente con las técnicas que se describen a conti-
nuación. La mejora del drenaje venoso conduce indirectamente a facilitar el intercambio que
tiene lugar entre la sangre y el tejido encefálico, así como a una mejora de la reabsorción del
líquido cefalorraquídeo (LCR), que optimiza a su vez el intercambio entre el LCR y el tejido
encefálico. De este modo se armonizan el sistema nervioso vegetativo y los impulsos nervio-
540 OSTEOPATÍA CRANEOSACRA
19.3
Técnica
para el
seno
sagital
superior
19.4
Técnica
para el
seno
sagital
superior
20. Tratamiento
“Lo más débil sobre la tierra supera a lo más
fuerte sobre la tierra. Lo no presente se filtra
entre lo que no tiene espacio libre. En ello
reconocemos el valor de la no intervención.”
craneosacra
Las relaciones de tensión hipertónicas en el sistema de las membranas durales son una de las
causas principales de los trastornos del sistema craneosacro. Éstos pueden ser causados espe-
cialmente por traumatismos durante el parto o por traumatismos craneales sufridos en la pri-
mera infancia. Pero posteriormente también puede originarse un hipertono de las tensiones
de las membranas intracraneales por traumatismos craneales, por tensiones musculares cró-
nicas que se continúan en el interior del cráneo a través de las uniones fasciales o por ten-
siones emocionales crónicas.
También es posible que se produzcan trastornos de la vascularización y de la inervación sen-
sitiva de las membranas durales debido a disfunciones de las vértebras cervicales superiores,
de los huesos del cráneo y de las suturas craneales. Los nervios craneales, al igual que los
vertebrales, y los ganglios, también pueden verse afectados y estar implicados en el mante-
nimiento de mecanismos disfuncionales complejos.
Las tensiones de la periferia pueden ser transmitidas al sistema craneal o inversamente, por
ejemplo, a través de la continuaidad de la dura en el epineurio de los nervios craneales y
espinales salientes o a través de las venas emisarias desde el epicráneo hacia la dura, o desde
la médula espinal a través del tronco del encéfalo hacia la dura craneal (tienda del cerebelo y
sus inserciones óseas)7.
Se pueden transmitir tensiones de los músculos al sistema dural. En este sentido, Upledger8
afirma que el hipertono del m. coccígeo puede influir en los movimientos de los huesos del
cráneo debido a su inserción en el sacro y a través de la duramadre espinal, aunque es cues-
tionable si este músculo es capaz de desarrollar tal tracción, puesto que está muy atrofiado
en los seres bípedos.
Según Upledger9, también es posible que las fuerzas de tracción ejercidas en el sistema dural
sean transmitidas a los puntos de inserción de las membranas durales en el hueso y al tejido
conectivo externo, al sistema craneosacro, o viceversa, las fuerzas de tracción provenientes
del exterior del sistema craneosacro pueden ser conducidas hacia el sistema dural10.
Del mismo modo que las tensiones musculares extracraneales hipertónicas existentes, por
ejemplo, en el occipital pueden actuar sobre las membranas intracraneales, las alteraciones
funcionales del occipital o de otras estructuras extracraneales pueden provocar tensiones
intracraneales perjudiciales.
552 OSTEOPATÍA CRANEOSACRA
20.5
Técnica
spread del
hueso
parietal
20.6
Técnica
spread del
hueso
parietal
567
21. Trastornos
“En la palpación deberíamos procurar encon-
trar únicamente lo que realmente está presen-
te y no lo que pensamos o deseamos que estu-
viera presente.”
la base del
cráneo
Derecha Izquierda
Frente abombada
anteriormente y Frente plana y
estrecha ensanchada
Ojo hundido
Ojo saliente
Disminución del
diámetro de la Aumento del
órbita diámetro de la órbita
Oreja saliente
21.16 Oreja pegada
Características Pliegue nasolabial
plano Pliegue nasolabial
diagnósticas profundo
de una Mandíbula ancha
inclinación y posterior Mandíbula estrecha y
anteriorizada
lateral-
rotación
derecha
21.17
Características
diagnósticas
de una
inclinación
lateral-
rotación
derecha
Derecha Izquierda
Maxilar Maxilar
Mandíbula Mandíbula
Visión superior
21.18
Características
diagnósticas
de una
inclinación
lateral- Visión anterior
rotación
derecha
611
22. Palpación y
“Nunca repetiremos suficientemente que el
tacto delicado y el abordamiento suave deben
ser la base tanto de la palpación de la posi-
ción y del movimiento como del mismo trata-
tratamiento de miento.”
Harold I. Magoun
la sincondrosis
esfenooccipital
(SEB)
22.3
Torsión
derecha de
la SEB
El dedo meñique derecho conduce el lado derecho del occipital hacia caudal.
El dedo índice izquierdo conduce el ala mayor izquierda del esfenoides hacia caudal.
El dedo meñique izquierdo conduce el lado izquierdo del occipital hacia craneal.
22.4
Torsión
izquierda
de la SEB
Torsión izquierda: la amplitud de una torsión inducida a la izquierda es mayor que la de una
torsión inducida a la derecha.
Corrección:
El dedo índice izquierdo conduce el ala mayor del esfenoides izquierda hacia craneal.
El dedo meñique izquierdo conduce el lado izquierdo del occipital hacia caudal.
El dedo índice derecho conduce el ala mayor derecha del esfenoides hacia caudal.
El dedo meñique derecho conduce el lado derecho del occipital hacia craneal.
22.5
Inclinación
lateral-
rotación
derecha
23. Tratamiento
“Punzantes como las agallas de un pez como
signo de la movilidad articular de un meca-
nismo respiratorio.”
Sutherland1
de las suturas
craneales
Técnica de V-spread
Sutherland también denominó esta técnica Directing the potency of the cerebrospinal fluid.
Utilizó el término transference of energy (transmisión de energía)4. Le gustaba comparar las
fluctuaciones del LCR con el movimiento de las mareas2. Esta fuerza inherente en el hombre
puede ser utilizada con la ayuda de la técnica V-spread para eliminar de la forma más suave
incluso las restricciones más fuertes. Tal como ya hemos decrito, el cuerpo posee caraterísti-
cas coloidales, es decir, manifiesta cualidades coloidales. Cuánto más intensas sean las
acciones traumáticas o fuerzas actuantes sobre el tejido, más reaccionan dichos tejidos como
si fueran un cuerpo rígido. En cambio, los impulsos líquidos terapéuticos suaves y lentos
provocan reacciones líquidas del coloide. Cuando el osteópata ejerce una suave compresión
en el cráneo, se inicia un movimiento fluctuante o una transmisión de energía dentro del
cráneo a través del líquido cefalorraquídeo4.
Se colocan los dedos medio e índice formando una V en la sutura craneal restringida o a
valorar. Se ejerce una suave pulsación justo en el punto diametralmente opuesto con el diá-
metro más amplio, en el punto en que el vector de los dedos colocados en forma de V aban-
dona el cráneo. Éste es el punto óptimo desde el cual se puede ejercer un impulso en direc-
ción a la sutura restringida.
23.1
V-spread:
dedos en
forma de V
en la
sutura
restringida
23.2
Región de la pulsación
V-spread:
palpación
de la
pulsación
23. TRATAMIENTO DE LAS SUTURAS CRANEALES 635
23.6
Sutura
coronaria:
energía de
los dedos
que dirigen
hacia la
escama
occipital
23.7
Sutura
occipitomas-
toidea:
energía de
los dedos
que dirigen
a la
tuberosidad
frontal
23.8
Sutura
parietomas-
toidea:
energía de
los dedos
que dirigen
al pterión
661
Glosario
Balance point
Ver point of balance.